Hechos 21

1. Y vino a suceder que después de que nos hubiéramos alejado de ellos, habiendo zarpado, con un curso directo llegamos hasta Cos, y al -día- siguiente a Rodas, y de allí -fuimos- hasta Pátara;
2. Y al encontrar un barco que navegaba hasta Fenicia, nos embarcamos, y partimos.
3. Ahora bien. Al descubrir a Chipre, lo dejamos a mano izquierda, y nos adentramos en barco a Siria, llegando a tierra en Tiro; porque allí el barco iba a descargar su carga.
4. Y al encontrar discípulos, tardamos allí siete días, los cuales -le- dijeron a Pablo por el Espíritu, que no debía subir a Jerusalén.
5. Y cumplidos esos días, partimos y emprendimos camino; y todos ellos nos acompañaron junto con sus esposas y niños, hasta salir de la ciudad; y en la playa nos arrodillamos y oramos.
6. Cuando nos hubimos despedido los unos de los otros, tomamos el barco, y ellos retornaron de nuevo a -sus- hogares.
7. Y habiendo terminado la ruta de Tiro, llegamos a Tolemaida, saludamos a los hermanos, y nos quedamos con ellos un día.
8. Al -día- siguiente. Los que éramos de la compañía de Pablo partimos, y llegamos a Cesarea, -donde- entramos a la casa de Felipe el evangelista, el cual era de los siete, y nos alojamos con él.
9. Y este mismo hombre, tenía cuatro hijas vírgenes, las cuales profetizaban.
10. Y mientras nos quedábamos -allí- por muchos días, vino de Judea cierto profeta llamado Ágabo.
11. Y cuando hubo llegado a nosotros, tomó el ceñidor de Pablo, se ató sus mismas manos y pies, y dijo, Esto dice el Espíritu Santo, Así atarán los Judíos en Jerusalén al dueño de este ceñidor, y -lo- entregarán en manos de los Gentiles.
12. Y al oír estas cosas, tanto nosotros como los de aquel lugar, le rogábamos que no subiera a Jerusalén.
13. Pablo entonces respondió, ¿Qué os proponéis con llorar y quebrarme el corazón? Porque estoy listo no sólo a ser atado, sino también a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús.
14. Y cuando no quiso ser persuadido, cesamos -de rogarle-, diciendo, Que se haga la voluntad del Señor.
15. Y después de aquellos días tomamos nuestros carruajes, para subir a Jerusalén.
16. Iban también con nosotros -algunos- de los discípulos de Cesarea, y con ellos traían a uno -llamado- Mnasón, de Chipre, un antiguo discípulo con quien nos alojaríamos.
17. Y al llegar a Jerusalén, los hermanos nos recibieron alegremente.
18. Al día siguiente Pablo entró con nosotros donde Santiago; y todos los -hermanos- mayores estaban presentes.
19. Y cuando los hubo saludado, declaró particularmente qué cosas había el Señor realizado entre los gentiles por su ministerio.
20. Y al oír-lo-, glorificaban al Señor, y le dijeron, Ves hermano, cuántos miles de Judíos hay que creen, y son celosos de la ley;
21. Ellos están informados de ti. Que les enseñas a los Judíos de entre los Gentiles a abandonar a Moisés, diciendo que no deben circuncidar a -sus- hijos, ni andar de acuerdo a las costumbres.
22. ¿Qué es esto entonces? La multitud precisa reunirse. Porque van a escuchar que tu has venido.
24. Haz por tanto lo que te digamos: Tenemos a cuatro hombres que tienen un voto con ellos; Tómalos, purifícate con ellos, encárgate con ellos de se puedan rapar las cabezas, y todos puedan saber que aquellas cosas de las que fueron informados acerca de ti, no son nada, sino que tú mismo andas también ordenadamente, y guardas la ley.
25. En lo tocante a los Gentiles que creen, hemos escrito -y- concluído que no observen tales cosas, salvo sólo que se guarden de -cosas- ofrendadas a los ídolos, de sangre, de -animales- estrangulados y de la fornicación.
26. Pablo entonces tomó -estos- hombres, y al día siguiente purificándose él con ellos entró en el templo, para significar el cumplimiento de los días de la purificación, hasta que se hiciera una ofrenda por cada uno de ellos.
27. Y estando a punto de terminar los siete días. Los Judíos que estuvieron en Asia, al verlo en el templo, alborotaron a todo el pueblo, y echaron mano de él,
28. Auxilio, hombres de Israel; Este es el hombre que enseña a todos en todo lugar en contra del pueblo, de la ley y de este lugar, y además entró también a Griegos en el templo, polucionando este santo lugar.
29. (Porque habían visto antes con él en la ciudad a Trófimo, un Efesio, a quien supusieron que Pablo había traído al templo.)
30. Y se conmovió toda la ciudad, y el pueblo corrió a reunirse, tomaron a Pablo, lo sacaron del templo, y en el acto las puertas se cerraron.
31. Y cuando estaban a punto de matarlo, llegaron noticias al capitán principal de la banda, que toda Jerusalén estaba alborotada.
32. El cual inmediatamente tomó soldados y centuriones, bajaron corriendo hasta donde ellos, y cuando vieron al capitán principal y a los soldados, dejaron de golpear a Pablo.
33. El capitán principal entonces se acercó, lo tomó, mandó que -lo- ataran con dos cadenas, y demandó -saber- quién era, y qué había hecho.
34. Unos gritaban una cosa, otros otra de entre la multitud; y al no poder conocer del tumulto -la razón- cierta, mandó que fuera llevado al castillo.
35. Y al llegar a las escaleras, era tanta la violencia de la gente que fue llevado alzado por los soldados.
36. Porque la multitud del pueblo -los- seguía gritando, Fuera con él.
37. Y cuando Pablo estaba para ser entrado al castillo, le dijo al capitán principal, ¿Te puedo hablar? El cual dijo, ¿Puedes hablar Griego?
38. ¿No eres ese Egipcio, el cual anteriormente -habías- hecho un alboroto, y guiaste hasta el desierto a cuatro mil asesinos?
39. Pero Pablo dijo, Soy un hombre Judío de Tarso, -una ciudad- de Cilicia, ciudadano de una ciudad no común, y te ruego que me dejes hablarle al pueblo.
40. Y habiéndole dado licencia, Pabló se paró en las escaleras, e hizo señas con la mano a la gente. Hubo un gran silencio, -y les- habló en lengua Hebrea lo siguiente,

