Mateo 28

1. Al finalizar el sabbath, al comenzar a amanecer el primer -día- de la semana, llegaron María Magdalena y la otra María a ver el sepulcro.
2. Y, mirad que hubo un gran terremoto, pues el ángel del Señor descendió del cielo, y llegó y rodó hacia atrás la piedra de la puerta, y se sentó en ella.
3. Su apariencia era semejante a un rayo, y su atavío blanco como la nieve;
4. Y por temor a él los guardianes temblaron, y se volvieron como muertos.
5. Y el ángel respondió y -le- dijo a las mujeres, No temáis, pues sé que buscáis a Jesús, el cual fue crucificado.
5. Él no está a´quí, porque se levantó como dijo. Venid, ved el lugar donde el Señor yacía.
7. Y rápidamente id y contad a sus discípulos que él se levantó de los muertos; y mirad que él va delante de vosotros a Galilea; allí lo veréis; Mirad que os lo he dicho.
8. Y rápidamente partieron del sepulcro con temor y gran gozo; y corrieron a llevar la palabra a los discípulos de él.
9. + Y mientras iban a contarle a sus discípulos, mirad que Jesús las encontró, diciendo, Salve. Y vinieron y lo abrazaron a los pies, y lo adoraron.
10. Les dijo entonces Jesús, No temáis, id y decidle a mis hermanos que voy a Galilea, y -que- allí me verán.
11. + Ahora bien en su marcha, mirad que algunos de la guardia entraron a la ciudad y le dieron a conocer a los sumos sacerdotes todas las cosas que fueron hechas.
12. Y cuando estaban reunidos con los mayores, y habiendo sostenido consejo, le dieron gran -cantidad de- monedas a los soldados,
13. Diciendo, Decid, Sus discípulos llegaron por la noche, y lo raptaron mientras dormíamos.
14. Y si esto llega a los oídos del gobernador, lo persuadiremos y os aseguramremos.
15. Así que tomaron el dinero, e hicieron como se les enseñó, y este dicho se reporta comunmente entre los Judíos hasta este día.
16. Entonces los once discípulos salieron a Galilea, a la montaña donde Jesús les había señalado.
17. Y cuando lo vieron, lo adoraron; pero algunos dudaron.
18. Y Jesús vino y les habló, diciendo, Todo poder me es dado en el cielo y en la tierra.
19. + Id ´por tanto y enseñad a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritun Santo;
20. Enseñándoles que observen todas y cada una de las cosas que os he mandado; y mirad que yo estoy con vosotros siempre, aún hasta el fin del mundo. Amén.

Mateo 27

1. Cuando llegó la mañana, todos los sumos sacerdotes y los mayores del pueblo sostuvieron consejo en contra de Jesús para sentenciarlo a muerte;
2. Y cuando lo hubieron atado, -lo- sacaron, y lo entregaron a Poncio Pilato el gobernador.
3. + Entonces Judas, el cual lo había traicionado, cuando vio que era condenado, se arrepintió, y de nuevo trajo las treinta piezas de plata a los mayores y a los sumos sacerdotes,
4. Diciendo, He pecado en cuanto he traicionado la sangre inocente. Y ellos dijeron, ¿Qué -tiene que ver- con nosotros? -allá- mira tú.
5. Y él lanzó las piezas de plata al templo, y partió, y fue y se colgó.
6. Y los sumos sacerdotes tomaron las piezas de plata, y dijeron, No es legal ponerlas en el tesoro, orque son precio de sangre.
7. Y sostuvieron consejo, y compraron con ellas el campo del alfarero, para enterrar en -él- a los extranjeros.
8. Por tanto ese campo se -ha- llamado, El campo de la sangre, hasta este día.
9. Se cumplió entonces aquello que fue hablado por Jeremías el profeta, al decir, Y tomaron las treinta piezas de plata, el precio de aquel que fue valorado, a quien aquellos de los hijos de Israel valoraron,
10. Y las dieron a cambio del campo del alfarero, como el Señor me lo señaló.
11. Y Jesús se paró ante el gobernador; y el gobernador le preguntó, diciendo, ¿Eres el Rey de los Judíos? Y Jesús le dijo, Tú -lo- dices.
12. Y cuando fue acusado por los mayores y los sumos sacerdotes, no respondió nada.
13. Entonces le dijjo Pilato, ¿No oyes cuantas cosas ellos atestigüan en tu contra?
14. Y ni una palabra le respondió, de tal forma que el gobernador se maravilló sobremanera.
15. Ahora bien, en -esa- festividad el gobernador acostumbraba liberarle al pueblo un prisionero, a quien ellos quisieran.
16. Y tenían entonces a un prisionero notable, llamado Barrabás.
17. Por tanto cuando se reunieron -y se- aunaron, Pilato les dijo, ¿A quién queréis que os libere? ¿a Barrabás, o a Jesús, al cual llaman Cristo?
18. Porque él sabía que por envidia ellos lo habían entregado.
19. + Cuando se alistó en la silla del juicio, su esposa le envió -un mensaje- diciendo, No tengas nada que ver con ese hombre justo, porque muchas cosas he sufrido este día en un sueño a causa de él.
20. Pero los sumos acerdotes y los mayores persuadieron a la multitud de que debían pedir a Barrabás, y destruir a Jesús.
21. El gobernador respondió y les dijo, ¿A cuál de los dos deseáis que os libere? Dijeron, A Barrabás.
22. Pilato les dice, ¿Qué haré entonces con Jesús al que llaman Cristo? Todos le dijeron, Que lo crucifiquen.
23. Y el gobernador decía, ¿Por qué, qué mal ha hecho? Pero ellos más clamaban diciendo, Que lo crucifiquen.
