1. En ese tiempo Herodes el tetrarca oyó de la fama de jesús,
2. Y le dijo a sus sirvientes, Este es Juan el bautista; se ha levantado de los muertos; y por tanto obras poderosas se proclaman en él.
3. + Porque Herodes había hechado mano de Juan, lo había atado, y puesto en prisión por causa de herodías, la esposa de su hermano Felipe.
4. Porque Juan le dijo, No es legal que tú la tengas.
5. Y cuando quiso darle muerte, temió a la multitud, porque lo contaban como un profeta.
6. Mas cuando se celebró el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de ellos, y complació a Herodes.
7. Con lo cual le prometió bajo juramento darle lo que fuera que pidiera.
8. Y ella, siendo instruida de antemano por su madre, dijo, Dame -y tráeme- acá la cabeza de Juan el bautista en un plato.
9. Y el rey se apenó; no obstante por causa del juramento, y de aquellos que se sentaron con él a comer, mandó que -esta- se le diera -a ella-.
10. Y envió, y decapitó a Juan en la prisión.
11. Y su cabeza fue llevada en un plato, y dada a la dama: y ella se la llevó a su madre.
12. Y sus discípulos vinieron y tomaron el cuerpo, y lo enterraron, y fueron y le contaron a Jesús.
13. + Cuando Jesús oyó -de ello-, partió de allí en barco hasta un lugar desierto aparte: y cuando las gentes hubieron oído -de esto-, salieron de las ciudades y lo siguieron a pie.
14. Y Jesús salió y vio a una gran multitud, y fue movido a compasión por ellos, y sanó a sus enfermos.
15. + Y cuando fue el atardecer, sus discípulos llegaron a él, diciendo, Este es un lugar desierto, y el tiempo ya ha pasado; despide a la multitud, para que puedan ir a las villas, y comprarse víveres.
16. Pero Jesús les dijo, No necesitan partir; vosotros dadles de comer.
17. Y ellos le dijeron, Sólo tenemos aquí cinco panes y dos peces.
18. Él dijo, traédmelos acá.
19. Y mandó sentarse a la multitud en la hierba, y tomó llos cinco panes, y los dos peces, y mirando al cielo, -los- bendijo y partió, y dio los panes a -sus- discípulos, y los discípulos a la multitud.
20. Y comieron todos, y se llenaron: y tomaron doce canastas llenas de los fragmentos que sobraron.
21. Y los que habían comido fueron alrededor de cinco mil hombres, fuera de mujeres y niños.
22. E inmediatamente Jesús apremió a sus discípulos a entrar a un barco, e ir delante de él al otro lado, mientras él despedía a las multitudes.
23. Y cuando hubo despedido a las multitudes subió a una montaña aparte a orar: y cuando el atardecer hubo llegado, estaba allí a solas.
24. Sin embargo el barco ahora estaba en medio del mar, lanzado por las olas, ya que el viento -le- era contrario.
25. Y en la cuarta vigilia de la noche Jesús fue hasta donde ellos, caminando en el mar.
26. Y cuando los discípulos lo vieron andando en el mar, se turbaron, diciendo, Es un espíritu, y gritaron del temor.
27. Pero al momento Jesús les habló diciendo, Ánimo, soy yo, no tengáis miedo.
28. Y Pedro le respondió y dijo, Señor, si eres tú, invítame a llegar hasta donde tí sobre el agua.
29. Y él -le- dijo, Ven. Y cuando Pedro se había bajado y salido del barco, él caminó sobre el agua, para ir hasta donde Jesús.
30. Pero cuando vio el violento viento, tuvo miedo, y comenzándose a hundir gritó, diciendo, Señor, sálvame.
31. E inmediatamente Jesús extendió -su- mano, y lo agarró, diciéndole, Oh, tú de poca fe, ¿Por qué dudaste?
32. Y cuando hubieron llegado al barco, el viento cesó.
33. Entonces los que estaban en el barco vinieron y lo adoraron diciendo, De verdad eres el Hijo de Dios.
34. + Y cuando hubieron pasado -el mar-, llegaron a la tierra de Genesaret.
35. Y cuando los hombres de ese lugar tuvieron conocimiento de él, enviaron -emisarios- a todo aquel país alrededor, y le trajeron todos los que estaban aquejados.
36. Y le suplicaban sólo poder tocar el borde de sus vestiduras, y todos los que -las- tocaban se restablecían por completo.
Mateo 13
1. Ese mismo día salió Jesús de la casa, y se sentó al lado de la orilla del mar.
2. Y grandes multitudes se reunieron y -y dirigieron- hacia él, de manera que él entró a un barco, y se sentó, y toda la multitud se paró en la playa.
3. Y muchas cosas les habló en parábolas, diciendo, Mirad que un sembrador salió a sembrar;
4. Y cuando sembró, algunas -semillas- cayeron al lado del camino, y las aves llegaron y las devoraron;
5. Algunas cayeron en lugares pedregosos, donde no tuvieronmucha tierra; y en el acto brotaron, porque no tenían profundidad de tierra.
6. Y cuando el sol estuvo encima, fueron chamuscadas, y como no tenían raíz se marchitaron.
7. Y algunas cayeron entre espinas, y las espinas brotaron, y las sofocaron;
8. Pero otras cayeron en buen suelo, y produjeron fruto, algunas al cien por uno, otras al sesenta por uno, y otras al treinta por uno.
9. Quien tiene oídos para oír, que oiga.
10. Y los discípulos llegaron, y le dijeron, ¿Por qué les hablas en parábolas?
11. Él respondió y les dijo, Porque a vosotros se os da conocer los misterios del reino del cielo, pero a ellos no les es dado.
12. Porque a quienquiera que tenga, se le dará, y más abundantemente tendrá, pero a quienquiera que no tenga, aún aquello que tenga se le quitará.
13. Por tanto yo les hablo en parábolas, porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni tampoco entienden.
14. Y en ellos se cumple la profecía de Isaías, la cual dice, Oyendo oiréis y no entenderéis, y viendo veréis, y no percibiréis.
15. Pues el corazón de este pueblo se ha encayecido, y -sus- oídos están ensordecidos, y sus ojos los han cerrado, no sea que en algún momento ellos vayan a ver con -sus- ojos, y oír son -sus- oídos, y vayan a entender con -su- corazón, y se vayan a convertir, y yo los vaya a sanar-
16. Pero benditos -sean- vuestros ojos que ven, y vuestros oídos que oyen.
17. Porque en verdad os digo, Que muchos profetas y -hombres- justos han deseado ver -esas cosas- que veis, y no -las- han visto, y oír -esas cosas- que oís, y no -las- han oído.
