La deuda de Babilonia, que Isaías el hijo de Amós vió:
2. Levantad una bandera sobre la alta montaña, aumentad -el volumen- de la voz para ellos, sacudid la mano para que puedan entrar por los portones de los nobles.
3. Mandé a mis santificados, también llamé a mis valientes para mi furia, a los que se regocijan en mi realeza.
4. El ruido de una multitud en las montañas, como el de un gran pueblo, ruido tumultuoso de los reinos de las naciones reunidos a una: el SEÑOR de las huestes junta al ejército de la batalla.
5. Ellos vienen de un país lejano, del extremo del cielo, -son- el SEÑOR, y las armas de su indignación, para destruir toda la tierra.
6 + Aullad vosotros, porque el día del SEÑOR está muy cerca, -y- vendrá como destrucción de parte del Altísimo.
7. Por tanto todas las manos desfallecerán, y el corazón de todo hombre se derritirá;
8. Y tendrán miedo, punzadas y dolores los sobrecogerán, tendrán dolores como los una mujer en parto, se asombrarán el uno del otro, -por- sus rostros -en- llamas.
9. He aquí, el día del SEÑOR viene, cruel con ira como con furia intensa, para dejar desolada la tierra, y él destruirá y eliminará a los pecadores de ella.
10. Porque las estrellas y las constelaciones del cielo no darán su luz, el sol se oscurecerá al nacer, y la luna no hará brillar su luz.
11. Castigaré al mundo por -sus- males, y a los malvados por sus iniquidades, haré cesar la arrogancia del altivo, y pondré en su lugar la altivez de -los hombres- temibles.
12. Haré -que- un hombre -sea- más precioso que el oro fino, aún un hombre -más- que cuña dorada de Ofir.
13. Por tanto voy a sacudir los cielos, y la tierra se removerá de su lugar en la ira del SEÑOR de las huestes, y en el día de su intensa furia.
14. Y será como con el corzo perseguido, y como oveja que ningún hombre atrapa: cada hombre retornará a su propio pueblo, y cada uno huirá a su propia tierra.
15. Todo aquel que sea hallado, será atravesado, y todo aquel que se una -a ellos- caerá a espada.
16. Sus hijos serán también lanzados y despedazados a la vista de ellos, y sus esposas violadas.
17. He aquí que yo incito a los Medos en su contra, a los cuales no les va a interesar la plata, y en el oro no se deleitarán.
18. -Sus- arcos también destrozarán a los jóvenes, y no tendrán compasion del fruto del vientre; sus ojos no salvarán a los niños.
19. + Y Babilonia, la gloria de los reinos, y la belleza de los Caldeos, será -igual a- como cuando Dios arrolló a Sodoma y a Gomorra.
20. Nunca -más- será habitada, ni será morada de generación en generación; tampoco el Árabe levantará carpa allí, ni los pastores organizarán allá su rebaño.
21. Sino que las bestias salvajes del desierto se acostarán allí, y sus casas se llenarán de creaturas lloronas: los búhos morarán allí, y los sátiros bailarán allí -mismo-.
22. Las bestias salvajes de las islas clamarán en sus desoladas casas, y dragones -al igual- en -sus- agradables palacios; el tiempo de ella está a punto de llegar, y sus dias no se prolongarán.
Isaías 12
1. Y en ese día dirás, Oh SEÑOR, te alabaré, -pues- aunque estabas furioso conmigo, tu furia se retiró y me consolaste.
2. Mirad que Dios -es- mi salvación; confiaré y no tendré miedo, porque el SEÑOR JEHOVÁ -es- mi fuerza y -mi- canción, y en mi salvación también se ha convertido.
3. Por eso con gozo sacareis agua de los pozos de salvación.
4. Y en ése día direis, Alabad al SEÑOR, invocad su nombre, declarad sus hechos entre la gente, anunciad que se exalte su nombre.
