2 Corintios 11

1. Ante Dios quisiera que me pudiérais aguantar un poco en -mi- necedad; y de veras soportadme.
2. Porque estoy celoso de vosotros con celo de Dios, ya que os he desposado a un marido, para poder presentar-os como- una casta virgen a Cristo.
3. Pero temo que por cualquier medio así como la serpiente sedujo a Eva por medio de su sutileza, también vuestras mentes se corrompan -alejándose- de la simplicidad que hay en Cristo.
4. Porque si el que llega a otro Jesús predica que no hayamos nosotros predicado, o -si- recibís otro espíritu que no hayáis recibido, u otro evangelio que no hayáis aceptado, lo podríais bien soportar.
5. Pues supongo que no quedé ni un ápice atrás de los mayores -y- principales apóstoles.
6. Sino que aunque rudo en hablar, no así en conocimiento, sin embargo hemos sido hechos totalmente manifiestos entre vosotros en todas las cosas.
7. ¿He cometido una ofensa al rebajarme para que podáis ser vosotros exaltados, por haberos predicado gratis el evangelio de Dios?
8. A otras congregaciones robé recibiendo salarios para haceros un servicio.
10. Y cuando estuve presente con vosotros, y tenía escasez, a ningún hombre fui una carga, pues aquello que me faltaba -lo- suplieron los hermanos que llegaron de Macedonia, y he evitado en todo ser una carga para vosotros, y seguiré -haciéndolo-.
10. Tanto como la verdad de Cristo está en mí, ningún hombre me detendrá de jactarme así en las regiones de Acaya.
11. ¿Por qué? ¿porque no os amo? Dios sabe.
12. Pero lo que hago, eso haré, para poder cortar -cualquier- ocasión de los que desean ocasión, para que en lo que ellos se glorían, puedan hallarse igual a nosotros.
13. Pues los tales -son- falsos apóstoles, trabajadores engañosos, transformándose en apóstoles de Cristo.
14. Y no de maravillar, pues el mismo Satanás se transforma en ángel de luz.
15. Por eso no -es- de admirar si sus ministros también se transforman en ministros de justicia, cuyo final será de acuerdo con sus obras.
16. Digo de nuevo, Que ningún hombre me considere un tonto; de otra manera, aún así como tonto recibidme, para que me pueda jactar un poco.
17. Esto que hablo no -lo- hablo siguiendo al Señor, sino como si tontamente en esta confianza me jactara.
18. Viendo que muchos se glorían siguiendo la carne, yo también -me- gloriaré.
19. Ya que viendo que sois sabios, alegremente a los tontos soportáis.
20. Porque soportáis que un hombre os lleve a cautiverio, que un hombre -os- devore, que un hombre tome -cosas de vosotros-, que un hombre a sí mismo se exalte, que un hombre os golpee en el rostro.
21. Hablo concerniente al rproche, como si hubiéramos sido débiles, no obstante en lo que alguien sea atrevido, (hablo tontamente,) atrevido también -lo- soy.
22. ¿Son Hebreos? yo también; ¿Son Israelitas? Yo también; ¿Son de la simiente de Abraham? Yo también.
23. ¿Son mimistros de Cristo? (Hablo como tonto) Yo más; en labores abundo más, en azotes por encima de -la- medida, en prisiones -con- más asiduidad, en -peligros- continuos de muerte .
24. De los Judíos cinco veces recibí cuarenta -azotes- menos uno.
25. Tres veces con vara fui golpeado, apedreado una vez, tres naufragios he sufrido , una noche y un día he estado en el profundo -mar-;
26. Viajando continuamente, -en- peligros de aguas, -en- peligros de ladrones, -en- peligros a causa de -mis- compatriotas, -en- peligros a causa de los paganos, peligros en la ciudad, peligros en el yermo, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos;
27. En cansancios y dolores, en continuas vigilias, en hambres y falta de agua, en frecuentes ayunos, en fríos y desnudeces.
28. Fuera de aquellas cosas que son externas, aquello que me viene a diario, el cuidado de todas las congregaciones.
29. ¿Quién se debilita y no me debilito yo? ¿quién se ofende y no ardo yo?
30. Si por cierto me debo gloriar, me gloriaré en las cosas que conciernen a mis flaquezas.
31. El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, el cual por siempre jamás es bendito, sabe que no miento.
32. En Damasco el gobernador bajo -el mando de- Aretas el rey guardaba la ciudad de los Damascenos con una guarnición, deseoso de aprehenderme,
33. Y por una ventana en una canasta fui bajado por la pared, y escapé de sus manos.

