Daniel 7

1. En el primer año de Belsasar rey de Babilonia, Daniel tuvo un sueño y visiones en su cabeza -estando- en su cama; luego escribió el sueño, y contó el resumen de los asuntos.
2. Daniel habló y dijo, Veía en mi visión por la noche, y, he aquí que los cuatro vientos del cielo peleaban sobre el gran mar.
3. Y cuatro grandes bestias salieron del mar, diferentes entre ellas.
4. La primera -era- como un león, y tenía alas de águila; Contemplé hasta que sus alas fueron arrancadas, fue levantada de la tierra, como un hombre se paró sobre sus pies, y le fue dado corazón de hombre.
5. Y contemplé otra bestia, la segunda, parecida a un oso, que se levantaba sobre un lado, y -tenía- tres costillas en su boca entre los dientes; y le dijeron así, Levántate -a- devorar mucha carne.
6. Después de esto contemplé, y he aquí otra, parecida a un leopardo, la cual tenía a sus espaldas cuatro alas de ave; la bestia además tenía cuatro cabezas, y le fue dado dominio.
7. Depués de esto, veía en las visiones de la noche y he aquí una cuarta bestia, temible, pavorosa, y extraordinariamente fuerte, que tenía grandes dientes de hierro, devoraba, rompía, despedazaba y con sus pies estampillaba lo que quedaba; -era- diferente a todas las bestias anteriores a ella, y tenía diez cuernos.
8. Miraba los cuernos, y he aquí que de entre ellos salió otro cuerno -que era- pequeño, ante quien tres de los primeros cuernos fueron arrancados de raíz; y, mirad que en este cuerno -había- ojos como los de un hombre, y una boca que hablaba cosas grandiosas.
9. Yo observé hasta que los tronos fueron derribados, y el Anciano de días se sentó, cuyas vestiduras -eran- blancas como la nieve, y su cabello como -de- lana pura; su trono -era como- una fogosa llama, -y- sus ruedas -como- fuego ardiendo.
10. Un candente arroyo brotaba y salía de delante de él; millares y millares lo servían, y diezmillares de diezmillares permanecían delante de él; el juicio fue instaurado, y los libros abiertos.
11. Yo observé entonces a causa de la voz -y- de las grandiosas palabras que el cuerno hablaba; observé -aún- hasta que la bestia fue muerta, destruido su cuerpo, y entregado a las ardientes llamas.
12. En cuanto al resto de las bestias, su dominio les fue quitado; sin embargo sus vidas fueron prolongadas por una temporada y -un- tiempo.
13. Vi en las visiones por la noche, y he aquí que -uno- como el Hijo del hombre llegó con las nubes del cielo, y vino hasta donde el Anciano de días, y lo llevaron delante de él.
Y le fue dado dominio y gloria y un reino, para que todos los pueblos, naciones e idiomas lo sirvieran, su dominio -será- un dominio eterno el cual no pasará, y su reino -uno- que no se destruirá.
15. + -En cuanto a mí- Daniel, mi espíritu se afligió en medio de -mi- cuerpo, y la visiones de mi cabeza me atribularon.
16. Me acerqué a uno de ellos que se paraba a mi lado, y le pregunté -por- la verdad de todo esto. Él entonces me contó, y me hizo saber la interpretación del asunto.
17. Estas grandes bestias, que son cuatro, -son- cuatro reyes, -los cuales- se levantarán de la tierra.
18. Pero los santos del Altísimo tomarán el reino, y lo poseerán para siempre, incluso por siempre jamás.
19. Entonces quise saber la verdad sobre la cuarta bestia, la cual era diferente de todas las demás, pavorosa en extremo, cuyos dientes -eran- de hierro, y sus uñas de bronce, -y que- devoraba, despedazaba y con sus pies estampillaba lo que quedaba;
20. Y sobre los diez cuernos que -estaban- en su cabeza, -del- otro que subió, y delante del cual tres cayeron; incluso -acerca de- ese cuerno que tenía ojos, y una boca que hablaba cosas grandiosas, cuya apariencia -era- más corpulenta que -la de- sus compañeros.
21. Yo miré, y el mismo cuerno hizo guerra contra los santos, y prevaleció sobre ellos;
22. Hasta que el Anciano de días llegó, le fue dado el juicio a los santos del Altísimo, y el tiempo llegó en el que los santos poseyeron el reino.
23. Él dijo así, La cuarta bestia será el cuarto reino sobre la tierra, el cual será diferente a todos los reinos, devorará la tierra entera, la pisoteará, y la despedazará.
24. Y los diez cuernos -que- salen de este reino -son- diez reyes -que- se levantarán, y otro se alzará tras ellos, será diferente a los primeros, y subyugará a tres reyes.
25. Hablará palabras -grandiosas- en contra del Altísimo, debilitará a los santos del Altísimo, y pensará en cambiar los tiempos y las leyes, y ellos serán entregados en su mano hasta un tiempo, tiempos y la división de tiempo.
26. Pero -quienes reciban- el juicio se sentarán, y ellos le quitarán su dominio, para consumir-lo- y destruir-lo- hasta el final.
27. Y el reino, el dominio y la grandeza del reino debajo del cielo entero, serán dados al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino -será- un reino eterno y todos los dominios lo servirán y lo obedecerán.
28. Hasta acá -llega- el fin del asunto. En cuanto a mí Daniel, mis reflexiones me atribularon mucho, y el semblante se me cambió, pero guardé el asunto en mi corazón.

