Apocalipsis 17

1. Y llegó uno de los siete ángeles que tenían los siete frascos, y habló y me dijo, Ven aquí; te daré a conocer el juicio a la gran ramera que se sienta sobre muchas aguas,
2. Con quien los reyes de la tierra han fornicado, y los habitantes de ella se han embriagado con el vino de su fornicación.
3. Entonces me llevó lejos en el espíritu hasta donde el yermo, y vi a una mujer sentada sobre una bestia de color escarlata, atestada de nombres de blasfemias, que tenía siete cabezas y diez cuernos.
4. Y la mujer estaba ataviada de color púrpura y escarlata, y arreglada con oro, perlas y piedras preciosas, -y- tenía una copa de oro en su mano, rebosante de abominaciones y de las inmundicias de su fornicación,
5. Y en su frente -estaba- escrito un nombre, EL MISTERIO DE BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.
6. Y vi a la mujer embriagada con la sangre de los santos, y con la sangre de los mártires de Jesús, y al verla me sorprendí e impresioné grandemente.
7. Y el ángel me dijo, ¿Por qué te sorprendes? Te contaré del misterio de la mujer, y de la bestia que la lleva, que tiene siete cabezas y diez cuernos.
8. La bestia que viste fue, no es, ascenderá del abismo sin fondo, y va a la perdición, y los que moran en la tierra se maravillarán, -aquellos- cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida desde la fundación del mundo, cuando contemplen a la bestia que fue, -que- no es, y sin embargo es.
9. Y aquí -se verá- la mente que tiene sabiduría: Las siete cabezas son siete montañas, sobre las cuales se sienta la mujer.
10. Y hay siete reyes, cinco han caído, uno es, -y- el otro aún no ha llegado, y cuando llegue, debe continuar -ahí- por un corto espacio -de tiempo-.
11. Y la bestia que era, y no es, aún es la octava, y es de las siete, y va a la perdición.
12. Y los diez cuernos que viste son diez reyes, que aún no han recibido el reino, pero que recibirán poder como reyes -por- una hora con la bestia.
13. Estos harán la guerra con el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de -los- señores, y Rey de -los- reyes, y los que están con él -son- llamados, escogidos, y fieles.
14. Y el me dijo, Las aguas que viste, donde la ramera se sienta, son gentes, multitudes, naciones y lenguas.
16. Y los diez cuernos que viste sobre la bestia, estos odiarán a la ramera, la asolarán, la desnudarán, comerán su carne, y con fuego la quemarán.
17. Porque Dios ha puesto en sus corazones el cumplir la voluntad de él, y el ponerse de acuerdo para entregarle su reino a la bestia, hasta que la palabras de Dios se cumplan.
18. Y la mujer que viste es esa gran ciudad, que reina sobre los reyes de la tierra.

Apocalipsis 16

1. Y oí una fuerte voz salir del templo que le decía a los siete ángeles, Tomad vuestro rumbo, y derramad los frascos de la ira de Dios sobre la tierra.
2. Y el primero salió, y derramó su frasco sobre la tierra, y cayó una llaga fétida y dolorosa sobre los hombres que tenían la marca de la bestia, y -sobre- los que adoraban su imagen.
3. Y el segundo ángel derramó su copa sobre el mar, y este se convirtió como en la sangre de un muerto, y murió toda alma viva -que se encontraba- en el mar.
4. Y el tercer ángel derramó su frasco sobre los ríos y fuentes de las aguas, y estos se convirtieron en sangre.
5. Y -le- oí decir al ángel de las aguas, Eres justo, Oh Señor, quien eres, fuiste, y serás, por haber juzgado así.
6. Ya que ellos derramaron la sangre de los santos y -de los- profetas, y tú sangre les diste a beber, pues se lo merecen.
7. Y oí a otro decir desde el altar, Que así sea, Señor Dios Todopoderoso, ciertos y justos -son- tus juicios.
8. Y el cuarto ángel derramó su frasco sobre el sol, y a este se le dió poder para chamuscar a los hombres con -su- fuego.
9. Y los hombres fueron abrasados por un gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios, quien tenía el poder sobre esas plagas, y no se arrepintieron para darle la gloria a él.
10. Y el quinto ángel derramó su frasco sobre el trono de la bestia, y su reino se llenó de oscuridad, y mordieron sus lenguas del dolor,
11. Y blasfemaron al Dios de los cielos a causa de sus dolores y de sus llagas, y no se arrepintieron de sus obras.
12. Y el sexto ángel derramó su frasco sobre el gran río Éufrates, y el agua de este se secó, para poderle preparar el camino a los reyes del oriente.
13. Y vi a tres espíritus immundos semejantes a las ranas -salir- de la boca del dragón, de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta.
14. Pues son los espíritus de diablos, obradores de milagros, -que- van hasta los reyes de la tierra y del mundo entero, para reunirlos para la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso.
15. Mirad que como ladrón yo llego. Bendito el que vigile, y mantenga sus vestiduras, no sea que -se encuentre- andando desnudo, y vean su vergüenza.
16. Y los reunió -y- los juntó en un lugar llamado en Hebreo Armagedón.
17. Y el séptimo ángel derramó su frasco en el aire, y del templo del cielo salió una fuerte voz desde el trono, que decía, Ya está.
18. Y hubo sonidos, rayos y truenos, y ocurrió un gran terremoto, tal cual no había habido desde que los hombres existieron en la tierra, un terremoto muy fuerte -y- poderoso.
19. Y la gran ciudad fue dividida en tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron, y la Gran Babilonia vino a la remembranza delante de Dios, para darle la copa del vino de la fiereza de su ira.
20. Y se desaparecieron todas las islas, y no se encontró montaña -alguna-.
21. Y del cielo cayó sobre los hombres un granizo gigante, -cada piedra- pesando alrededor de un talento, y los hombres blasfemaron a Dios a causa de la plaga del granizo, porque esta fué exageradamente intensa.

