1. Y Jesús salió, y se apartó del templo, y sus discípulos vinieron -a él- para darle a conocer los edificios del templo.
2. Y Jesús les dijo, ¿No véis todas estas cosas? En verdad os digo No quedará aquí una piedra sobre otra, sin ser derribadas.
3. + Y mientras él se sentaba en el monte de los Olivos, los discípulos vinieron a él en privado, diciendo, Cuéntanos, ¿Cuándo serán estas cosas? Y ¿Cuál será la señal de tu venida y del fin del mundo?
4. Y Jesús respondió diciéndoles, Cuidaos con que algún hombre os engañe.
5. Porque muchos vendrán en mi nombre, diciendo, Yo soy el Cristo, y engañarán a muchos.
6. Y oiréis de guerras y de rumores de guerras; mirad que no os atribuléis, pues todas -estas cosas- deben acontecer, pero el fin no es aún.
7. Ya que se levantarán nación contra nación, y reino contra reino, y habrá hambrunas, pestes y terremotos en diversos lugares.
8. Todas estas -cosas son- el comienzo de los dolores.
9. Entonces os entregarán para que seáis afligidos, y os matarán, y seréis odiados por todas las naciones a causa de mi nombre.
10. Muchos entonces se ofenderán, y se traicionarán mutuamente, y se odiarán entre sí.
11. Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos.
12. Y el amor de muchos se enfriará, porque la iniquidad va a abundar.
13. Pero el que resista hasta el fin, este a salvo estará.
14. Y este evangelio del reino será predicado en todo el mundo como un testimonio a todas las naciones, y entonces el fin vendrá.
15. Cuando por tanto veáis la abominación de la desolación, de la que habló Daniel el profeta, erguirse en el lugar santo, (que entienda quien lea:)
16. Entonces que los que estén en Judea huyan a las montañas,
17. Que el que esté en la azotea, no baje a tomar nada de su casa,
18. Ni tampoco el que esté en el campo se devuelva a tomar sus ropas.
19. ¡Y ay de las que estén preñadas, y de las que estén amamantando en esos días!
20. Pero orad para que vuestra fuga no sea en invierno, ni en día de descanso;
21. Porque entonces habrá gran tribulación, tal como no la ha habido desde el comienzo del mundo hasta este momento, no, ni -la habrá- jamás.
22. Y si no fuera porque esos días van a ser acortados, ningún -ser de- carne estaría a salvo, pero por amor a los electos, esos días serán acortados.
23. Entonces, si algún hombre os dijera, Mira, aquí -está- el Cristo, o allí -está-, no -lo- creáis.
24. Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, manifestando grandes señales y maravillas, tanto así que, si -es- posible, engañarán a los mismos electos.
25. Mirad que os -lo- dije antes,
26. Por eso si os dicen, Mirad que está en el desierto, no salgáis; mirad que -está- en los aposentos secretos, no creáis.
27. Porque como el rayo que llega del oriente, e incluso brilla hasta el occidente, así también será la venida del Hijo del hombre.
28. Porque donde sea que esté el cadáver, allí las águilas a una se reunirán.
29. + Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días el sol se oscurecerá, la luna no entregará su luz, las estrellas caerán del cielo, las potestades de los cielos se estremecerán,
30. Y entonces aparecerá la señal del Hijo del hombre en el cielo, entonces todas las tribus de la tierra se afligirán, y verán al Hijo del hombre llegando en las nubes del cielo con potestad y -con- gran gloria,
31. Y él enviará a sus ángeles con un gran sonido de trompeta, y reunirán y aunarán a sus elegidos de los cuatro vientos, desde un confín del cielo hasta el otro.
32. Ahora bien, conoced la parábola de la higuera: Cuando su rama aún está tierna y saca hojas, sabéis que el verano se acerca;
33. Así de igual manera vosotros, cuando veáis -sucediendo- todas estas cosas, sabed que se acerca, -incluso que está- a las puertas.
34. De verdad os digo -que-, Esta generación -que las vea- no pasará, hasta que todas estas cosas se cumplan.
35. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
36. + Pero de aquel día y -su- hora ningún -hombre- sabe, no, ni los ángeles del cielo, sino sólo mi Padre.
37. Pero como -fueron- los días de Noé, así también será la llegada del Hijo del hombre.
38. Porque así como en los días que hubo antes del diluvio -en los que- estuvieron comiendo, bebiendo, casándose, y entregándose en matrimonio, hasta el día en el que Noé entró en el arca,
39. Y no -lo- supieron hasta que llegó la inundación, y se los llevó a todos, así también será -en- la llegada del Hijo del hombre.
40. Entonces dos estarán en el campo, el uno será tomado, y el otro dejado.
41. Dos -mujeres estarán- majando en el molino; la una será tomada, y la otra dejada.
42. + Por eso vigilad, porque no sabéis a qué hora viene vuestro Señor.
43. Pero conoced esto, que si el patrón de la casa hubiera sabido en qué vigilia vendría el ladrón, hubiera vigilado, y no hubiera dejado que su casa fuera irrumpida.
44. Por eso estad listos vosotros también, pues a la hora que menos penséis llega el Hijo del hombre.
45. ¿Quién es entonces el criado fiel y sabio a quien su señor hizo administrador de la casa para que les diera la comida a su tiempo?
46. Bendito ese criado, a quien su señor cuando llegue -lo- encuentre haciendo así.
47. De verdad os digo, Que de todos sus bienes lo hará administrador.
48. Pero si aquel criado malvado dice en su corazón, Mi señor se demora en llegar;
49. Y comienza a golpear a -sus- criados compañeros, y a comer y a beber con los borrachos,
50. El señor de aquel criado llegará el día que él no -lo- espere, y a la hora que él no se dé cuenta.
51. Lo cortará -y- apartará, y asignará su porción con los hipócritas: allí habrá lloro y rechinar de dientes.
Mateo 23
1, Jesús entonces le habló a la multitud y a sus discípulos,
2. Diciendo, Los escribas y los Fariseos se sientan en la silla de Moisés;
3. Por tanto cualquiera de todas las cosas que ellos os pidan observar, -eso- haced y observad; sin embargo no sigáis sus obras.
