Lucas 4

1. Y Jesús, al ser lleno del Espíritu Santo, retornó del Jordán, y por el Espíritu fue guiado al yermo,
2. Siendo tentado cuarenta días por el diablo. Y en aquellos días nada comió, cuando hubieron terminado, tuvo entonces hambre,
3. Y el diablo le dijo, Si tú eres el Hijo de Dios, mándale a esta piedra que se haga pan.
4. Y Jesús le respondió, diciendo, Está escrito, que El hombre no vivirá sólo de pan, sino de toda palabra de Dios.
5. Y el diablo, subiéndolo a una alta montaña, le dio a conocer todos los reinos del mundo en un momento del tiempo.
6. Y el diablo le dijo, Todo poder te daré, y la gloria de ellos, porque aquello se me ha entregado, y a quienquiera se lo doy.
7. Por tanto si me adoras, todo será tuyo.
8. Y Jesús respondió y le dijo, Sal de mi vista, Satanás, porque está escrito, Adorarás al Señor tu Dios, y a él sólo servirás.
9. Y lo trajo a Jerusalén, y lo puso en un pináculo del templo, y le dijo, Si tú eres el Hijo de Dios, Lánzate abajo desde acá;
10. Porque está escrito, Él hará que sus ángeles se encarguen de ti, y te guarden,
11. Y en -sus- manos te cargarán, no sea que en algún momento tu pie estrelles contra una piedra.
12. Y Jesús respondiendo le dijo, Se ha dicho, No tentarás al Señor tu Dios.
13. Y cuando el diablo hubo terminado toda tentación, se apartó
de él por una temporada.
14. + Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y la fama de él se esparció por toda la región y sus alrededores.
15. Y enseñaba en sus sinagogas, siendo glorificado por todos.
6. Y llegó a Nazaret, donde había sido criado, y como era su costumbre, entró a la sinagoga el día sabat, y se paró a leer.
17. Y le fue entregado el libro del profeta Isaías. Cuando hubo abierto el libro, encontró el lugar donde estaba escrito,
18. El Espíritu del Señor -está- sobre mi, porque me ha ungido para predicar el evangelio a los pobres, me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón, a predicar liberación a los cautivos, y recuperación de vista a los ciegos, a poner en libertad a los heridos,
19. A predicar el año aceptable del Señor.
20. Y cerró el libro, de nuevo -lo- dio al ministro, y se sentó. Y los ojos de todos los que estaban en la sinagoga se fijaron en él.
21. Y comenzó a decirles, El día de hoy se cumple en vuestros oídos esta escritura.
22. Y todos atestiguaban y se maravillaban de las palabras de gracia que procedían de su boca. Y decían, ¿No es este el hijo de José?
23. Y él les decía, Por seguro que me diréis este proverbio, Médico, sánate a ti mismo; todo lo que hemos oído -que has- hecho en Capernaum, hazlo aquí también en tu país.
24. Y él dijo, De verdad os digo, Ningún profeta en su propio país es aceptado.
25. Mas os contaré una verdad, Muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo se cerró por tres años y seis meses, y hubo gran hambruna por toda la tierra;
26. Pero a ninguna de ellas Elías fue enviado, salvo a Sarepta, -una ciudad- de Sidón, a una mujer, una viuda.
27. Y muchos leprosos había en Israel en el tiempo de Eliseo el profeta; y ninguno de ellos fue limpio, salvo Naamán, el Sirio.
28. Y todos los de la sinagoga, al oír estas cosas, se llenaron de ira,
29. Y se levantaron, lo sacaron de la ciudad, y lo llevaron al borde de la colina donde la ciudad estaba edificada, para poder lanzarlo de cabeza.
30. Mas él pasando por entre en medio de ellos se marchó.
31. Y descendió a Capernaum, una ciudad de Galilea, y les enseñaba en los días sabat.
32. Y quedaban atónitos ante su doctrina, ya que su palabra aparecía con poder.
33. + Y en la sinagoga había un hombre, el cual tenía un espíritu de un diablo impuro, y gritaba en alta voz,
34. Diciendo, Déjanos solos, ¿qué tenemos que ver contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quien eres, el Santo de Dios.
35. Y Jesús lo reprendió, diciendo, Guarda silencio, y sal de él. Y cuando el diablo lo hubo arrojado en el medio, salió de él, sin hacerle daño.
36. Y quedaron todos asombrados, y hablaban entre ellos, diciendo, ¡Qué palabra -es- esta! ya que con autoridad y poder le mandaba a los espíritus impuros, y ellos salían.
37. Y la fama de él se esparció por todas partes alrededor del país.
38. + Y se levantó de la sinagoga, y entró a la casa de Simón. Y la madre de la esposa de Simón estaba tomada por una gran fiebre, y le suplicaron a favor de ella.
39. Y se inclinó hacia ella y a la fiebre reprendió, y esta la dejó; y de inmediato ella se levantó y los atendió.
40. + Ahora bien a la puesta del sol, todos los que tenían algunos enfermos con diversas aflicciones, los traían hasta él, y él ponía sus manos sobre cada uno de ellos, y los sanaba.
41. Y también de muchos salían diablos, gritando, y diciendo, Tú eres el Cristo el Hijo de Dios. Y él reprendiéndolos no los dejaba hablar, pues sabían que él era el Cristo.
42. Y al ser de día, partió y entró a un lugar desértico, y la gente lo buscó y llegó a él, y lo detuvieron para que no se apartara de ellos.
43. Y él les dijo, Debo predicar el reino de Dios a otras ciudades también, pues para esto soy enviado.
44. Y predicó en las sinagogas de Galilea.

