Apocalipsis 3

1. Y al ángel de la congregación de Sardis escríbe-le- -lo siguiente-: Estas cosas dice el que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto.
2. Estad alerta, y fortalece las cosas que quedan, -y- que están prestas a morir, pues no he encontrado tus obras perfectas delante de Dios.
3. Recuerda por tanto cómo recibiste y oíste, y aférrate firmemente arrepintiéndote. Si no vigilas por tanto, llegaré a tí como un ladrón, y no sabrás a qué horas vendré sobre tí.
4. Sin embargo tienes unos cuantos nombres en Sardis que no han contaminado sus prendas, y van a andar conmigo de blanco, porque son dignos.
5. Al mismo que venza, lo vestirán con atavíos blancos, y su nombre no lo borraré del libro de la vida, sino que lo confesaré delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.
6. El que preste oído que oiga lo que el Espíritu le dice a las congregaciones.
7. Y al ángel de la congregación de Filadelfia escríbe-le- -lo siguiente-: Estas cosas dice aquel que es santo, que es verdadero, que tiene la llave de David, que abre y ningún hombre cierra, y que cierra y ningún hombre abre:
8. Yo conozco tus obras, mira que he colocado delante tuyo una puerta abierta, y ningún hombre la puede cerrar, pues tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre.
9. Mira que haré de los de la sinagoga de Satanás, que dicen ser Judíos, y no lo son, sino que mienten, mira que haré que vengan y adoren delante de tus pies, y sepan que yo te he amado.
10. Debido a que has guardado la palabra de mi paciencia, también te guardaré de la hora de la tentación, que vendrá sobre todo el mundo, para probar a los que moran sobre la tierra.
11. Fíjate que yo vengo de repente; agarra aquello que tienes con firmeza, para que ningún hombre atrape tu corona.
12. Al que venza -lo- haré un pilar en el templo de mi Dios, y no saldrá más, y en él escribiré el nombre de mi Dios, y de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, que llega del cielo de mi Dios, y -también escribiré en él- mi nuevo nombre.
13. El que preste oído oiga lo que el Espíritu le dice a las congregaciones.
14. Y al ángel de la congregación de los Laodiceanos escríbe-le- -lo siguiente-: Estas cosas dice el Amén, el testigo fiel y verdadero, el comienzo de la creación de Dios:
15. Yo conozco tus obras, que no eres ni frío ni caliente; quisiera que fueras frío o caliente.
16. Por eso entonces como eres tibio, y ni frío ni caliente, de mi boca te vomitaré.
17. Debido a que dices, Soy rico, y -estoy- lleno de bienes, y no tengo necesidad de nada, sin saber que eres un desdichado, un pobre, un miserable, un ciego y un desarropado.
18. Te aconsejo que me compres oro tratado en el fuego, para poder hacerte rico, y un atavío blanco, para que te puedas vestir, y no aparezca la vergüenza de tu desnudez, y unjas tus ojos con colirio, para que puedas ver.
19. A cuantos amo, reprendo y castigo; sé por ello cuidadoso y arrepiéntete.
20. Mira que estoy de pie a la puerta, y toco, si algún hombre oye mi voz, y abre la puerta, entraré a él, cenaré con él, y él conmigo.
21. Al que venza le concederé que se siente conmigo en mi trono, así como también yo vencí, y me he establecido con mi Padre en su trono.
22. El que preste oído oiga lo que el Espíritu le dice a las congregaciones.