24. + Cuando Pilato vio que en nada podía predominar, sino -que- más bien se hacía un tumulto, tomó agua, y lavó -sus- manos ante la multitud, diciendo, Soy inocente de la sangre de esta persona justa; mirad vosotros -qué hacéis-.
25. Entonces todo el pueblo respondió, y dijo, -Sea- su sangre sobre nosotros y nuestros hijos.
26. + Entonces les liberó a Barrabás, y cuando hubo azotado a Jesús, lo entregó para que lo crucificaran.
27. Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús al salón común, y le reunieron toda la banda -de soldados-.
28. Lo desnudaron y le pusieron una túnica escarlata.
29. + Y cuando hubieron trenzado una corona de espinos, -la- pusieron sobre su cabeza, y una caña en su mano derecha, e inclinaban la rodilla ante él burlándose, diciendo. ¡Salve, Rey de los Judíos!
30. Lo escupían, tomaban la caña, y lo golpeaban en la cabeza.
31. Y después de haberse burlado de él, le quitaron la túnica, le pusieron sus propias vestiduras, y lo sacaron para crucificar.
32. y al salir encontraron a un hombre de Cirene, a Simón por nombre; a él lo obligaron a llevar su cruz.
33. Y cuando hubieron llegado a un lugar llamado Gólgota, eso es para decir, el lugar de la calavera,
34. + Le dieron a beber vinagre mezclado con agallas, y cuando hubo probado de él, no quiso beber.
35. Y lo crucificaron, y partieron sus vestiduras, echando suertes, para que se pudiera cumplir lo que fue hablado por el profeta, Partieron entre ellos mis prendas, y echaron suertes sobre mi vestidura.
36. Y sentándose lo observaban ahí;
37. Y sobre su cabeza colocaron su acusación escrita, ESTE ES JESÚS EL REY DE LOS JUDÍOS.
38. Había entonces dos ladrones crucificados con él, uno a mano derecha, y otro a la izquierda.
39. + Y los que pasaban al lado lo denigraban, moviendo sus cabezas de un lado a otro,
40. Y diciendo, Tú que destruyes el templo, y -lo- construyes en tres días, sálvate a ti mismo. Si eres el Hijo de Dios, bájate de la cruz.
41. De igual forma también los sumos sacerdotes burlándose -de él- junto con los escribas y los mayores, decían.
42. Salvó a los demás, -y- a sí mismo no se puede salvar. Si él es el Rey de Israel, que se baje ahora de la cruz y en él creeremos.
43. Confiaba en Dios, que él lo libre ahora, si lo quiere tener, pues él dijo, Soy el Hijo de Dios.
44. También los ladrones que eran crucificados con él, echaban la misma -burla- entre dientes.
45. Ahora bien, desde la sexta hora hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la novena hora.
46. Y alrededor de la novena hora Jesús clamó a gran voz, diciendo, ¿Elí, Elí, lama sabactaní? eso es para decir, ¿Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado?
47. Algunos de los que se paraban allí, cuando oyeron -eso-, dijeron, Este -hombre- llama a Elías.
48. Y al momento uno de ellos corrió, tomó una esponja, -la- llenó de vinagre, -la- puso en una caña, y -se la- dio a beber.
49. El resto dijo, Que -así- sea, veamos si Elías viene a salvarlo.
50. Jesús, cuando de nuevo hubo clamado a gran voz, entregó el espíritu.
51. Y mirad que el velo del templo fue rasgado en dos de arriba a abajo, y la tierra tembló, y las rocas se rasgaron;
52. Y los sepulcros se abrieron, y muchos cuerpos de los santos que dormían se levantaron,
53. Y salieron de los sepulcros después de su resurrección, y entraron a la santa ciudad, y se le aparecieron a muchos.
54. Ahora bien, cuando el centurión, y los que estaban con él, observando a Jesús, vieron el terremoto, y aquellas cosas que fueron hechas, temieron grandemente, diciendo, De verdad que este era el Hijo de Dios.
55. Y muchas mujeres estaban allí contemplando desde lejos, las cuales seguían a jesús desde Galilea, atendiéndolo;
56. Entre las cuales estaba María Magdalena, María la madre de Santiago y Josés, y la madre de los hijos de Zebedeo.
57. Al llegar el atardecer, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, quien él mismo también era discípulo de Jesús;
58. Fue hasta donde Pilato, y rogó -se le entregara- el cuerpo de Jesús. Pilato entonces mandó que -se le- entregara el cuerpo.
59. Y cuando José hubo tomado el cuerpo, lo envolvió en una tela limpia de llino,
60. Y lo colocó en su nueva tumba propia, la cual había tallado en la roca; rodó una gran piedra hasta la puerta del sepulcro, y partió.
61. Y estaban allí María Magdalena, y la otra María, sentadas al otro lado al frente del sepulcro.
62. + Ahora bien, al día siguiente, que seguía el día de la preparación, los sumos sacerdotes y los Fariseos llegaron juntos a donde Pilato,
63. Diciendo, Señor, recordamos que ese engañador dijo mientras aún estaba vivo, Después de tres días de nuevo me levantaré.
64. Manda por tanto que se asegure el sepulcro hasta el tercer día, no sea que sus discípulos vengan por la noche, lo rapten, y le digan al pueblo, Se levantó de los muertos; de manera que el último error sea peor que el primero.
65. Pilato les dijo, Tenéis una guardia; marchaos, haceguradla tanto como podáis.
66. Así que fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra, y armando guardia -en ella-.

