Apocalipsis 9

1. Y el quinto ángel tocó, y vi caer del cielo a la tierra una estrella, y a él le fue dada la llave del abismo sin fondo.
2. Y él abrió el abismo sin fondo, y humo se levantó del abismo, como el humo de un gran horno, y el sol y el aire se oscurecieron por razón del humo del abismo.
3. Y del humo salieron langostas hacia la tierra, y a ellas les fue dado poder, como el que tienen los escorpiones de la tierra.
4. Y se les mandó que no hicieran daño a la hierba de la tierra, ni a cosa verde o a árbol alguno, sino sólo a aquellos hombres que no tuvieran el sello de Dios en sus frentes.
5. Y les fue dado que no los mataran, sino que fueran atormentados por cinco meses, y su tormento -era- como el tormento de un escorpión cuando ataca a un hombre.
6. Y en aquellos días los hombres buscarán la muerte, y no la hallarán, y desearán morir, y la muerte de ellos huirá.
7. Y las langostas tenían forma como de caballos preparados para la batalla, y en sus cabezas -había- como si fueran coronas como de oro, y sus rostros -eran- como rostros de hombres.
8. Tenían cabello como el cabello de las mujeres, y sus dientes eran como de leones.
9. Tenían corazas, como si fueran corazas de hierro, y el sonido de sus alas -era- como el sonido de carruajes de muchos caballos corriendo hacia la batalla.
10. Tenían colas como de escorpiones, y había aguijones en sus colas, y su poder -estaba- para herir a los hombres por cinco meses.
11. Y tenían un rey sobre ellas, el cual es el ángel del abismo sin fondo, cuyo nombre en lengua Hebrea -es- Abadón, pero en lengua Griega tiene por nombre Apolión.
12. Ha pasado un ay; -y- mirad que vienen dos ays más de aquí en adelante.
13. Y el sexto ángel tocó, y oí una voz desde los cuatro cuernos del altar de oro el cual está delante de Dios,
14. Diciéndo-le- al sexto ángel el cual tenía la trompeta, Desata los cuatro ángeles que están atados en el gran río Éufrates.
15. Y los cuatro ángeles fueron desatados, los cuales estaban preparados para matar a la tercera parte de los hombres a cierta hora, día, mes, y año.
16. Y el número del ejército de los jinetes -era- de doscientos mil millares, y oí el número de ellos.
17. Y así vi a los caballos en la visión, y a los que se sentaban en ellos: tenían corazas de fuego, de jacinto y azufre, las cabezas de los caballos -eran- como cabezas de leones, y de sus bocas brotaba fuego, humo y azufre.
18. Por estos tres fue muerta la tercera parte de los hombres, por el fuego, por el humo, y por el azufre que brotaba de sus bocas.
19. Pues su poder está en la boca, y en las colas, ya que sus colas -eran- como serpientes, que tenían cabezas, y con ellas hacen daño.
20. Y el resto de los hombres que no murieron por estas plagas todavía no se arrepintieron de las obras de sus manos, para no adorar a diablos, a ídolos de oro, de plata, de bronce, piedra, y madera, los cuales no pueden ver, ni oír ni andar,
21. Ni Tampoco se arrepintieron de sus asesinatos, ni de sus brujerías, ni de sus robos, ni de su fornicación.

