1. Y habiendo pasado el sabbath, María Magdalena, y María la -madre- de Santiago y Salomé, habían comprado especias aromáticas, para poder llegar y ungirlo.
2. Y muy temprano en la mañana el primer -día- de la semana, a la salida del sol vinieron al sepulcro.
3. Y entre ellas se decían, ¿Quién nos rodará la piedra de la puerta del sepulcro?
4. Y cuando miraron, vieron que la piedra estaba rodada -y- retirada, porque era muy grande.
5. Y entrando al sepulcro, vieron un hombre joven sentado al lado derecho, vestido con una vestidura blanca -y- larga, y tuvieron miedo.
6. Y él les dice, No tengáis miedo, Buscáis a Jesús de Nazaret, el cual fue crucificado; él se levantó; no está acá; mirad el lugar donde lo colocaron.
7. Pero marchaos, contadle a sus discípulos y a Pedro que él va delante de vosotros a Galilea; allí lo veréis, como os lo dijo.
8. Y rápidamente salieron, huyendo del sepulcro, pues temblaban del asombro; tampoco le dijeron nada a nadie, porque tenían miedo.
9. + Ahora bien cuando -Jesús- se levantó el primer -día- de la semana, se le apareció primero a María Magdalena, de quien había expulsado siete diablos.
10. -Y- ella fue y les contó que había estado con él, mientras se lamentaban y lloraban.
11. Y ellos, cuando hubieron oído que estaba vivo, y había sido visto por ella, no creyeron.
12. + Después de eso se apareció en otra forma a dos de ellos, mientras andaban, e iban al campo.
13. Y fueron y -lo- contaron al residuo; -pero- tampoco les creyeron.
14. + Después se apareció a los once mientras se sentaban a comer, y los reprochó por su incredulidad y dureza de corazón, por no creer a los que lo habían visto después de haberse levantado.
15. Y les dijo, Id a todo el mundo, y predicadle el evangelio a cada criatura.
16. El que crea y se sumerja se salvará, pero el que no crea se condenará.
17. Y estas señales seguirán a los que crean: En mi nombre expulsarán diablos, hablarán nuevas lenguas,
18. Cogerán serpientes, y si beben algo mortal, no les hará daño; pondrán las manos sobre los enfermos, y se recuperarán.
19. + Así entonces, después de que el Señor les hubo hablado, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la mano derecha de Dios.
20. Y salieron ellos, y predicaron por todas partes, el Señor obrando con -ellos-, y confirmando la palabra con -las- señales que -la- seguían.. Amén.
Marcos 15
1. Y de inmediato en la mañana los sumos sacerdotes consultaron con los mayores, los escribas y -con- todo el consejo, ataron a Jesús, se -lo- llevaron, y -lo- entregaron a Pilato.
2. Y Pilato le preguntó, ¿Eres el Rey de los Judíos? Y él respondiendo le dijo, Tú -lo- dices.
3. Y los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas, pero él nada respondía.
4. Y Pilato de nuevo le preguntó, diciendo, ¿Nada respondes? mira cuántas cosas atestiguan contra ti.
5. Pero Jesús sin embargo nada respondía, tanto que Pilato se maravilló.
6. Ahora bien en -esa- fiesta él les liberaba un prisionero, a quien fuera que ellos desearan.
7. Y había uno llamado Barrabás, quien en la insurrección había cometido asesinato, -el cual yacía- preso con los que con él habían hecho insurrección.
8. Y la multitud clamando a toda voz comenzó a desear -que hiciera- lo que siempre les había hecho.
9. Pero Pilato les respondió diciendo, ¿Queréis que os libere al Rey de los Judíos?
10. Pues sabía que los sumos sacerdotes lo habían entregado por envidia.
11. Pero los sumos sacerdotes movieron al pueblo, para que más bien les liberara a Barrabás.
12. Y de nuevo Pilato respondió y les dijo, ¿Qué queréis entonces que -le- haga a quien llamáis el Rey de los Judíos?
13. Y otra vez gritaron, Crucifícalo.
14. Entonces Pilato les dijo, ¿Por qué? ¿qué mal ha hecho él? Y con más fervor gritaban, Crucifícale.
15. + Entonces Pilato, dispuesto a contentar al pueblo, les liberó a Barrabás, y entregó a Jesús, tras haberlo azotado, para ser crucificado.
16. Y los soldados se lo llevaron a la sala llamada el Pretorio; y congregaron a toda la banda.
17. Lo vistieron de púrpura, trenzaron una corona de espinos, y la pusieron sobre su -cabeza-,
18. Y comenzaron a saludarlo, ¡Salve, Rey de los Judíos!
19. lo golpeaban en la cabeza con una caña, lo escupían, doblando -sus- rodillas lo adoraban.
20. Y cuando se hubieron de él burlado, le quitaron la púrpura, le pusieron sus ropas, y se lo llevaron a ser crucificado.
21. Y obligan a Simón, un Cirineo que pasaba por el lado, viniendo del campo, el padre de Alejandro y Rufo, a cargar su cruz.
22. Y lo llevaron al lugar -llamado- Gólgota, el cual al interpretarse es, El lugar del cráneo.
23. Y le dieron a beber vino mezclado con mirra, pero no -lo- recibió.
24. Y cuando lo hubieron crucificado, partieron sus vestiduras, echando suerte por ellas, lo que cada hombre tomara.
25. Era la tercera hora, y lo crucificaron.
26. Y la inscripción de su acusación se escribió encima, EL REY DE LOS JUDÍOS.
27. Y con él crucificaron a dos ladrones, el uno a su mano derecha, y el otro a su izquierda.
28. Y se cumplió la escritura que dice, Con los transgresores fué enumerado.
29. Y los que pasaban al lado lo reprochaban, movían sus cabezas, y decían, Ah, tú que destruyes el templo, y en tres días -lo- construyes,
30. Sálvate a ti mismo, y baja de la cruz.
31. Igualmente también los sumos sacerdotes burlándose entre ellos con los escribas se decían, Salvó a otros, -y- a si mismo no se puede salvar.
32. Que el Cristo, el Rey de Israel descienda ahora de la cruz, para que podamos ver y creer. Y los que con él estaban crucificados lo insultaban.
33. Y habiendo la sexta hora, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la novena hora.
34. Y a la novena hora Jesús clamó a toda voz, diciendo, Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? que al ser interpretado es, Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
35. Y alguos de los que estaban parados a su lado, cuando -lo- oyeron, dijeron, Mira, a Elías llama.
36. Y alguien corrió, llenó una esponja de vinagre, -la- puso en una caña, y se la dio a beber, diciendo, Dejémoslo solo; veamos si Elías viene a bajarlo.
37. Y Jesús clamó en alta voz, y entregó el espíritu.
38. Y el velo del templo se rasgó en dos de arriba a abajo.
39. + Y cuando el centurión, el cual -estaba- parado en frente de él, lo vio gritar así, y entregar el espíritu, dijo, Verdaderamente este hombre era el Hijo de Dios.