2 Corintios 10

1. Ahora pues yo el mismo Pablo os suplico por la mansedumbre y gentileza de Cristo, quien en presencia de vosotros -soy- bajo, pero en ausencia para con vosotros soy atrevido.
2. Pero-os- suplico, que cuando esté presente no pueda ser atrevido con esa confianza, con la que pienso ser enérgico contra algunos que piensan de nosotros como si anduviéramos según la carne.
3- Pues aunque andamos en la carne, no guerreamos según la carne;
4. ( Ya que las armas de nuestra guerra no -son- carnales, sino -espirituales- poderosas a través de Dios para tumbar fortalezas;)
5. Derribando imaginaciones, y toda idea altiva que se exalte en contra del conocimiento de Dios, y trayendo a cautiverio todo pensamiento a la obediencia a Cristo;
6. Teniendo prontitud para vengar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia se cumpla.
7. ¿Miráis a las cosas por la apariencia externa? Si algún hombre confía que él es de Cristo, que de nuevo piense esto de él, que así como él -es- de Cristo, igualmente nosotros -somos- de Cristo también.
8. Porque aunque de alguna manera más me jacte de nuestra autoridad, la cual el Señor nos ha dado para vuestra edificación, y no para vuestra destrucción, no me debo avergonzar,
9. De que puedo no parecer -tan igual a- como si os aterrorizara por cartas.
10. Porque -sus- cartas, dicen ellos, son pesadas y poderosas, pero -su- presencia corporal -es- débil, y vergonzoso -su- hablar.
11. Que el tal piense esto, que tal como somos de palabra y en cartas cuando estamos ausentes, también -lo seremos- en obra cuando estemos presentes.
12. Porque no nos atrevemos a hacernos en el número, ni a compararnos con algunos que se elogian a ellos mismos, mas no son sabios al medirse con ellos mismos, y al compararse entre sí.
13. Pero de las cosas sin medida no nos vamos a jactar, sino de acuerdo a la medida de la regla que Dios para nosotros ha distribuído, una medida para vosotros incluso alcanzar.
14. Ya que no nos extendemos más allá –de nuestra capacidad-, como si no os alcanzáramos, pues tan lejos como hasta vosotros hemos llegado también en -la prédica- el evangelio de Cristo.
15. No jactándonos sin medida de las cosas, -esto es-, de las labores de otros hombres, sino teniendo esperanza, de que cuando vuestra fe se incremente, seremos engrandecidos por vosotros de acuerdo a nuestro regla abundantemente.
16. Para predicar el evangelio en las -regiones- más allá de vosotros, -y- no para jactarnos en el cordel de cosas de otro hombre para nuestras manos preparado.
17. Pero el que se gloría, que se gloríe en el Señor.
18. Pues no se aprueba el que se elogia sí mismo, sino a quien encomia el Señor.