Hechos 20

1. Y después que el alboroto cesó, Pablo llamó hasta -él- a los discípulos, -los- abrazó, y partió para ir a Macedonia.
2. Y cuando hubo pasado por esas partes, y habiéndoles dado muchas exhortaciones, llegó a Grecia.
3. Allí habitó -por- tres meses. Y al acecharlo los Judíos porque él estaba a punto de navegar a Siria, se propuso retornar -entonces- a través de Macedonia.
4. Y ahí lo acompañaron hasta Asia Sópater de Berea, Aristarco y Segundo de los Tesalonicenses, Gayo de Derbe y Timoteo, y Tíquico y Trófimo de Asia.
5. Estos yendo antes se demoraron por nosotros en Troas.
6. Partimos entonces navegando de Filipos después de los días del pan sin levadura, y en cinco días llegamos a Troas hasta ellos, en donde nos quedamos siete días.
7. Y el primer -día- de la semana, cuando los discípulos se congregaban para partir el pan, Pablo les predicó, listo para partir en la mañana, y continuó su charla hasta media noche.
8. Y había muchas luces en la habitación de arriba, donde estaban congregados.
9. Y cierto joven llamado Eutico, sentado en una ventana, cayó en profundo sueño; y mientras Pablo predicaba- por- largo -rato, aquel- se profundizó en el sueño, y cayó desde el tercer aposento, y fue levantado muerto.
10. Pablo bajó, cayó en él, y abrazándo-lo- dijo, No os turbéis, pues su vida se hallla en él.
11. Habiendo -Pablo- entonces subido otra vez, partido y comido el pan, y hablado por largo rato hasta la misma madrugada, así partió.
12. Ellos trajeron entonces al joven vivo, y fueron consolados, -y- no poco.
13. + Y nosotros fuimos delante a embarcarnos, y navegamos a Asón, intentando allí recoger a Pablo, pues así -lo- había él señalado, proponiéndose él ir por tierra.
14. Y cuando nos encontramos con él en Asón, lo recogimos, y llegamos a Mitilene.
15. Y de allí navegamos, y al -día- siguiente llegamos al frente de Quío; un día después arribamos a Samos, y nos demoramos en Trogilio, para llegar al día siguiente a Mileto.
16. Pues Pablo había determinado navegar por Éfeso, porque deseaba no gastar tiempo en Asia, ya que se apresuraba a que le fuera posible estar en Jerusalén el día de Pentecostés.
17. + Y de Mileto envió a -algunos a- Éfeso, y llamó a los -hermanos- mayores de la congregación.
18. Y cuando hubieron llegado a -donde- él, les dijo, Sabéis que desde el primer día qie llegué a Asia, qué costumbres he tenido con vosotros en toda ocasión,
19. Sirviendo al Señor con completa sencillez en mi pensar, con muchas lágrimas y tentaciones, las cuales me -han- sobrevenido por los acechos de los Judíos;
20. -Y- cómo no retuve nada que -os- fuera provechoso, sino que os he manifestado y enseñado públicamente y de casa en casa,
21. Atestiguando tanto a los Judíos como también a los Griegos, del arrepentimiento hacia Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo.
22. Y ahora, mirad que voy atado en el espíritu a Jerusalén, sin conocer las cosas que me van a sobrevenir allá,
23. Salvo lo que el Espíritu Santo atestigua en cada ciudad, diciendo que me aguardan cadenas y aflicciones.
24. Mas ninguna de estas cosas me mueve, ni considero valiosa la vida para mí, con el fin de poder acabar mi trayecto con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, de atestiguar del evangelio de la gracia de Dios.
25. Y ahora, mirad que´sé que todos vosotros, entre quienes he ido predicando el reino de Dios, no veréis mi rostro ya más.
26. Por tanto os tomo para que testimoniéis este día, que -estoy- limpio de la sangre de todos.
27. Porque no he evitado revelaros todo el consejo de Dios.
28. Cuidaos por tanto a vosotros y a todo el rebaño, del que el Espíritu Santo os ha hecho supervisores, para alimentar a la iglesia de Dios, la cual él ha adquirido con su propia sangre.
29. Porque sé esto, que después de mi partida, entrarán en vuestras filas lobos crueles, -que- no preserverán el rebaño.
30. Además de entre vosotros se levantarán hombres hablando cosas perversas, para alejar a los discípulos tras ellos.
31. Por tanto vigilad, y recordad, que por espacio de tres años no -he- cesado día y noche de amonestar con lágrimas a cada uno.
32. Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, la cual es capaz de edificaros, y de daros una herencia junto con todos aquellos que están santificados.
33. No he codiciado plata, oro ni atuendo de hombre -alguno-.
34. Sí, vosotros mismos sabéis que estas manos han atendido a mis -propias- necesidades, y a -las de- los que estaban conmigo.
35. Os he dado a conocer todas las cosas, -de- cómo laborando así, debéis sostener a los débiles, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo, Hay mayor bendición en dar que en recibir.
36. + Y cuando así hubo hablado, se arrodilló, y oró con todos ellos.
37. Y todos lloraban amargamente, se aferraban al cuello de Pablo y lo besaban.
38. Acongojándose más que nada por las palabras que habló, de que no verían su rostro ya más. Y lo acompañaron hasta el barco.