Apocalipsis 2

1. Al ángel de la congregación de Éfeso escríbe-le- -lo siguiente-: Estas cosas dice el que sostiene las siete estrellas en su mano derecha, quien anda en medio de los siete candelabros de oro,
2. Yo conozco tus obras, tu labor, y tu paciencia, cómo no puedes soportar a los que son malos; has probado a los que dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has encontrado mentirosos,
3. Y has soportado -dificultades-, y tienes paciencia, laborando por amor a mi nombre, y sin desfallecer.
4. Sin embargo tengo contra tí, que has dejado tu primer amor.
5. Acuérdate por tanto en dónde caiste, y arrepiéntete, -volviendo a- hacer las primeras obras, no sea que de pronto llegue a tí, y remueva tu candelabro de su lugar, a menos que te arrepientas.
6. Pero tú tienes lo siguiente, que odias las obras de los Nicolaítas, cosa que yo también hago.
7. El que preste oído oiga lo que el Espíritu le dice a las congregaciones: A aquel que venza -le- daré a comer del árbol de la vida, el cual está en la mitad del paraíso de Dios.
8. Y al ángel de la congregación de Esmirna escríbe-le- -lo siguiente-: Estas cosas dice el primero y el último, el cual estuvo muerto, y está vivo:
9. Yo conozco tus obras, y -tu- tribulación, y pobreza, (aunque eres rico) y la blasfemia de los que dicen ser Judíos, y no lo son, más bien -son- la sinagoga de Satanás.
10. No temas ninguna de aquellas cosas que vas a sufrir: mira que el diablo echará a -algunos- de vosotros a la prisión, para que podáis ser probados, y tendréis tribulación por diez días; sé fiel hasta la muerte, y una corona de vida te daré.
11. El que preste oído oiga lo que el Espíritu le dice las congregaciones: El que venza no será dañado por la segunda muerte.
12. Y al ángel de la congregación de Pérgamo escríbe-le- -lo siguiente-: Estas cosas dice aquel que tiene la filuda espada de doble filo:
13. Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde -está- el -mismo- asiento de Satanás; y tú te aferras con firmeza a mi nombre, sin haber negado mi fe, aún en aquellos días en los que Antipas -fue- mi fiel mártir, muerto entre vosotros, en donde mora Satanás.
14. Pero tengo unas cuantas cosas en tu contra, ya que tienes allí a los que sostienen la doctrina de Balaam, quien le enseñó a Balac a arrojar una piedra de tropiezo delante de los hijos de Israel, a comer cosas sacrificadas para los ídolos, y a cometer fornicación.
15. Así también tienes a los que sostienen la doctrina de los Nicolaítas, cosa que yo odio.
16. Arrepiéntete, o de otra forma llegaré a tí de repente, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca.
17. El que presste oído oiga lo que el Espíritu le dice a las congregaciones: Al que venza le daré a comer del maná escondido, y le otorgaré una piedra blanca, y en la piedra escrito un nuevo nombre, el cual ningún hombre conoce, salvo el que -lo- recibe.
18. Y al ángel de la congregación de Tiatira escríbe-le- -lo siguiente-: estas cosas dice el Hijo de Dios, quien tiene ojos como llamas de fuego, y sus pies -son- como bronce fino:
19. Yo conozco tus obras, tu amor verdadero, servicio, fe y paciencia, también tus acciones; y las últimas -que son- más -numerosas- que las primeras.
20. No obstante lo anterior tengo unas cuantas cosas en contra tuya, y es que dejas que esa mujer Jezabel, la cual se llama a sí misma profetiza, enseñe y seduzca a mis siervos a cometer fornicación, y a comer cosas sacrificadas para los ídolos.
21. Y le dí lugar a arrepentirse de su fornicación, y no se arrepintió.
22. Mira que la arrojaré a la cama, y a los que cometen adulterio con ella a una tribulación grande, a no ser que se arrepientan de sus hechos.
23. Y heriré de muerte a sus hijos, y todas las congregaciones sabrán que yo soy quien indaga los motivos y los corazones, y a cada uno le daré de acuerdo a sus obras.
24. Pero a vosotros os digo y al resto en Tiatira, de cuantos no tengan esta doctrina, ni hayan conocido las profundidades de Satanás, como dicen ellos, No pondré sobre vosotros ninguna otra carga.
25. Pero aferraos con firmeza a aquello que -ya- tenéis hasta que yo llegue.
26. Y al que venza, y guarde mis obras hasta el fin, a él le daré poder sobre las naciones,
27. Y las gobernará con vara de hierro, como vasijas de barro se quebrarán en pedacitos, así como -lo- recibí de mi Padre.
28. Y le daré la estrella matutina.
29. El que preste oído oiga lo que el Espíritu le dice a las congregaciones.

