Lucas 20

1. Y vino a suceder -que- uno de esos días, mientras enseñaba a la gente en el templo y predicaba el evangelio, el sumo sacerdote y los escribas llegaron a -él- con los mayores,
2. Y le hablaron, diciendo, Cuéntanos, ¿con qué autoridad haces tú estas cosas? o quién es el que te dio esta autoridad?
4. Y él respondió y les dijo, Yo también os preguntaré una cosa, y respondedme:
4. ¿El bautismo de Juan, era del cielo o de los hombres?
5. Y ellos razonaron entre ellos, diciendo, Si decimos, Del cielo, va a decir, ¿Por qué entonces no le creísteis?
6. Mas si decimos, De los hombres, toda la gente nos apedreará, ya que están persuadidos que Juan fue un profeta.
7. Y respondieron, que no podían decir de dónde -era-.
8, Y Jesús les dijo, Yo tampoco os digo con qué autoridad hago estas cosas.
9. Entonces comenzó a hablarle a la gente esta parábola, Cierto hombre plantó una viña, y se la dejó a -unos- labradores, y se fue a un país lejano por mucho tiempo.
10. Y en la temporada envió a un criado a los labradores, para que le dieran del fruto de la viña, pero los labradores lo golpearon, y vacío -lo- despidieron.
11. Envió de nuevo a otro siervo, y también lo golpearon, tratándo-lo- vergonzosamente, y vacío lo despidieron.
12. Otra vez envió un tercero, y también lo hirieron, y expulsaron.
13. Entonces dijo el señor de la viña, ¿Qué haré? A mi amado hijo enviaré; puede que -lo- reverencien cuando lo vean.
14. Mas cuando los labradores lo vieron, razonaron entre ellos, diciendo, Este es el heredero; venid, matémoslo, para que la herencia pueda ser nuestra.
15. Así que lo expulsaron de la viña, y -lo- mataron. Por tanto ¿qué les hará el señor de la viña?
16. Él vendrá y destruirá a estos labradores, y le dará su viña a otros. Y al oir -esto-, dijeron, No lo permita Dios.
17. Y los miró, y dijo, ¿Qué es esto entones que está escrito, La piedra que los constructores rechazaron, esta misma se ha convertido en la cabeza de la esquina?
18. Quienquiera que sobre esa piedra caiga quebrantado será, mas sobre quienquiera que ella caiga, molido a polvo será.
19. + Y los sumos sacerdotes y los escribas buscabann esa misma hora echar mano de él; y temían a la gente, porque percibían que había hablado esta parábola en contra de ellos.
20. Y -lo- observaban, y enviaron espías, los cuales debían fingir ser hombres justos, para atraparlo en sus palabras, y así poderlo entregar al poder y autoridad del gobernador.
21. Y le preguntaron, diciendo, Maestro, sabemos que correctamente hablas y enseñas, tampoco aceptas la persona -de nadie-, sino que enseñas en verdad el camino de Dios;
22. ¿Es o no legal que le demos tributo al César?
23. Pero él percibió su engaño. y les dijo, ¿Por qué me tentáis?
24. Dadme a conocer un penique, ¿Imagén e inscripción de quién tiene? Ellos respondieron y dijeron, Del César.
25. Y él les dijo, Entregadle por tanto al César las cosas que son del César, y a Dios las cosas que son de Dios.
26. Y no pudieron atraparlo en sus palabras delante de la gente, se maravillaron ante su respuesta, y guardaron silencio.
27. + Llegaron entonces a -él- ciertos Saduceos, los cuales niegan que haya alguna resurrección, y le preguntaron,
28. Diciendo, Maestro, Moisés nos escribió, Si el hermano de algún hombre muere, teniendo esposa, y muere sin hijos, que su hermano debe tomar a su esposa, y levantarle simiente a su hermano.
29. Había por tanto entonces siete hermanos; el primero tomó una esposa, y murió sin hijos.
30. Y el segundo la tomó por esposa, y murió sin hijos.
31. El tercero la tomó, y de igual manera los siete también, sin dejar hijos, y murieron.
32. Al final de todo la mujer también murió.
33. Por tanto en la resurrección ¿de cuál de ellos es esposa? pues -los- siete la tuvieron como esposa.
34. Y Jesús respondiendo les dijo, Los hijos de este mundo se casan, y se dan en matrimonio;
35. Pero los que sean contados dignos de obtener aquel mundo, junto con la resurrección de los muertos, ni se casan, ni en matrimonio se dan;
36. Ni pueden ya más morir, porque son iguales a los ángeles. son los hijos de Dios, al ser los hijos de la resurrección.
37. Ahora bien, que los muertos se levantan, hasta Moisés lo manifestó en el arbusto, cuando al Señor -lo- llamó el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob.
38. Porque él no es un Dios de los muertos, sino de los vivos, ya que todos viven para él.
39. + Entonces ciertos escribas respondiendo dijeron, Maestro, has dicho muy bien.
40. Y después de aquello no se atrevieron a preguntarle nada.
41. Y les dijo, ¿Cómo dicen que Cristo es el hijo de David?
42. Y el mismo David dice en el libro de los Salmos, El Señor le dijo a mi Señor, Siéntate a mi mano derecha,
43. Hasta que haga a tus enemigos el banquillo de tus pies.
44. David por tanto lo llama Señor, ¿cómo entonces él es el hijo?
45. + Entonces en la audiencia de todo el pueblo le dijo a sus discípulos,
46. Cuidaos de los escribas, que desean andar con largas túnicas, aman los saludos en los mercados, los sitios más altos de las sinagogas y los altos salones de las fiestas;
47. Los cuales devoran las casas de las viudas, y para darse a conocer hacen largas oraciones; estos mismos recibirán -una- mayor condenación.