Apocalipsis 8

1. Y cuando hubo abierto el séptimo sello, hubo silencio en el cielo por espacio de una media hora.
2. Y vi los siete ángeles que se paraban delante de Dios, y les fueron dadas siete trompetas.
3. Y otro ángel llegó y se paró ante el altar, teniendo un incensario de oro, y le fue dado mucho incienso, para que -lo- ofreciera con las oraciones de todos los santos sobre el altar de oro, el cual estaba delante del trono.
4. Y el humo del incienso, -el cual venía- con las oraciones de los santos, ascendía delante de Dios saliendo de la mano del ángel.
5. Y el ángel tomó el incensario, lo llenó con fuego del altar, y -lo- arrojó hasta la tierra, y hubo voces, truenos, rayos, y un terremoto.
6. Y los siete ángeles los cuales tenían las siete trompetas se prepararon para tocar-las-.
7. El primer ángel tocó, y -le- siguió granizo y fuego mezclados con sangre, y fueron lanzados a la tierra, y fue quemada la tercera parte de los árboles, y toda la hierba verde se quemó.
8. Y el segundo ángel tocó, y como una gran montaña ardiendo con fuego fue arrojada al mar; y la tercera parte del mar vino a ser sangre;
9. Y la tercera parte de las criaturas que estaban en el mar y tenían vida, murió, y la tercera parte de las naves fue destruida.
10. Y el tercer ángel tocó, y una gran estrella del cielo cayó, ardiendo como si fuera una lámpara, y cayó sobre la tercera parte de los ríos, y sobre las fuentes de las aguas,
11. Y el nombre de la estrella es llamado Ajenjo, y la tercera parte de las aguas se volvió ajenjo, y muchos hombres murieron por las aguas porque se hicieron amargas.
12. Y el cuarto ángel tocó, y la tercera parte del sol fue lastimada, junto con la tercera parte de la luna y la tercera parte de las estrellas, tanto así que la tercera parte de ellos fue oscurecida, y el día dejó de brillar una tercera parte de él, y de igual forma la noche.
13. Y observé, y oí a un ángel volar en medio del cielo, diciendo a viva voz, Ay, ay, ay, de los habitantes de la tierra por razón de los otros toques de trompeta de los tres ángeles los cuales aún están por sonar!

Apocalipsis 7

1. Y después de estas cosas vi cuatro ángeles parados en las cuatro esquinas de la tierra, sosteniendo los cuatro vientos de la tierra, para que el viento no soplara en la tierra, ni en el mar, ni a ningún árbol.
2. Y vi a otro ángel ascendiendo del oriente, teniendo el sello del Dios vivo, y gritó a viva voz a los cuatro ángeles, a quienes les fue dado hacer daño a la tierra y al mar,
3. Diciendo, No le hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado a los siervos de nuestro Dios en sus frentes.
4. Y oí el número de los que fueron sellados, -y fueron- sellados ciento cuarenta -y- cuatro mil de todas las tribus de los hijos de Israel.
5. De la tribu de Judá -fueron- sellados doce mil. De la tribu de Rubén -fueron- sellados doce mil. De la tribu de Gad -fueron- sellados doce mil.
6. De la tribu de Aser -fueron- sellados doce mil. De la tribu de Neftalí -fueron- sellados doce mil. De la tribu de Manasés -fueron- sellados doce mil.
7. De la tribu de Simeón -fueron- sellados doce mil. De la tribu de Leví -fueron- sellados doce mil. De la tribu de Isacar -fueron- sellados doce mil.
8. De la tribu de Zabulón -fueron- sellados doce mil. De la tribu de José -fueron- sellados doce mil. De la tribu de Benjamín -fueron- sellados doce mil.
9. Después de esto observé, y, he aquí, una gran multitud, la cual ningún hombre podía numerar, de todas las naciones, y familias, y pueblos, y lenguas, parados delante del trono y delante del Cordero, vestidos con túnicas blancas, y palmas en sus manos,
10. Y clamaban a viva voz, diciendo, Salvación para nuestro Dios el cual se sienta en el trono, y para el Cordero.
11. Y todos los ángeles se paraban alrededor del trono, -de- los -hermanos- mayores, y -de- las cuatro bestias, y se postraban delante el trono sobre sus rostros, y adoraban a Dios,
12. Diciendo, Amén; Bendición, gloria, sabiduría, acción de gracias, honor, poder y fuerza para nuestro Dios por siempre jamás. Amén.
13. Y uno de los -hermanos- mayores respondió, diciéndome, ¿Quienes son estos ataviados con túnicas blancas? ¿Y de dónde vinieron?
14. Y yo le dije, Señor, tú sabes. Y él me dijo, Estos son los que salieron de -la- gran tribulación, han lavado sus túnicas, y las han hecho blancas en la sangre del Cordero.
15. Por tanto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo, y el que se sienta en el trono morará entre ellos .
16. No padecerán más hambre ni ya más sed, tampoco el sol ni calor alguno sobre ellos se posará.
17. Pues el Cordero que está en medio del trono los alimentará, y los conducirá a fuentes vivas de agua, y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos.