18. + Oíd por tanto la parábola del sembrador.
19. Cuando alguien oye la palabra del reino, y no -la- entiende, llega entonces el malvado, y arrebata aquello que fue sembrado en su corazón. Este es el que recibió la semilla al lado del camino.
20. Pero el que recibió la semilla en lugares pedregosos, este mismo es el que oye la palabra, en seguida con gozo la recibe;
21. Sin embargo no tiene raíz en sí mismo, sino que dura por un rato, pues cuando la tribulación o la persecución se levanta por causa de la palabra, luego se ofende.
22. También el que recibe la semilla entre las espinas es el que oye la palabra, y los cuidados de este mundo y el engaño de las riquezas sofocan la palabra, y él se vuelve infuctuoso.
23. Pero el que recibió la semilla en buen suelo es el que oye la palabra, y -la- entiende, el cual también lleva fruto, y produce algunos al cien por uno, algunos al sesenta por uno, -y- algunos al treinta por uno.
24. + Otra parábola les extendió él diciendo, El reino del cielo se compara a un hombre, el cual sembró buena semilla en el campo;
25. Pero mientras los hombres dormían, su enemigo llegó y sembró cizaña entre el trigo, y se marchó.
26. Pero cuando la hoja hubo brotado, y produjo fruto, apareció también entonces la cizaña.
27. De manera que los sirvientes del dueño de la casa vinieron y le dijeron, Señor, ¿-Acaso- no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde entonces tiene cizaña?
28. Él entonces les dijo, Un enemigo lo ha hecho. Los sirvientes le dijeron, ¿Deseas entonces que vayamos y las recojamos?
29. Pero él dijo, No; no sea que mientras recojáis la cizaña, desarraiguéis también el trigo con ella.
30. Dejad que ambas crezcan juntas hasta la siega, y en el tiempo de la siega a los cosechadores les diré, Recoged y reunid primero la cizaña, y atadla en manojos para ser quemada; mas al trigo reunidlo en mi granero.
31. Otra parábola les extendió diciendo, El reino del cielo es como un grano de semilla de mostaza, al cual un hombre tomó y sembró en su campo;
32. Esta en verdad es la más pequeña de todas las semillas, mas cuando ha crecido, es la mayor entre las hierbas, y se convierte en árbol tal que los pájaros del aire vienen y se alojan en sus ramas.
33. + Otra parábola les habló, El reino del cielo es como -un poco de- levadura, la cual tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que toda fue fermentada.
34. A las multitudes les habló Jesús todas estas cosas en parábolas, y sin parábola no les hablaba,
35. Para que se pudiera cumplir aquello que fue hablado por el profeta, que dijo, Abriré mi boca en parábolas; expresaré cosas las cuales se han mantenido secretas desde la fundación del mundo.
36. Jesús entonces despidió a la multitud, y entró a la casa; y sus discípulos vinieron a él, diciendo, Decláranos la parábola de la cizaña del campo.
37. Él respondió y les dijo, El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre;
38. El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino; pero la cizaña son los hijos del malvado.
39. El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del mundo; y los cosechadores son los ángeles.
40. Por tanto así como la cizaña se reúne y se quema en el fuego, de esa manera será en el fin de este mundo.
41. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y ellos reunirán -y- sacarán de su reino todas las cosas que ofendan, y a aquellos que hagan iniquidad;
42. Y los lanzarán al horno de fuego: allí habrá lamentos y crujir de dientes.
43. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. Quien tenga oídos para oír que oiga.
44. + De nuevo, el reino del cielo es como -un- tesoro escondido en el campo, al cual cuando un hombre acaba de encontrar, esconde, y por el gozo de este anda y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.
45. + De nuevo, el reino del cielo es como un hombre mercader, -que anda- buscando buenas perlas;
46. Quien cuando hubo encontrado una perla de gran precio, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.
47. + De nuevo, el reino del cielo es como una red que fue lanzada al mar, y reunió de toda clase -de peces-;
48. La cual cuando estuvo llena, la acercaron a la playa, se sentaron, y reunieron a los buenos en vasijas, pero a los malos los desecharon.
49. Así será al fin del mundo: vendrán los ángeles, y separarán a los malvados de entre los justos,
50. Y los lanzarán al horno de fuego; allí habrá lamentos y rechinar de dientes.
51. jesús le dijo, ¿Habéis entendido todas estas cosas? Le dijeron ellos, Sí, Señor.
52. Les dijo entonces, Por ello todo escriba instruido acerca del reino del cielo, es como un hombre dueño de casa, el cual saca de su tesoro -cosas- nuevas y viejas.
53. + Y sucedió que cuando Jesús terminó estas parábolas, partió de allí.
54. Y cuando hubo llegado a su propio país, les enseñaba en su sinagoga, de tal forma que -estaban- atónitos, y decían, ¿De dónde tiene esta sabiduría y -estas- obras poderosas este -hombre-?
55. ¿No es este el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María? ¿Y sus hermanos, Santiago, Josés, Simón y Judas?
56. ¿Y sus hermanas, no están todas con nosotros? ¿De dónde entonces tiene este -hombre- todas estas cosas?
57. Y se ofendieron con él. Pero Jesús les dijo, Un profeta no es sin honra salvo en su propio país, y en su propia casa.
58. Y allí no hizo muchas obras poderosas a causa de su incredulidad.
Mateo 12
1. En ese tiempo Jesús andaba en el día sabbath por entre los sembrados, y sus discípulos tuvieron hambre, y comenzaron a arrancar las espigas del grano, y a comer.
2. Pero cuando los Fariseos -lo- vieron, le dijeron, Mira que tus discípulos hacen lo que no es legal hacer en el día sabbath.
3. Pero él les dijo, ¿No habéis leído lo que David hizo cuando tuvo hambre, al igual que los que estaban con él,
4. Cómo entró a la casa de Dios, y comió el pan de la proposición, el cual para él no era legal comer, nipara aquellos que estaban con él, sino sólo para los sacerdotes?
5. ¿O no habéis leído en la ley, cómo en los días sabbath los acerdotes en el templo profanan el sabbath, y están sin culpa?