Daniel 6

1. A Darío le plació colocar sobre el reino a ciento veinte príncipes, los cuales debían estar super-visando- todo el reino;
2. Y sobre estos a tres presidentes, de los cuales Daniel -era- el primero, para que los príncipes pudieran rendirle cuentas a aquellos, y el rey no fuera afectado.
3. Este Daniel era preferido por encima de los presidentes y de los príncipes, debido al excelente espíritu que -había- en él; y el rey pensaba en ponerlo a cargo de todo el dominio.
4. + Entonces los presidentes y príncipes buscaron hallar una ocasión -para ir- en contra de Daniel acerca del reino; pero no podían encontrar ocasión o falta alguna en él.
5. De manera que estos hombres dijeron, No encontraremos ocasión contra este Daniel, a no ser que -la- encontremos acerca de la ley de su Dios.
6. Asi que estos príncipes y presidentes se reunieron y juntaron con el rey, y asi le dijeron, Rey Darío, vive por siempre.
7. Todos los presidentes del reino, los gobernadores y los príncipes, los consejeros y los capitanes, han consultado en unidad, para establecer un estatuto real, y hacer un firme decreto, que por treinta días quienquiera que le haga una petición a cualquier Dios u hombre, que no seas tú, Oh rey, sea lanzado dentro del foso de los leones.
8. Ahora pues, Oh rey, establece el decreto, y firma el escrito, para que no sea cambiado, siguiendo la ley de los Medos y los Persas, la cual no se altera.
9. Por ello el rey Darío firmó el escrito y el decreto.
10. + Ahora pues, cuando Daniel supo que el escrito se había firmado, entraba a su casa, y estando las ventanas abiertas en su aposento con dirección a Jerusalén, se postraba de rodillas tres veces al día, oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo hacía anteriormente.
11. Entonces se reunieron estos hombres, y encontraron a Daniel orando y haciéndole súplicas a su Dios.
12. De manera que se acercaron, y hablaron delante del rey sobre el decreto real; ¿No habéis firmado un decreto, de que todo hombre que haga -petición alguna- a cualquier Dios u hombre durante treinta días, salvo a ti, O rey, será lanzado dentro del foso de los leones? El rey respondió y dijo, El asunto -es- cierto, siguiendo la ley de los Medos y de los Persas, la cual no se altera.
13. Así que ellos respondieron diciendo delante del rey, Que Daniel, el cual -es- de los hijos del cautiverio de Judá, no te toma en cuenta a ti Oh rey, ni al decreto que firmaste, sino que hace peticiones tres veces al día.
14. Entonces el rey, al oír -estas- palabras, se disgustó sobremanera con él mismo, y fijó -su- corazón en Daniel para -intentar- librarlo, trabajando hasta la puesta del sol para librarlo.
15. De forma que estos hombres reunidos -fueron- hasta el rey y le dijeron, Conoced Oh rey, que la ley de los Medos y de los Persas -dice- Que ningún decreto ni estatuto que el rey establezca puede cambiarse.
16. De manera que el rey mandó, y trajeron a Daniel, y -lo- lanzaron dentro del foso de los leones. -Ahora bien- el rey habló y le dijo a Daniel, Tu Dios, a quien continuamente sirves, él te librará.
17. Y se trajo y se puso una piedra sobre la boca del foso, y el rey la selló con su propio sello de anillo, y con el sello de anillo de sus señores, para que no se pudiera cambiar la resolución con respecto a Daniel.
18. + Entonces el rey se fue a su palacio, y pasó la noche ayunando; tampoco se trajeron delante de él instrumentos de música, y el sueño se fue de él.
19. Entonces el rey se levantó muy temprano en la mañana, y se fue de prisa hasta el foso de los leones.
20. Y cuando llego al foso, le gritó con voz de lamento a Daniel, -y- el rey habló diciéndole a Daniel, oh Daniel, siervo del Dios vivo, ¿es tu Dios a quien le sirves de continuo, capaz de liberarte de los leones?
21. Entonces Daniel le dijo al rey, Oh rey, vive por siempre.
22. Mi Dios envió su ángel, que cerró las bocas de los leones, de manera que no me han hecho daño; y así como se encontró inocencia en mi delante de él, también delante de ti, oh rey, no he hecho daño.
23. El rey entonces se alegró sobremanera por él, mandó sacar a Daniel del foso, y ninguna clase de daño se encontró en él, por creer en su Dios.
24. + Y el rey mandó traer a aquellos hombres que habían acusado a Daniel, y -los- lanzaron dentro del foso de los leones, a ellos, a sus hijos, y a sus esposas, y los leones los dominaron, e hicieron pedazos todos sus huesos, antes de siquiera llegar el fondo del foso.
25. + Entonces el rey Darío escribio para todas las gentes, naciones e idiomas que vivían en toda la tierra: -Que- la paz se os multiplique.
26. Entrego -el siguiente- decreto, Que en todos los dominios de mi reino los hombres tiemblen y teman delante del Dios de Daniel, porque él -es- el Dios vivo y constante para siempre, y su reino -es uno- que no será destruido, -pues- su dominio -será- hasta el -mismo- fin.
26. Él libera y rescata, obra señales y maravillas en el cielo y en la tierra, -y es- quien ha liberado a Daniel del poder de los leones.
27. De esta manera Daniel prosperó en el reino de Darío, y en el reino de Ciro el Persa.