Apocalipsis 6

1. Y vi cuando el Cordero abría uno de los sellos, y oí, como si fuera el ruido de -un- trueno, a una de las cuatro bestias decir, Ven a ver.
2. Y vi, y he aquí un caballo blanco, y el que se sentaba en él tenía un arco, y una corona le fue dada, y salió conquistando,y para conquistar.
3. Y cuando él hubo abierto el segundo sello, oí a la segunda bestia decir, Ven a ver.
4. Y salió otro caballo rojo, y le fue dado -poder- al que se sentaba en él para quitar la paz de la tierra, y para que se mataran los unos a los otros, y a él le fue dada una gran espada.
5. Y cuando hubo abierto el tercer sello, oí a la tercera bestia decir, Ven a ver. Y observé, y he aquí un caballo negro, y el que se sentaba en él tenía un par de balanzas en su mano.
6. Y oí a una voz en medio de las cuatro bestias decir, Una medida de trigo por un denario, y tres medidas de cebada por un denario, y no dañes el aceite ni el vino.
7. Y cuando hubo abierto el cuarto sello, oí la voz de la cuarta bestia decir, Ven a ver.
8. Y miré, y he aquí un caballo pálido, y el nombre del que se sentaba en él era La Muerte, y el Infierno proseguía tras él. Y a ellos les fue dado poder sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con la muerte, y con las bestias de la tierra.
9. Y cuando hubo abierto el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que fueron muertos por la palabra de Dios, y por el testimonio que sostenían,
10. Y clamaban a viva voz, diciendo, ¿Cuánto más, Oh Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre a los que moran en la tierra?
11. Y túnicas blancas les fueron dadas a cada uno de ellos, y se les dijo, que reposaran todavía por un rato, hasta que también -el número de- sus siervos compañeros y hermanos que debían ser muertos tal como ellos, se completara.
12. Y cuando hubo abierto el sexto sello miré, y he aquí que hubo un gran terremoto, y el sol vino a ser negro, así como cilicio de pelo -de cabra-, y la luna vino a ser como sangre;
13. Y las estrellas del cielo cayeron a la tierra, así como un higuera lanza sus higos prematuros, cuando es sacudida por un fuerte viento.
14. Y el cielo se apartó como un rollo cuando enrollado es, y todas las montaña e islas fueron mudadas de su lugar.
15. Y los reyes de la tierra, los grandes hombres, los hombres ricos, los capitanes jefes, los hombres fuertes, todo hombre esclavo y todo hombre libre, se escondían en las madrigueras y en las rocas de las montañas,
16. Y le decían a las rocas y a las montañas, Caed sobre nosotros, y ocultdnos del rostro del que se sienta en el trono, y de la ira del Cordero,
17. Porque el gran día de su ira está por venir, ¿Y quién podrá sostenerse?