Lucas 19

1. Y Jesús entró y pasó por en medio de Jericó.
2. Y mirad que -había- un hombre llamado Zaqueo, el cual era el principal entre los publicanos, y él era rico.
3. Y buscaba ver a Jesús, -ver- quién era él, y no podía debido al gentío, porque era de pequeña estatura.
4. Y corrió hacia adelante, y escaló un árbol sicómoro para verlo, ya que iba a pasar por ese -camino-.
5. Y al llegar Jesús al lugar, miró -hacia- arriba, lo vio, y le dijo, Zaqueo, apresúrate y baja, porque hoy he de quedarme en tu casa.
6. Y él se apresuró, bajó y gozosamente lo recibió.
7. Y cuando -lo- vieron, todos murmuraron, diciendo, Que él se había hecho invitar de un hombre que era un pecador.
8. Y Zaqueo se paró, y le dijo al Señor, Mira Señor, que la mitad de mis bienes se la doy a los pobres; y si alguna cosa le he quitado a algún hombre debido a una falsa acusación, cuatro veces -se- la restauraré.
9. Y Jesús le dijo, Este día la salvación ha llegado a esta casa, por tal cosa, pues también él es un hijo de Abraham.
10. Porque el Hijo del hombre ha venido para buscar y salvar aquello que estaba perdido.
11. Y al oír ellos estas cosas, él añadió y habló una parábola, pues estaba cerca a Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios de inmediato debía aparecer.
12. Por tanto djo, Cierto hombre noble se fue a un país lejano a recibir un reino para él, y para -luego- retornar.
13. Y llamó a sus diez sirvientes, les entregó diez libras y les dijo, Ocupaos hasta que yo venga.
14, Pero sus ciudadanos lo odiaban, y tras él enviaron un mensaje diciendo, No queremos tener a este hombre reinando sobre nosotros.
15. Y vino a pasar que cuando hubo retornado, habiendo recibido el reino, mandó entonces llamar a él a estos sirvientes, a quienes les había dado las monedas, para poder saber cuánto había ganado cada hombre al negociar -con ellas-.
16. Vino entonces el primero, diciendo, Señor, tu libra ha ganado diez libras.
17. Y él le dijo, Bien, buen siervo; porque en lo muy poco has sido fiel, tienes autoridad sobre diez ciudades.
18. Y vino el segundo, diciendo, Señor tu libra ha ganado cinco libras.
19. Y de igual manera le dijo, Hazte también cargo de cinco ciudades.
20. Y otro vino, diciendo, Señor, mira que -aquí está- tu libra, la cual he guardado atesorada en una servilleta;
21. Ya que te temí, porque eres un hombre severo; tú recoges lo que no entregaste, y cosechas lo que no sembraste,
22. Y él le dijo, Por tu propia boca te juzgaré, malvado siervo. Sabías que soy un hombre severo, que recojo lo que no entregué, y cosecho lo que no sembré;
23. ¿Por qué entonces no diste mi moneda al banco, para que a mi venida pudiera yo haber requerido lo mío con usura?
24. Y les dijo a los que a -su- lado se paraban, Tomad de él la libra, y dádse-la- al que tiene diez libras.
25. (Y le dijeron, Señor, tiene diez libras.)
26. Porque os digo, Que a todo aquel que tenga se le dará, y al que no tenga, aún lo que tiene se le quitará.
27. Pero aquellos mis enemigos, los cuales no quiseron que reinara sobre ellos, traedlos acá, y matad-los- delante de mí.
28. + Y cuando hubo hablado esto, se fue adelante, ascendiendo hasta Jerusalén.
29. Y vino a suceder que cuando se había acercado a Betania, al monte llamado de los Olivos, envió a dos de sus discípulos,
30. Diciendo, Id al pueblo del frente, en el cual, al entrar encontraréis un potro atado, en el que ningún hombre aún se ha sentado; desatadlo y traed-lo acá-.
31. Y si algún hombre os pregunta, ¿Por qué -lo- desatáis? le diréis así, Porque el Señor tiene necesidad de él.
32. Y partieron aquellos que fueron enviados, y hallaron -las cosas- tal como él les había dicho.
33. Y cuando estaban desatando el potro, sus dueños les dijeron, ¿Por qué desatáis el potro?
34. Y ellos dijeron, El Señor tiene necesidad de él.
35. Y se lo trajeron a Jesús; echaron sus mantos sobre el potro y pusieron a Jesús sobre él.
36. Y mientras iban, esparcían sus ropas en el camino.
17. Y cuando se hubo acercado, ya en el mismo descenso del monte de los Olivos, la multitud entera de los discípulos comenzó a regicijarse y a alabar a Dios a viva voz por todas las poderosas obras que ellos habían visto;
38. Diciendo, Bendito el Rey que viene en el nombre del Señor; paz en el cielo, y gloria en las alturas.
39. Y algunos de los Fariseos de entre la multitud le dijeron, Maestro, reprende a tus discípulos.
40. Y él respondió y les dijo, Os digo que si estos guardaran silencio, las piedras inmediatamente gritarían.
41. + Y cuando se hubo acercado, contempló la ciudad, y lloró por ella,
42. Diciendo, ¡Si hubieras conocido, aún tú, al menos en este tu día, las cosas -concernientes- a tu paz! Pero ahora se esconden de tus ojos.
43. Porque los días vendrán sobre ti, -en los- que tus enemigos pondrán una trinchera a tu alrededor, te rodearán y te encerrarán por todo lado,
44. Sí, y en el suelo te pondrán y a tus hijos contigo. y en ti no dejarán una piedra sobre otra, debido a que no conociste el momento de tu visitación.
45. Y entró al templo, y comenzó a expulsar a los que allí vendían, y a los que compraban;
46. Diciéndoles, Escrito está, Mi casa es la casa de la oración, mas vosotros la habéis hecho una cueva de ladrones.
47. Y enseñaba diariamente en el templo. Pero los sumos sacerdotes y los escribas y los líderes del pueblo buscaban destruirlo,
48. Y no podían hallar qué hacer, porque toda la gente estaba muy atenta a oirlo.