Lucas 3

1. Anora bien, en el décimo quinto año del reinado de Tiberio César, siendo gobernador de Judea Poncio Pilato, y Herodes siendo el tetrarca de Galilea, su hermano Felipe tetrarca de Iturea y de la región de Traconite, Lisanias el tetrarca de Abilinia,
2. Y Anás y Caifás siendo los sumos sacerdotes, la palabra de Dios vino a Juan el hijo de Zacarías en el yermo.
3. Y llegó él a todo el país de alrededor del Jordán, predicando el bautismo del arrepentimiento para la remisión de los pecados.
4. Como está escrito en el libro de las palabras de Isaías el profeta que dice, La voz de alguien gritando en el yermo, Preparad el camino del Señor, haced derechas sus sendas.
5. Todo valle se llenará, y toda montaña y colina se abatirán, lo torcido se enderezará, y los caminos ásperos se suavizarán.
6. Y toda carne verá la salvación de Dios.
7. Le decía entonces él a la multitud que salía a ser bautizada por él, Oh generación de víboras, quién os ha advertido que huyáis de la ira venidera?
8. Traed por tanto frutos dignos del arrepentimiento, y no comencéis a decir dentro de vosotros, Tenemos a Abraham como -nuestro- padre, porque yo os digo que de estas piedras Dios es capaz de levantarle hijos a Abraham.
9. Y ahora el hacha está puesta en la raíz de los árboles; todo árbol por tanto que no traiga buen fruto es cortado y lanzado al fuego.
10. Y la gente le preguntó diciendo, ¿Qué vamos a hacer entonces?
11. Él respondió y les dijo, El que dos abrigos tenga, le imparta al que no tenga, y que haga lo mismo el que tenga comida.
12. Vinieron entonces también publicanos a ser bautizados, y le dijeron, Maestro, q¿ué vamos a hacer?
13. Y él les dijo, No cobréis más de lo que se os ha señalado.
14. Y de igual manera los soldados le demandaban diciendo, ¿Y qué vamos a hacer nosotros? Y él les decía, No le hagáis violencia al hombre, ni acuséis falsamente -a nadie-, y contentaos con vuestros salarios.
15. Y como la gente estaba a la expectativa, y todos los hombres se preguntaban en sus corazones acerca de Juan si él era el Cristo o no,
16. Juan respondió, diciendoles a todos, En verdad yo bautizo con agua, pero alguien más poderoso que yo viene, el lazo de su calzado no soy digno de desatarlo, él a vosotros os bautizará con el Espíritu Santo y con fuego;
17. Cuyo aventador -está- en su mano, y él purgará por completo su era, al trigo lo reunirá en su granero, pero a la escoria la quemará con inextinguible fuego.
18. Y muchas otras cosas en su exhortación predicaba a la gente.
19. Pero Herodes el tetrarca, al ser reprobado por él debido a Herodías la esposa de su hermano Felipe, y a todos los males que Herodes había hecho,
20. Añadió aún esto por encima de todo, que encerró a Juan en la prisión.
21. Ahora bien, cuando toda la gente era bautizada, aconteció que Jesús también al ser bautizado, y -estar- orando, el cielo se abrió,
22. Y el Espíritu Santo descendió de forma corporal como una paloma sobre él, y una voz vino del cielo, la cual decía, Tú eres mi amado Hijo, en ti bien me complazco.
23. Y Jesús mismo comenzó a ser de alrededor de treinta años de edad, siendo (como se suponía) el hijo de José, el cual era hijo de Elí,
24. El cual era -hijo- de Matat, el cual era -hijo- de Melqui, el cual era -hijo- de Jana, el cual era -hijo- de José,
25 . El cual era -hijo- de Matatías, el cual era -hijo- de Amós, el cual era -hijo- de Nahum, el cual era -hijo- de Esli, el cual era -hijo- de Nagai,
26. El cual era -hijo- de Maat, el cual era -hijo- de Matatías, el cual era -hijo- de Semei, el cual era -hijo- de José, el cual era -hijo- de Judá,
27. El cual era -hijo- de Joana, el cual era -hijo- de Resa, el cual era -hijo- de Zorobabel, el cual era -hijo- de Salatiel, el cual era -hijo- de Neri,
28. El cual era -hijo- de Melqui, el cual era -hijo- de Adi, el cual era -hijo- de Cosam, el cual era -hijo- de Elmodam, el cual era -hijo- de Er,
29. El cual era -hijo- de Josué, el cual era -hijo- de Eliezer, el cual era -hijo- de Jorim, el cual era -hijo- de Matat, el cual era -hijo- de Leví,
30. El cual era -hijo- de Simeón, el cual era -hijo- de Judá, el cual era -hijo- de José, el cual era -hijo- de Jonán, el cual era -hijo- de Eliaquim,
31. El cual era -hijo- de Melea, el cual era -hijo- de Mainán, el cual era -hijo- de Matata, el cual era -hijo- de Natán, el cual era -hijo- de David,
32. El cual era -hijo- de Isaí, el cual era -hijo- de Obed, el cual era -hijo- de Booz, el cual era -hijo- de Salmón, el cual era -hijo- de Naasón,
33. El cual era -hijo- de Aminadab, el cual era -hijo- de Aram, el cual era -hijo- de Esrom, el cual era -hijo- de Fares, el cual era -hijo- de Judá,
34. El cual era -hijo- de Jacob, el cual era -hijo- de Isaac, el cual era -hijo- de Abraham, el cual era -hijo- de Taré, el cual era -hijo- de Nacor,
35. El cual era -hijo- de Serug, el cual era -hijo- de Ragau, el cual era -hijo- de Peleg, el cual era -hijo- de Heber, el cual era -hijo- de Sala,
36. El cual era -hijo- de Cainán, el cual era -hijo- de Arfaxad, el cual era -hijo- de Sem, el cual era -hijo- de Noé, el cual era -hijo- de Lamec,
37. El cual era -hijo- de Matusalén, el cual era -hijo- de Enoc, el cual era -hijo- de Jared, el cual era -hijo- de Maleleel, el cual era -hijo- de Cainán,
38. El cual era -hijo- de Enós, el cual era -hijo- de Set, el cual era -hijo- de Adán, el cual era -hijo- de Dios.