40. Había también mujeres mirando desde lejos entre quienes estaban María Magdalena, y María la madre de Santiago el menor, de Josés y de Salomé;
41. (Quienes también, cuando él estaba en Galilea, lo seguían, y le servían,) y muchas otras mujeres las cuales subieron con él a Jerusalén.
42. + Y cuando el atardecer ya hubo llegado, como era la preparación, esto es, el día anterior al sabbath,
43. José de Arimatea, un honorable consejero, el cual también aguardaba el reino de Dios, llegó y denodadamente entró -donde- Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús.
44. Y Pilato se maravilló que ya estuviera muerto; y llamando al centurión, le preguntó si ya lo estaba, -y- desde cuando.
45. Y cuando -lo- supo del centurión, le entregó el cuerpo a José.
46. Y este trajo lino fino, lo bajó, lo envolvió en el lino, y lo colocó en un sepulcro que estaba tallado en una roca, y rodó una piedra a la puerta del sepulcro.
47. Y María Magdalena y María -la madre- de Josés miraron dónde era puesto.
Marcos 14
1. Después de dos días iba -a ser la fiesta de- la pascua, y del pan sin levadura, y los sumos sacerdotes y los escribas buscaban cómo poder cogerlo por engaños, y sentenciarlo a muerte.
2. Pero decían, No en la fiesta, no sea que haya un alboroto del pueblo.
3. + Y estando en Betania en la casa de Simón el leproso, mientras se sentaba a comer, llegó una mujer con una caja de alabastro de un precioso ungüento de nardo, y rompió la caja, y sobre su cabeza -lo- derramó.
4. Y hubo algunos que se indignaron en sus adentros, diciendo, ¿Por qué se hizo este desperdicio de ungüento?
5. Pues se hubiera podido haber vendido por más de trescientos peniques, y haber dado a los pobres. Y murmuraron contra ella.
6. Y Jesús dijo, Dejadla sola, ¿por qué la atribuláis? ella ha hecho una buena obra conmigo.
7. Pues tenéis a los pobres con vosotros siempre, y cuando queráis podéis hacerles el bien, pero a mí no siempre me tenéis.
8. Ella ha hecho lo que podía: de antemano ha venido a ungir mi cuerpo para el entierro.
9. De verdad os digo -que- Donde sea que este evangelio se predique por todo el mundo, también de -esto- que ha hecho se hablará para memoria de ella.
10. + Y Judas Iscariote, uno de los doce, fue a -donde- los sumos sacerdotes, para traicionarlo ante ellos.
11. Y cuando -lo- oyeron, se alegraron, y prometieron darle dinero. Y él buscó cómo poder traicionarlo convenientemente.
12. + Y el primer día del pan sin levadura, cuando mataban la pascua, sus discípulos le dijeron, ¿Dónde quieres que vayamos a preparar -la cena- para que puedas comer la pascua?
13. Y él envía a dos de sus discípulos, y les dice, Id y entrad a la ciudad, y allí encontraréis a un hombre cargando un cántaro de agua ; seguidle.
14. Y donde él entre decidle al encargado de la casa, El Maestro dice, ¿dónde está la sala de huéspedes en donde voy a comer la pascua con mis discípulos?
15. Y él os indicará una sala alta y grande amueblada -y- preparada; alistad allí -la cena- para nosotros.
16. Y sus discípulos fueron y llegaron a la ciudad, y encontraron como él les había dicho, y alistaron la pascua.
17. Y al atardecer él llega con los doce.
18. Y mientras se sentaban y comían, Jesús dijo, De verdad os digo que Uno de vosotros el cual conmigo come me va a traicionar.
19. Y comenzaron a entristecerse, y uno a uno a decirle; ¿-Soy- yo? y otro, ¿-Soy- yo?
20. Y él respondía y les decía, -Es- uno de los doce, que moja conmigo el pan en el plato.
21. El Hijo del hombre de verdad se va, tal como está escrito de él; pero ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del hombre es traicionado! Bueno le fuera a ese hombre nunca haber nacido.
22. + Y mientras comían, Jesús tomó pan, -lo- bendijo y -lo- partió. dándoselo a ellos, y dijo,Tomad, comed; este es mi cuerpo.
23. Y tomó la copa. y cuando hubo dado gracias, -se la- dio a ellos, y ellos todos bebieron de ella.
23. Y les dijo, Esta es mi sangre del nuevo testamento, la cual es derramada por muchos.
25. De verdad os digo, que No beberé del fruto de la vid, hasta aquel día en el que lo beba nuevo en el reino de Dios.
26. + Y habiendo cantado un himno, salieron al monte de los Olivos.
27. Y Jesús les dice, Esta noche todos se ofenderán por causa mía, pues está escrito, Heriré al pastor, y se esparcirán las ovejas.
28. Pero después de que me levante, delante de vosotros iré a Galilea.
29. Mas Pedro le dijo, Así todos se ofendan, aún yo no -lo haré-.
30. Y Jesús le dice, De verdad te digo, Que este día, -incluso- en esta noche, antes de que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces.
31. Pero más vehementemente él hablaba, Si debo morir contigo, de ninguna manera te voy a negar. Todos también decían de igual forma.
32. Y llegaron a un lugar, el cual se llamaba Getsemaní, y él le dice a sus discípulos, Sentaos acá, mientras oro.
33. Y toma con él a Pedro, a Santiago y a Juan, y comenzó a asombrarse sobremanera, y a apesadumbrarse muchísimo.
34. Y les dice a ellos. Mi alma está extremadamente apenada hasta la muerte; quedaos acá y vigilad.
35. Y se adelantó un poco, cayó al suelo, y oró que si era posible, pudiera la hora pasar de él.
36. Decía, Abba, Padre, todas las cosas -son- posibles para ti, quita esta copa de mi, sin embargo, no lo que yo quiera, sino lo que tú quieras.
37. Y viene él y los encuentra durmiendo, y le dice a Pedro, Simón, ¿duermes? ¿no pudiste vigilar una hora?
38. Vigilad y orad, no sea que entreis en tentación. El espíritu de verdad -está- listo, pero la carne -es- débil.
39. Y de nuevo se alejó, y oró diciendo las mismas palabras.
40. Y al volver los encontró de nuevo dormidos, (porque les pesaban sus ojos,) ellos tampoco supieron qué responderle.
41. Y la tercera vez él llega, y les dice, Seguid durmiendo ahora, y descansad; es suficiente, ha llegado la hora; mirad que el Hijo del hombre es traicionado -y puesto- en manos de los pecadores.
42. Levantaos, vamos; mirad que el que me traiciona está a la mano.
43. + Y de inmediato mientras aún hablaba, llega Judas, uno de los doce, y con él una gran multitud, de -parte de- los sumos sacerdotes, -de- los escribas y -de- los mayores, con espadas y palos.
44. Y el que lo traicionaba les había dado una señal, diciendo, A quien yo bese, ese mismo es él. cogedlo y lleváoslo con seguridad.