Hechos 19

1. Y vino a acontecer que mientras Apolos estaba en Corinto, Pablo habiendo pasado por las costas de arriba llegó a Éfeso, y al encontrar a ciertos discípulos,
2. Les dijo, ¿Habéis recibido el Espíritu Santo desde que creísteis? Y ellos le dijeron, No hemos oído mucho acerca de si hay Espíritu Santo alguno.
3. Y él les dijo, ¿En qué fuisteis bautizados entonces? Y ellos dijeron, En el bautismo de Juan.
4. Dijo entonces Pablo, De verdad Juan bautizó con el bautismo del arrepentimiento, diciéndole a la gente, que creyeran en aquel que iba a venir después de él, esto es, en Cristo Jesús.
5. Cuando oyeron -esto-, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús.
6. Y cuando Pablo hubo puesto -sus- manos sobre ellos, el Espíritu Santo vino sobre ellos, y hablaron en lenguas, y profetizaron.
7. Y todos los hombres eran alrededor de doce.
8. Y él entró a la sinagoga, y habló atrevidamente por espacio de tres meses, disputando y persuadiendo acerca de los asuntos del reino de Dios.
9. Mas cuando algunos se endurecieron y no creyeron, sino que hablaban mal del camino delante de la multitud, el se apartó de ellos, y separó a los discípulos, disputando diariamente en la escuela de alguien -llamado- Tiranno.
10. Y esto continuó por espacio de dos años, de manera que todos los que moraban en Asia, tanto Judíos como Griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús.
11. Y Dios obraba milagros especiales por medio de Pablo,
12. Tanto así que de su cuerpo eran llevados pañuelos o delantales a los enfermos, y las enfermedades se alejaban de ellos, o los malos espíritus salían de ellos.
13. + Entonces algunos de los Judíos vagabundos y exorcistas, se encargaron de invocar sobre los que tenían malos espíritus el nombre del Señor Jesús, diciendo, Te conjuramos por el Jesús que Pablo predica,
14. Y hubo siete hijos de Esceva, un Judío principal de los sacerdotes que hicieron esto.
15. Y el espíritu malo respondió y dijo, Conozco a Jesús, y conozco a Pablo, ¿pero vosotros quienes sois?
16. Y el hombre en quien el espíritu estaba saltó sobre ellos, y los venció, tanto que huyeron de aquella casa desnudos y heridos.
17. Y esto fue conocido por todos los Judíos y también los Griegos que moraban en Éfeso, y les cayó temor a todos ellos, y el nombre del Señor Jesús fue magnificado.
18. Y muchos de los que creyeron vinieron, confesaron y dieron a conocer sus obras.
19. Además muchos de los que practicaban artes curiosas trajeron -y- reunieron sus libros, y los quemaron delante de todos -los hombres-; y contaron el precio de estos, y encontraron -que era- cincuenta mil -piezas- de plata.
20. Así de poderosamente crecía y prevalecía la palabra de Dios.
21. + Después de que terminaran estas cosas, Pablo, cuando hubo pasado por Macedonia y Acaya, se propuso en el espíritu, ir a Jerusalén, diciendo, Después de haber estado allá, debo ver también Roma.
22. Así que envió a Macedonia a dos de los que le ministraban, a Timoteo y a Erasto; mas él se quedó en Asia por una temporada.
23. Y -por- ese mismo tiempo se levantó un no muy pequeño alboroto acerca del camino.
24. Porque cierto -hombre- llamado Demetrio, un platero que hacía capillas de plata para Diana, le daba una ganancia no pequeña a los artesanos;
25. A quienes él reunió -junto- con los trabajadores de ocupaciones similares, y dijeron, Señores, vosotros sabéis que por este arte obtenemos nuestra riqueza.
26. Más aún vosotros veis y oís, que no solamente en Éfeso, sino casi en toda Asia, este Pablo ha persuadido y alejado a mucha gente, diciendo que aquellos que son hechos con las manos no son dioses;
27. Así que no sólo este nuestro oficio está en peligro de convertirse en nada, sino que además el templo de la gran diosa Diana debe ser despreciado, y su magnificencia destruída, aquella a quien toda Asia y el mundo adoran.
28. Y al oir -estas palabras-, se llenaron de ira, y gritaron, diciendo, Grande -es- Diana de los Efesios.
29. Y toda la ciudad se llenó de confusión, y habiendo tomado a Gayo y a Aristarco, hombres de Macedonia, -y- compañeros de viaje de Pablo, en común acuerdo se abalanzaron -y- entraron al teatro.
30. Y cuando Pablo quiso entrar-donde- la gente, los discípulos no lo dejaron.
31. Y algunos de los principales de Asia, que eran sus amigos, enviaron por él, solicitándo-le- que no se aventurara a entrar al teatro.
32. Algunos por tanto gritaban una cosa, y otros otra, porque la asamblea estaba confundida, y la mayor parte no sabía porqué se había congregado.
33. Y los Judíos sacaron a Alejandro de la multitud y lo pusieron adelante. Alejandro les hizo señas con la mano, queriendo hacer su defensa ante el pueblo.
34. Pero cuando supieron que era Judío, todos a una voz, por espacio de dos horas gritaban, Grande -es- Diana de los Efesios.
35. Y cuando el secretario municipal huo apaciguado al pueblo, dijo, Hombres de Éfeso, ¿qué hombre hay que no conozca que la ciudad de los Efesios es adoradora de la gran diosa Diana, y de la -imagen- que cayó de Júpiter?
36. Viendo pues que no se puede hablar en contra de estas cosas, debéis tranquilizaros, y nada hacer precipitadamente.
37. Pues acá habéis traído a estos hombres que no son ni ladrones de iglesias, -y- ni siquiera blasfemos de vuestra diosa.
38. Por tanto si Demetrio y los artesanos que están con él tienen un asunto en contra de algún hombre, la ley está dispuesta, y existen diputados; que se demanden entre ellos.
39. Pero si inquirís algo acerca de otros asuntos, esto se va a determinar en una asamblea legal.
40. Porque estamos en peligro de ser llamados a indagatoria por el alboroto de este día, sin haber causa por la que podamos dar cuenta de este concurso.
41. Y cuando hubo hablado así, despidió a la asamblea.

Hechos 18

1. Después de estas cosas Pablo partió de Atenas, y llegó a Corinto.
2. Y encontró a cierto Judío llamado Aquila, nacido en Ponto, -quien- últimamente -había- venido de Italia, con su esposa Priscila; (porque Claudio le había mandado a los Judíos que partieran de Roma;) y llegaron a -donde- ellos.
3. Y como era del mismo oficio, se quedó y trabajó con ellos, pues se ocupaban en hacer tiendas.
4. Y razonaba en la sinagoga cada día de reposo, persuadiendo a los Judíos y a los Griegos.
5. Y cuando Silas y Timoteo hubieron llegado de Macedonia, Pablo estaba apremiado en el espíritu, y -le- testificaba a los Judíos -que- Jesús era Cristo.
6. Y cuando se le opusieron, y blasfemaron, el sacudió -sus- vestiduras, y les dijo, Vuestra sangre -sea- sobre vuestras cabezas; yo -estoy- limpio; de ahora en adelante iré a los Gentiles.
7. + Partió de allí, y entró a la casa de cierto -hombre-, llamado Justo, que adoraba a Dios, cuya casa -se- había unido fuertemente a la sinagoga.
8. Y Crispo, el jefe principal de la sinagoga, creyó en el Señor -junto- con tode su casa, y muchos de los Corintios al oír creyeron, y fueron bautizados.
9. Entonces el Señor le habló a Pablo por la noche en una visión, No tengas miedo, sino habla, y no guardes silencio;
10. Porque yo estoy contigo, y ningún hombre te atacará para herirte, pues tengo mucha gente en esta ciudad.
11. Y él continuó -allí- por un año y seis meses, enseñando la palabra de Dios entre ellos.
12. Y cuando Galio era el diputado de Acaya, los Judíos acordaron hacer una insurrección en contra de Pablo, y lo llevaron al tribunal,
13. Diciendo, Este -señor- persuade a los hombres a adorar a Dios -de forma- contraria a la ley.
14. Y cuando Pablo ya estaba a punto de abrir la boca, Galio -le- dijo a los Judíos, Si fuera un asunto de agravio u obscenidad malvada, Oh Judíos, razón sería para soportaros;
15. Pero si es una cuestión de palabras y nombres, y -de- vuestra ley, mirad vosotros -por ello-; porque yo no seré juez de tales -asuntos-.
16. Y lo condujeron del tribunal.
17. Entonces todos los Griegos tomaron a Sóstenes, el gobernante principal de la Sinagoga, y -lo- golpearon delante del tribunal, Y Galio no cuidó nada de esas cosas.
18. + Pablo -después de esto- se demoró -allí- por un buen tiempo, y luego dejó a los hermanos, y navegó de allí a Siria, y con él Priscila y Aquila, habiendo rapado -su- cabeza en Cencrea, pues -había- hecho un voto.
19. Y llegó a Éfeso, dejándolos allí; pero él mismo entró a la sinagoga, y razonaba con los Judíos.
20. Cuando ellos -le- solicitaron que se quedara más tiempo con ellos, no -lo- consintió.
21. Sino que se despidió de ellos diciendo, Debo a toda costa guardar en Jerusalén esta fiesta que viene; mas retornaré de nuevo a vosotros, si Dios quiere. Y navegó desde Éfeso.
22. Y al llegar a tierra en Cesarea, -habiendo- subido y saludado a la congregación, bajó a Antioquía.
23. Y después de haber gastado algún tiempo -allí,- partió y pasó por -todo- el país de Galacia y de Frigia en orden, fortaleciendo a todos los discípulos.
24. + Y cierto Judío llamado Apolos, nacido en Alejandría, hombre elocuente -y- fuerte en las escrituras, llegó a Éfeso.
25. Este hombre era instruido en el camino del Señor, y con fervor de espíritu hablaba y enseñaba diligentemente los asuntos del Señor, conociendo únicamente el bautismo de Juan.
26. Y comenzó a hablar atrevidamente en la sinagoga; a quien cuando Aquila y Priscila habían oído, lo tomaron hacia donde -ellos,- y le expusieron el camino de Dios de forma más perfecta.
27. Y cuando -Apolos- estuvo dispuesto a pasar a Acaya, los hermanos escribieron, exhortándole a los discípulos que lo recibieran, quien cuando hubo llegado, ayudó mucho a los que habían creído por medio de la gracia;
28. Pues él valientemente convencía a los Judíos, -y esto- públicamente, indicando por las escrituras que Jesús era Cristo.

