1. Escuchadme, Oh islas y prestad oído vosotras gentes de lejos, El SEÑOR me llamó desde el vientre, desde las entrañas de mi madre mencionó mi nombre.
2. E hizo mi boca como una espada aguda; en la sombra de su mano me escondió, y en una flecha pulida me convirtió, escondiéndome en su aljaba.
3. Y me dijo, Tú -eres- mi siervo, Oh Israel, en quien me glorificaré.
4. Entonces dije, Por nada he laborado, en vano mis fuerzas he gastado, -aunque- con seguridad mi juicio -está- con el SEÑOR, y mi trabajo -se queda- con mi Dios.
5. + Y ahora, -así- dice el SEÑOR que me formó desde el vientre -para ser- su siervo, -y- para traer a Jacob de nuevo a él, Aunque Israel no sea reunida, aún así glorioso seré a los ojos del SEÑOR, y mi fuerza será mi Dios.
6. Y él dijo, Poca cosa es que seas mi siervo para levantar las tribus de Jacob, y restaurar a los preservados de Israel; también te daré como luz para los Gentiles, para que puedas ser mi salvación hasta los confines de la tierra.
7. Así -le- dice el SEÑOR, el Redentor de Israel, -y- su Santo, a aquel a quien el hombre desprecia, a aquel a quien la nación aborrece, a un siervo de gobernantes, Los reyes verán y se levantarán, los príncipes también adorarán, porque el SEÑOR que es fiel, el Santo de Israel te va a escoger.
8. Esto dice el SEÑOR, En el tiempo aceptable te oí, y en el día de la salvación te ayudé, y te preservaré, y te daré como convenio del pueblo, para establecer la tierra, para hacer que hereden las desoladas herencias.
9. Para que a los prisioneros -les- puedas decir, Salid, a los que -se encuentran- en la oscuridad, Manifestaos. En los caminos se alimentarán, y sus pastos -estarán- en todos los lugares altos.
10. No tendrán hambre ni sed, ni el calor del sol los golpeará, porque el que tiene misericordia de ellos los va a dirigir, sí, junto a los manantiales de agua los va a guiar.
11. Y haré un camino de todas mis montañas, y mis carreteras exaltadas serán.
12. He aquí, estos vendrán de lejos, y mirad a estos del norte y del occidente, y a estos de la tierra de Sinim.
13. + Cantad, Oh cielos, y gozaos Oh tierra, y Oh montañas prorrumpid en cantos, porque el SEÑOR a su pueblo ha confortado, y tendrá misericordia de sus afligidos.
14. Pero Sion dijo, El SEÑOR me ha abandonado, y mi Señor de mí se ha olvidado.
15. ¿Se puede olvidar una mujer de su niño de pecho, que no haya de tener compasión del hijo de su vientre? Sí, ellas se pueden olvidar, aún así yo no te olvidaré.
16. Mira que te he esculpido en las palmas de -mis- manos, de continuo tus muros delante de mí -están-.
17. Tus hijos se apresurarán, tus destructores y los que te hicieron escombros, de ti se irán.
18. + Levanta los ojos a tu alrededor, y mira todos estos que a una se reúnen, -y- vienen a ti. Vivo yo, dice el SEÑOR, -que- con seguridad te vestirás con todos ellos, como con un adorno, y como una novia -te- los atarás.
19. Porque tus escombros, tus lugares desolados, y la tierra de tu destrucción, aún ahora se harán muy estrechos a raíz de sus habitantes, y los que te devoraron estarán muy lejos.
20. Los hijos que tendrás, tras haber perdido los otros, te dirán de nuevo a los oídos, El lugar me -es- muy estrecho, dame -un- lugar -donde- pueda morar.
21. Entonces en tu corazón dirás, ¿Quién me engendró estos, viendo -que- a mis hijos he perdido, y estoy desolada, cautiva y mudándome de un lugar a otro? ¿ Y quién ha traído estos? Mira, me habían dejado sola, ¿dónde -habían estado- estos?
22. Así dice el Señor DIOS, Mira que levantaré mi mano a los Gentiles, y para las gentes colocaré mi estandarte, y a tus hijos traerán en brazos, y tus hijas serán cargadas en hombros.
23. Y reyes serán tus padres amamantadores, y sus reinas tus amamantadoras madres; a ti se inclinarán con rostro a tierra, y lamerán el polvo de tus pies, y sabrás que yo -soy- el SEÑOR, porque no se avergonzarán los que me aguardan.
24. + ¿Se le quitará la presa al fuerte, o -se- liberará el cautivo -preso- por la ley?
25. Pero esto dice el SEÑOR, Sí, los cautivos a los fuertes se les quitará, y la presa del temible se liberará, porque yo contenderé con el que contienda contigo, y salvaré a tus hijos.
26. Y con su propia carne alimentaré a los que te opriman, y se embriagarán de su propia sangre, como con dulce vino, y toda carne sabrá que yo el SEÑOR -soy- tu Salvador y tu Redentor, el Fuerte de Jacob.