Lucas 2

1. Y aconteció en aquellos días, que salió un decreto de César Augusto, que todo el mundo debía tributar.
2. (-Y- este tributo primero fue hecho cuando Cirenio era gobernador de Siria.)
3. Y todos salieron a tributar, cada uno a su propia ciudad.
4. Y José también subió de Galilea, saliendo de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén. (porque él era de la casa y el linaje de David.)
5. Para tributar con María su mujer esposada, que se encontraba grandemente preñada.
6. Y así fue que, mientras estaban allí, se cumplieron los días en que debía alumbrar.
7. Y dio a luz a su primogénito, lo envolvió en pañales, y lo puso en un comedero, porque en el hospedaje no había lugar para ellos.
8. Y había pastores en el mismo país que permanecían en el campo, guardando vigilia en la noche por su rebaño.
9. Y he aquí que el ángel del Señor llegó a ellos, y la gloria del Señor resplandeció a su alrededor, y les dio mucho miedo.
10. Y el ángel les dijo, No temáis, porque mirad que os traigo buenas nuevas de gran gozo, el cual será para todas las gentes.
11. Porque este día a vosotros os nace en la ciudad de David un Salvador, el cual es Cristo el Señor.
12. Y esta -será- una señal para vosotros, Encontraréis al bebé envuelto en pañales, acostado en un comedero.
13. Y de repente junto con el ángel había una multitud de la hueste celestial alabando a Dios, y diciendo,
14. Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, a los hombres buena voluntad.
15. Y aconteció que mientras los ángeles se alejaban de ellos al cielo, los pastores se dijeron entre sí, Vayamos ya al mismo Belén, y veamos este suceso que está a punto de pasar, -y- que el Señor nos ha dado a conocer.
16. Y llegaron de prisa, y encontraron a María con José y el bebé acostado en un comedero.
17. Y cuando -lo- hubieron visto, dieron a conocer por todas partes las palabras que les fueron dichas acerca de este niño.
18. Y todos los que -las- oyeron se maravillaron ante aquellos sucesos que les fueron contados por los pastores.
19. Pero María guardaba todas estas cosas, y -las- meditaba en su corazón.
20. Y los pastores retornaron, glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían visto y oído, tal como se les había dicho.
21. Y al cumplirse ocho días para la circuncisión del niño, se le dio por nombre JESÚS, el cual fue llamado así por el ángel antes de que fuera concebido en el vientre.
22. Y al cumplirse los días de la purificación de ella de acuerdo con la ley de Moisés, lo trajeron a Jerusalén, para presentarlo al Señor.
23. (Como está escrito en la ley del Señor, Todo varón que abra el vientre será llamado santo para el Señor;)
24. Y para ofrecer un sacrificio de acuerdo a lo que está dicho en la ley del Señor, Un par de tórtolas, o dos pichones jóvenes.
25. Y mirad que había un hombre en Jerusalén, cuyo nombre era Simeón, y este mismo hombre -que era- justo y devoto, aguardaba la consolación de Israel, y el Espíritu Santo estaba sobre él.
26. Y le fue revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor.
27. Y entró por el Espíritu al templo, y al ver a los padres traer al niño Jesús, para hacer por él según la costumbre de la ley,
28. Lo tomó entonces en sus brazos, bendijo a Dios y dijo,
29. Señor, deja ahora entonces a tu siervo partir en paz, de acuerdo a tu palabra,
30. Porque mis ojos tu salvación han visto,
31. La cual has preparado ante el rostro de todo el pueblo;
32, Una luz que alumbre a los Gentiles, y la gloria de tu pueblo Israel.
33. Y José y su madre se maravillaron ante aquellas cosas que se hablaban de él.
34. Y Simeón los bendijo, y le dijo a María su madre, Mira que este -niño- está puesto para la caída y el levantamiento de nuevo de muchos en Israel, y como una señal en contra de la cual se hablará;
35. (Sí, una espada tu misma alma perforará,) para que los pensamientos de muchos corazones se puedan revelar.
36. Y había una Ana, profetiza, hija de Fanuel de la Tribu de Aser, era de gran edad, y había vivido con esposo por siete años desde su virginidad;
37. Y estuvo viuda alrededor de ochenta y cuatro años, de los cuales no se apartaba del templo, sino que servía -a Dios- con ayunos y oraciones día y noche.
38. Y ella entrando en ese instante le dio gracias de igual manera al Señor, y les hablaba de él a todos los que buscaban redención en Jerusalén.
39. Y cuando hubieron ellos realizado todas las cosas de acuerdo con la ley del Señor, retornaron a Galilea, a su propia ciudad de Nazaret.
40. Y el niño creció, y se fortaleció en el espíritu, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios sobre él estaba.
41. Ahora bien, sus padres iban cada año a Jerusalén a la fiesta de la pascua.
42. Y cuando él era de doce años de edad, subieron a Jerusalén según la costumbre de la fiesta.
43. Y al cumplir ellos los días, al retornar, el niño Jesús se demoró atrás en Jerusalén, y José y su madre no -lo- supieron.
44. Sino que suponiendo que se encontraba en la compañía, anduvieron un día de viaje, y lo buscaban entre -sus- parientes y conocidos.
45. Y al no encontrarlo, de nuevo se volvieron a Jerusalén, en busca de él.
46. Y aconteció que después de tres días lo encontraron en el templo, sentado en medio de los doctores, oyéndolos, como también haciéndoles preguntas.
47. Y todos los que lo oían quedaban atónitos ante su entendimiento y -sus- respuestas.
48. Y se asombraron al verlo, y su madre le dijo, Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo con pena te hemos buscado.
49. Y él les dijo, ¿Cómo es que me buscábais? ¿No sabéis que en el negocio de mi Padre debo estar?
50. Y no entendieron las palabras que les habló.
51. Y descendió con ellos, llegó a Nazaret, y estuvo sujeto a ellos; pero su madrre guardó todos estos dichos en su corazón.
52. Y Jesús creció en sabiduría, -en- estatura, y en favor de Dios y -del- hombre.

Lucas 1

1. Debido a que muchos han puesto su mano para establecer en order una declaración de aquellas cosas que entre nosotros son creídas con plena seguridad,
2. Tal como nos las entregaron, los que desde el principio fueron testigos presenciales y ministros de la palabra;
3. También a mí me pareció bien, habiendo tenido un perfecto entendimiento de todas las cosas desde el mismo principio, escribírtelas en orden, excelentísimo Teófilo,
4. Para que pudieras conocer la certidumbre de aquellos sucesos, en los cuales has sido instruído.
5. + Hubo en los días de Herodes, el rey de Judea, cierto sacerdote llamado Zacarías, del curso de Abías; su esposa -era- de las hijas de Aarón, y su nombre era Elisabet.
6. Y ambos eran justos ante Dios, andando irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor.
7. Y no tenían hijos porque Elisabet era estéril, y ambos eran bien entrados en años.
8. Y aconteció que mientras él ejecutaba el oficio de sacerdote ante Dios según el orden de su curso,
9. De acuerdo a la costumbre del oficio del sacerdote, su parte era quemar incienso al entrar en el templo del Señor.
10. Y toda la multitud del pueblo se encontraba orando en las afueras en el momento del incienso.
11. Y un ángel del Señor se le apareció parándose al lado derecho del altar del incienso.
12. Y cuando Zacarías -lo- vio, se atribuló y le dio temor.
13. Pero el ángel le dijo, No temas, Zacarías, porque tu oración ha sido oída, y tu esposa Elisabet te dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Juan.
14. Y gozo y alegría tendrás, y muchos con su nacimiento se regocijarán.
15. Pues grande será a los ojos del Señor, y ni vino ni bebidas fuertes beberá, y desde el mismo vientre de su madre del Espíritu Santo lleno será.
16. Y volverá muchos de los hijos de Israel al Señor Dios de ellos.
17. E irá delante de él en el espíritu y el poder de Elías, para volver los corazones de los padres a los hijos, a los desobedientes a la sabiduría de los justos, para alistar un pueblo preparado para el Señor.
18. Y Zacarías -le- dijo al ángel, ¿Cómo lo sabré? Porque soy un hombre viejo, y mi esposa bien entrada en años.
19. Y el ángel respondiendo le dijo, Yo soy Gabriel, -el- que permanece en la presencia de Dios, y soy enviado a hablarte, y a darte a conocer las buenas nuevas.
20. Y mira que quedarás mudo, y sin poder hablar, hasta el día en el que se realicen estas cosas, porque no crees en mis palabras, las cuales en su momento se cumplirán.
21. Y el pueblo aguardaba a Zacarías, y se maravillaba de que tardara tanto tiempo en el templo.
22. Y al salir no les pudo hablar y percibieron que había tenido una visión en el templo, ya que les hizo señas, y permanecó sin habla.
23. Y sucedió que, tan pronto se cumplieron los días de su servicio, partió a su misma casa.
24. Y después de aquellos días concibió su esposa Elisabet, y se escondió por cinco meses diciendo,
25. Así me trató el Señor en los días que -me- miró, para quitar mi reproche de entre los hombres.
26. Y al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,
27. A una virgen desposada con un hombre cuyo nombre era José, de la casa de David, y el nombre de la virgen era María.
28. Y el ángel se acercó a ella, y -le- dijo, Salve, -tú- altamente favorecida, el Señor -está- contigo; bendita -eres- entre las mujeres.
29. Y cuando -lo- vio, se atribuló ante sus palabras, y se preguntaba qué clase de salutación podría ser esta.
30. Y el ángel le dijo, No temas, María, poque has hallado favor ante Dios.
31. Y he aquí que en tu vientre concebirás, y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre JESÚS.
32. Grande será él, y será llamado el Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de su padre David;
33. Y para siempre reinará a la casa de Jacob, y para su reino no habrá final.
34. Entonces María le dijo al ángel, ¿Cómo será esto, viendo que no conozco hombre alguno?
35. Y el ángel respondió y le dijo, El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por tanto el santo ser que nacerá de ti se llamará el Hijo de Dios.
36. Y he aquí que tu prima Elisabet, también ha concebido un hijo en su vejez, y este es el sexto mes de aquella que llamaban estéril.
37. Pues nada será imposible para Dios.
38. Y María dijo, he aquí la criada del Señor, que se haga conmigo de acuerdo a tu palabra. Y el ángel se apartó de ella.
39. Y María se levantó en aquellos días y de prisa se adentró al país de las colinas, a una ciudad de Judá;
40. Y entró a la casa de Zacarías, y saludó a Elisabet.
41. Y aconteció que cuando Elisabet oyó la salutación de María, saltó el bebé en su vientre, y Elisabet fue llena del Espíritu Santo,
42. Y con fuerte voz habló, diciendo, Bendita -eres- entre las mujeres, y bendito -es- el fruto de tu vientre.
43. ¿Y de dónde esto conmigo que la madre de mi Señor deba venir a mí?
44. Porque mira que tan pronto la voz de tu salutación resonó a mis oídos, en mi vientre el bebé saltó de alegría.
45. Y bendita -sea- la que creyó, porque se realizarán aquellas cosas que le fueron dichas -de parte- del Señor.
46. Y María dijo, Engrandece mi alma al Señor,
47. Y mi espíritu se ha regocijado en Dios mi Salvador.
48. Por haber tomado en cuenta el humilde estado de su criada; ya que mirad que de aquí en adelante me llamarán bendita todas las generaciones.
49. Pues el que es poderoso grandes cosas ha hecho en mí, y su nombre -es- santo.
50. Y su misericordia sobre los que lo temen de generación en generación.
51. Fuerza con su brazo él ha dado a conocer; a los orgullosos los ha esparcido en la imaginación de sus corazones,
52. De -sus- asientos a los poderosos ha tumbado, y exaltado a los de humilde condición.
53. A los hambrientos de cosas buenas ha llenado, y a los ricos vacíos los despidió.
54. A su siervo Israel ha auxiliado, remembrando -su- misericordia;
55. Tal como le habló a nuestros padres, a Abraham, y a su simiente para siempre.
56. Y María habitó con ella cerca de tres meses, y a su propia casa retornó.
57. Ahora pues llegó el cumplimiento del tiempo de Elisabet en el que debía alumbrar, y a un hijo dio a luz.
58. Y oyeron sus vecinos y primos cuán gran misericordia había manifestado el Señor hacia ella, y junto a ella se regocijaron.
59. Y aconteció que al octavo día vinieron a circuncidar al niño, y lo llamaron Zacarías, según el nombre de su padre.
60. Y su madre respondió y dijo, -Así- no, sino que se llamará Juan.
61. Y le dijeron, Nadie de tu familia hay que se llame por ese nombre.
62. Y a su padre le hicieron señas de cómo lo iba a hacer llamar.
63. Él pidió una tableta de escritura, y escribió, diciendo, Su nombre es Juan, Y todos se maravillaron.
64. E inmediatamente se abrió su boca, su lengua -se soltó-, y él habló y alabó a Dios.
65. Y a todos los que moraban alrededor de ellos temor les llegó, y todas estas palabras lejos se rumoraron por todo el país de las colinas de Judea.
66. Y todos los que -las- oían, -las- ponían en sus corazones, diciendo, ¡Qué clase de niño será este! Y la mano del Señor estaba con él.
67. Y su padre Zacarías fue lleno del Espíritu Santo, y profetizó, diciendo,
68. Bendito -sea- el Señor Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.
69. Y un cuerno de salvación en la casa de su siervo David nos levantó.
70. Tal como habló por la boca de sus santos profetas, los cuales ha habido desde que comenzó el mundo.
71. Para salvarnos de nuestros enemigos, y de la mano de todos los que nos odian;
72. Para realizar la misericordia -prometida- a nuesttros padres, y para recordar su convenio santo;
73. El juramento que él le hizo a nuestro padre Abraham,
74. Que nos otorgaría ser liberados de la mano de nuestros enemigos para poder servirle sin temor,
75. En santidad y justicia ante él todos los días de nuestra vida.
76. Y tú, niño, serás llamado el profeta del Altísimo, ya que irás delante del rostro del Señor a preparar sus caminos;
77. Para darle el conocimiento de la salvación a su pueblo por la remisión de sus pecados,
78. Por la tierna misericordia de nuestro Dios, por lo cual la fuente de la mañana de lo alto nos ha visitado,
79. Para dar luz a los que en la oscuridad y -en- la sombra de la muerte se sientan, para guiar nuestros pies por el camino de la paz.
80. Y el niño crecía, y se fortalecía en espíritu, y estuvo en los desiertos hasta el día de su manifestación a Israel.