Apocalipsis 5

1. Y vi en la mano derecha del que se sentó en el trono un libro escrito por dentro y por su espaldar, sellado con siete sellos.
2. Y vi a un fuerte angel proclamando a alta voz, ¿Quién es digno de abrir el libro, y de soltar sus sellos?
3. Y ningún hombre -ni- en el cielo, ni en la tierra, ni debajo de la tierra, era capaz de abrir el libro, ni de mirar en él.
4. Y yo lloré mucho, porque ningún hombre se halló digno de abrir y leer el libro, ni de mirar en él.
5. Y uno de los -hermanos- mayores me dice, No llores; mira que el León de la tribu de Judá, la Raíz de David, ha prevalecido para abrir el libro, y despegar los siete sellos de él.
6. Y observé, y he aquí, en medio del trono y de las cuatro bestias, y en medio de los -hermanos- mayores, se paró un cordero, como si hubiera sido muerto, teniendo siete cuernos y siete ojos, los cuales son los siete Espíritus de Dios enviados por toda la tierra.
7. Y llegó y tomó el libro de la mano derecha del que se sentaba en el trono.
8. Y cuando hubo tomado el libro, las cuatro bestias -y los- venticuatro -hermanos- mayores se postraron delante del Cordero, teniendo cada uno de ellos arpas, y frascos de oro llenos de fragancias, los cuales son las oraciones de los santos.
9. Y cantaron una nueva canción, diciendo, Eres digno de tomar el libro, y abrir sus sellos, porque fuiste muerto, y nos has redimido para Dios por tu sangre de toda familia, lengua, pueblo, y nación;
10. Y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y vamos a reinar en la tierra.
11. Y observé, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, de las bestias y de los -hermanos- mayores, y el número de ellos era diez mil veces diez mil millares de millares;
12. Diciendo a alta voz, Digno es el Cordero que fue muerto de recibir poder, riquezas, sabiduría, fuerza, honor, gloria y bendición.
13. Y a cada criatura que está en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra, como a las que están en el mar, y a todas las que están en ellos, -les- oí decir, Bendición, honor, gloria, y poder, para el que se sienta en el trono y para el Cordero por siempre jamás.
14. Y las cuatro bestias decían, Amén. Y los venticuatro -hermanos- mayores se postraban y adoraban al que vive por siempre jamás.

Apocalipsis 4

1. Después de esto miré, y he aquí una puerta en el cielo abierta, y la primera voz que oí como si fuera de trompeta hablándome, la cual dijo, Sube acá, y te daré a conocer las cosas que deben ser de aquí en adelante.
2. E inmediatamente me encontré en el espíritu, y, he aquí, que un trono en el cielo estaba establecido, y -uno- sentado en el trono.
3. Y el que se sentaba se parecía a una piedra de jaspe y de cornalina, y -había- un arco iris alrededor del trono, -que- se veía como una esmeralda.
4. Y rodeando el trono -había- venticuatro asientos, y en los asientos ví sentados venticuatro -hermanos- mayores vestidos con atavíos blancos, y tenían en sus cabezas coronas de oro.
5. Y del trono procedían rayos, truenos y voces, y -había- siete lámparas de fuego ardiendo delante del trono, las cuales son los siete Espíritus de Dios.
6. Y delante del trono -había- un mar de vidrio como el cristal; y en medio del trono, y rodeando el trono, -había- cuatro bestias llenas de ojos por delante y por detrás.
7. Y la primera bestia -era- como un león, la segunda bestia como un ternero, la tercera bestia tenía un rostro como el de hombre, y la cuarta -era- como un águila volando.
8. Y cada una de las cuatro bestias tenía seis alas a su alrededor, y -estaban- llenas de ojos por dentro. Y ni de día ni de noche reposan, diciendo, Santo, santo, santo, Señor Dios Todopoderoso, el cual era, es, y está por venir.
9. Y cuando esas bestias le dan la gloria el honor y las gracias al que se sentó en el trono, quien vive por siempre jamás,
10. Los venticuatro -hermanos- mayores se postran delante del que se sentó en el trono, adoran al que vive por siempre jamás, y sus coronas arrojan delante del trono, diciendo,
11. Tú eres digno, Oh Señor, de recibir la gloria, el honor y el poder, porque has creado todas las cosas, y por tu agrado son y fueron creadas.

