1. Hermanos, si un hombre es sorprendido en una falta, vosotros los que sois espirituales, restaurad al tal en un espíritu de mansedumbre, mirándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.
2. Soportad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.
3. Porque si un hombre piensa que es algo, cuando no es nada, se engaña a sí mismo.
4. Pero que cada hombre pruebe su propio trabajo, y entonces tendrá regocijo sólo en él mismo, y no en otro.
5. Porque cada hombre llevará su propia carga.
6. Que el que es enseñado en la palabra le comparta toda cosa buena al que -le- enseña.
7. No seáis engañados, Dios no -puede- ser burlado, pues lo que sea que el hombre siembre, eso también segará.
8. Porque el que siembra para su carne de la carne segará corrupción, pero el que siembra para el Espíritu del Espíritu segará vida eterna.
9. Y no nos cansemos de hacer el bien, pues en la debida ocasión segaremos si no desmayamos.
10. Por tanto mientras tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, especialmente a quienes son de la familia de la fe.
11. Veis qué carta tan grande con mi mano os he escrito.
12. Cuantos desean dar una bonita apariencia en la carne, os apremian a que os circuncidéis, sólo -porque- no sea que sufran persecución por la cruz de Cristo.
13. Porque tampoco los mismos que están circuncidados guardan la ley, sino que desean haceros circuncidar para en vuestra carne poderse gloriar.
14. Pero no permita Dios que yo me vaya a gloriar, salvo en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo para mí está crucificado, y yo para el mundo.
15. Pues en Cristo Jesús ni la circuncisión ni la incircuncisión aventajan para nada, sino -el ser- una nueva criatura.
16. Y a cuantos andan de acuerdo a esta regla, la paz y la misericordia sobre ellos, y sobre el Israel de Dios.
17. De aquí en adelante que ningún hombre me atribule, porque yo cargo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús.
18. Hermanos, -que- la gracia de nuestro Señor Jesucristo -esté- con vuestro espíritu. Amén.
Gálatas 5
1. Permaneced por tanto firmes en la libertad con la cual Cristo nos hizo libres, y no os enredéis de nuevo con el yugo de la esclavitud.
2. Mirad que yo, Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo.
3. Porque yo de nuevo testifico a todo hombre que está circuncidado, que él es deudor de cumplir la ley entera.
4. Cristo ha dejado de tener efecto en vosotros, quienes quiera de vosotros que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.
5. Pues nosotros por medio del Espíritu aguardamos la esperanza de la justicia por la fe.
6. Ya que en Jesucristo tanto la circuncisión, como la incircuncisión para nada aprovechan, sino la fe que obra por amor.
7. Corríais bien, ¿quién os obstaculizó para que no obedeciérais la verdad?
8. Esta persuasión no -proviene- del que os llamó.
9. Un poco de levadura leuda toda la masa.
10. Por medio del Señor tengo confianza en vosotros que de ninguna otra manera seréis mentalizados, sino que el que os turba lleve su juicio, quienquiera que sea.
11. Y yo, hermanos, si todavía predico la circuncisión, ¿por qué sufro persecución? Ha cesado entonces la ofensa de la cruz.
12. Quisiera que fueran incluso apartados de un tajo aquellos que os turban.
13. Pues, hermanos, vosotros a la libertad fuisteis llamados; sólo que no -uséis- la libertad como una ocasión para la carne, más bien por amor servíos los unos a otros.
14. Ya que toda la ley en una palabra se cumple, -es decir- en esta: A tu vecino amarás como a ti mismo.
15. Mas si entre vosotros os mordéis y os devoráis, tened cuidado de no consumiros los unos a los otros.
16. Digo entonces -esto-, Andad en el Espíritu, y no satisfaréis el capricho de la carne.
17. Porque la carne ambiciona contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne, y estos son contrarios entre sí, tanto así que vosotros no podéis hacer las cosas que queráis.
18. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.