Mateo 26

1. Y aconteció que cuando Jesús hubo terminado todos estos dichos, le dijo a sus discípulos,
2. Sabéis que después de dos días es -la festividad de- la pascua, y el Hijo del hombre es traicionado y crucificado.
3. Se reunieron -y- aunaron entonces los sumos sacerdotes, con los escribas, y los mayores del pueblo, en el palacio del sumo sacerdote, que se llamaba Caifás.
4. Y consultaron para poder tomar a Jesús con sutileza, y matarlo.
5. Mas dijeron, No el -día- festivo, no sea que haya un escándalo entre la gente.
6. + Ahora bien, cuando Jesús se encontraba en Betania, en la casa de Simón el leproso,
7. Vino a él una mujer que tenía una caja de alabastro de -un- ungüento bien precioso, y se lo derramó en su cabeza, mientras se sentaba -a comer-.
8. Pero cuando sus discípulos -lo- vieron, se indignaron, diciendo, ¿Cuál- es- el propósito de este desperdicio?
9. Porque este ungüento se podría haber vendido a un buen precio, y dársele a los pobres.
10. Cuando Jesús -lo- entendió, les dijo, ¿Por qué atribuláis a la mujer Por haber hecho una buena acción conmigo?
11. Pues a los pobres siempre los tenéis con vosotros, pero no siempre me tenéis a mí.
12. Pues en cuanto que derramó este ungüento en mi cuerpo, -lo- hizo para mi entierro.
13. En verdad os digo, -que- Donde sea que se predique este evangelio en todo el mundo, también se contará esto que esta mujer ha hecho para memoria de ella.
14. + Entonces uno de los doce, llamado Judas Iscariote, se fue a donde los sumos sacerdotes,
15. Y -les- dijo, ¿Qué me daréis, y os lo entrgo? y convinieron con él por 30 piezas de plata.
16. Y desde ese momento buscó -la- oportuniad para traicionarlo.
17. + Ahora bien, el primer -día- de la -festividad del- pan sin levadura los discípulos vinieron a Jesús, y le dijeron, ¿Dónde quieres que preparemos para que comas la pascua?
18. Y él dijo, Id a la ciudad hasta donde tal hombre, y decidle, El Maestro dice, Mi tiempo se acerca; Voy a guardar la pascua en tu casa con mis discípulos.
19. Y los discípulos hicieron tal como Jesús les había señalado, y alistaron la pascua.
20. Ahora bien, al acercarse el atardecer, se sentó con los doce.
21. Y mientras comían dijo, En verdad os digo que uno de vosotros me traicionará.
22. Y se apenaron sobremanera, y comenzó cada uno de ellos a decirle, ¿Señor, soy yo?
23. Y él respondió y dijo, El que moja -su- mano conmigo en el plato, este mismo me traicionará.
24. El Hijo del hombre anda como está escrito de él, ¡pero ay de aquel hombre por quien el Hijo del hombre es traicionado! Hubiera sido bien para aquel hombre no haber nacido.
25. Entonces Judas, quien lo traicionó, respondió y dijo, Maestro, ¿soy yo? Él le dijo, Tú lo has dicho.
26. + Y mientras comían, Jesús tomó pan, -lo- bendijo, -lo- partió, -lo- dio a los discípulos, y dijo, Tomad, comed, este es mi cuerpo.
27. Y tomó la copa, dio gracias, y -se la- dio a ellos, diciendo, Bebed todos de ella;
28. Porque esta es mi sangre del nuevo testamento, la cual se derrama por muchos para la remisión de los pecados.
29. Sin embargo os digo -que- De ahora en adelante no beberé de este fruto de la vid, hasta aquel día en el que lo beba de nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.
30. Y cuando hubieron cantado un himno, salieron al monte de los Olivos.
31. Entonces les dice Jesús a ellos, Esta noche todos se ofenderán por mí, pues está escrito, Golpearé al pastor, y las ovejas del rebaño esparcidas en las afueras serán.
32. Mas después de levantarme de nuevo, iré delante de vosotros a Galilea.
33. Pedro respondió y le dijo, Así todos se ofendan por causa tuya, yo nunca me ofenderé.
34. Jesús le dijo, De verdad te digo, Que esta noche, antes de que el gallo cante, me negarás tres veces.
35. Pedro le dijo, Así deba morir contigo, no te negaré. De igual forma también todos los discípulos -lo- dijeron.
36. + Llega entonces Jesús con ellos a un lugar llamado Getsemaní, y le dice a los discípulos, Sentaos acá, mientras voy y oro más allá.
37. Y tomó con él a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo. y comenzó a acongojarse y a apesadumbrarse demasiado.
38. Entonces les dice a ellos, Mi alma está acongojada al máximo; hasta la misma muerte; quedaos acá vigilando conmigo.
39. Fue un poco más adelante, se postró sobre su rostro, y oró, dciendo, Oh Padre mío, si es posible, deja que esta copa pase de mí; no obstante, no como yo quiero, sino como tú..
40. Y llega hasta donde los discípulos, y los encuentra dormidos, y le dice a Pedro, ¿Qué, no pudisteis vigilar una hora conmigo?
41. Vigilad y orad, para no ceder a la tentación; el espíritu en verdad -está- dispuesto, pero -el ser de- carne -es- débil.
42. De nuevo se alejó la segunda vez, y oró diciendo, Oh Padre mío, si esta copa no puede pasar de mí, a menos que la beba, que tu voluntad sea hecha.
43. Y vino y de nuevo los encontró dormidos, pues les pesaban sus ojos.
44. Los dejó, se alejó de nuevo, y por tercera vez oró, diciendo las mismas palabras.
45. Viene entonces él a sus discípulos, y les dice, Seguid durmiendo ahora, y descansad; mirad que se acerca la hora, y el Hijo del hombre es traicionado a manos de los pecadores.
46. Levantaos, vámonos, mirad que se acerca el que me traiciona.
47. + Y mientras aún hablaba, he quí que Judas, uno de los doce, llegó, y junto con él una gran multitud con espadas y cayados, de parte de los sumos sacerdotes y de los mayores del pueblo.
48. Ahora bien, el que lo traicionaba les dio una señal, diciendo, A quien yo bese, ese mismo es él, retenedlo.
49. Y de una llegó a Jesús, y dijo, Salve, maestro; y lo besó.
50. Y Jesús le dijo, Amigo, ¿Para qué viniste? Vinieron entonces ellos, echaron mano de Jesús, y -se- lo llevaton.
51. Y nirad que uno de los que estaban con Jesús, extendió -su- mano, sacó su espada, y atacó a un criado del sumo sacerdote, hiriéndole su oído.
52. Entonces Jesús le dijo, Pon de nuevo tu espada en su lugar, porque todos los que recurran a la espada por la espada perecerán.
53. ¿Piensas que no puedo orarle ahora a mi Padre, y al momento me dará más de doce legiones de ángeles?
54. ¿Pero cómo entonces se van a cumplir las profecías de que esto ha de ser así?
56. En esa misma hora le dijo Jesús a las multitudes, ¿Habéis salido contra un ladrón con palos y espadas para cogerme? Cada día me senté con vosotros enseñando en el templo, y no me agarrásteis.
56. Mas todo esto fue hecho, para que se pudieran cumplir las escrituras de los profetas. Entonces todos los discípulos lo abandonaron, y huyeron.
57. + Y los que habían agarrado a Jesús -lo- llevaron hasta donde Caifás el sumo sacerdote, donde los escribas y los mayores se encontraban reunidos.
58. Mas Pedro lo siguió de lejos hasta el palacio del sumo sacerdote, y entró, y se sentó con los criados, para ver el final.
59. Ahora bien, los sumos sacerdotes, los mayores, y todo el consejo, buscaron falsos testigos contra Jesús, para sentenciarlo a muerte;
60. Pero a ninguno encontraron; sí, aunque muchos falsos testigos llegaron, a ninguno encontraron. Por fin llegaron dos falsos testigos,
61. Y dijeron, Este -amigo- dijo, Soy capaz de destruir el templo de Dios, y construirlo en tres días.
62. Y el sumo sacerdote se levantó y le dijo, ¿Nada respondes? ¿qué -es esto que- estos atestigüan contra ti?
63. Pero Jesús guardó silencio. Y el sumo sacerdote respondió y le dijo, Te conjuro por el Dios vivo que nos digas si tú eres el Cristo, el Hijo de Dios.
64. Jesús le dice, Tú -lo- has dicho; sin embargo os digo, De aquí en adelante veréis al Hijo del hombre sentado a la mano derecha del poder, y viniendo en las nubes del cielo.
65. El sumo sacerdote entonces se rasgó su ropa, diciendo, Ha hablado blasfemia; ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? mirad, ahora habéis oído su blasfemia.
66. ¿Qué pensáis vosotros? Elos respondieron y dijeron, Es culpable de muerte.
67. Entonces escupieron en su cara, lo abofetearon, y otros -lo- golpearon con las palmas de sus manos,
68. Diciendo, Profetízanos, Cristo, ¿Quién es el que te golpeó?
69. + Ahora bien, Pedro se sentó afuera en el palacio, y una dama vino hasta donde él, diciendo, Tú también estabas con Jesús de Galilea.
70. Pero él negó delante de todos diciendo, No sé lo que dices.
71. Y cuando salió al porche, otra doncella lo vio, y les dijo a los que estaban ahí, Este -amigo- también estaba con Jesús de Nazareth.
72. Y de nuevo lo negó jurando, No conozco al hombre.
73. Y después de un rato llegaron a él los que -estaban- parados, y -le- dijeron a Pedro, Por seguro eres -uno- de ellos, porque tu habla te descubre.
74. Entonces comenzó él a maldecir y a jurar, -diciendo-, No conozco al hombre. E inmediatamente el gallo cantó.
75. Y Pedro recordó la palabra de Jesús, la cual le dijo, Antes de que el gallo cante, me negarás tres veces. Y salió. y lloró amargamente.