Hechos 17

1. Ahora bien, cuando habían pasado por Anfípolis y Apolonia, llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga de los Judíos;
2. Y Pablo, tal como era su manera, entró hasta -donde- ellos, y -durante- tres días sabat, razonó con ellos -acerca- de las escrituras,
3. Mostrando y alegando que Cristo precisaba haber sufrido, y -haberse- levantado de los muertos; y que este Jesús, de quien os predico, es Cristo.
4. Y algunos de ellos creyeron y acompañaron a Pablo y a Silas, junto con una gran multitud de Griegos devotos, además de no pocas de las mujeres principales.
5. + Pero los Judíos que no creyeron, movidos por la envidia, tomaron con ellos cierta gente lasciva de baja clase, reunieron una compañía, pusieron a toda la ciudad en alboroto, asaltaron la casa de Jasón y buscaron sacarlos al pueblo.
6. Y cuando no los hallaron, llevaron a Jasón y a unos hermanos a los gobernantes de la ciudad, gritando, Estos que han puesto al mundo boca abajo también han venido acá:
7. A quienes Jasón ha recibido; y todos estos hacen lo contrario de los decretos del César, diciendo que hay otro rey, -llamado- Jesús.
8. Y atribularon al pueblo y a los gobernantes de la ciudad, al oír ellos estas cosas.
9. Y habiendo recibido fianza de Jasón y de los otros, los dejaron ir.
10. + Y los hermanos de inmediato enviaron lejos a Pablo y a Silas por la noche a Berea, quienes al llegar -allá- entraron a la sinagoga de los Judíos.
11. Estos fueron más nobles que los de Tesalónica, en cuanto a que recibieron la palabra con toda disponibilidad de mente, y buscaban diariamente las escrituras, -para saber- si aquellas cosas eran tal.
12. Por eso muchos de ellos creyeron, además de -algunas- mujeres Griegas honorables, y hombres no pocos.
13. Pero cuando los Judíos de Tesalónica tuvieron conocimiento de que la palabra de Dios era predicada por Pablo en Berrea, llegaron allá también y alborotaron a la gente.
14. E inmediatamente los hermanos enviaron a Pablo a irse como si fuera por el mar, pero Silas y Timoteo aún habitaron allí.
15. Y los que condujeron a Pablo lo llevaron a Atenas, y al recibir mandamiento para Silas y Timoteo de que vinieran a toda prisa donde él, ellos partieron.
16. + Ahora bien, Mientras Pablo los aguardaba en Atenas, su espíritu se conmovió al ver la ciudad totalmente dada a la idolatría.
17. Por tanto disputaba él en la sinagoga con los Judíos y con las personas devotas, y en el mercado diariamente con aquellos que se encontraba.
18. Entonces unos filósofos de los Epicúreos y de los Estoicos, se encontraron con él. Y algunos dijeron, ¿Qué dirá este hablador? Algunos otros-dijeron-, Parece ser un expositor de dioses extranjeros, porque les predicaba a Jesús y la resurrección.
19. Lo tomaron y lo llevaron al Aerópago, diciendo, ¿Podemos saber de qué -se trata- esta nueva doctrina de la que hablas?
20. Ya que traes ciertas cosas extrañas a nuestros oídos, nos gustaría saber por tanto qué significan estas cosas.
21. (Porque todos los Atenienses y extranjeros que se encontraban allí gastaban su tiempo en nada más que en contar u oír cosas nuevas.)
22. + Entonces Pablo se paró en medio de la colina de Marte, y dijo, Hombres de Atenas, percibo que sois bastante supersticiosos en todas las cosas.
23. Pues al pasar y observar vuestras devociones, encontré un altar con esta inscripción, AL DIOS DESCONOCIDO. A quien por tanto adoráis con ignorancia, -es- a él a quien os declaro.
24. Dios, que hizo el mundo y todas las cosas -que hay- en él, viendo que él es Señor del cielo y de la tierra, no mora en templos hechos a mano;
25. Ni tampoco es adorado por manos humanas, como si necesitara de alguna cosa, viendo que él da a todos vida, aliento, y todas las cosas;
26. Y de una sangre ha hecho todas las naciones de los hombres, para que moren por toda la faz de la tierra, y ha determinado con anterioridad los tiempos señalados, junto con los límites de sus habitaciones;
27. Para que busquen al Señor, por si de pronto lo puedan sentir, y encontrar, aunque no está lejos de cada uno de nosotros;
28. Pues en él vivimos, nos movemos, y existimos; como también algunos de vuestros propio poetas han dicho, Somos también su descendencia.
29. Así también entonces como somos descendencia de Dios, no debemos pensar que la Divinidad es como oro, plata o piedra tallada en arte o por diseño del hombre.
30. Y a los tiempos de esta ignorancia Dios los ha pasado por alto, pero ahora le manda a todos los hombres de todo sitio, a que se arrepientan,
31. Porque él ha señalado un día, en el cual juzgará al mundo con justicia por -aquel- hombre a quien él ha ordenado, -el cual- ha confirmado ante todos -los hombres-, en cuanto a que de los muertos lo ha levantado.
32. Y cuando oyeron de la resurrección de los muertos, algunos se burlaron, y otros dijeron, En otra ocasión te oiremos.
33. Y así Pablo se alejó de ellos.
34. No obstante ciertos hombres se adhirieron a él, y creyeron; entre los cuales -estaba- Dionisio el Areopagita, una mujer llamada Damaris , y otros más.