19. Ahora pues, las obras de la carne manifiestas son, las cuales son, El adulterio, la fornicación, la impureza, la lascivia,
20. La idolatría, la hechicería, el odio, los desacuerdos, las rivalidades, las iras, las contiendas, las sediciones, las herejías,
21. Las envidias, los asesinatos, las borracheras, las parrandas, y cosas parecidas, de las cuales de antemano os digo, como también -os- he dicho en tiempos pasados, que los que realizan tales cosas no heredarán el reino de Dios.
22. Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fe,
23. Mansedumbre, y moderación; en contra de tales no hay ley.
24. Y los que son de Cristo han crucificado la carne con afectos y ambiciones.
25. Si -decimos que- vivimos en el Espíritu, andemos también en el Espíritu.
26. No seamos deseosos de la vana gloria, provocándonos unos a otros, envidiándonos entre sí.
Gálatas 4
1. Ahora bien yo digo, -Que- el heredero, en tanto sea niño, en nada difiere de un criado, así sea señor de todo;
2. Pero está sujeto a tutores y gobernadores hasta el tiempo señalado por el padre.
3. De igual forma nosotros cuando éramos niños, estuvimos en esclavitud sujetos a los elementos del mundo.
4. Pero cuando llegó la plenitud de los tiempos, Dios envió a su Hijo, hecho de una mujer, hecho bajo la ley,
5. Para redimir a los que estaban bajo la ley, para que pudiéramos recibir la adopción como hijos.
6. Y porque sois hijos, Dios ha enviado al Espíritu de su Hijo dentro de vuestros corazones, gritando, Abba, Padre.
7. Por tanto no eres más criado, sino hijo, y si hijo, entonces heredero de Dios por medio de Cristo.
8. No obstante entonces, cuando no conocíais a Dios, -le- rendíais servicio a aquellos que por naturaleza no son dioses.
9. Mas ahora, tras haber conocido a Dios, o mejor, ser cnocidos por Dios, ¿cómo -es que- de nuevo os volvéis a los débiles y miserables elementos, a los que de nuevo deseáis estar en esclavitud?
10. Observáis los días, los meses. Los tiempos y los años.
11. Tengo miedo de que con vosotros haya hecho yo labor en vano.
12. Hermanos, os suplico que seáis como yo, porque yo -soy- como vosotros; en absoluto me habéis hecho daño.
13. Vosotros sabéis cómo en medio de la flaqueza de la carne al principio os prediqué el evangelio.
14. Y mi tentación la cual estaba en mi carne vosotros no despreciásteis, ni rechazásteis, sino que me recibísteis como a un ángel de Dios, -así- como a Cristo Jesús.
15. ¿Dónde está entonces la bienaventuranza de la que hablásteis? Pues yo os atestiguo que si -hubiera sido- posible, os hubiérais arrancado vuestros mismos ojos, y a mí me los hubiérais dado.
16. ¿Me he vuelto por eso vuestro enemigo, por deciros la verdad?
17. Con celo os mueven ellos, -pero- no bien; sí, ellos os quieren excluir para que podáis moverlos a ellos.
18. Pero es bueno ser siempre movido con celo en lo bueno, y no sólo cuando yo esté presente con vosotros.
19. Mis hijitos, a quienes laboro en parto de nuevo hasta que Cristo sea formado en vosotros,
20. Deseo estar presente con vosotros ahora, y cambiar mi voz, pues quedo con duda acerca de vosotros.
21. Decidme, vosotros los que deseáis estar sujetos a la ley, ¿no oís a la ley?
22. Porque está escrito, que Abraham tuvo dos hijos, el uno de una criada esclava, el otro de una mujer libre.
23. Pero el -que era- de la mujer esclava nació según la carne, mas el de la mujer libre -fue- la promesa.
24. Tales cosas son una alegoría: ya que estos son los dos convenios: el uno del monte Sinaí, que engendró para esclavitud, la cual es Agar
25. Pues esta Agar es el monte Sinaí de Arabia, y corresponde a la Jerusalén que está ahora, y está en esclavitud con sus hijos.
