1 Corintios 5

1. Se reporta comunmente -que hay- fornicación entre vosotros, y fornicación tal que ni siquiera -de esta- se nombra mucho entre los Gentiles, que alguien tenga la esposa de su padre.
2. Y os habéis envanecido, y no habéis más bien lamentado que el haya hecho esta acción pudiera ser retirado de entre vosotros.
3. Porque en verdad, como ausente- en cuerpo, pero presente en espíritu, ya he juzgado, como si estuviera presente, -concerniente- al que ha hecho tal obra,
4. En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, cuando os reunáis, junto a mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo,
5. Para destinar al tal a Satanás para la destrucción de la carne, para que el espíritu se pueda salvar en el día del Señor Jesús.
6. No -es- bueno que os ufanéis. ¿No sabéis que un poquito de levadura leuda la masa entera?
7. Purgaos por tanto de la vieja levadura, para que podáis ser una nueva masa, pues sois sin levadura. Ya que el mismo Cristo nuestra pascua por nosotros se ha sacrificado;
8. Por tanto guardemos la fiesta, no con vieja levadura, ni con la levadura de malicia y maldad, sino con -el pan- sin levadura de la sinceridad y la verdad.
9. Os escribí en una epístola -que- no os acompañárais de fornicarios;
10. Sin embargo no por completo con los fornicarios de este mundo, los codiciosos, los extorsionadores o los idólatras; porque entonces precisaríais salir del mundo.
11. Pero ahora os he escrito que no mantengáis compañía con cualquier hombre que se llame hermano, si él es fornicario, o codicioso, o idólatra, o injuriador, o borracho, o extorsionador; con tal persona no, ni -siquiera- comer.
12. ¿Porque qué tengo que ver con juzgar a los de afuera? ¿-Acaso- no juzgáis vosotros a los que están adentro?
13. Pero a los de afuera los juzga Dios. Por tanto descartad de entre vosotros a esta maligna persona.

1 Corintios 4

1. Que el hombre entonces nos tome en cuenta como los ministros de Cristo y los mayordomos de los misterios de Dios.
2. Es más, se requiere que un administrador sea hallado fiel.
3. Mas me es insignificante que por vosotros o por el juicio de un hombre sea juzgado; sí, a mí yo no me juzgo.
4. Pues de mi parte nada sé; sin embargo por esto no soy justificado, más bien el que me juzga es el Señor.
5. Por tanto no juzguéis nada de antemano, hasta que llegue el Señor, quien traerá de la oscuridad a la luz las cosas ocultas, como también hará manifiestos los consejos de los corazones, y entonces todo hombre tendrá la alabanza de Dios.
6. Y estas cosas, hermanos, figurativamente las he transferido -a- Apolos y a mí por causa vuestra, para que en nosotros podáis aprender a no pensar -de los hombres- más allá de lo que está escrito, para que ninguno de vosotros se envanezca en contra del otro.
7. Porque ¿quién te hace diferente del otro? ¿Y qué tienes que no hayas recibido? Ahora y si -lo- recibiste, ¿Por qué te glorías, como si no -lo- hubieras recibido?
8. Ahora estáis llenos, ahora sois ricos, habéis reinado como reyes sin nosotros; y ante Dios deseé que reinárais, para también reinar con vosotros.
9. Porque pienso que a nosotros los apóstoles Dios ha colocado de últimos, como a sentenciados a muerte, ya que somos hechos un espectáculo al mundo, a los ángeles y a los hombres.
10. Nosotros tontos por amor a Cristo, pero vosotros en Cristo sabios; nosotros débiles, mas vosotros fuertes; vosotros honorables, mas nosotros despreciados.
11. Hasta la presente hora aún -andamos con- hambre y con sed, al igual que desnudos, somos abofeteados, y no tenemos morada cierta;
12. Y laboramos trabajando con nuestras manos, siendo vilipendiados bendecimos, siendo perseguidos lo sufrimos;
13. Siendo difamados, -por ellos- rogamos; somos hechos la inmundicia del mundo, -y- hasta este día le escoria de todas las cosas.
14. No os escribo estas cosas para avergonzaros, sino que como a mis amados hijos -os- advierto.
15. Porque aunque tengáis diez mil instructores en Cristo, sin embargo no -tenéis- muchos padres; porque yo os engendré en Cristo Jesús por medio del evangelio.
16. Por tanto os ruego que seáis seguidores míos.
17. A causa de esto os he enviado a Timoteo, quien es mi amado y fiel hijo en el Señor, el cual os traerá al recuerdo mis caminos los cuales están en Cristo, tal como enseño a toda congregación en todo lugar.
18. Ahora bien algunos están envanecidos como si yo no fuera a venir a vosotros.
19. Pero en corto tiempo vendré a vosotros, si el Señor quiere, y conoceré, no el discurso sino el poder de los que se han envanecido.
20. Porque el reino de Dios no -es- de palabra, sino de poder.
21. ¿Qué queréis? ¿Llegaré a vosotros con una vara, o con amor y espírtu de mansedumbre?