Marcos 16

1. Y habiendo pasado el sabat, María Magdalena, y María la -madre- de Santiago y Salomé, habían comprado especias aromáticas, para poder llegar y ungirlo.
2. Y muy temprano en la mañana el primer -día- de la semana, a la salida del sol vinieron al sepulcro.
3. Y entre ellas se decían, ¿Quién nos rodará la piedra de la puerta del sepulcro?
4. Y cuando miraron, vieron que la piedra estaba rodada -y- retirada, porque era muy grande.
5. Y entrando al sepulcro, vieron un hombre joven sentado al lado derecho, vestido con una vestidura blanca -y- larga, y tuvieron miedo.
6. Y él les dice, No tengáis miedo, Buscáis a Jesús de Nazaret, el cual fue crucificado; él se levantó; no está acá; mirad el lugar donde lo colocaron.
7. Pero marchaos, contadle a sus discípulos y a Pedro que él va delante de vosotros a Galilea; allí lo veréis, como os lo dijo.
8. Y rápidamente salieron, huyendo del sepulcro, pues temblaban del asombro; tampoco le dijeron nada a nadie, porque tenían miedo.
9. + Ahora bien cuando -Jesús- se levantó el primer -día- de la semana, se le apareció primero a María Magdalena, de quien había expulsado siete diablos.
10. -Y- ella fue y les contó que había estado con él, mientras se lamentaban y lloraban.
11. Y ellos, cuando hubieron oído que estaba vivo, y había sido visto por ella, no creyeron.
12. + Después de eso se apareció en otra forma a dos de ellos, mientras andaban, e iban al campo.
13. Y fueron y -lo- contaron al residuo; -pero- tampoco les creyeron.
14. + Después se apareció a los once mientras se sentaban a comer, y los reprochó por su incredulidad y dureza de corazón, por no creer a los que lo habían visto después de haberse levantado.
15. Y les dijo, Id a todo el mundo, y predicadle el evangelio a cada criatura.
16. El que crea y sea bautizado se salvará, pero el que no crea se condenará.
17. Y estas señales seguirán a los que crean: En mi nombre expulsarán diablos, hablarán nuevas lenguas,
18. Cogerán serpientes, y si beben algo mortal, no les hará daño; pondrán las manos sobre los enfermos, y se recuperarán.
19. + Así entonces, después de que el Señor les hubo hablado, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la mano derecha de Dios.
20. Y salieron ellos, y predicaron por todas partes, el Señor obrando con -ellos-, y confirmando la palabra con -las- señales que -la- seguían. Amén.