45. Y tan pronto hubo llegado, de inmediato va a -donde- él, y -le- dice, Maestro, maestro, y lo besó.
46. + Y echaron mano de él, y lo cogieron.
47. Y uno de ellos que se -estaba- parado a su lado desenvainó una espada, e hirió a un criado del sumo sacerdote, cortándole su oreja.
48. Y Jesús respondió y les dijo, ¿Habéis salido como contra un ladrón, con espadas y palos para cogerme?
49. Diariamente estaba con vosotros en el templo enseñando, y no me cogisteis; pero las escrituras se deben cumplir.
50. Y todos ellos lo abandonaron y huyeron.
51. Y lo siguió cierto hombre joven, -que- tenía una tela de lino echada sobre -su cuerpo- desnudo; y los hombres jóvenes echaron mano de él;
52. Y él dejando la tela de lino, desnudo huyó de ellos.
53. + Y ellos se llevaron a Jesús -hasta- donde el sumo sacerdote; y con él estaban congregados todos los sumos sacerdotes, los mayores y los escribas.
54. Y Pedro lo siguió de lejos, aún hasta el palacio del sumo sacerdote; y se sentó con los criados, calentándose delante del fuego.
55. Y los sumos sacerdotes y todo el consejo buscaban testigos contra Jesús para sentenciarlo a muerte, y a nadie encontraban.
56. Pues muchos daban falsos testimonios en su contra, pero sus testimonios no concordaban.
57. Y alguien se levantó para dar falso testimonio contra él, diciendo,
58. Lo oímos decir, Destruiré este templo hecho a mano, y en tres días construiré otro no de mano.
59. Pero sus testimonios tampoco concordaban.
60. Y el sumo sacerdote se levantó en medio, y le preguntó a Jesús, diciendo, ¿No respondes nada? ¿Qué -es esto que- atestiguan en tu contra?
61. Pero Jesús guardó silencio y no respondió nada. El sumo sacerdote le preguntó de nuevo, diciéndole, ¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?
62. Y Jesús dijo, -Lo- soy; y veréis al Hijo del hombre, sentándose a la derecha del poder, y viniendo en las nubes del cielo.
63. Entonces el sumo sacerdote se rasgó sus ropas, y dice, ¿Qué otro testigo necesitamos?
64. Habéis oído la blasfemia: vosotros qué pensáis? Y todos ellos lo condenaron culpable de muerte.
65. Y algunos comenzaron a escupirle, a cubrir su rostro, a abofetearlo, y a decirle, Profetiza; y los criados lo golpeaban con las palmas de sus manos.
66. + Y mientras Pedro estaba abajo en el palacio, llega una de las doncellas del sumo sacerdote,
67. Y cuando vio a Pedro calentándose, lo miró, y dijo, Y tú también estabas con Jesús de Nazaret.
68. Pero él -lo- negó diciendo, No sé ni entiendo lo que dices. Y salió al porche; y el gallo cantó.
69. Y lo vio de nuevo una muchacha, y comenzó a decirle a los que se paraban a su lado, Este es -uno- de ellos,
70. Y de nuevo lo negó. Y un poco después, los que se paraban a su lado le dijeron de nuevo a Pedro, Seguro que eres -uno- de ellos, porque eres Galileo, y tu habla lo muestra.
71. Pero él comenzó a maldecir y a jurar, -diciendo,- No conozco al hombre del que habláis.
72. Y cantó el gallo por segunda vez. Y Pedro trajo a -su- mente la palabra que Jesús le dijo, Antes de que cante el gallo dos veces me negarás tres veces. Y al pensar en ello, lloró.
Marcos 13
1. Y mientras salía del templo, uno de sus discípulos le dice, ¡Maestro, mira la clase de piedras y de edificios que -hay acá-!
2. Y Jesús respondiendo le dijo, ¿Ves todos estos grandes edificios? No quedará una piedra sobre otra, sin ser derribada.
3. Y estando sentado en el monte de los Olivos frente al templo, Pedro, Santiago, Juan y Andrés le preguntaron en privado,
4. Cuéntanos ¿cuándo pasarán estas cosas? Y qué señal -habrá- cuando todas estas cosas cosas se hayan de cumplir?
5. Y Jesús respondiéndoles comenzó a decir, Cuidaos, no sea que algún -hombre- os engañe:
6. Porque muchos vendrán en mi nombre, diciendo, Yo soy -el Cristo-; y a muchos engañarán.
7. Y cuando oigáis de guerras y rumores de guerras, no os atribuléis: pues- tales cosas- por cierto deben suceder; pero aún no -será- el fin.
8 . Ya que se levantará nación contra nación, y reino contra reino: habrá terremotos en diversos lugares, junto con hambrunas y tribulaciones; estos -son- comienzos de los comienzos de los dolores.
9. + Mas tened cuidado: porque os entregarán a los concilios; seréis golpeados en las sinagogas y seréis traídos ante reyes y gobernantes por causa mía, como testimonio ante ellos.
10. Y el evangelio debe publicarse primero entre todas las naciones.
11. Pero cuando -os- conduzcan y entreguen, no os preocupéis de antemano por lo que vayáis a hablar, ni meditéis con anterioridad: sino que lo que en esa hora se os dé, eso hablad: porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo.
12. Ahora el hermano a -su- hermano a la muerte entregará, el padre a -su- hijo; y los hijos se levantarán contra -sus- padres, y harán que los sentencien a muerte.
13. Y seréis odiados por todos los hombres a causa de mi nombre: pero el que resista hasta el fin, este mismo a salvo estará.
14. Mas cuando veáis la abominación de la desolación, de la que Daniel el profeta habló, parada donde no debe, (que el que lea entienda,) entonces que los que estén en Judea huyan a las montañas:
15. Que el que esté en la azotea, a la casa no descienda, ni entre a sacar nada de la casa:
16. Y que el que esté en el campo de nuevo no se devuelva a llevar su vestidura.
17. ¡Pero ay de las que estén con niño, y de las que en esos días amamanten!
18. Y orad para que vuestra huida no sea en el invierno.
19. Porque -en- aquellos días habrá aflicción, cual no la hubo desde el comienzo de la Creación hecha por Dios hasta ese momento, ni tampoco -la- habrá.
20. Y si el Señor no acortara esos días, ninguna carne se podría salvar: mas por causa de los electos a quien él escogió, los días él acortó.
21. Y entonces si algún hombre os dijera, Mirad, aquí -está- Cristo; o, mirad, allí -está él-, no -le- creáis:
22. Porque falsos Cristos y falsos profetas se levantarán, dando a conocer señales y maravillas, para seducir, si fuera posible, a los mismos elegidos.
23. Pero tened cuidado: mirad que os he predicho todas las cosas.
24. + Mas en esos días, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá, la luna no dará su luz,
25. Las estrellas del cielo caerán, las potestades que hay en el cielo se estremecerán.
26. Y verán entonces al Hijo del hombre venir en las nubes con gran potestad y gloria.
27. Y entonces enviará a sus ángeles, a reunir y aunar a sus elegidos de los cuatro vientos, desde la parte más remota de la tierra a la más extrema del cielo.