Hechos 16

1. Vino entonces a Derbe y a Listra, y mirad que cierto discípulo estaba allí, de nombre Timoteo, hijo de cierta mujer, la cual era Judía, y creía, pero su padre -era- Griego;
2. El cual tenía buen reporte de los hermanos que estaban en Listra y en Iconio.
3. Pablo quiso que él fuera con él, lo tomó y lo circuncidó a causa de los Judíos que estaban en esa región, pues todos sabían que su padre era Griego.
4. Y al pasar por las ciudades, les entregaron los decretos a guardar, ordenados por los apóstoles y los -hermanos- mayores que estaban en Jerusalén.
5. Y así fueron establecidas las congregaciones en la fe, y su número se incrementaba cada día.
6. Ahora pues, cuando habían pasado por Frigia y la región de Galacia, el Espíritu Santo les prohibió predicar la palabra en Asia,
7. Después de llegar a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se los permitió.
8. Y pasando al lado de Misia llegaron a Troas.
9. Y una visión le llegó a Pablo en la noche; Allí un hombre de Macedonia parado, le rogaba, diciendo, Ven a Macedonia, y ayúdanos.
10. Y después de haber tenido él la visión, se empeñaron en entrar a Macedonia, concluyendo ciertamente que el Señor nos había llamado a predicarles el evangelio.
11. Por tanto al zarpar de Troas, llegamos con curso recto a Samotracia, y al -día- siguiente a Neápolis.
12. Y de allí a Filipos, que es la ciudad principal de esa parte de Macedonia, -y- una colonia; y estuvimos posando en esa ciudad por unos días.
13. Y el -día- sabat salimos de la ciudad al lado del río, en donde se acostumbraba a hacer oración, nos sentamos, y le hablamos a las mujeres que recurrían -allá-.
14. + Y una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, quien adoraba a Dios, -nos- oía, cuyo corazón el Señor abrió, para atender a las cosas que eran habladas por Pablo.
15. Y cuando fue bautizada, junto con su casa, -nos- rogó, diciendo, Si me habéis juzgado fiel al Señor, venid a mi casa, y posad -allí-. y nos apremió.
16. Y aconteció que mientras íbamos a la oración, una damisela poseída por un espíritu de adivinación, quien le daba a sus maestros mucha ganancia por su adivinación, nos encontró,
17. Esta misma -nos- seguía a Pablo y a nosotros, y gritaba, diciendo, Estos hombres son los siervos del Dios altísimo, los cuales nos indican el camino de la salvación.
18. Y por muchos días hizo esto. Pero Pablo, contrariado, se volteó y le dijo al espíritu, En el nombre de Jesucristo te mando que salgas de ella. Y en esa misma hora salió.
19. + Y al ver sus maestros que la esperanza de sus ganancias se había ido, agarraron a Pablo y a Silas, -los- llevaron al mercado donde los gobernantes,
20. Y los trajeron a los magistrados, diciendo, Estos hombres Judíos, atribulan sobremanera nuestra ciudad,
21. Y enseñan costumbres que no es legal para nosotros recibir, ni observar, -pues- somos Romanos.
22. Y la multitud se levantó a una contra ellos, y los magistrados rasgaron sus ropas, y ordenaron golpear-los-.
23. Y cuando hubieron descargado muchos azotes sobre ellos, -los -lanzaron a la prisión, encargándole al carcelero que los guardara con seguridad;
24. Quien habiendo recibido tal encargo, los empujó a la prisión interna, e hizo asegurar sus pies en el cepo.
25. Y a medianoche Pablo y Silas oraban, y cantaban alabanzas a Dios, y los prisioneros las oían.
26. Y de repente hubo un gran terremoto, tan -grande- que los fundamentos de la prisión se sacudieron, e inmediatamente se abrieron todas las puertas, y se soltaron las correas de todos.
27. Y el guardia de la prisión despertándose de su sueño, y viendo abiertas las puertas de la prisión, sacó su espada, queriendo matarse, pensando que los prisioneros habían huido.
28. Pero Pablo clamó a toda voz, diciendo, No te hagas daño, porque todos estamos acá.
29. Entonces pidió una luz, la levantó, entró, y se acercó temblando, cayendo delante de Pablo y Silas,
30. Y los sacó y dijo, Señores, ¿Qué debo hacer para salvarme?
31. Y ellos -le- dijeron, Cree en el Señor Jesucristo, y junto con tu casa te salvarás.
32. Y le hablaron la palabra del Señor, y a todos los que estaban en su casa.
33. Y en esa misma hora de la noche los llevó, y lavó -sus- azotes, y al momento fue bautizado, él, al igual que todos los suyos.
34. Y cuando los hubo entrado a su casa, arregló comida para ellos, y se regocijó, creyendo en Dios con toda su casa.
35. Y siendo de día, los magistrados enviaron a los sargentos, diciendo, Deja ir a esos hombres.
36. Y el guarda de la prisión le dijo esto a Pablo, Los magistrados han enviado -mensaje- para que os deje ir; partid por tanto ahora, e idos en paz.
37. Pero Pablo les dijo, Abiertamente sin condenarnos nos golpearon, siendo nosotros Romanos, y -nos- echaron a prisión, ¿y ahora en secreto nos echan fuera? En verdad, no; más bien que vengan ellos mismos a sacarnos.
38. Y el sargento le contó estas palabras a los magistrados, y ellos temieron al oír que eran Romanos.
39. Y llegaron, les rogaron, -los- sacaron, y -les- pidieron que partieran de la ciudad.
40. Salieron de la prisión, y entraron a -la casa de- Lidia, y cuando hubieron visto a los hermanos, los comfortaron, y partieron.