Marcos 15

1. Y de inmediato en la mañana los sumos sacerdotes consultaron con los mayores, los escribas y -con- todo el consejo, ataron a Jesús, se -lo- llevaron, y -lo- entregaron a Pilato.
2. Y Pilato le preguntó, ¿Eres el Rey de los Judíos? Y él respondiendo le dijo, Tú -lo- dices.
3. Y los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas, pero él nada respondía.
4. Y Pilato de nuevo le preguntó, diciendo, ¿Nada respondes? mira cuántas cosas atestiguan contra ti.
5. Pero Jesús sin embargo nada respondía, tanto que Pilato se maravilló.
6. Ahora bien en -esa- fiesta él les liberaba un prisionero, a quien fuera que ellos desearan.
7. Y había uno llamado Barrabás, quien en la insurrección había cometido asesinato, -el cual yacía- preso con los que con él habían hecho insurrección.
8. Y la multitud clamando a toda voz comenzó a desear -que hiciera- lo que siempre les había hecho.
9. Pero Pilato les respondió diciendo, ¿Queréis que os libere al Rey de los Judíos?
10. Pues sabía que los sumos sacerdotes lo habían entregado por envidia.
11. Pero los sumos sacerdotes movieron al pueblo, para que más bien les liberara a Barrabás.
12. Y de nuevo Pilato respondió y les dijo, ¿Qué queréis entonces que -le- haga a quien llamáis el Rey de los Judíos?
13. Y otra vez gritaron, Crucifícalo.
14. Entonces Pilato les dijo, ¿Por qué? ¿qué mal ha hecho él? Y con más fervor gritaban, Crucifícale.
15. + Entonces Pilato, dispuesto a contentar al pueblo, les liberó a Barrabás, y entregó a Jesús, tras haberlo azotado, para ser crucificado.
16. Y los soldados se lo llevaron a la sala llamada el Pretorio; y congregaron a toda la banda.
17. Lo vistieron de púrpura, trenzaron una corona de espinos, y la pusieron sobre su -cabeza-,
18. Y comenzaron a saludarlo, ¡Salve, Rey de los Judíos!
19. lo golpeaban en la cabeza con una caña, lo escupían, doblando -sus- rodillas lo adoraban.
20. Y cuando se hubieron de él burlado, le quitaron la púrpura, le pusieron sus ropas, y se lo llevaron a ser crucificado.
21. Y obligan a Simón, un Cirineo que pasaba por el lado, viniendo del campo, el padre de Alejandro y Rufo, a cargar su cruz.
22. Y lo llevaron al lugar -llamado- Gólgota, el cual al interpretarse es, El lugar del cráneo.
23. Y le dieron a beber vino mezclado con mirra, pero no -lo- recibió.
24. Y cuando lo hubieron crucificado, repartieron sus vestiduras, echando suerte por ellas, lo que cada hombre tomara.
25. Era la tercera hora, y lo crucificaron.
26. Y la inscripción de su acusación se escribió encima, EL REY DE LOS JUDÍOS.
27. Y con él crucificaron a dos ladrones, el uno a su mano derecha, y el otro a su izquierda.
28. Y se cumplió la escritura que dice, Con los transgresores fué enumerado.
29. Y los que pasaban al lado lo reprochaban, movían sus cabezas, y decían, Ah, tú que destruyes el templo, y en tres días -lo- construyes,
30. Sálvate a ti mismo, y baja de la cruz.
31. Igualmente también los sumos sacerdotes burlándose entre ellos con los escribas se decían, Salvó a otros, -y- a si mismo no se puede salvar.
32. Que Cristo, el Rey de Israel descienda ahora de la cruz, para que podamos ver y creer. Y los que con él estaban crucificados lo insultaban.
33. Y habiendo la sexta hora, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la novena hora.
34. Y a la novena hora Jesús clamó a toda voz, diciendo, Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? que al ser interpretado es, Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
35. Y alguos de los que estaban parados a su lado, cuando -lo- oyeron, dijeron, Mira, a Elías llama.
36. Y alguien corrió, llenó una esponja de vinagre, -la- puso en una caña, y se la dio a beber, diciendo, Dejémoslo solo; veamos si Elías viene a bajarlo.
37. Y Jesús clamó en alta voz, y entregó el espíritu.
38. Y el velo del templo se rasgó en dos de arriba a abajo.
39. + Y cuando el centurión, el cual -estaba- parado en frente de él, lo vio gritar así, y entregar el espíritu, dijo, Verdaderamente este hombre era el Hijo de Dios.
40. Había también mujeres mirando desde lejos entre quienes estaban María Magdalena, y María la madre de Santiago el menor, de Josés y de Salomé;
41. (Quienes también, cuando él estaba en Galilea, lo seguían, y le servían,) y muchas otras mujeres las cuales subieron con él a Jerusalén.
42. + Y cuando el atardecer ya hubo llegado, como era la preparación, esto es, el día anterior al sabat,
43. José de Arimatea, un honorable consejero, el cual también aguardaba el reino de Dios, llegó y denodadamente entró -donde- Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús.
44. Y Pilato se maravilló que ya estuviera muerto; y llamando al centurión, le preguntó si ya lo estaba, -y- desde cuando.
45. Y cuando -lo- supo del centurión, le entregó el cuerpo a José.
46. Y este trajo lino fino, lo bajó, lo envolvió en el lino, y lo colocó en un sepulcro que estaba tallado en una roca, y rodó una piedra a la puerta del sepulcro.
47. Y María Magdalena y María -la madre- de Josés miraron dónde era puesto.

