2 Corintios 9

1. Porque en lo tocante al servicio para los santos, me es superfluo escribiros;
2. Ya que conozco la disponibilidad de vuestra mente, por la que me jacto de vosotros ante los de Macedonia, que Acaya estuvo presta para ello hace un año, y -que- vuestro celo a provocado a muchísimos.
3. Aún así he enviado a los hermanos, no sea que nuestra jactancia acerca de vosotros sea en vano en este aspecto, que como dije, podáis estar prestos;
4. No sea que de pronto si los de Macedonia llegan conmigo, y no os encuentran preparados, nosotros (que no decimos, vosotros) nos avergoncemos de esta misma jactancia.
5. Por tanto pensé necesario exhortar a los hermanos, para que fueran delante de vosotros, y de antemano prepararan vuesta generosidad, de la cual antes tuvisteis noticia, para que esa misma pueda estar lista, como -un asunto de- generosidad, y no -de- avaricia.
6. Pero -yo digo- esto, El que siembra escasamente, escasamente también segará, y el que siembra abundantemente con abundancia también segará.
7. -Que- cada hombre -dé- de acuerdo a lo que se proponga en su corazón, no a regañadientes, o por necesidad, ya que Dios ama al dador alegre.
8. Y Dios es capaz de haceros llegar en abundancia toda gracia, para que teniendo siempre lo suficiente en todo, podáis abundar en toda buena obra;
9. (Así como está escrito, A lo lejos dispersó, a los pobres dio, para siempre permanece su justicia.
10. Ahora pues que el que administra semilla al sembrador, os sirva además el pan para comer, os multiplique la semilla sembrada, e incremente los frutos de vuestra justicia;)
11. Enriqueciéndoos con toda abundancia en toda cosa, lo cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios;
12. Porque la administración de este servicio no sólo suple la falta de los santos, sino que también abunda por muchas acciones de gracias a Dios;
13. Mientras que por el experimento de este servicio glorifican a Dios por vuestra sujeción profesada al evangelio de Cristo, y por -vuestra- generosa distribución a ellos, y a todos -los hombres-;
14. Y por su oración por vosotros, quienes os anhelan por la excelsa gracia de Dios en vosotros.
15. Gracias a Dios por su don inenarrable.