5. Cantadle al SEÑOR, porque ha hecho cosas excelentes, -y- que ésto -sea- conocido en toda la tierra.
6. Clama y grita habitante de Sion, porque grande -es- el Santo de Israel en medio de ti.
Isaías 11
Y saldrá una vara del vástago de Jesé, y una Rama crecerá de sus raíces;
2. Y el espíritu del SEÑOR descansará sobre él, el espíritu de sabiduría y entendimiento, el espíritu de consejo y poder, el espíritu de conocimiento y del temor del SEÑOR;
3. Y le hará de rápido entendimiento en el temor del SEÑOR; no juzgará por lo que vean sus ojos, ni reprochará por lo que oigan sus oídos,
4. Sino que con justicia juzgará a los pobres, y reprenderá con equidad a favor de los humildes de la tierra, y castigará la tierra con la vara de su boca, y con el aliento de sus labios matará a los malvados.
5. La justicia será el ceñidor de su cintura, y la fidelidad el cinto de su abdomen.
6. El lobo además morará con el cordero, y el leopardo se acostará con el cabrito; el ternero, el león joven y el animal de ganado -estarán- juntos, y un niñito los guiará.
7. La vaca y el oso pastarán, sus crías se acostarán juntas, y el león comerá paja como el buey.
8. El niño de pecho jugará en la cueva del áspid, y el niño destetado pondrá su mano en la guarida de la cocatriz.
9. No van a hacer daño ni a destruir en toda mi montaña santa, porque la tierra será llena del conocimiento del SEÑOR, -tanto- como las aguas cubren el mar.
10. + Y en ese día habrá una raíz de Jesé que estará en pie como una insignia del pueblo; a ésta los gentiles buscarán, y su descanso será glorioso.
11. Y sucederá en ese día, -que- el SEÑOR arreglará de nuevo su mano por segunda vez para recobrar el remanente de su pueblo, que quedará -hasta- en Asiria, Egipto, Patros, Cush, Elam, Sinar, Jamat, y en las islas del mar.
12. Instalará una insignia para las naciones, juntará a los desechados de Israel, y recogerá -y- aunará a los dispersados de Judá de las cuatro esquinas de la tierra.
13. La envidia también de Efraín se apartará, y los adversarios de Judá de tajo serán cortados; Efraín no envidiará a Judá, y Judá no vejará a Efraín.
14. Sino que volarán sobre los hombros de los Filisteos hacia el oeste; despojarán juntos a los del este, pondrán su mano sobre Edom y Moab, y los hijos de Amón les obedecerán.
15. Y el SEÑOR destruirá totalmente la lengua del mar Egipcio; y con su poderoso viento sacudirá su mano sobre el río, y lo herirá en los siete arroyos, haciendo que -los hombres- anden -sobre ellos- con su calzado seco.
16. Y habrá una carretera para el remanente de su pueblo, que quede, desde Asiria, como lo fué para Israel en el día que subió -y- salió de la tierra de Egipto.
Isaías 10
¡Ay de aquellos que promulgan decretos injustos, y escriben y ordenan -leyes- gravosas!
2. ¡Para alejar del juicio al necesitado, y quitar el derecho de los desvalidos de mi pueblo, -para- que las viudas puedan ser su presa, y -así- poder robar al huérfano!
3. ¿Y qué haréis en el día de la visita y la desolación -que- vendrá de lejanías? ¿A quién huiréis buscando ayuda? ¿Y dónde dejaréis vuestra gloria?
4. Sin mí se inclinarán -como- los prisioneros más bajos, y -más- abajo de los muertos caerán. Por todo ésto su furia no se ha retirado, sino que su mano aún -está- estirada.
5. + Oh Asirio, vara de mi furia, el cayado en su mano es mi -propia- indignación.
6. Lo enviaré contra una nación hipócrita, y contra el pueblo de mi ira le daré -mi- encargo, de tomar los despojos y tomar el botín, y pisotearlos como al lodo de las calles.
