Romanos 11

1. Entonces digo, ¿Ha desechado Dios a su pueblo? No lo permita Dios. Porque yo también soy Israelita, de la simiente de Abraham, -de- la tribu de Benjamín.
2. Dios no ha desechado a su pueblo el cual él de antemano conoció. ¿No sabéis lo que de Elías dice la escritura? Cuánto le hace intercesión a Dios en contra de Israel, diciendo,
3. Señor, han matado a tus profetas y sepultado tus altares; sólo quedo yo y buscan mi vida.
4. ¿Pero cuál es la respuesta de Dios para él? He reservado para mí siete mil hombres, que no -le- han doblegado la rodilla a -la imagen de- Baal.
5. Así también entonces en este tiempo presente también hay un remanente de acuerdo a la elección por la gracia.
6. Y si -es- por gracia, entonces no -es ya- más por obras -de la ley-; o si no la gracia -ya- no más es gracia. Mas si -es- por obras, entonces no es -ya- más gracia, o si no la obra -ya- no más es obra -de la ley-.
7. ¿Entonces qué? Israel no obtuvo lo que buscaba, pero la elección la ha obtenido, y el resto fueron cegados.
8. (De acuerdo a lo que está escrito, Les ha dado Dios espíritu de modorra, ojos para que no vean, y oídos para que no oigan;) hasta este día.
9. Y David dice, Que su mesa se vuelva un cebo, una trampa, una piedra de tropiezo y una paga para ellos.
10. Que se entenebrezcan sus ojos, para que no puedan ver y dobleguen siempre su espalda.
11. Digo entonces, ¿Han tropezado porque deben caer? Dios no lo permita, sino que -más bien- por su caída la salvación -ha llegado- a los Gentiles, para provocarlos a celos.
12. Ahora si la caída de ellos -es- la riqueza del mundo, y la disminución de ellos la riqueza de los Gentiles, ¿cuánto más su plenitud?
13. Ya que os hablo a vosotros Gentiles, en tanto sea apóstol de los Gentiles, magnifico mi oficio;
14. Si por algún medio pueda yo provocar la emulación de -los que son de- mi carne, y a algunos de ellos pudiera salvar.
15. Porque si el desecho de ellos -es- la reconciliación del mundo, ¿la recepción -de ellos-qué -va a ser-, sino la vida -salida- de los muertos?
16. Porque si el primer fruto -es- santo, el emplaste también -es santo-, y si la raíz -es- santa, también -lo son- las ramas.
17. Y si algunas de las ramas están quebradas, y tú, siendo un árbol silvestre de olivos, eres injertado entre ellas, y con ellas participas de la raíz y la robustez del árbol de olivos;
19. No alardees en contra de las ramas. Mas si alardeas, tú no cargas la raíz, sino la raíz a ti.
20. Vas a decir entonces, Las ramas fueron quebradas, para que yo pudiera ser injertado.
20. Bueno, debido a -su- incredulidad fueron quebradas, y tú por la fe te yergues. No te enaltezcas, más bien teme;
21. Porque si Dios no guardó a las ramas naturales, -presta atención- no sea que tampoco a ti te guarde.
22. Contemplad por tanto la bondad y la severidad de Dios: severidad -para con los que cayeron, pero hacia ti, bondad, si en -su- bondad continúas; de otra manera cortado de un tajo tu también serás.
23. Y ellos también si dejan de permanecer en la incredulidad, injertados serán, porque Dios es capaz de injertarlos de nuevo.
24. Ya que si tú eres cortado del árbol de olivo el cual es silvestre por naturaleza, y eres injertado contrario a la naturaleza dentro de un buen árbol de olivo, cuánto mucho más estos, que son -ramas- naturales, serán injertados dentro de su propio árbol de olivos?
25. Porque no quiero hermanos que seáis ignorantes de este misterio, no sea que os hagáis sabios en vuestros propia presunción; que a Israel le ha ocurrido ceguera en parte hasta que haya venido la plenitud de los Gentiles.
26. Y así todo Israel será salvo; como está escrito, De Sion vendrá el Libertador, y quitará la impiedad de Jacob;
27. Porque este -es- mi convenio para con ellos, cuando quite sus pecados.
28. En lo concerniente al evangelio -son- enemigos por causa vuestra, pero en lo tocante a la elección, -son- bienamados a causa de los padres.
29. Ya que los regalos y el llamamiento de Dios sin revocatoria -son-.
30. Pues así como vosotros en tiempos pasados no habíais creído en Dios, -y- sin embargo ahora habéis obtenido misericordia por medio de su incredulidad,
31. Así también estos ahora no han creído, para que a través de vuestra misericordia puedan ellos también obtener misericordia.
32. Ya que Dios a todos ellos -los- ha encerrado en -la- incredulidad, para poder tener misericordia de todos.
33. ¡Oh la profundidad de las riquezas tanto de la sabiduría como del conocimiento de Dios! ¡Cuán inexplorables -son- sus juicios e inaccesibles sus caminos!
34. Porque ¿Quién ha conocido la mente del Señor? ¿O quién ha sido su consejero?
35. ¿O quién le ha dado primeramente a él, para serle de nuevo recompensado?
36. Ya que de él, por medio de él, y para él -son- todas las cosas, para quien -sea- la gloria por siempre. Amén.