28. Ahora bien, aprended de la higuera la parábola; Cuando su rama aún está tierna, y extiende -sus- hojas, sabéis que el verano se acerca:
29. Así vosotros de igual manera, cuando veáis suceder estas cosas, sabed que está cerca, sí, a las puertas.
30. De verdad os digo que esta generación no pasará, hasta que sean hechas todas estas cosas.
31. El cielo y la tierra pasarán: pero mis palabras no pasarán.
32. + Sin embargo ningún hombre conoce sobre aquel día y aquella hora, no, ni los ángeles que están en el cielo, ni siquiera el hijo, sino el Padre.
33. Prestad atención, vigilad y orad: pues no sabéis cuándo sea el momento.
34. -Porque el Hijo del Hombre es- como un hombre que hizo un largo viaje, se fue de su casa, dio autoridad a sus sirvientes, a cada hombre su trabajo, y mandó al portero vigilar.
35. Vigilad por tanto: porque no sabéis cuándo venga el maestro de la casa, -si- al atardecer, a la medianoche, al canto del gallo, o en la mañana:
36. No sea que al venir de repente, durmiendo os encuentre.
37. Y lo que a vosotros digo a todos digo, Vigilad.
Marcos 12
1. Y comenzó a hablarles por medio de parábolas. Un hombre plantó un viñedo, estableció una cerca a -su- alrededor, cavó el lagar y construyó una torre, -se- la dejó a -unos- agricultores y se fue a un país lejano.
2. Y en la época envió un sirviente a los agricultores, para poder recibir de los labradores el fruto del viñedo.
3. Y -lo- agarraron, lo golpearon y -lo- despidieron -con las manos- vacías.
4. De nuevo les envió otro criado, y le lanzaron piedras, -lo- hirieron en la cabeza. y lo despidieron -habiéndolo- tratado vergonzosamente.
5. De nuevo envió otro, y lo mataron, y a muchos otros. golpeando a algunos, y matando a otros.
6. Teniendo por tanto todavía a un hijo, a su bienamado, por último se lo envió diciendo, A mi hijo van a reverenciar.
7. Pero aquellos agricultores entre ellos se dijeron, Este es el heredero, matémoslo, y nuestra será la herencia.
8. Y lo tomaron, -lo- mataron, y del viñedo -lo- expulsaron.
9. ¿Qué hará por tanto el señor del viñedo? Vendrá y a los agricultores destruirá, y a otros el viñedo dará.
10. ¿No habéis leído esta escritura, La piedra que rechazaron los constructores cabeza de esquina se volvió.
11. Esto fue obra del Señor, y a nuestros ojos maravilloso es?
12. Y buscaban echar mano de él, pero al pueblo temían, pues sabían que había hablado la parábola contra de ellos; y lo dejaron y se marcharon.
13. + Y le enviaron ciertos Fariseos y Herodianos, para atraparlo en -sus- palabras.
14. Y cuando habían llegado le dicen, Maestro, sabemos que eres veraz, y no te preocupa hombre -alguno-, pues no tomas en cuenta la persona de los hombre, sino que de verdad enseñas el camino de Dios: ¿Es legal darle tributo al César, o no?
15. ¿Debemos dar, o no dar? Pero él sabiendo de su hipocresía, les dijo, ¿Por qué me tentáis? Traedme un penique para poder verlo.
16. Se -lo- trajeron, y él les dice, ¿De quién -es- esta imagen e inscripción? Le dijeron, Del César.
17. Y Jesús respondiendo les dijo, Rendidle al César las cosas que del César son, y a Dios las cosas que de Dios son. Y se maravillaron de él.
18. + Llegan a él los Saduceos, los cuales dicen que no hay resurrección, y le preguntaron, diciendo,
19. Maestro, Moisés nos escribió, Si el hermano de un hombre muere y deja esposa sin hijos, que su hermano debe tomar su esposa, y a su hermano levantarle simiente.
20. Ahora bien, hubo siete hermanos, el primero tomó una esposa, y al morir no dejó simiente.
21. Y el segundo la tomó, y murió, sin dejar tampoco simiente alguna, igualmente el tercero.
22. Y los siete la tuvieron, sin dejar simiente; de último murió también la mujer.
23. Por tanto en la resurrección, cuando todos se levanten, ¿de cuál de ellos será esposa? Porque los siete la tomaron como esposa.
24. Y Jesús respondiendo les dijo, ¿No erráis debido a esto, por no conocer las escrituras y el poder de Dios?
25. Pues cuando se levanten de los muertos, no se casarán, ni se darán en matrimonio, sino que son como los ángeles que están en el cielo.
26. Y tocante a los muertos que se levantan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, cómo Dios le habló en el arbusto, diciendo, Yo el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob?
27. Él no es el Dios de los muertos, sino el Dios de los vivos; por eso erráis grandemente.
28. + Y vino uno de los escribas, y habiéndolos oído razonar juntos, y percibiendo que les había respondido bien, le preguntó, ¿Cuál es el primer mandamiento de todos?
23. Y Jesús le respondió. El primero de todos los mandamientos -es-, Oid, Oh Israel: El Señor nuestro Dios un Señor es;
30. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas; este es el primer mandamiento.
31. Y el segundo es similar a este, A tu vecino amarás como a ti mismo. No hay ningún otro mandamiento que supere estos.
32. Y el escriba le dijo, Bien, Maestro, has dicho la verdad, pues un Dios hay, y no hay ningún otro sino él.
33. Y amarlo a él con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma y con todas las fuerzas, y amar al vecino como a sí mismo es más que toda ofrenda y sacrificio quemados
34. Y al ver Jesús que él respondía discretamente, le dijo, No estás lejos del reino de Dios. Y ningún hombre después de aquello se atrevía a hacerle -pregunta alguna-.
35. + Y Jesús respondió y dijo mientras enseñaba en el templo, ¿Cómo dicen os escribas que Cristo es el Hijo de David?
36. Pues David mismo por el Espíritu Santo dijo, El SEÑOR dijo a my Señor, Siéntate a mi mano derecha hasta que yo haga de tus enemigos el banquillo de tus pies.
37. Por tanto David mismo lo llama Señor, ¿Y de dónde -entonces- él es su hijo? Y la gente común lo oía con alegría.
38. Y les dijo en la doctrina de él, Cuidaos de los escribas, a los cuales les encanta andar con ropas largas, y -aman- las salutaciones en los mercados,
39. Los principales asientos de las sinagogas, y los lugares más altos en las fiestas.
40. Quienes devoran las casas de las viudas, y como pretención hacen largas oraciones: estos recibirán mayor condenación.
41. Y Jesús se sentó al frente de la bóveda del tesoro, y observó cómo la gente echaba monedas a la bóveda; muchos de los que eran ricos echaban muchas.
42. Y llegó cierta viuda pobre, y echó dos blancas, las cuales hacen un cuarto.
43. Y llamó -a él- a sus discípulos, y les dice, De verdad os digo, Que esta pobre viuda ha echado más que todos los que en la bóveda han echado.