Marcos 14

1. Después de dos días iba -a ser la fiesta de- la pascua, y del pan sin levadura, y los sumos sacerdotes y los escribas buscaban cómo poder cogerlo por engaños, y sentenciarlo a muerte.
2. Pero decían, No en la fiesta, no sea que haya un alboroto del pueblo.
3. + Y estando en Betania en la casa de Simón el leproso, mientras se sentaba a comer, llegó una mujer con una caja de alabastro de un precioso ungüento de nardo, y rompió la caja, y sobre su cabeza -lo- derramó.
4. Y hubo algunos que se indignaron en sus adentros, diciendo, ¿Por qué se hizo este desperdicio de ungüento?
5. Pues se hubiera podido haber vendido por más de trescientos peniques, y haber dado a los pobres. Y murmuraron contra ella.
6. Y Jesús dijo, Dejadla sola, ¿por qué la atribuláis? ella ha hecho una buena obra conmigo.
7. Pues tenéis a los pobres con vosotros siempre, y cuando queráis podéis hacerles el bien, pero a mí no siempre me tenéis.
8. Ella ha hecho lo que podía: de antemano ha venido a ungir mi cuerpo para el entierro.
9. De verdad os digo -que- Donde sea que este evangelio se predique por todo el mundo, también de -esto- que ha hecho se hablará para memoria de ella.
10. + Y Judas Iscariote, uno de los doce, fue a -donde- los sumos sacerdotes, para traicionarlo por ellos.
11. Y cuando -lo- oyeron, se alegraron, y prometieron darle dinero. Y él buscó cómo poder traicionarlo convenientemente.
12. + Y el primer día del pan sin levadura, cuando mataban la pascua, sus discípulos le dijeron, ¿Dónde quieres que vayamos a preparar -la cena- para que puedas comer la pascua?
13. Y él envía a dos de sus discípulos, y les dice, Id y entrad a la ciudad, y allí encontraréis a un hombre cargando un cántaro de agua ; seguidle.
14. Y donde él entre decidle al encargado de la casa, El Maestro dice, ¿dónde está la sala de huéspedes en donde voy a comer la pascua con mis discípulos?
15. Y él os indicará una sala alta y grande amueblada -y- preparada; alistad allí -la cena- para nosotros.
16. Y sus discípulos fueron y llegaron a la ciudad, y encontraron como él les había dicho, y alistaron la pascua.
17. Y al atardecer él llega con los doce.
18. Y mientras se sentaban y comían, Jesús dijo, De verdad os digo que Uno de vosotros el cual conmigo come me va a traicionar.
19. Y comenzaron a entristecerse, y uno a uno a decirle; ¿-Soy- yo? y otro, ¿-Soy- yo?
20. Y él respondía y les decía, -Es- uno de los doce, que moja conmigo el pan en el plato.
21. El Hijo del hombre de verdad se va, tal como está escrito de él; pero ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del hombre es traicionado! Bueno le fuera a ese hombre nunca haber nacido.
22. + Y mientras comían, Jesús tomó pan, -lo- bendijo y -lo- partió. dándoselo a ellos, y dijo,Tomad, comed; este es mi cuerpo.
23. Y tomó la copa. y cuando hubo dado gracias, -se la- dio a ellos, y ellos todos bebieron de ella.
23. Y les dijo, Esta es mi sangre del nuevo testamento, la cual es derramada por muchos.
25. De verdad os digo, que No beberé del fruto de la vid, hasta aquel día en el que lo beba nuevo en el reino de Dios.
26. + Y habiendo cantado un himno, salieron al monte de los Olivos.
27. Y Jesús les dice, Esta noche todos se ofenderán por causa mía, pues está escrito, Heriré al pastor, y se esparcirán las ovejas.
28. Pero después de que me levante, delante de vosotros iré a Galilea.
29. Mas Pedro le dijo, Así todos se ofendan, aún yo no -lo haré-.
30. Y Jesús le dice, De verdad te digo, Que este día, -incluso- en esta noche, antes de que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces.
31. Pero más vehementemente él hablaba, Si debo morir contigo, de ninguna manera te voy a negar. Todos también decían de igual forma.
32. Y llegaron a un lugar, el cual se llamaba Getsemaní, y él le dice a sus discípulos, Sentaos acá, mientras oro.
33. Y toma con él a Pedro, a Santiago y a Juan, y comenzó a asombrarse sobremanera, y a apesadumbrarse muchísimo.
34. Y les dice a ellos. Mi alma está extremadamente apenada hasta la muerte; quedaos acá y vigilad.
35. Y se adelantó un poco, cayó al suelo, y oró que si fuera posible, pudiera la hora pasar de él.
36. Decía, Abba, Padre, todas las cosas -son- posibles para ti, quita esta copa de mi, sin embargo, no lo que yo quiera, sino lo que tú quieras.
37. Y viene él y los encuentra durmiendo, y le dice a Pedro, Simón, ¿duermes? ¿no pudiste vigilar una hora?
38. Vigilad y orad, no sea que entreis en tentación. El espíritu de verdad -está- listo, pero la carne -es- débil.
39. Y de nuevo se alejó, y oró diciendo las mismas palabras.
40. Y al volver los encontró de nuevo dormidos, (porque les pesaban sus ojos,) ellos tampoco supieron qué responderle.
41. Y la tercera vez él llega, y les dice, Seguid durmiendo ahora, y descansad; es suficiente, ha llegado la hora; mirad que el Hijo del hombre es traicionado -y puesto- en manos de los pecadores.
42. Levantaos, vamos; mirad que el que me traiciona está a la mano.
43. + Y de inmediato mientras aún hablaba, llega Judas, uno de los doce, y con él una gran multitud, de -parte de- los sumos sacerdotes, -de- los escribas y -de- los mayores, con espadas y palos.
44. Y el que lo traicionaba les había dado una señal, diciendo, A quien yo bese, ese mismo es él. cogedlo y lleváoslo con seguridad.
45. Y tan pronto hubo llegado, de inmediato va a -donde- él, y -le- dice, Maestro, maestro, y lo besó.
46. + Y echaron mano de él, y lo cogieron.
47. Y uno de ellos que -estaba- parado a su lado desenvainó una espada, e hirió a un criado del sumo sacerdote, cortándole su oreja.
48. Y Jesús respondió y les dijo, ¿Habéis salido como contra un ladrón, con espadas y palos para cogerme?
49. Diariamente estaba con vosotros en el templo enseñando, y no me cogisteis; pero las escrituras se deben cumplir.
50. Y todos ellos lo abandonaron y huyeron.
51. Y lo siguió cierto hombre joven, -que- tenía una tela de lino echada sobre -su cuerpo- desnudo; y los hombres jóvenes echaron mano de él;
52. Y él dejando la tela de lino, desnudo huyó de ellos.
53. + Y ellos se llevaron a Jesús -hasta- donde el sumo sacerdote; y con él estaban congregados todos los sumos sacerdotes, los mayores y los escribas.
54. Y Pedro lo siguió de lejos, aún hasta el palacio del sumo sacerdote; y se sentó con los criados, calentándose delante del fuego.
55. Y los sumos sacerdotes y todo el consejo buscaban testigos contra Jesús para sentenciarlo a muerte, y a nadie encontraban.
56. Pues muchos daban falsos testimonios en su contra, pero sus testimonios no concordaban.
57. Y alguien se levantó para dar falso testimonio contra él, diciendo,
58. Lo oímos decir, Destruiré este templo hecho a mano, y en tres días construiré otro no de mano.
59. Pero sus testimonios tampoco concordaban.
60. Y el sumo sacerdote se levantó en medio, y le preguntó a Jesús, diciendo, ¿No respondes nada? ¿Qué -es esto que- atestiguan en tu contra?
61. Pero Jesús guardó silencio y no respondió nada. El sumo sacerdote le preguntó de nuevo, diciéndole, ¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?
62. Y Jesús dijo, -Lo- soy; y veréis al Hijo del hombre, sentándose a la derecha del poder, y viniendo en las nubes del cielo.
63. Entonces el sumo sacerdote se rasgó sus ropas, y dice, ¿Qué otro testigo necesitamos?
64. Habéis oído la blasfemia: vosotros qué pensáis? Y todos ellos lo condenaron -como- culpable de muerte.
65. Y algunos comenzaron a escupirle, a cubrir su rostro, a abofetearlo, y a decirle, Profetiza; y los criados lo golpeaban con las palmas de sus manos.
66. + Y mientras Pedro estaba abajo en el palacio, llega una de las doncellas del sumo sacerdote,
67. Y cuando vio a Pedro calentándose, lo miró, y dijo, Y tú también estabas con Jesús de Nazaret.
68. Pero él -lo- negó diciendo, No sé ni entiendo lo que dices. Y salió al porche; y el gallo cantó.
69. Y lo vio de nuevo una muchacha, y comenzó a decirle a los que se paraban a su lado, Este es -uno- de ellos,
70. Y de nuevo lo negó. Y un poco después, los que se paraban a su lado le dijeron de nuevo a Pedro, Seguro que eres -uno- de ellos, porque eres Galileo, y tu habla lo muestra.
71. Pero él comenzó a maldecir y a jurar, -diciendo,- No conozco al hombre del que habláis.
72. Y cantó el gallo por segunda vez. Y Pedro trajo a -su- mente la palabra que Jesús le dijo, Antes de que cante el gallo dos veces me negarás tres veces. Y al pensar en ello, lloró.