2 Corintios 8

1. Más aún hermanos, queremos que conozcáis la gracia de Dios otorgada a las congregaciones de Macedonia;
2. Cómo en una gran prueba de aflicción, la abundancia de su gozo junto con su profunda pobreza redundaron en las riquezas de su liberalidad.
3. Pues según -su- capacidad, atestiguo, sí, e -incluso- más allá de -su- capacidad estuvieron dispuestos -a dar- de ellos;
4. Rogándonos con gran súplica que recibiéramos el regalo, y -nos encargáramos- del compañerismo del servicio a los santos.
5. Y -esto hicieron-, no como esperábamos, sino que primero se dieron ellos mismos al Señor, y por la voluntad de Dios a nosotros.
6. Hasta el punto que deseamos que Tito, tal como -lo- hubo comenzado, también además terminara en vosotros la misma gracia.
7. Por tanto, tal como abundáis en cada -detalle, en- la fe, en palabras, en conocimiento, -en- toda diligencia, y -en- vuestro amor hacia nosotros, -cuidaos- también de abundar en esta gracia.
8. No -lo- hablo como mandamiento, sino con ocasión de la disponibilidad de otros, y para probar la sinceridad de vuestro amor.
9. Pues vosotros conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que, aunque era rico, sin embargo por amor a vosotros pobre se volvió, para que vosotros por medio de su pobreza ricos pudierais ser.
10. Y en esto mismo -mi- consejo doy, pues esto os conviene hacer, no solamente a vosotros quienes habéis comenzado antes, sino también a estar disponibles -a ello- desde hace un año.
11. Ahora por tanto realizad el hacer; -ya- que así como -hubo- disposición para desear, también -pueda haber- además una realización según lo que tengáis.
12. Pues si hay primero una disponibilidad, -se- acepta de acuerdo a lo que el hombre tenga, -y- no a lo que no tenga.
13. Ya que no -es mi intención- que otros hombres sse aligeren, y os agobiéis vosotros;
14. Sino que con equidad, -que- esta vez ahora vuestra abundancia -pueda ser un sustento- para su escasez, -y en otra ocasión- que su abundancia también pueda ser -un sustento- para vuestra escasez, que pueda haber equidad;
15. Como está escrito, Al que -recogió- mucho no le sobró, y al que -recogió- poco no le faltó.
16. Pero gracias a Dios que puso aquel mismo profundo interés en el corazón de Tito por vosotos.
17. Pues en verdad él aceptó la exhortación, pero siendo más presto, de su propia iniciativa fue a vosotros.
18. y con él hemos enviado al hermano, cuya alabanza -es- en el evangelio por todas las congregaciones;
19. Y no sólo -eso-, sino que también fué ecogido por las congregaciones para que viajara con nosotros con esta gracia, la cual es administrada por nosotros para la gloria del mismo Señor, y -de- vuestra presteza;
20. Evitando lo siguiente, que ningún hombre nos culpe por esta abundancia por nosotros administrada;
21. Proveyendo para cosas honestas, no sólo a la vista del Señor, sino también a la vista de los hombres.
22. Y con ellos hemos enviado a nuestro hermano, a quien con frecuencia -lo- hemos comprobado en muchas cosas -ser- diligente, ahora mucho más diligente, por la gran confianza que en vosotros -tengo-.
23. Si -alguien inquiere acerca- de Tito, -él es- mi compañero y colaborador para con vosotros; o -si se inquiere acerca de- nuestros hermanos, -ellos son- los mensajeros de las congregaciones, -y- la gloria de Cristo.
24. Por tanto manifestadles a ellos, y delante las congregaciones, la prueba de vuestro amor, y de nuestra jactancia acerca de vosotros.

2 Corintios 7

1. Teniendo por tanto estas promesas, queridos -y- amados, limpiémonos de toda inmundicia de la carne y -del- espíritu, completando la santidad en el temor de Dios.
2. Recibidnos; a ningún hombre hemos agraviado, a ningún hombre hemos corrompido, a ningún hombre hemos defraudado.
3. No hablo para condenar-os-; pues he dicho antes que estáis en nuestros corazones para morir y morir con -vosotros-.
4. Grande es mi atrevimiento en mi charla a vosotros, grandemente me glorío en vosotros; me lleno de consuelo, en toda nuestra tribulación me excedo en gozo.
5. Porque cuando habíamos entrado a Macedonia, nuestra carne no tuvo reposo, sino que por todo lado estuvimos atribulados: peleas afuera, temores adentro.
6. No obstante Dios, que conforta a los derribados, con la llegada de Tito nos confortó;
7. Y no solamente con su llegada, sino con el consuelo con el que fue confortado por vosotros, cuando nos contó de vuestro ávido deseo, de vuestro lamento, vuestro ferviente propósito hacia mí; así que me regocijé más.
8. Pues aunque con una carta os puse apesadumbrados, no me arrepiento, aunque me arrepentí, ya que percibo que la misma epístola os puso apenados, aunque sólo por una temporada.
9. Ahora yo me regocijo, no de que os diera pena, sino de que os apenárais para arrepentimiento; porque fuisteis apenados de una manera piadosa para que ningún daño pudiérais recibir de nuestra parte.
10. Porque la pesadumbre en Dios obra arrepentimiento para salvación de la que no hay que arrepentirse, pero la pesadumbre del mundo obra muerte.
11. Pues mirad este mismo asunto, cómo os dolísteis por una causa piadosa, qué cuidado produjo en vosotros, sí, -qué- limpieza en vosotros, sí, -qué- indignación, sí, -qué- temor, sí, -qué- vehemente deseo, -qué- celo, ¡sí, qué venganza! En toda -forma- habéis probado en este asunto estar limpios.
12. Por lo tanto, aunque os escribí, no -lo hice- a causa del que había hecho el agravio, ni a causa del que lo sufriera, sino para que nuestro interés por vosotros a la vista de Dios ante vosotros pudiera aparecer.
13. Por ello en vuestro consuelo nos consolamos; sí, y -aún- más excedidamente disfrutamos el gozo de Tito, ya que su espíritu fue refrescado por todos vosotros.
14. Pues no me avergüenzo si de algo me he jactado de vosotros ante él, sino que así como os hablamos todas las cosas en verdad, aún también nuestra jactancia que a Tito -le mostré-, se halla en la verdad.
15. Y su íntimo afecto hacia vosotros más abundante es, al rememorar la obediencia de vosotros todos, de con qué temor y temblor lo recibísteis.
16. Me regocijo por tanto de tener confianza en vosotros en todo.

