1. Llegaron hasta Jesús al mismo tiempo los discípulos, diciendo, ¿Quién es el mayor en el reino del cielo?
2. Y Jesús llamó a un niño pequeño -para que viniera- a él, y lo colocó en medio de ellos.
3. Y dijo, De verdad os digo, A no ser que os convirtáis y os volváis como niños pequeños, no entraréis en el reino del cielo.
4. Por eso quienquiera que se humille como este niño pequeño, este mismo es el mayor en el reino del cielo.
5. Y quien reciba en mi nombre a un niño pequeño como él me recibe a mí.
6. Pero quien ofenda a uno de estos pequeños que creen en mí, sería mejor que se le colgara una piedra de molino a su cuello, y se ahogara en lo profundo del mar.
7. + ¡Ay del mundo por las ofensas! Pues es necesario que vengan las ofensas, ¡Pero ay del hombre por quien venga la ofensa!
8. Por eso si tu mano o tu pie te hacen tropezar, apártalos de un tajo, y arrója-los lejos- de ti; mejor para ti entrar a la vida cojo o mutilado, y no tener dos manos o dos pies y ser arrojado al fuego que siempre perdura.
9. Y si tu ojo te hace tropezar, arráncalo, y arrója-lo lejos- de ti; es mejor para ti entrar a la vida con un ojo, y no tener dos ojos y ser arrojado al fuego del infierno.
10. Cuidaos de despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo, Que en el cielo sus ángeles siempre contemplan el rostro de mi Padre que está en el cielo.
11. Porque el Hijo del Hombre ha venido a salvar lo que se había perdido.
12. ¿Qué pensáis? Si un hombre tiene cien ovejas, y una de ellas se descarría, ¿no deja las noventa y nueve, y entra a las montañas a buscar a la que se descarrió?
13. Y si sucede que la encuentra, verdaderamente os digo, que se regocija más por aquella, que por las noventa y nueve que no se descarriaron.
14. Así también no es la voluntad de vuestro Padre que está en el cielo que uno de estos pequeños tenga que perecer.
15. + Es más, si tu hermano transgrede contra ti, vé, y dile su falta sólo entre tú y él ; si él te oye, ganaste a tu hermano.
16. Pero si no -te- oye, toma contigo -entonces- a uno o dos más, para que en la boca de dos o tres testigos toda palabra pueda confirmarse.
17. Y si los desatiende a ellos, díce-lo- a la congregación; pero si desatiende a la iglesia, considéralo un hombre pagano o publicano.
18. De veras os digo, Cualquier -cosa- que atéis en la tierra será atada en el cielo, y cualquier -cosa- que liberéis en la tierra será liberada en el cielo.
19. Os digo de nuevo, Que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra en cuanto a cualquier cosa que pidan, les será hecha por mi Padre que está en el cielo.
20. Porque donde dos o tres se congreguen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
21. + Vino a él entonces Pedro y dijo, Señor, ¿Cuántas veces -habrá de- pecar mi hermano en contra mía, y yo de perdonarlo? ¿Hasta siete veces?
22. Jesús le dice, Hasta siete veces no te digo, sino hasta setenta veces siete.
23. + Por eso el reino del cielo se asemeja a cierto rey, el cual quiso pedirle cuentas a sus siervos.
24. Y cuando hubo comenzado a hacer cuentas, le trajeron uno, el cual le debía diez mil talentos.
25. Pero debido a que como él no tenía para pagar, su señor mandó que fuera vendido. con su esposa, hijos y todo lo que tenía, y se hiciera el pago.
26. El siervo entonces se postró, y lo adoró, diciendo, Señor, ten paciencia conmigo, y todo te -lo- pagaré.
27. Entonces el señor de aquel siervo se conmovió con compasión, lo liberó y le perdonó la deuda.
28. Pero salió el mismo siervo, y a uno de sus consiervos encontró, el cual le debía a él cien peniques, y puso sus manos en él, -lo- tomó por la garganta, diciendo, Págame lo que debes.
29. Y su consiervo se postró a sus pies, y le rogó diciendo, Ten paciencia conmigo, todo te lo pagaré.
30. Y él no quiso, sino que fue y lo lanzó a la prisión, hasta que él hubiera pagado la deuda.
31. De manera que cuando sus consiervos vieron lo que se hizo, mucho se apenaron, y llegaron y le contaron a su señor todo lo que se hizo.
32. Entonces su señor, después de que lo hubo llamado, le dijo, Oh tú malvado siervo, te perdoné toda esa deuda porque de mí lo deseaste.
33. ¿No debías tú también haber tenido compasión de tu consiervo, así como yo tuve lástima de ti?
34. y su señor se airó, y lo entregó a los verdugos, hasta que hubiera pagado todo lo que le era debido a él.
35. De manera que de igual forma hará también mi Padre celestial con vosotros si no perdonáis de corazón cada uno a su hermano sus faltas.
Mateo 17
1. Y después de seis días Jesús toma a Pedro, Santiago, y Juan su hermano, y los lleva aparte hasta una montaña alta,
2. Y se transfiguró delante de ellos: su rostro brillaba como el sol, y su vestido se enblanqueció como la luz.
3. Y he aquí que se les aparecieron Moisés y Elías hablando con él.
4. Entonces Pedro respondió, y le dijo a Jesús, Señor, qué bueno que estemos acá, si quieres, hagamos acá tres tabernáculos, uno para ti, uno para Moisés, y uno para Elías.
5. Mientras todavía hablaba, he aquí que una nube brillante los cubrió, y he aquí que una voz salió de la nube, la cual dijo, Este es mi amado Hijo. en quien bien me complazco, a él oíd.
6. Y cuando los discípulos -la- oyeron, se postraron sobre sus rostros, y tuvieron mucho miedo.
7. Y Jesús llegó los tocó, y dijo, Levantaos y no tengáis miedo.
8. Y cuando hubieron levantado sus ojos no vieron a ningún hombre salvo a Jesús.
9. Y mientras bajaban de la montaña, Jesús les encargó diciendo, No contéis la visión a hombre -alguno-, hasta que el Hijo del hombre sea levantado de nuevo de los muertos.