Mateo 25

1. Entonces el reino del cielo se asemejará a diez vírgenes, las cuales tomaron sus lámparas, y salieron a encontrar al novio.
2. Cinco de ellas fueron sabias, y cinco desatinadas.
3. Las desatinadas tomaron sus lámparas, y no tomaron aceite con ellas;
4. Mas las sabias tomaron aceite en sus vasijas junto con sus lámparas.
5. Al tardar el novio todas se adormecieron y durmieron.
6. Y a la medianoche hubo un clamor -así-, Mirad que llega el novio, salid a encontrarlo.
7. Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, a arreglar sus lámparas.
8. Y las desatinadas le dijeron a las sabias, Dadnos de vuestro aceite, pues nuestras lámparas se agotaron.
9. Mas las sabias respondieron diciendo, -No hagamos así-, no vaya a ser que no quede suficiente para nosotras y vosotras; mas bién id mejor a los que venden, y comprad para vosotras.
10. Y mientras fueron a comprar, llegó el novio, y las que estaban listas entraron con él al matrimonio, y la puerta se cerró.
11. Después también llegaron las otras vírgenes, diciendo, Señor, Señor, ábrenos.
12. Pero él respondió y dijo, En verdad os digo, No os conozco.
13. Vigilad por tanto, ya que no sabéis ni el día ni la hora en la que el Hijo del hombre venga.
14.+ Porque -el reino del cielo se- asemeja a un hombre viajando a un país lejano, -quien- llamó a sus propios criados, y les entregó sus bienes.
15. Y a uno -le- dio cinco talentos, a otro dos, y a otro uno; a cada uno de acuerdo con su diferente habilidad, y al momento empezó su viaje.
16. Entonces el que había recibido los cinco talentos fue y comerció con lo mismo, e hizo -de ellos- otros cinco talentos.
17. Y de igual forma el que -hubo recibido- dos, ganó también otros dos.
18. Pero el que hubo recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió la moneda de su señor.
19. Después de un largo tiempo el señor de aquellos criados viene, y hace cuentas con ellos.
20. Y así el que había recibido cinco talentos vino y trajo otros cinco talentos, diciendo, Señor, tú me entregaste cinco talentos, mira que he ganado fuera de ellos cinco talentos más.
21. Su señor le dijo, Bien hecho, criado bueno y fiel, has sido fiel en unas cuantas cosas, de muchas ciudades gobernador te haré; entra al gozo de tu señor.
22. También el que había recibido dos talentos vino y dijo, Señor, tú me entregaste dos talentos, mira que he ganado otros dos talentos fuera de ellos.
23. Su señor le dijo, Bien hecho, criado bueno y fiel, has sido fiel en unas cuantas cosas, de muchas ciudades gobernador te haré; entra al gozo de tu señor.
24. Entonces aquel que tenía un talento vino y dijo, Señor, sabía que eres un hombre duro, que siegas donde no has sembrado, y reúnes donde no has regado;
25. Y tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; mira, -aquí- tienes -lo- tuyo.
26. Su señor respondió y le dijo, Criado malvado y perezoso, sabías que siego donde no sembré y recojo donde no regué;
27. Debiste por ello haber puesto mi moneda donde los cambistas, y luego a mi venida debí haber recibido lo mío con usura.
28. Tomad por tanto el talento de él, y dádselo a aquel que tiene diez talentos.
29. Porque a todo el que tenga se le dará y en abundancia tendrá, pero al que no tenga aún lo que tenga se le quitará.
30. Y al criado improductivo echadlo a la oscuridad de afuera, -donde- habrá lloró y rechinar de dientes.
31. + Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria. y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en el trono de su gloria;
32. Y delante de él todas las naciones se reunirán, y separará al uno del otro, como un pastor divide a -sus- ovejas de las cabras;
33. Y a su mano derecha colocará a las ovejas, pero a la izquierda las cabras.
34. Entonces le dirá el Rey a los -que están- a su mano derecha, Venid, vosotros benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo;
35. Porque me dio hambre y comida me disteis; me dio sed, y bebida me disteis, fui extranjero, y me recibisteis;
36. Desnudo -estuve-, y me vestisteis; enfermo estuve y me visitasteis; en prisión estuve y a mi vinisteis.
37. Entonces le responderán los justos, diciendo, ¿Señor, cuándo te vimos con hambre, y -te- alimentamos? ¿o con sed, y de beber -te- dimos?
38. ¿Cuándo te vimos como extranjero y -te- recibimos? ¿o desnudo y -te- vestimos?
39. ¿O cuándo te vimos enfermo o en prisión, y a ti vinimos?
40. Y el Rey responderá y les dirá, En verdad os digo, -que- Cuantas veces -se lo- hicisteis a uno de los más pequeños de estos mis hermanos. a mí me lo hicisteis.
41. Entonces también le dirá a los -que están- a la izquierda, Apartaos de mi, malditos, al fuego permanente, preparado para el diablo y sus ángeles,
42. Porque me dio hambre y comida no me disteis; me dio sed, y bebida no me disteis,
43. fui extranjero, y no me recibisteis; desnudo -estuve-, y no me vestisteis; enfermo, y en prisión, y no me visitasteis;
44. Entonces también le responderán, diciendo, ¿Señor, cuándo te vimos con hambre, o con sed, o como extranjero o desnudo, o enfermo o en prisión, y no te atendimos?
45. Entonces él les responderá diciendo, En verdad os digo, -que- Cuantas veces no -se lo- hicisteis a uno de los más pequeños de estos. tampoco a mí me -lo- hicisteis.
46. Y estos irán al castigo permanente; mas los justos a la vida eterna.