26. Pero la Jerusalén de arriba es libre, ella es la madre de todos nosotros.
27. Ya que está escrito, Regocíjate estéril la que no das a luz, irrumpe y clama, tú que no laboras en parto, porque la desolada tiene muchos más hijos que aquella que tiene marido.
28. Ahora pues, hermanos, así como Isaac -lo- fue, nosotros -también- somos los hijos de la promesa.
29. Pero así como entonces, el que nació de acuerdo a la carne persiguió al -que nació- de acuerdo al Espíritu, también -lo es- ahora.
30. No obstante ¿Qué dice la escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque el hijo de la esclava no se hará heredero con el hijo de la mujer libre.
31. Así entonces, hermanos, no somos hijos de la mujer esclava, sino de la libre.
Gálatas 3
1. Oh Gálatas desatinados, ¿Quién os hechizó, para no tener que obedecer la verdad, ante cuyos ojos, Jesucristo se ha expuesto entre vosotros evidentemente crucificado?
2. Solo quisiera entender de vosotros, ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?
3. ¿Sois así de desatinados? ¿habiendo comenzado en el Espíritu, ahora por la carne os perfeccionais?
4. ¿Tantas cosas habéis sufrido en vano? Si todavía -son- en vano.
5. Por tanto el que os administra el Espíritu, y obra milagros entre vosotros, -lo hace- por las obras de la ley, o por el oír con fe?
6. Así como Abraham creyó en Dios, y esto le fue contado como justicia.
7. Sabed por tanto que aquellos que son de la fe, estos mismos son los hijos de Abraham.
8. Y la escritura previendo que Dios justificaría a los paganos por medio de la fe, le predicó antes el evangelio a Abraham, -diciendo,- En ti todas las naciones serán benditas.
9. Así entonces aquellos que son de la fe son bendecidos con Abraham el fiel.
10. Porque cuantos sean de las obras de la ley bajo maldición se encuentran; ya que está escrito, Maldito todo el que no continúe en todas las cosas que están escritas en el libro de la ley para hacerlas.
11. Pero -es- evidente que a los ojos de Dios ningún hombre se justifica por la ley, porque, El justo vivirá por la fe.
12. Y la ley no es de fe; sino que, El hombre que las practique, en ellas vivirá.
13. Cristo nos ha redimido de la maldición de la ley, volviéndose maldición por nosotros; porque está escrito, Maldito todo el que cuelgue de un árbol.
14. Para que la bendición de Abraham pudiera llegar a los Gentiles por medio de Jesucristo; para que pudiéramos recibir la promesa del Espíritu por medio de la fe.
15. Hermanos, no hablo a la manera de los hombres, aunque sólo -sea- el convenio de un hombre, aún así -si se- confirma, no -habrá- hombre que lo anule, o le añada.
16. Ahora pues, las promesas se hicieron para Abraham y su simiente. Él no dice, Y a -sus- simientes, como -si hablara- de muchos, sino de uno, Y a tu simiente, la cual es Cristo.
17. Y digo lo siguiente, -que al- convenio de Dios en Cristo, que fue confirmado antes, la ley que ocurrió cuatrocientos treinta años después, no -lo- puede anular para poder hacer la promesa sin efecto.
18. Pues si la herencia -fuera- por la ley, no -sería ya- más promesa, pero Dios -se la- dio a Abraham como promesa.
19. Por tanto, ¿Entonces -para qué- la ley? Esta fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que la simiente pudiera venir a quien se le hizo la promesa, -y fue- ordenada por ángeles en la mano de un mediador.
20. Ahora bien, un mediador no es -mediador- de uno, pero Dios es uno.
21. ¿-Es- entonces contraria la ley a las promesas de Dios? No lo permita Dios; porque pues si hubiera habido una ley dada que pudiera haber dado vida, verdaderamente la justicia habría sido por la ley.
22. Pero la escritura ha reunido a todos bajo el pecado, para que la promesa por la fe de Jesucristo pudiera darse a los que creen.