Daniel 5

1. Belsasar el rey hizo una gran fiesta para mil señores suyos, y delante de los mil bebió vino.
2. Belsasar, mientras degustaba el vino, mandó traer las vasijas de oro y de plata, las cuales su padre Nabucodonosor había sacado del templo que -estaba- en Jerusalén, y -así- el rey, sus príncipes, las esposas y concubinas de él, pudieran beber en ellas.
3. Entonces trajeron las vasijas de oro que -habían- sido sacadas del templo de la casa de Dios que -estaba- en Jerusalén, -para que- el rey, sus príncipes, las esposas y concubinas de él pudieran beber en ellas.
4. Bebieron vino, y alabaron a los dioses de oro, plata, bronce, hierro, madera y piedra.
5. + A esa misma hora llegaron los dedos de la mano de un hombre, y escribieron en frente del candelabro sobre el enlucido de la pared del palacio del rey, y el rey vió la parte de la mano que escribía.
6. Se cambió entonces el semblante del rey, y sus pensamientos lo atribularon de tal forma que las articulaciones de sus lomos se soltaron, y sus rodillas se golpeaban la una con la otra.
7. El rey -en seguida- clamó en alta voz que trajeran a los astrólogos, a los Caldeos y a los adivinos. -Al llegar ellos- el rey habló, diciéndoles a los sabios de Babilonia, Quienquiera que lea este escrito, y me haga saber su interpretación, será vestido de escarlata, -tendrá- una cadena de oro alededor de su cuello, y será el tercer gobernante en el reino.
8. Llegaron entonces todos los sabios del rey, pero no pudieron leer el escrito, ni hacerle saber al rey la interpretación de este.
9. Entonces el rey Belsasar se atribuló sobremanera, el semblante se le cambió , y sus señores quedaron atónitos.
10. + -En ese momento,- la reina llegó a la casa del banquete por causa de las palabras del rey y de sus señores; -y- habló y dijo, Oh rey, vive para siempre; no dejes que te atribulen tus pensamientos, ni cambie tu semblante,
11. Hay un hombre en tu reino, en quien el espíritu de los santos dioses -está-, y en él se halló luz, entendimiento y sabiduría como la de los dioses en los días de tu padre, a quien el rey Nabucodonosor tu padre, el -mismo- rey tu padre, -lo- hizo maestro de los magos, astrólogos, Caldeos, -y- adivinos;
12. Y así como tan excelente espíritu, conocimiento, entendimiento, interpretación de sueños, descubrimiento de duras sententencias, y disolución de dudas se encontraron en -este- mismo Daniel, a quien el rey llamó Beltesasar; ahora pues, deja que se llame a Daniel, y él dará a conocer la interpretación.
13. Entonces fue traído Daniel delante del rey. -Y- el rey habló y le dijo, -¿Eres- tú aquel Daniel, de los hijos del cautiverio de Judá, a quien el rey mi padre trajo del Judaísmo?
14. He escuchado de ti, que el espíritu de los dioses -está- en ti, y -que- se te ha encontrado luz, entendimiento y una excelente sabiduría.
15. Y hoy los sabios, -y- astrólogos han sido traídos ante mi para poder leer este escrito, y darme a conocer su interpretación, pero no -han- podido descubrir la interpretación del asunto;
16. Y he oido de ti, que tú puedes hacer interpretaciones, y disolver dudas; ahora pues, si puedes leer el escrito y darme a conocer su interpretación, se te vestirá de escarlata, -tendrás- un cadena de oro alrededor de tu cuello, y serás el tercer gobernante en el reino.
17. + Entonces Daniel respondió y dijo delante del rey, Que tus regalos sean para ti, y dale tus recompensas a otro; sin embargo leeré el escrito para el rey, haciéndole saber la interpretación.
18. Tú, oh rey, a tu padre Nabucodonosor el Dios altísimo le dió un reino, además de majestad, gloria y honor;
19. Y debido a la majestad que le dio, todas las gentes, naciones e idiomas temblaban y temían delante de él; a quien quería, mataba, y a quien quería guardaba con vida, a quien quería erigía, y a quien quería quitaba.
20. Pero cuando su corazón se enalteció, y su mente por orgullo se endureció, de su trono real fue depuesto, y le quitaron su gloria;
21. Y fue retirado de los hijos de los hombres, su corazón se hizo como el de las bestias, y con los asnos salvajes -fue- su morada; como a buey lo alimentaban con hierba, y con el rocío del cielo se mojaba su cuerpo, hasta que supo que el Dios altísimo gobernaba el reino de los hombres, y sobre este asigna a quien él quiera.
22. Y tú su hijo, Oh Belsasar, tu corazón no has humillado, aún sabiendo todo esto;
23. Más bien te has enaltecido contra el Señor del cielo, han traído las vasijas de su casa delante de ti, y tú junto con tus señores, tus esposas y tus concubinas, has bebido en ellas, y has alabado a los dioses de plata, y de oro, de bronce, de hierro, de madera y de piedra, que no ven, no oyen ni conocen, y al Dios en cuya mano -está- tu aliento, y en quien -están- todos tus caminos, -a él- no lo has glorificado;
24. Entonces la parte de la mano fue enviada de él, y la inscripción escrita.
25. + y esta -es- la inscripción escrita, MENE, MENE, TEKEL, UFARSIN.
26. La siguiente -es- la interpretación del asunto: MENE: Dios ha numerado -los días de- tu reino, y lo ha acabado.
27. TEKEL: Tú has sido pesado en la balanza, y se te ha encontrado falto.
28. PERES: Tu reino ha -sido- dividido, y dado a los Medos y a los Persas.
29. Entonces Belsasar mandó, y vistieron a Daniel de escarlata, -fue puesta- una cadena de oro alrededor de su cuello, y sobre él hicieron una proclama, de que iba a ser el tercer gobernante del reino.
30. + Esa misma noche Belsasar el rey de los Caldeos fue muerto.
31. Y Darío el Meda tomó el reino, a la edad de treinta y ocho años.