Romanos 10

1. Hermanos, el deseo de mi corazón y -mi- oración a Dios por Israel es, que puedan ser salvos.
2. Porque doy testimonio de que tienen celo por Dios, mas no de acuerdo al conocimiento.
3. Pues ellos haciéndose ignorantes de la justicia de Dios, y ocupándose en establecer su propia justicia, a la justicia de Dios no se han sometido.
4. Ya que Cristo -es- el final de la ley para -dar- justicia a todo aquel que crea.
5. Porque Moisés describe la justicia que es de la ley, -y dice- Que el hombre que haga aquellas cosas por ellas vivirá.
6. Mas la justicia que es por la fe al respecto habla, No digas en tu corazón, ‘¿Quién ascénderá al cielo? (esto es, para bajar a Cristo;)
7. O, ¿Quién descenderá a lo profundo? (esto es, para de nuevo traer a Cristo de los muertos.)
8. ¿Pero qué dice? Cerca de ti está la palabra, -aún- en tu boca y en tu corazón; esto es, la palabra de la fe, la cual predicamos;
9. Que si confiesas con tu boca al Señor Jesús, y crees en tu corazón que Dios lo ha levantado de los muertos, serás salvo.
10. Pues con el corazón el hombre cree para -obtener- justicia, y con la boca se hace confesión para -obtener- salvación.
11. Porque la escritura dice, Quienquiera que en él crea no será avergonzado.
12. Ya que no hay diferencia entre el Judío y el Griego, pues el mismo Señor -que está- sobre todos es rico para con todos los que lo invocan.
13. Pues quienquiera que invoque el nombre del Señor será salvo.
14. ¿Cómo entonces van a invocar a -alguien- en quien no han creído? ¿y cómo van a creer en alguien de quien no han oído? ¿y cómo van a oír si -no hay- un predicador?
15. ¿Y cómo van a predicar, a menos que se les envíe? Así como está escrito, ¡Cuán hermosos son los pies de los que predican el evangelio de paz, y traen alegres nuevas de cosas buenas!
16. Mas no todos han obedecido el evangelio. Porque Isaías dice, ¿Señor, quién ha creído nuestro reporte?
17. Así que entonces la fe -viene- por oír, y oír la palabra de Dios.
18. Mas yo digo, ¿No han oído? De verdad -que- sí, el sonido de ellos entró por toda la tierra, y sus palabras a los confines del mundo.
19. Mas yo digo, ¿No conoce Israel? Primeramente Moisés dice, Os provocaré a celos con -aquellos que- no -son- un pueblo, y os enojaré con una nación tonta.
20. Pero Isaías es muy atrevido y dice, Fui hallado por los que no me buscaron; fui hecho manifiesto a los que por mi no preguntaban.
21. Mas a Israel le dice, He extendido mis manos todo el día a un pueblo contradictor y desobediente.