2 Corintios 9

1. Porque en lo tocante al servicio para los santos, me es superfluo escribiros;
2. Ya que conozco la disponibilidad de vuestra mente, por la que me jacto de vosotros ante los de Macedonia, que Acaya estuvo presta para ello hace un año, y -que- vuestro celo a provocado a muchísimos.
3. Aún así he enviado a los hermanos, no sea que nuestra jactancia acerca de vosotros sea en vano en este aspecto, que como dije, podáis estar prestos;
4. No sea que de pronto si los de Macedonia llegan conmigo, y no os encuentran preparados, nosotros (que no decimos, vosotros) nos avergoncemos de esta misma jactancia.
5. Por tanto pensé necesario exhortar a los hermanos, para que fueran delante de vosotros, y de antemano prepararan vuesta generosidad, de la cual antes tuvisteis noticia, para que esa misma pueda estar lista, como -un asunto de- generosidad, y no -de- avaricia.
6. Pero -yo digo- esto, El que siembra escasamente, escasamente también segará, y el que siembra abundantemente con abundancia también segará.
7. -Que- cada hombre -dé- de acuerdo a lo que se proponga en su corazón, no a regañadientes, o por necesidad, ya que Dios ama al dador alegre.
8. Y Dios es capaz de haceros llegar en abundancia toda gracia, para que teniendo siempre lo suficiente en todo, podáis abundar en toda buena obra;
9. (Así como está escrito, A lo lejos dispersó, a los pobres dio, para siempre permanece su justicia.
10. Ahora pues que el que administra semilla al sembrador, os sirva además el pan para comer, os multiplique la semilla sembrada, e incremente los frutos de vuestra justicia;)
11. Enriqueciéndoos con toda abundancia en toda cosa, lo cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios;
12. Porque la administración de este servicio no sólo suple la falta de los santos, sino que también abunda por muchas acciones de gracias a Dios;
13. Mientras que por el experimento de este servicio glorifican a Dios por vuestra sujeción profesada al evangelio de Cristo, y por -vuestra- generosa distribución a ellos, y a todos -los hombres-;
14. Y por su oración por vosotros, quienes os anhelan por la excelsa gracia de Dios en vosotros.
15. Gracias a Dios por su don inenarrable.

2 Corintios 8

1. Más aún hermanos, queremos que conozcáis la gracia de Dios otorgada a las congregaciones de Macedonia;
2. Cómo en una gran prueba de aflicción, la abundancia de su gozo junto con su profunda pobreza redundaron en las riquezas de su liberalidad.
3. Pues según -su- capacidad, atestiguo, sí, e -incluso- más allá de -su- capacidad estuvieron dispuestos -a dar- de ellos;
4. Rogándonos con gran súplica que recibiéramos el regalo, y -nos encargáramos- del compañerismo del servicio a los santos.
5. Y -esto hicieron-, no como esperábamos, sino que primero se dieron ellos mismos al Señor, y por la voluntad de Dios a nosotros.
6. Hasta el punto que deseamos que Tito, tal como -lo- hubo comenzado, también además terminara en vosotros la misma gracia.
7. Por tanto, tal como abundáis en cada -detalle, en- la fe, en palabras, en conocimiento, -en- toda diligencia, y -en- vuestro amor hacia nosotros, -cuidaos- también de abundar en esta gracia.
8. No -lo- hablo como mandamiento, sino con ocasión de la disponibilidad de otros, y para probar la sinceridad de vuestro amor.
9. Pues vosotros conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que, aunque era rico, sin embargo por amor a vosotros pobre se volvió, para que vosotros por medio de su pobreza ricos pudierais ser.
10. Y en esto mismo -mi- consejo doy, pues esto os conviene hacer, no solamente a vosotros quienes habéis comenzado antes, sino también a estar disponibles -a ello- desde hace un año.
11. Ahora por tanto realizad el hacer; -ya- que así como -hubo- disposición para desear, también -pueda haber- además una realización según lo que tengáis.
12. Pues si hay primero una disponibilidad, -se- acepta de acuerdo a lo que el hombre tenga, -y- no a lo que no tenga.
13. Ya que no -es mi intención- que otros hombres sse aligeren, y os agobiéis vosotros;
14. Sino que con equidad, -que- esta vez ahora vuestra abundancia -pueda ser un sustento- para su escasez, -y en otra ocasión- que su abundancia también pueda ser -un sustento- para vuestra escasez, que pueda haber equidad;
15. Como está escrito, Al que -recogió- mucho no le sobró, y al que -recogió- poco no le faltó.
16. Pero gracias a Dios que puso aquel mismo profundo interés en el corazón de Tito por vosotos.
17. Pues en verdad él aceptó la exhortación, pero siendo más presto, de su propia iniciativa fue a vosotros.
18. y con él hemos enviado al hermano, cuya alabanza -es- en el evangelio por todas las congregaciones;
19. Y no sólo -eso-, sino que también fué ecogido por las congregaciones para que viajara con nosotros con esta gracia, la cual es administrada por nosotros para la gloria del mismo Señor, y -de- vuestra presteza;
20. Evitando lo siguiente, que ningún hombre nos culpe por esta abundancia por nosotros administrada;
21. Proveyendo para cosas honestas, no sólo a la vista del Señor, sino también a la vista de los hombres.
22. Y con ellos hemos enviado a nuestro hermano, a quien con frecuencia -lo- hemos comprobado en muchas cosas -ser- diligente, ahora mucho más diligente, por la gran confianza que en vosotros -tengo-.
23. Si -alguien inquiere acerca- de Tito, -él es- mi compañero y colaborador para con vosotros; o -si se inquiere acerca de- nuestros hermanos, -ellos son- los mensajeros de las congregaciones, -y- la gloria de Cristo.
24. Por tanto manifestadles a ellos, y delante las congregaciones, la prueba de vuestro amor, y de nuestra jactancia acerca de vosotros.