10. Y sus discípulos le preguntaron, diciendo, ¿Por qué entonces dicen los escribas que Elías debe venir primero?
11. Y Jesús respondió y les dijo, Elías de verdad vendrá primero, y restaurará todas las cosas.
12. Pero yo os digo, Que Elías ya ha venido, y no lo conocieron, sino que hicieron con él lo que quisieron. De igual manera también el Hijo del hombre sufrirá -en manos- de ellos.
13. Los discípulos entonces entendieron que les hablaba de Juan el Bautista.
14. + Y cuando llegaron hasta la multitud, llegó a él -cierto- hombre, arrodillándosele a él, y diciendo,
15. Señor, ten misericordia de mi hijo, porque es lunático, y severamente maltratado; pues en ocasiones cae en el fuego, y otras en el agua.
16. Y lo traje a tus discípulos, y no lo pudieron curar.
17. Entonces Jesús respondió y dijo, Oh generación carente de fe y perversa, ¿Cuánto más estaré con vosotros? Tráemelo aquí.
18. Y Jesús reprendió al diablo, y él partió de él, y el hijo quedó curado desde esa misma hora.
19. Llegaron entonces los discípulos a donde Jesús aparte, y -le- dijeron, ¿Por qué no lo pudimos expulsar?
20. Y Jesús les dijo, A causa de vuestra incredulidad, porque de veras os digo, Si tenéis fe como el grano de una semilla de mostaza, le diréis a esta montaña, Remuévete a aquel lugar, y se removerá, y nada imposible os será.
21. No obstante esta clase no sale sino con oración y ayuno.
22. + Y mientras habitaban en Galilea, les dijo Jesús, El Hijo del hombre será traicionado en manos de los hombres;
23. Y ellos lo matarán, y al etrcer día de nuevo se levantará. Y ello se apenaron sobremanera.
24. + Y cuando hubieron llegado a Capernaúm, los que recibían -la moneda del- tributo llegaron hasta Pedro, y dijeron, ¿-Acaso- no paga vuestro maestro tributo?
25. Él dijo, Sí. Y cuando hubo llegado a la casa, Jesús se le adelantó diciendo, ¿Qué piensas tú Simón? ¿De quién toman aduana o tributo los reyes de la tierra? ¿De sus propios hijos, o de los extraños?
26. Pedro le dijo, De los extraños. Jesús le dijo, Quedan entonces los hijos libres.
27. Mas sin embargo, no sea que los vayamos a ofender, vé al mar, lanza un anzuelo, y toma el primer pescado que salga, y cuando hayas abierto su boca, encontrarás una moneda; esa toma y dásela a ellos por mi y por ti.
Mateo 16
1. Los Fariseos junto con los Saduceos llegaron y lo tentaron deseando que les diera a conocer una señal del cielo.
2. Él respondió y les dijo, Al atardecer decís, -Habrá- un buen clima porque el cielo está rojo.
3. Y en la mañana, -Habrá- un mal clima, porque el cielo está rojo y amenazante. Oh hipócritas, podéis discernir el rostro del cielo, pero no podéis las señales de los tiempos?
4. Una generación maligna y adúltera busca una señal, y no le será dada, salvo la señal del profeta Jonás. Y los dejó y partió.
5. Y cuando sus discípulos hubieron llegado al otro lado, se habían olvidado de coger pan.
6. + Entonces Jesús les dijo, Prestad atención y cuidaos de la levadura de los Fariseos y de los Saduceos.
7. Y ellos razonaban entre ellos, diciendo, -Es- porque no hemos tomado pan.
8. Cuando Jesús -lo- percibió, les dijo, Oh vosotros de poca fe, ¿Por qué razonáis entre vosotros a causa de no haber traído pan?
9. ¿No entendéis aún, ni tampoco recordáis las cinco porciones de los cinco mil, y cuántas canastas tomásteis?
10. ¿Ni las siete porciones de los cuatro mil, y cuántas canastas tomásteis?
11. ¿´Cómo es que no entendéis que no os hablo acerca de pan, que debéis tener cuidado con la levadura de los Fariseos y de los Saduceos?
12. Entonces entendieron cómo él -les- pedía no que se cuidaran de la levadura del pan, sino de la doctrina de los Fariseos y de los Saduceos.
13. Cuando Jesús llegó a las costas de Cesarea de Filipo, les preguntó a sus discípulos, diciendo, ¿Quién dicen los hombres que yo, el Hijo del hombre soy?
14. Y ellos dijeron, Algunos Juan el Bautista; algunos Elías; y otros Jeremías, o uno de los profetas.
15. Él les dijo, ¿Pero quién decís vosotros que yo soy?
16. Y Simón Pedro respondió y dijo, Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo.
17. Y Jesús respondió y le dijo, Bendito eres tú Simón Bar-jona, porque la carne y la sangre no te -lo- han revelado, sino mi Padre, el cual está en el cielo.
18. Y además te digo, Que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi congregación, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.
19. Y yo te daré las llaves del reino del cielo, y lo que sea que ates en la tierra será atado en el cielo; y lo que sea que liberes en la tierra, será liberado en el cielo.
20. Entonces le encargó a sus discípulos que no debían decirle a hombre -alguno- que él era Jesús el Cristo.
21. + Desde ese momento en adelante comenzó Jesús a manifestarle a sus discípulos, cómo debía ir a Jerusalén, y sufrir muchas cosas de los mayores y de los sumos sacerdotes y los escribas, ser muerto, y levantarse de nuevo el tercer día.
22. Entonces Pedro lo tomó y comenzó a reprenderlo, diciendo, -Que- esto esté lejos de ti, Señor, esto no te pasará.
23. Pero él se volvió y le dijo a Pedro, Sal de mi vista, Satanás, me eres una ofensa, porque no saboreas las cosas que son de Dios, sino aquellas que son de los hombres.
24. Entonces Jesús le dijo a sus discípulos, Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a él mismo, tome su cruz, y sígame.
25. Porque quienquiera que desee salvar su vida la perderá, y quienquiera que desee perder su vida por amor a mí la encontrará.
26. ¿Pues qué le aprovecha a un hombre, ganar el mundo entero, y perder su propia alma? ¿O qué va a dar un hombre a cambio de su alma?
27. Ya que el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces recompensará a cada hombre de acuerdo a sus obras.
28. De verdad os digo, que hay algunos en pie acá, los cuales no probarán la muerte, hasta que vean al Hijo del hombre viniendo en su reino.