Daniel 4

1. Nabucodonosor el rey, a todos -los- pueblo-s- naciones y lenguas, que moran en toda la tierra; –Que la- paz se os multiplique.
2. Me pareció bien dar a conocer las señales y maravillas que el Dios excelso ha forjado para mi.
3. ¡Qué grandes -son- sus señales! ¡Y qué poderosas sus maravillas! Su reino -es- uno eterno, y su dominio -uno que continúa- de generación en generación.
4. +Yo Nabucodonosor estaba descansando en mi casa, y relajándo-me- en mi palacio;
5. Vi -en- un sueño -algo- que me amedrentó, y los pensamientos en mi cama y las visiones en mi cabeza me atribularon.
6. Por ello decreté traer a todos los -hombres- sabios de Babilonia delante mío, para que pudieran hacerme saber la interpretación del sueño.
7. Entonces llegaron los magos, los astrólogos, los Caldeos y los adivinos, y conté el sueño delante de ellos, pero no me hicieron saber la interpretación de este.
8. Sin embargo Daniel vino ante mi, cuyo nombre es Beltesasar, de acuerdo al nombre de mi dios, y en quien -habita- el espíritu de los santos dioses, y le conté el sueño, -diciendo-,
9. Oh Beltesasar, maestro de los magos, como sé que el espíritu de los santos dioses -está- en ti, y -que- ningún secreto te atribula, cuéntame -acerca de- las visiones que he visto en mi sueño, y de su interpretación.
10. Estas -fueron- las visiones en mi cabeza: Ví, y he aquí un árbol en medio de la tierra, y su altura -era- magnífica.
11. El árbol creció, y se volvió fuerte, su altura alcanzó los cielos, y su vista los confines de la tierra entera;
12. Sus hojas -eran- hermosas, y mucho -era- su fruto, y -había- comida para todos; las bestias del campo tenían sombra debajo de él, las aves del cielo moraban en sus grandes ramas, y todo -ser de- carne se alimentaba de él.
13. Veía las visiones en mi cabeza -estando- en la cama, y he aquí que un vigilante, un santo llegó del cielo,
14. -Y- clamó a plena voz, diciendo lo siguiente, Talen el árbol, corten sus ramas, sacudan sus hojas, esparzan su fruto; que las bestias se retiren de su abrigo, y las aves de sus ramas;
15. No obstante dejen el tocón de sus raíces en la tierra, incluso -atado- a una banda de hierro y de bronce, en el tierno pasto del campo, que se moje con el rocío del cielo, y su parte -esté- con las bestias, en el pasto de la tierra;
16. Que se le cambie su corazón de hombre, se le de un corazón de bestia, y siete tiempos pasen sobre él.
17. Este asunto -está resuelto- por decreto de los vigilantes, y la demanda -traida- por palabra de los santos, con la intención de que los -seres- vivos puedan saber que el Altísimo gobierna en el reino de los hombres, lo da a quien él quiere, y sobre él coloca a lo más bajo de los hombres.
18. Este sueño lo -tuve- yo el rey Nabucodonosor. Ahora pues, o Beltesasar, declara su interpretación, ya que todos los sabios de mi reino no son capaces de hacérmela saber; pero tú puedes -hacerlo-, porque el espíritu de los santos dioses -está- en ti.
19. + Entonces Daniel, cuyo nombre -era- Beltesasar, se quedó atónito durante una hora, atribulado por sus pensamientos. El rey habló, y dijo, Beltesasar, que no te atribulen el sueño o su interpretación. Beltesasar respondió diciendo, Mi señor, -que- el sueño -sea- para los que te odien, y su interpretación para tus enemigos.
20. El árbol que viste, el cual creció, se hizo fuerte, su altura alcanzó al cielo, y su vista toda la tierra;
21. Sus hojas -eran- hermosas, mucho -era- su fruto, y en él -había- comida para todos; debajo de él moraban las bestias del campo, y en sus ramas las aves del cielo hacían su habitación;
22. Este -eres- tú oh rey, quien has crecido y te has vuelto fuerte, porque tu grandeza ha aumentado, y alcanzado al cielo, y tu dominio -ha llegado- hasta el confín de la tierra.
23. Y así como el rey vió a un vigilante y santo bajar del cielo, y decir, Talen el árbol y destrúyanlo; sin embargo dejen el tocón y sus raíces en la tierra, incluso con una banda de hierro y -de- bronce, en el tierno pasto del campo, y que se moje con el rocío del cielo, y que su parte -sea- con las bestias del campo, hasta que siete tiempos pasen sobre él;
24. Esta -es- la interpretación, oh rey, y este -es- el decreto del Altísimo, que ha llegado sobre mi señor el rey:
25. Que te retiren de los hombres, y tu morada sea con las bestias del campo, y te hagan comer pasto como los bueyes, te mojen con el rocío del cielo, y siete tiempos pasen sobre ti, hasta que sepas que el Altísimo gobierna en el reino de los hombres, y se lo da a quien él quiere.
26. Y así como mandaron dejar el tocón de las raíces del árbol, tu reino te será asegurado, después de que hayas sabido que los cielos gobiernan.
27. Por tanto, oh rey, que mi consejo te sea aceptable, despréndete de tus pecados por medio de la justicia, y -también- de tus iniquidades manifestándole misericordia a los pobres, si -es que- hay extensión para tu tranquilidad.
28. + Todo esto vino sobre el rey Nabucodonosor.
29. Al finalizar doce meses él caminaba por el palacio del reino de Babilonia.
30. -De pronto- el rey habló, y dijo, ¿No es esta la gran Babilonia, que he construido como la casa del reino por la grandeza de mi poder, y para el honor de mi majestad?
31. Mientras la palabra -todavía estaba- en la boca del rey, sobrevino una voz del cielo, -que dijo-, Oh rey Nabucodonosor, a ti se te habla: El reino es apartado de ti.
32. Te retirarán de los hombres, y tu morada -estará- con las bestias del campo; te harán comer hierba como los bueyes, y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que sepas que el Altísimo gobierna en el reino de los hombres, y se lo da a quien él quiere.
33. -Aquella- misma hora se cumplió el asunto sobre Nabucodonosor, fue retirado de los hombres, comió hierba como los bueyes, y su cuerpo se mojó con el rocío del cielo, hasta que sus cabellos crecieron como -plumas- de águila, y sus uñas como -garras- de pájaro.
34. Y al final de los días -predichos- yo Nabucodonosor levanté mis ojos al cielo, y el entendimiento me -fue- devuelto, bendije al Altisimo, lo alabé y honré al que vive para siempre, cuyo dominio -es- uno perdurable, y su reino -uno que continúa- de generación en generación;
35. Todos los habitantes de la tierra -delante de él son- reputados como nada, y el hace conforme a su voluntad en el ejército del cielo, y -entre- los habitantes de la tierra; y nadie puede detener su mano, o decirle, ¿Qué -es lo que- haces?
36. Al mismo tiempo la razón me -fue- devuelta, y el honor y la claridad me -fueron- devueltos para la gloria de mi reino; mis consejeros y señores me buscaron, fui establecido en mi reino, y una excelsa majestad me fue añadida.
37. Ahora pues yo Nabucodonosor alabo, exalto y honro al Rey del cielo, cuyas obras todas -son- verdad, sus caminos -son- juicio, y él es capaz de abatir a aquellos que anden con orgullo.