Apocalipsis 1

1. La Revelación de Jesucristo, que Dios le dió, para darle a conocer a sus siervos las cosas que deben acontecer en corto tiempo, y -la- envió y -la- dió a entender por su ángel a su siervo Juan;
2. Quien deja registro de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que vió.
3. Bendito el que lea y los que oigan las palabras de esta profecía, y guarden aquellas cosas que están escritas acá, porque el tiempo se acerca.
4. Juan a las siete congregaciones que están en Asia; -Que- la Gracia -llegue- a vosotros, junto con la paz, de aquel que es, que era, y que está por venir, de los siete Espíritus que están delante de su trono;
5. Y de Jesucristo, el testigo fiel, el primer engendrado de los muertos, y el príncipe de los reyes de la tierra. A aquel que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados en su misma sangre,
6. Y nos ha hecho reyes y sacerdotes para Dios y su Padre; a él -sea- la gloria y el dominio por siempre jamás. Amén.
7. Mirad que viene con las nubes, y lo verá todo ojo, y -también- los que lo traspasaron, y todas las familias de la tierra se lamentarán a causa de él. Así será, Amén.
8. Yo soy el Alfa y la Omega, el comienzo y el fin, dice el Señor, el cual es, el cual era. Y el cual está por venir, el Todopoderoso.
9. Yo Juan, quien también soy vuestro hermano, y compañero en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por la palabra de Dios, y por el testimonio de Jesucristo.
10. Estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás mío una voz fuerte, como de trompeta,
11. Diciendo, Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último; y Lo que veas, escríbe-lo- en un libro, y envía-lo- a las siete congregaciones las cuales están en Asia; a Éfeso, a Esmirna, a Pérgamo, a Tiatira, a Sardis, a Filadelfia, y a Laodicea.
12. Y me volví para ver la voz que me hablaba, Y al voltearme, ví siete candelabros de oro;
13. Y en el medio de los siete candelabros -uno- como el Hijo del hombre, vestido con una prenda que bajaba hasta los pies, y ajustada a su pecho con un ceñidor dorado.
14. Su cabeza y -sus- cabellos blancos como la lana, -y- la nieve, sus ojos como llamas de fuego,
15. Sus pies parecidos a bronce fino, como quemados en horno, y su voz como -si fuera- el sonido de muchas aguas.
16. Y tenía en su mano derecha siete estrellas, de su boca salía una espada con doble filo, y su semblante como el sol -cuando- brilla en su fuerza.
17. Y cuando lo ví, caí como muerto a sus pies. Y él puso su mano derecha sobre mí, diciéndome, No temas, Yo soy el primero y el último;
18. Yo -Soy- el que vive, y estuvo muerto y mira que estoy vivo por la eternidad, Amén; y tengo las llaves del infierno y de la muerte.
19. Escribe las cosas que has visto, las cosas que son, y las cosas que serán de aquí en adelante;
20. El misterio de las siete estrellas que viste en mi mano derecha, y de los siete candeleros de oro -es éste-, Las siete estrellas son los ángeles de las siete congregaciones, y los siete candelabros que viste son las siete congregaciones.