6. Sin embargo os digo, Que en este lugar hay alguien mayor que el templo.
7. Mas si hubiérais conocido lo que significa, Quiero misericordia y no sacrificio, no habríais condenado a los inocentes.
8. Pues el Hijo del hombre es Señor aún del día sabbath.
9. Y cuando partió de allí, entró a la sinagoga de ellos,
10. + Y mirad que había un hombre que tenía -su- mano seca. Y le preguntaron, diciendo, ¿Es legal sanar en los días sabbath? para poder acusarlo.
11. Y él les dijo, ¿Qué hombre hay entre vosotros que tenga una oveja, y si esta cae a un pozo en el día sabbath, no la va a agrrar y a levantar – y- a sacar?
12. ¿Cuánto -más- entonces es un hombre mejor que una oveja? Por tanto es lega lhacer el bien en los días sabbath.
13. Le dice entonces al hombre, Extiende tu mano. Y él -la- extendió, y fue restaurada por completo, como la otra.
14. +Entonces los Fariseos salieron, y y sostuvieron consejo contra él, -acerca de- cómo poder destruirlo.
15. Pero cuando Jesús -lo- supo, se retiró de allí; y grandes multitudes lo siguieron, y a todos los sanó;
16. Y les encargó que no debían darlo a conocer a él;
17. Para que se pudiera cumplir lo que fue escrito por Isaías el profeta, que dijo,
18. Mirad a mi siervo, a quien he escogido, a mi bienamado, en quien mi alma bien se complace. Sobre él pondré mi espíritu, y a los Gentiles les hará conocer el juicio.
19. No contenderá, no gritará, ni hombre alguno en las calles oirá su voz.
20. La vara estrujada no quebrará, y el pábilo que humea no apagará, hasta que envíe el juicio a la victoria.
21. Y en su nombre los Gentiles confiarán.
22. Le trajeron entonces uno poseído de un diablo, ciego y mudo, y él lo sanó, de tal forma que el ciego y mudo de igual manera vio y habló,
23. Y toda la gente se asombró, y dijo, ¿No es este el hijo de David?
24. Pero cuando los Fariseos -lo- oyeron, dijeron, Este -amigo- no lanza fuera diablos, sino por Beelzebub, el príncipe de los diablos.
25. Y Jesús conoció sus pensamientos, y les dijo, Todo reino dividido en su contra, es llevado a la desolación, y toda ciudad o casa dividida en su contra, no permanecerá.
26. Y si Satanás lanza fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿Cómo entonces su reino permanecerá?
27. Y si yo lanzo fuera a los diablos por Beelzebub, ¿Vuestros hijos por quién -los- lanzan fuera? Por tanto ellos vuestros jueces serán.
28. Pero si por el Espíritu de Dios a los diablos yo lanzo fuera, entonces a vosotros ha llegado el Reino de Dios.
29. ¿O de qué otro modo puede uno entrar a la casa de un hombre fuerte, y despojar-lo- de sus bienes, a no ser que primero ate al hombre fuerte? para luego aprovecharse de su casa.
30. El que conmigo no está contra mi está., y el que conmigo no recoge desparrama.
31. + Por lo cual os digo que Toda forma de pecado y blasfemia a los hombres se -le- perdonará, pero la blasfemia -contra- el Espíritu -Santo- a los hombres no se le perdonará.
32. Y a cualquiera que hable una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará, pero a cualquiera que hable en contra del Espíritu Santo, no se le perdonará en este mundo, ni en el -mundo- por venir.
33. Haced al árbol bueno con su fruto bueno, si no hacedlo corrupto con su fruto cprrupto, ya que el árbol se conoce por su fruto.
34. Oh generación de víboras, ¿Cómo podéis siendo malos hablar cosas buenas? Porque de la abundancia del corazón habla la boca.
35. Un hombre bueno del buen tesoro del corazón buenas cosas saca, y un hombre malo del mal tesoro cosas malas saca.
36. Pero os digo, Que de cada palabra ociosa que los hombres hablen, van a dar cuenta en el día del juicio.
37. Pues por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.
38. + Entonces ciertos escribas y Fariseos respondieron, diciendo, Maestro, desearíamos ver una señal de ti.
39. Pero él respondió y les dijo, Una generación mala y adúltera busca una señal, y no se le dará señal, sino la del profeta Jonás.
40. Porque como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre de la ballena, igualmente el Hijo del hombre estará tres días y tres noches en el corazón de la tierra.
41. Los hombres de Nínive se levantarán en juicio con esta generación, y la condenarán, porque ellos se arrepintieron ante la predicación de Jonás, y mirad a uno mayor que Jonás aquí.
42. La reina del sur se levantará en juicio con esta generación, y la condenará, porque ella vino de las partes más remotas de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, y mirad a uno mayor que Salomón aquí.
43. Cuando el espíritu impuro se ha ido de un hombre, anda por en medio de lugares secos buscando descanso sin encontrar ninguno.
44. Luego dice, Retornaré a mi casa de donde salí, y cuando llega, -la- encuentra vacía, barrida y embellecida.
45. Luego va y toma con él otros siete espíritus más malvados que él, y entran y moran allí, y el último -estado- de aquel hombre es peor que el primero. De igual manera también a esta malvada generación le pasará.
46. + Mientras aún le hablaba a la gente, mirad que -su- madre y sus hermanos se pararon afuera, deseando hablar con él,
47. Entonces uno le dijo, Mira que tu madre y tus hermanos están de pie afuera, deseando hablar contigo.
48. Pero él respondió y le dijo al que le -había- contado, ¿Quién es mi madre? ¿Y quienes son mis hermanos?
49. Y extendió su mano hacia sus discípulos, y dijo, ¡Mirad a mi madre y a mis hermanos!
50. Porque cualquiera que haga la voluntad de mi Padre el cual está en el cielo, este mismo es mi hermano, y mi ihermana, y mi madre.
Mateo 11
1. Y sucedió que cuando Jesús había terminado de mandar a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades.
2. Ahora bien cuando Juan hubo oído en la prisión de las obras de Cristo, envió a dos de sus discípulos,
3. Y le dijo, ¡Eres tú el que debe venir, o buscamos a otro?
4. Jesús respondió y les dijo, Id y hacedle saber a Juan de nuevo aquellas cosas que oís y veis,
5. Los ciegos reciben su vista, y los cojos andan, los leprosos se limpian, y los sordos oyen, los muertos se levantan, y los pobres tienen el evangelio predicado.