Daniel 3

1. Nabucodonosor el rey hizo una imagen de oro, con una altura de sesenta codos, -y- una anchura de seis codos, -y- la colocó en la planicie de Dura, en la provincia de Babilonia.
2. Nabucodonosor el rey envió entonces a reunir a los príncipes, a los gobernadores, a los capitanes, a los jueces, a los tesoreros, a los consejeros, a los alguaciles, y a todos los regentes de las provincias, para que vinieran a la dedicación de la imagen que Nabucodonosor el rey había erigido.
3. Entonces los príncipes, los gobernadores, los capitanes, los jueces, los tesoreros, los consejeros, los alguaciles, y todos los regentes de las provincias fueron reunidos para la dedicación de la imagen que Nabucodonosor el rey había erigido, y se pararon delante de la imagen que Nabcodonosor había erigido.
4. Entonces un heraldo clamó en voz alta, A vosotros se os ordena, oh gentes, naciones y lenguas,
5. -Que- en el momento que oigáis el sonido de la trompeta, de la flauta, del arpa, del sacabuche, del salterio, -y- del dulcémele, junto con toda clase de música, os postréis a adorar a la imagen de oro que Nabucodonosor el rey ha erigido.
6. Y quien no se postre a adorarla, en esa misma hora será lanzado -y dejado- en medio de un fogoso y ardiente horno.
7. Por eso en el momento que toda las gente oyó el sonido de la corneta, de la flauta, del arpa, del sacabuche, -y- del salterio, junto con toda clase de música, todos -ellos de diferentes- naciones, e idiomas, se postraron -y- adoraron a la imagen de oro que Nabucodonosor el rey había erigido.
8. +Por ello -mismo- en ese momento ciertos Caldeos se acercaron y acusaron a los Judíos.
9. Hablaron y le dijeron al rey Nabucodonosor, Oh, larga vida al rey.
10. Tú, oh rey, habéis hecho un decreto, de que todo hombre que oiga el sonido de la corneta, la flauta, el arpa, el sacabuche, el salterio, -y- el dulcémele, junto con toda clase de música, se postrará y adorará a la imagen de oro;
11. Y quien no se postre a adorarla, -aquel- debe ser lanzado -y dejado- en medio de un fogoso y ardiente horno.
12. Ciertos Judíos hay a quienes has colocado a cargo de los asuntos de la provincia de Babilonia, Sadrac, Mesac y Abednego; estos hombres, oh rey, no se han interesado en ti; ellos no le sirven a tus dioses, ni adoran a la imagen de oro que has puesto.
13. +Nabucodonosor entonces en -su- ira y furor mandó traer a a Sadrac, Mesac y Abednego. Ellos entonces trajeron a estos hombres delante del rey.
14. Nabucodonosor habló y les dijo, ¿-Es- verdad oh Sadrac, Mesac y Abednego, que no les servís a mis dioses, ni adoráis a la imagen de oro que he puesto?
15. Ahora pues, si estáis listos para que en el momento en el que oigáis el sonido de la corneta, la flauta, el arpa, el sacabuche, el salterio, -y- el dulcémele, junto con toda clase de música, -y- os postraís y adoráis la imagen que he hecho, -muy bien-; pero si no -la- adoráis, seréis lanzados esa misma hora -y dejados- en medio de un fogoso y ardiente horno; ¿y quién -es- ese Dios que os librará de mi mano?
16. Sadrac, Mesac y Abednego respondieron y dijeron al rey, Oh Nabucodonosor, no nos preocupa responderte acerca de este asunto.
17. Si -así- sucede, nuestro Dios a quien servimos es capaz de librarnos del fogoso y ardiente horno, y de tu mano -nos- librará, oh rey.
18. Y si no, -que- sea conocido por ti, oh rey, que no le serviremos a tus dioses, ni adoraremos a la imagen de oro que tú has erigido.
19. +Entonces Nabucodonosor se llenó de furia, y la forma de su expresión se cambió en contra de Sadrac, Mesac y Abednego; por tanto habló, y mandó que calentaran aquel horno siete veces más de lo que estaba acostumbrado a calentarse.
20. Y mandó a los hombres más fuertes de su ejército que ataran a Sadrac, Mesac y Abednego, -y los- lanzaran dentro del fogoso y ardiente horno.
21. Fueron entonces estos hombres atados con sus abrigos, medias, sombreros y -demás- prendas, y lanzados -y dejados- en medio del fogoso y ardiente horno.
22. Por ello, debido a que la orden del rey era urgente, y el horno exageradamente caliente, las llamas del fuego mataron a aquellos hombres que llevaron a Sadrac, Mesac y Abednego.
23. Y estos tres hombres, Sadrac, Mesac y Abednego, cayeron atados en medio del fogoso y ardiente horno.
24. Entonces Nabucodonosor el rey se quedó atónito, se levantó de prisa, habló y le dijo a sus consejeros, ¿No lanzamos a tres hombres amarrados a la mitad del fuego? Ellos respondieron y le dijeron al rey, -Es- cierto, oh rey.
25. Él respondió y dijo, Mirad que veo a cuatro hombres libres, caminando en medio del fuego, sin daño -alguno-, y la forma del cuarto es como -la- del Hijo de Dios.
26. +Entonces Nabucodonosor se acercó a la boca del fogoso y ardiente horno, -y- habló y dijo, Sadrac, Mesac y Abednego, vosotros siervos del Dios altísimo, salid, y venid -acá-. Entonces Sadrac, Mesac y Abednego salieron de en medio del fuego.
27. Y los príncipes, los gobernadores, los capitanes y los consejeros del rey habiéndose reunido juntos, vieron a estos hombres sobre cuyos cuerpos el fuego no -había- tenido poder, ni un cabello de sus cabezas se había chamuscado, tampoco -ninguno- de sus abrigos había cambiado, ni el olor a fuego había pasado sobre ellos.
28. -Entonces- Nabucodonosor habló, y dijo, Bendito -sea- el Dios de Sadrac, Mesac y Abednego, quien ha enviado a su ángel, y librado a sus siervos que confiaron en él, y han cambiado la palabra del rey, y sometido sus cuerpos, para no servir ni adorar a ningún dios, excepto al Dios suyo.
29. Por tanto hago un decreto, que cualquier gente, nación y lengua que hablen alguna cosa mala en contra del Dios de Sadrac, Mesac y Abednego, serán cortados en pedazos, y sus casas serán convertidas en pilas de desechos, porque no hay otro Dios que pueda librar de esta manera.
30. Entonces el rey promovió a Sadrac, Mesac y Abednego, en la provincia de Babilonia.