Isaías 66

1. Así dice el SEÑOR, el cielo -es- mi trono, y la tierra el banquillo de mis pies, ¿dónde -está- la casa que me construís? ¿y dónde el palacio de mi descanso?
2. Porque todas esas -cosas- las hizo mi mano, y todas esas -cosas- han sido, dice el SEÑOR, más bien a este -hombre- miraré, -aún al que es- pobre y de un espíritu contrito, y tiemble ante mi palabra.
3. El que mata un buey -es como si- matara un hombre, el que sacrifica un cordero, -como si- le cortara el cuello a un perro; el que ofrece una oblación, -como si ofreciera- sangre de puerco; el que quema incienso, -como si- bendijera a un ídolo. Sí, escogieron sus propios caminos, y en sus abominaciones se deleita su alma.
4. Yo también escogeré sus engaños, y sus temores traeré sobre ellos, porque cuando llamé, nadie respondió, cuando hablé, no oyeron, sino que hicieron el mal ante mis ojos, y escogieron -aquello- en lo que no me deleitaba.
5. + Oíd la palabra del SEÑOR, vosotros los que tembláis ante su palabra: Vuestros hermanos que os odiaron, que por causa de mi nombre os expulsaron, dicen, Que el SEÑOR se glorifique, pero para vuestro gozo él aparecerá, y ellos se avergonzarán.
6. Una voz de ruido desde la ciudad, una voz desde el templo, una voz del SEÑOR -se oye- entregándoles el pago a sus enemigos.
7. Antes de que ella trabajara en parto, dio a luz, antes de que el dolor le viniera, parió un niño hombre.
8. ¿Quién ha oído tal cosa? ¿quién ha visto semejantes sucesos? Será hecha la tierra para en un día dar a luz? ¿-o- nacerá en un instante una nación? Porque tan pronto como Sion en parto laboró, a sus hijos dio a luz.
9. ¿Llevaré al nacimiento, y no haré dar a luz? Dice el SEÑOR, ¿Haré dar a luz, cerrando -el vientre-? Dice tu Dios.
10. Regocijaos con Jerusalén, y alegraos con ella, todos vosotros los que la amáis, regocijaos de júbilo con ella, todos vosotros los que os lamentáis por ella,
11. Para que podáis chupar y satisfaceros con los pechos de sus consolaciones, para que podáis tomar leche y deleitaros con la abundancia de su gloria.
12. Porque esto dice el SEÑOR, He aquí que le extenderé a ella paz como un río, y la gloria de los Gentiles como un continuo arroyo, entonces chuparéis, sobre -los- costados de ella seréis cargados, y sobre -sus- rodillas jugueteados.
13. Como a alguien a quien su madre consuela, así os consolaré, y en Jerusalén seréis consolados.
14. Y cuando -esto- veáis se regocijará vuestro corazón, y vuestros huesos como la hierba reverdecerán, y la mano del SEÑOR hacia sus siervos se conocerá, junto con -su- indignación hacia sus enemigos.
15. Pues he aquí que el SEÑOR vendrá con fuego, y con sus carruajes como un remolino, para entregar su enojo con furia, y su reprensión con llamas de fuego.
16. Ya que con fuego y con su espada el SEÑOR con toda carne pleiteará, y los muertos por el SEÑOR muchos serán.
17. Los que se santifican y se purifican en medio de los jardines detrás de un -árbol- en la mitad, comiendo carne de puerco, la abominación y ratón, a una serán consumidos, dice el SEÑOR.
18. Pues -conozco- sus obras y sus pensamientos; Acontecerá que reuniré a todas las naciones y lenguas, y vendrán y verán mi gloria.
19. Y entre ellos estableceré una señal, y enviaré a aquellos que de ellos escapen a las naciones, -a- Tarsis, Pul y Lud que manejan el arco, a Tubal y a Javán, -a- las islas de las lejanías que no hayan oído de mi fama, ni hayan visto mi gloria, y entre los Gentiles declararán mi gloria.
20. Y traerán a todos vuestros hermanos -como- una ofrenda para el SEÑOR de todas las naciones en caballos, en carruajes, en literas, en mulas y en veloces bestias, a Jerusalén mi montaña santa, dice el SEÑOR, como los hijos de Israel traen una ofrenda en una vasija limpia a la casa del SEÑOR.
21. Y además tomaré de ellos para sacerdotes -y- para Levitas, dice el SEÑOR.
22. Porque como los nuevos cielos y la nueva tierra que yo haré van a permanecer delante de mí, dice el SEÑOR, así vuestra simiente y vuestro nombre permanecerán.
23. Y acontecerá -que- de una luna nueva a la otra, y de un sabat al otro, toda carne ante mí vendrá a adorar, dice el SEÑOR.
24. Y saldrán y mirarán los cadáveres de los hombres que transgredieron en mi contra, pues su gusano no morirá, ni su fuego se calmará, y serán aborrecibles para toda carne.

Tomado de la SANTA BIBLIA King James
Vertida al Español (KJVE)
Por Héctor Darío Medina