1 Corintios 3

1. Y yo hermanos, no os pude hablar como a espirituales, sino como a carnales, -incluso- como a bebés en Cristo.
2. Os he alimentado con leche, y no con carne, pues hasta el momento no érais capaces de -soportarlo-, ni tampoco ahora lo sois.
3. Pues aún sois carnales, ya que ¿En tanto -haya- entre vosotros envidias, peleas y divisiones, no sois carnales y estáis andando como hombres?
4. Ya que mientras uno dice, Yo soy de Pablo, y otro, Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales?
5. ¿Quién entonces es Pablo, y quién entonces -es- Apolos, sino servidores por quienes vosotros creísteis, tanto como el Señor a cada hombre dio?
6. Yo planté, Apolos regó, pero Dios dio el crecimiento.
7. Así que ni el que planta, ni el que riega son algo, sino más bien Dios -quien- da el crecimiento.
8. Ahora pues el que planta como el que riega se hacen uno -en su trabajo-, y cada hombre recibirá su recompensa de acuerdo a su propia labor.
9. Ya que con Dios somos labradores, -y- vosotros sois la labranza de Dios, -sois- la construcción de Dios.
10. Según la gracia de Dios que me ha sido dada como sabio maestro constructor, he puesto la fundación, y otro construye en ella. Pero que cada hombre preste atención a cómo construye encima.
11. Ya que ningún hombre puede poner fundación diferente a la que está puesta, la cual es Jesucristo.
12. Ahora pues, si algún hombre edifica sobre esta fundación -lo hará con- oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, -o- rastrojo;
13. El trabajo de todo hombre se hará manifiesto, pues el día lo proclamará, ya que será revelado por el fuego, y el fuego probará de qué clase la obra de cada hombre es.
14. Si la obra construida después por algún hombre permanece, él recibirá -su- recompensa.
15. Si la obra de este se quema, él sufrirá pérdida, pero él mismo se salvará, aunque como -pasado- por fuego.
16. ¿No sabéis que sois el templo de Dios, y -que-el Espíritu de Dios mora en vosotros?
17. Si algún hombre profana el templo de Dios, a él Dios lo destruirá, porque el templo de Dios es santo, el cual vosotros sois.
18. Que ningún hombre se engañe. Si algún hombre entre vosotros parece der sabio en este mundo, que se vuelva tonto para poder ser sabio.
19. Porque la sabiduría de este mundo es un desatino para Dios. Ya que está escrito, Él atrapa a los sabios en sus propios artilugios.
20. Y de nuevo, El Señor conoce lo vanos que son los pensamientos de los sabios.
21. Por tanto que ningún hombre se gloríe en los hombres, porque vuestras son todas las cosas;
22. Ya sea Pablo, Apolos, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, las cosas presentes, o las por venir, todo es vuestro;
23. Y vosotros sois de Cristo, y Cristo de Dios.