Mateo 14
1. En ese tiempo Herodes el tetrarca oyó de la fama de jesús,
2. Y le dijo a sus sirvientes, Este es Juan el bautista; se ha levantado de los muertos; y por tanto obras poderosas se proclaman en él.
3. + Porque Herodes había hechado mano de Juan, lo había atado, y puesto en prisión por causa de herodías, la esposa de su hermano Felipe.
4. Porque Juan le dijo, No es legal que tú la tengas.
5. Y cuando quiso darle muerte, temió a la multitud, porque lo contaban como un profeta.
6. Mas cuando se celebró el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de ellos, y complació a Herodes.
7. Con lo cual le prometió bajo juramento darle lo que fuera que pidiera.
8. Y ella, siendo instruida de antemano por su madre, dijo, Dame -y tráeme- acá la cabeza de Juan el bautista en un plato.
9. Y el rey se apenó; no obstante por causa del juramento, y de aquellos que se sentaron con él a comer, mandó que -esta- se le diera -a ella-.
10. Y envió, y decapitó a Juan en la prisión.
11. Y su cabeza fue llevada en un plato, y dada a la dama: y ella se la llevó a su madre.
12. Y sus discípulos vinieron y tomaron el cuerpo, y lo enterraron, y fueron y le contaron a Jesús.
13. + Cuando Jesús oyó -de ello-, partió de allí en barco hasta un lugar desierto aparte: y cuando las gentes hubieron oído -de esto-, salieron de las ciudades y lo siguieron a pie.
14. Y Jesús salió y vio a una gran multitud, y fue movido a compasión por ellos, y sanó a sus enfermos.
15. + Y cuando fue el atardecer, sus discípulos llegaron a él, diciendo, Este es un lugar desierto, y el tiempo ya ha pasado; despide a la multitud, para que puedan ir a las villas, y comprarse víveres.
16. Pero Jesús les dijo, No necesitan partir; vosotros dadles de comer.
17. Y ellos le dijeron, Sólo tenemos aquí cinco panes y dos peces.
18. Él dijo, traédmelos acá.
19. Y mandó sentarse a la multitud en la hierba, y tomó llos cinco panes, y los dos peces, y mirando al cielo, -los- bendijo y partió, y dio los panes a -sus- discípulos, y los discípulos a la multitud.
20. Y comieron todos, y se llenaron: y tomaron doce canastas llenas de los fragmentos que sobraron.
21. Y los que habían comido fueron alrededor de cinco mil hombres, fuera de mujeres y niños.
22. E inmediatamente Jesús apremió a sus discípulos a entrar a un barco, e ir delante de él al otro lado, mientras él despedía a las multitudes.
23. Y cuando hubo despedido a las multitudes subió a una montaña aparte a orar: y cuando el atardecer hubo llegado, estaba allí a solas.
24. Sin embargo el barco ahora estaba en medio del mar, lanzado por las olas, ya que el viento -le- era contrario.
25. Y en la cuarta vigilia de la noche Jesús fue hasta donde ellos, caminando en el mar.
26. Y cuando los discípulos lo vieron andando en el mar, se turbaron, diciendo, Es un espíritu, y gritaron del temor.
27. Pero al momento Jesús les habló diciendo, Ánimo, soy yo, no tengáis miedo.
28. Y Pedro le respondió y dijo, Señor, si eres tú, invítame a llegar hasta donde tí sobre el agua.
29. Y él -le- dijo, Ven. Y cuando Pedro se había bajado y salido del barco, él caminó sobre el agua, para ir hasta donde Jesús.
30. Pero cuando vio el violento viento, tuvo miedo, y comenzándose a hundir gritó, diciendo, Señor, sálvame.
31. E inmediatamente Jesús extendió -su- mano, y lo agarró, diciéndole, Oh, tú de poca fe, ¿Por qué dudaste?
32. Y cuando hubieron llegado al barco, el viento cesó.
33. Entonces los que estaban en el barco vinieron y lo adoraron diciendo, De verdad eres el Hijo de Dios.
34. + Y cuando hubieron pasado -el mar-, llegaron a la tierra de Genesaret.
35. Y cuando los hombres de ese lugar tuvieron conocimiento de él, enviaron -emisarios- a todo aquel país alrededor, y le trajeron todos los que estaban aquejados.
36. Y le suplicaban sólo poder tocar el borde de sus vestiduras, y todos los que -las- tocaban se restablecían por completo.
Mateo 13
1. Ese mismo día salió Jesús de la casa, y se sentó al lado de la orilla del mar.
2. Y grandes multitudes se reunieron y -y dirigieron- hacia él, de manera que él entró a un barco, y se sentó, y toda la multitud se paró en la playa.
3. Y muchas cosas les habló en parábolas, diciendo, Mirad que un sembrador salió a sembrar;
4. Y cuando sembró, algunas -semillas- cayeron al lado del camino, y las aves llegaron y las devoraron;
5. Algunas cayeron en lugares pedregosos, donde no tuvieronmucha tierra; y en el acto brotaron, porque no tenían profundidad de tierra.
6. Y cuando el sol estuvo encima, fueron chamuscadas, y como no tenían raíz se marchitaron.
7. Y algunas cayeron entre espinas, y las espinas brotaron, y las sofocaron;
8. Pero otras cayeron en buen suelo, y produjeron fruto, algunas al cien por uno, otras al sesenta por uno, y otras al treinta por uno.
9. Quien tiene oídos para oír, que oiga.
10. Y los discípulos llegaron, y le dijeron, ¿Por qué les hablas en parábolas?
11. Él respondió y les dijo, Porque a vosotros se os da conocer los misterios del reino del cielo, pero a ellos no les es dado.
12. Porque a quienquiera que tenga, se le dará, y más abundantemente tendrá, pero a quienquiera que no tenga, aún aquello que tenga se le quitará.
13. Por tanto yo les hablo en parábolas, porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni tampoco entienden.
14. Y en ellos se cumple la profecía de Isaías, la cual dice, Oyendo oiréis y no entenderéis, y viendo veréis, y no percibiréis.