2 Corintios 6

1. Nosotros entonces, como obreros junto -con él-, -os- imploramos también que no recibáis la gracia de Dios en vano.
2. (Ya que él dice, En el tiempo aceptado te he oído, y en el día de la salvación te he socorrido; mirad que el tiempo aceptado -es- ahora, mirad que el día de la salvación -es- ahora.)
3. No ofendiendo en cosa alguna, para que no se culpe el ministerio,
4. Sino en todo probándonos como los ministros de Dios, con mucha paciencia, en -las- aflicciones, en -las- necesidades, en -las- angustias,
5. En -los- azotes, en -las- prisiones, en -los- tumultos, en -los- trabajos, en -las- vigilias, en -los- ayunos,
6. Por -la- pureza, por -el- conocimiento, por -la- benignidad, por -la- amabilidad, por el Espíritu Santo, por -el- amor no fingido,
7. Por la palabra de verdad, por el poder de Dios, por la armadura de la justicia a diestra y a siniestra,
8. Por -la- honra y -la- deshonra, por -el- reporte malvado y el buen reporte; como engañadores, y -aún- veraces;
9. Como desconocidos, y -aún- bien conocidos, como agonizando, y he aquí que vivimos, como castigados, y no -estando- muertos;
10. Como acongojados, aunque siempre regocijándonos, como pobres, aunque haciendo a muchos ricos; como nada teniendo, y -sin embargo- poseyéndolo todo.
11. Oh Corintios, nuestra boca se abre a vosotros, nuestro corazón se ensancha.
12. Estrechos no estáis en nosotros, pero sois estrechos en vuestras entrañas.
13. Ahora bien como pago por lo mismo, (-os- hablo como a hijos,) también ensanchaos.
14. No os enyuntéis de forma desigual con los incrédulos, pues ¿Qué compañerismo -puede- tener la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión tiene la luz con la oscuridad?
15. ¿Y qué concordia tiene Cristo con Belial? ¿O qué parte tiene el que cree con un infiel?
16. ¿Y qué acuerdo -puede-haber -entre- el templo de Dios y los ídolos? Porque el templo del Dios vivo sois vosotros. Como Dios ha dicho, Moraré en ellos, y andaré en -ellos-; y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
17. Por eso salid de en medio de ellos, y separaos, dice el Señor, y no toquéis -cosa- inmunda, y yo os recibiré.
18. Y seré un Padre para vosotros, y vosotros seréis mis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.

