1. Ya en el primer -día- de la semana, muy temprano en la mañana, llegaron al sepulcro, trayendo las especias que habían preparado, y algunas-otras- con ellas.
2. Y encontraron la piedra rodada del sepulcro.
3. Entraron, y no encontraron el cuerpo del Señor Jesús.
4. Y vino a suceder que mientras estaban muy perplejas ahí cerca. he aquí que dos hombres se pararon al lado de ellas con vestiduras resplandecientes;
5. Y mientras ellas con miedo postraban -sus- rostros en tierra, ellos les dijeron, ¿Por qué buscáis al vivo entre los muertos?
6. No está aquí, sino que se levantó; recordad cómo os hablaba cuando aún estaba en Galilea,
7. Diciendo, El Hijo del hombre debe ser entregado en manos de hombres pecadores, ser crucificado, y al tercer día levantarse de nuevo.
8. Y recordaron sus palabras,
9. Y retornaron del sepulcro, y le contaron todas estas cosas a los once y a todo el resto.
10. Era María Magdalena, Joana, María -la madre- de Santiago, y otras -mujeres que estaban- con ellas, las cuales les contaron estas cosas a los apóstoles.
11. Y sus palabras les parecieron a ellos como cuentos ociosos, y no les creyeron.
12. Pedro entonces se levantó y corrió hasta el sepulcro; y agachándose, miró las prendas de lino colocadas a solas, y partió, preguntándose en él acerca de aquello que había acontecido.
13. + Y mirad que dos de ellos iban ese mismo día a un pueblo llamado Emaús, el cual estaba a unos sesenta estadios de Jerusalén.
14. Y hablaban juntos de todas estas cosas las cuales habían sucedido.
15. Y vino a acontecer que mientras dialogaban y razonaban, el mismo Jesús se acercó y anduvo con ellos.
16. Pero sus ojos estaban impedidos para poder conocerlo.
17. Y les dijo, ¿Qué maneras de conversación -son- estas que tenéis entre sí. mientras camináis, y estáis tristes?
18. Y uno de ellos cuyo nombre era Cleofás, respondiendo le dijo, ¿Eres tú un extranjero en Jerusalén, y no has sabido las cosas que han llegado a pasar en estos días?
19. Y él les dijo, ¿Qué cosas? Y ellos le dijeron, Concernientes a Jesús de Nazaret, el cual fue un profeta poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de toda la gente;
20. Y cómo los sumos sacerdotes y nuestros gobernantes lo entregaron para que fuera condenado a muerte, y lo han crucificado.
21. Pero nosotros confiábamos que hubiera sido él el que hubiera redimido a Israel: y además de todo esto, hoy es el tercer día desde que se hicieron estas cosas.
22. Sí, y ciertas mujeres también de nuestra compañía nos dejaron atónitos, las cuales estuvieron temprano en el sepulcro;
23. Y al no encontrar su cuerpo, llegaron diciendo, que también habían visto una visión de ángeles, los cuales decían que estaba vivo.
24. Y algunos de los que estaban con nosotros fueron al sepulcro, y -lo- encontraron tal como las mujeres habían dicho, mas a él no lo vieron.
25. Les dijo él entonces, Oh tontos y lentos de corazón para creer todo lo que los profetas han hablado.
26. ¿No debía Cristo haber sufrido estas cosas, y entrar a su gloria?
27. Y comenzando con Moisés y todos los profetas, les expuso en todas las escrituras los asuntos concernientes a él mismo.
28. Y se acercaban al pueblo a donde iban, y él hizo como si quisiera haber ido más adelante.
29. Pero ellos lo apremiaron diciéndo-le-, Permanece con nosotros, pues se aproxima el atardecer y está acabando el día. Y él entró a quedarse -un rato- con ellos.
30. Y vino a suceder que mientras se sentaba a comer con ellos, tomó pan, -lo- bendijo, lo partió, y -se lo- dio a ellos.