15. Pues el corazón de este pueblo se ha encayecido, y -sus- oídos están ensordecidos, y sus ojos los han cerrado, no sea que en algún momento ellos vayan a ver con -sus- ojos, y oír son -sus- oídos, y vayan a entender con -su- corazón, y se vayan a convertir, y yo los vaya a sanar-
16. Pero benditos -sean- vuestros ojos que ven, y vuestros oídos que oyen.
17. Porque en verdad os digo, Que muchos profetas y -hombres- justos han deseado ver -esas cosas- que veis, y no -las- han visto, y oír -esas cosas- que oís, y no -las- han oído.
18. + Oíd por tanto la parábola del sembrador.
19. Cuando alguien oye la palabra del reino, y no -la- entiende, llega entonces el malvado, y arrebata aquello que fue sembrado en su corazón. Este es el que recibió la semilla al lado del camino.
20. Pero el que recibió la semilla en lugares pedregosos, este mismo es el que oye la palabra, en seguida con gozo la recibe;
21. Sin embargo no tiene raíz en sí mismo, sino que dura por un rato, pues cuando la tribulación o la persecución se levanta por causa de la palabra, luego se ofende.
22. También el que recibe la semilla entre las espinas es el que oye la palabra, y los cuidados de este mundo y el engaño de las riquezas sofocan la palabra, y él se vuelve infuctuoso.
23. Pero el que recibió la semilla en buen suelo es el que oye la palabra, y -la- entiende, el cual también lleva fruto, y produce algunos al cien por uno, algunos al sesenta por uno, -y- algunos al treinta por uno.
24. + Otra parábola les extendió él diciendo, El reino del cielo se compara a un hombre, el cual sembró buena semilla en el campo;
25. Pero mientras los hombres dormían, su enemigo llegó y sembró cizaña entre el trigo, y se marchó.
26. Pero cuando la hoja hubo brotado, y produjo fruto, apareció también entonces la cizaña.
27. De manera que los sirvientes del dueño de la casa vinieron y le dijeron, Señor, ¿-Acaso- no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde entonces tiene cizaña?
28. Él entonces les dijo, Un enemigo lo ha hecho. Los sirvientes le dijeron, ¿Deseas entonces que vayamos y las recojamos?
29. Pero él dijo, No; no sea que mientras recojáis la cizaña, desarraiguéis también el trigo con ella.
30. Dejad que ambas crezcan juntas hasta la siega, y en el tiempo de la siega a los cosechadores les diré, Recoged y reunid primero la cizaña, y atadla en manojos para ser quemada; mas al trigo reunidlo en mi granero.
31. Otra parábola les extendió diciendo, El reino del cielo es como un grano de semilla de mostaza, al cual un hombre tomó y sembró en su campo;
32. Esta en verdad es la más pequeña de todas las semillas, mas cuando ha crecido, es la mayor entre las hierbas, y se convierte en árbol tal que los pájaros del aire vienen y se alojan en sus ramas.
33. + Otra parábola les habló, El reino del cielo es como -un poco de- levadura, la cual tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que toda fue fermentada.
34. A las multitudes les habló Jesús todas estas cosas en parábolas, y sin parábola no les hablaba,
35. Para que se pudiera cumplir aquello que fue hablado por el profeta, que dijo, Abriré mi boca en parábolas; expresaré cosas las cuales se han mantenido secretas desde la fundación del mundo.
36. Jesús entonces despidió a la multitud, y entró a la casa; y sus discípulos vinieron a él, diciendo, Decláranos la parábola de la cizaña del campo.
37. Él respondió y les dijo, El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre;
38. El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino; pero la cizaña son los hijos del malvado.
39. El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del mundo; y los cosechadores son los ángeles.
40. Por tanto así como la cizaña se reúne y se quema en el fuego, de esa manera será en el fin de este mundo.
41. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y ellos reunirán -y- sacarán de su reino todas las cosas que ofendan, y a aquellos que hagan iniquidad;
42. Y los lanzarán al horno de fuego: allí habrá lamentos y crujir de dientes.
43. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. Quien tenga oídos para oír que oiga.
44. + De nuevo, el reino del cielo es como -un- tesoro escondido en el campo, al cual cuando un hombre acaba de encontrar, esconde, y por el gozo de este anda y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.
45. + De nuevo, el reino del cielo es como un hombre mercader, -que anda- buscando buenas perlas;
46. Quien cuando hubo encontrado una perla de gran precio, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.
47. + De nuevo, el reino del cielo es como una red que fue lanzada al mar, y reunió de toda clase -de peces-;
48. La cual cuando estuvo llena, la acercaron a la playa, se sentaron, y reunieron a los buenos en vasijas, pero a los malos los desecharon.
49. Así será al fin del mundo: vendrán los ángeles, y separarán a los malvados de entre los justos,
50. Y los lanzarán al horno de fuego; allí habrá lamentos y rechinar de dientes.
51. jesús le dijo, ¿Habéis entendido todas estas cosas? Le dijeron ellos, Sí, Señor.
52. Les dijo entonces, Por ello todo escriba instruido acerca del reino del cielo, es como un hombre dueño de casa, el cual saca de su tesoro -cosas- nuevas y viejas.
53. + Y sucedió que cuando Jesús terminó estas parábolas, partió de allí.
54. Y cuando hubo llegado a su propio país, les enseñaba en su sinagoga, de tal forma que -estaban- atónitos, y decían, ¿De dónde tiene esta sabiduría y -estas- obras poderosas este -hombre-?
55. ¿No es este el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María? ¿Y sus hermanos, Santiago, Josés, Simón y Judas?
56. ¿Y sus hermanas, no están todas con nosotros? ¿De dónde entonces tiene este -hombre- todas estas cosas?
57. Y se ofendieron con él. Pero Jesús les dijo, Un profeta no es sin honra salvo en su propio país, y en su propia casa.
58. Y allí no hizo muchas obras poderosas a causa de su incredulidad.
Mateo 12
1. En ese tiempo Jesús andaba en el día sabbath por entre los sembrados, y sus discípulos tuvieron hambre, y comenzaron a arrancar las espigas del grano, y a comer.
2. Pero cuando los Fariseos -lo- vieron, le dijeron, Mira que tus discípulos hacen lo que no es legal hacer en el día sabbath.