23. Mas antes de llegar la fe, fuimos guardados bajo la ley, encerrados para la fe la cual más tarde se habría de revelar.
24. Por tanto la ley fue nuestro maestro de escuela -que nos llevó- a Cristo, para que por la fe pudiéramos ser justificados.
25. Pero tras haber llegado la fe, ya no estamos más bajo el maestro de escuela.
26. Pues todos vosotros sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.
27. Ya que cuantos habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo, os habéis vestido.
28. No hay ni Judío ni Griego, tampoco esclavo ni libre, ni varón ni hembra, porque todos vosotros en Cristo Jesús sois uno.
29. Y si -sois- de Cristo, sois entonces simiente de Abraham, y herederos de acuerdo a la promesa.
Gálatas 2
1. Luego catorce años después subí a Jerusalén de nuevo con Bernabé, y con-migo- también tomé a Tito.
2. Y por revelación subí, y les comuniqué aquel evangelio que predico entre los Gentiles, pero privadamente a los que eran de reputación, no fuera que por algún medio yo corriera, o hubiera corrido en vano.
3. Pero ni Tito que estaba conmigo, siendo Griego, fue compelido a ser circuncidado.
4. Y esto porque falsos hermanos -fueron- traídos a escondidas, los cuales llegaron para espiar nuestra libertad, la cual tenemos en Cristo Jesús, para poder llevarnos a cautiverio;
5. A quienes no dimos lugar sometiéndonos ni por una hora, para que la verdad del evangelio pudiera continuar con vosotros.
6. Pero de estos que parecían ser algo, (lo que sea que fueran, no me es de importancia; Dios no hace acepción de personas;) porque los que parecían -ser algo- en conferencia a mí no me añadieron nada;
7. Sino que al contrario, cuando vieron que el evangelio de la incircunsición me fue encomendado a mi, así como -el evangelio- de la circuncisión -lo fue- a Pedro;
8. (Pues el que obró eficientemente en Pedro para el apostolado de la circuncisión, ese mismo fue poderoso en mí para con los Gentiles;)
9. Y cuando Santiago, Cefas y Juan, quienes parecían ser los pilares, percibieron la gracia que me fue dada a mí, nos dieron a Bernabé y a mí la mano derecha de la fraternidad, para que -fuéramos- a los paganos, y ellos a la circuncisión.
10. Sólo -desearon- que nos acordáramos de los pobres, esto mismo yo también fui solícito en hacer.
11. Pero cuando Pedro hubo llegado a Antioquía, ante su rostro me opuse, ya que era para ser culpado.
12. Porque antes de que llegaran algunos de -parte de- Santiago, comió con los Gentiles; pero cuando ellos hubieron llegado, se retiró y se separó, temiendo a los que eran de la circuncisión.
13. Y los otros Judíos de igual manera se esparcieron con él, de tal manera que Bernabé también fue arrastrado por su disimulo.
14. Mas cuando vi que no andaban correctamente de acuerdo a la verdad del evangelio, delante de todos le dije a Pedro, Si tú, siendo Judío, vives a la manera de los Gentiles, y no como los Judíos, ¿por qué compeles a los Gentiles a vivir como los Judíos?
15. Nosotros los Judíos por naturaleza, y no pecadores de los Gentiles,
16. Sabiendo que el hombre no se justifica por las obras de la ley, sino por la fe en Jesucristo, hemos creído así en Jesucristo, para que pudiéramos ser justificados por la fe en -él-, y no por las obras de la ley, porque por las obras de la ley ninguna carne se justificará.
18. Pues si de nuevo edifico las cosas que destruí, yo mismo me hago transgresor.
19. Porque por medio de la ley estoy muerto a la ley, para -así- poder vivir para Dios.
20. Estoy crucificado con Cristo; -y- sin embargo vivo; mas no -soy- yo, sino Cristo -el que- vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, -la- vivo con fe en el Hijo de Dios, quien me amó, y se dio a si mismo por mí.