Apocalipsis 15

1. Y vi otra señal grande y maravillosa en el cielo, a siete ángeles portando las últimas siete plagas, pues en ellas se completa la ira de Dios.
2. Y vi como si fuera un mar de cristal aleado con fuego, y a los que habían obtenido la victoria sobre la bestia, y sobre su imagen, sobre su marca, -y- sobre el número de su nombre, parados en el mar de cristal, con las arpas de Dios.
3. Y cantan la canción de Moisés el siervo de Dios, y la canción del Cordero, que dice, Grande y maravillosas -son- tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y ciertos -son- tus caminos, -Oh- tú Rey de los santos.
4. ¿Quién no te va a temer, Oh Señor, y a glorificar tu nombre? Pues -tú- sólo eres santo; ya que todas las naciones vendrán ante tí y adorarán, porque tus juicios se han hecho conocer.
5. Y después de eso miré, y, he aquí, el templo del tabernáculo del testimonio en el cielo estaba abierto,
6. Y los siete ángeles salieron del templo, portando las siete plagas, vestidos de lino blanquísimo, y sus pechos ceñidos con cintos de oro.
8. Y una de las cuatro bestias le dió a los siete ángeles siete frascos de oro llenos de la ira de Dios, quien vive para siempre jamás.
9. Y el templo se llenó del humo de la gloria de Dios, y de su poder, y ningún hombre fué capaz de entrar en el templo, -sino- hasta que las siete plagas de los siete ángeles se cumplieran.