Lucas 18

1. Y les habló una parábola, para que los hombres oren siempre, sin desmayar.
2. Diciendo, Había en una ciudad un juez, el cual no temía a Dios, ni le importaba el hombre;
3. Y había una viuda en esa ciudad, y vino a él, diciendo, Véngame de mi adversario.
4. Y él no quiso por un tiempo; pero después dijo dentro de él, Así no tema a Dios, ni me importe el hombre,
5. Sin embargo debido a que esta viuda me atribula, la vengaré, no sea que me agote de su continua venida.
6. Y el Señor dijo, Oíd lo que el juez injusto dice.
7. ¿Y no vengará Dios a sus propios electos, los cuales le claman día y noche, así por mucho tiempo los soporte?
8. Os digo que velozmente los vengará. ¿No obstante, cuando el Hijo del hombre venga, encontrará fe en la tierra?
9. Y a ciertas -personas- que confiaban en ellos mismos por ser justos, y despreciaban a otros, -les- habló esta parábola:
10. Dos hombres subieron al templo a orar; el uno un Fariseo, y el otro un publicano.
11. El Fariseo se paró y oró con él mismo así, Dios, te agradezco por no ser yo como los otros hombres, extorsionadores, injustos y adúlteros, ni siquiera como este publicano.
12. Ayuno dos veces a la semana, -y- doy el diezmo de todo lo que poseo.
13. Y el publicano, parado a lo lejos, como -que- no levantaba mucho -sus- ojos al cielo,, sino que se golpeaba el pecho, diciendo, Dios ten misericordia de mi -que soy- un pecador.
14. Os digo, este hombre bajó a su casa justificado -en vez- del otro; porque todo el que se exalte será abatido, y el que se humille, será exaltado.
15. Y también le traían infantes, para que los tocara, pero cuando -sus- discípulos -lo- vieron, los reprendieron.
16. Pero Jesús los llamó -hasta él-, y dijo, Dejad a los niñitos venir a mí, y no les prohibáis, porque de tales es el reino de Dios.
17. De verdad os digo que quienquiera que no reciba el reino de Dios como niño pequeño, de ninguna manera entrará en él.
18. Y cierto gobernante le preguntó, diciendo, Maestro Bueno, ¿Qué haré para heredar la vida eterna?
19. Y Jesús le dijo, ¿Por qué me llamas bueno? nadie -es- bueno, salvo uno, -esto es-, Dios.
20. Tú conoces los mandamientos, No cometas adulterio, No mates, no des falsos testimonios, honra a tu padre y a tu madre,
21. Y él dijo, Todos estos los he guardado desde mi juventud.
22. Ahora bien cuando Jesús oyó estas cosas, le dijo, Aún así te falta una cosa, vende todo lo que tengas, distribúyelo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; y ven y sígueme.
23. Y cuando él oyó esto, se acongojó mucho, porque era muy rico.
24. Y cuando Jesús vió lo mucho que se acongojó, dijo, ¡Muy difícilmente los que tienen riquezas entrarán en el reino de Dios!
25. Pues es más fácil que un camello pase por entre el ojo de una aguja, que un hombre rico entre en el reino de Dios.
26. Y los que -lo- oyeron dijeron, ¿Quién entonces se puede salvar?
27. Y él dijo, Las cosas que son imposibles para los hombres son posibles para Dios.
28. Pedro entonces dijo, Mira que nosotros lo dejamos todo, y te -hemos- seguido.
29. Y les dijo a ellos, De verdad os digo, -que- no hay hombre que haya dejado casa, padres, hermanos, esposa, o hijos por amor al reino de Dios,
30. Que no vaya a recibir mucho más en este tiempo presente, y en el mundo por venir la vida eterna.
31. Tomó entonces a los doce, y les dijo, Mirad que subimos a Jerusalén, y todas las cosas que están escritas por los profetas acerca del Hijo del hombre se cumplirán.
32. Porque él será entregado a los Gentiles, y será burlado, tratado con desprecio y escupido.
33. Y -lo- azotarán, y lo enviarán a la muerte; y al tercer día de nuevo se levantará.
34. Y ellos ninguna de estas cosas entendían; estas palabras estaban escondidas para ellos, tampoco supieron las cosas que se les habló.
35. + Y vino a acontecer que al acercarse él a Jericó, cierto hombre ciego sentado al lado del camino -se encontraba- mendigando;
36. Y oyendo a la multitud pasar, preguntó de qué se trataba.
37. Y le contaron que Jesús de Nazaret pasaba.
38. Y él gritó, diciendo, Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí.
39. Y aquellos que iban delante lo reprendían, para que guardara silencio, pero él gritaba mucho más, Hijo de David, ten misericordia de mí.
40. Y Jesús se paró, y mandó que fuera traído a él, y al estar él cerca, le preguntó,
41. Diciendo, ¿Qué quieres que haga por ti? Y él dijo, Señor, que pueda recibir la vista.
42. Y Jesús le dijo, recibe la vista; tu fe te ha salvado.
43. E inmediatamente recibió la vista, y lo siguió, glorificando a Dios; y toda la gente, al verlo, le daba alabanzas a Dios.

Lucas 17

1. Entonces le dijo a sus discípulos, Es imposible que las ofensas no vayan a llegar, sin embargo ¡ay -de aquel- por quien vengan!
2. Sería mejor para él que una piedra de molino se le colgara a su cuello, y se lanzara al mar, a que ofendiera a uno de estos pequeñitos.
3. + Tened cuidado entre vosotros; si tu hermano transgrede contra ti, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo.
4. Y si transgrede contra ti siete veces en un día, y siete veces en un día se vuelve de nuevo a ti, diciendo, Me arrepiento, lo perdonarás.
5. Y los apóstoles le dijeron al Señor, Incrementa nuestra fe.
6. Y el Señor dijo, Si tuvierais fe como la semilla de un grano de mostaza, podríais decirle a este sicómoro, Desarráigate, y plántate en el mar; y os va a obedecer.
7. Pero ¿cuál de vosotros, teniendo un criado arando o alimentando el ganado, le va a decir más tarde, cuando venga del campo, Ve y siéntate a comer?
8. ¿Y no le dirá más bien, Alista con qué pueda yo cenar, y ajústate y sírveme, hasta que yo haya comido y bebido, y después comerás y beberás?
9. ¿Le agradece a aquel criado por hacer las cosas que se le mandó? Supongo que no.
10. De igual forma también vosotros, cuando hagáis hecho todas esas cosas que se os mandó, decid, Somos criados improductivos; hemos hecho aquello que era nuestro deber hacer.
11. + Y vino a suceder que mientras él iba a Jerusalén, pasó por en medio de Samaria y Galilea.
12. Y mientras entraba a cierto pueblo, lo encontraron diez hombres que eran leprosos, los cuales se paraban de lejos,
13. Y levantaban -sus- voces, diciendo, Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros.
14. Y cuando él -los- vio, les dijo, Id -y- daos a conocer a los sacerdotes. Y aconteció, que, mientras iban, fueron limpiados.
15. Y uno de ellos, al ver que estaba sanado, se volvió, y en voz alta glorificaba a Dios.
16. Y se postró sobre -su- rostro ante sus pies, dándole las gracias; y era un Samaritano.
17. Y Jesús respondiendo dijo, ¿No eran diez los limpios? ¿Pero dónde -están- los nueve?
18. Los que volvieron a darle la gloria a Dios no están, salvo este extranjero.
19. Y le dijo, Levántate, emprende camino; tu fe te ha aliviado.
20. + Y cuando fue demandado por los Fariseos -preguntándosele- cuándo debía venir el reino de Dios, les respondió y dijo, El reino de Dios no viene con observación;
21. Tampoco dirán, ¡Helo acá! o ¡Helo allá! Porque mirad que el reino de Dios dentro de vosotros está.
22. Y a sus discípulos les dijo, Los días vendrán, cuando desearéis ver uno de los días del Hijo del hombre, y no -lo- veréis.
23. Y os dirán, Mira acá, o mira allá; no vayáis tras -ellos-, ni -los- sigáis.
24. Pues como el rayo, que sale alumbrando de una -parte- bajo el cielo, -y- resplandece hasta la otra -parte- bajo el cielo, así también será el Hijo del hombre en su día.
25. Mas primero él debe sufrir muchas cosas, y ser rechazado por esta generación.
26. Y como era en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del hombre.
27. Comían, bebían, se casaban con sus esposas -y- se daban en matrimonio, hasta el día en el que Noé entró en el arca, vino la inundación y a todos los destruyó.
28. De igual manera también como era en los días de Lot, -que- comían, bebían, compraban, vendían, plantaban -y- construían,
29. Mas el mismo día que Lot salió de Sodoma fuego y azufre llovió del cielo, y a todos -los- destruyó.
30. Aún así será en el día cuando sea revelado el Hijo del hombre.
31. En ese día, el que se encuentre en la azotea, y sus cosas en la casa, que no baje a llevárselas; y el que esté en el campo, que de igual manera no retorne.
32. Recordad a la esposa de Lot.
33. Quienquiera que busque salvar su vida la perderá; y cualquiera que pierda su vida la preservará.
34. Os digo, en esa noche habrá dos -hombres- en una cama; el uno será tomado, y el otro será dejado.
35. Dos -mujeres- estarán moliendo juntas; la una será tomada, y la otra dejada.
36. Dos -hombres- estarán en el campo; el uno será tomado, y el otro dejado.
37. Y ellos respondieron y le dijeron, ¿Dónde, Señor? Y él les dijo, Donde sea que -esté- el cuerpo, allí se reunirán y aunarán las águilas.