Apocalipsis 3

1. Y al ángel de la congregación de Sardis escríbe: Estas cosas dice el que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas: Conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto.
2. Estad alerta, y fortalece las cosas que quedan, que están prontas a morir, pues no he hallado tus obras perfectas delante de Dios.
3. Recuerda por tanto cómo recibiste y oíste, aférrate con firmeza y arrepiéntete. Si no vigilas por tanto, llegaré a ti como un ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre tí.
4. Tú tienes unos cuantos nombres aún en Sardis los cuales no han contaminado sus vestiduras, y andarán conmigo de blanco, porque son dignos.
5. El que venza, este mismo seá vestido con un atavío blanco, y no borraré su nombre del libro de la vida, sino que ante mi Padre y ante sus ángeles confesaré su nombre.
6. El que preste oído que oiga lo que el Espíritu le dice a las congregaciones.
7. Y al ángel de la congregación de Filadelfia escríbe: Estas cosas dice el que es santo, el que es verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ningún hombre cierra, y -si- él cierra ningún hombre abre:
8. Conozco tus obras, mira que he puesto delante de ti una puerta abierta, y ningún hombre puede cerrarla, pues tienes poca fuerza, y has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre.
9. Mira que haré de los de la sinagoga de Satanás, los cuales dicen ser Judíos, y no lo son, sino que mienten, mira que haré que ellos vengan y adoren delante de tus pies, y conozcan que yo te he amado.
10. Porue has guardado la palabra de mi paciencia, también te guardaré de la hora de la tentación, la cual vendrá sobre todo el mundo, para probar a los que moran sobre la tierra.
11. Mira que yo vengo de repente; agarra con firmeza aquello que tienes, para que ningún hombre atrape tu corona.
12. Al que venza -lo- haré un pilar en el templo de mi Dios, y no saldrá más, y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual llega desde el cielo de mi Dios, y -sobre él escribiré- mi nuevo nombre.
13. El que preste oído que oiga lo que el Espíritu le dice a las congregaciones.
14. Y al ángel de la congregación de los Laodiceanos escríbe: Estas cosas dice el Amén, el testigo fiel y verdadero, el comienzo de la creación de Dios:
15. Conozco tus obras, que ni frío ni caliente eres; quisiera que fueras -o- frío o caliente.
16. Por eso entonces por ser tibio, y ni frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.
17. Porque dices, Soy rico, e incrementado en bienes, y de nada tengo necesidad; no sabes que eres desdichado, pobre, miserable, ciego y desarrapado.
18. Te aconsejo que me compres oro tratado en el fuego, para poder ser rico, y un atavío blanco para que puedas ser vestido, y la vergüenza de tu desnudez no aparezca, y unjas tus ojos con colirio, y así ver puedas.
19. A cuantos amo, reprendo y castigo; sé celoso por tanto y arrepiéntete.
20. Mira que me paro a la puerta, y golpeo, si algún hombre oye mi voz, y abre la puerta, a él entraré, cenaré con él, y él conmigo.
21. Al que venza le concederé sentarse conmigo en mi trono, así como también yo vencí, y con mi Padre en su trono me he establecido.
22. El que preste oído que oiga lo que el Espíritu le dice a las congregaciones.