3. Pero él les dijo, ¿No habéis leído lo que David hizo cuando tuvo hambre, al igual que los que estaban con él,
4. Cómo entró a la casa de Dios, y comió el pan de la proposición, el cual para él no era legal comer, nipara aquellos que estaban con él, sino sólo para los sacerdotes?
5. ¿O no habéis leído en la ley, cómo en los días sabbath los acerdotes en el templo profanan el sabbath, y están sin culpa?
6. Sin embargo os digo, Que en este lugar hay alguien mayor que el templo.
7. Mas si hubiérais conocido lo que significa, Quiero misericordia y no sacrificio, no habríais condenado a los inocentes.
8. Pues el Hijo del hombre es Señor aún del día sabbath.
9. Y cuando partió de allí, entró a la sinagoga de ellos,
10. + Y mirad que había un hombre que tenía -su- mano seca. Y le preguntaron, diciendo, ¿Es legal sanar en los días sabbath? para poder acusarlo.
11. Y él les dijo, ¿Qué hombre hay entre vosotros que tenga una oveja, y si esta cae a un pozo en el día sabbath, no la va a agrrar y a levantar – y- a sacar?
12. ¿Cuánto -más- entonces es un hombre mejor que una oveja? Por tanto es lega lhacer el bien en los días sabbath.
13. Le dice entonces al hombre, Extiende tu mano. Y él -la- extendió, y fue restaurada por completo, como la otra.
14. +Entonces los Fariseos salieron, y y sostuvieron consejo contra él, -acerca de- cómo poder destruirlo.
15. Pero cuando Jesús -lo- supo, se retiró de allí; y grandes multitudes lo siguieron, y a todos los sanó;
16. Y les encargó que no debían darlo a conocer a él;
17. Para que se pudiera cumplir lo que fue escrito por Isaías el profeta, que dijo,
18. Mirad a mi siervo, a quien he escogido, a mi bienamado, en quien mi alma bien se complace. Sobre él pondré mi espíritu, y a los Gentiles les hará conocer el juicio.
19. No contenderá, no gritará, ni hombre alguno en las calles oirá su voz.
20. La vara estrujada no quebrará, y el pábilo que humea no apagará, hasta que envíe el juicio a la victoria.
21. Y en su nombre los Gentiles confiarán.
22. Le trajeron entonces uno poseído de un diablo, ciego y mudo, y él lo sanó, de tal forma que el ciego y mudo de igual manera vio y habló,
23. Y toda la gente se asombró, y dijo, ¿No es este el hijo de David?
24. Pero cuando los Fariseos -lo- oyeron, dijeron, Este -amigo- no lanza fuera diablos, sino por Beelzebub, el príncipe de los diablos.
25. Y Jesús conoció sus pensamientos, y les dijo, Todo reino dividido en su contra, es llevado a la desolación, y toda ciudad o casa dividida en su contra, no permanecerá.
26. Y si Satanás lanza fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿Cómo entonces su reino permanecerá?
27. Y si yo lanzo fuera a los diablos por Beelzebub, ¿Vuestros hijos por quién -los- lanzan fuera? Por tanto ellos vuestros jueces serán.
28. Pero si por el Espíritu de Dios a los diablos yo lanzo fuera, entonces a vosotros ha llegado el Reino de Dios.
29. ¿O de qué otro modo puede uno entrar a la casa de un hombre fuerte, y despojar-lo- de sus bienes, a no ser que primero ate al hombre fuerte? para luego aprovecharse de su casa.
30. El que conmigo no está contra mi está., y el que conmigo no recoge desparrama.
31. + Por lo cual os digo que Toda forma de pecado y blasfemia a los hombres se -le- perdonará, pero la blasfemia -contra- el Espíritu -Santo- a los hombres no se le perdonará.
32. Y a cualquiera que hable una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará, pero a cualquiera que hable en contra del Espíritu Santo, no se le perdonará en este mundo, ni en el -mundo- por venir.
33. Haced al árbol bueno con su fruto bueno, si no hacedlo corrupto con su fruto cprrupto, ya que el árbol se conoce por su fruto.
34. Oh generación de víboras, ¿Cómo podéis siendo malos hablar cosas buenas? Porque de la abundancia del corazón habla la boca.
35. Un hombre bueno del buen tesoro del corazón buenas cosas saca, y un hombre malo del mal tesoro cosas malas saca.
36. Pero os digo, Que de cada palabra ociosa que los hombres hablen, van a dar cuenta en el día del juicio.
37. Pues por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.
38. + Entonces ciertos escribas y Fariseos respondieron, diciendo, Maestro, desearíamos ver una señal de ti.
39. Pero él respondió y les dijo, Una generación mala y adúltera busca una señal, y no se le dará señal, sino la del profeta Jonás.
40. Porque como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre de la ballena, igualmente el Hijo del hombre estará tres días y tres noches en el corazón de la tierra.
41. Los hombres de Nínive se levantarán en juicio con esta generación, y la condenarán, porque ellos se arrepintieron ante la predicación de Jonás, y mirad a uno mayor que Jonás aquí.
42. La reina del sur se levantará en juicio con esta generación, y la condenará, porque ella vino de las partes más remotas de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, y mirad a uno mayor que Salomón aquí.
43. Cuando el espíritu impuro se ha ido de un hombre, anda por en medio de lugares secos buscando descanso sin encontrar ninguno.
44. Luego dice, Retornaré a mi casa de donde salí, y cuando llega, -la- encuentra vacía, barrida y embellecida.
45. Luego va y toma con él otros siete espíritus más malvados que él, y entran y moran allí, y el último -estado- de aquel hombre es peor que el primero. De igual manera también a esta malvada generación le pasará.
46. + Mientras aún le hablaba a la gente, mirad que -su- madre y sus hermanos se pararon afuera, deseando hablar con él,
47. Entonces uno le dijo, Mira que tu madre y tus hermanos están de pie afuera, deseando hablar contigo.
48. Pero él respondió y le dijo al que le -había- contado, ¿Quién es mi madre? ¿Y quienes son mis hermanos?
49. Y extendió su mano hacia sus discípulos, y dijo, ¡Mirad a mi madre y a mis hermanos!
50. Porque cualquiera que haga la voluntad de mi Padre el cual está en el cielo, este mismo es mi hermano, y mi ihermana, y mi madre.