Lucas 16

1. Y le dijo también a sus discípulos, Hubo un cierto hombre rico, el cual tenía un administrador, y este mismo fue acusado ante él de haber desperdiciado sus bienes.
2. Y él lo llamó, y le dijo, ¿Cómo es que oigo esto de ti? Da cuenta de tu administración, pues puede que no seas más -mi- administrador.
3. El administrador entonces dijo para sí, ¿Qué haré? pues mi señor me quita la administración; no puedo cavar; me da vergüenza mendigar.
4. Estoy resuelto a qué hacer, para que cuando sea puesto fuera de la administración, ellos en sus casas me puedan recibir.
5. Así que llamó a cada uno de los deudores de su señor, y al primero le dijo, ¿Cuánto le debes a mi señor?
6. Y él dijo, cien medidas de aceite. Y él le dijo, Toma tu recibo, siéntate rápido, y escribe cincuenta.
7. Luego dijo al otro, ¿Y cuánto debes tú? Y él dijo, Cien medidas de trigo. Y él le dijo, Toma tu recibo, y escribe ochenta.
8. Y el Señor encomió al administrador injusto, por haber hecho sabiamente, porque los hijos de este mundo en su generación son más sabios que los hijos de la luz.
9. Y yo os digo, haceos amigos por medio del mamón de la injusticia, para que cuando fallezcáis, ellos os puedan recibir en -sus- habitaciones eternas.
10. El que en lo más pequeño es fiel, fiel también en lo mucho es, y el que en lo más pequeño es injusto, injusto también en lo mucho es.
11. Por tanto si no habéis sido fieles con el injusto mamón, ¿Quién encomendará bajo vuestra responsabilidad las verdaderas -riquezas-?
12. Y si no habéis sido fieles con aquello que es de otro hombre, ¿Quién os va a dar aquello que os corresponde?
13. + Ningún criado puede servir a dos maestros, pues u odiará al uno, y amará al otro, o se aferrará al uno, y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a mamón.
14. Y los Fariseos también, quienes eran avaros, oían todas estas cosas, y lo escarnecían.
15. Y les dijo, Vosotros sois -de- los que os justificáis delante de los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones, porque aquello que es de alta estima entre los hombres, es una abominación a la vista de Dios.
16. La ley y los profetas -fueron- hasta Juan; desde ese momento el reino de Dios se predica, y todo hombre se apresura a entrar en él.
17. Y es más fácil que el cielo y la tierra pasen, a que falle un ápice de la ley.
18. Cualquiera que deseche a su esposa, y se case con otra, comete adulterio; y cualquiera que se case con la que de -su- esposo es desechada comete adulterio.
19. + Hubo cierto hombre rico, el cual se vestía con púrpura y lino fino, y le iba suntuosamente cada día.
20. Y había cierto mendigo llamado Lázaro, el cual yacía a su portón, lleno de llagas,
21. Y deseaba alimentarse con las migajas que caían de la mesa del hombre rico; es más, los perros venían y lamían sus llagas.
22. Y vino a acontecer que el mendigo murió, y fue cargado por los ángeles al seno de Abraham; el rico también murió y fue enterrado;
23. Y en el infierno levanta sus ojos, estando en los tormentos, y ve a Abraham bien lejos, y a Lázaro en su seno.
24. Y clamó y dijo, Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que pueda mojar la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua, pues me atormenta esta llama.
25. Pero Abraham dijo, Hijo, recuerda que tú en tu tiempo de vida recibiste tus cosas buenas, e igualmente Lázaro cosas malas; mas ahora él es comfortado, y tú eres atormentado.
26. Y además de todo esto, se ha fijado una gran brecha entre nosotros y vosotros, para que aquellos que de aquí hasta vosotros quieran pasar no puedan; ni tampoco aquellos que de allá hasta nosotros -quieran- pasar -lo- puedan.
27. Él dijo entonces, te ruego por tanto, padre, que lo envíes a la casa de mi padre;
28. Porque tengo cinco hermanos, para que les pueda atestiguar, no sea que también lleguen a este lugar de tormento.
29. Abraham le dice, Tienen a Moisés y a los profetas; que los oigan.
30. Y él dijo, No, padre Abraham; pero si uno de los muertos fuera a ellos, se van a arrepentir.
31. Y él le dijo, Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco serán persuadidos, así uno se levante de los muertos.

Lucas 15

1. Se le acercaron entonces todos los publicanos y pecadores para oírle.
2. Y los Fariseos y escribas murmuraban, diciendo, Este hombre recibe a los pecadores, y come con ellos.
3. + Y él les habló esta parábola, diciendo,
4. ¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el yermo, y va tras la que está perdida, hasta que la encuentra?
5. Y cuando llega a casa, llama -y- reúne a -sus- amigos y vecinos, diciéndoles, Regocijaos conmigo, porque encontré mi oveja que estaba perdida.
7. Os digo, que igual gozo habrá en el cielo por un pecador que se arrepiente, más que por noventa y nueve personas justas, que no necesitan de arrepentimiento.
8 + ¿O qué mujer teniendo diez piezas de plata, si pierde una pieza, no alumbra con una lámpara, barre la casa, y busca diligentemente hasta encontrar-la-?