6. Y bendito sea -el- que conmigo no se vaya a ofender.
7. + Y mientras partían, Jesús comenzó a decirle a las multitudes acerca de Juan, ¿Qué salisteis a ver en el yermo? ¿Una caña sacudida por el viento?
8. ¿Pero por qué salisteis a ver? ¿-Porque era- un hombre vestido con suaves prendas? mirad que los que llevan suaves -ropas- están en las casas de los reyes.
9. Pero ¿por qué salisteis a ver? ¿Porque era- un profeta? sí, os digo, y más que un profeta.
10. Porque este es -él-, de quien está escrito, Mirad que envío a mi mensajero delante de mi rostro, el cual preparará tu camino delante de ti.
11. De verdad os digo que, Entre aquellos nacidos de mujer no se ha levantado uno mayor que Juan el Bautista; no obstante el más pequeño en el reino del cielo es mayor que él.
12. Y desde los días de Juan el Bautista hasta ahora el reino del cielo sufre violencia, y los violentos por la fuerza lo toman,
13. Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan.
14. Y si vosotros queréis recibir-lo-, este es Elías, el cual estaba por venir.
15. El que tiene oídos para oír, que oiga.
16. ¿Pero a qué asemejaré a esta generación? Es como los niños que se sientan en los mercados, y llaman a sus compañeros,
17. Y -les- dicen, Os hemos tocado la flauta, y no habéis danzado; os hemos hecho lamentos, y no habéis lamentado.
18. Ya que Juan vino sin -estar- comiendo ni bebiendo, y dicen, Tiene un diablo.
19. El Hijo del hombre vino comiendo y bebiendo, y dicen, Mirad a un hombre glotón y bebedor de vino, amigo de publicanos y pecadores. Pero la sabiduría se justifica por sus hijos.
20. + Entonces comenzó e´l a reprender a las ciudades en donde la mayoría de sus grandes obras se habían hecho, porque no se arrepintieron,
21, ¡Ay de ti Corazín! ¡Ay de ti Betsaida! porque si las poderosas obras que fueron hechas en vosotros, hubieran sido hechas en Tiro y en Sidón, ellos se hubieran arrepentido hace mucho con cilicio y ceniza.
22. Pero yo os digo -que-, Será más tolerable para Tiro y Sidón en el día del juicio, que para vosotros.
23. Y tú Capernaúm, que hasta el cielo eres exaltada, hasta el infierno serás abatida, porque si las poderosas obras que han sido hechas en ti, hubieran sido hechas en Sodoma, esta hubiera permanecido hasta el día de hoy.
24. Sin embargo os digo, Que será más tolñerable para la tierra de Sodoma en el día del juicio, que para ti.
25. En ese momento Jesús respondió y dijo, Te agradezco, Oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas de los sabios y prudentes, y se las has revelado a los bebés.
26. De esta manera -lo quisiste- Padre, pues a tus ojos así se vio bien.
27. Todas las cosas me son entregadas por mi Padre, y ningún hombre conoce al Hijo, salvo el Padre; tampoco ningún hombre conoce al Padre, salvo el Hijo, y a quienquiera que el Hijo -lo- desee revelar.
28. + Venid a mí todos los que laboréis y sobrecargados estéis, y descanso os daré.
29. Tomad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, pues soy humilde y sencillo de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas.
30. Ya que mi yugo -es- fácil, y ligera mi carga.
Mateo 10
1. Y cuando hubo llamado a -él- sus doce discípulos, les dio poder -frente a- los espíritus impuros, para expulsarlos, y para sanar toda clase de enfermedad y toda clase de afección,
2. Ahora pues los nombres de los doce apóstoles son estos: El primero, Simón, quien es llamado Pedro, Andrés su hermano, Santiago -hijo- de Zebedeo, y Juan su hermano;
3. Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el publicano, Santiago -hijo- de Alfeo, y Lebeo, cuyo sobrenombre era Tadeo,
4. Simón el Cananeo, y Judas Iscariote, quien también lo traicionó.
5. -A- estos doce envió Jesús, y les mandó diciendo, No vayáis por caminos de Gentiles, y no entréis a ciudades de Samaritanos,
6. Sino id más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel.
7. Y mientras andéis, predicad, diciendo, El Reino del cielo está a la mano.
8. Sanad a los enfermos, levantad a los muertos, expulsad diablos; gratis habéis recibido, dad gratis.
9. No -os- proveáis de oro, plata, ni bronce en vuestros bolsitos,
10. Ni de bolsos para el viaje, ni de dos abrigos u -otros- zapatos, ni siquiera de bastones, pues el trabajador es merecedor de su comida.
11. Y en cualquier ciudad o pueblo -donde- entréis, inquirid quién en él es digno -de vosotros-, y ahí permaneced hasta que os vayáis de allí.
12. Y cuando entréis a una casa, saludadla.
13. Y si la casa es merecedora, dejad que vuestra paz entre a ella, pero si no lo es, dejad que vuestra paz retorne a vosotros.
14. Y quienquiera que no os reciba, ni oiga vuestras palabras, cuando os apartéis de la casa o ciudad, sacudid el polvo de vuestros pies.
15. De verdad os digo que será más tolerable -el pago- para la tierra de Sodoma y Gomorra en el día del juicio, que para esa ciudad.
16. Mirad que os envío como ovejas en medio de lobos, sed por tanto sabios como serpientes, e inofensivos como palomas.
17. Pero cuidaos de los hombres, ya que os entregarán a los consejos, y os azotarán en sus sinagogas;
18. Y seréis llevados ante gobernadores y reyes por causa mía, para testimonio en contra de ellos y de los Gentiles.
19. Pero cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué vais a hablar, porque en esa misma hora se os dará lo que vais a hablar.
20. Pues no sois vosotros -los- que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre el cual habla en vosotros.
21. Y el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo, y los hijos se levantarán en contra de -sus- padres, y los harán ejecutar.
22. Y seréis odiados por todos por causa de mi nombre, pero el que resista hasta el fin, estará a salvo.
23. Pero cuando os persigan en esta ciudad, huid a otra, pues de verdad os digo -que- No habréis cubierto las ciudades de Israel, hasta que el Hijo del hombre esté de vuelta.
24. El discípulo no está por encima de -su- maestro, ni el criado por encima de su señor.
25. Suficiente -le- es para el discípulo ser como su maestro, y -para- el criado como su señor. Si han llamado al maestro de la casa Beelzebub, ¿cómo -van a llamar- a los de su casa?