Marcos 13

1. Y mientras salía del templo, uno de sus discípulos le dice, ¡Maestro, mira la clase de piedras y de edificios que -hay acá-!
2. Y Jesús respondiendo le dijo, ¿Ves todos estos grandes edificios? No quedará una piedra sobre otra, sin ser derribada.
3. Y estando sentado en el monte de los Olivos frente al templo, Pedro, Santiago, Juan y Andrés le preguntaron en privado,
4. Cuéntanos ¿cuándo pasarán estas cosas? Y qué señal -habrá- cuando todas estas cosas se hayan de cumplir?
5. Y Jesús respondiéndoles comenzó a decir, Cuidaos, no sea que algún -hombre- os engañe:
6. Porque muchos vendrán en mi nombre, diciendo, Yo soy -Cristo-; y a muchos engañarán.
7. Y cuando oigáis de guerras y rumores de guerras, no os atribuléis: pues- tales cosas- por cierto deben suceder; pero aún no -será- el fin.
8 . Ya que se levantará nación contra nación, y reino contra reino: habrá terremotos en diversos lugares, junto con hambrunas y tribulaciones; estos -son- comienzos de los dolores.
9. + Mas tened cuidado: porque os entregarán a los concilios; seréis golpeados en las sinagogas y seréis traídos ante reyes y gobernantes por causa mía, como testimonio ante ellos.
10. Y el evangelio debe publicarse primero entre todas las naciones.
11. Pero cuando -os- conduzcan y entreguen, no os preocupéis de antemano por lo que vayáis a hablar, ni meditéis con anterioridad: sino que lo que en esa hora se os dé, eso hablad: porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo.
12. Ahora el hermano a -su- hermano a la muerte entregará, el padre a -su- hijo; y los hijos se levantarán contra -sus- padres, y harán que los sentencien a muerte.
13. Y seréis odiados por todos los hombres a causa de mi nombre: pero el que resista hasta el fin, este mismo salvo será.
14. Mas cuando veáis la abominación de la desolación, de la que Daniel el profeta habló, erguida donde no debe -estar-, (que el que lea entienda,) entonces que los que estén en Judea huyan a las montañas:
15. Que el que esté en la azotea, a la casa no descienda, ni entre a sacar nada de la casa:
16. Y que el que esté en el campo de nuevo no se devuelva a llevar su vestidura.
17. ¡Pero ay de las que estén con niño, y de las que en esos días amamanten!
18. Y orad para que vuestra huida no sea en el invierno.
19. Porque -en- aquellos días habrá aflicción, cual no la hubo desde el comienzo de la Creación hecha por Dios hasta ese momento, ni tampoco -la- habrá.
20. Y si el Señor no acortara esos días, ninguna carne se podría salvar: mas por causa de los electos a quien él escogió, los días él acortó.
21. Y entonces si algún hombre os dijera, Mirad, aquí -está- Cristo; o, mirad, allí -está él-, no -le- creáis:
22. Porque falsos Cristos y falsos profetas se levantarán, dando a conocer señales y maravillas, para seducir, si fuera posible, a los mismos elegidos.
23. Pero tened cuidado: mirad que os he predicho todas las cosas.
24. + Mas en esos días, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá, la luna no dará su luz,
25. Las estrellas del cielo caerán, las potestades que hay en el cielo se estremecerán.
26. Y verán entonces al Hijo del hombre venir en las nubes con gran potestad y gloria.
27. Y entonces enviará a sus ángeles, a reunir -y- aunar a sus elegidos de los cuatro vientos, desde la parte más remota de la tierra a la más extrema del cielo.
28. Ahora bien, aprended de la higuera la parábola; Cuando su rama aún está tierna, y extiende -sus- hojas, sabéis que el verano se acerca:
29. Así vosotros de igual manera, cuando veáis suceder estas cosas, sabed que está cerca, sí, a las puertas.
30. De verdad os digo que esta generación no pasará, hasta que sean hechas todas estas cosas.
31. El cielo y la tierra pasarán: pero mis palabras no pasarán.
32. + Sin embargo ningún hombre conoce sobre aquel día y aquella hora, no, ni los ángeles que están en el cielo, ni siquiera el hijo, sino el Padre.
33. Prestad atención, vigilad y orad: pues no sabéis cuándo sea el momento.
34. -Porque el Hijo del Hombre es- como un hombre que hizo un largo viaje, se fue de su casa, dio autoridad a sus sirvientes, a cada hombre su trabajo, y mandó al portero vigilar.
35. Vigilad por tanto: porque no sabéis cuándo venga el maestro de la casa, -si- al atardecer, a la medianoche, al canto del gallo, o en la mañana:
36. No sea que al venir de repente, durmiendo os encuentre.
37. Y lo que a vosotros digo a todos digo, Vigilad.

Marcos 12

1. Y comenzó a hablarles por medio de parábolas. Un hombre plantó un viñedo, estableció una cerca a -su- alrededor, cavó el lagar y construyó una torre, -se- la dejó a -unos- agricultores y se fue a un país lejano.
2. Y en la época envió un sirviente a los agricultores, para poder recibir de los labradores el fruto del viñedo.
3. Y -lo- agarraron, lo golpearon y -lo- despidieron -con las manos- vacías.
4. De nuevo les envió otro criado, y le lanzaron piedras, -lo- hirieron en la cabeza. y lo despidieron -habiéndolo- tratado vergonzosamente.
5. De nuevo envió otro, y lo mataron, y a muchos otros. golpeando a algunos, y matando a otros.
6. Teniendo por tanto todavía a un hijo, a su bienamado, por último se lo envió diciendo, A mi hijo van a reverenciar.
7. Pero aquellos agricultores entre ellos se dijeron, Este es el heredero, matémoslo, y nuestra será la herencia.
8. Y lo tomaron, -lo- mataron, y del viñedo -lo- expulsaron.
9. ¿Qué hará por tanto el señor del viñedo? Vendrá y a los agricultores destruirá, y a otros el viñedo dará.
10. ¿No habéis leído esta escritura, La piedra que rechazaron los constructores cabeza de esquina se volvió.
11. Esto fue obra del Señor, y a nuestros ojos maravilloso es?
12. Y buscaban echar mano de él, pero al pueblo temían, pues sabían que había hablado la parábola contra ellos; y lo dejaron y se marcharon.
13. + Y le enviaron ciertos Fariseos y Herodianos, para atraparlo en -sus- palabras.
14. Y cuando habían llegado le dicen, Maestro, sabemos que eres veraz, y no te preocupa hombre -alguno-, pues no tomas en cuenta la persona de los hombre, sino que de verdad enseñas el camino de Dios: ¿Es legal darle tributo al César, o no?
15. ¿Debemos dar, o no dar? Pero él sabiendo de su hipocresía, les dijo, ¿Por qué me tentáis? Traedme un penique para poder verlo.
16. Se -lo- trajeron, y él les dice, ¿De quién -es- esta imagen e inscripción? Le dijeron, Del César.
17. Y Jesús respondiendo les dijo, Rendidle al César las cosas que del César son, y a Dios las cosas que de Dios son. Y se maravillaron de él.
18. + Llegan a él los Saduceos, los cuales dicen que no hay resurrección, y le preguntaron, diciendo,
19. Maestro, Moisés nos escribió, Si el hermano de un hombre muere y deja esposa sin hijos, que su hermano debe tomar su esposa, y a su hermano levantarle simiente.
20. Ahora bien, hubo siete hermanos, el primero tomó una esposa, y al morir no dejó simiente.
21. Y el segundo la tomó, y murió, sin dejar tampoco simiente alguna, igualmente el tercero.
22. Y los siete la tuvieron, sin dejar simiente; de último murió también la mujer.
23. Por tanto en la resurrección, cuando todos se levanten, ¿de cuál de ellos será esposa? Porque los siete la tomaron como esposa.
24. Y Jesús respondiendo les dijo, ¿No erráis debido a esto, al no conocer las escrituras y el poder de Dios?
25. Pues cuando se levanten de los muertos, no se casarán, ni se darán en matrimonio, sino que son como los ángeles que están en el cielo.
26. Y tocante a los muertos que se levantan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, cómo Dios le habló en el arbusto, diciendo, Yo el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob?
27. Él no es el Dios de los muertos, sino el Dios de los vivos; por eso erráis grandemente.
28. + Y vino uno de los escribas, y habiéndolos oído razonar juntos, y percibiendo que les había respondido bien, le preguntó, ¿Cuál es el primer mandamiento de todos?
23. Y Jesús le respondió. El primero de todos los mandamientos -es-, Oid, Oh Israel: El Señor nuestro Dios un Señor es;
30. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas; este es el primer mandamiento.
31. Y el segundo es similar a este, A tu vecino amarás como a ti mismo. No hay ningún otro mandamiento que supere estos.
32. Y el escriba le dijo, Bien, Maestro, has dicho la verdad, pues un Dios hay, y no hay ningún otro sino él.
33. Y amarlo a él con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma y con todas las fuerzas, y amar al vecino como a sí mismo es más que toda ofrenda y sacrificio quemados
34. Y al ver Jesús que él respondía discretamente, le dijo, No estás lejos del reino de Dios. Y ningún hombre después de aquello se atrevía a hacerle -pregunta alguna-.
35. + Y Jesús respondió y dijo mientras enseñaba en el templo, ¿Cómo dicen los escribas que Cristo es el Hijo de David?
36. Pues David mismo por el Espíritu Santo dijo, El SEÑOR dijo a my Señor, Siéntate a mi mano derecha hasta que yo haga de tus enemigos el banquillo de tus pies.
37. Por tanto David mismo lo llama Señor, ¿Y de dónde -entonces- él es su hijo? Y la gente común lo oía con alegría.
38. Y les dijo en la doctrina de él, Cuidaos de los escribas, a los cuales les encanta andar con ropas largas, y -aman- las salutaciones en los mercados,
39. Los principales asientos de las sinagogas, y los lugares más altos en las fiestas.
40. Quienes devoran las casas de las viudas, y como pretención hacen largas oraciones: estos recibirán mayor condenación.
41. Y Jesús se sentó al frente de la bóveda del tesoro, y observó cómo la gente echaba monedas a la bóveda; muchos de los que eran ricos echaban muchas.
42. Y llegó cierta viuda pobre, y echó dos blancas, las cuales hacen un cuarto.
43. Y llamó -a él- a sus discípulos, y les dice, De verdad os digo, Que esta pobre viuda ha echado más que todos los que en la bóveda han echado.
44. Porque de su abundancia todos echaron, mas ella de su escasez echó todo lo que tenía, incluso todo su sustento.