9. Y cuando -la- haya encontrado llama a -sus- amigos y vecinos, -los- reúne, diciendo, Regocijaos conmigo, porque he encontrado la pieza que había perdido.
10. De igual manera, os digo -que- hay gozo en la presencia de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.
11. + Y dijo, Cierto hombre tenía dos hijos;
12. Y el más joven de ellos dijo a -su- padre, Padre, dame la porción de bienes que recae -sobre mí-.
13. Y no muchos días después el hijo joven reunió y aunó todo, y formó viaje a un país lejano; allí agotó sus pertenencias viviendo desordenadamente.
14. Y cuando hubo gastado todo, se levantó una poderosa hambruna en esa tierra, y comenzó a tener escacez.
15. Y fue y se unió a un ciudadano de aquel país, y él lo envió a sus campos para que alimentara a los cerdos.
16. Y de buena gana deseaba haber llenado su vientre de las cáscaras que los cerdos comían; y ningún hombre le daba.
17. Y cuando vino en sí, dijo, ¿Cuántos sirvientes asalariados de mi padre tienen suficiente pan y de sobra, y yo perezco de hambre?
18. Me levantaré e iré a mi padre, y le diré, Padre, ha pecado contra el cielo y delante de ti.
19. Y no soy más digno de ser llamado tu hijo; hazme como uno de tus sirvientes asalariados.
20. Y se levantó, y vino a -donde- su padre. Mas cuando aún estaba muy lejos, su padre lo vio, y tuvo compasión, y corrió, y cayó sobre su cuello, y lo besó.
21. Y el hijo le dijo, Padre, he pecado contra el cielo, y a tu vista, y no soy más digno de ser llamado hijo tuyo.
22. Pero el padre -le- dijo a sus criados, Traed la mejor túnica, y ponédse-la; y colocad un anillo en su mano, y calzado en -sus- pies;
23. Y traed acá al ternero más robusto, y matad-lo-; y comamos y celebremos
24. Porque este hijo mío estaba muerto y vivo está de nuevo, y estaba perdido y es encontrado. Y comenzaron a celebrar.
25. Ahora bien su hermano mayor se encontraba en el campo, y al venir y acercarse a la casa, oyó música y bailes.
26. Y llamó a uno de los siervos, y preguntó qué significaban estas cosas.
27. Y él le dijo, Tu hermano ha llegado, y tu padre ha matado al ternero más robusto, pues lo ha recibido sano y salvo.
28. Y se enojó, y no quería entrar; por tanto salió su padre, y le rogaba.
29. Y él respondiendo le dijo a -su- padre, Mira que estos muchos años yo te sirvo, no he transgredido en ningún momento tu mandamiento, y sin embargo nunca me diste un cabrito, para poder alegrarme con mis amigos;
30. Pero tan pronto como tu hijo hubo llegado, el cual ha devorado tu sustento con rameras, tú el ternero más robusto le has matado.
31. Y él le dijo, Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo que tengo es tuyo.
32. Era conveniente que celebráramos y nos alegráramos, porque este hermano tuyo estaba muerto y vivo está de nuevo, y estaba perdido y es encontrado.

Lucas 14

1. Y vino a acontecer que mientras entraba en la casa de uno de los Fariseos jefes a comer pan en el día sabat, que ellos lo observaban.
2. Y mirad que había cierto hombre delante de él que tenía un edema.
3. Y Jesús respondiendo le habló a los doctores de la ley y a los Fariseos, diciendo, ¿Es legal sanar en el día sabat?
4. Y ellos guardaron silencio. Él -lo- tomó, lo sanó, y lo dejó ir;
5. Y les respondió, diciendo, ¿Cuál de vosotros que tenga un asno o un buey caído en un pozo, no lo sacará al momento en el día sabat?
6. Y de nuevo no pudieron responderle estas cosas.
7. + Y él expuso una parábola a aquellos que estaban convidados, al señalar cómo escogían los principales lugares, diciéndoles,
8. Cuando alguien te convide a una boda, no te sientes en el lugar más alto, no sea que un hombre más honorable que tú por él sea invitado;
9. Y el que los invitó venga y te diga, Dale el lugar a este hombre, y con vergüenza comiences a tomar el lugar más bajo.
10. Mas cuando te conviden, ve y siéntate en el sitio más bajo, para que cuando el que te invitó, venga -y- te pueda decir, Amigo, sube más alto; entonces tendrás recononcimiento en presencia de aquellos que se sienten a comer contigo.
11. Porque cualquiera que se exalte será abatido, y el que se humille será exaltado.
12. + Le dijo entonces al que lo había convidado, Cuando hagas una comida o una cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus familiares, o vecinos ricos, no sea que de nuevo te conviden, y se te de una recompensa.
13. Pero cuando hagas una fiesta, llama a los pobres, los mancos, los cojos, y los ciegos;
14. Y serás bendecido, porque no te pueden recompensar, pues te será recompensado en la resurrección de los justos.
15. + Y cuando uno de ellos que se sentó a comer con él oía estas cosas, le dijo, Bendito el que coma pan en el reino de Dios,
16. Entonces le dijo a él, Cierto hombre hizo una gran cena, y a muchos convidó;
17. Y envió a su siervo a la hora de la cena a decirles a los que estaban convidados, Ven, porque todas las cosas ya están listas.
18. Y todos ellos a una comenzaron a dar excusas. El primero le dijo, He comprado un lote de tierra, y debo por cierto ir y verla; te ruego que me excuses.
19. Otro dijo, He comprado cinco yugos de buey, y me voy a probarlos. Te ruego que me excuses.
20. Y otro dijo, Me he casado con una esposa, y por tanto no puedo llegar.
21. Así que el criado llegó y le dio a conocer estas cosas. Entonces el maestro de la casa enojándose le dijo a su siervo, Sal rápidamente a las calles y pasajes de la ciudad, y trae acá a los pobres, a los mancos, a los cojos y a los ciegos.
22. Y el sirviente dijo, Señor, como has mandado se ha hecho, y aún hay lugar.
23. Y el Señor le dijo al criado. Sal a los caminos principales, y a los setos, y oblíga-los- a entrar, para que mi casa se pueda llenar.
24. Porque os digo, Que ninguno de aquellos hombres que fueron convidados mi cena probarán.
25. + Y con él iban grandes multitudes; y se volvió, y les dijo,
26. Si alguno viene a mí, y no odia a padre, madre, esposa, hijos, hermanos y hermanas, sí, y también a su propia vida, mi discípulo no puede ser.
27. Y cualquiera que no cargue su cruz y venga después de mí, mi discípulo no puede ser.
28. ¿Porque cuál de vosotros, proponiéndose construir una torre, no se sienta primero, y cuenta el costo, si tiene -suficiente- para terminar-la-?
29. No sea que de pronto, tras haber puesto la fundación, no sea capaz de terminar-la-, -y- todos los que -la- miren comiencen a burlarse de él,
30. Diciendo, Este hombre comenzó a construir, y no fue capaz de terminar.
31. O qué rey, yendo a hacer guerra contra otro rey, no se sienta primero, y consulta si es capaz con diez mil de salir al encuentro del que viene contra él con veinte mil?
32. De otra manera, mientras el otro aún se encuentra bien lejos, envía una embajada, y desea condiciones de paz.
33. Igualmente así, cualquiera de vosotros que no abandone todo lo que tenga, mi discípulo no puede ser.
34. + Buena -es- la sal; pero si la sal ha perdido su sabor, ¿con qué esta se sazonará?
35. Ni para la tierra es apta, ni siquiera para el estercolero; -sino que-los hombres la echan fuera. El que tiene oídos para oír, que oiga.