Apocalipsis 14

1. Y miré, y, observé a un Cordero parado en el monte de Sion, y con él ciento cuarenta -y- cuatro mil, que tenían el nombre del Padre del Cordero escrito en la frente de ellos.
2. Y oí un sonido en el cielo, como de muchas aguas, y como de un trueno fuerte, y oí -también- el sonido de arpistas tocando sus arpas,
3. Y cantaban como si fuera una canción nueva delante del trono, y delante de las cuatro bestias, y de los hermanos mayores, y ningún hombre podía aprender aquella canción sino los ciento cuarenta -y- cuatro mil, que fueron redimidos de la tierra.
4. Estos son los que no se deshonraron entre las mujeres, pues son -como mujeres- vírgenes. Son los que siguen al Cordero donde sea que vaya. Estos fueron redimidos de entre los hombres, -siendo- los primeros frutos para Dios y para el Cordero.
5. Y en sus bocas no se encontró engaño, porque aparecen sin falta delante del trono de Dios.
6. Y vi volar a otro ángel en medio del cielo, que tenía el evangelio eterno para predicar-lo- a los que moran en la tierra, y a toda nación, familia, lengua y pueblo.
7. Diciendo a gran voz, Temed a Dios, y dadle la gloria, pues ha llegado la hora de su juicio, y adorad al que hizo el cielo, la tierra, el mar, y las fuentes de las aguas.
8. Y le siguió otro ángel, que decía, Ha caído Babilonia, ha caído, aquella gran ciudad, por -haber- hecho beber a todas las naciones del vino de la ira de su fornicación.
9. Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz, Si algún hombre adora a la bestia y a su imagen, y recibe -su- marca en la frente, o en la mano,
10. Él mismo beberá del vino de la ira de Dios, el cual se derrama puro en la copa de su indignación, y será atormentado con fuego y azufre en presencia de los santos ángeles, y del Cordero,
11. Y el humo de su tormento asciende por siempre jamás, y no tienen descanso -ni de- día ni de noche, quienes adoren a la bestia y a su imagen, ni quienquiera que reciba la marca de su nombre.
12. Aquí está la paciencia de los santos, y aquellos que guardan los mandamientos de Dios, y la fe de Jesús.
13. Y oí del cielo una voz que me decía, Escribe, Benditos de aqui en adelante los que mueran en el Señor, Sí, dice el Espíritu, para que así puedan descansar de sus labores, también sus obras le siguen.
14. Y miré, y he aquí una nube blanca, y sobre la nube -estaba- sentado -uno- parecido al Hijo del hombre, portando en su cabeza una corona de oro, y en su mano una hoz afilada.
15. Y otro ángel salió del templo, gritando a toda voz al que estaba sentado en la nube, Mete la hoz y siega, porque ha llegado la hora de que siegues, ya que la cosecha de la tierra está madura.
16. Y el que -estaba- sentado en la nube metió su hoz en la tierra, y la tierra fue segada.
17. Y otro ángel salió del templo que está en el cielo, portando también una hoz afilada.
18. Y otro ángel que tenía poder sobre el fuego salió del altar, y le gritó con gran voz a quien tenía la hoz afilada, diciéndo-le-, Mete tu hoz afilada, y reúne los racimos de la vid de la tierra, porque sus uvas están completamente maduras.
19. Y el ángel metió su hoz en la tierra, reunió la vid, y -la- lanzó al gran lagar de la ira de Dios.
20. Y el lagar fué pisado fuera de la ciudad, y salió sangre del lagar, aún hasta los frenos de los caballos, en un radio de mil seicientos estadios.

Apocalipsis 13

1. Y me paré en la arena del mar, y vi a una bestia levantarse del mar, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cuernos diez coronas, y en sus cabezas el nombre de la blasfemia.
2. Y la bestia que vi era parecida a un leopardo, sus pies eran como de oso, y su boca como la de un león, y el dragón le otorgó su poder, y su silla, y una gran autoridad.
3. Y vi una de sus cabezas como si fuera herida hasta la muerte, y su herida mortífera fue sanada, y todo el mundo se maravilló -y siguió- tras la bestia.
4. Y ellos adoraron al dragón que le dio el poder a la bestia, también adoraron a la bestia, diciendo, ¿Quién como la bestia? ¿quién es capaz de hacer guerra contra él?
5. Y le fue otorgada una boca que hablaba ideas grandes y blasfemias, y le fue dado poder para continuar por cuarenta -y- dos meses.
6. Y abría su boca con blasfemias contra Dios, blasfemando contra su nombre, contra su tabernáculo, y contra los que moran en el cielo.
7. Y le fue otorgado hacer guerra contra los santos, y vencerles, también se le otorgó poder sobre todas las familias, las lenguas y las naciones.
8. Y todos los que moran en la tierra lo adorarán, -aquellos- cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida del Cordero ejecutado desde la fundación del mundo.
9. Si algún hombre presta oído, que escuche.
10. El que conduce a cautiverio, entrará en cautiverio, el que a espada mata a espada debe morir. Aquí está la paciencia y la fe de los santos.
11. Y observé otra bestia que salía de la tierra, y tenía dos cuernos como un cordero, y hablaba como un dragón.
12. Y ejerce todo el poder de la primera bestia delante de este, y hace que la tierra y los que moran en ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortífera fue sanada.
13. Y realiza grandes maravillas, tanto así que hace bajar fuego del cielo sobre la tierra ante la vista de los hombres,
14. Y engaña a los que moran en la tierra con esos milagros que tiene poder de realizar a la vista de la bestia, diciéndole a los que moran en la tierra, que deben hacerle una imagen a la bestia, que tuvo la herida de espada y vivió.
15. Y él tenía el poder para darle vida a la imagen de la bestia, para que esta pudiera tanto hablar, como hacer que cuantos no quisieran adorarla tuvieran que ser muertos.
16. Y él hace que todos, tanto grandes como pequeños, ricos y pobres, libres y esclavos, reciban una marca en su mano derecha, o en su frente,
17. Y que ningún hombre pudiera comprar o vender, salvo el que tuviera la marca, el nombre de la bestia, o el número de su nombre.
18. Aquí hay sabiduría. Que el que tenga entendimiento cuente el número de la bestia, ya que es el número de un hombre, y su número -es- Seiscientos sesenta -y- seis.