7. Aunque él no lo quiere hacer así, ni su corazón piensa hacerlo de esa manera, en su corazón -sí piensa- destruír y cortar no pocas naciones.
8. Pues dice, ¿-Acaso- no -son- mis príncipes reyes?
9. No -es- Calno como Carquemish? No -es- Jamat como Arpad? No -es- Samaria como Damasco?
10. -Así- como mi mano encontró los reinos de los ídolos cuyas imágenes talladas superaban las de Jerusalén y Samaria,
11. ¿No voy a hacerle a Jerusalén y a sus ídolos como le hice a Samaria y a sus ídolos?
12. Por tanto sucederá -que- cuando el SEÑOR haya cumplido toda su obra en el monte de Sión y en Jerusalén, castigaré el fruto del corazón confiado del rey de Asiria, y la gloria de sus miradas altivas.
13. Porque dice, Por la fuerza de mi mano -lo- he hecho, y por mi sabiduría, ya que soy prudente; he removido los límites de la gente, he robado sus tesoros, y humillado a sus habitantes como un valiente -lo hace-;
14. Y mi mano ha hallado como en un nido las riquezas de la gente; como el que reúne los huevos -que- quedan, -así- reuní toda la tierra; y nadie movió -un- ala, ni abrió la boca o se asomó.
15. ¿-Acaso- el hacha se -levanta- en jactancia contra aquel que corta con ella? ¿-O- el serrucho se -alza- enaltecido contra aquel que lo sacude? Como si la vara -se- pudiera sacudir contra los que la levantan, -o- como si el cayado -se- pudiera levantar -por su cuenta-, -y- no -fuera- madera.
16. Por tanto, el SEÑOR, el SEÑOR de las huestes enviará flaqueza a sus robustos, y por debajo de su gloria va encender una quema como la quema de un fuego,
17. La luz de Israel se volverá fuego, su Santo se volverá una llama, que quemará y devorará sus espinos y zarzas en un día,
18. Y consumirá la gloria de su bosque, y de su campo fructífero, tanto alma como cuerpo; y serán como cuando se desmaya un portador de estandarte.
19. Y el resto de los árboles de su bosque serán -tan- pocos que un niño podrá escribir -el número de ellos-.
20. + Y sucederá en ése día, -que- el remanente de Israel, y los que sean escapados de la casa de Jacob, no se apoyarán otra vez más en el que los hirió, sino que se apoyarán en el SEÑOR, el Santo de Israel, en verdad.
21. El remanente retornará, el -mismo- remanente de Jacob al Dios poderoso.
22. Porque aunque tu pueblo Israel sea como la arena del mar, -sólo- un remanente de ellos retornará; la extenuación decretada con justicia rebosará,
23. Porque el Señor DIOS de las huestes hará una extenuación ya determinada, en medio de las tierras.
24. + Por eso así dice el Señor DIOS de las huestes, Oh pueblo mío que moras en Sión, no tengas miedo del Asirio; él te herirá con vara, y levantará su cayado contra tí, a la manera de Egipto.
25. Porque aún un rato más, y la indignación cesará, junto con mi furia en su destrucción.
26. Y el SEÑOR de las huestes incitará azotes para él, según la matanza de Midián en la roca de Oreb; y -como- su vara -fue- sobre el mar, así él la levantará a la manera de Egipto.
27. Y sucederá en ese día -que- su carga será quitada de tus hombros, y su yugo de tu cuello, y el yugo será destruído debido al ungimiento.
28. Él llegó a Aiat, pasó a Migrón, -y- en Micmash colocó sus carrozas;
29. Salieron por el paso, -y- tuvieron su alojamiento en Geba; Ramá tiene miedo, -y- Gibea de Saúl huyó.
30. Levanta tu voz, Oh hija de Galim, -y- hazla oir hasta Laish, ¡Oh pobre Anatot!
31. Removieron a Madmena, los habitantes de Gebim se reúnen para huir.
32. Ese día él aún permanecerá en Nob; sacudirá su mano -contra- el monte de la hija de Sión, la colina de Jerusalén.
33. He aquí que el SEÑOR, el SEÑOR de las huestes cortará la gran rama -causando- terror, los altos de estatura -serán- podados, y los altivos humillados.