Isaías 48
1. Oíd esto vosotros, Oh casa de Jacob, que se os llama por el nombre de Israel, y -que- habéis salido de las aguas de Judá, que juráis por el nombre del SEÑOR, y hacéis mención del Dios de Israel, -pero- no ni en justicia ni en verdad.
2. Porque se llaman de la ciudad santa, y -de los que- permanecen en el Dios de Israel; el SEÑOR de las huestes -es- su nombre.
3. He declarado las primeras cosas desde el comienzo, de mi boca salieron, y las manifesté; -las- hice de repente, y llegaron a suceder.
4. Porque sabía que -eres- obstinado, y tu cuello -es- un nervio de hierro, y tu frente bronce;
5. Aún desde el comienzo te -lo- declaré, antes de que sucediera te -lo- indiqué, no fuera que dijeras, Los hizo mi ídolo, y mi imagen esculpida, mi imagen fundida los ha mandado.
6. Has oído, mira todo esto, ¿Y no -lo- declararás? Desde esta vez nuevas cosas te he compartido, incluso cosas ocultas, y tú no las sabías.
7. Ya están creadas, y no -fue- desde el comienzo, aún antes del día en el que no oías de ellas, no fuera que dijeras, Mira que yo lo sabía.
8. Sí -que- no -lo- oíste, ni -lo- supiste, sí, desde -que- tu oído no se había habierto -a ello-, pues sabía que te portarías muy traicioneramente, y fuiste llamado transgresor desde el vientre.
9. + Por amor a mi nombre diferiré mi enojo, y por mi alabanza me refrenaré contigo, para no apartarte de un tajo.
10. Mira que te he refinado, pero no con plata, en el horno de la aflicción te he escogido.
11. Por causa mía, -sólo- por mi causa -lo- haré, pues ¿Cuánto -más- ha de ser ensuciada -mi causa-? Y a otro mi gloria no -le- daré.
12. + Escucha, Oh Jacob e Israel, mi llamado, Yo -soy- él, -soy-el primero, -y- también el último.
13. Mi mano también ha colocado los fundamentos de la tierra, y mi mano derecha ha medido los cielos; -cuando- los llamo, a una se yerguen.
14. Congregaos todos vosoros, y oíd; ¿Quién entre ellos ha declarado estas cosas? El SEÑOR lo amó, él hará lo que le place con Babilonia, y su brazo -con- los Caldeos -estará-.
15. Yo, yo -mismo- he hablado; sí, lo he llamado a él, lo he traído, y va a prosperar en su camino.
16. + Venid -y- acercaos, oíd esto, No he hablado en secreto desde el comienzo , desde el momento en el que lo fue, allí -estoy- yo, y ahora el Señor DIOS junto con su Espíritu me ha enviado.
17. Esto dice el SEÑOR, tu Redentor, el Santo de Israel: -Soy- el SEÑOR tu Dios -el- que te enseña para tu provecho, -el- que te guía por el camino -que- debes andar.
18. ¡Oh, si hubieras escuchado mis mandamientos! Tu paz entonces hubiera sido como un río, y tu justicia como las olas del mar;
19. Tu simiente además hubiera sido como la arena, y los retoños de tus entrañas como la misma grava; su nombre no hubiera sido apartado de un tajo ni destruido delante de mí.
20. + Salid vosotros de Babilonia, huid de los Caldeos, con el sonido de canciones declarad, esto decid, hasta los -mismos- confines de la tierra hacedlo oir; decid, El SEÑOR ha redimido a su siervo Jacob.
21. Y no tuvieron sed -cuando- los guió por entre los desiertos, él hizo que las aguas les fluyeran de las rocas, además rajó la roca y las aguas borbotearon.
22. No -hay- paz, dice el SEÑOR, para los malvados.
Isaías 47
1. Baja y siéntate en el polvo, Oh virgen hija de Babilonia, siéntate sin trono en el suelo , Oh hija de los Caldeos, pues no te llamarán más tierna y delicada.
2. Toma las piedras de molino, y muele alimento, descubre tus cabellos, desnuda la pierna, descubre el muslo, atraviesa los ríos.
3. Se descubrirá tu desnudez, sí, se verá tu vergüenza, -pues- me vengaré, y -como- hombre -contigo- no me encontraré.
4. -En cuanto a- nuestro redentor, el SEÑOR de las huestes -es- su nombre, el Santo de Israel.
5. Siéntate en silencio, y éntrate en la oscuridad, Oh hija de los Caldeos, pues no serás más llamada La dama de los reinos.
6. + Me airé con mi pueblo, polucioné mi herencia y te los di en tus manos; tú no les manifestaste misericordia, tu yugo colocaste muy pesadamente sobre el anciano.
7. + Y dijiste, Para siempre seré una dama, de forma que no meditaste en estas -cosas-, ni recordaste su mismo final.
8. Por tanto oye esto ahora, -tú- dada a los placeres, que moras con descuido, diciendo en tu corazón, Yo, y fuera de mí nadie más. Como viuda no me sentaré, ni la pérdida de hijos conoceré;
9. Sin embargo estas dos te vendrán en un momento, en un día: la pérdida de hijos, y la viudez; te vendrán a la perfección, por la multitud de tus hechicerías, -y- por la gran abundancia de tus encantamientos.