26. Por eso no los temáis, pues no hay nada encubierto, que no vaya a ser revelado, ni escondido, que no vaya a ser conocido.
27. Lo que os digo en la oscuridad, hablad-lo- en la luz, y lo que oís al oído, predicad-lo- en la cima de las casas.
28. Y no temáis a aquellos que matan el cuerpo, pero no son capaces de matar el alma; sino más bien temed a aquel que es capaz de destruir tanto alma como cuerpo en el infierno.
29. ¿No se venden dos gorriones por un cuarto? Y ninguno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre -al lado-.
30. Sin embargo los mismos cabellos de vuestra cabeza todos están enumerados.
31. Por tanto no temáis, -que- sois de mayor valor que muchos gorriones.
32. Por eso quienquiera que me confiese delante de los hombres, a él lo confesaré también delante de mi Padre que está en el cielo.
33. Pero quienquiera que me niegue delante de los hombres, a él también lo negaré delante de mi Padre que está en el cielo.
34. No penséis que he venido a traer paz a la tierra; no llegué a traer paz, sino espada.
35. Porque he venido a colocar a un hombre en enemistad contra su padre, y a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra.
36. Y los enemigos de un hombre -serán- los de su propia casa.
37. El que ama a padre o a madre más que a mí, no es digno de mí, y el que ama a hijo o a hija más que a mí, no es digno de mí,
38. Y el que no toma su cruz, y sigue detrás de mí, no es digno de mí.
39. El que halla su vida, la perderá, y el que pierda su vida por amor a mí, la hallará.
40. + El que os recibe a mí me recibe, y el que me recibe, recibe al que me envió.
41. El que recibe a un profeta por -su- nombre de profeta, una recompensa de profeta recibirá; y el que recibe a un hombre justo por -su- nombre de hombre justo, una recompensa de hombre justo recibirá.
42. Y quienquiera que le dé de beber a uno de estos pequeñitos un vaso de -agua- fría sólo por -su- nombre de discípulo, verdaderamente os digo, -que- de ninguna manera perderá su recompensa.
Mateo 9
1. Y entró en un barco y pasó al otro lado, y llegó a su propia ciudad.
2. Y mirad que le trajeron un hombre enfermo de parálisis, yaciendo en una cama; y Jesús al ver la fe de ellos -le- dijo al enfermo de parálisis, Hijo, anímate, tus pecados son perdonados.
3, Y mirad que ciertos escribas se decían entre ellos, Este -hombre- blasfema.
4. Y Jesús conociendo sus pensamientos dijo, ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones?
5. ¿Pues qué es más fácil decir, Tus pecados -te- son perdonados, o decir, Levántate y anda?
6. Pero para que sepáis que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados, (le dice entonces al enfermo de parálisis,) Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa.
7. Y se levantó, y partió a su casa.
8. Pero cuando las multitudes -lo- vieron, se maravillaron y glorificaron a Dios por haber dado tal poder a los hombres.
9. + Y mientras Jesús pasaba de allí, vio a un hombre llamado Mateo, sentado en la recepción de impuestos, y le dijo, Sígueme. Y él se levantó y lo siguió.
10. + Y aconteció que mientras Jesús se sentaba a comer en la casa, mirad que muchos publicanos y pecadores vinieron y se sentaron con él y sus discípulos.
11. Y cuando los fariseos vieron -esto-, le dijeron a sus discípulos, ¿Por qué come vuestro Maestro con publicanos y pecadores?
12. Mas cuando Jesús -lo- oyó, les dijo, Los que están sanos no necesitan médico, sino los que están enfermos.
13. Pero id y aprended lo que significa, Quiero obtener misericordia, y no sacrificio, pues no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores al arrepentimiento.
14. + Vinieron entonces a él los discípulos de Juan diciendo, ¿Por qué los Fariseos y nosotros ayunamos con frecuencia, pero tus discípulos no ayunan?
15. Y Jesús les dijo, ¿Pueden lamentarse los hijos del novio, en tanto esté el novio con ellos? Pero vendrán los días en que el novio les será quitado, y entonces ayunarán.
16. Ningún hombre -le- pone un pedazo de tela nueva a una prenda vieja, porque aquello que se pone para completarla quita de la vestidura, y el razgado se hace peor.
17. Tampoco los hombres ponen vino nuevo en odres viejos, de otro modo losodres se quiebran, y el vino se derrama y los odres perecen; sino que ponen vino nuevo en nuevos odres, y los dos se preservan.
18. Mientras les hablaba estas cosas, mirad que vino cierto gobernante, y lo adoró diciendo, Mi hija está incluso ahora muerta, pero ven y coloca tu mano sobre ella, y vivirá.
19. Y Jesús se levantó, y lo siguió, e -igualmente- sus discípulos.
20. + Y mirad que una mujer que estaba afligida con un brote de sangre por doce años, vino detrás -de él-, y tocó el borde de su vestidura,
21. Pues decía dentro de sí, Si sólo pudiera tocar su vestidura, sanaré.
22. Pero Jesús se dio la vuelta, y cuando la vio, dijo, Hija, consuélate, tu fe te ha sanado. Y la mujer quedó sana desde esa hora.
23. Y cuando Jesús llegó a la casa del gobernante, y vio a los músicos y a la gente haciendo ruido,
24. Les dijo, Den lugar, porque la doncella no está muerta, sino que duerme. Y se rieron de burla.
25. Pero cuando la gente fue movida, él entró, y la tomó de la mano, y la doncella se levantó.
26. Y la fama de este -suceso-llegó a toda esa tierra.
27. + Y cuando Jesús partió de allí, dos hombres ciegos lo siguieron, clamando y diciendo, -Tú- Hijo de David, ten misericordia de nosotros.
28. Y cuando él hubo llegado a la casa, los hombres ciegos llegaron hasta donde él, y Jesús les dijo, ¿Creéis que soy capaz de hacer esto? Ellos le dijeron, Sí, Señor.
29. Entonces él tocó sus ojos diciendo, -Que- os sea de acuerdo a vuestra fe.
30. Y sus ojos se abrieron; y Jesús estrictamente les encargó diciendo, Mirad -que- ningún hombre -lo- sepa.
31. Pero ellos, cuando partieron, esparcieron por todo lado su fama en todo ese país.
32. + Mientras salían, mirad que le trajeron un hombre mudo poseído por un diablo.