34. Con hierro cortará los matorrales del bosque, y Líbano caerá a manos de un valiente.
Isaías 9
Sin embargo la luz tenue no -será- como -lo fue- en su vejación, cuando al principio él afligió ligeramente la tierra de Zebulón y la tierra de Neftalí, y después -la- afligió gravemente -por- el camino del mar, más allá del Jordán, en -la- Galilea de las naciones.
2. El pueblo que andaba en oscuridad vió una gran luz, los que moran en la tierra de la sombra de la muerte, sobre ellos la luz alumbró.
3. Multiplicaste la nación, -y- no incrementaste el gozo; -pero- ellos se gozan delante de tí como se gozan en la cosecha, como se regocijan al dividir despojos,
4. Pues quebraste el yugo de su carga, el palo de sus hombros, y la vara de su opresor, como en los días de Midián.
5. Porque todas las batallas del guerrero -son- con ruido confuso, y con vestidos enrollados en sangre; pero -ésta- será con llamas -y con- combustible de fuego.
6. Pues nos nació un niño, -y- un niño se nos dió, el gobierno estará sobre sus hombros, y se le dará por nombre, -El- Maravilloso, -El- Consejero, El Dios Poderoso, El Padre eterno, El Príncipe de -la- Paz.
7. El progreso y -la- paz de -su- gobierno -y- del trono de David y de su reino, no -tendrán- fin, para -poder- ordenarlo y establecerlo con juicio, y con justicia de ahí en adelante y para siempre. El celo del SEÑOR de las huestes lo cumplirá.
8. + El SEÑOR envió una palabra a donde Jacob, y ha alumbrado sobre Istael,
9. Y todo el pueblo -lo- sabrá, -aún- Efraín y los habitantes de Samaria, que dicen en su orgullo y solidez de corazón,
10. Los ladrillos están caídos, pero construiremos con piedras cortadas; los sicómoros está cortados, pero los cambiaremos -por- cedros.
11. Por tanto el SEÑOR preparará los adversarios de Rezín en su contra, y reunirá a sus enemigos;
12. Los Sirios delante y los Filisteos detrás, y devorarán ávidamente a Israel. Por todo ésto su furia no se ha retirado, sino que su mano aún -está- estirada.
13. + Ya que el pueblo no se vuelve a aquel que lo castiga, ni busca al SEÑOR de las huestes.
14. Por eso el SEÑOR cortará de Israel cabeza, cola, rama y junco en un día.
15. El anciano honorable -es- la cabeza, y el profeta que enseña mentiras -es- la cola.
16. Pues los líderes de éste pueblo -lo- hacen errar, y -los que son- guiados por ellos -son- destruídos.
17. Por eso el SEÑOR no se gozará en sus jóvenes, ni tendrá misericordia de sus huérfanos y viudas, pues cada uno -de ellos es- un hipócrita y un obrador de maldad, y todas -sus- bocas hablan disparates. Por todo ésto su furia no se ha retirado, sino que su mano aún -está- estirada.
18. + Porque la maldad arde como el fuego, devorará las zarzas y los espinos, y se prenderá en los matorrales del bosque, y se elevarán -como- el humo.
19. Debido a la ira del SEÑOR de las huestes la tierra está oscurecida, y el pueblo será como el combustible del fuego: ningún hombre escatimará a su hermano.
20. Arrancará de la mano derecha, y estará con hambre, comerá de la mano izquierda, y no estará satizfecho, comerán cada hombre la carne de su propio brazo;
21. Manasés -a- Efraín; y Efraín -a- Manasés; -y- juntos contra Judá. Por todo ésto su furia no se ha retirado, sino que su mano aún -está- estirada.