4. Ya que ellos atan cargas pesadas y penosas para llevar, y -las- colocan sobre los hombros de los hombres, pero ellos -mismos- ni con uno de sus dedos las mueven.
5. Pero hacen todas sus obras para ser vistos de los hombres: ensanchan sus filacterias, y alargan los bordes de sus vestiduras,
6. Y les encantan los lugares más altos de las fiestas, y los asientos principales de las sinagogas,
7. Y los saludos en los mercados, y que los hombres los llamen, Rabbi, Rabbi.
8. Mas vosotros que no os llamen Rabbi, ya que uno es vuestro Maestro, el -mismo- Cristo; y todos vosotros sois hermanos.
9. Y no llaméis padre a ningún hombre sobre la tierra, ya que vuestro Padre es uno, aquel que está en el cielo.
10. Tampoco seáis lamados maestros, porque uno es vuestro Maestro, el -mismo- Cristo.
11. Mas el que sea el más grande entre vosotros va a ser vuestro criado.
12. Y cualquiera que se exalte será rebajado, y el que se humille ser’a exaltado.
13. + ¡Pero ay de vosotros, escribas y Fariseos hipócritas! Porque le cerráis el reino del cielo a los hombres, ya que ni vosotros -mismos- entráis ni permitís que aquellos que están entrando lo hagan.
14. ¡Ay de vosotros escribas y Fariseos hipócritas! porque devoráis las casas de las viudas, y como pretexto hacéis largas oraciones, por tanto recibiréis mayor condenación.
15. ¡Ay de vosotros escribas y Fariseos hipócritas! porque rodeáis tierra y mar para hacer un prosélito, y cuando está hecho, lo hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros mismos.
16. ¡Ay de vosotros guías ciegos, que decís, Cualquiera que jure por el templo, nada es, pero quienquiera que jure por el oro del templo, deudor es!
17. ¡Tontos y ciegos! ¿pues qué es mayor, el oro. o el templo que al oro santifica?
18. Y, Cualquiera que jure por el altar, nada es; mas cualquiera que jure por el regalo que está puesto en él, culpable es.
19. Tontos y ciegos: ¿porque qué es mayor, el regalo, o el altar que al regalo santifica?
20. Quien jure por tanto por el altar, por éste jura, y por las cosas -que hay- en él.
21. Y quien jure por el templo, por este jura, y por el que habita en él.
22. Y el que jure por el cielo, por el trono de Dios jura, y por el que se sienta en él.
23. ¡Ay de vosotros escribas y Fariseos hipócritas! ya que pagáis el diezmo de la menta, el anís y el comino, habiendo omitido -los asuntos- de mayor peso en la ley. -como- el juicio, la misericordia, y la fe; estos debísteis haber cumplido, sin dejar los otros incumplidos.
24. Guías ciegos, que os coláis un mosquito y os tragáis un camello.
25. ¡Ay de vosotros escribas y Fariseos hipócritas! pues limpiáis lo de afuera de la taza y la bandeja, pero por dentro estáis llenos de excesos y de extorsión.
26. Fariseo ciego, limpia primero lo de adentro de la taza y la bandeja, para que lo de afuera también se pueda limpiar.
27. Ay de vosotros, escribas y Fariseos hipócritas! pues os asemejáis a sepulcros blanqueados, los cuales en verdad parecen hermosos por fuera, pero por dentro están llenos de huesos muertos, y de toda inmundicia.
28. De igual manera vosotros también parecéis justos ante los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad.
29. ¡Ay de vosotros escribas y Fariseos hipócritas! pues edificáis las tumbas de los profetas, y embellecéis los sepulcros de los justos,
30. Y decís, Si en los días de nuestros padres hubiéramos estado, no hubiéramos sido partícipes con ellos de la sangre de los profetas.
31. Por tanto ante vosotros mismos sois testigos de ser hijos de aquellos que mataron a los profetas.
32. Llenad entonces vosotros la medida de vuestros padres.
33. Serpientes, generación de víboras, ¿cómo podéis escapar de la condenación del infierno?
34. + Por tanto mirad que os envío profetas, hombres sabios y escribas: y a -algunos- de ellos mataréis y crucificaréis; y a -algunos- de ellos en vuestras sinagogas azotaréis, y de ciudad en ciudad perseguiréis.
35. Para que sobre vosotros pueda venir toda la sangre justa derramada sobre la tierra, desde la sangre del justo Abel hasta la sangre de Zacarías hijo de Berequías, a quien matásteis entre el templo y el altar.
36. En verdad os digo que Todas estas cosas a esta generación le acontecerán.
37. ¡Oh Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados, cuánto quise haber reunido -y- aunado a tus hijos, tal como como una gallina reúne a sus pollos bajo -sus- alas, y no quisísteis!
38. Mirad que vuestra casa os es dejada desolada.
39. Porque yo os digo que no me veréis de aquí en adelante, hasta que -me- digáis, Bendito -es- el que viene en el nombre del Señor.
Mateo 22
1. Y Jesús respondió y de nuevo les habló por parábolas, y dijo,
2. El reino del cielo es comparable a cierto rey, el cual hizo un matrimonio para su hijo,
3. Y envió a sus sirvientes a llamar a los que habían -sido- invitados a las bodas, y no venían.
4. De nuevo envió otros sirvientes, diciendo, Cuéntenles a los que están invitados, Mirad que he preparado mi cena; mis bueyes y -mis- animales de ganado -están- matados, y todas las cosas -están- listas. venid al matrimonio.
5. Pero ellos -lo- tomaron a la ligera y se marcharon, uno a su finca, otro a su mercadería,
6. Y el resto tomó a sus sirvientes, -los- trató con desprecio, y -los- mató.
7. Pero cuando el rey oyó acerca de esto, se airó, y envió a sus ejércitos, y destruyó a aquellos asesinos, y quemó su ciudad.
8. Luego le dice a sus siervos, La boda está lista, pero los que fueron invitados no eran dignos.
9. Id por tanto a las carreteras, y a cuantos encontréis, al matrimonio invitad.
10. De manera que quellos sirvientes salieron a las carreteras, y reunieron y juntaron a cuantos encontraron, tanto buenos como malos, y la boda fue suplida de invitados.