Romanos 9

1. La verdad digo en Cristo, no miento, mi conciencia también atestiguándome en el Espíritu Santo,
2. Que tengo una gran pesadumbre y una pena continua en mi corazón.
3. Pues yo podría desear ser maldecido -y separado- de Cristo por mis hermanos, mis parientes de acuerdo a la carne;
4. Los que son Israelitas, a quienes -les pertenece- la adopción y la gloria, los convenios, la entrega de la ley, el servicio -a Dios- y las promesas;
5. De quienes -son- los padres, y a quienes en lo concerniente a la carne -vino- Cristo, el cual está sobre todos, Dios bendito por siempre. Amén.
6. No como si la palabra de Dios hubiera tenido efecto nulo. Porque no todos los que son de Israel -son- Israel;
7. Tampoco por ser la simiente de Abraham, -son ellos- todos hijos, sino que, Tu simiente será llamada en Isaac.
8. Esto es, No todos los que son hijos en la carne son hijos de Dios, sino -sólo- los hijos de la promesa son los que se cuentan como simiente.
9. Ya que esta -es- la palabra de la promesa, En este tiempo vendré, y Sara tendrá un hijo.
10. Y no sólo -esto-, sino que cuando Rebeca también había concebido por uno, por nuestro -mismo- padre Isaac,
11. (Porque -los niños- aún no habían nacido, ni habían hecho mal o bien alguno, para que el propósito de Dios de acuerdo a la elección pudiera permanecer, no -a causa- de las obras, sino del que llama;)
12. A ella se le dijo, El mayor al menor servirá.
13. Así como está escrito, A Jacob he amado, mas a Esaú he aborrecido.
14. ¿Entonces qué vamos a decir? -Hay- injusticia en Dios? No lo permita Dios.
15. Porque a Moisés le dice, Tendré misericordia de quien quiera tener misericordia, tendré compasión de quien quiera tener compasión.
16. Así que entonces no -depende- del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que manifiesta misericordia.
17. Porque la escritura del Faraón dice, Hasta para este propósito te he levantado, para que pudiera manifestar mi poder en ti, y para que mi nombre pudiera declararse por toda la tierra.
18. Por tanto él tiene misericordia de quien él quiera, y a quien él quiera endurece.
19. Entonces me vas a decir, ¿Por qué él aún halla faltas? ¿Pues quién ha resistido a su voluntad?
20. No, Oh hombre, pero ¿quién eres tú para replicar en contra de Dios? ¿Le va a decir el objeto formado al que -lo- formó, Por qué me has hecho así?
21. ¿No tiene el alfarero poder sobre el barro, para hacer del mismo terrón una vasija honrosa y otra deshonrosa?
22. ¿-Y qué- si Dios, queriendo manifestar -su- ira, y dar a conocer su poder, con mucha benignidad soportó a las vasijas adecuadas para -la- destrucción;
23. Y para poder dar a conocer las riquezas de su gloria sobre las vasijas de misericordia, las cuales para -la- gloria, él hubo preparado de antaño,
24. Aún a nosotros, a quienes llamó, no sólo de los Judíos, sino también de los Gentiles?
25. Así como también dice en Oseas, Llamaré pueblo a los que no eran mi pueblo, y su amada a la que no era amada.
26. Y acontecerá -que- en el lugar en donde se les decía, Vosotros no -sois- mi pueblo, allá ellos serán llamados los hijos del Dios vivo.
27. Isaías también clama concerniente a Israel, Así fuera el número de los hijos de Israel como la arena del mar, un remamente será salvo;
28. Porque él terminará la obra, y acortará en justicia, porque una corta obra hará el Señor sobre la tierra.
29. Y así como Isaías dijo antes, A menos que el Señor de los ejércitos nos hubiera dejado una simiente, como Sodoma hubiéramos sido, y nos hubiéramos asemejado a Gomorra.
30. ¿Qué vamos a decir entonces? Que los Gentiles que no seguían la justicia, obtuvieron justicia, sí, la justicia que es por la fe.
31. Mas Israel, que seguía la ley de la justicia, la ley de la justicia no obtuvo.
32. ¿Por qué? Porque no -la buscaron- por fe, sino como si fuera por las obras de la ley. Ya que tropezaron con aquella piedra de tropiezo;
33. Así como está escrito, Mirad que pongo una piedra de tropiezo en Sión y una roca de ofensa; y quienquiera que crea en él no será avergonzado.