Isaías


Enero de 2025

Isaías 65

1. Me buscan -los que- no -me- preguntaban, -y- me encuentran -los que- no me buscaban; le dije, Miradme, miradme, a una nación -que- por mi nombre no se llamaba.
2. He extendido mis manos todo el día a un pueblo rebelde, el cual anda en un camino no bueno, detrás de sus pensamientos;
3. Un pueblo que delante de mi rostro me provoca a enojo de continuo, que hace sacrificios en jardines, y quema incienso en altares de ladrillo;
4. Que permanece entre los sepulcros, y se aloja en los monumentos, que come carne de cerdo, y -en- sus vasijas -hay- caldos de abominables -cosas-.
5. Que dicen, Quédate solo, no te me acerques, pues soy más santo que tú. -Son- un humo para mis narices, un fuego que arde todo el día.
6. Mirad que delante mío -está- escrito, No guardaré silencio, sino que pagaré, sí, en su seno les pagaré,
7. Vuestras iniquidades, junto con las iniquidades de vuestros padres, dice el SEÑOR, los cuales quemaron incienso en las montañas, y me blasfemaron en las colinas, por tanto con medida les devolveré en su seno su trabajo antiguo.
8. + Esto dice el SEÑOR, Como el vino nuevo se encuentra en el racimo, y -alguien- dice, No lo destruyas, porque en él -hay- una bendición, así haré por amor a mis siervos, para así no destruirlos a todos.
9. Y sacaré una simiente de Jacob, y de Judá un heredero de mis montañas, mis elegidos la heredarán, y mis siervos allí habitarán.
10. Y Sarón un redil para rebaños será, y el valle de Acor un un lugar donde se echen las manadas, para el pueblo mío que me ha buscado.
11. + Pero vosotros -sois- los que abandonan al SEÑOR, que se olvidan de mi montaña santa, que alistan una mesa para aquella tropa, y arreglan la ofrenda de bebidas para ese número -de personas-.
12. Por tanto os enumeraré a -pasar por- la espada, y todos os postraréis para la matanza, pues cuando llamé, no respondisteis, cuando hablé no oisteis, mas bien hicisteis el mal delante de mis ojos, y escogisteis -lo- que no me deleitaba.
13. Por eso así dice el Señor DIOS, Mirad que mis siervos comerán, pero vosotros con hambre estaréis, mirad que mis siervos beberán, pero vosotros con sed quedaréis, mirad que mis siervos se regocijarán, pero vosotros avergonzados seréis.
14. Mirad que mis siervos cantarán con gozo en el corazón, mas con pena en el corazón vosotros lloraréis, y del fastidio en el espíritu aullaréis.
15. Y dejaréis vuestro nombre como una maldición para mis escogidos, pues el Señor DIOS te matará, y a sus siervos por otro nombre llamará;
16. Para que en la tierra el que se bendiga a sí mismo en el Dios de la verdad se va a bendecir, y el que en la tierra jure, por el Dios de la verdad va a jurar, porque los anteriores problemas se olvidaron y de mis ojos se escondieron.
17. + Pues he aquí que yo creo nuevos cielos y una nueva tierra, y lo anterior no se recordará -más-, ni a la mente vendrá.
18. Pero alegraos y regocijaos para siempre -en aquello- que yo creo, porque he aquí que yo creo a Jerusalén -haciendo de ella- un regocijo, y -de- su gente un gozo.
19. Y en Jerusalén me regocijaré, y en mi pueblo me gozaré, y en ella no se oirá más la voz del llanto, ni la voz del clamor.
20. No habrá allí más infante de días, ni hombre viejo que no hayan llenado sus días, pues con cien años el niño morirá, aunque el pecador de cien años de edad maldecido será.
21. Y edificarán casas, y -las- habitarán, plantarán viñedos, y de su fruto comerán.
22. No construirán -para que- otro habite, -para que- otro coma no plantarán, porque como los días de un árbol, los días de mi pueblo -serán-, y mis elegidos por largo -rato- la obra de sus manos disfrutarán.
23. En vano no laborarán, ni darán a luz para turbación, pues -son- la simiente de los benditos del SEÑOR, y sus renuevos con ellos.
24. Y sucederá que antes de que llamen responderé, y mientras aún estén hablando oiré.
25. El lobo y el cordero juntos pastarán, y el león como el buey paja comerá, y la comida de la serpiente polvo -será-. En toda mi montaña santa no van a destruir, ni daño -alguno- harán, dice el SEÑOR.