1 Corintios 2

1. Y yo, hermanos, cuando vine a vosotros, no llegué con excelencia de discirsos o de sabiduría, al declararos el testimonio de Dios.
2. Pues me determiné a no conocer nada entre vosotros, salvo a Jesucristo, y a él crucificado.
3. Y estuve con vosotros con debilidad, temor y mucho temblor.
4. Y mi discurso y mi prédica no -fue- con atractivas palabras de sabiduría humana, sino una demostración del Espíritu y de poder,
5. Para que vuestra fe no vaya a sostenerse en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
6. No obstante hablamos sabiduría entre los que son perfectos; sin embargo no la sabiduría de este mundo, ni la de los príncipes de este mundo que se desvanecen;
7. Sino que hablamos la sabiduría de Dios en misterio, -sí-, la -sabiduría- escondida, que antes del mundo Dios ordenó para nuestra gloria;
8. La cual ninguno de los príncipes de este mundo conoció, pues -si la- hubieran conocido, no hubieran crucificado al Señor de la gloria.
9. Pero como está escrito, Ojo no ha visto, ni oído -ha- oído, tampoco ha entrado en corazón de hombre, las cosas que Dios ha preparado para los que lo aman.
10. Pero Dios nos -las- ha revelado por su Espíritu; ya que el Espíritu indaga todas las cosas, sí, las cosas profundas de Dios.
11. Pues ¿Qué hombre conoce las cosas de -otro- hombre, salvo el espíritu del hombre que está en él? Así también ningún hombre conoce las cosas de Dios, salvo el Espíritu de Dios.
12. Ahora pues, nosotros hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el espíritu que es de Dios, para que conozcamos las cosas que gratuitamente nos han sido dadas por Dios.
13. Tales cosas también hablamos, no en palabras que la sabiduría del hombre enseña, sino el -mismo- Espíritu Santo enseña, comparando -unas- cosas espirituales con otras.
14. Pero el hombre natural no recibe las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son tontería, tampoco -las- puede conocer, porque se disciernen espiritualmente.
15. Pero el que es espiritual juzga todas las cosas, mas sin embargo -no- es juzgado por ningún hombre.
16. ¿Porque quién ha conocido la mente del Señor, para poderlo a él instruir? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.

1 Corintios 1

1. Pablo, llamado -a ser- apóstol de Jesucristo por la volunttad de Dios, y Sóstenes -nuestro- hermano,
2. A la congregación de Dios que está en Corinto, a los que están santificados en Cristo Jesús, lllamados -a ser- santos, junto con todos los que en todo lugar invocan el nombre de Jesucristo nuestro Señor, tanto de ellos como nuestro;
3. -Que- la gracia y la paz -os sean- a vosotros de Dios nuestro Padre, y -del- Señor Jesucristo.
4. -Le- doy gracias a Dios siempre refiriéndome a vosotros, por la gracia de Dios que os ha sido dada por Jesucristo;
5. Para que seáis enriquecidos por él en toda emisión -de palabra-, y -en- todo conocimiento;
6. Así como el testimonio de Cristo -se- ha confirmado en vosotros,
7. De manera que no os atraséis en don -alguno-, aguardando la venida de nuestro Señor Jesucristo,
8. Quien también os confirmará hasta el final, -para que podáis estar- impecables en el día de nuestro Señor Jesucristo.
9. Dios -es- fiel, por quien fuisteis llamados al compañerismo de su Hijo Jesucristo Señor nuestro.
10. Ahora pues, hermanos, os imploro por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos la misma cosa, y -que- no haya divisiones entre vosotros, sino -que- estéis perfectamente aunados en el mismo pensar y en el mismo juicio.
11. Porque me ha sido declarado -acerca- de vosotros hermanos míos, por los -de la casa- de Cloé, que entre vosotros hay contenciones.
12. Ahora digo esto, que cada uno de vosotros dice, Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo.
13. ¿Está dividido Cristo? ¿Fue Pablo crucificado por vosotros? ¿o fueron bautizados en el nombre de Pablo?
14. Agradezco a Dios que -no- bauticé a ninguno de vosotros, sino a Crispo y a Gayo;
15. No vaya a ser que aguien diga que yo -lo- bauticé en mi nombre.
16. También bauticé a la casa de Estéfanas, fuera de ello no sé si bauticé a algún otro.
17. Pues Cristo no me envió a bautizar, sino a predicar el evangelio, no con sabiduría de palabras, no vaya a ser que la cruz de Cristo quede sin efecto alguno.
18. Porque la prédica de la cruz para los que perecen es tontería, pero para nosotros los que estamos salvos es el poder de Dios.
19. Ya que está escrito, Destruiré la sabiduría de los sabios, y el entendimiento de los prudentes convertiré en nada.
20. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el escriba? ¿Dónde el argumentador de este mundo? ¿No ha hecho Dios tonta la sabiduría de este mundo?
21. Pues ya que en la sabiduría de Dios el mundo por -medio- de la sabiduría no conoció a Dios, le plació a Dios por -medio- de la tontería de la predicación salvar a los que creen.
22. Porque los Judíos requieren una señal, y los Griegos buscan sabiduría,
23. Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, piedra de tropiezo para los Judíos, y para los Griegos tontería;
24. Pero para los que son llamados, tanto Judíos como Griegos, Cristo -es- el poder y la sabiduría de Dios.
25. Porque el desatino de Dios es más sabio que los hombres, y la debilidad de Dios más fuerte que los hombres es.
26. Pues vosotros hermanos, vuestro llamamiento veis, cómo no -han sido llamados- muchos hombres sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles,
27. Sino que a las cosas tontas del mundo ha escogido Dios para confundir a los sabios, y a las cosas débiles del mundo ha escogido Dios para confundir a los poderosos;
28. Y a las cosas bajas del mundo, y a las despreciadas ha escogido Dios, -sí,- y a las cosas que no son, para convertir en nada a las que son,
29. Y así ninguna carne se gloríe en su presencia.
30. Pero sois de él en Cristo Jesús, quien -se- ha hecho para nosotros de Dios sabiduría, justicia, santificación y redención,
31. Para que de acuerdo a como está escrito, El que se gloríe, gloríese en el Señor.