Romanos 8

1. Por tanto ahora -no hay- condenación para aquellos que están en Cristo Jesús, aquellos que no andan en pos de la carne, sino del Espíritu.
2. Pues la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha hecho libre de la ley del pecado y de -la- muerte.
3. Porque -lo- que la ley no pudo hacer en cuanto a que era débil por la carne, Dios enviando a su propio Hijo con aspecto de carne pecaminosa, y por el pecado, al pecado condenó en la carne,
4. Para que la justicia de la ley pudiera cumplirse en nosotros, quienes no andamos en pos de la carne, sino en pos del Espíritu.
5. Ya que a los que están tras la carne les importan las cosas de la carne, pero a los que están tras el Espíritu las cosas del Espíritu.
6. Pues darle importancia a la carne -es- muerte, pero darle importancia al espíritu -es- vida y paz.
7. Porque la mente carnal -está en- enemistad contra Dios, ya que no está sujeta a la ley de Dios, ni en realidad puede estarlo.
8. Así pues aquellos que están en la carne no pueden agradar a Dios.
9. Pero vosotros no estáis en la carne, sino en el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Ahora bien si algún hombre no tiene el Espíritu de Cristo, de los suyos no es él.
10. Y si Cristo -está- en vosotros, el cuerpo -está- muerto a causa del pecado, pero el Espíritu -es- vida a causa de la justicia.
11. Pero si el Espíritu del que levantó a Jesús de los muertos en vosotros mora, el que levantó a Cristo de los muertos también vivificará vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.
12. Por eso, hermanos, somos deudores, -y- no de la carne, para vivir en pos de la carne.
13. Porque si vivís en pos de la carne, moriréis; pero si por medio del Espíritu dais muerte a las acciones del cuerpo, viviréis.
14. Ya que cuantos son dirigidos por el Espíritu de Dios, ellos son los hijos de Dios.
15. Pues no habéis recibido el espíritu de cautiverio otra vez para temer, sino que habéis recibido el Espíritu de adopción, por el cual clamamos, Abba, Padre.
16. El mismo Espíritu atestigua con nuestro espíritu, de que somos los hijos de Dios;
17. Y si hijos, entonces herederos, herederos de Dios, y coherederos con Cristo; si es que sufrimos con -él-, para poder también juntos ser glorificados.
18. Concluyo pues que los sufrimientos del tiempo actual no -son- dignos de -comparar- con la gloria que en nosotros se revelará.
19. Ya que la fervorosa expectativa de la criatura aguarda la manifestación de los hijos de Dios.
20. Pues la criatura fue sujetada a vanidad, no de forma voluntaria, sino por razón de aquel que con esperanza -la- ha sujetado,
21. Porque la criatura misma también será liberada del cautiverio de la corrupción -y- entregada a la gloriosa libertad de los hijos de Dios.
22. Ya que sabemos que la creación entera gime y labora en parto a una con dolor hasta hoy.
23. Y no solamente -ellos-, sino también nosotros, los que tenemos los primeros frutos del Espíritu, hasta nosotros mismos gemimos en nuestros adentros, aguardando la adopción, -esto es-, la redención de nuestro cuerpo.
24. Porque estamos salvados por la esperanza, pero esperanza que se vea no es esperanza, Ya que ¿por qué esperar todavía el hombre lo que ve?
25. Mas si esperamos lo que no vemos, -emtonces- con paciencia -lo- aguardamos.
26. Igualmente el Espíritu también auxilia nuestras flaquezas, pues nosotros no sabemos por qué -cosas- hemos de orar como debemos, pero el Espíritu mismo hace intercesión por nosotros con gemidos inexpresables.
27. Y el que indaga los corazones conoce cuál -es- el propósito del Espíritu, porque él hace intercesión por los santos de acuerdo a -la voluntad de- Dios.
28. Y sabemos que todas las cosas obran a una para bien de los que aman a Dios, de los que son los llamados de acuerdo a -su- propósito.
29. Porque a quienes de antemano conoció, también predestinó -a que fueran- conformados a la imagen de su Hijo, para que él pudiera ser el primogénito de entre muchos hermanos.
30. Es más a quienes predestinó, a ellos también llamó, y a quienes llamó además justificó, y a quienes justificó también glorificó.
31. ¿Qué diremos pues ante estas cosas? Si Dios -es- por nosotros, ¿quién contra nosotros?
32. El que -ni- a su mismo Hijo guardó, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿Cómo no nos dará además gratuitamente con él todas las cosas?
33. ¿Quién presentará algún cargo contra de los elegidos de Dios? -Es- Dios el que justifica.
34. ¿Quién -es- el que condena? -Es- Cristo el que murió, sí mejor, el que de nuevo se levantó, quien incluso está a la mano derecha de Dios, quien además hace intercesión por nosotros.
35. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿-Acaso- tribulación, estrés, persecución, hambruna, desnudez, peligro, o espada?
36. Así como está escrito, Por tu causa nos matan todo el día, somos contados como ovejas para la matanza.
37. No, en todas estas cosas más que conquistadores somos por medio de aquel que nos amó.
38. Pues estoy persuadido, que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni principados, ni potestades, ni asuntos presentes, ni eventos por venir,
39. Ni altura, ni profundidad, ni ninguna otra criatura serán capaces de separarnos del amor de Dios, el cual se encuentra en Cristo Jesús nuestro Señor.