Mateo 11
1. Y sucedió que cuando Jesús había terminado de mandar a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades.
2. Ahora bien cuando Juan hubo oído en la prisión de las obras de Cristo, envió a dos de sus discípulos,
3. Y le dijo, ¡Eres tú el que debe venir, o buscamos a otro?
4. Jesús respondió y les dijo, Id y hacedle saber a Juan de nuevo aquellas cosas que oís y veis,
5. Los ciegos reciben su vista, y los cojos andan, los leprosos se limpian, y los sordos oyen, los muertos se levantan, y los pobres tienen el evangelio predicado.
6. Y bendito sea -el- que conmigo no se vaya a ofender.
7. + Y mientras partían, Jesús comenzó a decirle a las multitudes acerca de Juan, ¿Qué salisteis a ver en el yermo? ¿Una caña sacudida por el viento?
8. ¿Pero por qué salisteis a ver? ¿-Porque era- un hombre vestido con suaves prendas? mirad que los que llevan suaves -ropas- están en las casas de los reyes.
9. Pero ¿por qué salisteis a ver? ¿Porque era- un profeta? sí, os digo, y más que un profeta.
10. Porque este es -él-, de quien está escrito, Mirad que envío a mi mensajero delante de mi rostro, el cual preparará tu camino delante de ti.
11. De verdad os digo que, Entre aquellos nacidos de mujer no se ha levantado uno mayor que Juan el Bautista; no obstante el más pequeño en el reino del cielo es mayor que él.
12. Y desde los días de Juan el Bautista hasta ahora el reino del cielo sufre violencia, y los violentos por la fuerza lo toman,
13. Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan.
14. Y si vosotros queréis recibir-lo-, este es Elías, el cual estaba por venir.
15. El que tiene oídos para oír, que oiga.
16. ¿Pero a qué asemejaré a esta generación? Es como los niños que se sientan en los mercados, y llaman a sus compañeros,
17. Y -les- dicen, Os hemos tocado la flauta, y no habéis danzado; os hemos hecho lamentos, y no habéis lamentado.
18. Ya que Juan vino sin -estar- comiendo ni bebiendo, y dicen, Tiene un diablo.
19. El Hijo del hombre vino comiendo y bebiendo, y dicen, Mirad a un hombre glotón y bebedor de vino, amigo de publicanos y pecadores. Pero la sabiduría se justifica por sus hijos.
20. + Entonces comenzó e´l a reprender a las ciudades en donde la mayoría de sus grandes obras se habían hecho, porque no se arrepintieron,
21, ¡Ay de ti Corazín! ¡Ay de ti Betsaida! porque si las poderosas obras que fueron hechas en vosotros, hubieran sido hechas en Tiro y en Sidón, ellos se hubieran arrepentido hace mucho con cilicio y ceniza.
22. Pero yo os digo -que-, Será más tolerable para Tiro y Sidón en el día del juicio, que para vosotros.
23. Y tú Capernaúm, que hasta el cielo eres exaltada, hasta el infierno serás abatida, porque si las poderosas obras que han sido hechas en ti, hubieran sido hechas en Sodoma, esta hubiera permanecido hasta el día de hoy.
24. Sin embargo os digo, Que será más tolñerable para la tierra de Sodoma en el día del juicio, que para ti.
25. En ese momento Jesús respondió y dijo, Te agradezco, Oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas de los sabios y prudentes, y se las has revelado a los bebés.
26. De esta manera -lo quisiste- Padre, pues a tus ojos así se vio bien.
27. Todas las cosas me son entregadas por mi Padre, y ningún hombre conoce al Hijo, salvo el Padre; tampoco ningún hombre conoce al Padre, salvo el Hijo, y a quienquiera que el Hijo -lo- desee revelar.
28. + Venid a mí todos los que laboréis y sobrecargados estéis, y descanso os daré.
29. Tomad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, pues soy humilde y sencillo de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas.
30. Ya que mi yugo -es- fácil, y ligera mi carga.
Mateo 10
1. Y cuando hubo llamado a -él- sus doce discípulos, les dio poder -frente a- los espíritus impuros, para expulsarlos, y para sanar toda clase de enfermedad y toda clase de afección,
2. Ahora pues los nombres de los doce apóstoles son estos: El primero, Simón, quien es llamado Pedro, Andrés su hermano, Santiago -hijo- de Zebedeo, y Juan su hermano;
3. Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el publicano, Santiago -hijo- de Alfeo, y Lebeo, cuyo sobrenombre era Tadeo,
4. Simón el Cananeo, y Judas Iscariote, quien también lo traicionó.
5. -A- estos doce envió Jesús, y les mandó diciendo, No vayáis por caminos de Gentiles, y no entréis a ciudades de Samaritanos,
6. Sino id más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel.
7. Y mientras andéis, predicad, diciendo, El Reino del cielo está a la mano.
8. Sanad a los enfermos, levantad a los muertos, expulsad diablos; gratis habéis recibido, dad gratis.
9. No -os- proveáis de oro, plata, ni bronce en vuestros bolsitos,
10. Ni de bolsos para el viaje, ni de dos abrigos u -otros- zapatos, ni siquiera de bastones, pues el trabajador es merecedor de su comida.
11. Y en cualquier ciudad o pueblo -donde- entréis, inquirid quién en él es digno -de vosotros-, y ahí permaneced hasta que os vayáis de allí.
12. Y cuando entréis a una casa, saludadla.
13. Y si la casa es merecedora, dejad que vuestra paz entre a ella, pero si no lo es, dejad que vuestra paz retorne a vosotros.
14. Y quienquiera que no os reciba, ni oiga vuestras palabras, cuando os apartéis de la casa o ciudad, sacudid el polvo de vuestros pies.
15. De verdad os digo que será más tolerable -el pago- para la tierra de Sodoma y Gomorra en el día del juicio, que para esa ciudad.
16. Mirad que os envío como ovejas en medio de lobos, sed por tanto sabios como serpientes, e inofensivos como palomas.
17. Pero cuidaos de los hombres, ya que os entregarán a los consejos, y os azotarán en sus sinagogas;
18. Y seréis llevados ante gobernadores y reyes por causa mía, para testimonio en contra de ellos y de los Gentiles.
19. Pero cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué vais a hablar, porque en esa misma hora se os dará lo que vais a hablar.