Isaías 8
También el SEÑOR me dijo, Toma un rollo grande, y escribe en él con la pluma de un hombre acerca de Majershalal-jash-baz.
2. Y me conseguí testigos fieles para que registraran, a Urías el sacerdote, y a Zacarías el hijo de Jeberequías.
3. Y me allegué a la profetiza, y ella concibió, y dió a luz a un hijo. Entonces me dijo el SEÑOR, Dale por nombre Majershalal-jash-baz.
4. Pues antes de que el niño sepa clamar, Papá y mamá, las riquezas de Damasco y los despojos de Samaria serán retirados de delante del rey de Asiria.
5. + De nuevo El SEÑOR me habló diciendo,
6. Y así como este pueblo rehúsa las aguas de Siloé que andan suaves, y se regocijan en Rezín y en el hijo de Remalías,
7. También ahora por tanto, he aquí que el SEÑOR trae sobre ellos las fuertes y caudalosas aguas del río, al -mismo- rey de Asiria con toda su gloria; y subirá y vendrá sobre todos sus canales, y andará sobre todas sus riberas.
8. Y pasará por entre Judá, rebasará, recorrerá y llegará hasta el -mismo- cuello, y el extendido de sus alas llenará la anchura de tu tierra, Oh Imanuel.
9. + Reuníos, Oh vosotros pueblo, y seréis hechos trizas; y prestad oído todos vosotros -los- de países lejanos: Ajustaos, y seréis hechos trizas.
10. Haced consejo juntos, y se desvanecerá, decid la palabra, y no permanecerá.
11. + Porque así me habló el SEÑOR, con mano fuerte, instruyéndome que no andara en el camino de este pueblo, -y- diciéndo-me-,
12. No digáis, Una confederación, una confederación a quienes éste pueblo diga, ni os atemoricéis amedrentándoos con sus temores.
13. Santificad -más bien- al mismo SEÑOR de las huestes, -que- él -sea- vuestro temor, -y- vuestro terror.
14. Y él -os- será por santuario, mas para ambas casas de Israel -será- por piedra de tropiezo y por roca de traspié, por trampa y por lazo para los habitantes de Jerusalén.
15. Y muchos de entre ellos tropezarán, caerán, se quebrarán, y serán enlazados, y capturados.
16. Ata el testimonio, -y- sella la ley entre mis discípulos.
17. Y aguardaré al SEÑOR, que esconde su rostro de la casa de Jacob, y lo buscaré.
18. Mirad que yo, y los hijos que el SEÑOR me ha dado -somos- señales y maravillas en Israel, de parte del SEÑOR de las huestes, que habita en el monte de Sión.
19. + Y cuando os digan, Buscad a los que tienen espíritus familiares, -y- a los magos que entremiran y balbucean; ¿no debe un pueblo buscar a su Dios? ¿-Deben buscar- los vivos a los muertos?
20. -Vayamos- a la ley y al testimonio; si no hablan conforme a ésta palabra, -es- porque no -hay- luz en ellos.
21. Y van a pasar por ésto, muy inquietos y con hambre, y sucederá que cuando tengan hambre, se molestarán, y maldecirán a su rey y a su Dios, y mirarán hacia arriba.
22. Mirarán a la tierra, y contemplarán problemas, oscuridad, y luz tenue de angustia, y serán llevados a la oscuridad.
Isaías 7
Y sucedió en los días de Ajaz, el hijo de Jotám, el hijo de Uzías, rey de Judá, -que- Rezín el rey de Siria, y Peka el hijo de Remalías, rey de Israel, subieron hasta Jerusalén para guerrear contra ella, pero no pudieron prevalecer en su contra.
2. Y le contaron a la casa de David, diciendo, Siria se confederó con Efraín, y su corazón se conmovió, junto con el corazón de su pueblo, tal como los árboles del bosque se conmueven con el viento.