Hechos 15

1. Y ciertos hombres que llegaron de Judea -le- enseñaban a los hermanos, y decían, A menos que os circuncidéis según la manera de Moisés, no podéis ser salvos.
2. Por tanto cuando Pablo y Bernabé tuvieron una disensión y disputa no pequeña con ellos, determinaron que Pablo, Bernabé y algunos otros de ellos, subieran a Jerusalén donde los apóstoles y -hernanos -mayores para -dirimir- esta cuestión.
3. Y siendo encaminados por la congregación, pasaron por Fenicia y Samaria, declarando la conversión de los Gentiles; y causaron un gran gozo a todos los hermanos.
4. Al llegar a Jerusalén, fueron recibidos por la congregación, los apóstoles y -hermanos- mayores, y declararon todas las cosas que Dios había hecho con ellos.
5. Pero algunos de la secta de los Fariseos que creían se levantaron, diciendo que Era necesario circuncidarlos, y mandar-les- que guardaran la ley de Moisés.
6. + Y los apóstoles y -hermanos- mayores vinieron -y- se reunieron para considerar el asunto.
7. Y habiendo habido mucha disputa, Pedro se levantó, y les dijo, Hombres -y- hermanos, sabéis cómo hace un buen tiempo Dios hizo una elecció0n entre nosotros, que los Gentiles por mi boca, oyeran la palabran del evangekio y creyeran.
8. Y Dios, el cual conoce los corazones les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo, así como -lo hizo- con nosotros.
9. Y no puso diferencia entre ellos y nosotros, purificando sus corazones por la fe.
10. Por tanto ahora ¿por qué tentáis a Dios -queriendo- poner un yugo sobre el cuello de los discípulos, el cual ni nuestras padres ni nosotros fuimos capaces de cargar?
11. Pero nosotros creemos que por medio de la gracia del Señor Jesúcristo seremos salvos, como también ellos.
12. Entonces toda la multitud guardó silencio, y le prestó oído a Bernabé y a Pablo, que declararon los milagros y maravillas que Dios había producido entre los Gentiles por ellos.
13. + Y después de que guardaran silencio, Santiago respondió diciendo, Hombres -y- hermanos, escuchadme,
4. Simón ha declarado cómo Dios al principio visitó a los Gentiles, para sacar de ellos un pueblo para su nombre.
15. Y con esto las palabras de los profetas están de acuerdo; tal como está escrito,
16. Después retornaré, y construiré de nuevo el tabernáculo de David, el cual está caído, y construiré de nuevo sus ruinas, y lo estableceré;
17. Para que el remanente de hombres pueda buscar al Señor, y todos los Gentiles, sobre quienes mi nombre es llamado, dice el Señor quien hace todas estas cosas.
18. Todas las obras de Dios conocidas son por él desde el comienzo del mundo.
19. Por tanto mi sentencia es que no atribulemos a los que de entre los Gentiles se vuelvan a Dios;
20. Sino que les escribamos, para que se abstengan de las poluciones de los ídolos, -de- la fornicación, -de- cosas estranguladas, y -de- sangre.
21. Porque Moisés de tiempo antaño tiene en cada ciudad a los que lo predican, siendo leído en las sinagogas todos los días sabat.
22. Entonces le complació a los apóstoles y a los -hermanos- mayores, junto con toda la congregación, enviar a hombres escogidos de su propia compañía a Antioquía con Pablo y Bernabé; -tales como- Judas de sobrenombre Barsabás, y a Silas, hombres principales entre los hermanos.
23. Y escribieron por su cuenta de esta manera, Los apóstoles. -hermanos- mayores y hermanos -envían- saludos a los hermanos de los Gentiles que están en Antioquía, Siria y Cilicia.
24. Debido a que hemos oído que algunos que salieron de nosotros os han atribulado con palabras, perturbando vuestras almas, diciendo, -Debéis- ser circuncidados y guardar la ley; a quienes no dimos tal mandamiento;
25. Nos pareció bien reunirnos -y- en común acuerdo enviar a vosotros hombres elegidos, -junto- con nuestros amados Bernabé y Pablo,
26. Hombres que han arriesgado sus vidas por el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
27. Hemos enviado por tanto a Judas y a Silas, quienes también -os- contarán de -su- boca estas mismas cosas.
28. Porque al Espíritu Santo y a nosotros nos pareció bien no colocar sobre vosotros mayor carga que estas cosas necesarioas -cuales son-,
29. Que os abstengáis de comidas ofrendadas a los ídolos, de sangre, de cosas estranguladas, y de la fornicación, de las que si os guardáis de ellas, haréis bien. Que os vaya bien.
30. Así que cuando fueron enviados, llegaron a Antioquía, y cuando hubieron convocado a la multitud, entregaron la epístola;
31. Cuando -la- hubieron leído, se regocijaron por la consolación.
32. Y Judas y Silas, siendo ellos también profetas, exhortaron a los hermanos con muchas palabras, y -los- confirmaron.
33. Y tras haberse quedado -allí- por un tiempo, fueron despedidos en paz por los hermanos -en su viaje- hasta donde los apóstoles.
34. Mas sin embargo a Silas le plació permanecer aún allí.
35. También Pablo y Bernabé continuaron en Antioquía, enseñando y predicando la palabra del Señor, también con muchos otros.
36. + Y algunos días después Pablo le dijo a Bernabé, Vayamos de nuevo y visitiemos a nuestros hermanos en cada ciudad en donde hemos predicado la palabra del Señor, -para ver- cómo andan.
37. Y Bernabé -estaba- determinado a llevar a Juan, cuyo sobrenombre era Marcos, con ellos.
38. Pero Pablo no pensaba -que fuera- bueno llevarlo con ellos, a quien se había apartado de ellos desde Panfilia, y no se había ido a la obra con ellos.
39. Y la contienda entre ellos era tan aguda, que se separaron el uno del otro; de esta manera Bernabé tomó a Marcos y navegaron a Chipre;
40. Y Pablo tomó a Silas, y partieron, habiendo sido recomendados por los hermanos a la gracia de Dios.
41. Y atravesó Siria y Cilicia, confirmando a las congregaciones.