10. + Porque has confiado en tu maldad, has dicho, Nadie me ve. Tu sabiduría y tu conocimiento, este te ha pervertido, y has dicho en tu corazón, Yo, y nadie más fuera de mí.
11. + Por ello el mal te sobrevendrá, no sabrás de donde se levanta; y la desgracia sobre ti caerá, no podrás apartarla; y la desolación de repente te sobrevendrá, sin saberlo tú.
12. Párate ahora con tus encantamientos, y con la multitud de tus hechicerías en las que has laborado desde tu juventud, si así es podrás ganar, si así es prevalecer podrás.
13. Estás cansada de la multitud de tus consejos. Deja que ahora los astrólogos, los astrónomos, -y- los pronosticadores de cada mes se paren y te salven de -lo- que te sobrevendrá.
14. Mira que serán como rastrojo, el fuego los quemará; del poder de las llamas no se librarán, carbón para calentarse no -habrá, ni- fuego para sentarse ante él.
15. Así serán para ti aquellos con quienes has laborado, -aún- los mercaderes de tu juventud: vagará cada uno a su región, ninguno te salvará.
Isaías 46
1. Bel se postra, Nebo se agacha, sus ídolos se encontraban sobre las bestias, y sobre el ganado; vuestros carruajes -estaban- sobrecargados; -son- un lastre para la agotada -bestia-.
2. Se agachan, -y- se doblegan al tiempo; no pudieron entregar la carga, sino que ellos mismos han ido de cautiverio.
3. + Escuchadme, Oh casa de Jacob, y todo el remanente de la casa de Israel, los que sois llevados -por mí- desde el vientre, los que sois cargados desde la matriz,
4. Y -aún- hasta -vuestra- vejez yo -soy- él; y -aún- hasta las canas -os- cargaré; yo hice, y yo llevaré, yo aún cargaré y liberaré.
5. + ¿Con quien me compararéis, -me- igualaréis, y me relacionaréis para que podamos ser equiparados?
6. Prodigan oro de la bolsa, pesan la plata en la balanza, -y- contratan a un orfebre; hace un dios -de- este, -y- ellos -ante él- se postran, sí, -y lo- adoran.
7. Sobre el hombro lo soportan, lo cargan, y en su lugar lo colocan, y él se yergue. No se removerá de su lugar; no, -y alguien- le clamará, así no pueda responder, ni salvarlo de su problema.
8. Recordad esto, y daos a conocer hombres, traedlo de nuevo a -vuestra- mente, Oh transgresores.
9. Recordad las primeras cosas de antaño, porque yo -soy- Dios, y nadie más -lo es-; -yo soy- Dios, y no -hay- ninguno como yo,
10. Al declarar el fin desde el comienzo, y desde tiempos antiguos -las cosas- que -aún- no se han hecho, diciendo, Perdurará mi consejo, y todo lo que me complazca haré.
11. Llamando a un ave de rapiña del oriente, al hombre que ejecuta mi consejo de un país lejano; sí, -lo- he hablado, también lo haré pasar; -me lo- he propuesto, también lo haré.
12. + Escuchadme, vosotros testarudos alejados de la justicia,
13. Yo acerco mi justicia, lejos no estará, y mi salvación no se demorará, y mi salvación colocaré en Sion para Israel mi gloria.
Isaías 45
1. Así -le- dice el SEÑOR a su ungido, a Ciro, cuya mano derecha he sostenido para que subyugue naciones ante él, y desataré los lomos de los reyes, para abrir los dos portales con hojas delante de él, y los portales no se cerrarán;
2. Iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos, los portones de bronce despedazaré, y los barrotes de hierro en pedazos cortaré.
3. Y los tesoros de la oscuridad te daré, junto con las riquezas ocultas de los lugares secretos, para que puedas saber que yo, el SEÑOR, que -te- llama por tu nombre, -soy- el Dios de Israel.
4. Por causa de mi siervo Jacob y de Israel mi elegido, hasta te he llamado por tu nombre, -y- te he apellidado, sin tú haberme conocido.
5. + Yo -soy- el SEÑOR, y ninguno más -hay-, ningún Dios fuera de mí, yo te arropé sin tú siquiera conocerme,
6. Para que puedan conocer desde la salida del sol y desde el oeste, que ninguno -hay- fuera de mí. Yo -soy- el SEÑOR, y nadie más hay.
7. Yo formo la luz, y creo la oscuridad, yo hago la paz, y creo la maldad, yo el SEÑOR hago todas estas -cosas-.
8. Verted, cielos, de arriba, y que la bóveda celeste derrame justicia, que -se- abra la tierra, y ellos produzcan salvación, y que brote además la justicia. Yo el SEÑOR esto he creado.
9. ¡Ay del que briega con su hacedor! Que el tiesto -contienda- con los -otros- tiestos de la tierra. ¿Le dirá el barro al que lo modela, Qué haces? ¿O -te dirá- tu trabajo, Él no tiene manos?
10. ¡Ay del que -le- dice a -su- padre, ¿ Qué engendras? O a la mujer, ¿Qué has dado a luz?