Apocalipsis 12

1. Y una gran maravilla apareció en el cielo, una mujer vestida con el sol, y la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas,
2. 2. Y estando preñada gritaba, en labor de parto, y con dolores de alumbramiento.
3. Y otra maravilla apareció en el cielo, y he aqui un gran dragón, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y siete coronas sobre sus cabezas.
4. Y su cola extrajo la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó a la tierra, y el dragón se paró delante de la mujer que estaba a punto de alumbrar, para devorar a su hijo tan pronto como naciera.
5. Y dió a luz a un niño varón, el cual estaba para regir a todas las naciones con vara de hierro, y su hijo fué arrebatado hasta Dios,-hasta- su trono.
6. Y la mujer huyó hasta el yermo, donde tiene un lugar preparado por Dios, para que allí la puedan alimentar por mil doscientos sesenta días.
7. Y hubo una guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron contra el dragón, y el dragón combatía con sus ángeles,
8. Y no predominaron, ni se halló ya más lugar en el cielo para ellos.
9. Y el gran dragón fue expulsado, aquella vieja serpiente, llamada el Diablo, también Satanás, el cual engaña al mundo entero, fue lanzado hasta la tierra, y sus ángeles fueron expulsados con él.
10. Y oí una voz fuerte en el cielo diciendo, Ya llegó la salvación, la fuerza, el reino de nuestro Dios, y el poder de su Cristo, porque el acusador de nuestros hermanos está derribado, quien día y noche ante Dios los acusaba.
11. Y ellos lo vencieron por la sangre del Cordero, y por la palabra de su testimonio, y no amaron sus vidas hasta la muerte.
12. Por eso regocijaos, cielos, y vosotros los que morais en ellos. ¡Ay de los habitantes de la tierra y del mar! Pues el diablo ha bajado hasta vosotros, con una gran ira, porque sabe que le queda muy poquito tiempo.
13. Y cuando el dragón vió que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que -había- dado a luz al -niño- varón.
14. Y dos alas de una gran águila le fueron dadas a la mujer, para poder volar de la faz de la serpiente hasta el yermo, a su lugar, donde es nutrida por un tiempo, tiempos, y medio tiempo.
15. Y la serpiente expulsó de su boca como una inundación de aguas tras de la mujer, para que ella fuera arrastrada por la inundación.
16. Y la tierra auxilió a la mujer, -pues- abrió su boca y se tragó la inundación que el dragón -había- expulsado de su boca.
17. Y el dragón se airó con la mujer, y se fue a hacer guerra contra el remanente de la simiente de ella, los cuales guardan los mandamientos de Dios, y tienen el testimonio de Jesucristo.