33. Y cuando el diablo fue lanzado fuera, el mudo habló, y las multitudes se maravillaban diciendo, Nunca se había visto -suceso- así en Israel.
34. Pero los Fariseos decían, Él echa fuera los diablos por medio del príncipe de los diablos.
35. Y Jesús iba por todas las ciudades y pueblos, enseñando en sus sinagogas, predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia entre el pueblo.
36. + Pero cuando vio a las multitudes, se conmovió compadeciéndose de ellas, porque desfallecían, y estaban afuera esparcidas, como ovejas que no tienen pastor.
37. Entonces le dijo a sus discípulos, De verdad que la cosecha -es- copiosa, pero los obreros -son- pocos;
38. Por eso orad al SEÑOR de la siega, que envíe obreros a su mies.
Mateo 8
1. Cuando hubo llegado de la Montaña, grandes multitudes lo seguían.
2. Y mirad que llegó un leproso y lo adoró. diciendo, Señor, si tú quieres me puedes limpiar.
3. Y Jesús extendió -su- mano, y lo tocó, diciendo, Quiero. Sé limpio. E inmediatamente su lepra se limpió.
4. Y Jesús le dijo, Mira, no le digas a ningún hombre, sino ve, date a conocer al sacerdote, y ofrenda la dádiva que Moisés mandó, como testimonio para ellos.
5.+ Y cuando Jesús hubo entrado a Capernaúm, llegó a él un centurión suplicándole,
6. Y diciendo, Señor, mi siervo yace en casa enfermo de parálisis, gravemente atormentado.
7. Y Jesús le dice, Llegaré y lo curaré.
8. El centurión respondió y dijo, Señor, no soy digno de que tengas que venir -y estar- bajo mi techo; sin embargo sólo habla la palabra, y mi siervo se sanará.
9. Pues soy un hombre bajo autoridad, -y- tengo soldados bajo la mía, le digo a este, Ve, y él va; y a otro, Ven, y viene; y a mi siervo, Haz esto, y -lo- hace.
10. Cuando Jesús -lo- oyó, se naravilló y le dijo a los que -le- seguían, En verdad os digo, No he encontrado tan grande fe, no, no en Israel.
11. Y os digo Que muchos vendr´´an del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham, e isaac, y con Jacob en el reino del cielo,
12. Pero los hijos del reino serán echados a la oscuridad de las afueras; allí habrá llanto y rechinar de dientes.
13. Y Jesús le dijo al Centurión, Vete, y -que- se te haga como has creído. Y en esa misma hora su siervo se sanó.
14.+ Y cuando Jesús hubo entrado a la casa de Pedro, vio a la madre de su esposa yaciendo enferma de fiebre.
15. Y él tocó su mano, y la fiebre la dejó, y ella se levantó y los atendió.
16.+ Cuando el atardecer hubo llegado le trajeron muchos que estaban poseídos de diablos, y él echó fuera los espíritus con -su- palabra, y sanó a todos los que estaban enfermos.
17. Para que se pudiera cumplir aquello que fue hablado por Isaías el profeta, diciendo, Él mismo tomó nuestras enfermedades y cargó -nuestras dolencias.
18.+ Ahora pues, cuando Jesús vio grandes multitudes a su alrededor, dio mandamiento de aparttarse al otro lado.
19. Y cierto escriba llegó, y le dijo, Maestro, te seguiré a donde sea que vayas.
20. Y Jesús le dice, Los zorros tienen guaridas, y los pájaros del aire nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde poner -su- cabeza.
21. Y otro de sus discípulos le dijo, Señor déjame primero ir y enterrar a mi padre.
22. Pero Jesús le dijo, Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos.
23.+ Y cuando hubo entrado a un barco, sus discípulos lo siguieron.
24. Y mirad que se levantó una gran tempestasd en el mar, de tal manera que el barco se estaba cubriendo de olas, pero él se encontraba dormido.
25. Y sus discípulos llegaron a -él-, y lo despertaron diciendo, Señor, sálvanos, perecemos.
26. Y él les dice, ¿Por qué estáis temerosos, oh vosotros de poca fe? Entonces se levantó y reprendió a los vientos y al mar, y hubo una gran calma.
27. Pero los hombrs se maravillaban diciendo, ¡Qué clase de hombre es este, que hasta los vientos y el mar le obedecen!
28. Y cuando hubo llegado al otro lado, al país de los Gadarenos, se encontraron con él dos poseídos de diablos, saliendo de las tumbas, extremadamente ferocess, de manera que ningún hombre podía pasar por ese camino.
29. Y mirad que clamaban diciendo. ¿Qué tenemos que ver contigo Jesús, tú Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes del tiempo?
30. Y había un poco lejos de ellos una manada de cerdos alimentándose.
31. De forma que los diablos le suplicaban diciendo, Si nos echas fuera, déjanos salir y entrar en la manada de cerdos.
32. Y él les dijo, Id. Y cuando hubieron salido, entraron a la manada de cerdos, y mirad que toda la manada de cerdos corrió despeñándose hacia el mar por un lugar escarpado, y pereció en las aguas.
33. Y los que los guardaban huyeron, y se marcharon hasta la ciudad, y contaron cada cosa que le había acontecido a los poseídos por los diablos.
34. Y mirad que toda la ciudad salió a encontrarse con Jesús, y cuando lo vieron -le- rogaron que partiera de sus costas.
Mateo 7
1. No juzguéis para que no seáis juzgados.
2. Porque con el juicio con -el- que juzguéis, seréis juzgados, y con la medida con que midáis, de nuevo se os medirá.
3. ¿Y por qué te fijas en la mota que está en el ojo de tu hermano, pero no consideras la viga que está en el tuyo propio?
4. ¿O cómo le vas a decir a tu hermano, Déjame sacar la mota de tu ojo, y he aquí que -hay- una viga en el tuyo propio?
5. Tú hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo, y luego verás claramente para sacar la mota del ojo de tu hermano.
6.+ No deis aquello que es santo a los perros, ni lanzéis vuestras perlas delante de los cerdos, no vaya a ser que las hollen debajo de sus pies, se tornen de nuevo y os destrocen.
7. Pedid, y os darán, buscad, y encontraréis, tocad, y os abrirán;
8. Porque todo el que pide recibe, y el que busca encuentra, y al que toque le abrirán.
9. ¿O qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le va a dar una piedra?
10. ¿O si le pide un pescado, le va a dar una serpiente?