Mateo 24

1. Y Jesús salió, y se apartó del templo, y sus discípulos vinieron -a él- para darle a conocer los edificios del templo.
2. Y Jesús les dijo, ¿No véis todas estas cosas? En verdad os digo No quedará aquí una piedra sobre otra, sin ser derribadas.
3. + Y mientras él se sentaba en el monte de los Olivos, los discípulos vinieron a él en privado, diciendo, Cuéntanos, ¿Cuándo serán estas cosas? Y ¿Cuál será la señal de tu venida y del fin del mundo?
4. Y Jesús respondió diciéndoles, Cuidaos con que algún hombre os engañe.
5. Porque muchos vendrán en mi nombre, diciendo, Yo soy el Cristo, y engañarán a muchos.
6. Y oiréis de guerras y de rumores de guerras; mirad que no os atribuléis, pues todas -estas cosas- deben acontecer, pero el fin no es aún.
7. Ya que se levantarán nación contra nación, y reino contra reino, y habrá hambrunas, pestes y terremotos en diversos lugares.
8. Todas estas -cosas son- el comienzo de los dolores.
9. Entonces os entregarán para que seáis afligidos, y os matarán, y seréis odiados por todas las naciones a causa de mi nombre.
10. Muchos entonces se ofenderán, y se traicionarán mutuamente, y se odiarán entre sí.
11. Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos.
12. Y el amor de muchos se enfriará, porque la iniquidad va a abundar.
13. Pero el que resista hasta el fin, este a salvo estará.
14. Y este evangelio del reino será predicado en todo el mundo como un testimonio a todas las naciones, y entonces el fin vendrá.
15. Cuando por tanto veáis la abominación de la desolación, de la que habló Daniel el profeta, erguirse en el lugar santo, (que entienda quien lea:)
16. Entonces que los que estén en Judea huyan a las montañas,
17. Que el que esté en la azotea, no baje a tomar nada de su casa,
18. Ni tampoco el que esté en el campo se devuelva a tomar sus ropas.
19. ¡Y ay de las que estén preñadas, y de las que estén amamantando en esos días!
20. Pero orad para que vuestra fuga no sea en invierno, ni en día de descanso;
21. Porque entonces habrá gran tribulación, tal como no la ha habido desde el comienzo del mundo hasta este momento, no, ni -la habrá- jamás.
22. Y si no fuera porque esos días van a ser acortados, ningún -ser de- carne estaría a salvo, pero por amor a los electos, esos días serán acortados.
23. Entonces, si algún hombre os dijera, Mira, aquí -está- el Cristo, o allí -está-, no -lo- creáis.
24. Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, manifestando grandes señales y maravillas, tanto así que, si -es- posible, engañarán a los mismos electos.
25. Mirad que os -lo- dije antes,
26. Por eso si os dicen, Mirad que está en el desierto, no salgáis; mirad que -está- en los aposentos secretos, no creáis.
27. Porque como el rayo que llega del oriente, e incluso brilla hasta el occidente, así también será la venida del Hijo del hombre.
28. Porque donde sea que esté el cadáver, allí las águilas a una se reunirán.
29. + Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días el sol se oscurecerá, la luna no entregará su luz, las estrellas caerán del cielo, las potestades de los cielos se estremecerán,
30. Y entonces aparecerá la señal del Hijo del hombre en el cielo, entonces todas las tribus de la tierra se afligirán, y verán al Hijo del hombre llegando en las nubes del cielo con potestad y -con- gran gloria,
31. Y él enviará a sus ángeles con un gran sonido de trompeta, y reunirán y aunarán a sus elegidos de los cuatro vientos, desde un confín del cielo hasta el otro.
32. Ahora bien, conoced la parábola de la higuera: Cuando su rama aún está tierna y saca hojas, sabéis que el verano se acerca;
33. Así de igual manera vosotros, cuando veáis -sucediendo- todas estas cosas, sabed que se acerca, -incluso que está- a las puertas.
34. De verdad os digo -que-, Esta generación -que las vea- no pasará, hasta que todas estas cosas se cumplan.
35. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
36. + Pero de aquel día y -su- hora ningún -hombre- sabe, no, ni los ángeles del cielo, sino sólo mi Padre.
37. Pero como -fueron- los días de Noé, así también será la llegada del Hijo del hombre.
38. Porque así como en los días que hubo antes del diluvio -en los que- estuvieron comiendo, bebiendo, casándose, y entregándose en matrimonio, hasta el día en el que Noé entró en el arca,
39. Y no -lo- supieron hasta que llegó la inundación, y se los llevó a todos, así también será -en- la llegada del Hijo del hombre.
40. Entonces dos estarán en el campo, el uno será tomado, y el otro dejado.
41. Dos -mujeres estarán- majando en el molino; la una será tomada, y la otra dejada.
42. + Por eso vigilad, porque no sabéis a qué hora viene vuestro Señor.
43. Pero conoced esto, que si el patrón de la casa hubiera sabido en qué vigilia vendría el ladrón, hubiera vigilado, y no hubiera dejado que su casa fuera irrumpida.
44. Por eso estad listos vosotros también, pues a la hora que menos penséis llega el Hijo del hombre.
45. ¿Quién es entonces el criado fiel y sabio a quien su señor hizo administrador de la casa para que les diera la comida a su tiempo?
46. Bendito ese criado, a quien su señor cuando llegue -lo- encuentre haciendo así.
47. De verdad os digo, Que de todos sus bienes lo hará administrador.
48. Pero si aquel criado malvado dice en su corazón, Mi señor se demora en llegar;
49. Y comienza a golpear a -sus- criados compañeros, y a comer y a beber con los borrachos,
50. El señor de aquel criado llegará el día que él no -lo- espere, y a la hora que él no se dé cuenta.
51. Lo cortará -y- apartará, y asignará su porción con los hipócritas: allí habrá lloro y rechinar de dientes.

Mateo 23

1, Jesús entonces le habló a la multitud y a sus discípulos,
2. Diciendo, Los escribas y los Fariseos se sientan en la silla de Moisés;
3. Por tanto cualquiera de todas las cosas que ellos os pidan observar, -eso- haced y observad; sin embargo no sigáis sus obras.
4. Ya que ellos atan cargas pesadas y penosas para llevar, y -las- colocan sobre los hombros de los hombres, pero ellos -mismos- ni con uno de sus dedos las mueven.
5. Pero hacen todas sus obras para ser vistos de los hombres: ensanchan sus filacterias, y alargan los bordes de sus vestiduras,
6. Y les encantan los lugares más altos de las fiestas, y los asientos principales de las sinagogas,
7. Y los saludos en los mercados, y que los hombres los llamen, Rabbi, Rabbi.
8. Mas vosotros que no os llamen Rabbi, ya que uno es vuestro Maestro, el -mismo- Cristo; y todos vosotros sois hermanos.
9. Y no llaméis padre a ningún hombre sobre la tierra, ya que vuestro Padre es uno, aquel que está en el cielo.
10. Tampoco seáis lamados maestros, porque uno es vuestro Maestro, el -mismo- Cristo.
11. Mas el que sea el más grande entre vosotros va a ser vuestro criado.
12. Y cualquiera que se exalte será rebajado, y el que se humille ser’a exaltado.
13. + ¡Pero ay de vosotros, escribas y Fariseos hipócritas! Porque le cerráis el reino del cielo a los hombres, ya que ni vosotros -mismos- entráis ni permitís que aquellos que están entrando lo hagan.
14. ¡Ay de vosotros escribas y Fariseos hipócritas! porque devoráis las casas de las viudas, y como pretexto hacéis largas oraciones, por tanto recibiréis mayor condenación.
15. ¡Ay de vosotros escribas y Fariseos hipócritas! porque rodeáis tierra y mar para hacer un prosélito, y cuando está hecho, lo hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros mismos.
16. ¡Ay de vosotros guías ciegos, que decís, Cualquiera que jure por el templo, nada es, pero quienquiera que jure por el oro del templo, deudor es!
17. ¡Tontos y ciegos! ¿pues qué es mayor, el oro. o el templo que al oro santifica?
18. Y, Cualquiera que jure por el altar, nada es; mas cualquiera que jure por el regalo que está puesto en él, culpable es.
19. Tontos y ciegos: ¿porque qué es mayor, el regalo, o el altar que al regalo santifica?
20. Quien jure por tanto por el altar, por éste jura, y por las cosas -que hay- en él.
21. Y quien jure por el templo, por este jura, y por el que habita en él.
22. Y el que jure por el cielo, por el trono de Dios jura, y por el que se sienta en él.
23. ¡Ay de vosotros escribas y Fariseos hipócritas! ya que pagáis el diezmo de la menta, el anís y el comino, habiendo omitido -los asuntos- de mayor peso en la ley. -como- el juicio, la misericordia, y la fe; estos debísteis haber cumplido, sin dejar los otros incumplidos.
24. Guías ciegos, que os coláis un mosquito y os tragáis un camello.
25. ¡Ay de vosotros escribas y Fariseos hipócritas! pues limpiáis lo de afuera de la taza y la bandeja, pero por dentro estáis llenos de excesos y de extorsión.
26. Fariseo ciego, limpia primero lo de adentro de la taza y la bandeja, para que lo de afuera también se pueda limpiar.
27. Ay de vosotros, escribas y Fariseos hipócritas! pues os asemejáis a sepulcros blanqueados, los cuales en verdad parecen hermosos por fuera, pero por dentro están llenos de huesos muertos, y de toda inmundicia.
28. De igual manera vosotros también parecéis justos ante los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad.
29. ¡Ay de vosotros escribas y Fariseos hipócritas! pues edificáis las tumbas de los profetas, y embellecéis los sepulcros de los justos,
30. Y decís, Si en los días de nuestros padres hubiéramos estado, no hubiéramos sido partícipes con ellos de la sangre de los profetas.
31. Por tanto ante vosotros mismos sois testigos de ser hijos de aquellos que mataron a los profetas.
32. Llenad entonces vosotros la medida de vuestros padres.
33. Serpientes, generación de víboras, ¿cómo podéis escapar de la condenación del infierno?
34. + Por tanto mirad que os envío profetas, hombres sabios y escribas: y a -algunos- de ellos mataréis y crucificaréis; y a -algunos- de ellos en vuestras sinagogas azotaréis, y de ciudad en ciudad perseguiréis.
35. Para que sobre vosotros pueda venir toda la sangre justa derramada sobre la tierra, desde la sangre del justo Abel hasta la sangre de Zacarías hijo de Berequías, a quien matásteis entre el templo y el altar.
36. En verdad os digo que Todas estas cosas a esta generación le acontecerán.
37. ¡Oh Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados, cuánto quise haber reunido -y- aunado a tus hijos, tal como como una gallina reúne a sus pollos bajo -sus- alas, y no quisísteis!
38. Mirad que vuestra casa os es dejada desolada.
39. Porque yo os digo que no me veréis de aquí en adelante, hasta que -me- digáis, Bendito -es- el que viene en el nombre del Señor.