Isaías 64

1. ¡Oh que rasgaras los cielos, que descendieras, que las montañas se derritieran ante tu presencia,
2. Como -cuando- arde el fuego consumidor, el fuego hace hervir las aguas, para hacer conocer tu nombre a tus adversarios, -para que- las naciones puedan temblar ante tu presencia!
3. Cuando hiciste cosas temibles -que- no esperábamos, descendiste, las montañas se fundieron ante tu presencia.
4. Porque desde el comienzo del mundo -los hombres- no han escuchado, ni oído -ha- percibido, ni ojo ha visto, además de ti, Oh Dios, -lo que- él ha preparado para el que lo aguarda.
5. Sales al encuentro de aquel que se regocija y obra justicia, de -aquellos que- te recuerdan en tus caminos; he aquí, que airado estás, porque pecamos, -mas- hay continuidad en aquellos -caminos-, y salvados seremos.
6. Pero todos somos como una suciedad, y todas nuestras justicias -son- como trapos asquerosos, todos nosotros como hojas nos marchitamos, y nuestras iniquidades nos han llevado como el viento.
7. Y nadie -hay- que invoque tu nombre, que se conmueva para aferrarse a ti, pues escondiste tu rostro de nosotros, y nos consumiste a causa de nuestras iniquidades.
8. Pero ahora pues, Oh SEÑOR, tú -eres- nuestro padre, nosotros -somos- el barro, y tú nuestro alfarero, y todos -somos- la obra de tu mano.
9. + No te aíres sobremanera, Oh SEÑOR, ni te acuerdes por siempre de la iniquidad, observa -y- mira te imploramos, -somos- todos tu pueblo..
10. Tus santas ciudades son un yermo, Sion es un yermo, Jerusalén una desolación.
11. Nuestra santa y hermosa casa, en donde nuestros padres te alababan, ha sido quemada con fuego, y todas nuestras cosas preciosas yacen en escombros.
12. ¿Vas a refrenarte ante estas -cosas-, Oh SEÑOR? ¿ a guardar silencio, y a afligirnos sobremanera?

Isaías 63

1. ¿Quién -es- este que viene de Edom, con prendas teñidas de Bosra? ¿este glorioso en su atuendo que viaja en la grandeza de su fuerza? Yo, que hablo en justicia, poderoso para salvar.
2. ¿Por qué -está- rojo tu atuendo, y tus vestidos como -del- que pisa el lagar?
3. He pisado sólo el lagar, y conmigo nadie del pueblo -estaba-, pues en mi enojo los pisaré, y los aplastaré en mi furia, y su sangre salpicará mis vestiduras, y mancharé todo mi atavío.
4. Pues el día de la venganza -está- en mi corazón, y ha llegado el año de mis redimidos.
5. Y miré y -no había- nadie que ayudara, y me maravillé que -no hubiera- nadie que apoyara; por ello mi propio brazo me trajo salvación, y mi furia, esta me sostuvo.
6. Y en mi enojo aplastaré a la gente, y en mi furia los emborracharé, y su fuerza a tierra la abatiré.
7. + Las dulces amabilidades del SEÑOR mencionaré, -y- del SEÑOR sus alabanzas, conforme a todo lo que el SEÑOR nos ha concedido, y la gran bondad para con la casa de Israel, la cual ha derramado sobre ellos de acuerdo a sus misericordias y de acuerdo a la multitud de sus dulces amabilidades.
8. Pues él dijo, Seguro que -son- mi pueblo, hijos -que- no van a mentir, fue entonces su Salvador.
9. En todas sus aflicciones se dolió, y el ángel de su presencia los salvó; con amor y con lástima los redimió, los soportó, y los cargó todos los días de antaño.
10. + Pero se rebelaron, y afligieron su santo Espíritu, por eso él se volvió su enemigo, -y- contra ellos peleó.
11. Luego recordó los días de antaño, a Moisés, -y- a su pueblo; -diciendo,- ¿Dónde -está- el que los sacó del mar con el pastor de su rebaño? ¿Dónde -está el que dentro de él puso su santo Espíritu?
12. ¿-el- que -los- guió con la mano derecha de Moisés -y- con su glorioso brazo, al dividir las aguas ante ellos, para hacerse un nombre perpetuo?
13. ¿Que los guió por entre las profundidades, como -un- caballo en el desierto -para que- no tropezaran?
14. Como una bestia al descender al valle, el Espíritu del Señor lo hizo reposar; así dirigiste a tu pueblo, para hacerte un glorioso nombre.
15. + Mira desde el cielo, y observa desde la habitación de tu gloria y de tu santidad, ¿Tu celo y tu fuerza dónde -están-, el sonido de tus entrañas y de tus misericordias para conmigo?¿Retenidas están?
16. Sin duda -eres- nuestro padre, así Abraham nos ignore, e Israel no nos reconozca, tú Oh SEÑOR, nuestro padre -eres-, nuestro redentor, tu nombre desde siempre -es-.
17. + Oh SEÑOR, ¿Por qué hiciste que tus caminos erráramos, -y- endureciste nuestro corazón -alejándolo- de tu temor? Por amor a tus siervos, retorna -a- las tribus de tu herencia.
18. El pueblo de tu santidad -la- poseyó pero por un rato, nuestros adversarios tu santuario han pisoteado.
19. -Tuyos- somos, nunca gobernaste sobre ellos, por tu nombre no se llamaron.