11. Si vosotros, entonces, siendo malos, sabéis cómo darle buenos regalos a vuestros hijos, cuánto más vuestro Padre el cual está en el cielo -le- dará buenas cosas a los que le pidan?
12. Por eso todo lo que queráis que los hombres hagan con vosotros, de igual manera hacédselo a ellos, pues esta es la ley y los profetas.
13. + Entrad por el portón estrecho, pues amplio -es- el pórtico, y ancho es el camino, que dirige hacia la destrucción, y muchos son los que por él entran;
14. Porque estrecho -es- el portón, y apretado -es- el camino que se dirige hacia la vida, y pocos son los que lo encuentran.
15. + Cuidaos de los falsos profetas, los cuales vienen a vosotros con ropas de ovejas, pero interiormente son lobos rabiosos.
16. Por sus frutos los vais a conocer. ¿-Acaso- los hombres reúnen uvas de espinos? ¿O higos de cardos?
17. Así también todo buen árbol trae buen fruto, pero un árbol corrupto trae mal fruto.
18. Un árbol bueno no puede traer frutos malos, ni un árbol corrupto traer frutos buenos.
19. Todo árbol que no produzca frutos buenos es talado, y arrojado al fuego.
20. Por eso por sus frutos los vais a conocer.
21. + No cualquiera que me diga, Señor, Señor, entrará en el reino del cielo, sino el que hace la voluntad de mi Padre el cual está en el cielo.
22. Muchos me dirán en ese día, Señor, Señor, ¿No hemos profetizado en tu nombre? ¿Y en tu nombre hemos echado diablos? ¿y -hemos- hecho muchas obras maravillosas en tu nombre?
23. Y entonces declararé delante de ellos, Nunca os conocí, apartaos de mi, los que obráis iniquidad.
24. + Por eso quienquiera que oiga estos dichos míos, y los haga, lo igualaré a un hombre sabio, el cual construyó su casa sobre una roca;
25. Y la lluvia descendió, las inundaciones además vinieron, soplaron los vientos, y golpearon sobre esa casa, -pero- no cayó, pues sobre una roca estaba fundada.
26. Y cualquiera que oiga estos dichos míos, y no los haga, será igual a un hombre desatinado, el cual construyó su casa sobre la arena;
27. Y la lluvia descendió, las inundaciones además vinieron, soplaron los vientos, y golpearon sobre esa casa, y cayó, y grande fue su caída.
28. Y sucedió que cuando Jesús hubo terminado estos dichos, la gente quedaba atónita ante su doctrina,
29. Porque les enseñaba como -alguien- con autoridad, y no como los escribas.
Mateo 6
1. Cuidaos de dar vuestras limosnas delante de los hombres, para ser vistos por ellos; de otra manera no tenéis recompensa de vuestro Padre que está en el cielo.
2. Por tanto cuando des limosna, no hagas sonar la trompeta delante tuyo, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para poder obtener gloria de los hombres. De verdad os digo que su recompensa la obtienen.
3. Pero cuando tú des limosna, no dejes que tu mano izquierda sepa lo que hace tu derecha.
4. Que tus limosnas sean en secreto, y tu Padre que ve en -lo- secreto, él mismo abiertamente te recompensará.
5. + Y cuando ores, no seas como los hipócritas, pues les encanta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para poder ser vistos por los hombres. En verdad os digo -que- Su pago lo obtienen.
6. Pero tú, cuando ores, entra a tu alcoba, y cuando hayas cerrado la puerta, ruégale a tu Padre que está en lo secreto, y tu Padre que ve en lo secreto en público te pagará.
7. Pero cuando oréis, no uséis vanas repeticiones como -hacen- los paganos, ya que piensan que serán oídos por su mucho hablar.
8. No seáis por tanto como ellos, porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes de que le pidáis.
9. Por eso orad de la siguiente manera: Padre nuestro, que estás en el cielo, Santificado sea tu nombre.
10. Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra, como -lo es- en el cielo.
11. Danos hoy nuestro pan de cada día.
12. Y perdónanos nuestras deudas, así como perdonamos a nuestros deudores.
13. Y no nos guíes -a ceder- en la tentación, sino al contrario, líbranos del mal; ya que el reino, el poder, y la gloria por siempre son tuyos. Amén.
14. Pues si perdonáis a los hobres sus faltas, también vuestro Padre celestial os perdonará.
15. Pero si no perdonáis a los hombres sus faltas, tampoco vuestro padre perdonará las vuestras.
16.+ Es más, cuando ayunéis no os hagáis como los hipócritas, de un semblante triste, pues desfiguran sus rostros, para poder dejar ver ante los hombres que oran. En verdad os digo -que- Ellos tienen su recompensa.
17. Pero tú cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro;
18. Para que no dejes ver ante los hombres que ayunas, sino ante tu Padre, el cual está en lo secreto, y tu Padre, el cual ve en lo secreto, abiertamente te recompensará.
19. No acumuléis para vosotros tesoros en la tierra, donde la polilla y el moho corrompen, y donde los ladrones penetran y roban;
20. Sino más bien acumulad para vosotros tesoros en el cielo, en donde ni moho ni polilla corrompan, y en donde los ladrones no penetren ni roben;
21. Porque donde está vuestro tesoro, allí también estará vuestro corazón.
22. La luz del cuerpo es el ojo; por eso si tu mirada es limpia, todo tu cuerpo se llenará de luz.
23. Pero si tu mirada es maligna, de oscuridad se llenará todo tu cuerpo. Por eso si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡Cuán grande -es- esa oscuridad!
24. No -hay- hombre -que- pueda servir a dos maestros, porque u odiará al uno, y amará al otro, o se aferrará al uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a mamón -el dios de las riquezas-.
25. Por eso os digo, No os preocupéis por vuestra vida, qué vais a comer, o qué vais a beber, ni siquiera por vuestro cuerpo, qué os vais a poner. ¿No es la vida más que la comida, y el cuerpo más que el atavío?
26. Mirad a las aves del cielo, que no siembran ni siegan, ni recogen en graneros, -y- aún así vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois mucho mejores que ellas?
27. ¿Cuál de vosotros por preocuparse, puede añadirle un codo a su estatura?
28. ¿Y por qué os preocupáis por el vestido? Mirad cómo crecen los lirios del campo, sin hilar ni trabajar,
29. Y sin embargo os digo que ni aún Salomón con toda su gloria se atavió como uno de estos.
30. Por lo cual, si Dios viste a la hierba del campo, que hoy está, y mañana la echan al horno, ¿No os -vestirá él- mucho mejor, Oh vosotros de poca fe?