2 Corintios 7

1. Teniendo por tanto estas promesas, queridos -y- amados, limpiémonos de toda inmundicia de la carne y -del- espíritu, completando la santidad en el temor de Dios.
2. Recibidnos; a ningún hombre hemos agraviado, a ningún hombre hemos corrompido, a ningún hombre hemos defraudado.
3. No hablo para condenar-os-; pues he dicho antes que estáis en nuestros corazones para morir y morir con -vosotros-.
4. Grande es mi atrevimiento en mi charla a vosotros, grandemente me glorío en vosotros; me lleno de consuelo, en toda nuestra tribulación me excedo en gozo.
5. Porque cuando habíamos entrado a Macedonia, nuestra carne no tuvo reposo, sino que por todo lado estuvimos atribulados: peleas afuera, temores adentro.
6. No obstante Dios, que conforta a los derribados, con la llegada de Tito nos confortó;
7. Y no solamente con su llegada, sino con el consuelo con el que fue confortado por vosotros, cuando nos contó de vuestro ávido deseo, de vuestro lamento, vuestro ferviente propósito hacia mí; así que me regocijé más.
8. Pues aunque con una carta os puse apesadumbrados, no me arrepiento, aunque me arrepentí, ya que percibo que la misma epístola os puso apenados, aunque sólo por una temporada.
9. Ahora yo me regocijo, no de que os diera pena, sino de que os apenárais para arrepentimiento; porque fuisteis apenados de una manera piadosa para que ningún daño pudiérais recibir de nuestra parte.
10. Porque la pesadumbre en Dios obra arrepentimiento para salvación de la que no hay que arrepentirse, pero la pesadumbre del mundo obra muerte.
11. Pues mirad este mismo asunto, cómo os dolísteis por una causa piadosa, qué cuidado produjo en vosotros, sí, -qué- limpieza en vosotros, sí, -qué- indignación, sí, -qué- temor, sí, -qué- vehemente deseo, -qué- celo, ¡sí, qué venganza! En toda -forma- habéis probado en este asunto estar limpios.
12. Por lo tanto, aunque os escribí, no -lo hice- a causa del que había hecho el agravio, ni a causa del que lo sufriera, sino para que nuestro interés por vosotros a la vista de Dios ante vosotros pudiera aparecer.
13. Por ello en vuestro consuelo nos consolamos; sí, y -aún- más excedidamente disfrutamos el gozo de Tito, ya que su espíritu fue refrescado por todos vosotros.
14. Pues no me avergüenzo si de algo me he jactado de vosotros ante él, sino que así como os hablamos todas las cosas en verdad, aún también nuestra jactancia que a Tito -le mostré-, se halla en la verdad.
15. Y su íntimo afecto hacia vosotros más abundante es, al rememorar la obediencia de vosotros todos, de con qué temor y temblor lo recibísteis.
16. Me regocijo por tanto de tener confianza en vosotros en todo.