Romanos 7

1. ¿No sabéis hermanos, (pues les hablo a los que conocen la ley,) que la ley tiene dominio sobre un hombre en tanto él viva?
2. Ya que la mujer que tenga marido por la ley está atada a -su- esposo en tanto él viva, pero si el esposo está muerto, ella está zafa de la ley de -su- marido.
3. Así que entonces si mientras -su- esposo vive, ella se casa con otro hombre, se llamará adúltera; pero si su esposo es muerto, queda libre de la ley; de manera que ya no es adúltera, así esté casada con otro hombre.
4. Por lo cual, hermanos míos, vosotros también habéis muerto a la ley por el cuerpo de Cristo, para que os desposéis con otro, -sí-, con aquel que se levantó de los muertos, para que le llevemos fruto a Dios.
5. Porque cuando estábamos en la carne, los movimientos de los pecados que eran por la ley, obraron en nuestros miembros -haciéndonos- llevar fruto para la muerte.
6. Pero ahora de la ley estamos liberados, para que estando muertos en donde estábamos retenidos, podamos servir en novedad de espíritu, y no -en- la antigüedad de la letra.
7. ¿Qué vamos entonces a decir? ¿-Es- pecado la ley? Dios no lo permita. No, yo no hubiera conocido el pecado, salvo por la ley; pues no hubiera conocido la ambición, a menos que la ley hubiera dicho, No codiciarás.
8. Pero el pecado, aprovechando la ocasión del mandamiento, forjó en mí toda clase de concupiscencia. Ya que sin la ley el pecado -estaba- muerto.
9. Pues una vez vivo estuve sin la ley, mas cuando llegó el mandamiento, el pecado revivió y yo morí.
10. Y el mandamiento que -era ordenado- para vida, -lo- encontré -ser- para la muerte.
11. Porque el pecado, aprovechando la ocasión del mandamiento, me engañó, y por esto -me- mató.
12. Por tanto la ley -es- santa, y el mandamiento santo, justo y bueno.
13. ¿Fue entonces lo bueno lo que a mí me produjo la muerte? Dios no lo permita. Sino que el pecado, para poder mostrarse pecado, obró la muerte en mí por -medio- de lo bueno, para que por -medio- del mandamiento el pecado pudiera volverse extremadamente pecaminoso.
14. Ya que sabemos que la ley es espiritual, pero yo soy carnal, vendido al pecado.
15. Porque hago aquello que no permito; porque lo que yo quisiera, eso no -lo- hago, sino que -lo- que detesto, eso -es lo- que hago.
16. Si entonces hago lo que no quiero, ante la ley yo consiento que -esta es- buena.
17. Ahora entonces ya no soy yo el que lo hace, sino el pecado que mora en mí.
18. Porque yo sé que en mí (es decir, en mi carne,) cosa buena no mora , ya que el querer -hacer lo bueno- está presente en mí, pero no hallo cómo realizarlo.
19. Pues no hago lo bueno que deseo, sino que lo malo que no quiero, es -eso- lo que hago.
20. Ahora pues, si hago lo que no quiero, no soy yo más el que lo hace, sino el pecado que mora en mí.
21. Hallo entonces una ley, que, cuando quiero hacer el bien, el mal está presente en mí.
22. Porque me deleito en la ley de Dios siguiendo al hombre interior;
23. Pero otra ley veo en mis miembros, guerreando en contra de la ley de mi mente, y llevándome cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.
24. ¡Oh qué desdichado soy! ¿Quién me librará del cuerpo de esta muerte?
25. A Dios gracias doy a través de Jesucristo nuestro Señor. Así entonces con la mente yo le sirvo a la ley de Dios, pero con la carne a la ley del pecado.

Romanos 6

CAPÍTULO 6
1. ¿Qué vamos entonces a decir? ¿continuaremos en el pecado, para que redunde la gracia?
2. Dios no lo permita. ¿Cómo nosotros los que estamos muertos al pecado, viviremos ya más en él?
3. ¿No sabéis, que los muchos que fuimos bautizados en Jesucristo, inmersos fuimos en su muerte?
4. Por lo tanto por el bautismo estamos enterrados con él a la muerte, para que así como Cristo se levantó de los muertos por medio de la gloria del Padre, de igual manera también podamos andar en novedad de vida.
5. Porque si hemos sido plantados juntos a la semejanza de su muerte, también lo seremos -a la semejanza- de -su- resurrección;
6. Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre está crucificado con -él-, para que el cuerpo del pecado pudiera destruirse, y así de ahora en adelante no sirvamos al pecado.
7. Porque el que está muerto liberado está del pecado.
8. Ahora pues si estamos muertos con Cristo, creemos que además viviremos con él;
9. Sabiendo que Cristo siendo levantado de los muertos no muere más, la muerte no tiene más dominio sobre él.
10. Pues en cuanto a que él murió, de una vez al pecado murió; pero en cuanto a que él vive, vive para Dios.
11. De igual manera vosotros no sólo consideraos muertos de verdad al pecado, sino vivos para Dios por medio de Jesucristo nuestro Señor.
12. No dejéis por tanto que el pecado reine en vuestro cuerpo mortal, para que lo obedezcáis en sus desenfrenos.
13. Ni sometáis vuestros miembros -como- instrumentos de injusticia para el pecado, al contrario, someteos a Dios, como aquellos que están vivos de -entre- los muertos, y vuestros miembros-como- instrumentos de justicia para Dios.
14. Pues el pecado -ya- no tendrá dominio sobre vosotros, ya que no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
15. ¿Entonces qué? ¿pecaremos ya que no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? Dios no lo permita.
16. ¿No sabéis que a quien os entregáis -como- siervos para obedecer, sois siervos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o de la obediencia para justicia?
17. Mas gracias sean dadas a Dios que fuisteis criados del pecado, pero de corazón habéis obedecido aquella forma de doctrina que os ha liberado.
18. Siendo entonces hechos libres del pecado, os volviesteis siervos de la justicia.
19. Hablo a la manera de los hombres a causa de la flaqueza de vuestra carne, porque debido a que habéis sometido vuestros miembros -como- siervos para la impureza y para la iniquidad hacia la iniquidad, de igual forma ahora someted vuestros miembros -como- siervos para la justicia hacia la santidad.
20. Pues cuando érais criados del pecado, érais libres de la justicia.
21. ¿Qué frutos tuvísteis entonces en aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? porque el fin de aquellas cosas -es- la muerte.
22. Pero ahora habiendo sido hechos libres del pecado, y convertido en siervos para Dios, tenéis vuestro fruto para la santidad, y el fin la vida eterna.
23. Porque el salario del pecado -es- la muerte, pero el regalo de Dios -es- la vida eterna por medio de Jesucristo nuestro Señor.