Lucas 13

1. Estaban presentes en esa ocasión algunos que le contaban acerca de los Galileos, cuya sangre Pilato había mezclado con sus sacrificios.
2. Y Jesús respondiendo, les dijo, ¿Suponéis vosotros que aquellos Galileos eran los más pecadores de todos los Galileos, porque sufrieron tales cosas?
3. Os digo, No; más bien, a no ser que os arrepintáis, todos de igual manera pereceréis.
4. O aquellos dieciocho sobre quienes cayó la torre de Siloé, y los mató, pensáis que eran los más pecadores de todos los hombres que moraban en Jerusalén?
5. Os digo, No; más bien, a no ser que os arrepintáis, todos de igual manera pereceréis.
6. + Habló también esta parábola: Alguien tenía una higuera plantada en su viñedo, y llegó y buscó fruto en ella, y nada encontró.
7. Le dijo entonces al labrador de su viña, Mira que estos tres años he venido buscando fruto en esta higuera, y nada encuentro; córtala; ¿por qué agobiar al suelo?
8. Y él respondiendo le dijo, Señor, déjala sola también este año, hasta que yo excave a su alrededor, y -la- fertilice con excrementos;
9. Y si lleva fruto, -bien-; si no, después de aquello la cortas.
10. Y estaba enseñando en una de las sinagogas en el sabat.
11. + Y, mirad que había una mujer que tenía un espíritu de enfermedad por dieciocho años, y estaba toda inclinada, y de ninguna manera podía levantarse -por sí sola-.
12. Y cuando Jesús la vio, -la- llamó a él y le dijo, Mujer, eres libre de tu enfermedad.
13. Y puso -sus- manos en ella, e inmediatamente ella se enderezó, y glorificó a Dios.
14. Y el regente de la sinagoga respondió con indignación, porque Jesús había sanado en el día sabat, y le dijo a la gente, Hay seis días en los que los hombres deben trabajar; vengan por tanto en esos -días- y cúrense, y no en el día sabat.
15. El Señor le respondió´entonces, y dijo, Hipócrita, ¿acaso no desatáis cada uno de vosotros en el sabat a su buey o asno del establo, y -lo- saca a darle agua?
16. ¿Y no debía esta mujer. siendo hija de Abraham, a quien Satanás ha atado, he aquí, estos dieciocho años, ser librada de esta atadura en el día sabat?
17. Y al haber dicho estas cosas, se avergonzaban todos sus adversarios; y toda la gente se regocijaba por todas las cosas gloriosas hechas por él.
18. + Luego dijo, ¿A qué se compara el reino de Dios? ¿ y a qué lo asemejaré?
19. Es como un grano de semilla de mostaza. el cual un hombre tomó, y lo lanzó a su jardín, creció y llegó a ser un gran árbol; y las aves del aire se alojaron en las ramas de este.
20. Y de nuevo dijo, ¿A qué comparo el reino de Dios?
21. Es como levadura, la cual una mujer tomó y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo hubo fermentado.
22. E iba por todas las ciudades y pueblos enseñando camino a Jerusalén.
23. Entonces alguien le dijo, ¿Señor, son pocos los que se salvan? Y él les dijo,
24. + Bregad a entrar por la puerta estrecha; porque muchos, os digo, buscarán entrar, y capaces no serán.
25. Una vez el maestro de la casa se haya levantado, y haya cerrado la puerta, y vosotros comencéis a pararos afuera, y a golpear a la puerta, diciendo, Señor, Señor, ábrenos; y él os responda, No sé de donde sois;
26. Entonces comenzaréis a decir, Hemos comido y bebido en tu presencia, y en nuestras calles has enseñado.
27. Pero él dirá, Os digo que no sé de donde sois; apartaos de mi, todos los obradores de iniquidad.
28. Habrá lloro y rechinar de dientes, cuando veáis a Abraham, a Isaac y a Jacob, y a todos los profetas en el reino de Dios, y a vosotros mismos expulsados.
29. Y vendrán del oriente, -del- occidente, del norte y -del- sur, y se sentarán en el reino de Dios.
30. Y mirad que hay últimos que serán primeros, y hay primeros que serán últimos.
31. + Ese mismo día llegaron ciertos Fariseo, diciéndole, Sal y apártate de acá, porque Herodes quiere matarte.
32. y él les dijo, Id y decidle a ese zorro, Mira que lanzo fuera diablos y hago curaciones hoy y mañana, y al tercer -día- perfeccionado seré.
33. Sin embargo hoy debo andar, y mañana, y el siguiente -día-, porque no puede ser que un profeta perezca fuera de Jerusalén.
34. Oh Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados; ¡Cuántas veces quise haber reunido y aunado tus hijos, como la gallina a sus pollada bajo -sus- alas, y no quisísteis!
35. Mira que vuestra casa os es dejada desolada; y en verdad os digo, No me veréis, hasta que venga -el tiempo- en el que digáis, Bendito el que viene en el nombre del Señor.