20. Pues no sois vosotros -los- que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre el cual habla en vosotros.
21. Y el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo, y los hijos se levantarán en contra de -sus- padres, y los harán ejecutar.
22. Y seréis odiados por todos por causa de mi nombre, pero el que resista hasta el fin, estará a salvo.
23. Pero cuando os persigan en esta ciudad, huid a otra, pues de verdad os digo -que- No habréis cubierto las ciudades de Israel, hasta que el Hijo del hombre esté de vuelta.
24. El discípulo no está por encima de -su- maestro, ni el criado por encima de su señor.
25. Suficiente -le- es para el discípulo ser como su maestro, y -para- el criado como su señor. Si han llamado al maestro de la casa Beelzebub, ¿cómo -van a llamar- a los de su casa?
26. Por eso no los temáis, pues no hay nada encubierto, que no vaya a ser revelado, ni escondido, que no vaya a ser conocido.
27. Lo que os digo en la oscuridad, hablad-lo- en la luz, y lo que oís al oído, predicad-lo- en la cima de las casas.
28. Y no temáis a aquellos que matan el cuerpo, pero no son capaces de matar el alma; sino más bien temed a aquel que es capaz de destruir tanto alma como cuerpo en el infierno.
29. ¿No se venden dos gorriones por un cuarto? Y ninguno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre -al lado-.
30. Sin embargo los mismos cabellos de vuestra cabeza todos están enumerados.
31. Por tanto no temáis, -que- sois de mayor valor que muchos gorriones.
32. Por eso quienquiera que me confiese delante de los hombres, a él lo confesaré también delante de mi Padre que está en el cielo.
33. Pero quienquiera que me niegue delante de los hombres, a él también lo negaré delante de mi Padre que está en el cielo.
34. No penséis que he venido a traer paz a la tierra; no llegué a traer paz, sino espada.
35. Porque he venido a colocar a un hombre en enemistad contra su padre, y a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra.
36. Y los enemigos de un hombre -serán- los de su propia casa.
37. El que ama a padre o a madre más que a mí, no es digno de mí, y el que ama a hijo o a hija más que a mí, no es digno de mí,
38. Y el que no toma su cruz, y sigue detrás de mí, no es digno de mí.
39. El que halla su vida, la perderá, y el que pierda su vida por amor a mí, la hallará.
40. + El que os recibe a mí me recibe, y el que me recibe, recibe al que me envió.
41. El que recibe a un profeta por -su- nombre de profeta, una recompensa de profeta recibirá; y el que recibe a un hombre justo por -su- nombre de hombre justo, una recompensa de hombre justo recibirá.
42. Y quienquiera que le dé de beber a uno de estos pequeñitos un vaso de -agua- fría sólo por -su- nombre de discípulo, verdaderamente os digo, -que- de ninguna manera perderá su recompensa.
Mateo 9
1. Y entró en un barco y pasó al otro lado, y llegó a su propia ciudad.
2. Y mirad que le trajeron un hombre enfermo de parálisis, yaciendo en una cama; y Jesús al ver la fe de ellos -le- dijo al enfermo de parálisis, Hijo, anímate, tus pecados son perdonados.
3, Y mirad que ciertos escribas se decían entre ellos, Este -hombre- blasfema.
4. Y Jesús conociendo sus pensamientos dijo, ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones?
5. ¿Pues qué es más fácil decir, Tus pecados -te- son perdonados, o decir, Levántate y anda?
6. Pero para que sepáis que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados, (le dice entonces al enfermo de parálisis,) Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa.
7. Y se levantó, y partió a su casa.
8. Pero cuando las multitudes -lo- vieron, se maravillaron y glorificaron a Dios por haber dado tal poder a los hombres.
9. + Y mientras Jesús pasaba de allí, vio a un hombre llamado Mateo, sentado en la recepción de impuestos, y le dijo, Sígueme. Y él se levantó y lo siguió.
10. + Y aconteció que mientras Jesús se sentaba a comer en la casa, mirad que muchos publicanos y pecadores vinieron y se sentaron con él y sus discípulos.
11. Y cuando los fariseos vieron -esto-, le dijeron a sus discípulos, ¿Por qué come vuestro Maestro con publicanos y pecadores?
12. Mas cuando Jesús -lo- oyó, les dijo, Los que están sanos no necesitan médico, sino los que están enfermos.
13. Pero id y aprended lo que significa, Quiero obtener misericordia, y no sacrificio, pues no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores al arrepentimiento.
14. + Vinieron entonces a él los discípulos de Juan diciendo, ¿Por qué los Fariseos y nosotros ayunamos con frecuencia, pero tus discípulos no ayunan?
15. Y Jesús les dijo, ¿Pueden lamentarse los hijos del novio, en tanto esté el novio con ellos? Pero vendrán los días en que el novio les será quitado, y entonces ayunarán.
16. Ningún hombre -le- pone un pedazo de tela nueva a una prenda vieja, porque aquello que se pone para completarla quita de la vestidura, y el razgado se hace peor.
17. Tampoco los hombres ponen vino nuevo en odres viejos, de otro modo losodres se quiebran, y el vino se derrama y los odres perecen; sino que ponen vino nuevo en nuevos odres, y los dos se preservan.
18. Mientras les hablaba estas cosas, mirad que vino cierto gobernante, y lo adoró diciendo, Mi hija está incluso ahora muerta, pero ven y coloca tu mano sobre ella, y vivirá.
19. Y Jesús se levantó, y lo siguió, e -igualmente- sus discípulos.
20. + Y mirad que una mujer que estaba afligida con un brote de sangre por doce años, vino detrás -de él-, y tocó el borde de su vestidura,
21. Pues decía dentro de sí, Si sólo pudiera tocar su vestidura, sanaré.
22. Pero Jesús se dio la vuelta, y cuando la vio, dijo, Hija, consuélate, tu fe te ha sanado. Y la mujer quedó sana desde esa hora.
23. Y cuando Jesús llegó a la casa del gobernante, y vio a los músicos y a la gente haciendo ruido,
24. Les dijo, Den lugar, porque la doncella no está muerta, sino que duerme. Y se rieron de burla.
25. Pero cuando la gente fue movida, él entró, y la tomó de la mano, y la doncella se levantó.
26. Y la fama de este -suceso-llegó a toda esa tierra.
27. + Y cuando Jesús partió de allí, dos hombres ciegos lo siguieron, clamando y diciendo, -Tú- Hijo de David, ten misericordia de nosotros.