11. + Y cuando el rey entró a ver alos invitados, vio que había un hombre que no tenía puesto traje de bodas.
12. Y le dice, Amigo, ¿cómo entraste acá sin tener traje de bodas? Y él se quedó sin palabras.
13. Entonces dijo el rey a los sirvientes, Atadlo de pies y manos, y llevadlo fuera, y lanzadlo a la oscuridad de afuera; habrá lloro y rechinar de dientes.
14. Pues muchos son llamados, pero pocos escogidos.
15. + Entonces fueron los Fariseos, y tuvieron consejo de cómo poder atraparlo en -su- hablar.
16. Y enviaron hasta él sus discípulos junto con los Herodianos, diciendo, Maestro, sabemos que eres veraz, y en verdad enseñas el camino de Dios, tampoco te preocupa -hombre- alguno, pues no te importa la persona de los hombres.
17. Dinos por tanto, ¿Qué piensas? ¿Es legal darle tributo al César o no?
18. Pero Jesús percibió su maldad, y dijo, ¿Por qué me tentáis hipócritas?
19. Compartidme la moneda del tributo. Y le trajeron un penique.
20. Y él les dice, ¿De quién es la imagen y la inscripción?
21. Ellos le dicen, Del César. Les dice él entonces, Rendid por tanto al César las cosas que son del César, y a Dios las cosas que son de Dios.
22. Cuando hubieron oído -estas palabras-. se maravillaron, lo dejaron y se marcharon.
23. + El mismo día vinieron a él los Saduceos, los cuales dicen que no hay resurrección, y le preguntaron,
24. Diciendo, Maestro, Moisés dijo, Si unhombre muere sin tener hijos. su hermano se casará con su esposa, y levantará simiente para su hermano.
25. Ahora pues, hubo con nosotros siete hermanos; y el primero cuando se hubo casado con una esposa, falleció, y sin tener descendencia, dejó su esposa a su hermano;
26. De igual manera, también el segundo, y el tercero hasta el séptimo.
27. Y por último de todos, la mujer también murió.
28. Por tanto, ¿en la resurrección de cuál de los siete será esposa? Ya que todos la tuvieron.
29. Jesús respondió y les dijo, Erráis al no conocer las escrituras, ni el poder de Dios.
30. Porque en la resurrección de los muertos ni se casarán, ni se darán en matrimonio, sino que son como los ángeles de Dios en el cielo.
31. Pero en lo tocante a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído aquello que os fue hablado por Dios, diciendo,
32. Yo soy el Dios de Abraham, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob? Dios no es el Dios de los muertos, sino de los vivos.
33. Y cuando la multitud oyó -esto-, quedaron atónitos ante su doctrina.
34. + Pero cuando los Fariseos hubieron oído que él había dejado callados a los Saduceos, se reunieron -y- juntaron.
35. Entonces uno de ellos, -el cual era- abogado, -le- hizo -una pregunta-, tentándolo, y diciendo,
36. Maestro, ¿cuál -es- el gran mandamiento de la Ley?
37. Jesús le dijo, Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.
38. Este es el primero y gran mandamiento.
39. Y el segundo -es- parecido a este. Amarás a tu vecino como a ti mismo.
40. De estos dos mandamientos penden toda la ley y los profetas.
41. + Al estar reunidos los Fariseos, Jesús les preguntó,
42. Diciendo, ¿Qué pensáis del Cristo? ¿De quién es hijo? Ellos le dijeron, -El Hijo- de David.
43. El les dijo, ¿Cómo entonces David en espíritu lo llama Señor, diciendo,
44.. El Señor le dijo a mi Señor, Siéntate a mi mano derecha, hasta que haga a tus enemigos banquillo de tus pies?
45. Si David entonces lo llama Señor, ¿cómo es él su hijo?
46. Y ningún hombre fue capaz de responderle palabra alguna, tampoco nadie desde aquel día se atrevió a hacerle más -preguntas-.
Mateo 21
1. Y cuando se acercaron a Jerusalén, y hubieron llegado a Betfagé, al monte de los Olivos, envió entonces Jesús a dos discípulos,
2. Diciéndoles, Id al pueblo al otro lado frente a vosotros, y al momento encontraréis un asna atada, y un borrico con ella; desatad-los-, y traédmelos.
3. Y si algún -hombre- os dice algo, diréis, El Señor tiene necesidad de ellos, y de inmediato él los enviará.
4. Se hizo todo esto, para que pudiera cumplirse aquello que fue hablado por el profeta, diciendo,
5. Contadle a la hija de Sión, Mira que tu Rey viene a ti, manso, y sentado en un asna, y en un burrito el borrico de un asno.
6. Y los discípulos fueron e hicieron como Jesús les mandó,
7. Y trajeron el asna y el borrico, y sobre ellos pusieron sus ropas, y -lo- colocaron sobre ellos.
8. Y una multitud muy grande esparció sus vestimentas en el camino, otros cortaron ramas de los árboles, y -las- esparcieron en el camino.
9. Y las multitudes que iban antes, junto con las que -lo- seguían, clamaron diciendo, Hosana al Hijo de David: Bendito -es- el que viene en el nombre del Señor; Hosana en las alturas.
10. Y cuando hubo llegado a Jerusalén, toda la ciudad se conmovió diciendo, ¿Quién es este?
11. Y la multitud decía, Este es Jesús, el profeta de Nazaret de Galilea.
12. Y Jesús entró al templo de Dios, y expulsó a todos los que vendían y compraban en el templo, y tumbó las mesas de los cambistas de dinero, y los asientos de los que vendían palomas,
13. Y les dijo, Está escrito, Mi casa será llamada la casa de oración, pero vosotros la habéis hecho una cueva de ladrones.
14. Y en el templo los ciegos y los cojos llegaron a él, y él los sanó.
15. Y cuando el sumo sacerdote y los escribas vieron las cosas maravillosas que hacía, y los niños gritando en el templo, y diciendo, Hosana al Hijo de David, les desagradó sobremanera.
16. Y le dijeron, ¿Oyes lo que dicen estos? Y Jesús les dice, Sí; ¿nunca habéis leído. De la boca de los bebés y -de- los que amamantan has completado la alabanza?