21. No frustro la gracia de Dios, porque si la justicia -viene- por la ley, entonces Cristo murió en vano.
Gálatas 1
1. Pablo, un apóstol, (no de los hombres, ni por el hombre, sino por Jesucristo, y Dios el Padre, quien lo levantó de los muertos;)
2. Y todos los hermanos que están conmigo, a las congregaciones de Galacia.
3. Gracia para vosotros y paz de Dios el Padre, y -de- nuestro Señor Jesucristo,
4. Quien se dio a sí mismo por nuestros pecados, para poder librarnos del malvado mundo presente, de acuerdo a la voluntad del Dios y Padre nuestro:
5. Para quien -sea- gloria por siempre jamás. Amén.
6. Me maravilla que séais tan pronto removidos del que os llamó a -entrar- a la gracia de Cristo, para -ir- a otro evangelio.
7. El cual -en realidad- no es otro, sino que hay algunos que os turban y quieren pervertir el evangelio de Cristo.
8. Pero aunque nosotros, o un ángel del cielo os predicara cualquier otro evangelio del que os hemos predicado, que aquel sea maldito.
9. Como antes dije, así digo de nuevo ahora, si alguno os predica cualquier otro evangelio –diferente- al -que- habéis recibido, que aquel sea maldito.
10. ¿Pues ahora persuado a los hombres o a Dios? ¿O busco complacer a los hombres? Pues si aún complaciera a los hombres, no debo ser siervo de Cristo.
11. Al contrario os certifico, hermanos, que el evangelio que me fue predicado no sigue al hombre.
12. Pues ni lo recibí del hombre, ni -este- me -lo- enseñó, sino que -provino- por revelación de Jesucristo.
13. Ya que habéis oído de mi proceder en tiempos pasados en la religión de los Judíos, de cómo al extremo y sin medida perseguí a la iglesia de Dios, y la asolé;
14. Y gané ventaja en la religión de los Judíos por encima de muchos de mis compañeros en mi nación, siendo hasta el extremo celoso de las tradiciones de mis pádres.
15. Mas cuando le plació a Dios, quien me separó del vientre de mi madre, y por su gracia -me- llamó,
16. Revelar a su hijo en mí, para que lo pudiera predicar entre los paganos, inmediatamente no conferencié con carne y sangre,
17. Ni subí a Jerusalén a aquellos que eran apóstoles antes de mí, sino que fui, entré a Arabia, y de nuevo retorné a Damasco.
18. Luego después de tres años subí a Jerusalén a ver a Pedro, y con él permanecí quince días.
19. Pero a ninguno de los otros apóstoles vi, salvo a Santiago el hermano del Señor.
20. Ahora bien las cosas que os escribo a vosotros, mirad que no miento delante de Dios,
21. Después entré a las regiones de Siria y Cilicia,
22. Y fui desconocido de rostro por las iglesias de Judea que eran en Cristo;
23. Mas sólo habían oído, Que el que en tiempos pasados nos perseguía predica ahora la fe que una vez él destruía.
24. Y glorificaron a Dios por mí.
2 Corintios 13
1. Esta -es- la tercera -vez- que voy a venir a vosotros. Por boca de dos o tres testigos toda palabra se confirmará.
2. Os duje antes, y os predije, como si estuviera presente por segunda vez, y ahora estando ausente le escribo a los que hasta el presente han pecado, y a todos los demás, que si llego de nuevo, no me retendré.
3. Como buscáis una prueba de que Cristo habla en mí, la cual no sea débil para vosotros, sino poderosa en vosotros.
4. Ya que a pesar de ser crucificado a través de la debilidad, aún así vive por el poder de Dios. Porque también nosotros en él somos débiles, mas para vosotros por el poder de Dios viviremos con él.
5. Examinaos si estáis en la fe; probáos a vosotros. ¿No sabéis vosotros mismos cómo Jesucristo en vosotros está, a no ser que estéis reprobados?
6. Pero confío en que sabréis que nosotros no estamos reprobados.
7. Ahora pues le oro a Dios que no hagáis mal -alguno-; no para que aparezcamos nosotros aprobados, sino para que vosotros hagáis lo que es honesto, así seamos nosotros reprobados.