Lucas 12

1. En esa ocasión, al apiñarse una innumerable multitud de gente, tanto que se pisaban entre sí, comenzó a decirle a sus discípulos, Tened cuidado con la levadura de los Fariseos, que es la hipocresía.
2. Porque no hay nada encubierto, que no vaya a revelarse, ni escondido, que no vaya a saberse.
3. Por tanto cualquier cosa que hayáis hablado en la oscuridad, en la luz se oirá, y aquello que habéis hablado al oído en las alcobas, en los techos se proclamará.
4. Y a vosotros mis amigos os digo, no les tengáis miedo a los que matan el cuerpo, y después de eso nada más hay que puedan hacer,
5. Más bien os prevengo a quién temer, temed a aquel que después de haber matado, tiene potestad de lanzar al infierno, sí, os digo, a él temed.
6. ¿No se venden cinco gorriones por dos cuartos, y ninguno de ellos es olvidado ante Dios?
7. Pero hasta los mismos cabellos de vuestra cabeza todos están ennumerados.
8. También os digo -que- Quienquiera que me confiese ante los hombres, el Hijo del hombre también lo confesará ante los ángeles de Dios.
9. Pero el que me niegue delante de los hombres, delante de los ángeles de Dios será negado.
10. Y quienquiera que hable una palabra en contra del Hijo del hombre, le será perdonada; mas al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no le será perdonado.
11. Y cuando os traigan a las sinagogas, a los magistrados y a los poderes, no os preocupéis acerca de cómo o qué cosa responderéis, o qué diréis.
12. Porque el Espíritu Santo os enseñará en esa misma hora lo que debáis decir.
13. + Y uno de la compañía le dijo, Maestro, háblale a mi hermano, para que divida la herencia conmigo.
14. Y él le dijo, Hombre, ¿quién me hizo juez o repartidor sobre vosotros?
15. Y les dijo, Prestad atención, y cuidaos de la codicia, porque la vida de un hombre no consiste en la abundancia de las cosas que posee.
16. Y les habló una parábola, diciendo, El suelo de cierto hombre rico copiosamente produjo.
17. Y él pensaba para sus adentros, diciendo, ¿Qué voy a hacer, porque no tengo lugar dónde colocar mis frutos?
18. Y dijo, Voy a hacer esto, Derribaré mis graneros, y construiré mayores; y allí colocaré todos mis frutos y mis bienes.
19. Y a mi alma le diré, Alma, muchos bienes tienes atesorados para muchos años; tómate tu descanso, come, bebe, -y- alégrate.
20. Pero Dios le dijo, Tonto, Esta noche se te requerirá tu alma, ¿de quién entonces esas cosas que has proveído serán?
21. Así -es- el que acumula tesoros para él. y no es rico para Dios.
22. + Y le dijo a sus discípulos, Por tanto os digo, Por vuestra vida no os preocupéis, -acerca de- qué comeréis, ni por el cuerpo, -acerca de- qué os pondréis.
23. La vida es más que la comida, y el cuerpo -más- que el vestido.
24. Considerad los cuervos, pues ellos ni siembran ni siegan, los cuales tampoco tienen almacenes ni graneros, y Dios los alimenta; ¿cuánto mucho mejores sois vosotros que las aves?
25. ¿Y cuál de vosotros puede añadir a su estatura con preocuparse un codo?
26. Si vosotros entonces no sois capaces de hacer aquel menor asunto, ¿por qué os preocupáis por el resto?
27. Considerad cómo crecen los lirios; ellos no bregan, no hilan; y sin embargo os digo que Salomón con toda su gloria, no se arregló como uno de estos.
28. Si Dios viste entonces así a la hierba, la cual hoy está en el campo, y mañana lanzada al horno es, ¿cuánto mucho más a vosotros, Oh vosotros de poca fe?
29. Y no busquéis qué comer, o qué beber, ni seáis de mentalidad dudosa.
30. Porque todas estas cosas persiguen las naciones del mundo; y vuestro Padre sabe que de estas cosas tenéis necesidad.
31. + Más bien, buscad vosotros el reino de Dios, y todas estas cosas se os añadirán.
32. No temáis rebaño pequeño, porque el beneplácito de vuestro Padre es daros el reino.
33. Vended lo que tenéis, y dad limosnas; proveeros de bolsas que no envejezcan, de un tesoro en los cielos que no perezca, donde ladrón no se aproxime, ni polilla corrompa.
34. Porque donde está vuestro tesoro, allí también estará vuestro corazón.
35. Que vuestros lomos se ajusten, y ardan -vuestras- lámparas.
36. Y sed como los hombres que aguardan a su señor, -para- cuando él retorne de la boda, para que cuando él venga y golpee -a la puerta-, ellos inmediatamente puedan abrirle.
37. Benditos aquellos criados a quienes el señor cuando él venga encuentre vigilando; en verdad os digo, que él mismo se ajustará, los hará sentarse a la mesa, y vendrá y les servirá.
38. Y si viniera en la segunda vigilia, o viniera en la tercera vigilia, y así -los- encontrara, benditos son esos criados.
39. y sabed esto, que si el encargado de la casa hubiera sabido a qué hora iba a venir el ladrón, hubiera vigilado, y no hubiera dejado que su casa fuera asaltada.
40. Estad por tanto listos también, porque el Hijo del hombre llega a la hora que no penséis.
41. + Entonces Pedro le dijo, ¿Esta parábola nos la hablas a nosotros, o incluso a todos?
42. Y el Señor dijo, ¿Quién entonces es ese mayordomo fiel y sabio, a quien -su- señor lo hará gobernante de su casa, para que -les- de -su- porción de comida a su debido tiempo?
43. Bendito aquel criado, a quien su señor cuando llegue -lo- encuentre haciendo así.
44. De verdad os digo, que lo hará gobernante de todo lo que él tiene.
45. Pero si ese criado dijera en su corazón, Mi señor demora su venida, y comenzara a golpear a sus criados y criadas, y a comer, a beber y a emborracharse,
46. El señor de aquel criado vendrá en el día que no -lo- espere, y a la hora en la que no sepa, y lo separará, y le asignará su porción con los incrédulos.
47. Y aquel criado, que conocía la voluntad de su señor, y no -se- preparó ni hizo de acuerdo a su voluntad, con muchos -azotes- será giolpeado.
48. Pero el que no sabía, y cometió cosas dignas de azotes, con pocos azotes será golpeado. Porque a quien mucho se le da, mucho se le requerirá; y a quien los hombres le hayan encomendado mucho, ellos más le pedirán.
49. + He venido a enviar fuego a la tierra, ¿y qué quiero, si encendida ya está?
50. ¡Pero de un bautismo me tengo que bautizar, y cuánto me constriño hasta que se cumpla!
51. ¿Suponéis que he venido a darle paz a la tierra? Os digo -que- No; sino más bien división;
52. Porque de ahora en adelante en una casa se dividirán cinco, tres contra dos, y dos contra tres.
53. El padre se dividirá del hijo, el hijo contra el padre, la madre contra la hija, y la hija contra la madre, la suegra contra su nuera, y la nuera contra su suegra.
54. + Y a la gente también le dijo, Cuando véis una nube levantarse por el occidente, al momento decís, Viene un aguacero; y así es.
55. Y cuando -véis- soplar al viento del sur, decís, Habrá calor, y viene a suceder.
56. Hipócritas, podéis discernir la faz del cielo y de la tierra; ¿pero cómo es que este tiempo no discernís?
57. Sí, ¿y por qué aún de -lo de- vosotros no juzgáis lo que es correcto?
58. + Cuando al magistrado vayas con tu adversario, con diligencia -habla con él- en el camino para poder librarte de él; no vaya a ser que él te arrastre al juez, el juez te entregue al oficial, y el oficial te eche a la prisión.
59. Te digo, que no te apartarás de allí, hasta que hayas pagado tu última blanca.