31. Y sus ojos se abrieron, y lo conocieron; y él se desvaneció de su vista.
32. Y se dijeron uno al otro, ¿No ardía nuestro corazón dentro de nosotros, mientras nos hablaba por el camino, y mientras nos abría las escrituras?
33. Y se levantaron esa misma hora, y retornaron a Jerusalén, y encontraron a los once reunidos juntos, y a los que estaban con ellos,
34. Diciendo, El Señor se ha levantado de verdad, y a Simón se le ha aparecido.
35. Y contaron qué cosas -habían acontecido- en el camino, y cómo se hizo conocer de ellos al partir el pan.
36. + Y mientras hablaban esto, Jesús mismo se paró en medio de ellos, y les dice, Paz para vosotros.
36. Pero se aterrorizaron, tuvieron miedo y supusieron que habían visto un espírtu.
38. Y les dijo, ¿Por qué os atribuláis? ¿y por qué -esos- pensamientos se levantan en vuestros corazones?
39. Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpalme, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, tal como veis que yo tengo.
40. Y cuando hubo hablado así, les dio a conocer -sus- manos y -sus- pies.
41. Y mientras aún no lo creían del gozo, y se maravillaban, les dijo, ¿Tenéis aquí algo de comer?
42. Y ellos le dieron una porción de pescado asado, y de un panal.
43. Y -los- tomó y comió delante de ellos.
44. Y les dijo, Estas -son- las palabras que yo os hablé mientras aún estaba con vosotros, que todas las cosas debían cumplirse, las cuales estaban escritas en la ley de Moisés, -en- los profetas y -en- los salmos concernientes a mí.
45. Entonces les abrió el entendimiento, para poder entender las escrituras,
46. Y les dijo, Así está escrito, y así era necesario que Cristo sufriera, y al tercer día se levantara de los muertos;
47. Y que el arrepentimiento y la remisión de los pecados se predique en su nombre en todas las naciones, comenzando con Jerusalén.
48. Y vosotros sois testigos de estas cosas.
49. + Y mirad que yo os envío la promesa de mi Padre; pero quedaos en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.
50. + Y los dirigió fuera hasta Betania, levantó sus manos y los bendijo.
51. Y vino a suceder que mientras los bendecía, se apartaba de ellos y -fue- llevado al cielo.
52. Y lo adoraron, y retornaron a Jerusalén con gran gozo.
53. Y continuamente estaban en el templo, alabando y bendiciendo a Dios. Amén.
lucas 23
1. Y la multitud entera de ellos se levantó, y lo dirigieron hasta -donde- Pilato.
2. Y comenzaron a acusarlo. diciendo, Encontramos a este -compañero- pervertiendo la nación, y prohibiendo darle tributo al César, diciendo que él mismo es Cristo, un Rey.
3. Y Pilato le preguntó, diciendo, ¿Eres el Rey de los Judíos? Y él le respondió y dijo, Tú -lo- dices.
4. Pilato entonces le dijo a los sumos sacerdotes y al pueblo, No encuentro falta en este hombre.
5. Y con mayor fiereza decían, Él agita al pueblo, enseñando a todo el Judaísmo, comenzando desde Galilea hasta este lugar.
6. Cuando Pilato oyó de Galilea, preguntó si el hombre era un Galileo.
7. Y tan pronto supo que pertenecía a la jurisdicción de Herodes, lo envió a Herodes, quien él mismo también se encontraba en ese momento en Jerusalén.
8. Y Herodes al ver a Jesús se alegró sobremanera, porque estaba deseoso de verlo -desde hacía- un largo tiempo, pues había oído muchas cosas de él, y esperaba haber visto algún milagro hecho por él.
9. Él entonces lo cuestionó con muchas palabras, pero él nada respondió.