Romanos 16

1. Os encomiendo a nuestra hermana Febe, la cual es una sierva de la congregación que está en Cencrea;
2. Para que la recibáis en el Señor, como conviene a los santos, y que la asistáis en cualquier tarea en la que tenga necesidad de vosotros; pues ella ha sido auxiliadora de muchos, incluso de mí.
3. Saludad a Priscila y a Aquila mis ayudantes en Cristo Jesús,
4. Quienes han arriesgado sus propios cuellos por mi vida, a quienes no solamente -les- doy gracias, sino también todas las congregaciones de los Gentiles.
5. Saludad igualmente a la iglesia que está en casa de ellos. Saludad a mi bien amado Epeneto, quien es el primer fruto de Acaya para Cristo.
6. Saludad a María, quien hizo muchas labores por nosotros.
7. Saludad a Andrónico y a Junías, parientes míos y compañeros de prisión, quienes son de notar entre los apóstoles que también estaban en Cristo antes de mí.
8. Saludad a Amplias, mi amado en el Señor.
9. Saludad a Urbano, nuestro ayudante en Cristo, y a mi amado Estaquis.
10. Saludad a Apeles, aprobado en Cristo. Saludad a los que son de -la casa- de Aristóbulo.
11. Saludad a Herodión pariente mío. Saludad a los que son de -la casa- de Narciso, que están en el Señor.
12. Saludad a Trifena y a Trifosa, quienes laboran en el Señor. Saludad a la amada Pérsida, quien labora mucho en el Señor.
13. Saludad a Rufo, escogido en el Señor, a su madre y mía.
14. Saludad a Síncrito, a Flegonte, a Hermas a Patrobas, a Hermes, y a los amados que están con ellos.
15. Saludad a Filólogo, a Julia, a Nereo y a su hermana, y a Olimpas, y a todos los santos que están con ellos.
16. Saludaos los unos a los otros con un beso santo. Las congregaciones de Cristo os saludan.
17. Ahora pues, os imploro, hermanos, que señaléis a los que causen divisiones y ofensas contrarias a la doctrina que habéis aprendido, y los evitéis.
18. Porque los que son así no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a su propio vientre, y por medio de buenas palabras y lindas charlas engañan los corazones de los inocentes.
19. Ya que vuestra obediencia ha llegado lejos a todos -los hombres-. Me alegro por tanto de vuestra parte, mas sin embargo quisiera teneros sabios para con lo bueno, e inocentes en lo concerniente al mal.
20. Y el Dios de la paz en poco tiempo estrujará a Satanás debajo de vuestros pies. Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo se quede con vosotros. Amén.
21. Timoteo mi compañero de trabajo, Lucio, Jasón y Sosípater parientes míos os saludan.
22. Yo Tercio, quien escribió -esta- epístola os saluda en el Señor.
23. Gayo, anfitrión mío y de toda la congregación os saluda. Erasto el tesorero de la ciudad os saluda junto con el hermano Cuarto.
24. La gracia de nuestro Señor Jesucristo -se quede- con vosotros todos.Amén.
25. Ahora pues a aquel que es del poder para estableceros de acuerdo a mi evangelio y la prédica de Jesucristo, según la revelación del misterio que fue mantenido en secreto desde que comenzó el mundo,
26. Pero que ahora se ha hecho manifiesto, y por las escrituras de los profetas, de acuerdo al mandamiento del Dios eterno, dado a conocer a todas las naciones para la obediencia a la fe;
27. A Dios el único sabio, -sea- la gloria a través de Jesucristo por siempre. Amén.