17. * Y los dejó, y salió de la ciudad, entró a Betania, y se alojó allí.
18. Ahora pues en la mañana mientras retornaba a la ciudad, tuvo hambre.
19. Y al ver una higuera en el camino, vino a ella, y no halló nada en ella, sino sólo hojas, y le dijo, Que nunca fruto alguno crezca en ti desde ahora. Y de inmediato la higuera se marchitó.
20. Y cuando los discípulos -lo- vieron, se maravillaron, diciendo, ¡Qué pronto la higuera se marchitó!
22. Jesús respondió y les dijo, De verdad os digo, si tenéis fe, y no dudáis, no solamente haréis esto -que se le hizo- a la higuera, sino también si le decís a esta montaña, Remuévete, y lánzate al mar, -así- se hará.
22. Y todas las cosas, cualesquiera -que sean- que pidáis en oración creyendo, -aquellas- recibiréis.
23. + Y cuando hubo llegado al templo, el sumo sacerdote y los mayores del pueblo vinieron hasta donde él mientras estaba enseñando, y dijeron, ¿Con qué autoridad haces todas estas cosas? ¿y quién te dio esta autoridad?
24. Y Jesús respondió y les dijo, Yo también os preguntaré una cosa, la cual si me decís, de igual manera os diré con qué autoridad hago estas cosas.
25. El bautismo de Juan, ¿de dónde fue? ¿del cielo. o de los hombres? Y razonaron entre sí, diciendo, Si decimos, Del cielo, nos dirá, ¿Por qué entonces no le creísteis?
26. Pero si decimos, De los hombres, tememos al pueblos, pues todos tienen a Juan como un profeta.
27. Y respondieron a Jesús y -le- dijeron, No podemos decir. Y él les dijo, Tampoco yo os digo con qué autoridad hago estas cosas.
28. + ¿Pero qué pensáis vosotros? -Cierto- hombre tenía dos hijos, y llegó al primero, y dijo, Hijo, ve a trabajar hoy a mi viñedo.
29. Él respondió y dijo, No lo haré; sin embargo se arrepintió después, y fue.
30. Y él llegó al segundo, y de igual manera le dijo. y él respondió y -le- dijo, -Lo haré- señor, y no fue.
31. ¿Cuál de ellos dos hizo la voluntad de -su- padre? Ellos le dicen, El primero. Jesús le dice, De verdad os digo, Que los publicanos y las rameras entran al reino de DIos antes de vosotros.
32. Porque Juan vino a vosotros en el camino de la justicia, y no le creísteis, pero los publicanos y las rameras le creyeron, y vosotros, al haber visto -esto-, después no os arrepentísteis, para poderle creer.
33. + Oíd otra parábola: Hubo cierto dueño de casa, que plantó un viñedo, cercó alrededor, cavó en él un lagar, construyó una torre, lo dejó a -unos- labradores, y a un país lejano se fue;
34. Y cuando se acercaba el momento del fruto, envió sus sirvientes a los labradores, para poder ellos recibir los frutos de este.
35. Y a sus sirvientes los labradores los tomaron, golpearon a uno, mataron al otro, y apedrearon uno más.
36. Nuevamente, envió otros sirvientes más que los primeros, y de igual manera les hicieron.
37. Mas por último les envió a su hijo, diciendo, Reverenciarán a mi hijo.
38. Pero cuando los labradores vieron al hijo, entre ellos se dijeron, Este es el heredero; venid, matémoslo, y tomemos posesión de su herencia.
39. Y lo cogieron, -lo- echaron del viñedo, y -lo- ejecutaron.
40. Por tanto cuando venga el señor del viñedo, ¿qué le hará a esos labradores?
41. Ellos le dijeron, Destruirá miserablemente a esos malvados hombres, y dejará -su- viñedo a otros agricultores, que en su momento le entreguen los frutos.
42. Jesús les dice, ¿Nunca leísteis en las escrituras, La piedra que los constructores rechazaron se ha convertido en la cabeza del ángulo; esta es la obra del Señor, y maravillosa es a nuestros ojos?
43. Por esto os digo, El Reino de Dios se os quitará, y se-le- dará a una nación que entregue sus frutos.
44. Y quienquiera que caiga en esta piedra quebrantado será, pero sobre quien ella caiga, como a polvo lo molerá.
45. Y cuando los sumos sacerdotes y Fariseos hubieron oído sus parábolas, percibieron que hablaba de ellos.
46. Mas cuando buscaban echarle mano a él, temieron a la multitud, pues lo tomaban como profeta.
Mateo 20
1. Porque el reino del cielo es como un hombre dueño de casa, el cual salió temprano en la mañana a contratar obreros para su viña.
2. Y cuando hubo acordado con los obreros por un penique al día, los envió a su viña.
3. Y alrededor de la tercera hora salió, y vio a otros parados ociosos en el mercado.
4. Y les dijo, Id vosotros también a la viña, y osd aré lo que sea correcto. Y emprendieron camino.
5. Salió de nuevo alrededor de la sexta y la novena hora, e hizo lde igual manera.
6. Y alrededor de la undécima hora salió y encontró a otros parados ociosos, y les dice, ¿Por qué estáis aquí ociosos todo el día?
7. Ellos le dicen, Porque ningún hombre nos ha contratado. Él les dice, Id también a la viña, y lo que sea correcto, -eso- recibiréis.
8. De forma que cuando llegó el atardecer, el señor de la viña le dice a su mayordomo, Llama a los obreros, y dales -su- salario, comenzando del último al primero.
9. Y cuando llegaron aquellos que -fueron contratados- alrededor de la undécima hora, cada hombre recibió un penique.
10. Pero cuando llegaron los primeros, supusieron que debían haber recibido más, y de igual forma cada hombre recibió un penique.
11. Y cuando -lo-hubieron recibido, murmuraron en contra del patrón de la casa,
12. Diciendo, Estos últimos han trabajado -sólo- una hora, y tú los has hecho igual a nosotros, los cuales hemos soportado la carga y el calor del día.