8. Pues nada podemos hacer contra de la verdad, sino por la verdad.
9. Ya que nos alegra estar débiles y que vosotros estéis fuertes, y nuestro deseo es también este, vuestra perfección.
10. Por tanto os escribo estas cosas estando ausente, no vaya a ser que estando presente deba usar agudeza, de acuerdo al poder que el Señor me ha dado para edificación, y no para destrucción.
11. Finalmente hermanos, que os vaya bien. Sed perfectos, de buen ánimo, de un -mismo- pensar, -y- vivid en paz; y el Dios de amor y paz con vosotros estará.
12. Saludaos unos a otros con un beso santo.
13. Todos los santos os saludan.
14. La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo -estén- con todos vosotros. Amén.
+La segunda epístola a los Cprintios fue escrita desde Filipo, ciudad de Macedonia, por Tito y Lucas.
2 Corintios 12
1. Sin duda -alguna- no es conveniente que yo me gloríe. Vendré a las visiones y a las revelaciones del Señor.
2. Conocí a un hombre en Cristo hace más de catorce años, (si -fue- en el cuerpo, no puedo decir; o fuera del cuerpo no puedo decir; Dios sabe;) tal persona -fue- levantada al tercer cielo.
3. Y a tal hombre conocí, (si -fue- en el cuerpo o fuera del cuerpo, no puedo decir; Dios sabe;)
4. Cómo él fue levantado hasta el paríso, y oyó palabras inenarrables, las cuales no es permitido a hombre emitir.
5. Sin embargo de mí no me voy a gloriar, sino de mis flaquezas.
6. Pues aunque quisiera gloriarme, tonto no seré, ya que diré la verdad, pero ahora me refreno, no vaya a ser que algún hombre piense de mí por encima de lo que él me ve -ser-, o de -lo que- de mí oye.
7. Y para que no me fuera a exaltar más allá de lo justo por la abundancia de revelaciones, me fue dado una espina en la carne, un mensajero de Satanás que me abofetea, para que no me vaya a exaltar más allá de lo justo.
8. Acerca de este asunto tres veces con urgencia le imploré al Señor, que este se pudiera retirar de mi.
9. Y me dijo, Te basta mi gracia, pues en la debilidad se completa mi fuerza. Por lo cual muy alegremente preferiré gloriarme en mis flaquezas, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
10. Por ello por amor a Cristo me complazco en las flaquezas, en las humillaciones, en las necesidades, en las persecuciones, -y- en las angustias, pues cuando estoy débil, -es cuando- entonces soy fuerte.
11. me volví un tonto al gloriarme; me habéis compelido -a hacerlo-, porque debí haber sido encomiado por vosotros, ya que en nada estoy atrás de los principales apóstoles, a pesar de ser nada.
12. En verdad las señales de un apóstol se produjeron entre vosotros en toda paciencia, en señales, maravillas y hechos poderosos.
13. ¿Porque en qué es en lo que fuisteis inferiores a las otras iglesias, excepto en que para vosotros una carga no fui? Perdonadme esta equivovación.
14. Mirad que la tercera vez que estoy listo a llegar hasta vosotros; y una carga no os seré, pues no busco lo vuestro, sino a vosotros, ya que los hijos no deben atesorar para los padres, sino los padres para los hijos.
15. Y muy alegremente gastaré y por vosotros me agotaré, aunque entre más abundantemente os ame, menos se me ame.
16. Mas así sea, no os sobrecargué; sin embargo siendo astuto os atrapé con astucia.
17. ¿-Acaso- saqué ganancia a-alguna- de vosotros por -medio- de alguno de los que os envié?
18. Deseé -que fuera- Tito, y con -él- envié a un hermano. ¿Sacó Tito alguna ganancia de vosotros? ¿no anduvimos en el mismo espíritu? ¿no -anduvimos- los mismos pasos?