Mateo 22

1. Y Jesús respondió y de nuevo les habló por parábolas, y dijo,
2. El reino del cielo es comparable a cierto rey, el cual hizo un matrimonio para su hijo,
3. Y envió a sus sirvientes a llamar a los que habían -sido- invitados a las bodas, y no venían.
4. De nuevo envió otros sirvientes, diciendo, Cuéntenles a los que están invitados, Mirad que he preparado mi cena; mis bueyes y -mis- animales de ganado -están- matados, y todas las cosas -están- listas. venid al matrimonio.
5. Pero ellos -lo- tomaron a la ligera y se marcharon, uno a su finca, otro a su mercadería,
6. Y el resto tomó a sus sirvientes, -los- trató con desprecio, y -los- mató.
7. Pero cuando el rey oyó acerca de esto, se airó, y envió a sus ejércitos, y destruyó a aquellos asesinos, y quemó su ciudad.
8. Luego le dice a sus siervos, La boda está lista, pero los que fueron invitados no eran dignos.
9. Id por tanto a las carreteras, y a cuantos encontréis, al matrimonio invitad.
10. De manera que quellos sirvientes salieron a las carreteras, y reunieron y juntaron a cuantos encontraron, tanto buenos como malos, y la boda fue suplida de invitados.
11. + Y cuando el rey entró a ver alos invitados, vio que había un hombre que no tenía puesto traje de bodas.
12. Y le dice, Amigo, ¿cómo entraste acá sin tener traje de bodas? Y él se quedó sin palabras.
13. Entonces dijo el rey a los sirvientes, Atadlo de pies y manos, y llevadlo fuera, y lanzadlo a la oscuridad de afuera; habrá lloro y rechinar de dientes.
14. Pues muchos son llamados, pero pocos escogidos.
15. + Entonces fueron los Fariseos, y tuvieron consejo de cómo poder atraparlo en -su- hablar.
16. Y enviaron hasta él sus discípulos junto con los Herodianos, diciendo, Maestro, sabemos que eres veraz, y en verdad enseñas el camino de Dios, tampoco te preocupa -hombre- alguno, pues no te importa la persona de los hombres.
17. Dinos por tanto, ¿Qué piensas? ¿Es legal darle tributo al César o no?
18. Pero Jesús percibió su maldad, y dijo, ¿Por qué me tentáis hipócritas?
19. Compartidme la moneda del tributo. Y le trajeron un penique.
20. Y él les dice, ¿De quién es la imagen y la inscripción?
21. Ellos le dicen, Del César. Les dice él entonces, Rendid por tanto al César las cosas que son del César, y a Dios las cosas que son de Dios.
22. Cuando hubieron oído -estas palabras-. se maravillaron, lo dejaron y se marcharon.
23. + El mismo día vinieron a él los Saduceos, los cuales dicen que no hay resurrección, y le preguntaron,
24. Diciendo, Maestro, Moisés dijo, Si unhombre muere sin tener hijos. su hermano se casará con su esposa, y levantará simiente para su hermano.
25. Ahora pues, hubo con nosotros siete hermanos; y el primero cuando se hubo casado con una esposa, falleció, y sin tener descendencia, dejó su esposa a su hermano;
26. De igual manera, también el segundo, y el tercero hasta el séptimo.
27. Y por último de todos, la mujer también murió.
28. Por tanto, ¿en la resurrección de cuál de los siete será esposa? Ya que todos la tuvieron.
29. Jesús respondió y les dijo, Erráis al no conocer las escrituras, ni el poder de Dios.
30. Porque en la resurrección de los muertos ni se casarán, ni se darán en matrimonio, sino que son como los ángeles de Dios en el cielo.
31. Pero en lo tocante a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído aquello que os fue hablado por Dios, diciendo,
32. Yo soy el Dios de Abraham, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob? Dios no es el Dios de los muertos, sino de los vivos.
33. Y cuando la multitud oyó -esto-, quedaron atónitos ante su doctrina.
34. + Pero cuando los Fariseos hubieron oído que él había dejado callados a los Saduceos, se reunieron -y- juntaron.
35. Entonces uno de ellos, -el cual era- abogado, -le- hizo -una pregunta-, tentándolo, y diciendo,
36. Maestro, ¿cuál -es- el gran mandamiento de la Ley?
37. Jesús le dijo, Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.
38. Este es el primero y gran mandamiento.
39. Y el segundo -es- parecido a este. Amarás a tu vecino como a ti mismo.
40. De estos dos mandamientos penden toda la ley y los profetas.
41. + Al estar reunidos los Fariseos, Jesús les preguntó,
42. Diciendo, ¿Qué pensáis del Cristo? ¿De quién es hijo? Ellos le dijeron, -El Hijo- de David.
43. El les dijo, ¿Cómo entonces David en espíritu lo llama Señor, diciendo,
44.. El Señor le dijo a mi Señor, Siéntate a mi mano derecha, hasta que haga a tus enemigos banquillo de tus pies?
45. Si David entonces lo llama Señor, ¿cómo es él su hijo?
46. Y ningún hombre fue capaz de responderle palabra alguna, tampoco nadie desde aquel día se atrevió a hacerle más -preguntas-.