Apocalipsis 11

1. Y me fue dada una caña con semejanza de vara, y el ángel de pie, dijo, Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él.
2. Pero el patio que está fuera del templo déja-lo-, y no lo midas, pues está dado a los Gentiles, y pisotearán -y- humillarán la ciudad santa cuarenta -y- dos meses.
3. Y -le- daré -poder- a mis dos testigos, y profetizarán mil doscientos sesenta días vestidos de cilicio.
4. Estos son los dos árboles de olivo, y los dos candelabros que están de pie delante del Dios de la tierra.
5. Y si algún hombre desea hacerles año, procede fuego de sus bocas, y devora a sus enemigos, y si algún hombre desea hacerles daño, debe morir de esta misma manera.
6. Estos tienen poder para cerrar el cielo, de forma que no llueva en los días de su profecía, y tienen poder sobre las aguas para volverlas en sangre, y para herir la tierra con cualquier plaga, tan frecuentemente como quieran.
7. Y cuando hayan finalizado su testimonio, la bestia que asciende del abismo sin fondo hará guerra contra ellos, los vencerá, y los matará.
8. Y sus cuerpos muertos -yacerán- en la calle de la gran ciudad, la que llaman espiritualmente Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado.
9. Y los de las gentes, familias, lenguas y naciones verán sus cuerpos muertos por tres días y medio, y no dejarán que sus cuerpos muertos sean puestos en sepulcros.
10. Y los que moran sobre la tierra se regocijarán sobre ellos, y celebrarán, y se enviarán regalos los unos a los otros, porque estos dos profetas atormentaban a los que moraban en la tierra.
11. Y después de tres días y medio el Espíritu de vida de Dios entró en ellos, y ellos se pusieron de pie, y cayó un gran temor sobre los que los vieron a ellos.
12. Y oyeron una potente voz del cielo diciéndoles, Venid acá. Y ascendieron al cielo en una nube, mientras sus enemigos los observaban.
13. Y la misma hora hubo un gran terremoto, y cayó la décima parte de la ciudad, siete mil hombre fueron muertos por el terremoto, y el remanente se atemorizó y le dió la gloria al Dios del cielo.
14. Pasó el segundo ay, -y- mirad que el tercer ay viene de repente.
15. Y los venticuatro hermanos mayores, que estaban en sus asientos delante de Dios, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios,
17. Diciendo, Te damos gracias, Oh Señor Dios Todopoderoso, que eres, -que- fuiste, y -que- vas a venir, porque has tomado gran poder, y has reinado.
18. Las naciones se airaron, y tu ira ha llegado, junto con el tiempo para que los muertos puedan ser juzgados, y puedas recompensar a tus siervos los profetas, a los santos y a los que temen tu nombre, grandes y pequeños, y puedas destruir a quienes destruyen la tierra.
19. Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y se vió en su templo el arca de su testamento, y hubo rayos, voces, truenos, un terremoto, y granizo gigante.

Apocalipsis 10

1. Y ví a otro ángel poderoso bajar del cielo, vestido de una nube, y -había- un arco iris sobre su cabeza, su rostro -era- como si fuese el sol, y sus pies como pilares de fuego,
2. Tenía en su mano un librito abierto, fijó su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra,
3. Y clamó a toda voz, como -cuando- un león ruge, y cuando hubo clamado, siete truenos publicaron sus voces.
4. Y cuando los siete truenos hubieron publicado sus voces, -y- yo estaba a punto de escribir, oí una voz del cielo diciéndome, Sella aquellas cosas que los siete truenos publicaron, y no las escribas.
5. Y el ángel que vi pararse sobre el mar y la tierra levantó su mano al cielo,
6. Y juró por el que vive para siempre jamás, el cual creó el cielo, y las cosas que en él hay, la tierra y las cosas que en ella hay, y el mar y las cosas que en él hay, que no irá a haber más tiempo,
7. Sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar, el misterio de Dios ha de finalizar, tal como lo ha declarado a sus siervos los profetas.
8. Y la voz que oí del cielo de nuevo me habló, y dijo, Ve -y- toma el librito abierto que está en la mano del ángel que está en pie sobre el mar y sobre la tierra.
9. Y fui hasta donde el ángel, y le dije, Dame el librito. Y me dijo, Tóma-lo-, y cómetelo, y amargará tu vientre, pero en tu boca será dulce como la miel.
10. Tomé entonces el librito de la mano del ángel, y me lo comí, y fue dulce en mi boca como la miel, luego tan pronto lo hube comido, mi vientre se encontró amargo.
11. Y él me dijo, Debes profetizar de nuevo ante muchas gentes, naciones, lenguas, y reyes.