2 Corintios 5

1. Pues sabemos que si el tebernáculo de nuestra casa terrestre se disolviera, tenemos un edificio de Dios, una casa no hecha a mano, eterna en los cielos.
2. Ya que en esta gemimos, añorando ser revestidos por nuestra casa la cual es del cielo;
3. En caso de estar vestidos, hallados desnudos no seremos.
4. Porque los que estamos en -este- tabernáculo gemimos con agobio, no porque queramos ser desvestidos, sino, revestidos,. para que la mortalidad pueda ser devorada por la vida.
5. Ahora pues, el que nos ha forjado para esto mismo -es- Dios, quien también nos ha dado la prenda del Espíritu.
6. Por eso siempre -estamos- confiados, sabiendo que, mientras estemos en la casa del cuerpo, ausentes estamos del Señor;
7. (Porque por fe andamos, no por vista;)
8. Confiados estamos, deseando mejor estar ausentes del cuerpo, y presentes con el Señor.
9. Por eso laboramos, para que, sea presentes o ausentes, podamos por él ser aceptados.
10. Ya que todos debemos comparecer delante del tribunal de Cristo, para que cada uno pueda recibir las cosas según lo que haya hecho en -su- cuerpo, -ya sea- bueno o malo.
11. Conociendo por tanto el terror del Señor, persuadimos a los hombres, mas somos hechos manifiestos para Dios, y confío que también seamos hechos manifiestos a vuestras conciencias.
12. Porque no nos recomendamos de nuevo a vosotros, sino más bien os damos ocasión para gloriaros a nombre nuestro, para que de alguna manera podáis tener con qué -responder- a los que se glorían en las apariencias, y no en el corazón.
13. Pues si estemos fuera de sí, -es- para Dios, o si estamos sobrios, -es- por causa vuestra.
14. Porque el amor de Cristo nos apremia; ya que juzgamos así, que si uno murió por todos, todos entonces estaban muertos.
15. Y por todos murió, para que los que vivan, no vivan para ellos de aquí en adelante, sino para el que murió por ellos, y de nuevo se levantó.
16. Por lo tanto de aquí en adelante a ningún hombre conocemos de acuerdo a la carne; sí, así hayamos conocido a Cristo de acuerdo a la carne, sin embargo de aquí en adelante ahora no -lo- conocemos más.
17. Por ello si algún hombre -está- en Cristo, una nueva criatura -es-; han pasado las viejas cosas, mirad cómo todas se han vuelto nuevas.
18. Y todas las cosas de Dios -son-, quien por Jesucristo con él mismo nos ha reconciliado, y el ministerio de la reconciliación nos ha dado;
19. Esto es, que Dios en Cristo estaba reconciliando consigo mismo al mundo, no imputándoles a ellos sus infracciones, y la palabra de reconciliación nos ha encomendado.
20. Ahora pues somos embajadores de Cristo, como si Dios -os- implorara por nosotros: en nombre de Cristo -os- rogamos, reconciliaos con Dios.
21. Porque por nosotros lo hizo a él pecado, quien no conoció pecado, para que pudiéramos ser hechos la justicia de Dios en él.

2 Corintios 4

1. Por tanto viendo que tenemos este ministerio, al haber recibido misericordia, no desfallecemos;
2. Sino que hemos renunciado a las cosas ocultas de la deshonestidad, no andando en astucia, ni engañosamente manejando la palabra de Dios, sino que con la manifestación de la verdad nos encomendamos a la conciencia de todo hombre ante la vista de Dios.
3. Pero si nuestro evangelio se esconde, se esconde para los que se están perdidos,
4. A los cuales el dios de este mundo -les- ha cegado la mente; -sí,- de aquellos que no creen, no sea que la luz del evangelio glorioso de Cristo, quien es la imagen de Dios, brille sobre ellos.
5. Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús el Señor, y a nosotros -como- vuestros siervos por amor a Jesús.
6. Ya que Dios, quien mandó que luz resplandeciese en la oscuridad, ha brillado en nuestros corazones, para dar la luz del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.
7. Pero tenemos este tesoro en vasijas de barro, para que la excelencia del poder pueda ser de Dios, y no de nosotros,
8. -Que- por todo lado -andamos- atribulados, pero no angustiados; perplejos, pero no desesperados,
9. Perseguidos, pero no desamparados, derribados, pero no destruidos;
10. Llevando siempre en el cuerpo la agonía del Señor Jesús, para que también en nuestro cuerpo se pueda manifestar la vida de él.
11. Porque nosotros los que vivimos siempre estamos entregados a la muerte por amor a Jesús, para que también la vida de Jesús se pueda manifestar en nuestra carne mortal.
12. Así que entonces la muerte trabaja en nosotros, mas en vosotros la vida.
13. Teniendo nosotros el mismo espíritu de fe, de acuerdo a lo que está escrito, Creí, y por tanto hablé, también nosotros creemos, y por tanto hablamos;
14. Sabiendo que el que levantó al Señor Jesús, también por Jesús nos levantará, y con vosotros -nos- presentará.
15. Porque todas las cosas -son- por amor a vosotros, para que la gracia abundante, a través del agradecimiento de muchos redunde para la gloria de Dios.
16. Por cuya causa no desmayamos, sino que aunque nuestro hombre exterior perezca, no obstante el interior se renueva día a día.
17. Pues nuestra ligera aflicción, la cual es sólo momentánea, produce a favor nuestro un muchísimo más excelso -y- eterno peso de gloria,
18. Mientras miramos, no las cosas que se ven, sino las que no se ven, porque las cosas que se ven -son- temporales, pero las que no se ven -son- eternas.