Lucas 11

1. Y vino a suceder que mientras él oraba en cierto lugar, cuando cesó, uno de sus discípulos le dijo, Señor, enséñanos a orar, como también Juan le enseñó a sus discípulos.
2. Y él les dijo, Cuando oréis, decid, Padre nuestro que estás en el cielo, Santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad también en la tierra como -lo- es en el cielo.
3. Danos nuestro pan diario de día en día,
4. Y perdónanos nuestros pecados, ya que nosotros también perdonamos a todo aquel que nos debe. Y no nos guíes a la tentación, sino líbranos del mal.
5. Y les dijo, Cuál de vosotros que tenga un amigo, vaya donde él a meidanoche y le diga, ¿Amigo, me prestas tres panes,
6. Ya que un amigo mío en su viaje ha venido a mí, y no tengo nada para colocar delante de él?
7. Y él desde adentro responda y diga, No me atribules; la puerta está ya cerrada, y mis hijos están conmigo en la cama; no puedo levantarme a dárte-los-.
8. Os digo, Aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo por su importunidad se va a levantar a darle cuantos -panes- necesite.
9. Y yo os digo, Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; golpead, y se os abrirá.
10. Porque todo el que pide recibe, el que busca encuentra, y al que -a la puerta- golpea se le abrirá.
11. Si un hijo le pide pan a alguno de vosotros padre, ¿una piedra le dará? ¿O si -le pide- pescado, en lugar de pescado una serpiente le dará?
12. ¿Y si le pide un huevo, un escorpión le ofrecerá?
13. Si vosotros entonces, siendo malos, sabéis dar buenos regalos a vuestros hijos, ¿cuánto más -vuestro- Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?
14. + Y estaba lanzando fuera un diablo, y era mudo. Y vino a pasar que cuando el diablo fue sacado, el mudo habló; y la gente se maravilló.
15. Mas algunos de ellos decían, Él lanza fuera a los diablos a través de Beelzebub el jefe de los diablos.
16. Y otros, tentándo-lo-, buscaban una señal del cielo de parte de él.
17. Pero él, conociendo sus corazones les djo, Todo reino dividido contra sí mismo es traído a la desolación, y una casa -dividida- contra ella cae.
18. Si Satanás también se divide contra sí mismo, ¿su reino cómo permanecerá? Porque decís que yo lanzo fuera diablos a tavés de Beelzebub.
19. Y si por Beelzebub echo fuera diablos, ¿vuestros hijos por quién -los- echan? por tanto ellos serán vuestros jueces.
20. Mas si con el dedo de Dios yo lanzo fuera diablos, sin duda el reino de Dios a vosotros ha llegado.
21. Cuando un hombre fuerte -y- armado guarda su palacio, sus bienes en paz están.
22. Mas cuando alguien más fuerte que él a él llega y lo vence, le quita toda su armadura en la que él confiaba, y divide sus despojos.
23. El que no está conmigo contra mí está: y el que conmigo no recoge desparrama.
24. Cuando el espíritu impuro es sacado de un hombre, por lugares secos anda, buscando descanso, y al no encontrar ninguno, dice, retornaré a mi casa de donde salí.
25. Y al llegar, -la- encuentra barrida y decorada.
26.Va entonces, y toma otros siete espíritus más malvados que él, entran y allí moran; y el último estado de aquel hombre es peor que el primero.
27. + Y vino a acontecer que mientras hablaba estas cosas, cierta mujer de la compañía levantó su voz, y le dijo, Bendito el vientre que te engendró, y los pechos que tú mamaste.
28. Mas él dijo, Sí, más bien, benditos los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.
29. + Y cuando la gente se reunió en tumulto, comenzó a decir, Esta es una generación malvada, busca una señal, y señal no le será dada, salvo la señal del profeta Jonás.
30. Porque así como Jonás fue una señal para los Ninivitas, también el Hijo del Hombre -lo- será para esta generación.
31. La reina del sur se levantará en el juicio con los hombres de esta generación, y los condenará, porque ella vino de las partes más remotas de la tierra para oír la sabiduría de Salomón; y mirad que alguien mayor que Salomón -está- acá.
32. Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán, porque ellos se arrepintieron ante la predicación de Jonás; y mirad que alguien mayor que Jonás está acá.
33. Mingún hombre al haber encendido una lámpara, -la- pone en un lugar secreto, ni debajo de un barril, sino en un candelabro, para que los que lleguen puedan ver la luz.
34. La luz del cuerpo es el ojo; por tanto cuando tu ojo es sencillo, tu cuerpo entero también se llena de luz, pero cuando -tu- ojo es malévolo, -se- llena también tu cuerpo de oscuridad.
35. Por tanto cuida de que la luz que esté en ti no sea oscuridad.
36. Si todo tu cuerpo entonces -se- llena de luz sin parte oscura tener, de luz se colmará todo, como el fulgor para ti del resplandor brillante de una lámpara.
37. + Y mientras hablaba, cierto Fariseo le suplicó que cenara con él; y él entró, y se sentó a la mesa.
38. Y cuando el Fariseo vio -esto-, se maravilló de que no se hubiera lavado primero antes de la comida.
39. Y el Señor le dijo, Ahora pues vosotros Fariseos limpiáis las afueras de la taza y del plato, pero vuestra parte interior está llena de rabias e iniquidad.
40. Tontos, ¿-acaso- el que hizo lo de afuera no hizo también lo de adentro?
41. Pero más bien dad limosna de aquellas cosas que tenéis, y mirad que todas las cosas se os limpian.
42. ¡Mas ay de vosotros Fariseos! Porque diezmáis la menta y la ruda y toda clase de hierbas, y pasáis por alto el juicio y el amor de Dios; estas debéis haber hecho, sin dejar de hacer las otras.
43. ¡Ay de vosotros, Fariseos! Porque amáis los asientos más altos de las sinagogas, y los saludos en los mercados.
44. ¡Ay de vosotros escribas y Fariseos hipócritas! Porque sois como sepulcros que no aparentan -a la vista-, y los hombres que andan por encima -de ellos- no se dan cuenta.
45. + Entonces uno de los doctores de la ley respondió, y le dijo, Maestro, al decir esto nos reprochas también a nosotros.
46. Y él dijo, ¡Ay de vosotros también doctores de la ley! Porque cargáis a los hombres con penosas cargas para llevar, y vosotros mismos ni con uno de vuestros dedos las cargas tocáis.
47. ¡Ay de vosotros! porque construís los sepulcros de los profetas que mataron vuestros padres.
48. Verdaderamente dáis testimonio de que permitís las obras de vuestros padres, ya que ellos de verdad los mataron, y vosotros sus sepulcros les construís.
49. Por tanto la sabiduría de Dios también dijo, Profetas y apóstoles les enviaré, y -a algunos- de ellos matarán y perseguirán.
50. Para que la sangre de todos los profetas, la cual se -ha- derramado desde la fundación del mundo, a esta generación se le pueda requerir.
51. Desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, el cual pereció entre el altar y el templo, de verdad os digo, Se le requerirá a esta generación.
52. ¡Ay de vosotros, doctores de la ley! Porque habéis retirado la llave del conocimiento -donde- vosotros no entrásteis, además a los que estaban entrando se lo impedísteis.
53. Y al decirles estas cosas, los escribas y Fariseos vehementemente comenzaron a urgirlo, y a provocarlo para que hablara muchas cosas;
54. Acechándolo, y buscando atrapar algo de su boca, para poder acusarlo.