44. Porque de su abundancia todos echaron, mas ella de su escasez echó todo lo que tenía, incluso todo su sustento.
Marcos 11
1. Y cuando se acercaron a Jerusalén a Betfagé y a Betania, al monte de los Olivos, envía a dos de sus discípulos,
2. Y les dice, Marchaos al pueblo -que está- frente a vosotros, y tan pronto entréis, encontraréis atado a un borrico, en el que ningón hombre se -ha- sentado, desatadlo y traedlo.
3. Y si algún hombre os dice, ¿Por qué hacéis esto? decid que el Señor tiene necesidad de él, y al momento él acá lo enviará.
4. Y se marcharon, y encontraron al borrico atado al lado de la puerta externa, en un lugar en donde se unían dos caminos, y lo desatan.
5. Y algunos de ellos -que estaban- parados allí les dijeron, ¿Qué hacéis desatando el borrico?
6. Y ellos les dijeron así como Jesús había mandado, y los dejaron ir.
7. Y -le- trajeron el borrico a Jesús, echaron sus mantos sobre él, y él se sentó en él.
8. Y muchos extendíeron sus vestiduras en el camino; otros cortaron ramas de los árboles, y -las- esparcíeron en la carretera.
9. Y los que -los- precedían y los que -los- seguían gritaban diciendo, Hosana, Bendito -es- el que viene en el nombre del Señor;
10. Bendito el reino de nuestro padre David, que viene en el nombre del Señor, Hosana en las alturas.
11. Y Jesús entró a Jerusalén, y al templo; y habiendo mirado -a su- alrededor todas las cosas, el atardecer ya había llegado, -y- salió a Betania con los doce.
12. + Y en la mañana, cuando habían venido de Betania, tuvo hambre,
13. Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, llegó por si acaso pudiera encontrar alguna cosa en ella; y cuando llegó hasta ella, nada encontró solo hojas, porque -aún- no era el tiempo de higos.
14. Y Jesús respondió y le dijo a esta, Ningún hombre coma fruto de ti de aquí en adelante para siempre. Y sus discípulos -lo- oyeron.
15. + Y llegaron a Jerusaslén, y Jesús entró al templo, y comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo, y tumbó las mesas de los cambistas de monedas, y los asientos de los que vendían palomas.
16. Y no dejaba que ningún hombre cargara vasija -alguna- en el templo.
17. Y enseñaba diciéndoles, ¿No está escrito, Mi casa será llamada por todas las naciones la casa de la oración? Pero vosotros la habéis hecho una cueva de ladrones.
18. Y los escribas y sumos sacerdotes -lo- oyeron, y buscaron cómo poder destruirlo, pues lo temían, ya que toda la gente quedaba atónita ante su doctrina.
19. Y cuando el atardecer hubo llegado, él salió de la ciudad.
20. + Y por la mañana, al pasar por el lado, vieron la higuera seca de raíz.
21. Y Pedro, llamando a la remembranza le dice, Maestro, mira que la higuera que maldijiste se marchitó.
22. Y Jesús respondiendo les dijo, Tened fe en Dios.
23. Pues de verdad os digo que quienquiera que le diga a esta montaña, Remuévete y lánzate al mar; y no dude en su corazón, sino crea que las cosas que dice van a pasar, aquello que diga lo tendrá.
24. Por eso os digo, Todas las cosas que deseéis, cuando oréis, creed que -las- recibís, y las tendréis.
25. Y cuando estéis de pie orando, perdonad, si tenéis algo contra alguien, para que vuestro Padre que está en el cielo también pueda perdonaros vuestras infracciones.
26. Pero si no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en el cielo perdona-rá- vuestras infracciones.
27. + Y llegan de nuevo a Jerusalén, y al estar caminando en el templo, vienen a él los sumos sacerdotes, junto con los escribas y los mayores,
28. Y le dicen, ¿Con qué autoridad haces tú estas cosas? ¿Y quién te dio la autoridad para hacer estas cosas?
29. Y Jesús respondió y les dijo, Yo también os voy a hacer una pregunta, y -si- me respondéis, os diré con qué autoridad hago estas cosas.
30. El bautismo de Juan, ¿Era del cielo, o de los hombres? Respondedme.
31. Y ellos razonaron entre ellos diciendo, Si decimos, Del cielo, va a decir, ¿Por qué entonces no le creisteis?
32. Pero si decimos, De los hombres; temían al pueblo, pues todos -los hombres- contaban que Juan era un profeta de verdad.
33. Y respondieron y -le- dijeron a Jesús, No -lo- podemos decir. Y Jesús respondiendo les dice, Tampoco os digo yo con qué autoridad hago estas cosas.
Marcos 10
1. Y se levantó de allí, y entra a las costas de Judea por el lado lejano del Jordán; y la gente recurre de nuevo a él; y como era su costumbre, otra vez les enseñó.
2. +Y los Fariseos vinieron a él, y le preguntaron tentándolo, ¿Es legal que un hombre deseche a -su- esposa?
3. Y él respondió y les dijo, ¿Qué os mandó Moisés?
4. Y dijeron, Moisés permitió escribir una carta de divorcio, y desecharla.
5. Y Jesús respondió y les dijo, Por la dureza de vuestro corazón os escribió este precepto.
6. Pero desde el comienzo de la creación Dios, varón y hembra los hizo él.
7. Por esta causa el hombre dejará a su padre y a su madre, y a su esposa se adherirá;
8. Y los dos serán una carne; por ello entonces ya no son dos, sino una carne.
9. Por tanto lo que Dios ha juntado -y- unido, ningún hombre -lo- separe.
10. Y en la casa de nuevo sus discípulos le preguntaron sobre el mismo -asunto-.
11. Y él les dice, Cualquiera que deseche a su esposa, y se case con otra, comete adulterio contra ella.
12. Y si una mujer deshecha a su esposo, y se casa con otro, comete adulterio.
13. + Y le trajeron niños pequeños, para que los tocara, y sus discípulos reprendieron a los que -los- traían.
14. Mas cuando Jesús -lo- vio, mucho se disgustó, y les dijo, Dejad que los niñitos vengan a mi, y no se lo prohibáis, porque de tales es el reino de Dios.
15. De verdad os digo -que-, Quien que no reciba el reino de Dios como un niñito, no va a entrar en él.
16. Y los cogió entre sus brazos, puso -sus- manos sobre ellos, y los bendijo.
17. + Y habiéndose adentrado en el camino, vino alguien corriendo, se arrodilló delante él, y le preguntó, ¿Maestro Bueno, qué hago para poder heredar al vida eterna?
18. Y Jesús le dijo, ¿Por qué me llamas bueno? Nadie -es- bueno, sino uno, -esto es- Dios.
19. Tu conoces los mandamientos, No cometas adulterio, No robes, No des falso testimonio, No defraudes, Honra a tu padre y a tu madre.