Romanos 5

1. Por tanto -al- ser justificados por la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;
2. Por quien además tenemos acceso por la fe a esta gracia en la que nos afirmamos, y nos regocijamos a la espera de la gloria de Dios.
3. Y no sólo -eso-, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, al saber que la tribulación obra paciencia,
4. La paciencia experiencia, y la experiencia esperanza;
5. Y la esperanza no avergüenza, porque el amor de Dios es derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo el cual nos es dado.
6. Pues cuando aún estábamos sin fuerzas, en -su- debido momento Cristo murió por los impíos.
7. Ya que escasamente alguien morirá por un hombre justo; aunque por ventura por un buen hombre algunos aún se atreverían a morir.
8. Pero Dios engrandece su amor hacia nosotros, en que, mientras aún siendo pecadores, Cristo murió por nosotros.
9. Mucho más entonces, siendo ya justificados por su sangre, seremos salvos de la ira por medio de él.
10. Porque si cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvados por su vida.
11. Y no sólo -esto-, sino que también nos gozamos en Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reparación.
12. Por lo cual, debido a que por un hombre entró el pecado al mundo, y la muerte por el pecado, y de esta manera la muerte pasó a todos los hombres, ya que todos han pecado;
13. (Porque hubo pecado en el mundo hasta la ley, pero el pecado no se imputa cuando no hay ley.
14. No obstante la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, aún sobre aquellos que no habían pecado a la similitud de la transgresión de Adán, quien es la figura de aquel que estaba por venir.
15. Pero no como la ofensa -es- igual el don gratuito. Pues si por la ofensa de uno muchos mueren, mucho más para muchos ha abundado la gracia de Dios, y el regalo por gracia, -que es- por un hombre, Jesúcristo.
16. Y no como por uno que pecó, -es igual- el don, porque el juicio -fue- por uno para condenación, pero el don gratuito, de las muchas ofensas -es- para justificación.
17. Ya que si por la ofensa de un hombre la muerte por uno reinó, mucho más aquellos que reciban abundancia de gracia y del don de justicia en la vida reinarán por uno, Jesucristo,)
18. Por tanto, como por la ofensa de uno -el juicio- a todos los hombres -cayó- para condenación, también por la justicia de uno, -el don gratuito- para la justificación de vida a todos los hombres -llegó-.
19. Ya que como por la desobediencia de un hombre -los- muchos se hicieron pecadores, también por la obediencia de uno los- muchos se harán justos.
20. Es más, la ley entró para que los tropiezos abundaran. Pero donde abundó el pecado, mucho más la gracia abundó;
21. Para que así como el pecado ha reinado para muerte, igualmente pueda la gracia reinar por medio de la justicia para vida eterna por Jesucristo Señor nuestro.