3. Entonces el SEÑOR le dijo a Isaías, Sal ahora a encontrarte con Ajaz, tú, y Shiryashub tu hijo, al final del conducto del estanque alto en la carretera del campo del lavador;
4. Y dile, Cuídate, y tranquilízate; no temas ni desfallezca tu corazón ante las dos colas de éstos tizones humeantes de incendio, ante la gran furia de Rezín con Siria, junto con el hijo de Remalia,
5. Porque Siria, Efraín, y el hijo de Remalías hicieron un consejo maligno en tu contra, diciendo,
6. Subamos contra Judá, vejémosla, hagamos una brecha en ella a nuestro favor, y coloquemos un rey en medio de ella, al hijo de Tabeal;
7. Así dice el Señor DIOS, No se levantará, ni sucederá,
8. Porque la cabeza de Siria -es- Damasco, y la cabeza de Damasco -es- Rezín, y en sesenta y cinco años Efraín será quebrantado, -tanto- que no será pueblo.
9. Y la cabeza de Efraín -es- Samaria, y la cabeza de Samaria es el hijo de Remalías; si no creéis, por seguro que no os estableceréis.
10. + Por otra parte el SEÑOR le habló de nuevo a Ajaz, diciendo,
11. Pide del SEÑOR tu Dios una señal, pídela ya sea en las profundidades, o arriba en las alturas.
12. Pero Ajaz dijo, No voy a pedir, ni a tentar al SEÑOR.
13. Y dijo, Oíd ahora vosotros, oh casa de David: ¿-Es- algo sencillo para vosotros -no sólo- molestar a los hombres sino que váis a molestar también a mi Dios?
14. Por eso el mismo SEÑOR os va a dar una señal: Mirad que una virgen concebirá, -va a- dar a luz un hijo, y va a darle por nombre Imanuel.
15. Comerá mantequilla y miel, para que pueda saber rehusar el mal, y escoger el bien.
16. Porque antes de que el niño sepa rehusar el mal, y escoger el bien, la tierra que tú aborreces será abandonada por ambos reyes suyos.
17. + El SEÑOR -les- traerá a ti, a tu pueblo, y a la casa de tu padre, días que no han venido, desde el día en que Efraín se separó de Judá, -para ir al- rey de Asiria.
18. Y sucederá en aquel día, -que- el SEÑOR chiflará a la mosca que -está- en las partes más extremas de los ríos de Egipto, y a la abeja que -está- en la tierra de Asiria,
19. Y vendrán, y descansarán todas ellas en los valles desolados, en los huecos de las rocas, sobre todos los espinos, y sobre todos los arbustos.
20. Ese mísmo día el SEÑOR rasurará con una rasuradora asalariada, -manejada- por los -que están- más allá del río, por el rey de Asiria, la cabeza y el pelo de los pies, y además acabará la barba.
21. Y sucederá ese día, -que- un hombre alimentará una ternera y dos ovejas;
22. Y sucederá que por la leche en abundancia que le van a dar, comerá mantequilla, ya que todos los que queden en la tierra comerán mantequilla y miel.
23. Y sucederá ese día, -que- todo lugar será -en- donde hubo mil vides a mil moneditas de plata, será para zarzas y espinos.
24. Con flechas y arcos vendrán allí, porque todas las tierras se volverán -llenas de- zarzas y espinos.
25. Y -a- todas las colinas que sean cavadas con azadón, no llegará allí el temor de las zarzas y de los espinos, sino que será para que se envíen bueyes y para que anden los ganados menores.
Isaías 6
En el año que el rey Uzías murió también vi al SEÑOR sentado sobre un trono, alto y enaltecido, y su séquito llenaba el templo.
2. Por encima permanecían los serafines, cada uno tenía seis alas; con dos él cubría su rostro, con dos cubría sus pies, y con dos volaba.
3. Y el uno clamaba al otro, diciendo, Santo, santo, santo -es- el SEÑOR de las huestes; la tierra entera -está- llena de su gloria.