11. Así dice el SEÑOR, el Santo de Israel, y su Hacedor, Peguntadme acerca de los asuntos por venir relacionados con mis hijos, y en cuanto a la obra de mis manos mandadme.
12. Yo hice la tierra y creé al hombre en ella; Yo, -sí-, mis manos han expandido los cielos, y a toda su hueste yo he mandado.
13. Con justicia lo he levantado, y dirigiré todos sus caminos, él construirá mi ciudad, y dejará ir a mis cautivos, no por precio ni recompensa, dice el SEÑOR de las huestes.
14. Así dice el SEÑOR, la labor de Egipto, la mercancía de Etiopía, y de los Sabeos, hombres de estatura, llegará a ti, ellos serán tuyos, -y- vendrán en tu búsqueda; encadenados llegarán, y se te postrarán, súplicas te harán -diciendo,- Con certeza Dios -está- en ti, y no -hay- nadie más, no -hay otro- Dios.
15. De verdad -eres- un Dios que te escondes, Oh Dios de Israel, el Salvador.
16. Se avergonzarán, y además se confundirán todos ellos, terminarán confundidos al tiempo los hacedores de ídolos.
17. -Pero- Israel se salvará en el SEÑOR con una salvación eterna, no os avergonzaréis ni os confundiréis, mundo sin fin.
18. Porque esto dice el SEÑOR que creó los cielos, el mismo Dios que formó la tierra y la hizo; él la estableció, -y- no la creó en vano, para que fuera habitada la formó: Yo -soy- el SEÑOR, y ninguno más -hay-.
19. No he hablado en secreto, no le dije a la simiente de Jacob en un lugar oculto de la tierra, En vano me buscáis; Yo el SEÑOR hablo justicia, yo declaro cosas correctas.
20. + Congregaos y venid, acercaos al tiempo, vosotros -los que habéis- escapado de las naciones; no tienen conocimiento los que erigen la madera de su imagen esculpida, y -le- oran a un dios -que- no puede salvar.
21. Contad y acercadlos, sí, que juntos tengan consejo; ¿Quién ha declarado esto desde tiempo antiguo? ¿-quién- lo ha dicho desde aquella ocasión? ¿No -he sido- yo el SEÑOR? Y no -hay- más Dios fuera de mí, un Dios y Salvador justo; nadie-hay- fuera de mi.
22. Miradme a mí, y sed salvos, todos los confines de la tierra, porque yo -soy- Dios, y ninguno más.
23. He jurado por mi cuenta, -en- justicia ha salido la palabra de mi boca, y no retornará, que ante mí toda rodilla se doblegará, toda lengua jurará,
24. Por seguro dirá, En el SEÑOR tengo justicia y fuerza; a él -los hombres- vendrán; y todos los que reciben incienso en contra de él, avergonzados serán.
25. Toda la simiente de Israel justificada será en el SEÑOR y se gloriará.
Isaías 44
1. Sin embargo oye ahora, Oh Jacob siervo mío, e Israel, a quien he escogido:
2. Esto dice el SEÑOR que te hizo, que desde el vientre te formó, -el cual- te ayudará: No temas, Oh Jacob, siervo mío, -ni- tú Jesurún a quien he escogido.
3. Porque derramaré aguas sobre el que está sediento, e inundaciones sobre el suelo seco; mi espíritu derramaré sobre tu simiente, y mi bendición sobre tus renuevos;
4. Y brotarán entre la hierba, como sauces al lado de los cursos de agua.
5. Uno dirá, Yo -soy- del SEÑOR, otro -se- llamará Jacob, y otro -le- escribirá -con- su mano al SEÑOR, apellidándose Israel.
6. Esto dice el SEÑOR, el Rey de Israel, y su redentor el SEÑOR de las huestes: Yo -soy- el primero, y yo -soy- el último, y fuera de mí no -hay- Dios.
7. ¿Y quién, como yo, llamará, lo declarará, y me lo colocará en orden, desde que asigné a las gentes de antaño? Y que se les de a conocer las cosas que vienen y están por venir.
8. No temáis, ni tengáis miedo, ¿No os lo he dicho y declarado desde aquel tiempo? Vosotros aún -sois- mis testigos. ¿Hay -algún- Dios fuera de mí? Sí -que- no -hay- Dios, a -ninguno- conozco.
9. Los que hacen imágenes esculpidas, todos ellos -son- vanidad, y sus cosas deleitables no aprovecharán; ellas-son- sus propios testigos, no ven, no conocen, para que se puedan avergonzar.
10. ¿Quién ha formado un dios, o fundido una imagen esculpida -que- para nada aprovecha?
11. Mirad que todos sus compañeros se van a avergonzar, y los trabajadores de los hombres, que a una se reúnan, que se paren, -sin embargo- temerán -y- a una se avergonzarán.
12. El herrero con las tenazas trabaja con los carbones, y además con los martillos la modela, con la fuerza de sus brazos la trabaja; sí, le da hambre, y su fuerza falla, desfallece si no bebe agua.
13. El carpintero estira -su- regla, con un cordel la marca, la encaja con planos, con el compás la marca, y la hace siguiendo la figura y la belleza de un hombre, para que pueda permanecer en la casa.