Romanos 4

1. ¿Qué vamos a decir entonces, que Abraham nuestro padre, en lo pertinente a la carne, ha encontrado?
2. Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene -de qué- gloriarse, mas no ante Dios,
3. Porque ¿Qué dice la escritura? Abraham le creyó a Dios, y se -le- contó como justicia.
4. Ahora pues, para el que trebaja es la paga -la cual- no se reconoce como gracia, sino como deuda.
5. Pero para el que no trabaja, sino que cree en aquel que justifica a los impíos, su fe se -le- cuenta como justicia.
6. Así como David también describe la bendición del hombre a quien Dios -le- imputa justicia sin obras,
7. -Diciendo- Benditos aquellos a quienes se les perdonan sus iniquidades, y se les cubren sus pecados.
8. Bendito el hombre a quien el Señor no le imputa pecado.
9. ¿-Viene acaso- entonces esta bendición sobre la circuncisión -solamente-, o además para la circuncisión? Porque nosotros decimos que la fe -le- fue reconocida a Abraham como justicia.
10. ¿Cómo -le- fue entonces reconocida? ¿estando en circuncisión o en incircuncisión? No en circuncisión, sino en incircuncisión.
11. Y él recibió la señal de la circuncisión, -como- un sello de la justicia de la fe que -tuvo aún- siendo incircunciso, para poder ser el padre de todos los que creen, así no sean circuncisos, para que a aquellos también se -les- pueda imputar justicia.
12. Y el padre de la circuncisión para aquellos que no solamente son de la circuncisión, sino -para- quienes caminan por los pasos de la fe de nuestro padre Abraham, los cuales -caminó- siendo -aún- incircunciso.
13. Porque la promesa de que iba a ser el heredero del mundo para Abraham o su simiente, no -fue- por la ley, sino por la justicia de la fe.
14. Pues si los que son de la ley -son- los herederos, la fe se hace nula, y la promesa no -tuvo- efecto -alguno-.
15. Ya que la ley obra ira, pues donde no hay ley, transgresión no -existe-.
16. Por lo tanto -es- por la fe, para que -pudiera ser- por gracia; con el fin de que la promesa se pudiera asegurar a toda la simiente; no solamente a aquella que es de la ley, sino también a aquella que es de la fe de Abraham, el cual es el padre de todos nosotros,
17. (Como está escrito, Te he hecho padre de muchas naciones,) en la presencia de aquel a quien creyó, -del mismo- Dios, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son como si fueran.
18. Quien frente a la esperanza, con esperanza creyó, para poder hacerse padre de muchas naciones, de acuerdo a lo que se había dicho, Así será tu simiente.
19. Y sin debilitarse en la fe, no consideró su cuerpo -que estaba- ya -casi- muerto, con cerca de cien años, ni la inutilidad del vientre de Sara,
20. No titubeó por incredulidad ante la promesa de Dios, sino que se fortaleció en la fe, dándole -la- gloria a Dios,
21. Plenamente persuadido de que lo que él había prometido, también era capaz de realizar.
22. Y por ello se -le-imputó como justicia.
23. Ahora bien, esto no sólo fue escrito por causa de él, de habérsele imoputado,
24. Sino también para nosotros a quienes -se- nos será imputado, si creemos en aquel que levantó a Jesús nuestro Señor de los muertos;
25. Quien fue entregado por nuestras ofensas, y otra vez levantado para nuestra justificación.

Romanos 3

1. ¿Qué ventaja entonces tiene el Judío? ¿o qué aprovecha la circuncisión?
2. Mucho en toda forma: principalmente porque a ellos les fueron encomendados los oráculos de Dios.
3. Pues ¿qué si algunos no creyeron? ‘¿-Acaso- su incredulidad hará la fe de Dios sin efecto?
4. No lo permita Dios; sí, que Dios sea veraz, mas todo hombre mentiroso; tal como está escrito, Para que tú seas justificado en tus dichos, y puedas vencer cuando seas juzgado.
5. Pero si nuestra injusticia encomia la justicia de Dios, ¿qué vamos a decir? -Es- Dios injusto al tomar venganza? (Hablo como un hombre)
6. No lo permita Dios, porque entonces ¿cómo va a juzgar Dios al mundo?
7. Pues si la verdad de Dios ha abundado más para su gloria a través de mi mentira, ¿por qué aún también soy juzgado como pecador?
8. Y no -más bien-, (como calumniosamente nos reportan, y tal como algunos afirman que nosotros decimos,) ¿Hagamos el mal, para que llegue el bien? cuya condenación es justa.
9. ¿Entonces qué? ¿somos mejores -que ellos-? No, de ninguna manera; porque hemos probado antes tanto a Judíos como a Gentiles, que todos ellos están bajo el pecado;
10. Como está escrito: No hay ningún justo, ni siquiera uno.
11. Nadie hay que entienda, nadie hay que busque a Dios.
12. Todos se han salido del camino, todos a una se han vuelto improductivos, nadie hay que haga el bien, no, ni -siquiera- uno.
13. Su garganta -es- un sepulcro abierto; con sus lenguas han usado el engaño; veneno de áspid -hay- debajo de sus labios;
14. Cuya boca -está-llena de maldiciones y amarguras;
15. Sus pies -son- veloces para derramar sangre;
16. Destrucción y miseria -hay- en sus caminos;
17. Y el camino de la paz no han conocido;
18. No hay temor de Dios delante de sus ojos.
19. Ahora sabemos que cualquier cosa que diga la ley, para los que están bajo la ley lo dice, y así toda boca se pueda callar, y todo el mundo pueda volverse culpable delante de Dios.
20. Por tanto por las obras de la ley ninguna carne a su vista se justificará, pues por la ley -se halla- el conocimiento del pecado.
21. Pero ahora la justicia de Dios sin la ley es manifestada, siendo atestiguada por la ley y los profetas;
22. Sí, la justicia de Dios, por la fe de Jesucristo para todos y sobre todos los que creen, pues no hay diferencia,
23. Ya que todos pecaron y no alcanzaron la gloria de Dios.
24. Siendo justificados gratuitamente por su gracia a través de la redención que hay en Cristo Jesús;
25. A quien Dios ha colocado como propiciación a través de la fe en su sangre, para declarar su justicia para la remisión de los pecados que son pasados, por medio de la tolerancia de Dios.
26. Para declarar, -digo yo, en este tiempo su justicia, y así él pueda ser justo, y el justificador de aquel que crea en Jesús.
27. ¿Dónde -queda- entonces el jactarse? -se- excluye. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No; Al contrario, por la ley de la fe.
28. Por lo tanto concluimos que el hombre se justifica por la fe sin las acciones de la ley.
29. ¿Es él- únicamente el Dios de los Judíos? ¿no -es- también de los Gentiles? Sí, también de los Gentiles.
30. Viendo que -es- un Dios, que justifica a la circuncisión por la fe, y a la incircuncisión a través de la fe.
31. ¿Hacemos entonces nula la ley por medio de la fe? No lo permita Dios; sí, a la ley la establecemos.