20. Y él respondió y le dijo, Maestro, todos estos los he observado desde mi juventud.
21. Entonces Jesús mirándolo lo amó, y le dijo, Una cosa te falta, márchate, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás -un- tesoro en el cielo, y ven, coge la cruz, y sígueme.
22. Y él se entristeció ante esas palabras, y acongojado se alejó, porque tenía grandes posesiones.
23. + Y Jesús miró a su alrededor, y le dice a sus discípulos, ¡Cuán difícilmente entrarán al reino de Dios los que tienen riquezas!
24. Y los discípulos quedaron atónitos ante sus palabras. Pero Jesús de nuevo responde y les dice, Hijos, ¡Cuán difícil es para los que confían en las riquezas entrar en el reino de Dios!
25. Más fácil es para un camello atravesar el ojo de una aguja, que para un hombre rico entrar en el reino de Dios.
26. Y se quedaron atónitos sin medida, diciéndose entre ellos, ¿Quién entonces se puede salvar?
27. Y Jesús mirándolos dijo, Para los hombres -es- imposible,, mas no para Dios. Pues con Dios todas las cosas son posibles.
28. + Entonces Pedro comenzó a decirle, Mira que nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido.
29. Y Jesús respondió y dijo, De verdad os digo, No hay hombre que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o padre o madre, o esposa o hijos o tierras, por mi causa y la del evangelio,
30. Que no vaya a recibir cien veces más ahora en este tiempo casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y tierras, con persecuciones, y en el mundo por venir la vida eterna.
31. Sin embargo muchos primeros serán últimos, y los últimos primeros.
32. + Y estaban subiendo camino a Jerusalén, y Jesús iba delante de ellos, y estaban asombrados, y mientras proseguían tuvieron miedo. Y de nuevo tomó a los doce, y comenzó a decirles las cosas que le debían suceder a él.
33. -Diciendo,- Mirad que a Jerusalén subimos, y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, y lo condenarán a muerte, y lo entregarán a los Gentiles;
34. Se burlarán de él, lo azotarán, lo escupirán y lo matarán; y al tercer día de nuevo él se levantará.
35. + Y Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, vienen a él diciendo, Maestro, quisiéramos que hicieras por nosotros lo que deseemos.
36. Y él les dijo, ¿Qué quisiérais que hiciera por vosotros?
37. Le dijeron, Concédenos poder sentarnos, el uno a tu mano derecha, y el otro a tu mano izquierda en tu gloria.
38. Pero Jesús les dijo, No sabéis lo que pedís: ¿Podéis beber de la copa que yo bebo? ¿Y bautizaros con el bautismo con el que me bautizo?
39. Y le dijeron, Podemos. Y Jesús les dijo, En verdad de la copa que bebo beberéis, y de igual manera con el bautismo con el que me bautizo os bautizaréis.
40. Pero el sentaros a mi mano derecha o a mi izquierda, no está en mí el darlo; sino que -será- para quienes está preparado.
41. Y cuando los diez -lo- oyeron, comenzaron a molestarse mucho con Santiago y Juan.
42. Pero Jesús los llamó -a él- y les dice, Vosotros sabéis que los que son contados para gobernar a los Gentiles sobre ellos ejercen señorío, y sus grandes sobre ellos ejercen autoridad.
43. Pero entre vosotros así no será; mas bien quien entre vosotros quiera ser grande, vuestro tendero será.
44. Y cualquiera de vosotros que quiera ser el mayor, el criado de todos será.
45. Porque ni siquiera el Hijo del hombre vino para ser atendido, sino para atender, y para dar su vida por rescate de muchos.
46. Y llegaron a Jericó; y al salir de Jericó con sus discípulos y un gran número de gente, Bartimeo, el ciego hijo de Timeo se sentó al lado del camino a mendigar.
47. al oír que era Jesús de Nazaret, comenzó a clamar, y a decir, Jesús. Hijo de Gavid, ten misericordia de mí.
48. Y muchos le encargaban que guardara silencio, pero más él gritaba a toda voz, Hijo de David, ten misericordia de mí.
49. Y Jesús se detuvo, y mandó que lo llamaran. Y llaman al hombre ciego diciéndole, Consuélate, levántate, él te llama.
50. Y arrojando lejos su manto, se levantó, y llegó a donde Jesús.
51. Y Jesús respondió y le dijo, ¿Qué quieres que haga por ti? El hombre ciego le dijo, Señor, que yo pueda recibir mi vista.
52. Y Jesús le dijo, Márchate, tu fe te ha aliviado. Y de inmediato recibió su vista, y siguió a Jesús en el camino.
Marcos 9
1. Y les dijo, De verdad os digo, Que hay algunos que están de pie aquí, que no probarán la muerte, hasta que hayan visto al reino de Dios venir con poder.
2, Y después de seis días Jesús toma -con él- a Pedro, a Santiago, y a Juan, y los dirige aparte a una alta montaña solos; y delante de ellos se transfiguró.
3. Y su vestidura se volvió brillante, extremadamente blanca cual nieve, como ningún lavador en la tierra las puede emblanquecer.
4. Y se les apareció Elías junto con Moisés, y estuvieron hablando con Jesús.
5. Y Pedro respondió y le dijo a Jesús, Maestro, es bueno que estemos acá; hagamos tres tabernáculos, uno para ti, uno para Moisés, y uno para Elías.
6. Pues no sabía que decir, pues estaban con un miedo terrible.
7. Y había una nube que -con su- sombra los cubrió, y una voz salió de la nube, diciendo, Este es mi amado Hijo, oídle a él.
8. Y de repente, habiendo mirado a su alrededor, no vieron más a ningún hombre, salvo solo a Jesús con ellos.
9. mientras bajaban de la montaña les encargó que no le contaran a ningún hombre las cosas que habían visto, hasta que el Hijo del hombre fuera levantado de los muertos.
10. Y con ellos guardaron esas palabras, cuestionándose entre ellos lo que podía significar el levantarse de los muertos.
11. + Y le preguntaron diciendo, ¿Por qué dicen los escribas que Elías debe venir primero?
12. Y él respondió y les contó, Elías de verdad viene primero, y restaura todas las cosas, y cómo está escrito del Hijo del hombre, que él debe sufrir muchas cosas, y ser tenido en nada.
13. Pero yo os digo, Que Elías en verdad ha venido y le han hecho todo lo que han querido, tal como de él está escrito.
14. + Y cuando llegó a donde -sus- discípulos, vio una gran multitud a su alrededor, y los escribas cuestionándolos.
15. Y al momento toda la gente, al mirarlo se asombró sobremanera, y corriendo a donde -él- lo saludaron.
16. Y él le preguntó a los escribas, ¿Con qué los cuestionáis?
17. Y uno de la multitud respondió y dijo, Maestro, te he traído a mi hijo, el cual tiene un espíritu mudo;
18. Y en donde sea que lo tome, lo convulsiona, él bota espuma, rechina con sus dientes, y languidece; y le hablé a tus discípulos para que lo echaran fuera, y no pudieron.