14. Tala cedros, toma el ciprés y el roble los que fortalece para él, de entre los árboles del bosque; planta un fresno, y la lluvia -lo- nutre.
15. Luego será para que lo queme un hombre, pues tomará de él para darse calor, sí, -lo- enciende, y hornea pan, sí, hace un dios y -lo- adora, lo vuelve una imagen esculpida, y se postra ante ella.
16. Parte de esta quema en el fuego, con parte de esta come carne, se hace un asado y se satisface, sí, -se- calienta, y dice, Ajá, estoy abrigado, vi fuego;
17. Y del residuo de esta hace un dios, su -misma- imagen tallada, postrándose ante ella y adorándola, orándole y diciéndole, Líbrame, porque tú -eres- mi dios.
18. No han sabido ni entendido, ya que él cerró sus ojos para que no pudieran ver, -y- sus corazones, para que no pudieran entender.
19. Y nadie considera en su corazón, ni -hay- conocimiento ni entendimiento para decir, Parte de esta quemé en el fuego, sí, también he horneado pan sobre los carbones de esta, he asado y comido carne; ¿Y convertiré el residuo de esta en una abominación? ¿Ante el tronco de un árbol me postraré?
20. Con cenizas se alimenta, lo desvió un corazón engañado, para que no pueda librar su alma ni decir, ¿No -hay- una mentira en mi mano derecha?
21. + Recuerda estas, Oh Jacob e Israel, pues -eres- mi siervo: Yo te he formado, tú eres mi siervo, Oh Israel, por mí no serás olvidado.
22. Como un nubarrón tus transgresiones he borrado, y como una nube tus pecados; retorna a mí, porque yo te redimí.
23. Cantad, Oh cielos, porque el SEÑOR -lo- ha hecho, gritad, vosotras las partes bajas de la tierra, irrumpid en cantos vosotras las montañas, Oh bosques, y todo árbol vuestro, porque el SEÑOR a Jacob ha redimido, y se ha glorificado en Israel.
24. Esto dice el SEÑOR, tu redentor, y el que desde el vientre te formó, Yo -soy- el SEÑOR que -lo- hace todo, -el- que expande sólo los cielos, -el- que por cuenta propia extiende la tierra.
25. -El- que frustra las señales de los mentirosos, y enloquece a los adivinos, -el- que hace retractar a los sabios, y vuelve tonto su conocimiento.
26. -El- que confirma la palabra de su siervo, y realiza el consejo de sus mensajeros, que le dice a Jerusalén, Habitada serás, y a las ciudades de Judá, Seréis edificadas, y vuestros lugares decaídos levantaré.
27. -El- que -le- dice a las profundidades, Secaos, y tus ríos disecaré.
28. -El- que -le- dice a Ciro, -Él es- mi pastor, y realizará todo lo que me plazca, incluso diciéndole a Jerusalén, Serás construida, y al templo, Tu fundamento será puesto.
Isaías 43
1. Pero ahora el SEÑOR que te creó dice así, Oh Jacob, y que te formó, Oh Israel, No temas, porque yo te redimí, por tu nombre -te- llamé, mío -eres- tú.
2. Cuando pases a través de las aguas, yo -estaré- contigo, -cuando- atravieses los ríos, no te van a arrasar, cuando camines por entre el fuego no te vas a quemar, ni las llamas se encenderán en ti.
3. Pues yo -soy- el SEÑOR tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador; -para- rescatarte di a Egipto, a Etiopía y a Saba a cambio de ti.
4. Como fuiste preciosa a mi vista, fuiste honorable, y te amé, por eso daré hombres a cambio de ti, y personas a cambio de tu vida.
5. No temas, porque yo -estoy- contigo, del oriente traeré tu simiente , y te reuniré del occidente;
6. Le diré al norte, Entrega, y al sur, No retengas, trae a mis hijos desde lejos, y a mis hijas desde los confines de la tierra,
7. -Aún- a cada uno de los que se llaman por mi nombre, pues para mi gloria a él lo he creado, lo he formado, sí, -y- lo he hecho.
8. Traed al pueblo ciego que tiene ojos, y a los sordos que tienen oídos,
9. Que todas las naciones a una se reúnan, y las gentes se congreguen, ¿Quién entre ellos puede declarar esto, y dar a conocer las primeras cosas? Que traigan sus testigos, para poderse justificar, o que oigan, y digan, -Es- verdad.
10. Vosotros -sois- mis testigos, dice el SEÑOR, y mi siervo a quien escogí, para que sepáis de mí y creáis en mí, y entendáis que yo -soy- él; antes de mí no se formó Dios ni -lo- habrá después de mí.
11. Yo, -sí-, yo -soy- el SEÑOR, y fuera de mí no -hay- salvador.
12. He declarado, he salvado, y he demostrado cuando entre vosotros no -había dios- extraño, por ello sois-mis testigos, dice el SEÑOR, -de- que yo -soy- Dios.
13. Sí, antes del día yo -he sido- él, y nadie -hay- que de mis manos pueda librar, yo obraré, ¿y quién lo impedirá?
14. + Así dice el SEÑOR, tu redentor, el Santo de Israel, Por vuestra causa envié a Babilonia, y a todos sus nobles he abatido, y a los Caldeos, cuyo clamor en las naves -está-.