2 Corintios 6

1. Nosotros entonces, como obreros junto -con él-, -os- imploramos también que no recibáis la gracia de Dios en vano.
2. (Ya que él dice, En el tiempo aceptado te he oído, y en el día de la salvación te he socorrido; mirad que el tiempo aceptado -es- ahora, mirad que el día de la salvación -es- ahora.)
3. No ofendiendo en cosa alguna, para que no se culpe el ministerio,
4. Sino en todo probándonos como los ministros de Dios, con mucha paciencia, en -las- aflicciones, en -las- necesidades, en -las- angustias,
5. En -los- azotes, en -las- prisiones, en -los- tumultos, en -los- trabajos, en -las- vigilias, en -los- ayunos,
6. Por -la- pureza, por -el- conocimiento, por -la- benignidad, por -la- amabilidad, por el Espíritu Santo, por -el- amor no fingido,
7. Por la palabra de verdad, por el poder de Dios, por la armadura de la justicia a diestra y a siniestra,
8. Por -la- honra y -la- deshonra, por -el- reporte malvado y el buen reporte; como engañadores, y -aún- veraces;
9. Como desconocidos, y -aún- bien conocidos, como agonizando, y he aquí que vivimos, como castigados, y no -estando- muertos;
10. Como acongojados, aunque siempre regocijándonos, como pobres, aunque haciendo a muchos ricos; como nada teniendo, y -sin embargo- poseyéndolo todo.
11. Oh Corintios, nuestra boca se abre a vosotros, nuestro corazón se ensancha.
12. Estrechos no estáis en nosotros, pero sois estrechos en vuestras entrañas.
13. Ahora bien como pago por lo mismo, (-os- hablo como a hijos,) también ensanchaos.
14. No os enyuntéis de forma desigual con los incrédulos, pues ¿Qué compañerismo -puede- tener la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión tiene la luz con la oscuridad?
15. ¿Y qué concordia tiene Cristo con Belial? ¿O qué parte tiene el que cree con un infiel?
16. ¿Y qué acuerdo -puede-haber -entre- el templo de Dios y los ídolos? Porque el templo del Dios vivo sois vosotros. Como Dios ha dicho, Moraré en ellos, y andaré en -ellos-; y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
17. Por eso salid de en medio de ellos, y separaos, dice el Señor, y no toquéis -cosa- inmunda, y yo os recibiré.
18. Y seré un Padre para vosotros, y vosotros seréis mis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.

2 Corintios 5

1. Pues sabemos que si el tebernáculo de nuestra casa terrestre se disolviera, tenemos un edificio de Dios, una casa no hecha a mano, eterna en los cielos.
2. Ya que en esta gemimos, añorando ser revestidos por nuestra casa la cual es del cielo;
3. En caso de estar vestidos, hallados desnudos no seremos.
4. Porque los que estamos en -este- tabernáculo gemimos con agobio, no porque queramos ser desvestidos, sino, revestidos,. para que la mortalidad pueda ser devorada por la vida.
5. Ahora pues, el que nos ha forjado para esto mismo -es- Dios, quien también nos ha dado la prenda del Espíritu.
6. Por eso siempre -estamos- confiados, sabiendo que, mientras estemos en la casa del cuerpo, ausentes estamos del Señor;
7. (Porque por fe andamos, no por vista;)
8. Confiados estamos, deseando mejor estar ausentes del cuerpo, y presentes con el Señor.
9. Por eso laboramos, para que, sea presentes o ausentes, podamos por él ser aceptados.
10. Ya que todos debemos comparecer delante del tribunal de Cristo, para que cada uno pueda recibir las cosas según lo que haya hecho en -su- cuerpo, -ya sea- bueno o malo.
11. Conociendo por tanto el terror del Señor, persuadimos a los hombres, mas somos hechos manifiestos para Dios, y confío que también seamos hechos manifiestos a vuestras conciencias.
12. Porque no nos recomendamos de nuevo a vosotros, sino más bien os damos ocasión para gloriaros a nombre nuestro, para que de alguna manera podáis tener con qué -responder- a los que se glorían en las apariencias, y no en el corazón.
13. Pues si estemos fuera de sí, -es- para Dios, o si estamos sobrios, -es- por causa vuestra.
14. Porque el amor de Cristo nos apremia; ya que juzgamos así, que si uno murió por todos, todos entonces estaban muertos.
15. Y por todos murió, para que los que vivan, no vivan para ellos de aquí en adelante, sino para el que murió por ellos, y de nuevo se levantó.
16. Por lo tanto de aquí en adelante a ningún hombre conocemos de acuerdo a la carne; sí, así hayamos conocido a Cristo de acuerdo a la carne, sin embargo de aquí en adelante ahora no -lo- conocemos más.
17. Por ello si algún hombre -está- en Cristo, una nueva criatura -es-; han pasado las viejas cosas, mirad cómo todas se han vuelto nuevas.
18. Y todas las cosas de Dios -son-, quien por Jesucristo con él mismo nos ha reconciliado, y el ministerio de la reconciliación nos ha dado;
19. Esto es, que Dios en Cristo estaba reconciliando consigo mismo al mundo, no imputándoles a ellos sus infracciones, y la palabra de reconciliación nos ha encomendado.
20. Ahora pues somos embajadores de Cristo, como si Dios -os- implorara por nosotros: en nombre de Cristo -os- rogamos, reconciliaos con Dios.
21. Porque por nosotros lo hizo a él pecado, quien no conoció pecado, para que pudiéramos ser hechos la justicia de Dios en él.