2 Corintios 3

1. ¿Comenzamos de nuevo a encomiarnos a nosotros mismos? ¿o necesitamos, como algunos -otros-, de epístolas de recomendación de vuestra parte?
2. Nuestra epístola sois vosotros, escrita en nuestros corazones, conocida y leída por todos los hombres;
3. -Debido a que como habéis- declarado manifiestamente ser la epístola de Cristo servida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo, no en tablas de piedra, sino de carne, -en las- tablas del corazón.
4. Y tal confianza tenemos por medio de Cristo hacia Dios;
5. No que seamos suficientes por cuenta nuestra para pensar alguna cosa por nosotros mismos, sino que nuestra suficiencia -proviene- de Dios,
6. Quien también nos hizo servidores del nuevo testamento; no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, pero el espíritu da vida.
7. Mas si el servicio de la muerte escrito -y- grabado en piedras fue glorioso, tanto que los hijos de Israel no podían mirar fijo el rostro de Moisés por la gloria de su semblante, la cual había de desaparecer,
8. ¿Cómo no será preferiblemente glorioso el servicio del espíritu?
9. Pues si el servicio de la condenación -es- gloria, mucho más el servicio de la justicia excede en gloria.
10. Porque aún aquello que se hizo glorioso en este aspecto no tuvo gloria, por razón de la gloria más excelsa.
11. Pues si aquello que desaparece -fue- glorioso, mucho más glorioso -es- aquello que permanece.
12. Viendo entonces que tenemos tal esperanza, usamos gran claridad al hablar;
13. Y no como Moisés, -que- puso un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no pudieran mirar fijo el final de aquello que se abole.
14. Mas sus mentes estaban cegadas, pues hasta este día permanecen sin quitarse el mismo velo cuando se lee el antiguo testamento, el cual desaparece con Cristo.
15. Pero aún hasta este día, cuando se lee a Moisés el velo está en su corazón.
16. Sin embargo cuando éste se vuelva al Señor, el velo será retirado.
17. Ahora pues el Señor es ese Espíritu, y donde -está- el Espíritu del Señor, allí -hay- libertad.
18. Pero todos nosotros con -el- rostro descubierto, contemplando como en un vidrio la gloria del Señor, somos cambiados en la misma imagen de gloria en gloria, así como por el Espíritu del Señor.