Apocalipsis 9

1. Y el quinto ángel tocó, y vi caer a una estrella del cielo a la tierra, y a él le fue dada la llave del abismo sin fondo.
2. Y él abrió el abismo sin fondo, y se levantó humo del abismo, como el humo de un gran horno, y el sol y el aire se oscurecieron por el humo del abismo.
3. Y del humo salieron langostas hacia la tierra, y a ellas se les dió poder, como el que tienen los escorpiones de la tierra.
4. Y se les mandó que no debían hacerle daño a la hierba de la tierra, ni a cosa verde o a árbol alguno, sino sólo a aquellos hombres que no tuvieran el sello de Dios en sus frentes.
5. Y a ellos se les dió -orden- de que no debían matarlos, sino que debían ser atormentados por cinco meses, y su tormento -era- como el tormento de un escorpión cuando aflige al hombre.
6. Y en aquellos días los hombres buscarán la muerte, y no la encontrarán, y desearán morir, y la muerte huirá de ellos.
7. Y las langostas tenían forma de caballos preparados para la batalla, sobre sus cabezas -había- como coronas doradas, y sus rostros -eran- como rostros de hombre.
8. Tenían cabello como el de las mujeres, y sus dientes eran como -los- de un león.
9. Tenían corazas, como si fueran de hierro, y el sonido de sus alas -era- como el sonido de carruajes de muchos caballos corriendo hacia la batalla.
10. Tenían colas como de escorpiones, y habían aguijones en sus colas, con poder de hacerle daño a los hombres durante cinco meses.
11. Y tenían un rey sobre ellas, al ángel del abismo sin fondo, cuyo nombre en lengua Hebrea -es- Abadón, pero en lengua Griega él se llama Apolión.
12. Pasó un ay; -y- mirad que vienen después dos ays más.
13. Y el sexto ángel tocó, y oí una voz -que salía- desde los cuatro cuernos del altar de oro que está delante de Dios,
14. Diciéndo-le- al sexto ángel que portaba la trompeta, Libera los cuatro ángeles que están apresados en el gran río Éufrates.
15. Y los cuatro ángeles fueron liberados, los cuales estaban preparados para matar a la tercera parte de los hombres a cierta hora de cierto día, de cierto mes, y de cierto año.
16. Y el número del ejército de los jinetes -era- de doscientos mil millares, y yo oí el número de ellos.
17. Y así fue como vi a los caballos en la visión, y a los que se sentaban en ellos: tenían corazas de fuego, de jacinto y azufre, las cabezas de los caballos -eran- como cabezas de leones, y de sus bocas brotaban fuego, humo y azufre.
18. Por estos tres fue muerta la tercera parte de los hombres, por el fuego, por el humo, y por el azufre que brotaba de sus bocas.
19. Pues su poder está en la boca, y en la cola, ya que sus colas -eran- como serpientes, que tenían cabezas, y con ellas hacen daño.
20. Y el resto de los hombres que no murieron por estas plagas todavía no se arrepintieron de las obras de sus manos, para no ir a adorar a diablos, a ídolos de oro, de plata, de bronce, piedra, y madera, que no pueden ver, ni oír ni andar,
21. Ni ampoco se arrepintieron de sus asesinatos, ni de sus brujerías, ni de sus fornicaciónes, ni de sus robos.

Apocalipsis 8

1. Y cuando hubo abierto el séptimo sello, ocurrió silencio en el cielo por espacio de una media hora.
2. Y vi a los siete ángeles que se pararon delante de Dios, y les fueron dadas siete trompetas.
3. Y otro ángel llegó y se paró ante el altar, portando un incensario de oro, y le fue dado mucho incienso, que podía ofrecer con las oraciones de todos los santos sobre el altar de oro, el cual estaba delante del trono.
5. Y el ángel tomó el incensario, lo llenó con el fuego del altar, y -lo- arrojó hasta la tierra, y hubo voces, truenos, rayos, y un terremoto.
6. Y los siete ángeles que portaban las siete trompetas se prepararon para tocar-las-.
7. El primer ángel tocó, y -le- siguió granizo y fuego mezclados con sangre, que fueron lanzados a la tierra, y fue quemada la tercera parte de los árboles.
8. Y el segundo ángel tocó, y como una gran montaña ardiendo con fuego fue arrojada al mar; y la tercera parte del mar se volvió sangre;
9. Y la tercera parte de las criaturas que estaban con vida en el mar, murió, y la tercera parte de las naves fue destruida.
10. Y el tercer ángel tocó, y una gran estrella del cielo se descolgó, ardiendo como si fuera una lámpara, y cayendo sobre la tercera parte de los ríos, y de las fuentes de las aguas,
11. Y el nombre de la estrella es llamado Ajenjo, y la tercera parte de las aguas se volvieron ajenjo, y muchos hombres murieron a causa de las aguas que se volvieron amargas.
12. Y el cuarto ángel tocó, y la tercera parte del sol fue castigada, junto con la tercera parte de la luna y la tercera parte de las estrellas, tanto así que la tercera parte de ellos fue oscurecida, y el día dejó de brillar una tercera parte de él, y de igual manera la noche.
13. Y observé, y oí a un ángel volando en medio del cielo, diciendo a viva voz, Ay, ay, ay, de los habitantes de la tierra por los otros toques de trompeta de los tres ángeles que están aún por sonar!