13. Pero él respondió a uno de ellos, y dijo, Amigo, yo no te hago mal; ¿No acordaste conmigo en un penique?
14. Toma -lo- tuyo, y márchate; deseo darle a este último tanto como a ti.
15. ¿No es legal que yo haga lo que desee con lo mío? ¿Se vuelve envidiosa tu mirada por ser yo bueno?
16. De manera que los últimos serán primeros, y los primeros últimos; pues muchos son llamados, mas pocos escogidos.
17. + Y Jesús subiendo hasta Jerusalén, tomó en el camino a los doce discípulos aparte, y les dijo,
18. Mirad que subimos hasta Jerusalén; y el Hijo del hombre será traicionado en los sumos sacerdotes y los escribas, y ellos lo condenarán a muerte,
19, Y lo entregarán a los Gentiles para burla, para azotes, y para que -lo- crucifiquen; y al tercer día de nuevo él se levantará.
20. + Entonces vino a él la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, adorándo-lo-, y deseando cierto asunto de él.
21. Y él le dijo, ¿Qué deseas? Ella le dice, Concede que estos dos hijos míos se puedan sentar, el uno a tuderercha, y el otro a la izquierda, en tu reino.
22. Pero Jesús respondió y dijo, No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber de la copa que yo voy a beber, y ser bautizados con el bautismo con el que soy bautizado? Ellos le dicen, Lo somos.
23. Y él les dice, Beberéis en verdad de mi copa, y seréis bautizados con el bautismo con el que soy bautizado, pero sentarse a mi mano derecha y a mi izquierda, no es mío el darlo, sino que -será dado a aquellos- para quienes está preparado por mi Padre.
24. Y cuando los diez -lo- oyeron, se llenaron de indignación contra los dos hermanos.
25. Pero Jesús los llamó -hacia él-, y dijo, Vosotros sabéis que los príncipes de los Gentiles ejercen dominio sobre ellos, y los que son grandes ejercen autoridad sobre ellos.
26. Mas entre vosotros no será así, sino que cualquiera que desee ser el mayor entre vosotros, que sea vuestro siervo;
28. Así como el Hijo del hombre no vino a ser servido, sino a servir, y a dar su vida como rescate por muchos.
29. Y mientras partían de Jericó, una gran multitud lo siguió.
30. + Y mirad que dos hombres ciegos sentados al lado del camino, cuando oyeron que Jesús pasaba, clamaron diciendo, Ten misericordia de nosotros, Oh Señor, Hijo de David.
31. Y la multitud los reprendió porque debían guardar silencio; sin embargo más clamaban diciendo, Ten misericordia de nosotros, Oh Señor, Hijo de David.
32. Y Jesús se detuvo y los llamó, y dijo, ¿Qué deseáis que os haga?
33. Ellos le dicen, Señor, que se puedan abrir nuestros ojos.
34. De manera que Jesús tuvo compasión -de ellos-, y tocó sus ojos, e inmediatamente sus ojos recibieron vista, y ellos lo siguieron.
Mateo 19
1. Y vino a acontecer -que- cuando Jesús hubo terminado estos dichos, partió de Galilea, y llegó a las cosgtas de Judea más allá del Jordán.
2. Y grandes multitudes lo siguieron; y él los sanó allí.
3. + Los Fariseos también vinieron a él tentándolo, y diciéndole, ¿Es legal que un hombre deseche a su esposa por cualquier causa?
4. Y él respondió y les dijo, ¿No habéis leído que aquel que -los- hizo al comienzo los hizo varón y hembra,
5. Y dijo, Por esta causa dejará un hombre a padre y madre, y se adherirá a su mujer, y los dos serán un -ser de- carne?
6. Por ello ya no son dos, sino un -ser de- carne. Lo que por tanto Dios ha juntado, que el hombre no lo separe.
7. Ellos le dijeron, ¿Por qué Moisés entonces mandó dar un escrito de divorcio, y desecharla?
8. Él les dijo, Moisés a causa de la dureza de vuestros corazones os dejó desechar a vuestras esposas; pero desde el comienzo no fue así.
9 Y yo os digo, Quienquiera que deseche a su esposa a no ser -que sea- por fornicación, y se case con otra, comete adulterio; y quienquiera que se case con la desechada comete adulterio.
10. + Sus discípulos le dicen, Si así es el caso del hombre con -su- esposa, no es bueno casarse.
11. Sin embargo él les dijo, No todos pueden recibir este dicho, salvo a quienes les es dado.
12. Porque algunos eunucos que nacieron así del vientre de -su- madre; hay otros eunucos hechos eunucos por los hombres, y hay eunucos, que se han hecho eunucos por amor al reino del cielo. El que sea capaz de recibir-lo-, que -lo- reciba.
13. + Entonces se le trajeron niños pequeños, para que pudiera poner -sus- manos sobre ellos orando, y los discípulos los reprendieron.
14. Pero Jesús -les- dijo, Dejad a los niñitos y no les prohibáis venir a mí, porque el reino del cielo es de ellos.
15. Puso entonces -sus- manos sobre ellos, y partió de allí.
16. + Y mirad que llegó uno y le dijo, Maestro Bueno, ¿Qué buena cosa he de hacer, para poder tener vida eterna?
17. Y él le dijo, ¿Por qué me llamas bueno? Nadie -hay- bueno sino uno, esto es, Dios; pero si quieres entrar a la vida, guarda los mandamientos,
18. Él le dijo, ¿Cuáles? Jesús dijo, No has de asesinar, No has de cometer adulterio, No has de robar, No has de dar falsos testimonios,
19. Honra a tu padre y a -tu- madre, y has de amar a tu vecino como a ti mismo.
20. El joven le dice, He guardado todas estas coss desde mi juventud; ¿Qué me falta aún?
21. Jesús le dijo, Si deseas ser perfecto, anda -y- vende lo que tienes, entrega a los pobres, y tendrás tesoros en el cielo, y ven y sígueme.
22. Pero cuando el joven oyó aquel dicho, se fue triste, pues tenía grandes posesiones.
23. + Entonces dijo Jesús a sus discípulos, De veras os digo, Que difícilmente un hombre rico entrará en el reino del cielo.
24. Y de nuevo os digo, Más fácil es para un camello pasar por el ojo de una aguja, que para un hombre rico entrar en el reino de Dios.