2 Corintios 2

1. Pero conmigo me he determinado esto, que no quiero venir de nuevo a vosotros con pesadumbre.
2. Porque si os hago apenar, ¿quién es entonces el que me alegra, sino el mismo a quien hice apenar?
3. Y esto mismo os escribí, no fuera que cuando llegara, me apenara por aquellos a quienes debo regocijar; teniendo confianza en todos vosotros, que mi gozo es -el gozo- de vosotros todos.
4. Ya que de mucha aflicción y angustia de corazón con muchas lágrimas os escribí, no para que os acongogéis, sino para que podáis conocer el amor que más abundantemente tengo para con vosotros.
5. Mas si alguno ha causado congoja, a mí no me ha acongojado, sino en parte, para que no ir a sobrecargar a todos vosotros.
6. Suficiente para tal hombre -es- este castigo, el cual por muchos -fue inflingido-.
7. Así que por otro lado más bien -debéis- perdonar-lo-. y confortar-lo-, no sea que quizás el tal sea engullido por una inmensa tristeza.
8. Por lo tanto os ruego que confirméis -vuestro- amor hacia él.
9. Pues con este fin también escribí, para poder conocer la prueba de vosotros, si sóis obedientes en todas las cosas.
10. A quien perdonéis algo, yo también -perdono-; pues si algo perdoné, a quien -le- perdoné, por causa vuestra -lo hice-, en la persona de Cristo.
11. No sea que Satanás vaya a obtener ventaja sobre nosotros, ya que no ignoramos sus artimañas.
12. Es más, cuando vine a Troas a -predicar- el evangelio de Cristo, y una puerta del Señor se me abrió,
13. No tuve descanso en mi espíritu, porque no encontré a Tito mi hermano, más bien dejándolos a ellos me fui de allí a Macedonia.
14. Ahora pues gracias -sean- dadas a Dios, el cual siempre nos hace triunfar en Cristo, y hace manifiesto el aroma de su conocimiento por -medio- de nosotros en todo lugar.
15. Pues para Dios somos un dulce aroma de Cristo, con aquellos que se salvan; y en los que perecen,
16. Para los unos -somos- aroma de muerte para muerte, y para los otros, aroma de vida para vida. ¿Y quién es adecuado para estas cosas?
17. Porque no somos como muchos que corrompen la palabra de Dios, sino que a partir de la sinceridad, sino que a partir de Dios, a la vista de Dios en Cristo hablamos nosotros.

2 Corintios 1

1. Pablo, un apóstol de Jesucristo, por la voluntad de Dios, y Timoteo -nuestro- hermano, a la congregación de Dios que está en Corinto, con todos los santos que están en toda Acaya.
2. Gracia y paz para vosotros de Dios nuestro Padre, y -del- Señor Jesucristo.
3. Bendito -sea- Dios, el mismo Padre de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de misericordias, y el Dios de toda consolación,
4. Quien nos consuela en toda tribulación, para que podamos ser capaces de confortar a quienes estén en algún problema, por medio del consuelo con el que nosotros mismos somos confortados por Dios.
5. Pues así como nos abundan los sufrimientos de Cristo, igualmente por Cristo abunda también nuestra consolación.
6. Y así seamos afligidos, -es- para vuestra consolación y salvación, la cual se hace efectiva al padecer estos mismos sufrimientos que también pasamos; o así seamos confortados, -también lo es- para vuestra consolación y salvación.
7. Y nuestra esperanza en cuanto a vosotros -es- firme, sabiendo que así como sois partícipes de los sufrimientos, también -lo seréis- de la consolación.
8. Ya que no quisiéramos, hermanos, manteneros ignorantes del problema que nos vino en Asia, -en el- que fuimos presionados sin medida, más allá de -nuestras- fuerzas, de tal manera que aún perdimos la esperanza de vida;
9. Mas sin embargo recibimos sentencia de muerte, para que no confiáramos en nosotros mismos, sino en Dios que levanta a los muertos,
10. Quien nos liberó de tan atroz muerte, – nos- libera, -y- en quien confiamos aún -nos- liberará;
11. Vosotros también ayudando reunidos en oración por nosotros, para que por el regalo que se nos -concedió- por medio de muchas personas, a nombre nuestro las gracias puedan ser dadas por mucha gente.
12. Pues nuestro regocijo es el siguiente, el testimonio de nuestra conciencia, de que con simplicidad y sinceridad de Dios, no con sabiduría carnal, sino con la gracia de Dios, hemos procedido para con el mundo, y más abundantemente para con vosotros.
13. Porque ninguna otra cosa os escribimos, que las que leáis o reconozcáis, y confío que -las- reconoceréis hasta el mismo fin.
14. Como también habéis reconocido en parte -ante- nosotros, que somos vuestro regocijo, así como también vosotros -seréis- el nuestro en el día del Señor Jesús.
15. Y con esta confianza tuve antes el propósito de venir a vosotros, para que pudiérais tener un segundo beneficio,
16. Pasar por vosotros al entrar a Macedonia, y de nuevo al salir de Macedonia llegar a vosotros, y de vosotros continuar en mi camino a Judea.
17. Cuando por tanto me hice este propósito, ¿usé ligereza? ¿o las cosas que me propongo, me las propongo de acuerdo a la carne, para que conmigo haya sí, sí y no, no?
18. Mas -como- Dios es veraz, nuestra palabra para con vosotros no fue sí y no.
19. Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, quien por nosotros fue predicado entre vosotros, -aún- por mí, Silvano y Timoteo, no fue sí y no, sino en él fue sí.
20. Ya que todas las promesas de Dios en él -son- sí, y en él Amén, por -medio- de nosotros para la gloria de Dios.
21. Ahora pues el que nos establece con vosotros en Cristo, y nos ha ungido, -es- Dios,
22. Quien también nos ha sellado y dado la prenda del Espíritu en nuestros corazones.
23. Más aún llamo a Dios por testigo para mi alma, que para guardaros todavía no vine a Corinto.
24. No para tener domino sobre vuestra fe, sino que somos ayudantes de vuestro gozo, ya que por la fe os sostenéis.