Apocalipsis 2

1. Al ángel de la congregación de Éfeso escríbe: Estas cosas dice el que sostiene las siete estrellas en su mano derecha, quien anda en medio de los siete candelabros de oro,
2. Conozco tus obras, tu labor, y tu paciencia, cómo no puedes soportar a los que son malos; y has probado a los que dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has encontrado mentirosos,
3. Y -lo- has soportado, tienes paciencia, por amor a mi nombre has laborado y no has desmayado.
4. No obstante tengo -algo- en contra tuya, ya que has dejado tu primer amor.
5. Acuérdate por tanto dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras, no sea que repentinamente llegue a tí, y remueva tu candelabro de su lugar, a menos que te arrepientas.
6. Pero tienes esto, que odias las obras de los Nicolaítas, las cuales también odio.
7. El que preste oído que oiga lo que el Espíritu le dice a las iglesias: A aquel que venza, -le- daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.
8. Y al ángel de la congregación de Esmirna escríbe; Estas cosas dice el primero y el último, el cual estuvo muerto, y está vivo:
9. Conozco tus obras y tribulación y pobreza, (pero eres rico) y la blasfemia de los cuales dicen ser Judíos, y no lo son, sino que -son- la sinagoga de Satanás.
10. No temas ninguna de aquellas cosas que vas a sufrir: mira que el diablo echará a -algunos- de vosotros a la prisión, para que podáis ser probados, y tendréis tribulación diez días; sé fiel hasta la muerte, y una corona de vida te daré.
11. El que preste oído que oiga lo que el Espíritu le dice a las iglesias: El que venza no será herido de la segunda muerte.
12. Y al ángel de la congregación de Pérgamo escríbe: Estas cosas dice aquel que tiene la aguda espada de dos filos:
13. Conozco tus obras, y dónde moras, en el -mismo- asiento de Satanás; y te aferras firme a mi nombre, y no has negado mi fe, aún en aquellos días en los que Antipas mi fiel mártir, fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás.
14. Pero tengo unas cuantas cosas en tu contra, ya que tienes allí a los que sostienen la doctrina de Balaam, quien le enseñó a Balac a arrojar una piedra de tropiezo delante de los hijos de Israel, a comer cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación.
15. Así también tienes a los que sostienen la doctrina de los Nicolaítas, cosa que yo odio.
16. Arrepiéntete, o repentinamente vendré a ti, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca.
17. El que preste oído que oiga lo que el Espíritu le dice a las congregaciones: Al que venza le daré a comer del maná escondido, y le daré una piedra blanca, y en la piedra un nuevo nombre escrito, el cual ningún hombre conoce, salvo el que -lo- recibe.
18. Y al ángel de la congregación de Tiatira escríbe: estas cosas dice el Hijo de Dios, quien tiene ojos como llamas de fuego, y sus pies -son- como bronce fino:
19. Conozco tus obras, caridad, servicio y fe, tu paciencia y tus obras, y las últimas -que son- más que las primeras.
20. No obstante lo anterior tengo unas cuantas cosas en tu contra, ya que dejas que esa mujer Jezabel, la cual se llama a sí misma profetiza, enseñe y seduzca a mis siervos a cometer fornicación, y a comer cosas sacrificadas a los ídolos.
21. Y le dí lugar a arrepentirse de su fornicación, y no se arrepintió.
22. Mira que la arrojaré a la cama, y a los que cometen adulterio con ella a una gran tribulación, a menos que se arrepientan de sus hechos.
23. Y con muerte mataré a sus hijos, y todas las congregaciones sabrán que yo soy el que indaga las riendas y -los- corazones, y os daré a cada uno de vosotros de acuerdo a vuestras obras.
24. Pero a vosotros os digo y al resto en Tiatira, de cuantos no tengan esta doctrina, los cuales no han conocido las profundidades de Satanás, como dicen ellos, No pondré sobre vosotros ninguna otra carga.
25. Pero aferraos con firmeza a aquello que -ya- tenéis hasta que yo venga.
26. Y al que venza, y guarde mis obras hasta el fin, a él le daré poder sobre las naciones,
27. Y con una vara de hierro las gobernará, como las vasijas de un alfarero en pedacitos se quebrarán, así como -lo- recibí de mi Padre.
28. Y le daré la estrella matutina.
29. El que preste oído que oiga lo que el Espíritu le dice a las congregaciones.