28. Y cuando él hubo llegado a la casa, los hombres ciegos llegaron hasta donde él, y Jesús les dijo, ¿Creéis que soy capaz de hacer esto? Ellos le dijeron, Sí, Señor.
29. Entonces él tocó sus ojos diciendo, -Que- os sea de acuerdo a vuestra fe.
30. Y sus ojos se abrieron; y Jesús estrictamente les encargó diciendo, Mirad -que- ningún hombre -lo- sepa.
31. Pero ellos, cuando partieron, esparcieron por todo lado su fama en todo ese país.
32. + Mientras salían, mirad que le trajeron un hombre mudo poseído por un diablo.
33. Y cuando el diablo fue lanzado fuera, el mudo habló, y las multitudes se maravillaban diciendo, Nunca se había visto -suceso- así en Israel.
34. Pero los Fariseos decían, Él echa fuera los diablos por medio del príncipe de los diablos.
35. Y Jesús iba por todas las ciudades y pueblos, enseñando en sus sinagogas, predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia entre el pueblo.
36. + Pero cuando vio a las multitudes, se conmovió compadeciéndose de ellas, porque desfallecían, y estaban afuera esparcidas, como ovejas que no tienen pastor.
37. Entonces le dijo a sus discípulos, De verdad que la cosecha -es- copiosa, pero los obreros -son- pocos;
38. Por eso orad al SEÑOR de la siega, que envíe obreros a su mies.
Mateo 8
1. Cuando hubo llegado de la Montaña, grandes multitudes lo seguían.
2. Y mirad que llegó un leproso y lo adoró. diciendo, Señor, si tú quieres me puedes limpiar.
3. Y Jesús extendió -su- mano, y lo tocó, diciendo, Quiero. Sé limpio. E inmediatamente su lepra se limpió.
4. Y Jesús le dijo, Mira, no le digas a ningún hombre, sino ve, date a conocer al sacerdote, y ofrenda la dádiva que Moisés mandó, como testimonio para ellos.
5.+ Y cuando Jesús hubo entrado a Capernaúm, llegó a él un centurión suplicándole,
6. Y diciendo, Señor, mi siervo yace en casa enfermo de parálisis, gravemente atormentado.
7. Y Jesús le dice, Llegaré y lo curaré.
8. El centurión respondió y dijo, Señor, no soy digno de que tengas que venir -y estar- bajo mi techo; sin embargo sólo habla la palabra, y mi siervo se sanará.
9. Pues soy un hombre bajo autoridad, -y- tengo soldados bajo la mía, le digo a este, Ve, y él va; y a otro, Ven, y viene; y a mi siervo, Haz esto, y -lo- hace.
10. Cuando Jesús -lo- oyó, se naravilló y le dijo a los que -le- seguían, En verdad os digo, No he encontrado tan grande fe, no, no en Israel.
11. Y os digo Que muchos vendr´´an del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham, e isaac, y con Jacob en el reino del cielo,
12. Pero los hijos del reino serán echados a la oscuridad de las afueras; allí habrá llanto y rechinar de dientes.
13. Y Jesús le dijo al Centurión, Vete, y -que- se te haga como has creído. Y en esa misma hora su siervo se sanó.
14.+ Y cuando Jesús hubo entrado a la casa de Pedro, vio a la madre de su esposa yaciendo enferma de fiebre.
15. Y él tocó su mano, y la fiebre la dejó, y ella se levantó y los atendió.
16.+ Cuando el atardecer hubo llegado le trajeron muchos que estaban poseídos de diablos, y él echó fuera los espíritus con -su- palabra, y sanó a todos los que estaban enfermos.
17. Para que se pudiera cumplir aquello que fue hablado por Isaías el profeta, diciendo, Él mismo tomó nuestras enfermedades y cargó -nuestras dolencias.
18.+ Ahora pues, cuando Jesús vio grandes multitudes a su alrededor, dio mandamiento de aparttarse al otro lado.
19. Y cierto escriba llegó, y le dijo, Maestro, te seguiré a donde sea que vayas.
20. Y Jesús le dice, Los zorros tienen guaridas, y los pájaros del aire nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde poner -su- cabeza.
21. Y otro de sus discípulos le dijo, Señor déjame primero ir y enterrar a mi padre.
22. Pero Jesús le dijo, Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos.
23.+ Y cuando hubo entrado a un barco, sus discípulos lo siguieron.
24. Y mirad que se levantó una gran tempestasd en el mar, de tal manera que el barco se estaba cubriendo de olas, pero él se encontraba dormido.
25. Y sus discípulos llegaron a -él-, y lo despertaron diciendo, Señor, sálvanos, perecemos.
26. Y él les dice, ¿Por qué estáis temerosos, oh vosotros de poca fe? Entonces se levantó y reprendió a los vientos y al mar, y hubo una gran calma.
27. Pero los hombrs se maravillaban diciendo, ¡Qué clase de hombre es este, que hasta los vientos y el mar le obedecen!
28. Y cuando hubo llegado al otro lado, al país de los Gadarenos, se encontraron con él dos poseídos de diablos, saliendo de las tumbas, extremadamente ferocess, de manera que ningún hombre podía pasar por ese camino.
29. Y mirad que clamaban diciendo. ¿Qué tenemos que ver contigo Jesús, tú Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes del tiempo?
30. Y había un poco lejos de ellos una manada de cerdos alimentándose.
31. De forma que los diablos le suplicaban diciendo, Si nos echas fuera, déjanos salir y entrar en la manada de cerdos.
32. Y él les dijo, Id. Y cuando hubieron salido, entraron a la manada de cerdos, y mirad que toda la manada de cerdos corrió despeñándose hacia el mar por un lugar escarpado, y pereció en las aguas.
33. Y los que los guardaban huyeron, y se marcharon hasta la ciudad, y contaron cada cosa que le había acontecido a los poseídos por los diablos.
34. Y mirad que toda la ciudad salió a encontrarse con Jesús, y cuando lo vieron -le- rogaron que partiera de sus costas.