31. Por eso no os preocupéis diciendo, ¿Qué vamos a comer? O ¿Qué vamos a beber? O ¿De qué manera nos vamos a vestir?
32. (Porque los Gentiles van tras todas estas cosas) Ya que vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de ellas.
33. Pero buscad vosotros primero el reino de Dios con su justicia, y todas estas cosas se os añadirán.
34. Por tanto no os preocupéis por el mañana, porque el mismo mañana de sus cosas se preocupará. Suficiente -es- para el día su propio mal.
Mateo 5
1. Y viendo las multitudes, subió a una montaña, y cuando él se dispuso, sus discípulos llegaron a él.
2. Y abrió su boca, y les enseñó, diciendo,
3. Benditos los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino del cielo.
4. Benditos los que lloran, porque serán consolados.
5. Benditos los humildes, porque heredarán la tierra.
6. Benditos los que están ávidos de justicia, porque serán colmados.
7. Benditos los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.
8. Benditos los de corazón puro, porque verán a Dios.
9. Benditos los que hacen la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
10. Benditos los que son perseguidos por amor a la justicia, porque de ellos es el reino del cielo.
11. Benditos vosotros cuando os insulten, persigan, y digan falsamente en vuestra contra toda clase de maldades, por causa mía.
12. Regocijaos y alegraos hasta el extremo, por vuestra gran recompensa en el cielo, porque así persiguieron a los profetas que hubo antes de vosotros.
13. + Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal ha perdido su sabor, ¿con qué se salará? En adelante no es buena para nada, sino para ser lanzada y pisoteada por los hombres.
14. Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad que está establecida sobre una colina no puede esconderse.
15. Ni los hombres prenden una vela y la ponen debajo de un barril, sino en un candelabro, y da luz a todos los que están en la casa.
16. Dejad que vuestra luz brille así delante de los hombres, para que ellos puedan ver vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en el cielo.
17. + No penséis que he venido a destruir la ley, o los profetas. No he venido a destruir, sino a cumplir.
18. Porque en verdad os digo -que- Mientras el cielo y la tierra pasen, una jota, y una tilde de la ley de ninguna manera pasarán, hasta que todo se haya cumplido.
19. Por tanto cualquiera que quebrante uno de los mandamientos más pequeños, y así lo enseñe a los hombres, será llamado el más pequeño en el reino del cielo, mas cualquiera que -los- haga y enseñe, este mismo será llamado grande en el reino del cielo.
20. Porque os digo que a no ser que vuestra justicia exceda -la- de los escribas y Fariseos, en ningún caso entraréis al reino del cielo.
21. + Habéis oído que fue dicho por los de antaño, No matarás, y quienquiera que mate quedará en peligro de -presentarse a- juicio.
22. Pero yo os digo, Que cualquiera que se enoje sin causa con su hermano quedará en peligro de -presentarse a- juicio; y cualquiera que le diga a su hermano, Raca, quedará en peligro de presentarse al consejo; sin embargo cualquiera que diga, Tú tonto, estará en peligro de -presentarse al- fuego del infierno.
23. Por eso si llevas tu ofrenda al altar, y ahí recuerdas que tu hermano tiene una queja contra ti,
24. Deja ahí tu regalo ante el altar, y márchate; reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven a ofrendar tu dádiva.
25. Ponte de acuerdo con tu adversario, -y- rápidamente, mientras estás con él en el camino; no sea que en cualquier momento el adversario te entregue al juez, el juez te entregue al oficial, y seas echado a la prisión.
26. De verdad te digo, De ninguna manera saldrás de ahí, hasta que hayas pagado el último cuadrante.
27. + Habéis oído que de antaño fue dicho por ellos, No cometerás adulterio;
28. Pero yo os digo, Que quienquiera que mire a una mujer para ambicionarla -en adulterio- ya ha cometido con ella adulterio en su corazón.
29. Y si tu ojo derecho te hace tropezar, arráncalo, y échalo -lejos- de ti, pues es provechoso para tí que uno de tus miembros tenga que perecer, y no -que- tu cuerpo entero deba ser lanzado al infierno.
30. Y si tu mano derecha te hace tropezar, retírala de un tajo, y échala -lejos- de ti, pues es provechoso para tí que uno de tus miembros tenga que perecer, y no -que- tu cuerpo entero deba ser lanzado al infierno.
31. Se ha dicho -que-,cualquiera que desheche a su esposa, que le dé un escrito de divorcio;
32. Pero yo os digo -que- cualquiera que desheche a su esposa, a no ser por causa de fornicación, hace que ella cometa adulterio; y cualquiera que se case con la que queda divorciada comete adulterio.
33. + De nuevo, Habéis oído que se dijo por los de antaño, No perjurarás, sino que cumplirás tus promesas al Señor;
34. Pero yo os digo, No juréis en absoluto, ni por el cielo porque es el trono de Dios,
35. Ni por la tierra, porque es el banquillo de sus pies, ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey.
36. Tampoco por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer un cabello blanco ni negro.
37. Más bien que vuesta comunicación sea, Sí, sí, No, no; porque lo que sea más de esto proviene del mal.
38. Habéis oído que se ha dicho, Ojo por ojo, y diente por diente,
39. Pero yo os digo que no resistáis al malo, sino a quien te golpee en tu mejilla derecha, voltéale también la otra.
40. Y si algún hombre te demanda ante la ley, y te quita el abrigo, déjale tomar también la capa.
41. Y quienquiera que te obligue a ir una milla, ve con él dos.
42. Al que te pida dale, y no te alejes de aquel que quiere tomar prestado de ti.
43. Habéis oído que se ha dicho, Amarás a tu vecino, y odiarás a tu enemigo.
44. Pero yo os digo, Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldigan, haced el bien a los que os odien, y orad por los que con desprecio os utilicen, y persigan;
45. Para que podáis ser hijos de vuestro Padre que está en el cielo, porque él hace que su sol se levante sobre malos y buenos, y envía lluvia sobre justos e injustos.
46. Porque si amáis a los que os aman, ¿Qué recompensa tenéis? ¿No hacen hasta los publicanos lo mismo?
47. Y si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿Qué hacéis de más vosotros? ¿No hacen hasta los publicanos igual?
48. Sed por eso completos, así como vuestro Padre que está en el cielo es completo.