Daniel 2

1. Y en el segundo año del reinado de Nabucodonosor, Nabucodonosor tuvo -unos- sueños, donde su espíritu se turbaba, y se interrumpía su dormir.
2. Mandó entonces llamar el rey a los magos, astrólogos, adivinos y Caldeos para que le descubrieran los sueños de él, y así vinieron y se pararon delante del rey.
3. Y el rey les dijo, Tuve un sueño, y mi espíritu se atribuló al conocerlo.
4. Entonces los Caldeos le hablaron al rey en Siríaco, Oh rey, vive por siempre, cuéntale a tus siervos el sueño, y te daremos a conocer la interpretación.
5. El rey respondió y -le- dijo a los Caldeos, El asunto se me fué; si no me hacéis saber el sueño, con su interpretación, seréis cortados en pedazos, y vestras casas serán hechas muladares.
6. Pero si compartís el sueño, y su interpretación, recibiréis de mi -parte- regalos, recompensas y gran honor; indicadme por tanto el sueño, y su interpretación.
7. De nuevo respondieron y dijeron, Que el rey cuente a sus siervos el sueño, y nosotros daremos a conocer su interpretación.
8. El rey respondió y dijo, conozco con certeza que deseáis ganar tiempo, porque véis que el asunto se ha ido de mí.
9. Pero si no me hacéis saber el sueño, un decreto os -aguarda-, ya que habéis preparado para hablar delante mío palabras mentiosas y corruptas, hasta que los tiempos cambien; contadme por tanto el sueño, y sabré que podéis descubrirme su interpretación.
10. + Los Caldeos respondieron delante del rey, y dijeron, No hay hombre sobre la tierra que pueda descubrir el asunto del rey, por eso ningún rey, señor o gobernante -ha- pedido -alguna vez- tal cosa a algún mago, astrólogo o Caldeo.
11. Lo que el rey solicita -es- algo raro, y no hay nadie que pueda descubrirlo ante el rey, excepto los dioses, cuya morada no está en la carne.
12. A causa de esto el rey se enojó y se enfureció grandemente, y mandó destruir a todos los sabios de Babilonia.
13. Y salió el decreto que los sabios debían ser muertos, y buscaron a Daniel y a sus compañeros para ser ejecutados.
14. + Entonces Daniel respondió con consejo y sabiduría a Aríoco el capitán de la guardia del rey, que habia ido a matar a los sabios de Babilonia;
15. Él respondió diciéndole a Aríoco el capitán del rey, ¿Por qué -es tan- apresurado el decreto de rey? Aríoco entonces le hizo conocer el asunto a Daniel.
16 Luego Daniel entró -al palacio- y suplicó al rey que le diera tiempo, y que él -le- descubriría al rey la interpretación.
17. Daniel entonces se fue a su casa e hizo saber el asunto a Ananías, Misael y Azarías, sus compañeros,
18. Para que le suplicaran misericordia al Dios del cielo referente a este secreto, con el fin de que Daniel y sus compañeros no fueran a perecer con el resto de los sabios de Babilonia.
19. + Entonces el secreto -le- fue revelado a Daniel en una visión -en la- noche. Luego Daniel bendijo al Dios del cielo,
20. Respondiendo y diciendo, Bendito sea el nombre de Dios para siempre jamás, porque la sabiduría y el poder son suyos,
21. Él cambia los tiempos y las ocasiones, remueve y coloca reyes, le da sabiduría a los sabios, y conocimiento a los que poseen entendimiento.
22. Él revela los asuntos profundos y secretos, conoce -lo- que -hay- en la oscuridad, y con él habita la luz.
23. Te agradezco, y te alabo a tí Oh Dios de mis padres, -por- haberme dado sabiduría y poder, y haberme hecho saber ahora lo que te habíamos suplicado, pues nos hiciste saber el asunto del rey.
24. + Por tanto Daniel llegó hasta donde Aríoco, a quien el rey había ordenado destruir a los sabios de Babilonia; llegó y le dijo así, No destruyas a los sabios de Babilonia, llévame delante del rey, y le mostraré la interpretación.
25. Entonces Aríoco lo trajo apresuradamente delante del rey, y le dijo de esta manera, He encontrado a un hombre de los cautivos de Judá que le hará saber al rey la interpretación.
26. El rey respondió diciéndole a Daniel, de nombre Beltsasar, ¿Eres capaz de hacerme saber el sueño que vi, y su interpretación?
27. Daniel respondió en la presencia del rey diciendo, El secreto que el rey ha exigido, los sabios, astrólogos, magos -y- adivinos no -se lo- pueden descubrir al rey,
28. Pero hay un Dios en el cielo que revela secretos, y hace saber al rey Nabucodonosor lo que habrá en los útimos días. Tu sueño, y las visiones de tu cabeza -que tuviste estando- en tu cama, son estas:
29. En cuanto a ti, Oh rey, te vinieron pensamientos -estando- en tu cama, -de- qué iba a pasar de aquí en adelante, y el que revela los secretos te hace saber lo que va a suceder.
30. Pero en cuanto a mí, este secreto no se me revela en razón de -alguna- sabiduría que yo tenga -de- más -comparada con- algún -otro ser- viviente, sino por causa -de aquellos es- que se hará conocer la interpretación al rey, y para que puedas conocer -la razón de- los pensamientos de tu corazón.
31. + Tú, Oh rey, viste y contemplaste una gran imagen. Esta gran imagen, de excelente brillo, se erguía delante tuyo, y su forma infundía temor.
32. La cabeza de la imagen -era- de oro fino, su pecho y sus brazos de plata, su vientre y sus muslos de bronce,
33. Sus piernas de hierro, -y- sus pies parte de hierro y parte de barro.
34. Viste hasta que una piedra que fue cortada sin -necesidad de- manos, golpeara a la imagen en sus pies de hierro y arcilla, haciéndolos añicos.
35. Entonces el hierro, el barro, el bronce, la plata y el oro juntos se volvieron añicos, y se hicieron como la paja de las eras de trilla en el verano, y el viento se los llevó -hasta- no encontrarse en ninguna parte, y la piedra que golpeó la imagen se volvió una gran montaña, que llenó la tierra entera.
36. + Este es el sueño, y contaremos su interpretación delante del rey:
37. Tú, Oh rey, -eres- un rey de reyes, pues el Dios del cielo te ha dado un reino, -con- poder, fuerza y gloria.
38. Y en donde sea que moren los hijos de los hombres, él ha entregado en tus manos las bestias del campo y las aves del cielo, y te ha hecho regidor de todos ellos. Tú -eres- esta cabeza de oro.
39. Y después de ti se alzará otro reino inferior a ti, y otro tercer reino de bronce, que ejercerá gobierno sobre toda la tierra.
40. Y el cuarto reino será -tan- fuerte como -el- hierro, y así como el hierro vuelve pedazos, subyuga todo, y quiebra a todos estos, también hará pedazos y magullará.
41. Y como viste los pies y dedos de los pies, -hechos- en parte de barro de alfarero, y en parte de hierro, el reino estará dividido, pero en él habrá de la fuerza del hierro, así como también viste al hierro mezclado con -la- greda fangosa.
42. Y -como- los dedos de los pies -eran- en parte de hierro, y en parte de arcilla, -también- el reino una parte será fuerte, y una parte quebradiza.
43. Y como viste al hierro mezclado con greda fangosa, ellos mismos se alearán con la simiente de los hombres, pero no se adherirán entre sí, de igual manera que el hierro no se mezcla con la arcilla.
44. Y en los días de estos reyes el Dios del cielo instaurará un reino, que nunca será destruído, y el reino no será dejado a otras gentes, -sino que- despedazará y consumirá a todos estos reinos, y para siempre permanecerá.
45. Y así como viste que la piedra fue cortada de la montaña sin -necesidad de- manos, y que hizo añicos al hierro, al bronce, a la arcilla, a la plata y al oro, también el gran Dios -le- ha hecho saber al rey lo que va a suceder de aquí en adelante, y el sueño -es- cierto, y segura su interpretación.
46. + Entonces el rey Nabucodonosor se postró sobre su rostro, y adoró a Daniel, y mandó que se le ofreciera una oblación con olores fragantes.
47. El rey respondió a Daniel diciéndole, De verdad que tu Dios -es- un Dios de dioses, un Señor de los reyes, y un revelador de secretos, al ver-te- a ti capaz de revelar este secreto.
48. Entonces el rey hizo -de- Daniel un gran hombre, le dio muchos grandes regalos, lo hizo regente de la provincia entera de Babilonia, y jefe de los gobernadores por encima de todos los sabios de Babilonia.
49. Daniel luego -tras- solicitarle al rey, colocó a Sadrac, Mesac y Abed-nego a cargo de los asuntos de la provincia de Babilonia, -y- Daniel más bien -permanecía- en el portón de rey.