25. Cuando sus discípulos -lo- oyeron, se asombraron sobremanera, diciendo, ¿Quién se puede entonces salvar?
26. Pero Jesús -los- miró y les dijo, Esto es imposible para los hombres, pero todas las cosas son posibles para Dios.
27. Entonces Pedro respondió y le dijo, Mira que nosotros abandonamos todo para seguirte. ¿Qué tendremos por eso?
28. Y Jesús les dijo, En verdad os digo, Que vosotros los que me habéis seguido, en la regeneración cuando el Hijo del hombre se vaya a sentar en el trono de su gloria, también os vais a sentar en doce tronos, juzgando a las doce tribus de Israel.
29. Y todo el que haya abandonado casas, o hermanos, o hermanas, padre, o madre, o esposa, o hijos, o tierras, por amor a mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna.
30. Pero muchos primeros serán los últimos, y los últimos primeros.
Mateo 18
1. Llegaron hasta Jesús al mismo tiempo los discípulos, diciendo, ¿Quién es el mayor en el reino del cielo?
2. Y Jesús llamó a un niño pequeño -para que viniera- a él, y lo colocó en medio de ellos.
3. Y dijo, De verdad os digo, A no ser que os convirtáis y os volváis como niños pequeños, no entraréis en el reino del cielo.
4. Por eso quienquiera que se humille como este niño pequeño, este mismo es el mayor en el reino del cielo.
5. Y quien reciba en mi nombre a un niño pequeño como él me recibe a mí.
6. Pero quien ofenda a uno de estos pequeños que creen en mí, sería mejor que se le colgara una piedra de molino a su cuello, y se ahogara en lo profundo del mar.
7. + ¡Ay del mundo por las ofensas! Pues es necesario que vengan las ofensas, ¡Pero ay del hombre por quien venga la ofensa!
8. Por eso si tu mano o tu pie te hacen tropezar, apártalos de un tajo, y arrója-los lejos- de ti; mejor para ti entrar a la vida cojo o mutilado, y no tener dos manos o dos pies y ser arrojado al fuego que siempre perdura.
9. Y si tu ojo te hace tropezar, arráncalo, y arrója-lo lejos- de ti; es mejor para ti entrar a la vida con un ojo, y no tener dos ojos y ser arrojado al fuego del infierno.
10. Cuidaos de despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo, Que en el cielo sus ángeles siempre contemplan el rostro de mi Padre que está en el cielo.
11. Porque el Hijo del Hombre ha venido a salvar lo que se había perdido.
12. ¿Qué pensáis? Si un hombre tiene cien ovejas, y una de ellas se descarría, ¿no deja las noventa y nueve, y entra a las montañas a buscar a la que se descarrió?
13. Y si sucede que la encuentra, verdaderamente os digo, que se regocija más por aquella, que por las noventa y nueve que no se descarriaron.
14. Así también no es la voluntad de vuestro Padre que está en el cielo que uno de estos pequeños tenga que perecer.
15. + Es más, si tu hermano transgrede contra ti, vé, y dile su falta sólo entre tú y él ; si él te oye, ganaste a tu hermano.
16. Pero si no -te- oye, toma contigo -entonces- a uno o dos más, para que en la boca de dos o tres testigos toda palabra pueda confirmarse.
17. Y si los desatiende a ellos, díce-lo- a la congregación; pero si desatiende a la iglesia, considéralo un hombre pagano o publicano.
18. De veras os digo, Cualquier -cosa- que atéis en la tierra será atada en el cielo, y cualquier -cosa- que liberéis en la tierra será liberada en el cielo.
19. Os digo de nuevo, Que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra en cuanto a cualquier cosa que pidan, les será hecha por mi Padre que está en el cielo.
20. Porque donde dos o tres se congreguen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
21. + Vino a él entonces Pedro y dijo, Señor, ¿Cuántas veces -habrá de- pecar mi hermano en contra mía, y yo de perdonarlo? ¿Hasta siete veces?
22. Jesús le dice, Hasta siete veces no te digo, sino hasta setenta veces siete.
23. + Por eso el reino del cielo se asemeja a cierto rey, el cual quiso pedirle cuentas a sus siervos.
24. Y cuando hubo comenzado a hacer cuentas, le trajeron uno, el cual le debía diez mil talentos.
25. Pero debido a que como él no tenía para pagar, su señor mandó que fuera vendido. con su esposa, hijos y todo lo que tenía, y se hiciera el pago.
26. El siervo entonces se postró, y lo adoró, diciendo, Señor, ten paciencia conmigo, y todo te -lo- pagaré.
27. Entonces el señor de aquel siervo se conmovió con compasión, lo liberó y le perdonó la deuda.
28. Pero salió el mismo siervo, y a uno de sus consiervos encontró, el cual le debía a él cien peniques, y puso sus manos en él, -lo- tomó por la garganta, diciendo, Págame lo que debes.
29. Y su consiervo se postró a sus pies, y le rogó diciendo, Ten paciencia conmigo, todo te lo pagaré.
30. Y él no quiso, sino que fue y lo lanzó a la prisión, hasta que él hubiera pagado la deuda.
31. De manera que cuando sus consiervos vieron lo que se hizo, mucho se apenaron, y llegaron y le contaron a su señor todo lo que se hizo.
32. Entonces su señor, después de que lo hubo llamado, le dijo, Oh tú malvado siervo, te perdoné toda esa deuda porque de mí lo deseaste.
33. ¿No debías tú también haber tenido compasión de tu consiervo, así como yo tuve lástima de ti?
34. y su señor se airó, y lo entregó a los verdugos, hasta que hubiera pagado todo lo que le era debido a él.
35. De manera que de igual forma hará también mi Padre celestial con vosotros si no perdonáis de corazón cada uno a su hermano sus faltas.
Mateo 17
1. Y después de seis días Jesús toma a Pedro, Santiago, y Juan su hermano, y los lleva aparte hasta una montaña alta,
2. Y se transfiguró delante de ellos: su rostro brillaba como el sol, y su vestido se enblanqueció como la luz.
3. Y he aquí que se les aparecieron Moisés y Elías hablando con él.
4. Entonces Pedro respondió, y le dijo a Jesús, Señor, qué bueno que estemos acá, si quieres, hagamos acá tres tabernáculos, uno para ti, uno para Moisés, y uno para Elías.