Isaías 62

1. Por amor a Sion no callaré, y por amor a Jerusalén no descansaré, hasta que su justicia salga cual resplandor, y arda como una lámpara su salvación.
2. Y los Gentiles verán tu justicia, y todos los reyes tu gloria, y te llamarán con un nuevo nombre por la boca del SEÑOR asignado.
3. También serás en las manos del SEÑOR una corona de gloria, y una diadema real en la mano de tu Dios.
4. No te dirán más Abandonada, ni a tu tierra Desolada, sino que te llamarán Hefzibá, y a tu tierra Beula, porque el SEÑOR en ti se deleita, y se desposará tu tierra.
5. + Pues -como- un joven se desposa con una virgen, -también- tus hijos se desposarán contigo y -como- el novio se regocija sobre la novia, -de igual manera- tu Dios se regocijará sobre ti.
6. Puse vigías sobre tus muros, Oh Jerusalén, -los cuales- nunca callarán ni de día ni de noche, vosotros los que hacéis mención del SEÑOR, no os quedéis en silencio,
7. Ni reposo a él le deis, hasta que establezca a Jerusalén, y la haga una alabanza en la tierra.
8. El SEÑOR ha hurado por su mano derecha, y por el brazo de su fuerza, Por seguro no voy a dar tu grano -por- comida a tus enemigos, y los hijos del extranjero no se beberán tu vino, por el cual laboraste,
9. Sino que -los que- lo consuman serán los que lo recogieron, y alaben al SEÑOR, y los que lo hayan traído y aunado, en las cortes de mi santidad lo beberán.
10. Pasad, por los portones pasad, -y- el camino al pueblo preparad; echad la carretera, echad, sacad y reunid las piedras, un estandarte para el pueblo enarbolad.
11. He aquí que hasta el confín del mundo el SEÑOR ha proclamado, Decidle a la hija de Sion, Mira que tu salvación viene, observa cómo su recompensa -está- con él, y su obra lo antecede.
12. Y los llamarán, La gente santa, Los redimidos del Señor, y a ti te llamarán, Solicitada, Ciudad no desamparada.

Isaías 61

1. El Espíritu del Señor DIOS -está- sobre mí, pues el SEÑOR me ha ungido para predicarle buenas nuevas a los sencillos; me ha enviado a vendar a los quebrantados de corazón, a los cautivos proclamar libertad, y a -los- reos abrir la prisión.
2. A proclamar el año aceptado por el SEÑOR, y el día de venganza de nuestro Dios, a consolar a todos los afligidos,
3. A escoger a los que lloran en Sion, para darles belleza en lugar de cenizas, el aceite del gozo en lugar de lamentos, la vestidura de la alabanza en lugar del espíritu de pesadumbre, y así árboles de justicia se puedan llamar, el plantío del SEÑOR, para que él pueda ser glorificado.
4. + Y los antiguos desechos edificarán, levantarán las anteriores desolaciones, y las ciudades en escombros repararán, a las desolaciones de muchas generaciones.
5. Y los extranjeros se levantarán y alimentarán a tus rebaños, y los hijos de los ajenos tus agricultores y viñadores -serán-.
6. Pero a vosotros os nombrarán los Sacerdotes del SEÑOR, os llamarán -los hombres-, los Ministros de nuestro Dios; las riquezas de los Gentiles consumiréis, y en la gloria de ellos os alardearéis.
7. + A cambio de vuestra vergüenza el doble -tendreís-, y -en lugar de- confusión, en su porción se regocijarán, por tanto el doble en su tierra poseerán, gozo eterno para ellos habrá.
8. Porque a mí el SEÑOR me encanta el juicio, detesto que cambien por ofrendas quemadas el robo; su trabajo en la verdad dirigiré, y un convenio perpetuo con ellos haré.
9. Su simiente entre los Gentiles, conocida será, y entre los pueblos su descendencia, -pues- todos los que los vean los reconocerán como la simiente bendecida por el SEÑOR.
10. Extremadamente me regocijaré en el SEÑOR, mi alma se gozará en mi Dios, porque con prendas de salvación me vistió, con el manto de la justicia me cubrió, cual novio -que se- arregla con ornatos, o novia -que se- adorna con sus joyas.
11. Pues como la tierra produce sus capullos, y como el jardín hace que lo que se le siembre en él retoñe, así el Señor DIOS hará que la justicia y la alabanza broten en la presencia de todas las naciones.