Hechos 14

1. Y vino a acontecer que en Iconio, entraron juntos a la sinagoga de los Judíos, y hablaron de tal forma que una gran multitud tanto de los Judíos -como- de los Griegos creyeron.
2. Pero los Judíos incrédulos azusaron a los Gentiles, e hicieron que sus mentes se afectaran de mala -manera- contra los hermanos.
3. Por tanto por mucho tiempo posaron -allí, hablando atrevidamente del Señor, el cual dio testimonio de la palabra de su gracia, y concedió que se hicieran señales y maravillas por -medio de- sus manos.
4. Mas la multitud de la ciudad estaba dividida, parte se aferraba a los Judíos, y parte a los apóstoles.
5. Y al ocurrir un asalto tanto de los Gentiles como de los Judíos -junto- con sus gobernantes, para tratar-los- con desprecio y apedrearlos,
6. Fueron avisados de -ello-, y huyeron a Listra y a Derbe, ciudades de Licaonia, y a la región que yace a -su- alrededor.
7. Y allí predicaron el evangelio.
8. + Y -estaba- sentado allí en Listra cierto hombre impotente de sus pies, siendo inválido desde el vientre de su madre, -y- que nunca había caminado.
9. Este mismo oyó hablar a Pablo, quien mirándolo fijamente, y percibiendo que tenía la fe para curarse,
10. Dijo a plena voz, Párate recto en tus pies. Y él saltó y caminó.
11. Y cuando la gente vio lo que Pablo había hecho, levantaron sus voces diciendo en el lenguaje de Licaonia, Los dioses han bajado a nosotros con apariencia de hombres.
12. Y llamaron a Bernabé, Júpiter, y a Pablo, Mercurio, ya que él era el orador principal.
13. Entonces el sacerdote de Júpiter que estaba antes -de llegar- a su ciudad, trajo bueyes y guirnaldas -de flores- hasta los portones, y quería hacer-les- sacrificios con el pueblo.
15. Cuando los apóstoles Bernabé y Pablo, oyeron -de ello-, se rasgaron sus ropas, y entraron corriendo entre la gente, gritando,
16. Y diciendo, Señores, ¿por qué hacéis estas cosas? Nosotros también somos hombres de pasiones iguales a vosotros, y os predicamos que debéis volveros de estas vanidades al Dios vivo, el cual hizo el cielo, la tierra, el mar y todas las cosas que en -ellos- hay;
16. Quien en tiempos pasados permitió que las naciones andaran en sus propios caminos.
17. Sin embargo no se quedó sin testimonio, en cuanto a hacer el bien, darnos lluvia del cielo y fructiferas estaciones, llenando nuestros corazones con comida y alegría.
18. Y con estos dichos escasamente impidieron ellos al pueblo, que no les hicieran sacrificios.
19. + Y llegaron allí Judíos de Antioquía e Iconio, quienes persuadieron al pueblo, y, habiendo apedreado a Pablo, -lo- retiraron de la ciudad, suponiendo que había sido muerto.
20. Sin embargo, mientras los discípulos se quedaban de pie rodeándolo, él se levantó, y entró a la ciudad, y al día siguiente partió con Bernabé a Derbe.
21. Y cuando -le- hubieron predicado el Evangelio a esa ciudad, y enseñado a muchos, de nuevo retornaron a Listra, Iconio, y Antioquía,
22. Confirmando a las almas de los discípulos, -y- exhortándoles a continuar en la fe, y -recordándoles- que a través de muchas tribulaciones debemos entrar en el reino de Dios
23. Y habiendo ordenado a los mayores de cada congregación, y habiendo orado con ayuno, los encomendaron al Señor en quien creían.
24. Y después de haber pasado por Pisidia, llegaron a Panfilia.
25. Y habiendo predicado la palabra en Perga, bajaron a Atalia;
26. Y de allí navegaron a Antioquía, desde donde ellos habían sido recomendados a la gracia de Dios para el trabajo que ellos -habían- cumplido.
27. Y cuando hubieron llegado y convocado a la iglesia, contaron con detalle todo lo que Dios había hecho con ellos, y cómo él había abierto la puerta de la fe a los Gentiles.
28. Y allí posaron por mucho tiempo con los discípulos.

Hechos 13

1. Ahora bien, había en la congregación que estaba en Antioquía ciertos profetas y profesores, tales como Bernabé, Simeón que era llamado Níger, Lucio de Cirene, Manaén, el cual había sido criado con Herodes el tetrarca y Saulo.
2. Y mientras servían al Señor, y ayunaban, el Espíritu Santo dijo, Separadme a Bernabé y a Saulo para la obra que los he llamado.
3. Y cuando hubieron ayunado y orado, y puesto -sus- manos sobre ellos, los despidieron.
4. + De manera que ellos, siendo enviados por el Espíritu Santo partieron a Seleucia, y de allí navegaron hasta Chipre.
5. Y cuando estuvieron en Salamina, predicaron la palabra de Dios en las sinagogas de los Judíos; también tenían a Juan como -su- ministro.
6. Y habiendo atravesado la isla de Pafos, encontraron a cierto hechicero, a un falso profeta, un Judío, cuyo nombre era Bar-Jesús;
7. El cual estaba con el diputado del país, Sergio Paulo, un hombre prudente, quien llamó a Bernabé y a Saulo, y deseaba oír la palabra de Dios.
8. Pero Elimas el hechicero (pues así se interpretaba su nombre) los resistía, buscando desviar al diputado de la fe.
9. Entonces Saulo, (quien también –es llamado- Pablo,) lleno del Espíritu Santo, fijó sus ojos en él,
10. Y dijo, Oh lleno de toda sutileza y desgracia, hijo del diablo, enemigo de toda justicia, ¿no vas a cesar de pervertir los caminos correctos del Señor?
11. Y ahora, mira que la mano del Señor -está- sobre ti, y quedarás ciego, sin ver el sol por una temporada. E inmediatamente cayó sobre él una neblina y oscuridad; y anduvo por ahí buscando a alguien que lo guiara de la mano.
12. El diputado entonces, al ver lo sucedido, creyó, quedando atónito ante la doctrina del Señor.
13. Ahora bien, cuando Pablo y su compañía zarparon de Pafos, llegaron a Perga en Panfilia, y Juan apartándose de ellos retornó a Jerusalén.
14. + Pero cuando partieron de Perga, llegaron a Antioquía en Pisidia, entraron a la sinagoga el día sabat, y se sentaron.
15. Y después de la lectura de la ley y los profetas, los regentes de la sinagoga enviaron por ellos, diciendo, Hombres hermanos, si tenéis alguna palabra de exhortación para el pueblo, decidla.
16. Pablo entonces se paró, y señalando con -su- mano dijo, Hombres de Israel, y vosotros los que teméis a Dios, prestad oído.
17. El Dios del pueblo de Israel escogió a nuestros padres, y exaltó al pueblo cuando moraban como extranjeros en la tierra de Egipto, y con un alto brazo los sacó de ella.
18. Y por un tiempo de cuarenta años soportó sus modales en el yermo.
19. Cuando hubo destruído a siete naciones en la tierra de Canaán, les dividió su tierra a suertes.
20. Y después de aquello, les dio jueces por un espacio de cuatrocientos cincuenta años, hasta Samuel el profeta.
21. Después desearon un rey, y Dios les dio a Saúl, el hijo de Cis, un hombre de la tribu de Benjamín, por un espacio de cuarent años.
22. Y cuando lo hubo removido, les levantó a David para que fuera su rey, de quien también dio testimonio y dijo, He encontrado a David, -el hijo- de Isaí, un hombre de acuerdo a mi propio corazón, el cual cumplirá toda mi voluntad.
23. De la simiente de este hombre, Dios de acuerdo con -su- promesa, le ha levantado a Israel un Salvador, a Jesús;
24. Cuando Juan, habiéndole primero predicado antes de su venida el bautismo del arrepentimiento a todo el pueblo de Israel,
25. Y mientras Juan cumplía su curso, dijo, ¿Quién pensáis vosotros que soy? Yo no soy -él-. Pero, mirad que viene uno después de mí, cuyo calzado de -sus- pies no soy digno de desatar.
26. Hombres -y- hermanos, hijos de la estirpe de Abraham, y quienquiera entre vosotros que tema a Dios, a vosotros es enviada la palabra de esta salvación.
27. Para los que moran en Jerusalén, y sus gobernantes, porque no lo conocían, ni tampoco las voces de los profetas que leemos cada día sabat, ellos han cumplido -estas mismas- al condenar-lo-.
28. Y así no encontraran causa de muerte -en él-, sin embargo le rogaron a Pilato que fuera muerto.
29. Y cuando hubieron cumplido todo lo que estaba escrito de él, -lo- bajaron del árbol, y -lo- colocaron en un sepulcro.
30. Pero Dios lo levantó de los muertos;
31. Y -por- muchos días fue visto por aquellos que subieron con él desde Galilea a Jerusalén, los cuales son sus testigos ante la gente.
32. Y a vosotros os declaramos las buenas nuevas, de cómo la promesa que se había hecho a los padres,
13. Esta misma Dios nos ha cumplido a sus hijos, de que de nuevo ha levantado a Jesús; como también está escrito en el segundo salmo, Tú eres mi Hijo, este día te he engendrado.
14. Y en lo concerniente a que lo levantó de los muertos, -ya- no más para retornar a la corrupción, sobre este asunto él dijo, Os daré las misericordias aseguradas a David.
15. Por tanto él también dice en otro -salmo-, No dejarás que tu Santo vea corrupción.
36. Porque David, después de haber servido a su propia generación por la voluntad de Dios, cayó dormido, fue colocado con sus padres y vio corrupción.
38. + Por tanto sea sabido por vosotros, hombres -y- hermanos, que por medio de este hombre se os predica el perdón de los pecados;
39. Y por él todo los que crean, de todas las cosas sean justificados, -sí-, de las cuales no pudisteis ser justificdos por la ley de Moisés.
40. Por tanto cuidaos, no sea que venga sobre vosotros aquello que está hablado por los profetas;
41. Vosotros despreciadores, mirad, maravillaos y pereced; porque yo realizo una obra en vuestros días, una obra, en la cual vosotros de ninguna manera creéis, así un hombre os la declare.
42. Y al salir los Judíos de la sinagoga, los Gentiles rogaban que se les pudiera predicar estas palabras el siguiente sabat.
43. Ahora bien, cuando la congregación finalizó, muchos de los Judíos y prosélitos religiosos siguieron a Pablo y a Bernabé, los cuales al hablarles, los persuadieron para que continuaran en la gracia de Dios.
44. + Y al siguiente día sabat, vino unida casi toda la ciudad para oír la palabra de Dios.
45. Pero al ver los Judíos las multitudes, se llenaron de envidia, y hablaron en contra de aquellas cosas que eran habladas por Pablo, contradiciéndo-las- y blasfemando.
46. Entonces Pablo y Bernabé, llenos de atrevimiento dijeron, Era necesario que la palabra de Dios primero hubiera sido hablada a vosotros, pero viendo que la desecháis, y os juzgáis indignos de la vida eterna, he aquí que a los Gentiles nos volvemos.
47. Pues así nos ha mandado el Señor, -diciendo,-Te he fijado para que seas luz de los Gentiles, -y- para que seas salvación hasta los confines de la tierra.
48. Y cuando los Gentiles oyeron esto, se alegraron, y glorificaron la palabra del Señor, y cuantos eran ordenados para la vida eterna creyeron.
49. Y la palabra del Señor se publicaba por toda la región.
50. Pero los Judíos incitaron a las mujeres devotas y honorables, y a los gobernantes de la ciudad, y levantaron persecución contra Pablo y Bernabé, y los expulsaron de sus costas.
51. Pero ellos sacudieron el polvo de sus pies en contra de aquellos, y llegaron a Iconio.
52. Y los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo.