2 Corintios 4

1. Por tanto viendo que tenemos este ministerio, al haber recibido misericordia, no desfallecemos;
2. Sino que hemos renunciado a las cosas ocultas de la deshonestidad, no andando en astucia, ni engañosamente manejando la palabra de Dios, sino que con la manifestación de la verdad nos encomendamos a la conciencia de todo hombre ante la vista de Dios.
3. Pero si nuestro evangelio se esconde, se esconde para los que se están perdidos,
4. A los cuales el dios de este mundo -les- ha cegado la mente; -sí,- de aquellos que no creen, no sea que la luz del evangelio glorioso de Cristo, quien es la imagen de Dios, brille sobre ellos.
5. Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús el Señor, y a nosotros -como- vuestros siervos por amor a Jesús.
6. Ya que Dios, quien mandó que luz resplandeciese en la oscuridad, ha brillado en nuestros corazones, para dar la luz del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.
7. Pero tenemos este tesoro en vasijas de barro, para que la excelencia del poder pueda ser de Dios, y no de nosotros,
8. -Que- por todo lado -andamos- atribulados, pero no angustiados; perplejos, pero no desesperados,
9. Perseguidos, pero no desamparados, derribados, pero no destruidos;
10. Llevando siempre en el cuerpo la agonía del Señor Jesús, para que también en nuestro cuerpo se pueda manifestar la vida de él.
11. Porque nosotros los que vivimos siempre estamos entregados a la muerte por amor a Jesús, para que también la vida de Jesús se pueda manifestar en nuestra carne mortal.
12. Así que entonces la muerte trabaja en nosotros, mas en vosotros la vida.
13. Teniendo nosotros el mismo espíritu de fe, de acuerdo a lo que está escrito, Creí, y por tanto hablé, también nosotros creemos, y por tanto hablamos;
14. Sabiendo que el que levantó al Señor Jesús, también por Jesús nos levantará, y con vosotros -nos- presentará.
15. Porque todas las cosas -son- por amor a vosotros, para que la gracia abundante, a través del agradecimiento de muchos redunde para la gloria de Dios.
16. Por cuya causa no desmayamos, sino que aunque nuestro hombre exterior perezca, no obstante el interior se renueva día a día.
17. Pues nuestra ligera aflicción, la cual es sólo momentánea, produce a favor nuestro un muchísimo más excelso -y- eterno peso de gloria,
18. Mientras miramos, no las cosas que se ven, sino las que no se ven, porque las cosas que se ven -son- temporales, pero las que no se ven -son- eternas.