Isaías 60

1. Álzate, -y- brilla, porque llegó tu luz, y la gloria del SEÑOR se ha levantado sobre ti.
2. Pues mira que las tinieblas cubrirán la tierra, y a las gentes espesas oscuridades, pero el SEÑOR se alzará sobre ti, y sobre ti sera vista su gloria.
3. Y los Gentiles se acercarán a tu luz, y los reyes al resplandor de tu salida.
4. Levanta tus ojos, y mira a tu alrededor, -que- todos ellos se reúnen -y- vienen a ti, tus hijos de lejos vendrán, y tus hijas a -tu- lado amamantadas serán.
5. Entonces verás, y a una fluirás, y tu corazón temerá, y se ensanchará, porque la abundancia del mar a ti se volverá, las fuerzas de los Gentiles a ti vendrán.
6. Multitudes de camellos te cubrirán, los dromedarios de Madián y Efa, todos los de Saba vendrán, oro e incienso traerán, y las alabanzas del SEÑOR proclamarán.
7. Todos los rebaños de Kedar para ti se reunirán, los carneros de Nebaiot te servirán, con aceptación subirán a mi altar, y la casa de mi gloria voy a glorificar.
8. ¿Quiénes -son- estos -que- vuelan cual nube, y cual palomas a sus ventanas?
9. Por seguro que las islas en mí aguardarán, y los barcos de Tarsis -serán los- primeros en traer tus hijos desde lejos, su plata y su oro con ellos, para el nombre del SEÑOR tu Dios, y para el Santo de Israel, porque él te ha glorificado.
10. Y los hijos de los extranjeros tus muros edificarán, y sus reyes te servirán, porque por mi ira te herí, pero por mi favor he tenido misericordia de ti.
11. Por eso tus portones estarán de continuo abiertos, ni de día ni de noche se cerrarán, para que las fuerzas de los Gentiles -los hombres- te puedan traer, y sus reyes -se puedan- acercar.
12. Ya que la nación y el reino que no te sirva perecerá; sí, -esas- naciones totalmente desechadas serán.
13. La gloria del Líbano a ti llegará, el higo y el pino, junto con el boje, para el lugar de mi santuario hermosear, y al lugar de mis pies glorioso haré.
14. También los hijos de los que te afligieron inclinados llegarán a ti, y todos los que te despreciaron se postrarán ante las plantas de tus pies, La ciudad del SEÑOR, La Sion del Santo de Israel, te llamarán.
15. Así como desamparada y odiada fuiste, tanto que ningún hombre pasaba por en medio de -ti-, una excelencia eterna de ti haré, el gozo para muchas generaciones.
16. Chuparás también la leche de los Gentiles, y los pechos de los reyes chuparás, y sabrás que yo el SEÑOR -soy- tu Salvador y tu Redentor, el Poderoso de Jacob.
17. A cambio de bronce oro traeré, a cambio de hierro plata llevaré, bronce a cambio de madera, y a cambio de piedras hierro; además haré -que- tus administradores -sean- la paz, y tus supervisores la justicia.
18. No se oirá más de violencia en tu tierra, ni daño o destrucción dentro de tus fronteras, sino que a tus muros llamarás Salvación, y Alabanza a tus puertas.
19. El sol no hará más de luz para ti en el día, tampoco te alumbrará el brillo de la luna, sino que el SEÑOR te será de luz perpetua, y tu Dios tu gloria.
20. Tu sol no se ocultará más, ni se retirará tu luna, porque el SEÑOR será tu eterna luz, y los días de tu aflicción habrán terminado.
21. Tu pueblo, -ellos- todos también -serán- justos, para siempre la tierra heredarán, la rama de mi plantío, la obra de mis manos, para que yo pueda ser glorificado.
22. Un pequeño en mil se convertirá, y un chiquillo en una fuerte nación; en su momento yo el SEÑOR lo apresuraré.