4. los postes de la puerta se movían a la voz del que clamaba, y la casa se llenaba de humo.
5. + Entonces dije, ¡Ay de mi! Pues soy imperfecto; ya que -soy- un hombre de labios sucios, y moro en medio de un pueblo de labios sucios, porque mis ojos han visto al Rey, el SEÑOR de las huestes.
6. Entonces voló uno de los serafines hasta mí, teniendo un carbón vivo en su mano -que- había tomado con unas tenazas del altar,
7. Y lo colocó sobre mi boca, diciendo, Mira que he tocado tus labios, tu iniquidad se ha retirado, y tu pecado -ha sido- purgado.
8. También oí la voz del SEÑOR, que decía, ¿A quién voy a enviar, y quién irá por nosotros? Entonces dije, Aquí estoy yo, envíame.
9. + Y él dijo, Vé, y dile a éste pueblo, Oíd vosotros de verdad, pero no entendais; y ved de verdad, pero no percibais.
10. Engruesa el corazón de éste pueblo, haz pesados sus oídos, y cierra sus ojos, no sea que vean con ellos, oigan con sus oídos, entiendan en su corazón, se conviertan y sean sanados.
11. Entonces dije, Señor, ¿Hasta cuándo más? Y él respondió, Hasta que las ciudades sean desechadas y sin habitantes, las casas sin hombre -alguno-, y la tierra sea totalmente desolada,
12. Y el SEÑOR haya removido muy lejos a los hombres, y -haya- un gran abandono en medio de la tierra.
13. Pero en ella -habrá- una décima parte y -esta- retornará, y comida será; como el árbol de tilo, o el roble cuya riqueza en ellos -está- cuando echan -sus hojas-, -así también- la simiente santa su riqueza -será-.
Isaías 5
Ahora pues, le voy a cantar a mi bienamado una canción suya sobre su viña: Mi bienamado tiene un viñedo en una colina muy fructífera;
2. Y él lo cercó y lo arregló con piedras, le plantó la vid más fina, y construyó una torre en medio de él, junto con un lagar en su lugar; y vió por que produjera uvas, -pero- produjo uvas silvestres.
3. Ahora pues, Oh habitantes de Jerusalén, y hombres de Judá, juzgad, os ruego, entre mi viñedo y yo.
4. ¿Qué se pudo haberle hecho más a mi viñedo que yo no le haya hecho?
5. Y ahora -al grano-: te diré lo que voy a hacerle a mi viña: le voy a retirar su cerca, y será devorada; quebrantaré su muro, y será pisoteada;
6. Yo la desecharé; no será podada, ni excavada, sino que -le- saldrán zarzas y espinas. Además le mandaré a las nubes que no lluevan sobre ella.
7. Porque el viñedo del SEÑOR de las huestes -es- la casa de Israel, y los hombres de Judá su planta preciosa, y él buscó juicio -en ella-, pero contempló opresión, -buscó- justicia, pero contempló llanto.
8. + ¡Ay de aquellos que reúnen casa tras casa, que -se- añaden campo tras campo, hasta que no -queda- lugar donde puedan ponerse solos en medio de la tierra!
9. En mis oídos -habló- el SEÑOR de los ejércitos, En verdad que muchas casas serán desoladas, -y hasta- las grandes y hermosas -quedarán- sin habitantes.
10. Sí, diez acres de viña producirán un bato, y un homer de semilla producirá una efa.
11. ¡Ay de aquellos que se levantan temprano en la mañana, -para- poder seguir tras la bebida fuerte, continuando hasta que el vino los enardezca en la noche!
12. Y el arpa, el violín, el pandero, la flauta y el vino están en sus fiestas, pero no se interesan en la obra del SEÑOR, ni consideran la operación de sus manos.
13. + Por eso mi pueblo cayó en cautividad, por -falta de- conocimiento, y sus hombres honorables desfallecieron de hambre, y sus multitudes se secaron de sed.