Hechos 12

1. Ahora bien, por ese tiempo Herodes el rey extendió -sus- manos para maltratar a algunos de la iglesia.
2. Y mató a Santiago el hermano de Juan a espada.
3. Y como vio que esto le complacía a los Judíos, procedió más adelante a coger también a Pedro. (Eran entonces los días del pan sin levadura.)
4. Cuando lo hubo aprehendido, -lo- puso en prisión, y -lo- entregó a cuatro cuaternios de soldados para que lo guardaran, con el fin de llevarlo al pueblo después de la Pascua.
5. Pedro entonces era mantenido en la prisión, pero se hacía oración sin cesar por él a Dios por parte de la iglesia.
6. Y cuando Herodes quería llevarlo, esa misma noche Pedro estaba durmiendo en medio de dos soldados, atado con dos cadenas, y los guardias delante de la puerta resguardaban la prisión.
7. Y mirad que el ángel del Señor llegó hasta donde -él-, y una luz alumbró la prisión; él golpeó a Pedro por el costado, y lo levantó diciendo, Levántate rápido. Y sus cadenas se le cayeron de las manos.
8. Y el ángel le dijo, Ajústate y amarra tus sandalias. Y él así hizo. Le dijo, Échate el manto, y sígueme.
9. Y salió, y lo siguió, y no sabía que era verdad lo que pasaba con el ángel, sino que pensaba que tenía una visión.
10. Cuando hubieron pasado la primera y la segunda guardia, llegaron al portón de hierro que guiaba a la ciudad, el cual por cuenta propia se abrió ante ellos, salieron, pasaron por una calle, y en el acto el ángel se apartó de él.
11. Y cuando Pedro vino en sí, dijo, Ahora sé con certeza, que el Señor ha enviado su ángel, me ha librado de la mano de Herodes, y -de- toda la expectativa del pueblo de los Judíos.
12. Y cuando hubo observado, llegó a la casa de María la madre de Juan, cuyo sobrenombre era Marcos, en donde muchos estaban congregados orando.
13. Y al tocar Pedro a la puerta del portón, una doncella llamada Roda vino para escuchar.
14. Y al saber que era la voz de Pedro, no abrió la puerta de la alegría, sino que corrió adentro, y contó cómo Pedro -estaba- parado ante el portón.
15. y ellos le dijeron, Estás loca. Pero ella afirmaba sin cesar que era así. Ellos dijeron entonces, Es su ángel.
16. Pero Pedro continuaba tocando, y cuando abrieron -la puerta- y lo vieron, quedaron atónitos.
17. Pero él, señalándoles con la mano que guardaran silencio, les declaró cómo lo había sacado el Señor de la prisión. Y dijo, Id y hacedle saber estas cosas a Santiago y a los hermanos. Y partió -de allí-, y se fue a otro lugar.
18. Ahora bien, tan pronto como se hizo de día, no fue una pequeña conmoción la que hubo entre los soldados por lo que había acontecido con Pedro.
19. Y cuando Herodes lo hubo buscado sin encontrarlo, examinó a los guardas, y mandó que fueran llevados a la muerte. Y bajó de Judea a Cesarea, y -allí- habitó.
20. + Y Herodes se desagradó en extremo con los de Tiro y Sidón, ; pero ellos llegaron unánimes hasta donde él, y habiendo hecho de Blasto el chamberlán del rey, su amigo, desearon paz, porque su país era nutrido por el del rey.
21. Y un día determinado Herodes se arregló con atuendos reales, se sentó en su trono y les hizo una oratoria.
22. Y la gente daba gritos -diciendo-, La voz de un dios, y no la de un hombre.
23. E inmediatamente el ángel del Señor lo golpeó, por no darle la gloria a Dios, fue comido por gusanos y entregó el espíritu.
24. + Pero la palabra de Dios crecía y se multiplicaba.
25. Y Bernabé y Saulo retornaron de Jerusalén, habiendo cumplido -su- ministerio, y tomaron con ellos a Juan, cuyo sobrenombre era Marcos.