Mateo 21

1. Y cuando se acercaron a Jerusalén, y hubieron llegado a Betfagé, al monte de los Olivos, envió entonces Jesús a dos discípulos,
2. Diciéndoles, Id al pueblo al otro lado frente a vosotros, y al momento encontraréis un asna atada, y un borrico con ella; desatad-los-, y traédmelos.
3. Y si algún -hombre- os dice algo, diréis, El Señor tiene necesidad de ellos, y de inmediato él los enviará.
4. Se hizo todo esto, para que pudiera cumplirse aquello que fue hablado por el profeta, diciendo,
5. Contadle a la hija de Sión, Mira que tu Rey viene a ti, manso, y sentado en un asna, y en un burrito el borrico de un asno.
6. Y los discípulos fueron e hicieron como Jesús les mandó,
7. Y trajeron el asna y el borrico, y sobre ellos pusieron sus ropas, y -lo- colocaron sobre ellos.
8. Y una multitud muy grande esparció sus vestimentas en el camino, otros cortaron ramas de los árboles, y -las- esparcieron en el camino.
9. Y las multitudes que iban antes, junto con las que -lo- seguían, clamaron diciendo, Hosana al Hijo de David: Bendito -es- el que viene en el nombre del Señor; Hosana en las alturas.
10. Y cuando hubo llegado a Jerusalén, toda la ciudad se conmovió diciendo, ¿Quién es este?
11. Y la multitud decía, Este es Jesús, el profeta de Nazaret de Galilea.
12. Y Jesús entró al templo de Dios, y expulsó a todos los que vendían y compraban en el templo, y tumbó las mesas de los cambistas de dinero, y los asientos de los que vendían palomas,
13. Y les dijo, Está escrito, Mi casa será llamada la casa de oración, pero vosotros la habéis hecho una cueva de ladrones.
14. Y en el templo los ciegos y los cojos llegaron a él, y él los sanó.
15. Y cuando el sumo sacerdote y los escribas vieron las cosas maravillosas que hacía, y los niños gritando en el templo, y diciendo, Hosana al Hijo de David, les desagradó sobremanera.
16. Y le dijeron, ¿Oyes lo que dicen estos? Y Jesús les dice, Sí; ¿nunca habéis leído. De la boca de los bebés y -de- los que amamantan has completado la alabanza?
17. * Y los dejó, y salió de la ciudad, entró a Betania, y se alojó allí.
18. Ahora pues en la mañana mientras retornaba a la ciudad, tuvo hambre.
19. Y al ver una higuera en el camino, vino a ella, y no halló nada en ella, sino sólo hojas, y le dijo, Que nunca fruto alguno crezca en ti desde ahora. Y de inmediato la higuera se marchitó.
20. Y cuando los discípulos -lo- vieron, se maravillaron, diciendo, ¡Qué pronto la higuera se marchitó!
22. Jesús respondió y les dijo, De verdad os digo, si tenéis fe, y no dudáis, no solamente haréis esto -que se le hizo- a la higuera, sino también si le decís a esta montaña, Remuévete, y lánzate al mar, -así- se hará.
22. Y todas las cosas, cualesquiera -que sean- que pidáis en oración creyendo, -aquellas- recibiréis.
23. + Y cuando hubo llegado al templo, el sumo sacerdote y los mayores del pueblo vinieron hasta donde él mientras estaba enseñando, y dijeron, ¿Con qué autoridad haces todas estas cosas? ¿y quién te dio esta autoridad?
24. Y Jesús respondió y les dijo, Yo también os preguntaré una cosa, la cual si me decís, de igual manera os diré con qué autoridad hago estas cosas.
25. El bautismo de Juan, ¿de dónde fue? ¿del cielo. o de los hombres? Y razonaron entre sí, diciendo, Si decimos, Del cielo, nos dirá, ¿Por qué entonces no le creísteis?
26. Pero si decimos, De los hombres, tememos al pueblos, pues todos tienen a Juan como un profeta.
27. Y respondieron a Jesús y -le- dijeron, No podemos decir. Y él les dijo, Tampoco yo os digo con qué autoridad hago estas cosas.
28. + ¿Pero qué pensáis vosotros? -Cierto- hombre tenía dos hijos, y llegó al primero, y dijo, Hijo, ve a trabajar hoy a mi viñedo.
29. Él respondió y dijo, No lo haré; sin embargo se arrepintió después, y fue.
30. Y él llegó al segundo, y de igual manera le dijo. y él respondió y -le- dijo, -Lo haré- señor, y no fue.
31. ¿Cuál de ellos dos hizo la voluntad de -su- padre? Ellos le dicen, El primero. Jesús le dice, De verdad os digo, Que los publicanos y las rameras entran al reino de DIos antes de vosotros.
32. Porque Juan vino a vosotros en el camino de la justicia, y no le creísteis, pero los publicanos y las rameras le creyeron, y vosotros, al haber visto -esto-, después no os arrepentísteis, para poderle creer.
33. + Oíd otra parábola: Hubo cierto dueño de casa, que plantó un viñedo, cercó alrededor, cavó en él un lagar, construyó una torre, lo dejó a -unos- labradores, y a un país lejano se fue;
34. Y cuando se acercaba el momento del fruto, envió sus sirvientes a los labradores, para poder ellos recibir los frutos de este.
35. Y a sus sirvientes los labradores los tomaron, golpearon a uno, mataron al otro, y apedrearon uno más.
36. Nuevamente, envió otros sirvientes más que los primeros, y de igual manera les hicieron.
37. Mas por último les envió a su hijo, diciendo, Reverenciarán a mi hijo.
38. Pero cuando los labradores vieron al hijo, entre ellos se dijeron, Este es el heredero; venid, matémoslo, y tomemos posesión de su herencia.
39. Y lo cogieron, -lo- echaron del viñedo, y -lo- ejecutaron.
40. Por tanto cuando venga el señor del viñedo, ¿qué le hará a esos labradores?
41. Ellos le dijeron, Destruirá miserablemente a esos malvados hombres, y dejará -su- viñedo a otros agricultores, que en su momento le entreguen los frutos.
42. Jesús les dice, ¿Nunca leísteis en las escrituras, La piedra que los constructores rechazaron se ha convertido en la cabeza del ángulo; esta es la obra del Señor, y maravillosa es a nuestros ojos?
43. Por esto os digo, El Reino de Dios se os quitará, y se-le- dará a una nación que entregue sus frutos.
44. Y quienquiera que caiga en esta piedra quebrantado será, pero sobre quien ella caiga, como a polvo lo molerá.
45. Y cuando los sumos sacerdotes y Fariseos hubieron oído sus parábolas, percibieron que hablaba de ellos.
46. Mas cuando buscaban echarle mano a él, temieron a la multitud, pues lo tomaban como profeta.