2 Corintios 3

1. ¿Comenzamos de nuevo a encomiarnos a nosotros mismos? ¿o necesitamos, como algunos -otros-, de epístolas de recomendación de vuestra parte?
2. Nuestra epístola sois vosotros, escrita en nuestros corazones, conocida y leída por todos los hombres;
3. -Debido a que como habéis- declarado manifiestamente ser la epístola de Cristo servida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo, no en tablas de piedra, sino de carne, -en las- tablas del corazón.
4. Y tal confianza tenemos por medio de Cristo hacia Dios;
5. No que seamos suficientes por cuenta nuestra para pensar alguna cosa por nosotros mismos, sino que nuestra suficiencia -proviene- de Dios,
6. Quien también nos hizo servidores del nuevo testamento; no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, pero el espíritu da vida.
7. Mas si el servicio de la muerte escrito -y- grabado en piedras fue glorioso, tanto que los hijos de Israel no podían mirar fijo el rostro de Moisés por la gloria de su semblante, la cual había de desaparecer,
8. ¿Cómo no será preferiblemente glorioso el servicio del espíritu?
9. Pues si el servicio de la condenación -es- gloria, mucho más el servicio de la justicia excede en gloria.
10. Porque aún aquello que se hizo glorioso en este aspecto no tuvo gloria, por razón de la gloria más excelsa.
11. Pues si aquello que desaparece -fue- glorioso, mucho más glorioso -es- aquello que permanece.
12. Viendo entonces que tenemos tal esperanza, usamos gran claridad al hablar;
13. Y no como Moisés, -que- puso un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no pudieran mirar fijo el final de aquello que se abole.
14. Mas sus mentes estaban cegadas, pues hasta este día permanecen sin quitarse el mismo velo cuando se lee el antiguo testamento, el cual desaparece con Cristo.
15. Pero aún hasta este día, cuando se lee a Moisés el velo está en su corazón.
16. Sin embargo cuando éste se vuelva al Señor, el velo será retirado.
17. Ahora pues el Señor es ese Espíritu, y donde -está- el Espíritu del Señor, allí -hay- libertad.
18. Pero todos nosotros con -el- rostro descubierto, contemplando como en un vidrio la gloria del Señor, somos cambiados en la misma imagen de gloria en gloria, así como por el Espíritu del Señor.

2 Corintios 2

1. Pero conmigo me he determinado esto, que no quiero venir de nuevo a vosotros con pesadumbre.
2. Porque si os hago apenar, ¿quién es entonces el que me alegra, sino el mismo a quien hice apenar?
3. Y esto mismo os escribí, no fuera que cuando llegara, me apenara por aquellos a quienes debo regocijar; teniendo confianza en todos vosotros, que mi gozo es -el gozo- de vosotros todos.
4. Ya que de mucha aflicción y angustia de corazón con muchas lágrimas os escribí, no para que os acongogéis, sino para que podáis conocer el amor que más abundantemente tengo para con vosotros.
5. Mas si alguno ha causado congoja, a mí no me ha acongojado, sino en parte, para que no ir a sobrecargar a todos vosotros.
6. Suficiente para tal hombre -es- este castigo, el cual por muchos -fue inflingido-.
7. Así que por otro lado más bien -debéis- perdonar-lo-. y confortar-lo-, no sea que quizás el tal sea engullido por una inmensa tristeza.
8. Por lo tanto os ruego que confirméis -vuestro- amor hacia él.
9. Pues con este fin también escribí, para poder conocer la prueba de vosotros, si sóis obedientes en todas las cosas.
10. A quien perdonéis algo, yo también -perdono-; pues si algo perdoné, a quien -le- perdoné, por causa vuestra -lo hice-, en la persona de Cristo.
11. No sea que Satanás vaya a obtener ventaja sobre nosotros, ya que no ignoramos sus artimañas.
12. Es más, cuando vine a Troas a -predicar- el evangelio de Cristo, y una puerta del Señor se me abrió,
13. No tuve descanso en mi espíritu, porque no encontré a Tito mi hermano, más bien dejándolos a ellos me fui de allí a Macedonia.
14. Ahora pues gracias -sean- dadas a Dios, el cual siempre nos hace triunfar en Cristo, y hace manifiesto el aroma de su conocimiento por -medio- de nosotros en todo lugar.
15. Pues para Dios somos un dulce aroma de Cristo, con aquellos que se salvan; y en los que perecen,
16. Para los unos -somos- aroma de muerte para muerte, y para los otros, aroma de vida para vida. ¿Y quién es adecuado para estas cosas?
17. Porque no somos como muchos que corrompen la palabra de Dios, sino que a partir de la sinceridad, sino que a partir de Dios, a la vista de Dios en Cristo hablamos nosotros.