+ Escrito a los Romanos desde Corinto, -y enviada- por medio de Febe sierva
de la congregación de Cencrea.

Romanos 15

1. Los que somos entonces fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles sin complacernos a nosotros.
2. Que cada uno de nosotros complazca a -su- vecino por -su- bien -y- edificación.
3. Porque Cristo mismo a sí mismo no se complació, sino que como está escrito, Los reproches de los que te afrentaban cayeron sobre mí.
4. Porque cualquiera de las cosas que de antaño fueron escritas, para nuestro aprendizaje lo fueron, para que por la paciencia y el consuelo de las escrituras pudiéramos tener esperanza.
5. Ahora pues, que el Dios de la paciencia y de la consolación os otorgue ser de mentes similares el uno hacia el otro, de acuerdo con Cristo Jesús;
6. Para que con una mente -y- una boca podáis glorificar a Dios, al mismo Padre de nuestro Señor Jesucristo.
7. Por tanto recibíos los unos a los otros, así como también Cristo nos recibió para la gloria de Dios.
8. Ahora pues yo digo que Jesucristo fue un servidor de la circuncisión por la verdad de Dios, para confirmar las promesas -hechas- a vuestros padres;
9. Y para que los Gentiles pudieran glorificar a Dios por -su- misericordia; así como está escrito, A causa de esto te confesaré entre los Gentiles, y cantaré a tu nombre.
10. Y de nuevo dice, Regocijaos vosotros los Gentiles con su pueblo.
11. Y otra vez, Alabad al Señor, todos vosotros los Gentiles, y laudadle vosotras gentes todas.
12. Y otra vez, Isaías dice, Habrá una raíz de Isaí, y se levantará para reinar sobre los Gentiles; los Gentiles en él confiarán.
13. Ahora pues, -que- el Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz al creer, para que podáis abundar en esperanza, por medio del poder del Espíritu Santo.
14. Y además yo mismo estoy persuadido de que vosotros mis hermanos estáis también llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, capaces además de amonestarlos los unos a los otros.
15. No obstante hermanos, a vosotros os he escrito de alguna manera más atrevidamente, como poniéndoos en -mi- mente, a causa de la gracia que por Dios me ha sido dada,
16. Que debo ser el servidor de Jesucristo para los Gentiles, sirviendo el evangelio de Dios, para que la ofrenda de los Gentiles pueda ser aceptable, al ser santificada por el Espíritu Santo.
17. Por tanto tengo de qué poderme gloriar por medio de Jesucristo en aquellas cosas pertenecientes a Dios.
18. Ya que no me atreveré a hablar de ninguna de las cosas que Cristo no haya forjado por -medio de- mi, para hacer a los Gentiles obedientes en palabra y obra.
19. Por medio de poderosas señales y maravillas por el poder del Espíritu de Dios, de forma que desde Jerusalén y alrededores hasta Ilírico, plenamente he predicado el evangelio de Cristo.
20. Sí, así me he esforzado en predicar el evangelio, no donde se nombrara a Cristo, para no ir a construir sobre el fundamento de otro hombre;
21. Sino como está escrito, A quienes no -se les- había hablaba de él, ellos verán, y los que no han oído entenderán.
22. Por cuya causa también he sido muy obstaculizado -en mi intento- de llegar a vosotros.
23. Mas ahora, al no tener más lugar en estas partes, y albergando estos muchos años un gran deseo de venir a vosotros;

24. Cuando sea que haga mi viaje a España, vendré a vosotros, pues confío en veros en mi viaje, y ser atraído por vosotros en mi camino hacia allá, si primeramente de alguna manera con vuesta -compañía- me pudiera llenar.
25. Mas ahora voy a Jerusalén a servirle a los santos.
26. Porque les complació a los de Macedonia y Acaya hacer cierta contribución para los santos pobres que están en Jerusalén.
27. De verdad que les complació, y son sus deudores. Pues si los Gentiles han sido hechos partícipes de sus cosas espirituales, el deber de ellos es también servirles a estos en las cosas carnales.
28. Cuando por tanto haya realizado esto, y haya sellado en ellos este fruto, pasaré por donde vosotros camino a España.
29. Y estoy seguro de que cuando venga a vosotros, llegaré en la plenitud de la bendición del evangelio de Cristo.
30. Ahora pues os ruego hermanos, por causa del Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que os esforcéis junto conmigo en -vuestras- oraciones a Dios por mí;
31. Para que en Judea yo pueda ser librado de los que no creen, y que el servicio que -tengo- para Jerusalén pueda ser aceptado por los santos.
32. Para que pueda llegar a vosotros con gozo por la voluntad de Dios, y pueda refrescarme con vosotros.
33. Ahora pues, que el Dios de la paz -esté- con vosotros todos. Amén.