19. ¿Otra vez pensáis que nos excusamos ante vosotros? Delante de Dios hablamos en Cristo; mas hacemos todas las cosas, queridos amados, para vuestra edificación.
20. Pues temo que no vaya a ser que cuando llegue, no os encuentre tal como quisiera, y -que- por vosotros sea encontrado tal como no queréis; no vaya a ser que -haya- debates, envidias, iras, peleas, chismes, murmuraciones, exageraciones -y- tumultos;
21. No vaya a ser que cuando llegue de nuevo, mi Dios me humille entre vosotros, y me lamente por -los- muchos que habiendo ya pecado, no se han arrepentido de la impureza, la fornicación y la lascivia que han cometido.
2 Corintios 11
1. Ante Dios quisiera que me pudiérais aguantar un poco en -mi- necedad; y de veras soportadme.
2. Porque estoy celoso de vosotros con celo de Dios, ya que os he desposado a un marido, para poder presentar-os como- una casta virgen a Cristo.
3. Pero temo que por cualquier medio así como la serpiente sedujo a Eva por medio de su sutileza, también vuestras mentes se corrompan -alejándose- de la simplicidad que hay en Cristo.
4. Porque si el que llega a otro Jesús predica que no hayamos nosotros predicado, o -si- recibís otro espíritu que no hayáis recibido, u otro evangelio que no hayáis aceptado, lo podríais bien soportar.
5. Pues supongo que no quedé ni un ápice atrás de los mayores -y- principales apóstoles.
6. Sino que aunque rudo en hablar, no así en conocimiento, sin embargo hemos sido hechos totalmente manifiestos entre vosotros en todas las cosas.
7. ¿He cometido una ofensa al rebajarme para que podáis ser vosotros exaltados, por haberos predicado gratis el evangelio de Dios?
8. A otras congregaciones robé recibiendo salarios para haceros un servicio.
10. Y cuando estuve presente con vosotros, y tenía escasez, a ningún hombre fui una carga, pues aquello que me faltaba -lo- suplieron los hermanos que llegaron de Macedonia, y he evitado en todo ser una carga para vosotros, y seguiré -haciéndolo-.
10. Tanto como la verdad de Cristo está en mí, ningún hombre me detendrá de jactarme así en las regiones de Acaya.
11. ¿Por qué? ¿porque no os amo? Dios sabe.
12. Pero lo que hago, eso haré, para poder cortar -cualquier- ocasión de los que desean ocasión, para que en lo que ellos se glorían, puedan hallarse igual a nosotros.
13. Pues los tales -son- falsos apóstoles, trabajadores engañosos, transformándose en apóstoles de Cristo.
14. Y no de maravillar, pues el mismo Satanás se transforma en ángel de luz.
15. Por eso no -es- de admirar si sus ministros también se transforman en ministros de justicia, cuyo final será de acuerdo con sus obras.
16. Digo de nuevo, Que ningún hombre me considere un tonto; de otra manera, aún así como tonto recibidme, para que me pueda jactar un poco.
17. Esto que hablo no -lo- hablo siguiendo al Señor, sino como si tontamente en esta confianza me jactara.
18. Viendo que muchos se glorían siguiendo la carne, yo también -me- gloriaré.
19. Ya que viendo que sois sabios, alegremente a los tontos soportáis.
20. Porque soportáis que un hombre os lleve a cautiverio, que un hombre -os- devore, que un hombre tome -cosas de vosotros-, que un hombre a sí mismo se exalte, que un hombre os golpee en el rostro.
21. Hablo concerniente al rproche, como si hubiéramos sido débiles, no obstante en lo que alguien sea atrevido, (hablo tontamente,) atrevido también -lo- soy.
22. ¿Son Hebreos? yo también; ¿Son Israelitas? Yo también; ¿Son de la simiente de Abraham? Yo también.
23. ¿Son mimistros de Cristo? (Hablo como tonto) Yo más; en labores abundo más, en azotes por encima de -la- medida, en prisiones -con- más asiduidad, en -peligros- continuos de muerte .