19. Él le responde y dice, Oh generación descreída, ¿Cuánto más estaré con vosotros? ¿Cuánto más os soportaré? Traédmelo.
20. Y se lo trajeron, y cuando lo vio, al momento el espíritu lo convulsionó, y él cayó al suelo, y se revolcó botando espuma.
21. Y le preguntó a su padre, ¿Desde hace cuánto le viene esto a él? Y él le dijo, Desde niño.
22. Y con frecuencia lo ha echado al fuego, y a las aguas, para destruirlo, pero si alguna cosa puedes hacer, ten compasión de nosotros, y ayúdanos.
23. Jesús le dijo, Si puedes creer, para el que cree todas las cosas -son- posibles.
24. Y al momento el padre del niño clamó con lágrimas, diciendo, Señor, yo creo, auxilia tú mi incredulidad.
25. Al ver Jesús a la gente venir corriendo en grupo, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole, -A ti- espíritu mudo y sordo, te encargo que salgas de él, y no entres más en él.
26. Y -el espíritu- gritó, lo sacudió con fuerza, y de él salió; y él quedó como muerto, tanto así que muchos dijeron, Está muerto.
27. Mas Jesús lo tomó de la mano, y lo levantó, y él se irguió
28. Y habiendo entrado a la casa, sus discípulos en privado le preguntaron, ¿Por qué no lo pudimos expulsar?
29. Y él les dijo, Esta clase por nada puede salir, sino por ayuno y oración.
30. + Y partieron de allí, y pasaron por entre Galilea, y no quiso que ningún hombre -lo- supiera.
31. Pues -le- enseñaba a sus discípulos, y -les- decía, El Hijo del hombre es entregado en manos de hombres, y lo matarán, y después de ser muerto, al tercer día se levantará.
32. Pero ellos no entendían esas palabras, y tuvieron miedo de preguntarle.
33. + Y llegó a Capernaúm, y estando en la casa les preguntó, ¿Qué era lo que disputábais entre vosotros en el camino?
34. Pero ellos guardaban silencio, pues en el camino habían disputado entre sí quién -sería- el más grande.
35. Y se sentó, y llamó a los doce, y les dice, Si algún hombre desea ser el primero, -este mismo- será el último, y el criado de todos.
36. Y tomó a un niño, lo colocó en medio de ellos, y habiéndolo tomado entre sus brazos, les dijo,
37. Quienquiera que reciba a uno de estos niños en mi nombre, a mí me recibe, y quienquiera que me reciba, a mí no me recibe, sino al que me envió.
38. + Y Juan le respondió diciendo, Maestro, vimos uno echando fuera diablos en tu nombre, y no nos sigue; y se lo prohibimos, porque no nos sigue.
39. Pero Jesús dijo, No se lo prohibáis, porque no hay hombre que haga un milagro en mi nombre, que con ligereza pueda hablar mal de mí.
40. Pues el que no está en nuestra contra de nuestra parte está.
41. Porque cualquiera que en mi nombre os de a beber un vaso de agua, porque pertenecéis a Cristo, de verdad os digo, que no perderá su recompensa.
42. Y cualquiera que ofenda a uno de -estos- pequeñitos que creen en mí, mejor es que se le colgara una piedra de molino a su cuello, y él fuera lanzado al mar.
43. Y si tu mano te ofende, córtala; mejor para ti entrar a la vida mutilado, que entrar al infierno teniendo dos manos, al fuego que nunca se va a extinguir,
44. Donde su gusano no muere, y el fuego no se apaga.
45. Y si tu pie te ofende, córtalo; mejor para ti entrar a la vida cojo, que tener dos pies -y- ser echado al infierno, al fuego que nunca se va a extinguir,
46. Donde su gusano no muere, y el fuego no se apaga.
47. Y si tu ojo te ofende, arráncalo; mejor para ti entrar al reino de Dios con un ojo, que tener dos ojos -y- ser lanzado al fuego del infierno,
48. Donde su gusano no muere, y el fuego no se extingue.
49. Porque cada uno será salado con fuego, y todo sacrificio con sal salado será.
50. Buena es la sal, mas si la sal ha perdido su salinidad, con qué la sazonaréis? Tened sal en vosotros, y tened paz unos con otros.
Marcos 8
1. En aquellos días agrandándose mucho la multitud, y sin tener qué comer, Jesús llamó a sus discípulos -donde él-, y les dice,
2. La multitud me da compasión, porque ya han estado conmigo por tres días, y no tienen nada qué comer;
3. Y si los despido en ayunas para -que se vayan- a sus propias casas, desfallecerán en el camino, pues algunos de ellos vinieron de lejos.
4, Y sus discípulos le respondieron, ¿De dónde puede un hombre satisfacer a estos con pan, acá en el yermo?
5. Y él les preguntó ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos dijeron, Siete.
6. Y mandó a la gente que se sentara en el suelo, tomó los siete panes, dio gracias, -los- partió y -los- dio a sus discípulos para que los colocaran delante, y -los- colocaron delante de la gente.
7. Tenían también unos cuantos peces pequeños, y él -los- bendijo, y mandó que los colocaran también delante.
8. De manera que comieron y se saciaron, y cogieron de los pedazos que sobraron siete canastas.
9. Y los que habían comido fueron alrededor de cuatro mil, y los despidió.
10. + Y al momento entró a un barco con sus discípulos, y llegó a las partes de Dalmanuta.
11. Y llegaron los Fariseos, y comenzaron a pregunarle, buscándole una señal del cielo, tentándolo.
12. Él suspirando profundamente en el espíritu, dijo, ¿Por qué busca esta generación una señal? De verdad os digo, No se le dará -ninguna- señal a esta generación.
13. Y los dejó, y entrando de nuevo al barco partió hasta al otro lado.
14. + Ahora bien -los discípulos- habían olvidado coger pan, y en el barco con ellos sólo tenían más que un pan.
15. Y él les encargó diciendo, Prestad atención, tened cuidado con la levadura de los Fariseos, y -con- la levadura de Herodes.
16. Y razonaban entre ellos diciendo, Es porque no tenemos pan.
17. Y cuando Jesús -lo- supo, les dice, ¿Por qué razonáis por no tener pan? ¿Aún no percibís ni entendéis? ¿Aún vuestro corazón endurecido tenéis?
18. ¿Teniendo ojos no veis? ¿Y teniendo oídos no oís? ¿Y no recordáis?
19. Cuando partí los cinco panes entre cinco mil, ¿Cuántas canastas llenas de fragmentos cogísteis? Ellos le dicen, Doce.
20. Y cuando los siete entre cuatro mil, ¿Cuántas canastas llenas de fragmentos cogisteis? Y ellos dijeron, Siete.
21. Y les dijo, ¿Cómo es que no entendéis?
22. + Y llega a Betsaida, y le traen un hombre ciego, y le ruegan que lo toque.
23. Y tomó al hombre ciego de la mano, lo sacó del pueblo, y cuando hubo escupido en sus ojos, y puesto sus manos sobre él, le preguntó si veía algo.