Romanos 14

1. Recibid al que es débil en la fe, -pero- no para dudosas disputas.
2. Porque uno cree que puede comer todas las cosas, otro que es débil, come verduras.
3. Que el que come no desprecie al que no come, y que el no come no juzgue al que come, porque Dios lo ha recibido.
4. ¿Quién eres tú que juzgas al criado de otro hombre? Ante su propio maestro está en pie o cae. Sí, sostenido será, porque Dios es capaz de hacerlo permanecer.
5. Un hombre estima un día como superior al otro, -y- otro, a cada día estima -por igual-. Que todo hombre esté completamente persuadido en su mente.
6. El que considera el día, por el Señor -lo- considera, y el que no considera el día, por el Señor no -lo- considera. El que come, come para el Señor, pues le da gracias a Dios, y el que no come, no come para el Señor, y da gracias a Dios.
7. Pues ninguno de nosotros vive para sí, y ningún hombre muere para sí.
8. Porque si vivimos, para el Señor vivimos, y si morimos, para el Señor morimos; Por tanto, ya sea que vivamos, o muramos, del Señor somos.
9. Pues con este fin Cristo murió, se levantó y revivió, para poder ser Señor tanto de los vivos como de los muertos.
10. Mas ¿por qué juzgas a tu hermano? ¿o por qué tienes en nada a tu hermano? ya que todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.
11. Porque está escrito, Vivo yo, dice el Señor, -que- toda rodilla ante mí se doblegará, y toda lengua ante Dios confesará.
12. Así entonces cada uno de nosotros le rendirá cuentas a Dios de sí mismo.
13. Por tanto no nos juzguemos más entre nosotros, sino juzguemos mejor esto, que ningún hombre ponga en el camino piedra de tropiezo, u ocasión de caer a -su- hermano.
14. Sé, y estoy persuadido por el Señor Jesús, que nada -es- inmundo en sí mismo, sino que para el que estima algo como inmundo, para él -es- inmundo.
15. Pero si tu hermano se acongoja con -tu- comida, caritativamente no andas ahora. Con tu comida no destruyas a quien por Cristo murió.
16. No dejéis entonces que se hable mal de vuestro bien.
17. Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, gozo y paz en el Espíritu Santo.
18. Pues el que sirve a Cristo en estos asuntos -es- aceptado por Dios, y aprobado por los hombres.
19. Sigamos por tanto las cosas que promuevan la paz, y con las que mutuamente nos podamos edificar.
20. No destruyáis la obra de Dios por -causa de- la comida. Todas las cosas en realidad -son- puras, pero -es- malo que el hombre ofenda al comer.
21. Bueno -es- no comer carne, ni beber vino, ni -nada- en lo que tu hermano tropiece, se ofenda, o se debilite.
22. ¿Tienes fe? Ten-la- para ti delante de Dios. Feliz el que no se condena en lo que -se- permite -hacer-.
23. Y el que duda se condena si come, porque no -come- con fe, ya que lo que no -se haga- con fe es pecado.