5. Mientras todavía hablaba, he aquí que una nube brillante los cubrió, y he aquí que una voz salió de la nube, la cual dijo, Este es mi amado Hijo. en quien bien me complazco, a él oíd.
6. Y cuando los discípulos -la- oyeron, se postraron sobre sus rostros, y tuvieron mucho miedo.
7. Y Jesús llegó los tocó, y dijo, Levantaos y no tengáis miedo.
8. Y cuando hubieron levantado sus ojos no vieron a ningún hombre salvo a Jesús.
9. Y mientras bajaban de la montaña, Jesús les encargó diciendo, No contéis la visión a hombre -alguno-, hasta que el Hijo del hombre sea levantado de nuevo de los muertos.
10. Y sus discípulos le preguntaron, diciendo, ¿Por qué entonces dicen los escribas que Elías debe venir primero?
11. Y Jesús respondió y les dijo, Elías de verdad vendrá primero, y restaurará todas las cosas.
12. Pero yo os digo, Que Elías ya ha venido, y no lo conocieron, sino que hicieron con él lo que quisieron. De igual manera también el Hijo del hombre sufrirá -en manos- de ellos.
13. Los discípulos entonces entendieron que les hablaba de Juan el Bautista.
14. + Y cuando llegaron hasta la multitud, llegó a él -cierto- hombre, arrodillándosele a él, y diciendo,
15. Señor, ten misericordia de mi hijo, porque es lunático, y severamente maltratado; pues en ocasiones cae en el fuego, y otras en el agua.
16. Y lo traje a tus discípulos, y no lo pudieron curar.
17. Entonces Jesús respondió y dijo, Oh generación carente de fe y perversa, ¿Cuánto más estaré con vosotros? Tráemelo aquí.
18. Y Jesús reprendió al diablo, y él partió de él, y el hijo quedó curado desde esa misma hora.
19. Llegaron entonces los discípulos a donde Jesús aparte, y -le- dijeron, ¿Por qué no lo pudimos expulsar?
20. Y Jesús les dijo, A causa de vuestra incredulidad, porque de veras os digo, Si tenéis fe como el grano de una semilla de mostaza, le diréis a esta montaña, Remuévete a aquel lugar, y se removerá, y nada imposible os será.
21. No obstante esta clase no sale sino con oración y ayuno.
22. + Y mientras habitaban en Galilea, les dijo Jesús, El Hijo del hombre será traicionado en manos de los hombres;
23. Y ellos lo matarán, y al etrcer día de nuevo se levantará. Y ello se apenaron sobremanera.
24. + Y cuando hubieron llegado a Capernaúm, los que recibían -la moneda del- tributo llegaron hasta Pedro, y dijeron, ¿-Acaso- no paga vuestro maestro tributo?
25. Él dijo, Sí. Y cuando hubo llegado a la casa, Jesús se le adelantó diciendo, ¿Qué piensas tú Simón? ¿De quién toman aduana o tributo los reyes de la tierra? ¿De sus propios hijos, o de los extraños?
26. Pedro le dijo, De los extraños. Jesús le dijo, Quedan entonces los hijos libres.
27. Mas sin embargo, no sea que los vayamos a ofender, vé al mar, lanza un anzuelo, y toma el primer pescado que salga, y cuando hayas abierto su boca, encontrarás una moneda; esa toma y dásela a ellos por mi y por ti.
Mateo 16
1. Los Fariseos junto con los Saduceos llegaron y lo tentaron deseando que les diera a conocer una señal del cielo.
2. Él respondió y les dijo, Al atardecer decís, -Habrá- un buen clima porque el cielo está rojo.
3. Y en la mañana, -Habrá- un mal clima, porque el cielo está rojo y amenazante. Oh hipócritas, podéis discernir el rostro del cielo, pero no podéis las señales de los tiempos?
4. Una generación maligna y adúltera busca una señal, y no le será dada, salvo la señal del profeta Jonás. Y los dejó y partió.
5. Y cuando sus discípulos hubieron llegado al otro lado, se habían olvidado de coger pan.
6. + Entonces Jesús les dijo, Prestad atención y cuidaos de la levadura de los Fariseos y de los Saduceos.
7. Y ellos razonaban entre ellos, diciendo, -Es- porque no hemos tomado pan.
8. Cuando Jesús -lo- percibió, les dijo, Oh vosotros de poca fe, ¿Por qué razonáis entre vosotros a causa de no haber traído pan?
9. ¿No entendéis aún, ni tampoco recordáis las cinco porciones de los cinco mil, y cuántas canastas tomásteis?
10. ¿Ni las siete porciones de los cuatro mil, y cuántas canastas tomásteis?
11. ¿´Cómo es que no entendéis que no os hablo acerca de pan, que debéis tener cuidado con la levadura de los Fariseos y de los Saduceos?
12. Entonces entendieron cómo él -les- pedía no que se cuidaran de la levadura del pan, sino de la doctrina de los Fariseos y de los Saduceos.
13. Cuando Jesús llegó a las costas de Cesarea de Filipo, les preguntó a sus discípulos, diciendo, ¿Quién dicen los hombres que yo, el Hijo del hombre soy?
14. Y ellos dijeron, Algunos Juan el Bautista; algunos Elías; y otros Jeremías, o uno de los profetas.
15. Él les dijo, ¿Pero quién decís vosotros que yo soy?
16. Y Simón Pedro respondió y dijo, Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo.
17. Y Jesús respondió y le dijo, Bendito eres tú Simón Bar-jona, porque la carne y la sangre no te -lo- han revelado, sino mi Padre, el cual está en el cielo.
18. Y además te digo, Que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi congregación, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.
19. Y yo te daré las llaves del reino del cielo, y lo que sea que ates en la tierra será atado en el cielo; y lo que sea que liberes en la tierra, será liberado en el cielo.