24. Y miró hacia arriba, y dijo, Veo a los hombres como a árboles que caminan.
25. Después de eso puso de nuevo -las- manos sobre sus ojos, y lo hizo mirar hacia arriba, y fue restaurado, y vio claramente a cada hombre.
26. Y lo despidió para su casa, diciendo, No entres al pueblo, ni -le- digas a nadie en el pueblo.
27. + Y salió Jesús junto con sus discípulos a los pueblos de Cesarea de Filipo, y en el camino le preguntó a sus discípulos, diciéndoles, ¿Quién dicen los hombres que soy yo?
28. Y ellos respondieron, Juan el Bautista; pero algunos -dicen que- Elías; y otros -que- uno de los profetas.
29. Y él les dice, Pero quién decís vosotros que soy yo? Y Pedro responde y le dice, Tu eres el Cristo.
30. Y les encargó que no debían contarle a -ningún- hombre de él.
31. Y comenzó a enseñarles, que el Hijo del hombre debía sufrir muchas cosas, ser rechazado por los mayores, los sumos sacerdotes y los escribas, ser muerto, y después de tres días de nuevo levantarse.
32. Eso lo habló diciéndolo abiertamente. Y Pedro lo tomó, y comenzó a reprenderlo.
33. Mas cuando él se hubo volteado y mirado a sus discípulos, reprendió a Pedro, diciendo, Sal de mi vista, Satanás, porque tú no saboreas las cosas que son de Dios, sino las que son de los hombres.
34. + Y cuando hubo llamado a la gente con sus discípulos también, les dijo, Cualquiera que desee venir detrás mío, que se niegue a sí mismo, y coja su cruz, y me siga.
35. Pues cualquiera que desee salvar su vida la perderá, pero quienquiera que pierda su vida por causa mía y del evangelio, ese mismo la salvará.
36. ¿Pues qué le aprovechará a un hombre, si gana el mundo entero, y pierde su alma?
37. ¿O qué dará un hombre a cambio de su alma?
38. Por tanto cualquiera que se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y llena de pecado, también de él se avergonzará el Hijo del hombre, cuando llegue en la gloria de su Padre con los santos ángeles.
Marcos 7
1. Entonces llegaron a una a él los Fariseos y algunos escribas, los cuales venían de Jerusalén.
2. Y cuando vieron a algunos de sus discípulos comer pan con manos contaminadas, esto es, no lavadas, hallaron falta.
3. Pues los Fariseos y todos los Judíos, si no -se- lavan con frecuencia las manos no comen, guardando -así- la tradición de los mayores.
4. Y -viniendo- del mercado, si no -se- lavan, no comen. y muchas otras cosas hay, las cuales han recibido guardar, -como- el lavado de las tazas y -de- las ollas, -de las- vasijas de bronce, y -de las- mesas.
5. Entonces los Fariseos y escribas le preguntaron, ¿Por qué no andan tus discípulos de acuerdo con la tradición de los mayores, sino que comen el pan sin lavarse las manos?
6. Él respondió y les dijo, Bien ha profetizado Isaías de vosotros hipócritas, como está escrito, Este pueblo con -sus- labios me honra, pero su corazón está lejos de mí.
7. Sin embargo en vano me adoran, enseñando -por- doctrina los mandamientos de los hombres.
8. Porque haciendo a un lado el mandamiento de Dios, guardáis la tradición de los hombres, como el lavado de las ollas y de las tazas, y hacéis muchas cosas cosas semejantes.
9. Y les dijo, Rechazáis por completo el mandamiento de Dios, para poder guardar vuestra propia tradición.
10. Porque Moisés dijo, Honra a tu padre y a tu madre, y Quien maldiga a padre o madre, sentenciadlo a muerte.
11. Pero vosotros decís, Si un hombre le dice a su padre o madre, -Es un- Corbán, quiere decir, un regalo, lo que sea que puedas tener provecho de mi; -libre quedará-
12. Y no le dejáis más deberes hacia su padre o madre.
13. Haciendo la palabra de Dios sin efecto por medio de vuestra tradición, la cual habéis entregado; y hacéis muchas cosas semejantes.
14. + Y cuando hubo llamado a toda la gente -a él- les dijo, Prestadme todos oído, y entended:
15. No hay nada en las afueras del hombre que al entrar lo pueda contaminar; más bien las cosas que de él salen, aquellas son las que contaminan al hombre.
16. Si algún hombre tiene oídos para oír, que oiga.
17. Y cuando hubo entrado a la casa, de -despedir a- la gente, sus discípulos le preguntaron acerca de la parábola.
18. Y él les dice, ¿También estáis así, sin entendimiento? ¿No percibís que cualquier cosa de afuera que entra al hombre, no lo puede contaminar;
19. Porque a su corazón no entra, sino al vientre, y sale a los desechos purgando toda comida?
20. Y dijo, Aquello que sale sale del hombre, -es- lo que al hombre contamina.
21. Porque de los adentros, del corazón del hombre, proceden los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los asesinatos,
22. Los robos, la codicia, la maldad, el engaño, el desorden sexual, la mirada malvada, la blasfemia, el orgullo y la tontería;
23. Todos estas malas cosas llegan de adentro, y al hombre contaminan.
24. + Y se levantó de allí y entró a los límites de Tiro y Sidón, y a una casa entró, y no quería que hombre -alguno lo- supiera, mas esconderse no pudo.
25. Pues -cierta- mujer, cuya hija tenía un espíritu impuro, oyó de él, y vino y cayó a sus pies.
26. La mujer era Griega, de nacionalidad Sirofenicia, y le rogaba que echara fuera al diablo de su hija.
27. Pero Jesús le dijo, Que primero los hijos se sacien, pues no conviene tomar el pan de los hijos, y lanzárselo a los perros.
28. Y ella respondió y le dijo, Sí Señor, sin embargo los perros de debajo de la mesa comen de las migajas de los hijos.
29. Y él le dijo, Por lo dicho márchate; el diablo ha salido de tu hija.
30. Y al llegar a su casa, halló que el diablo -se había- ido, y a su hija acostada en la cama.
31. + Y partiendo otra vez de las costas de Tiro y de Sidón, llegó al mar de Galilea atravesando las costas de Decápolis.
32. Y le trajeron uno que estaba sordo, y que tenía un impedimento en su habla, y le rogaron que pusiera su mano sobre él.
33. Y lo llevó a un lado de la multitud, puso sus dedos en sus oídos, escupió y tocó su lengua;
34. Y mirando al cielo suspiró, y le dijo, Éfata, que es, Ábrete.
35. Y al momento se abrieron sus oídos, y la cuerda de su lengua fue liberada, y habló claro.
36. Y les encargó que no le fueran a decir a hombre -alguno-, pero entre más les encargaba, mucho más abundantemente -lo- publicaban.
37. Y quedaban totalmente atónitos, diciendo, Todas las cosas las ha hecho bien, hace tanto a los sordos oír como a los mudos hablar.