Apocalipsis 1

1. La Revelación de Jesucristo, la cual Dios le dió, para darle a conocer a sus siervos las cosas que en corto tiempo deben acontecer, y -la- envió y -la- dió a entender por su ángel a su siervo Juan;
2. Quien deja registro de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que vió.
3. Bendito el que lea y los que oigan las palabras de esta profecía, y guarden aquellas cosas que están escritas en ella, porque el tiempo -está- cerca.
4. Juan a las siete iglesias que están en Asia; Gracia a vosotros, y paz, de aquel que es, y que era, y que está por venir, de los siete Espíritus los cuales están delante de su trono;
5. Y de Jesucristo, -quien es- el testigo fiel, -y- el primer engendrado de los muertos, y el príncipe de los reyes de la tierra. A aquel que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados en su propia sangre,
6. Y nos ha hecho reyes y sacerdotes para Dios y su Padre; a él -sea- gloria y dominio por siempre jamás. Amén.
7. Mirad que él viene con las nubes, y todo ojo lo verá, y -también- los que lo perforaron, y todas las familias de la tierra se lamentarán por él. Así será, Amén.
8. Yo soy el Alfa y la Omega, el comienzo y el fin, dice el Señor, el cual es, el cual era. Y el cual está por venir, el Todopoderoso.
9. Yo Juan, quien también soy vuestro hermano, y compañero en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por la palabra de Dios, y por el testimonio de Jesucristo.
10. Estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás mío una voz fuerte, como de trompeta,
11. Diciendo, Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último; y Lo que veas, escríbe-lo- en un libro, y envía-lo- a las siete congregaciones las cuales están en Asia; a Éfeso, a Esmirna, a Pérgamo, a Tiatira, a Sardis, a Filadelfia, y a Laodicea.
12. Y me volví para ver la voz que me hablaba, Y al voverme, ví siete candelabros de oro;
13. Y en medio de los siete candelabros -uno- como el Hijo del hombre, vestido con una prenda que bajaba hasta los pies, y ajustada al pecho con un ceñidor de oro.
14. Su cabeza y -sus- cabellos blancos como la lana, tan blancos como la nieve, y sus ojos -eran- como llamas de fuego,
15. Sus pies como de bronce fino, quemados en horno, y su voz como el sonido de muchas aguas.
16. Y tenía en su mano derecha siete estrellas, de su boca salía una cortante espada de dos filos, y su semblante -era- como -cuando- el sol brilla en su fuerza.
17. Y cuando lo ví, caí como muerto a sus pies. Y él puso su mano derecha sobre mí, diciéndome, No temas, Yo soy el primero y el último;
18. El que vive, y estuvo muerto y mira que estoy vivo por la eternidad, Amén; y tengo las llaves del infierno y de la muerte.
19. Escribe las cosas que has visto, las cosas que son, y las cosas que de aquí en adelante serán ;
20. El misterio de las siete estrellas que viste en mi mano derecha, y los siete candelabros de oro -es éste-, Las siete estrellas son los ángeles de las siete congregaciones, y los siete candelabros que viste son las siete iglesias.