15. Yo -soy- el SEÑOR, vuestro Santo, el creador de Israel, vuestro Rey.
16. Esto dice el SEÑOR, el cual hace un camino en el mar, y un sendero en las fuertes aguas;
17. El cual trae el carruaje y el caballo, el ejército y el poder; a una yacerán, no se levantarán, se extinguen y se aplacan como estopa.
18. + No recordéis las cosas primeras, ni consideréis las cosas antiguas.
19. Mirad que algo nuevo haré, ahora -mismo- brotará; ¿no lo sabréis? Haré incluso un camino en el yermo, -y- ríos en el desierto.
20. La bestia del campo me honrará, los dragones y las lechuzas, porque aguas en el yermo doy, -y- ríos en el desierto, para dar bebida a mi pueblo, a mis escogidos.
21. Este pueblo he formado para mí, mi alabanza compartirá.
22. + Pero a mi no me has invocado, Oh Jacob, de mí te has cansado, Oh Israel.
23. No me has traído el ganado pequeño de tus ofrendas quemadas, ni con tus sacrificios me has honrado. No te hice servir con ofrendas, ni con inciensos te he cansado.
24. Cálamo aromático no me compraste con monedas, ni con la grasa de tus sacrificios me has abarrotado, más bien me has hecho servirte con tus pecados, con tus iniquidades tú me has cansado.
25. Yo, -todavía soy- yo el que por causa mía borra tus transgresiones, y no recordaré tus pecados.
26. Ponme a recordar, juntos pleiteemos, declara para poderte justificar.
27. Tu primer padre pecó, y tus maestros contra mí han transgredido.
28. Por eso profané los príncipes del santuario, a Jacob a la maldición lo he entregado, y a Israel a la vergüenza.
Isaías 42
1. Contemplad a mi siervo, a quien yo sostengo, a mi electo, -en quien- se delita mi alma; mi espíritu he puesto sobre él, a los Gentiles llevará el juicio.
2. No gritará, ni levantará su voz haciéndola oír en la calle.
3. Una caña magullada no va a quebrar, ni al pábilo humeante sofocar, llevará el juicio con verdad.
4. No desfallecerá ni desanimará, hasta haber establecido el juicio en la tierra, y en su ley las islas aguardarán.
5. Esto dice Dios el SEÑOR, el que creó los cielos, y los expandió, el que extiende la tierra y aquello que de esta sale, el que da aliento a la gente en ella, y espíritu a los que en ella andan;
6. Yo el SEÑOR en justicia te he llamado, y tu mano sostendré, te guardaré, y como un convenio del pueblo, como luz de los Gentiles te daré,
7. Para abrir los ojos cegados, sacar a los prisioneros del encierro, -y- del presidio a los que se asientan en la oscuridad.
8. Yo -soy – el SEÑOR, ese -es- mi nombre, y a otro mi gloria no -le- daré, ni mi alabanza a imágenes esculpidas.
9. Mirad que las primeras cosas han llegado y acontecido, y nuevas cosas declaro yo; os las cuento antes de que broten.
10. Cantadle al SEÑOR una nueva canción, su alabanza desde los confines de la tierra, vosotros los que bajáis al mar, y todo lo que hay en él, las islas, con sus habitantes.
11. Que el yermo y sus ciudades -su voz- levanten, las aldeas -donde- Kedar habita, que canten los habitantes de la roca, que desde la cima de las montañas griten,
12. Que al SEÑOR le den la gloria, y su alabanza declaren en las islas.
13. Saldrá El SEÑOR como hombre fuerte, despertará celos como guerrero, gritará, sí, rugirá, contra sus enemigos prevalecerá.
14. Por largo tiempo he guardado silencio, me he refrenado -y- quieto he estado, -ahora- como mujer en parto gritaré, destruiré y de una devoraré.
15. Montañas y colinas haré escombros , y todas sus plantas disecaré; a los ríos los haré islas, y los estanques secaré.
16. Y a los ciegos llevaré por un camino -que- no sabían, los guiaré por senderos -que- no conocían, a la oscuridad la volveré luz delante de ellos, y las cosas torcidas correctas. Estas cosas les haré, y no los abandonaré.
17. + Vueltos atrás serán, en gran manera se avergonzarán los que confían en imágenes esculpidas, que a las imágenes derretidas les dicen, Nuestros dioses -sois-.
18. Oíd, vosotros sordos, y mirad vosotros ciegos, para que podáis ver.
19. ¿Quién -es- ciego, sino mi siervo? ¿O sordo como mi mensajero -al cual- envié? ¿Quién -es tan- ciego como perfecto, y ciego como el siervo del SEÑOR?
20. Ves muchas cosas, pero sin observar, abre él los oídos, pero no oye.
21. El SEÑOR se complace mucho por amor a su justicia, a la ley la engrandecerá, y honorable -la- hará.
22. Pero un pueblo robado y despojado -es- este; todos atrapados en huecos -están-, y en presidios escondidos, son como presas, y nadie libra; como despojos, y nadie dice, Restaurad.