Mateo 20

1. Porque el reino del cielo es como un hombre dueño de casa, el cual salió temprano en la mañana a contratar obreros para su viña.
2. Y cuando hubo acordado con los obreros por un penique al día, los envió a su viña.
3. Y alrededor de la tercera hora salió, y vio a otros parados ociosos en el mercado.
4. Y les dijo, Id vosotros también a la viña, y osd aré lo que sea correcto. Y emprendieron camino.
5. Salió de nuevo alrededor de la sexta y la novena hora, e hizo lde igual manera.
6. Y alrededor de la undécima hora salió y encontró a otros parados ociosos, y les dice, ¿Por qué estáis aquí ociosos todo el día?
7. Ellos le dicen, Porque ningún hombre nos ha contratado. Él les dice, Id también a la viña, y lo que sea correcto, -eso- recibiréis.
8. De forma que cuando llegó el atardecer, el señor de la viña le dice a su mayordomo, Llama a los obreros, y dales -su- salario, comenzando del último al primero.
9. Y cuando llegaron aquellos que -fueron contratados- alrededor de la undécima hora, cada hombre recibió un penique.
10. Pero cuando llegaron los primeros, supusieron que debían haber recibido más, y de igual forma cada hombre recibió un penique.
11. Y cuando -lo-hubieron recibido, murmuraron en contra del patrón de la casa,
12. Diciendo, Estos últimos han trabajado -sólo- una hora, y tú los has hecho igual a nosotros, los cuales hemos soportado la carga y el calor del día.
13. Pero él respondió a uno de ellos, y dijo, Amigo, yo no te hago mal; ¿No acordaste conmigo en un penique?
14. Toma -lo- tuyo, y márchate; deseo darle a este último tanto como a ti.
15. ¿No es legal que yo haga lo que desee con lo mío? ¿Se vuelve envidiosa tu mirada por ser yo bueno?
16. De manera que los últimos serán primeros, y los primeros últimos; pues muchos son llamados, mas pocos escogidos.
17. + Y Jesús subiendo hasta Jerusalén, tomó en el camino a los doce discípulos aparte, y les dijo,
18. Mirad que subimos hasta Jerusalén; y el Hijo del hombre será traicionado en los sumos sacerdotes y los escribas, y ellos lo condenarán a muerte,
19, Y lo entregarán a los Gentiles para burla, para azotes, y para que -lo- crucifiquen; y al tercer día de nuevo él se levantará.
20. + Entonces vino a él la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, adorándo-lo-, y deseando cierto asunto de él.
21. Y él le dijo, ¿Qué deseas? Ella le dice, Concede que estos dos hijos míos se puedan sentar, el uno a tuderercha, y el otro a la izquierda, en tu reino.
22. Pero Jesús respondió y dijo, No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber de la copa que yo voy a beber, y ser bautizados con el bautismo con el que soy bautizado? Ellos le dicen, Lo somos.
23. Y él les dice, Beberéis en verdad de mi copa, y seréis bautizados con el bautismo con el que soy bautizado, pero sentarse a mi mano derecha y a mi izquierda, no es mío el darlo, sino que -será dado a aquellos- para quienes está preparado por mi Padre.
24. Y cuando los diez -lo- oyeron, se llenaron de indignación contra los dos hermanos.
25. Pero Jesús los llamó -hacia él-, y dijo, Vosotros sabéis que los príncipes de los Gentiles ejercen dominio sobre ellos, y los que son grandes ejercen autoridad sobre ellos.
26. Mas entre vosotros no será así, sino que cualquiera que desee ser el mayor entre vosotros, que sea vuestro siervo;
28. Así como el Hijo del hombre no vino a ser servido, sino a servir, y a dar su vida como rescate por muchos.
29. Y mientras partían de Jericó, una gran multitud lo siguió.
30. + Y mirad que dos hombres ciegos sentados al lado del camino, cuando oyeron que Jesús pasaba, clamaron diciendo, Ten misericordia de nosotros, Oh Señor, Hijo de David.
31. Y la multitud los reprendió porque debían guardar silencio; sin embargo más clamaban diciendo, Ten misericordia de nosotros, Oh Señor, Hijo de David.
32. Y Jesús se detuvo y los llamó, y dijo, ¿Qué deseáis que os haga?
33. Ellos le dicen, Señor, que se puedan abrir nuestros ojos.
34. De manera que Jesús tuvo compasión -de ellos-, y tocó sus ojos, e inmediatamente sus ojos recibieron vista, y ellos lo siguieron.

Mateo 19

1. Y vino a acontecer -que- cuando Jesús hubo terminado estos dichos, partió de Galilea, y llegó a las cosgtas de Judea más allá del Jordán.
2. Y grandes multitudes lo siguieron; y él los sanó allí.
3. + Los Fariseos también vinieron a él tentándolo, y diciéndole, ¿Es legal que un hombre deseche a su esposa por cualquier causa?
4. Y él respondió y les dijo, ¿No habéis leído que aquel que -los- hizo al comienzo los hizo varón y hembra,
5. Y dijo, Por esta causa dejará un hombre a padre y madre, y se adherirá a su mujer, y los dos serán un -ser de- carne?
6. Por ello ya no son dos, sino un -ser de- carne. Lo que por tanto Dios ha juntado, que el hombre no lo separe.
7. Ellos le dijeron, ¿Por qué Moisés entonces mandó dar un escrito de divorcio, y desecharla?
8. Él les dijo, Moisés a causa de la dureza de vuestros corazones os dejó desechar a vuestras esposas; pero desde el comienzo no fue así.
9 Y yo os digo, Quienquiera que deseche a su esposa a no ser -que sea- por fornicación, y se case con otra, comete adulterio; y quienquiera que se case con la desechada comete adulterio.
10. + Sus discípulos le dicen, Si así es el caso del hombre con -su- esposa, no es bueno casarse.
11. Sin embargo él les dijo, No todos pueden recibir este dicho, salvo a quienes les es dado.
12. Porque algunos eunucos que nacieron así del vientre de -su- madre; hay otros eunucos hechos eunucos por los hombres, y hay eunucos, que se han hecho eunucos por amor al reino del cielo. El que sea capaz de recibir-lo-, que -lo- reciba.
13. + Entonces se le trajeron niños pequeños, para que pudiera poner -sus- manos sobre ellos orando, y los discípulos los reprendieron.
14. Pero Jesús -les- dijo, Dejad a los niñitos y no les prohibáis venir a mí, porque el reino del cielo es de ellos.
15. Puso entonces -sus- manos sobre ellos, y partió de allí.
16. + Y mirad que llegó uno y le dijo, Maestro Bueno, ¿Qué buena cosa he de hacer, para poder tener vida eterna?
17. Y él le dijo, ¿Por qué me llamas bueno? Nadie -hay- bueno sino uno, esto es, Dios; pero si quieres entrar a la vida, guarda los mandamientos,
18. Él le dijo, ¿Cuáles? Jesús dijo, No has de asesinar, No has de cometer adulterio, No has de robar, No has de dar falsos testimonios,
19. Honra a tu padre y a -tu- madre, y has de amar a tu vecino como a ti mismo.
20. El joven le dice, He guardado todas estas coss desde mi juventud; ¿Qué me falta aún?
21. Jesús le dijo, Si deseas ser perfecto, anda -y- vende lo que tienes, entrega a los pobres, y tendrás tesoros en el cielo, y ven y sígueme.
22. Pero cuando el joven oyó aquel dicho, se fue triste, pues tenía grandes posesiones.
23. + Entonces dijo Jesús a sus discípulos, De veras os digo, Que difícilmente un hombre rico entrará en el reino del cielo.
24. Y de nuevo os digo, Más fácil es para un camello pasar por el ojo de una aguja, que para un hombre rico entrar en el reino de Dios.
25. Cuando sus discípulos -lo- oyeron, se asombraron sobremanera, diciendo, ¿Quién se puede entonces salvar?
26. Pero Jesús -los- miró y les dijo, Esto es imposible para los hombres, pero todas las cosas son posibles para Dios.
27. Entonces Pedro respondió y le dijo, Mira que nosotros abandonamos todo para seguirte. ¿Qué tendremos por eso?
28. Y Jesús les dijo, En verdad os digo, Que vosotros los que me habéis seguido, en la regeneración cuando el Hijo del hombre se vaya a sentar en el trono de su gloria, también os vais a sentar en doce tronos, juzgando a las doce tribus de Israel.
29. Y todo el que haya abandonado casas, o hermanos, o hermanas, padre, o madre, o esposa, o hijos, o tierras, por amor a mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna.
30. Pero muchos primeros serán los últimos, y los últimos primeros.