Isaías 66

1. Así dice el SEÑOR, el cielo -es- mi trono, y la tierra el banquillo de mis pies, ¿dónde -está- la casa que me construís? ¿y dónde el palacio de mi descanso?
2. Porque todas esas -cosas- las hizo mi mano, y todas esas -cosas- han sido, dice el SEÑOR, más bien a este -hombre- miraré, -aún al que es- pobre y de un espíritu contrito, y tiemble ante mi palabra.
3. El que mata un buey -es como si- matara un hombre, el que sacrifica un cordero, -como si- le cortara el cuello a un perro; el que ofrece una oblación, -como si ofreciera- sangre de puerco; el que quema incienso, -como si- bendijera a un ídolo. Sí, escogieron sus propios caminos, y en sus abominaciones se deleita su alma.
4. Yo también escogeré sus engaños, y sus temores traeré sobre ellos, porque cuando llamé, nadie respondió, cuando hablé, no oyeron, sino que hicieron el mal ante mis ojos, y escogieron -aquello- en lo que no me deleitaba.
5. + Oíd la palabra del SEÑOR, vosotros los que tembláis ante su palabra: Vuestros hermanos que os odiaron, que por causa de mi nombre os expulsaron, dicen, Que el SEÑOR se glorifique, pero para vuestro gozo él aparecerá, y ellos se avergonzarán.
6. Una voz de ruido desde la ciudad, una voz desde el templo, una voz del SEÑOR -se oye- entregándoles el pago a sus enemigos.
7. Antes de que ella trabajara en parto, dio a luz, antes de que el dolor le viniera, parió un niño hombre.
8. ¿Quién ha oído tal cosa? ¿quién ha visto semejantes sucesos? Será hecha la tierra para en un día dar a luz? ¿-o- nacerá en un instante una nación? Porque tan pronto como Sion en parto laboró, a sus hijos dio a luz.
9. ¿Llevaré al nacimiento, y no haré dar a luz? Dice el SEÑOR, ¿Haré dar a luz, cerrando -el vientre-? Dice tu Dios.
10. Regocijaos con Jerusalén, y alegraos con ella, todos vosotros los que la amáis, regocijaos de júbilo con ella, todos vosotros los que os lamentáis por ella,
11. Para que podáis chupar y satisfaceros con los pechos de sus consolaciones, para que podáis tomar leche y deleitaros con la abundancia de su gloria.
12. Porque esto dice el SEÑOR, He aquí que le extenderé a ella paz como un río, y la gloria de los Gentiles como un continuo arroyo, entonces chuparéis, sobre -los- costados de ella seréis cargados, y sobre -sus- rodillas jugueteados.
13. Como a alguien a quien su madre consuela, así os consolaré, y en Jerusalén seréis consolados.
14. Y cuando -esto- veáis se regocijará vuestro corazón, y vuestros huesos como la hierba reverdecerán, y la mano del SEÑOR hacia sus siervos se conocerá, junto con -su- indignación hacia sus enemigos.
15. Pues he aquí que el SEÑOR vendrá con fuego, y con sus carruajes como un remolino, para entregar su enojo con furia, y su reprensión con llamas de fuego.
16. Ya que con fuego y con su espada el SEÑOR con toda carne pleiteará, y los muertos por el SEÑOR muchos serán.
17. Los que se santifican y se purifican en medio de los jardines detrás de un -árbol- en la mitad, comiendo carne de puerco, la abominación y ratón, a una serán consumidos, dice el SEÑOR.
18. Pues -conozco- sus obras y sus pensamientos; Acontecerá que reuniré a todas las naciones y lenguas, y vendrán y verán mi gloria.
19. Y entre ellos estableceré una señal, y enviaré a aquellos que de ellos escapen a las naciones, -a- Tarsis, Pul y Lud que manejan el arco, a Tubal y a Javán, -a- las islas de las lejanías que no hayan oído de mi fama, ni hayan visto mi gloria, y entre los Gentiles declararán mi gloria.
20. Y traerán a todos vuestros hermanos -como- una ofrenda para el SEÑOR de todas las naciones en caballos, en carruajes, en literas, en mulas y en veloces bestias, a Jerusalén mi montaña santa, dice el SEÑOR, como los hijos de Israel traen una ofrenda en una vasija limpia a la casa del SEÑOR.
21. Y además tomaré de ellos para sacerdotes -y- para Levitas, dice el SEÑOR.
22. Porque como los nuevos cielos y la nueva tierra que yo haré van a permanecer delante de mí, dice el SEÑOR, así vuestra simiente y vuestro nombre permanecerán.
23. Y acontecerá -que- de una luna nueva a la otra, y de un sabat al otro, toda carne ante mí vendrá a adorar, dice el SEÑOR.
24. Y saldrán y mirarán los cadáveres de los hombres que transgredieron en mi contra, pues su gusano no morirá, ni su fuego se calmará, y serán aborrecibles para toda carne.

Tomado de la SANTA BIBLIA King James
Vertida al Español (KJVE)
Por Héctor Darío Medina

Isaías


Enero de 2025