Daniel 1

1. En el tercer año del reinado de Joacim rey de Judá, vino Nabucodonosor rey de Babilonia hasta Jerusalén, y la sitió.
2. Y el Señor entregó Joacim rey de Judá en sus manos, con parte de las vasijas de la casa de Dios, las cuales él -se- llevó hasta la tierra de Sinar a la casa de su dios, trayéndolas hasta la casa de su tesoro.
3. + Y el rey -le- dijo a Aspenaz el maestro de los eunucos, que debía traer -a ciertos- niños de Israel, y de la simiente del rey y de los príncipes;
4. Niños sin defecto, al contrario bien favorecidos, diestros en toda sabiduría, sagaces en conocimientos, entendidos en ciencias, aquellos con habilidades para quedarse en el palacio del rey, y a quienes él les pudiera enseñar la adquisición -de la- lengua de los Caldeos.
5. Y el rey les asignó una porción diaria de su comida, y del vino que bebía, para alimentarlos -por- tres años, y cumplidos estos, ellos se pudieran quedar delante del rey.
6. Ahora pues, entre estos estaban -de- los niños de Judá, Daniel, Ananías, Misael, y Azarías,
7. A quienes el príncipe de los eunucos dio nombres, pues llamó a Daniel Beltsasar, a Ananías Sadrac, a Misael Mesac, y a Azarías, Abed-nego.
8. + Pero Daniel -se- propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que aquel bebía, por eso le rogó al príncipe de los eunucos -si- él podía no contaminarse.
9. Ahora pues, Dios había llevado a Daniel a -ganarse- el favor y el tierno amor -del- príncipe de los eunucos.
10. Y el príncipe de los eunucos -le- dijo a Daniel, Temo a mi señor el rey que señaló vuestra comida y vuestra bebida, pues ¿Por qué debe ver él vuestros rostros peor parecidos que -los de- los niños de vuestra clase? Haréis entonces peligrar mi cabeza ante el rey.
11. Entonces Daniel le dijo a Melsar, a quien el príncipe de los eunucos había puesto a cargo de Daniel, Ananías, Misael y Azarías,
12. Te ruego que pruebes a tus siervos por diez días, y dejes que nos den de comer legumbres, y de beber agua.
13. -Y- luego que nuestros semblantes sean vistos por tí, -junto con- el semblante de los niños que coman de la porción de la comida del rey, y de acuerdo a lo que veas, decide con tus siervos.
14. Y así consintió con ellos en este asunto, y los probó por diez días.
15. Y al final de los diez días sus semblantes se revelaron más hermosos y de carne más fuerte que todos los niños que comían de la porción de la comida del rey.
16. Así Melsar quitó la porción de la comida de ellos, y el vino que debían beber, y les dio -en su lugar- legumbres.
17. + En cuanto a estos cuatro niños, Dios les dió conocimiento y habilidad para todo aprendizaje y sabiduría, y Daniel tenía entendimiento de toda visión y sueño.
18. Cumplidos los días que el rey había dicho los debía traer, el príncipe de los eunucos los trajo entonces ante Nabucodonosor.
19. Y el rey charló con ellos, y entre todos ellos no se halló a nadie como Daniel, Ananías, Misael y Azarías; por eso ellos se quedaron delante del rey.
20. Y en todos los asuntos de sabiduría -y- entendimiento, que el rey inquiría de ellos, los encontraba diez veces mejores que todos los magos -y- astrólogos de todo su dominio.
21. Y Daniel continuó -incluso- hasta el primer año del rey Ciro.

Apocalipsis 22

1. Y me dio a conocer un río puro de agua de vida, claro como el cristal, procediendo del trono de Dios y del Cordero.
2. En el medio de la calle de este, y a cada lado del río, -estaba- el árbol de la vida, el cual daba doce -clases de- frutos, -y- entregaba su fruto cada mes, y las hojas del árbol -eran- para la sanación de las naciones.
3. Y no habrá más maldición, sino que el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos lo servirán.
4. Y verán su rostro, y el nombre de él -estará- en sus frentes.
5. Y allí no habrá noche; y no necesitan lámpara, ni luz del sol, porque el Señor Dios les da luz, y por siempre jamás reinarán.
6. Y me dijo, Estos dichos -son- fieles y veraces, y el Señor Dios de los santos profetas envió a su ángel para dar a conocer a sus siervos las cosas que en un corto tiempo deben ser hechas.
7. Mirad que de repente vengo; bendito el que guarda los dichos de la profecía de este libro.
8. Yo Juan vi estas cosas, y -las- oí. Y cuando hube oído y visto me postré a adorar delante de los pies del ángel que me daba a conocer estas cosas.
9. ÉL entonces me dice, Mira, no -lo hagas-; porque soy siervo compañero tuyo, y de tus hermanos los profetas, y de los que guardan los dichos de este libro; adora a Dios.
10. Y él me dice, No selles los dichos de la profecía de este libro, porque el tiempo está cercano.
11. El que es injusto, que sea injusto aún, y el que es inmundo, que sea inmundo aún; el que es justo, que sea justo aún, y el que es santo, que sea santo aún.
12. Y mirad que vengo de repente, y mi recompensa conmigo, para dar a cada hombre de acuerdo a como sea su obra.
13. Yo soy el Alfa y la Omega, el comienzo y el fin, el primero y el último.
14. Benditos los que practican sus mandamientos, para poder tener derecho al árbol de la vida, y poder entrar por entre los portones de la ciudad.
15. Porque afuera -están- los perros, los hechiceros, los rufianes, los asesinos, los idólatras, y quienquiera que ame y produzca mentiras.
16. Yo Jesús he enviado a mi ángel para atestiguaros estas cosas en las congregaciones. Yo soy la raíz y el retoño de David, -y- la estrella esplendorosa de la mañana.
17. Y el Espíritu y la novia dicen, Ven. El que oiga diga, Ven. Y que el que tenga sed venga. Y el que quiera tome libremente del agua de la vida.
18. Porque yo atestiguo a todo hombre que oye las palabras de la profecía de este libro, si algún hombre le añade a estas cosas, Dios le añadirá las plagas que están escritas en este libro;
19. Y si algún hombre quita de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, de la santa ciudad, y -de- las cosas que están escritas en este libro.
20. El que atestigua estas cosas dice, Os aseguro que vengo de repente. Amén. Así es, ven, Señor Jesús.
21. -Que- la gracia de nuestro Señor Jesucristo -esté- con vosotros todos. Amén.