23. ¿Quién entre vosotros va a prestarle oído a esto? ¿-Quién- para el tiempo venidero escuchará y oirá?
24. ¿Quién dio a Jacob a cambio de despojos, y a los ladrones a Israel? ¿No fue el SEÑOR, aquel contra quien hemos pecado? Pues no quisieron andar en sus caminos, ni fueron obedientes a su ley.
25. Por eso la furia de su enojo derramó sobre él, junto con la fuerza de la batalla, y lo incendió a su alrededor, y aún así no conoció, y lo quemó, mas sin embargo él no -lo- meditó.
Isaías 41
1. Guardad silencio ante de mí, Oh islas, y que las gentes renueven fuerzas, que se acerquen, que entonces hablen; acerquémonos -y- reunámonos para juicio.
2. ¿Quién alzó del oriente al -hombre- justo, lo llamó a -estar- en pie, puso las naciones delante de él, y sobre reyes -lo- hizo gobernar? Como polvo para la espada de él -Los- dio, -y- como rastrojo dirigido hasta su arco.
3. Los persiguió -y- con seguridad pasó, -aún- por el camino -por el que- no habían andado sus pies.
4. ¿Quién lo hizo y produjo de llamar a las generaciones desde el comienzo? Yo el SEÑOR, -desde- la primera y con la última, yo -soy- él.
5. Las islas -lo- vieron y temieron; los confines de la tierra tuvieron miedo, se acercaron y vinieron.
6. Cada uno ayudó a su vecino, y le dijo a su hermano, Ánimo.
7. Entonces el carpintero animó al orfebre, -y- el que ablanda con el martillo le dijo al que golpea el yunque, Listo para la soldadura, y lo fijó con clavos, -para que- no pudiera moverse.
8. Pero tú, Israel, -eres- mi siervo, Jacob a quien escogí, la simiente de Abraham mi amigo.
9. -Tú- a quien tomé de los confines de la tierra, te llamé de -entre- sus jefes, y te dije, -Eres- mi siervo; yo te he escogido, y no te deseché.
10. + No temas, porque yo -estoy- contigo, no desmayes, porque yo -soy- tu Dios; yo te fortaleceré, sí, te ayudaré, sí, con la mano derecha de mi justicia te sostendré.
11. He aquí que los que se indignaron contra ti se van a avergonzar y a confundir, -y- se tornarán en nada; los que peleen contigo perecerán.
12. Los buscarás, y no los encontrarás, a los que contendieron contigo; los que te hacen la guerra en nada se tornarán, -y- desaparecerán.
13. Porque yo el SEÑOR tu Dios tu mano derecha sostendré, diciéndote, No temas, te ayudaré.
14. No temas tú gusano Jacob, -y- vosotros los hombres de Israel, yo te ayudaré, dice el SEÑOR, tu redentor, el Santo de Israel.
15. Mira que voy a hacer de ti una nueva y filuda trilladora con dientes; trillarás las montañas, a golpes las empequeñecerás, y a las colinas cual bagazo las volverás.
16. Las aventarás, y el viento se las llevará, el torbellino las esparcirá, y tú en el SEÑOR te regocijarás, -y- te gloriarás en el Santo de Israel.
17. -Cuando- los pobres y necesitados busquen agua, y -no hallen- nada, y- su lengua desfallezca de sed, yo el SEÑOR los oiré, -yo- el Dios de Israel no los desampararé.
18. Abriré ríos en lugares altos, y en medio de los valles fuentes, al yermo lo haré un estanque de agua, y a la tierra seca manantiales de agua.
19. Plantaré el cedro en el yermo, la espina de invierno, el mirto y el árbol de aceite; en el desierto colocaré al higo, al pino y al boje juntos,
20. Para que ellos puedan ver, saber, considerar y entender juntos que la mano del SEÑOR hizo esto, y -que- el Santo de Israel lo creó.
21. Producid vuestra causa, dice el SEÑOR; exponed vuestras fuertes -razones-, dice el Rey de Jacob.
22. Que salgan a la luz-, y nos den a conocer -lo- que va a pasar; que hagan saber los asuntos antiguos, lo que -fue-, para que los podamos considerar, y conocer el fin de ellos, o nos declaren los asuntos por venir.
23. Indicadnos las cosas que de ahora en adelante están por ocurrir, para que podamos saber que -sois- dioses; sí, haced el bien, o haced el mal, para que juntos nos podamos desmayar -al- contemplar.
24. Mirad que vosotros -sois- de nada, y vuestra obra es nada, una abominación -es el que- os escoge.
25. He levantado a -uno- del norte, y vendrá; desde la salida del sol invocará mi nombre, y sobre los príncipes llegará como mortero, y como alfarero que pisa barro.
26. ¿Quién ha declarado desde el comienzo, para que podamos saber? ¿y antes de tiempo, para que podamos decir, Justo -es Él-? Sí, nadie -hay- que indique, sí, nadie que declare, sí, nadie que oiga vuestras palabras.