1 Corintios 16

1. Ahora pues, acerca de la colecta para los santos, como di orden a las congregaciones de Galacia, así también haced vosotros.
2. Para el primer -día- de la semana que cada uno de vosotros ponga a un lado en reserva, según como -Dios- lo haya prosperado, para que cuando yo llegue no haya recogidas.
3. Y cuando venga, a quien aprobéis por cartas, a ellos enviaré a llevar vuestra liberalidad a Jerusalén.
4. Y si conviene que también yo vaya, conmigo irán.
5. Ahora bien yo vendré a vosotros cuando pase por Macedonia, porque por Macedonia paso.
6. Y puede que permanezca, sí, y con vosotros hibernaré, para que me llevéis de viaje a donde sea que yo vaya.
7. Pues no os veré ahora en el camino, aunque confío demorarme un rato con vosotros, si el Señor -lo- permite.
8. Pero en Éfeso me demoraré hasta el Pentecostés.
9. Pues una puerta grande y eficaz se ha abierto ante mí, y -hay- muchos adversarios.
10. Ahora si Timoteo llega, mirad que él pueda estar sin temor con vosotros, ya que él hace la obra del Señor, al igual que yo.
11. Que ningún hombre por tanto lo desprecie, sino conducidlo en paz, para que pueda llegar a mí, pues lo aguardo con los hermanos.
12. En lo tocante a -nuestro- hermano Apolos, grandemente deseé que llegara con los hermanos a vosotros, pero su voluntad no era en absoluto venir en este momento, aunque vendrá cuando tenga el tiempo conveniente.
13. Vigilad, permaneced firmes en la fe, comportaos como hombres, sed fuertes.
14. Que todas vuestras cosas sean hechas con caridad.
15. Os ruego hermanos, (vosotros conocéis la casa de Estéfanas, que son los primeros frutos de Acaya, y -que- son adictos al servicio de los santos,)
16. Que os sometáis a tales, y a todo el que ayuda y labora con -nosotros-.
17. Me alegra la llegada de Estéfanas, Fortunato y de Acaico, ya que aquello que os faltaba ellos -lo- han suplido.
18. Pues han refrescado mi espíritu y el vuestro, por tanto reconocedlos como tales.
19. Las congregaciones de Asia os saludan. Aquila y Priscila os saludan mucho en el Señor, -junto- con la iglesia que está en su casa.
20. Todos los hermanos os saludan. Saludaos unos a otros con un beso santo.
21. El saludo -mío- de Pablo con mi propia mano.
22. Si algún hombre no ama al Señor Jesucristo, Anatema sea él. Maranatha -(El Señor viene)-.
23. La gracia de nuestro Señor Jesucristo -esté- con vosotros todos. Amén.
24. Mi amor con vosotros todos en Cristo Jesús. Amén.

+ La primera -epístola- a los Corintios fue escrita desde Filipo por Estéfanas, Fortunato, Acaico y Timoteo.