Apocalipsis 21

1. Y vi un nuevo cielo y una nueva tierra, porque el primer cielo y la primera tierra habían pasado, y no había más mar.
2. Y yo Juan vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, bajando de Dios -y- saliendo del cielo, preparada como una novia adornada para su marido.
3. Y oí a una gran voz del cielo diciendo, Mirad el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos, y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos, -y será- su Dios.
4. Y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos, y no habrá más muerte, ni pena, ni llanto, tampoco habrá más dolor, porque las primeras cosas ya pasaron.
5. Y el que se sentaba en el trono dijo, Mirad que yo hago todas las cosas nuevas. Y él me dijo, Escribe, porque estas palabras son veraces y fieles.
6. Y me dijo, Se acabó. Soy el Alfa y la Omega, el comienzo y el fin. Al que tenga sed, de la fuente del agua de vida gratuitamente le daré.
7. El que venza heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.
8. Pero los temerosos, los incrédulos, los abominables, los asesinos, los rufianes, los hechiceros, los idólatras, y todo mentiroso tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, el cual es la muerte segunda.
9. Y vino a mí uno de los siete ángeles que tenían los siete frascos llenos de las siete plagas, y habló conmigo diciendo, Ven acá, te daré a conocer la novia, la mujer del Cordero.
10. Y me cargó en el espíritu hasta una montaña grande y alta, y me dió a conocer esa gran ciudad, la santa Jerusalén descendiendo del cielo desde Dios,
11. Teniendo la gloria de Dios, y su luz -era- como la piedra más preciosa, incluso como piedra de jaspe, clara como el cristal,
12. Y tenía un muro alto y grande, tenía doce portones, y en los portones doce ángeles, y nombres escritos en ellos, los cuales son -los nombres- de las doce tribus de los hijos de Israel:
13. Por el oriente tres portones, por el norte tres portones, por el sur tres portones, y por el occidente tres portones.
14. Y el muro de la ciudad tenía doce fundamentos, y en ellos los nombres de los doce apóstoles del Cordero.
15. Y el que hablaba conmigo tenía una caña de oro para medir la ciudad, sus portones y la muralla de aquella.
16. Y la ciudad yace en cuadro; su longitud es tan larga como la anchura, y midió la ciudad con la caña, doce mil estadios. La longitud, la anchura y la altura de ella son iguales.
17. Y midió el muro de ella, ciento cuarenta -y- cuatro codos, -de acuerdo a- la medida de un hombre, esto es, del ángel.
18. Y la construcción del muro de ella era -de- jaspe, y la ciudad -era de- oro puro, cual claro vidrio.
19. Y los fundamentos del muro de la ciudad -estaban- decorados con toda clase de piedras preciosas. El primer fundamento -era- jaspe, el segundo zafiro, el tercero calcedonia, el cuarto esmeralda,
20. El quinto sardonia, el sexto sardio, el séptimo crisólito, el octavo, berilo, el noveno topacio, el décimo crisopraso, el undécimo jacinto, el duodécimo amatista.
21. Y los doce portones -eran- doce perlas, cadauno de los diferentes portones era de una perla, y la calle de la ciudad -era de- puro oro, como si fuera vidrio transparente.
22. Y no vi templo en ella, porque el Señor Dios Todopoderoso y el Cordero son su templo.
23. Y la ciudad no tenía necesidad de que el sol, ni la luna brillaran en ella, porque la gloria de Dios la alumbraba, y el Cordero -es- su lumbrera.
24. Y las naciones de aquellos que se salven andarán a la luz de ella, y los reyes de la tierra traen -y- entran su gloria y honor a ella.
25. Y durante el día sus portones nunca se cerrarán, porque noche allí no habrá.
26. Y ellos entrarán la gloria y el honor de las naciones a ella.
27. Y en ella no entrará nada que contamine, ni nada que produzca abominación, o mentiras, sino aquellos que estén inscritos en el libro de la vida del Cordero.

Apocalipsis 20

1. Y vi a un ángel bajar del cielo, teniendo la llave del abismo sin fondo y una gran cadena en su mano.
2. Y echó mano del dragón, esa vieja serpiente, la cual es el Diablo, y Satanás, y lo ató -por- mil años,
3. Y lo arrojó al abismo sin fondo, lo encerró, y fijó un sello sobre él, para que no engañara más a las naciones, hasta que los mil años se cumplieran, y después de eso debe soltarse por una pequeña temporada.
4. Y vi tronos, y -a- los que se sentaban en ellos, y les fue dado -el- juicio, y -vi- a las almas de los que fueron decapitados por el testimonio de Jesús, y por la palabra de Dios, los cuales no habían adorado a la bestia, ni a su imagen, ni habían recibido -la-marca en sus frentes, o en sus manos, y vivieron y reinaron con Cristo -por- mil años.
5. Pero el resto de los muertos no vivió otra vez hasta que se cumplieron los mil años. Esta -es- la primera resurrección.
6. Bendito y santo el que haga parte de la primera resurrección. Sobre tales la segunda muerte no tiene poder, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él -por- mil años.
7. Y cuando hayan expirado los mil años, Satanás será suelto de su prisión,
8. Y saldrá a engañar a las naciones las cuales están en las cuatro regiones de la tierra, a Gog y a Magog, para reunirlos -y- aunarlos para la batalla, el número de aquellos -es- como la arena del mar.
9. Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos, y la ciudad amada, y fuego bajó desde Dios -y- salió del cielo, y los devoró.
10. Y el diablo que los engañaba fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde la bestia y el falso profeta -están-, y serán atormentados de día y de noche por siempre jamás.
11. Y vi un gran trono blanco, y al que se sentaba en él, de cuyo rostro la tierra y el cielo salieron huyendo, sin encontrarles lugar.
12. Y vi a los muertos, pequeños y grandes, pararse delante de Dios, y los libros fueron abiertos; y otro libro se abrió, el cual es -el libro- de la vida, y los muertos fueron juzgados por aquellas cosas que estaban escritas en los libros, de acuerdo con sus obras.
13. Y el mar rindió los muertos que estaban en él, y la muerte y el infierno entregaron los muertos que estaban en ellos, y fueron juzgados cada hombre de acuerdo a sus obras.
14. Y la muerte y el infierno fueron arrojados al lago de fuego. Esta es la segunda muerte.
15. Y quien no se encontraba inscrito en el libro de la vida era arrojado al lago de fuego.