Marcos 11

1. Y cuando se acercaron a Jerusalén a Betfagé y a Betania, al monte de los Olivos, envía a dos de sus discípulos,
2. Y les dice, Marchaos al pueblo -que está- frente a vosotros, y tan pronto entréis, encontraréis atado a un borrico, en el que ningón hombre se -ha- sentado, desatadlo y traedlo.
3. Y si algún hombre os dice, ¿Por qué hacéis esto? decid que el Señor tiene necesidad de él, y al momento él acá lo enviará.
4. Y se marcharon, y encontraron al borrico atado al lado de la puerta externa, en un lugar en donde se unían dos caminos, y lo desatan.
5. Y algunos de ellos -que estaban- parados allí les dijeron, ¿Qué hacéis desatando el borrico?
6. Y ellos les dijeron así como Jesús había mandado, y los dejaron ir.
7. Y -le- trajeron el borrico a Jesús, echaron sus mantos sobre él, y él se sentó en él.
8. Y muchos extendíeron sus vestiduras en el camino; otros cortaron ramas de los árboles, y -las- esparcíeron en la carretera.
9. Y los que -los- precedían y los que -los- seguían gritaban diciendo, Hosana, Bendito -es- el que viene en el nombre del Señor;
10. Bendito el reino de nuestro padre David, que viene en el nombre del Señor, Hosana en las alturas.
11. Y Jesús entró a Jerusalén, y al templo; y habiendo mirado -a su- alrededor todas las cosas, el atardecer ya había llegado, -y- salió a Betania con los doce.
12. + Y en la mañana, cuando habían venido de Betania, tuvo hambre,
13. Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, llegó por si acaso pudiera encontrar alguna cosa en ella; y cuando llegó hasta ella, nada encontró solo hojas, porque -aún- no era el tiempo de higos.
14. Y Jesús respondió y le dijo a esta, Ningún hombre coma fruto de ti de aquí en adelante para siempre. Y sus discípulos -lo- oyeron.
15. + Y llegaron a Jerusalén, y Jesús entró al templo, y comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo, y tumbó las mesas de los cambistas de monedas, y los asientos de los que vendían palomas.
16. Y no dejaba que ningún hombre cargara vasija -alguna- en el templo.
17. Y enseñaba diciéndoles, ¿No está escrito, Mi casa será llamada por todas las naciones la casa de la oración? Pero vosotros la habéis hecho una cueva de ladrones.
18. Y los escribas y sumos sacerdotes -lo- oyeron, y buscaron cómo poder destruirlo, pues lo temían, ya que toda la gente quedaba atónita ante su doctrina.
19. Y cuando el atardecer hubo llegado, él salió de la ciudad.
20. + Y por la mañana, al pasar por el lado, vieron la higuera seca de raíz.
21. Y Pedro, llamando a la remembranza le dice, Maestro, mira que la higuera que maldijiste se marchitó.
22. Y Jesús respondiendo les dijo, Tened fe en Dios.
23. Pues de verdad os digo que quienquiera que le diga a esta montaña, Remuévete y lánzate al mar; y no dude en su corazón, sino crea que las cosas que dice van a pasar, aquello que diga lo tendrá.
24. Por eso os digo, Todas las cosas que deseéis, cuando oréis, creed que -las- recibís, y las tendréis.
25. Y cuando estéis de pie orando, perdonad, si tenéis algo contra alguien, para que vuestro Padre que está en el cielo también pueda perdonaros vuestras infracciones.
26. Pero si no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en el cielo perdona-rá- vuestras infracciones.
27. + Y llegan de nuevo a Jerusalén, y al estar caminando en el templo, vienen a él los sumos sacerdotes, junto con los escribas y los mayores,
28. Y le dicen, ¿Con qué autoridad haces tú estas cosas? ¿Y quién te dio la autoridad para hacer estas cosas?
29. Y Jesús respondió y les dijo, Yo también os voy a hacer una pregunta, y -si- me respondéis, os diré con qué autoridad hago estas cosas.
30. El bautismo de Juan, ¿Era del cielo, o de los hombres? Respondedme.
31. Y ellos razonaron entre ellos diciendo, Si decimos, Del cielo, va a decir, ¿Por qué entonces no le creisteis?
32. Pero si decimos, De los hombres; temían al pueblo, pues todos -los hombres- contaban que Juan era un profeta de verdad.
33. Y respondieron y -le- dijeron a Jesús, No -lo- podemos decir. Y Jesús respondiendo les dice, Tampoco os digo yo con qué autoridad hago estas cosas.