20. Entonces le encargó a sus discípulos que no debían decirle a hombre -alguno- que él era Jesús el Cristo.
21. + Desde ese momento en adelante comenzó Jesús a manifestarle a sus discípulos, cómo debía ir a Jerusalén, y sufrir muchas cosas de los mayores y de los sumos sacerdotes y los escribas, ser muerto, y levantarse de nuevo el tercer día.
22. Entonces Pedro lo tomó y comenzó a reprenderlo, diciendo, -Que- esto esté lejos de ti, Señor, esto no te pasará.
23. Pero él se volvió y le dijo a Pedro, Sal de mi vista, Satanás, me eres una ofensa, porque no saboreas las cosas que son de Dios, sino aquellas que son de los hombres.
24. Entonces Jesús le dijo a sus discípulos, Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a él mismo, tome su cruz, y sígame.
25. Porque quienquiera que desee salvar su vida la perderá, y quienquiera que desee perder su vida por amor a mí la encontrará.
26. ¿Pues qué le aprovecha a un hombre, ganar el mundo entero, y perder su propia alma? ¿O qué va a dar un hombre a cambio de su alma?
27. Ya que el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces recompensará a cada hombre de acuerdo a sus obras.
28. De verdad os digo, que hay algunos en pie acá, los cuales no probarán la muerte, hasta que vean al Hijo del hombre viniendo en su reino.
Mateo 15
1. Vinieron entonces a Jesús -algunos- escribas y Fariseos, los cuales eran de Jerusalén, diciendo,
2. ¿Por qué tus discípulos transgreden la tradición de los mayores? Ya que no se lavn las manos cuando comen -el- pan.
3. Pero él respondió y les dijo, ¿Por qué también vosotros transgredís el mandamiento de Dios con vuestra tradición?
4. Ya que Dios mandó diciendo, Honra a tu padre y a -tu- madre, y, El que maldiga a padre o madre, que sufra la muerte.
5. Pero vosotros decís, Cualquiera que le diga a -su- padre o a -su- madre, Por lo que sea que te puedas beneficiar de mi, -considéralo- un presente;
6. Y no honra a su padre o a su madre, -quedará libre-. De esta manera habéis convertido el mandamiento de Dios sin efecto alguno con vuestra tradición.
7. -Vosotros. hipócritas, bien profetizó Isaías de vosotros, diciendo,
8. Este pueblo con su boca se acerca a mí, y con -sus- labios me honra, pero su corazón está lejos de mí.
9. Sin embargo en vano me adoran, enseñando -como- doctrina los mandamientos de los hombres.
10, + Y llamó a la multitud y les dijo, Oíd y entended:
11. No es aquello que entra a la boca lo que contamina a un hombre.
12. Llegaron entonces sus discípulos y le dijeron, ¿No sabes que los Fariseos se ofendieron tras oír este dicho?
13. Pero él respondió y dijo, Toda planta, la cual mi Padre celestial no haya plantado, será desarraigada.
14. Dejadlos solos: Son ciegos líderes de ciegos. Y si el ciego lidera al ciego, a la zanja ambos caerán.
15. Respondió entonces Pedro y le dijo, Revélanos esta parábola.
16. Y Jesús dijo, ¿Estáis también sin entendimiento?
17. ¿Aún no entendéis que lo que sea que entre por la boca se introduce al estómago, y es lanzado a los desechos?
18. Mas aquellas cosas que proceden de la boca salen del corazón, y ellas contaminan al hombre.
19. Porque del corazón proceden los malos pensamientos, los asesinatos, los adulterios, las fornicaciones, los robos, los falsos testimonios, -y- las blasfemias;
20. Estas son -las cosas- que contaminan a un hombre; pero al hombre no lo contamina comer sin lavarse las manos.
21. + Entonces Jesús se fue de allí, y partió hacia las costas de Tiro y de Sidón.
22. Y, mirad que una mujer de Canaán salió de las mismas costas, y le gritó, diciendo, ten misericordia de mí, Oh Señor, Hijo de David; mi hija está gravemente afligida por un diablo.
23. Pero él no le respondía palabra. Y sus discípulos vinieron y le suplicaron, diciendo, Despídela, pues grita detrás de nosotros.
24. Pero él respondió y dijo, No soy enviado sino para las ovejas perdidas de la casa de Israel.
25. Vino entonces ella y lo adoró, diciendo, Señor, ayúdame.
26. Pero él respondió y dijo, No es apropiado tomar el pan de los hijos, y lanzárselo a los perros.
27. Y ella dijo, Verdad, Señor, sin embargo los perros comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.
28. Entonces Jesús respondió y le dijo, Oh mujer, grande -es- tu fe; -que- aún así como tú quieres te sea. Y desde esa misma hora su hija se alivió.
29. Y Jesús partió de allí, y llegó cerca al mar de Galilea, y subió a una montaña, y se sentó allí.
30. Y grandes multitudes llegaban a él, trayendo con ellos -aquellos que estaban- cojos, ciegos, mudos, mutilados, y muchos otros, los arrojaban a los pies de Jesús, y él los sanaba,
31. De tal manera que la multitud se maravillaba al ver hablar a los mudos, los mutilados repuestos, los cojos andando, y los ciegos viendo, y ellos glorificaban al Dios de Israel.
32. + Entonces Jesús llamó a sus discípulos -hasta donde él-, y dijo, Me da compasión de la multitud, porque ya continúan conmigo por tres días, y no tienen nada para comer, y no los voy a despedir en ayunas, no vaya a ser que desfallezcan en el camino.
33. Y sus discípulos le dicen, De dónde podríamos tener tanto pan en el yermo, como para saciar a tan grande multitud?
34. Y Jesús les dice, ¿Cuántas porciones tenéis? Y ellos dijeron, Siete, y unos cuantos peces.
35. Y él -le- mandó a la multitud sentarse en el piso.
36. Y tomó las siete porciones y los peces, dio gracias, -los- partió y -los- dio a sus discípulos, y los discípulos a la multitud.
37. Y todos ellos comieron, y se saciaron, y tomaron de los pedazos de comida que quedaron siete canastas llenas.
38. Y los que comieron fueron cuatro mil hombres, fuera de mujeres y niños.
39. Y él despidió a la multitud, se embarcó, y llegó a las costas de Magdala.