14. Por eso el infierno se agrandó y abrió su boca sin medida, y la gloria de ellos, sus multitudes, sus pompas y el que se regocija -en ellas- descenderán hasta allá.
15. Y el hombre común será abatido, y el guerrero humillado, -como- también los ojos del altivo;
16. Pero el SEÑOR de las huestes será exaltado en -el- juicio, y Dios que es santo, será santificado en -su- justicia.
17. Entonces los corderos se alimentarán según su costumbre, y los extranjeros comerán de las ruinas de los fuertes.
18. ¡Ay de aquellos que atraen la iniquidad con cuerdas de vanidad, y pecan como -cuando se atrae una- carreta con lazo,
19. Que dicen, ¡Que él haga velocidad -y- apresure su obra, para poder-la- ver, y que el consejo del Santo de Israel venga y se acerque, para poder-lo- conocer!
20. + ¡Ay de aquellos que llaman al mal bien, y al bien mal; que ponen oscuridad a cambio de luz, y luz a cambio de oscuridad, que ponen amargo a cambio de dulce, y dulce a cambio de amargo!
21. ¡Ay de -los- sabios a sus propios ojos, y de los prudentes a su propia vista!
22. ¡Ay de -los- fuertes para beber vino, y de los hombres capaces de mezclar bebidas fuertes,
23. Que justifican a los malvados a cambio de pagos, retirándole al justo su justicia!
24. Por eso como el fuego devora el rastrojo, y la llama consume la paja, -también- su raíz será como podredumbre, y su flor se elevará como polvo, por haber arrojado lejos la ley del SEÑOR de las huestes, y -haber- despreciado la palabra del Santo de Israel.
25. Por eso la furia del SEÑOR se encendió contra su pueblo, estiró su mano contra ellos y los golpeó, las colinas temblaron, y sus cadáveres -fueron- despedazados en medio de las calles. Por todo ésto su furia no se ha retirado, sino que su mano aún -está- extendida.
26. + Y él levantará una insignia desde lejos a las naciones, y chiflará desde los confines de la tierra, y he aquí que ellos vendrán veloz y rápidamente;
27. Nadie se cansará ni tropezarán entre sí, nadie caerá dormido, ni se soltará el ceñidor de sus lomos, o se romperá la correa de su calzado;
28. Las flechas de ellos -están- afiladas, y todos sus arcos -están- doblados, los cascos de sus caballos serán contados como pedernal, y sus ruedas como torbellinos;
29. Sus rugidos como de leones, rugirán como jóvenes leones, sí, rugirán, y se agarrarán de la presa, y -la- llevarán segura, y nadie -la- soltará.
30. Y en ese día rugirán contra ellos como -con- el rugido del mar, y si -uno- mira la tierra, se contempla oscuridad -y- dolor, y la luz en los mismos cielos se oscurece.
Isaías 4
1. Y en aquel día siete mujeres de un hombre se agarrarán, diciendo, De nuestro propio pan comeremos, y nuestros propios atuendos vestiremos, sólo déjanos ser llamadas por tu nombre -y- así nuestra vergüenza retirar.
2. En aquel día la rama del SEÑOR bella y gloriosa será, y el fruto de la tierra excelente y hermoso para los escapados de Israel.
3. Y sucederá -que el que- se quede en Sion, y permanezca en Jerusalén, santo será llamado, -sí,- cada uno -de los- que estén inscritos entre los vivos en Jerusalén;
4. Cuando haya lavado el SEÑOR la inmundicia de las hijas de Sion, y purgado la sangre de Jerusalén en medio de ellos con el espíritu de juicio, y con el espíritu abrasador.
5. Y el SEÑOR creará sobre cada morada del monte de Sion, y sobre sus asambleas, una nube de humo en el día, y una brillante llamarada en la noche, pues una defensa -habrá- sobre toda la gloria.
6. Y habrá un tabernáculo por sombra contra el calor del día, por lugar de refugio, y por cubierta contra la lluvia y la tormenta.