Romanos 2

1. Por tanto quedas sin excusa, Oh hombre que juzgas, quienquiera que seas, pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo, ya que tú, quien juzgas, haces las mismas cosas.
2. Pero estamos seguros que el juicio de Dios contra los que cometen tales cosas es de acuerdo a la verdad.
3. ¿Y piensas tú esto, Oh hombre, que juzgas a los que hacen tales cosas, y haces lo mismo, que escaparás del juicio de Dios?
4. ¿O desprecias tú las riquezas de su bondad, tolerancia y benignidad, sin saber que la bondad de Dios te guía al arrepentimiento?
5. Pero tras tu dureza y corazón impenitente atesoras para ti ira para el día de la ira y de la revelación del juicio justo de Dios,
6. El cual devolverá a cada hombre según sus hechos.
7. Vida eterna a quienes con paciente continuidad haciendo el bien buscan gloria, honor e inmortalidad;
8. Pero indignación e ira para aquellos que son contenciosos, y no obedecen a la verdad, sino que le hacen caso a la injusticia.
9. Tribulación y angustia, para toda alma humana que haga el mal, primeramente el Judío, como también el Gentil.
10. Pero gloria, honor, y paz para todo hombre que obre el bien, primeramente para el Judío, como también para el Gentil;
11. Pues con Dios no hay distinción de personas.
12. Ya que cuantos sin ley han pecado, sin ley también perecerán, y cuantos en la ley han pecado, por la ley juzgados serán;
13. (Pues no -son- justos delante de Dios los oyentes de la ley, más bien los practicantes de la ley serán -los- justificados.
14. Porque cuando los Gentiles, que no tienen la ley, practican por naturaleza las cosas contenidas en ella, estos, sin tener ley, se hacen ley para ellos mismos,
15. Lo cual da a conocer la obra de la ley escrita en sus corazones, -pues- su conciencia además atestigua, mientras que -sus- pensamientos se acusan o excusan el uno al otro;)
16. En el día en el que Dios juzgue los secretos de los hombres por Jesucristo, de acuerdo a mi evangelio.
17. Mira que tú eres llamado Judío, descansas en la ley, y te jactas de Dios,
18. Conoces -su- voluntad, apruebas las cosas más excelentes, eres instruído por la ley,
19. Y tienes confianza de ser guía de los ciegos-y- una luz para los que están en oscuridad,
20. Um instructor de los necios, un guía de bebés, que tiene la forma del conocimiento y de la verdad en la ley,
21. Tú por tanto que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? tú que predicas -que- un hombre no debe robar, ¿robas?
22. Tú que dices -que- un hombre no debe cometer adulterio, ¿cometes adulterio? tú que aborreces a los ídolos, ¿cometes sacrilegio?
23. Tú que te jactas de la ley, ¿deshonras a Dios quebrando la ley?
24. Ya que el nombre de Dios es blasfemado entre los Gentiles por medio tuyo, tal como está escrito,
25. Porque la circuncisión en verdad aprovecha, si guardas la ley, pero si eres un quebrantador de la ley, tu circuncisión se hace incircuncisión.
26. Por tanto si la incircuncisión guarda la justicia de la ley, ¿no será contada su incircuncisión como circuncisión?
27. ¿Y la incircuncisión que es por naturaleza , si esta cumple la ley, no te juzgará a ti, que por letra y con circuncisión, transgredes la ley?
28. Pues no es Judío el que lo es externamente, ni circuncisión la externa de la carne,
29. Sino que Judío es el que lo es en su interior, y circuncisión -la- del corazón, -Judío- en el espíritu, -y- no en la letra, cuya alabanza no -es- de los hombres, sino de Dios.