24. De los Judíos cinco veces recibí cuarenta -azotes- menos uno.
25. Tres veces con vara fui golpeado, apedreado una vez, tres naufragios he sufrido , una noche y un día he estado en el profundo -mar-;
26. Viajando continuamente, -en- peligros de aguas, -en- peligros de ladrones, -en- peligros a causa de -mis- compatriotas, -en- peligros a causa de los paganos, peligros en la ciudad, peligros en el yermo, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos;
27. En cansancios y dolores, en continuas vigilias, en hambres y falta de agua, en frecuentes ayunos, en fríos y desnudeces.
28. Fuera de aquellas cosas que son externas, aquello que me viene a diario, el cuidado de todas las congregaciones.
29. ¿Quién se debilita y no me debilito yo? ¿quién se ofende y no ardo yo?
30. Si por cierto me debo gloriar, me gloriaré en las cosas que conciernen a mis flaquezas.
31. El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, el cual por siempre jamás es bendito, sabe que no miento.
32. En Damasco el gobernador bajo -el mando de- Aretas el rey guardaba la ciudad de los Damascenos con una guarnición, deseoso de aprehenderme,
33. Y por una ventana en una canasta fui bajado por la pared, y escapé de sus manos.
2 Corintios 10
1. Ahora pues yo el mismo Pablo os suplico por la mansedumbre y gentileza de Cristo, quien en presencia de vosotros -soy- bajo, pero en ausencia para con vosotros soy atrevido.
2. Pero-os- suplico, que cuando esté presente no pueda ser atrevido con esa confianza, con la que pienso ser enérgico contra algunos que piensan de nosotros como si anduviéramos según la carne.
3- Pues aunque andamos en la carne, no guerreamos según la carne;
4. ( Ya que las armas de nuestra guerra no -son- carnales, sino -espirituales- poderosas a través de Dios para tumbar fortalezas;)
5. Derribando imaginaciones, y toda idea altiva que se exalte en contra del conocimiento de Dios, y trayendo a cautiverio todo pensamiento a la obediencia a Cristo;
6. Teniendo prontitud para vengar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia se cumpla.
7. ¿Miráis a las cosas por la apariencia externa? Si algún hombre confía que él es de Cristo, que de nuevo piense esto de él, que así como él -es- de Cristo, igualmente nosotros -somos- de Cristo también.
8. Porque aunque de alguna manera más me jacte de nuestra autoridad, la cual el Señor nos ha dado para vuestra edificación, y no para vuestra destrucción, no me debo avergonzar,
9. De que puedo no parecer -tan igual a- como si os aterrorizara por cartas.
10. Porque -sus- cartas, dicen ellos, son pesadas y poderosas, pero -su- presencia corporal -es- débil, y vergonzoso -su- hablar.
11. Que el tal piense esto, que tal como somos de palabra y en cartas cuando estamos ausentes, también -lo seremos- en obra cuando estemos presentes.
12. Porque no nos atrevemos a hacernos en el número, ni a compararnos con algunos que se elogian a ellos mismos, mas no son sabios al medirse con ellos mismos, y al compararse entre sí.
13. Pero de las cosas sin medida no nos vamos a jactar, sino de acuerdo a la medida de la regla que Dios para nosotros ha distribuído, una medida para vosotros incluso alcanzar.
14. Ya que no nos extendemos más allá –de nuestra capacidad-, como si no os alcanzáramos, pues tan lejos como hasta vosotros hemos llegado también en -la prédica- el evangelio de Cristo.
15. No jactándonos sin medida de las cosas, -esto es-, de las labores de otros hombres, sino teniendo esperanza, de que cuando vuestra fe se incremente, seremos engrandecidos por vosotros de acuerdo a nuestro regla abundantemente.
16. Para predicar el evangelio en las -regiones- más allá de vosotros, -y- no para jactarnos en el cordel de cosas de otro hombre para nuestras manos preparado.
17. Pero el que se gloría, que se gloríe en el Señor.
18. Pues no se aprueba el que se elogia sí mismo, sino a quien encomia el Señor.