27. El primero -le dirá- a Sion, Mira, obsérvalos, y a Jerusalén le daré uno que traiga buenas nuevas.
28. Pues observé, y no -hubo- hombre -alguno-; aún entre ellos, y no -hubo- consejero que cuando yo les preguntara, pudiera responder una palabra.
29. Mirad que todos vanidad -son-; sus obras nada -son-, sus imágenes derretidas viento y confusión.
Isaías 40
1. Consolaos, consolaos pueblo mío, dice vuestro Dios.
2. Habladle consoladoramente a Jerusalén, y gritadle que su batalla ha terminado, que su iniquidad perdonada está, porque ha recibido de la mano del SEÑOR el doble a cambio de todos sus pecados.
3. + La voz del que grita en el desierto, Preparad el camino del SEÑOR, haced en el desierto una carretera recta para nuestro Dios.
4. Todo valle será exaltado, toda montaña y colina será humillada, lo torcido será enderezado, y los lugares ásperos aplanados,
5. Y la gloria del SEÑOR será revelada, y toda carne a una -la- verá, porque la boca del SEÑOR -lo- ha hablado.
6. La voz dijo, Grita. Y él dijo, ¿Que voy a gritar? Toda carne -es- hierba, y toda su hermosura como la flor del campo;
7. La hierba se marchita, se esfuma la flor, porque el espíritu del SEÑOR sopla sobre ella; por cierto que la gente hierba -es-.
8. La hierba se marchita, se esfuma la flor, mas la palabra de nuestro Dios permanecerá para siempre.
9. + Oh Sion, que traes buenas nuevas, ve -y- sube a la alta montaña; Oh Jerusalén, que traes buenas nuevas, levanta con fuerza tu voz, levántala, no tengas miedo, dile a las ciudades de Judá, ¡Mirad a vuestro Dios!
10. Mirad, que el Señor DIOS con fuerte -mano- vendrá, y su brazo a favor de él gobernará; mirad que su recompensa con él -está-, y delante de él su obra.
11. Como un pastor alimentará a su rebaño, a los corderos reunirá con su brazo, y en su seno -los- cargará, -y- a las que están con crías con gentileza las guiará.
12 + ¿Quién ha medido las aguas en la cavidad de su mano, mensurado el cielo con su palmo, en una medida comprendido el polvo de la tierra, pesado en básculas las montañas y las colinas en una balanza?
13. ¿Quién ha dirigido el Espíritu del SEÑOR, o -como- consejero suyo le ha enseñado?
14. ¿Con quién hizo él consejo, -quién- lo instruyó y lo guió en la senda del juicio, le enseñó conocimiento, y le indicó el camino del entendimiento?
15. Mirad que las naciones-son- como una gota en un balde, y son contadas como el polvillo de la balanza; mirad que él recoge a las islas como una miniatura.
16. Y el Líbano no -da- a basto para quemar, ni -son- sus bestias suficientes para un holocausto.
17. Como nada -son- todas las naciones delante de él, y como menos que nada, –como- vanidad le son contadas.
18. + ¿Con quién entonces igualaréis a Dios? ¿O con qué apariencia lo compararéis?
19. El obrero suaviza una imagen tallada, sobre ella el orfebre esparce oro, y le arroja cadenas de plata.
20. El que -es- tan pobre que no tiene ofrenda -para dar- escoge un árbol -que- no se pudra, se busca un hábil trabajador que prepare una imagen tallada -que- no la muevan.
21. ¿No habéis sabido? ¿No habéis oído? ¿No se os ha dicho desde el comienzo? ¿No habéis entendido desde los fundamentos de la tierra?
22. Él -es el- que se sienta sobre el círculo de la tierra, y sus habitantes -ante él son- como saltamontes; -él es el- que expande los cielos como una cortina, y los esparce como una tienda para en -ella- morar,
23. -El- que convierte en nada a los príncipes, -y- a los jueces de la tierra vuelve vanidad.
24. Sí, que no los plantarán; sí, que no los sembrarán; sí, que su estirpe en la tierra no enraizará, además él sobre ellos soplará y se marchitarán, y el remolino lejos como a rastrojo se los llevará.
25. ¿A quién entonces me compararéis, o -a quién- seré igual? Dice el Santo.
26. Levantad vuestros ojos a lo alto, y contemplad al que estas -cosas- ha creado, que a la hueste de ellas saca por número, él a todas las llama por -su- nombre por la grandeza de su capacidad, porque -él es- fuerte en poder; ni una desfallece.
27. ¿Por qué dices tú, Oh Jacob, y hablas Oh Israel -diciendo-, Mi camino se escondió del SEÑOR, y mi juicio sobrepasó a mi Dios?
28. + ¿No has sabido? ¿No has oído, -que- el Dios eterno, el SEÑOR, el Creador de los confines de la tierra, no se cansa ni desfallece? -Y- su entendimiento -es- inexplorable.
29. A los desfallecidos da poder, e incrementa fuerza a los incapaces.
30. Las mismas juventudes se cansarán y desfallecerán, y los jóvenes por completo caerán,
31. Pero aquellos que aguardan al SEÑOR renovarán fuerzas, remontarán con alas como las águilas, correrán sin cansarse, y caminarán sin fatigarse.