Romanos 13

1. Que toda alma se someta a los más altos poderes. Porque no hay poder que no sea de Dios; los poderes que están son ordenados por Dios.
2. Quienquiera por tanto que se resista al poder, se resiste a la ordenanza de Dios; y aquellos que se resisten recibirán para ellos condenación.
3. Porque los gobernantes no son terror para las buenas obras, sino para las malas. ¿No quieres entonces tener miedo del poder? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de aquel mismo;
4. Porque él es servidor de Dios para ti en cuanto a lo bueno. Pero si haces aquello que es malo, ten miedo, pues no en vano carga la espada, ya que el es servidor de Dios, vengador para -ejecutar- la ira sobre el que haga el mal.
5. Por tanto debéis por cierto estar sujetos -a él-, no sólo por razón de la ira, sino además por conciencia.
6. Pues a causa de esto también pagáis tributo, ya que son servidores de Dios, atendiendo continuamente este mismo asunto.
7. Entregad por tanto a todos lo que se les adeude, tributo al que -se le deba- tributo, impuesto a quien -se le adeude- impuesto, temor a quien -merezca- temor, -y- honra a quien -se le adeude- honor.
8. No debáis nada a hombre alguno, salvo el amaros los unos a los otros, pues el que ama al otro ha completado la ley.
9. Ya que lo siguiente, No cometerás adulterio, No matarás, No robarás, No atestiguarás falsamente, No codiciarás, y si -hay- algún otro mandamiento, brevemente se encierra en este refrán, a saber, A tu vecino amarás como a ti mismo.
10. El amor no le obra sufrimiento al vecino, por tanto el amor -es- la realización de la ley.
11. Y que conociendo el tiempo, que ahora -es- momento justo para despertarse del sueño, pues nuestra salvación hoy -está- más cerca que cuando creímos.
12. La noche está punto de acabar, -y- se acerca el día; por eso desechemos las obras de la oscuridad, y pongámonos la armadura de la luz.
13. Andemos honestamente, como en el día, no en disturbios y borracheras, ni andando en habitaciones y desenfrenos, o en envidias y peleas.
14. Sino más bien vestíos del Señor Jesucristo, y no hagáis provisiones con el fin de -satisfacer- las lujurias de la carne.

Romanos 12

1. Os imploro por tanto, hermanos, por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos -como- un vivo sacrificio, santo, -y- aceptable a Dios, -este es- vuestro servicio razonable.
2. Y no os conforméis a este mundo, sino transformaos por la renovación de vuestra mente, para que podáis probar -lo- que es esa buena, aceptable, y perfecta voluntad de Dios.
3. Pues a través de la gracia que me ha sido dada, digo a todo hombre entre vosotros, que no -se- tenga en alta estima más de lo que conviene pensar, sino que -se- estime con sobriedad, de acuerdo la medida de fe que Dios -le- haya proporcionado a cada hombre.
4. Pues como en un cuerpo tenemos muchos miembros, y todos los miembros no tienen el mismo oficio,
5. También nosotros, -siendo- muchos, somos un cuerpo en Cristo, y cada uno de los miembros -se pertenece- entre sí.
6. Teniendo entonces regalos que difieren de acuerdo a la gracia dada a -cada uno de- nosotros, si -es- profecía, -que profeticemos- de acuerdo a la -respectiva- proporción de fe;
7. O servicio, -que atendamos nuestro- ministerio; o el que enseña, enseñando,
8. O el que exhorta, en exhortación, el que prodiga, -que lo haga- con sencillez, el que gobierna, -lo haga- con diligencia; -y- el que manifiesta misericordia, -lo haga- con jovialidad.
9. -Que- el amor sea sin fingimientos. Aborreced lo malo, adheríos a lo bueno.
10. -Sed- amablemente afectuosos entre vosotros prodigándoos amor fraternal; en honra prefiriéndoos los unos a los otros,
11. Sin pereza en los negocios, fervientes en espíritu, sirviendo al Señor;
12. Regocijándoos con esperanza, pacientes en la tribulación, continuamente prestos para orar,
13. Distribuyendo para las necesidades de los santos, dados a la hospitalidad,
14. Bendecid a los que os persigan, bendecid, y no maldigáis.
15. Regocijaos con los que se regocijan, y llorad con los que lloran.
16. Interesaos igualmente los unos por los otros, No os intereséis en altos asuntos, más bien condescended con hombres de baja condición. No seáis sabios en vuestras propias presunciones.
17. No paguéis a ningún hombre mal por mal. Proveed cosas -siendo- honestos a la vista de todos los hombres.
18. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, vivid pacíficamente con todos los hombres.
19. Queridos -y- amados, no os venguéis por cuenta vuestra, sino más bien dadle lugar a la ira -de Dios-; pues está escrito, La venganza es mía; el pago devolveré, dice el Señor.
20. Por eso si tu enemigo padece de hambre, dadle de comer; si tiene sed, dale de beber; porque al hacerlo así amontonarás brasas de fuego sobre su cabeza.
21. No seas vencido por el mal, más bien vence al mal con el bien.