10. Y los sumos sacerdotes y los escribas se paraban y vehementemente lo acusaban.
10. Y Herodes con sus hombres de guerra lo tuvieron en nada, se mofaron -de él-, lo arreglaron con una túnica espléndida, y de nuevo lo enviaron donde Pilato.
11. + Y ese mismo día Pilato y Herodes se hicieron amigos cercanos, ya que antes había enemistad entre ellos.
13. + Y Pilato, cuando hubo llamado -y- reunido a los sumos sacerdotes, a los gobernantes y al pueblo,
14. Les dijo, Vosotros me habéis traído a este hombre como uno que pervierte al pueblo, y, he aquí que habiéndo-lo- examinado delante de vosotros, no he encontrado falta en este hombre tocante a aquellas cosas en las que lo acusáis;
15. No, ni siquiera Herodes, porque yo os envié a él, y he aquí que nada digno de muerte ha -sido- hecho por él.
16. Por tanto lo castigaré, y -lo- liberaré.
17. (Ya que por necesidad les debía liberar a uno en la festividad.)
18. Y ellos gritaban todos a una, diciendo, Aléja-nos- a este -hombre-, y libéranos a Barrabás;
19. (Quien por cierta sedición hecha en la ciudad, y por asesinato, había -sido- lanzado a la prisión.)
20. Pilato por tanto, dispuesto a liberar a Jesús, de nuevo les habló a ellos.
21. Pero ellos gritaban, diciendo, Crucifíca-le-, crucifícale.
22. Y por tercera vez les dijo, ¿Por qué, qué mal ha hecho? No he encontrado causa de muerte en él; por tanto lo castigaré, y -lo- dejaré ir.
23. E instantáneamente a viva voz estuvieron requiriendo que fuera crucificado. Y las voces de aquellos y de los sumos sacerdotes prevalecieron.
24. Y Pilato dió sentencia de que debía hacerse tal como ellos requerían.
25. Y les liberó al que por sedición y asesinato había -sido- echado a la prisión, a quien ellos deseaban, pero entregó a Jesús a voluntad de ellos.
26. Y mientras a lo lejos lo dirigían, agarraron a un Simón, un Cirineo, saliendo del campo, y sobre él colocaron la cruz, para que él -la- pudiera cargar en pos de Jesús.
27. + Y lo seguía una gran compañía de gente, y de mujeres, las cuales también -lo- lloraban y lo lamentaban.
28. Pero Jesús volviéndose hacia ellas dijo, Hijas de Jerusalén, no lloréis por mi, sino llorad por vosotras mismas, y por vuestros hijos.
29. Porque mirad que vienen los días, en los cuales dirán, Benditas las estériles, los vientres que nunca parieron, y los pezones que nunca amamantaron.
30. Entonces comenzarán a decirle a las montañas, Caed sobre nosotros; y a las colinas, Cubridnos.
31. Porque si le hicieron estas cosas al árbol verde, ¿qué se le hará al seco?
32. Y había también otros dos malefactores, dirigidos -junto – con él para ser puestos a muerte.
33. Y cuando hubieron llegado al lugar, el cual se llama el Calvario, allí lo cruciificaron, y a los malefactores, uno a la mano derecha, y el otro a la izquierda.
34. + Dijo entonces Jesús, Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen, Y ellos se repartieron su atavío, y echaron suertes.
35. Y la gente se paró a contemplar. Y los gobernantes con ellos también -lo- escarnecían, diciendo, Salvó a otros, que se salve a sí mismo, si él es Cristo, el escogido de Dios.
36. Y los soldados también se mofaban de él, llegando hasta él y ofreciéndole vinagre,
37. Y diciendo, Si tú eres el rey de los Judíos, sálvate a ti mismo.
38. Y una gran inscripción también se hizo encima de él en letras en Griego, Latín y Hebreo, ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS.
39. + Y uno de los malefactores que estaban colgados lo reprochaba diciendo, Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros.
40. Pero el otro respondiendo lo reprendió, diciendo, ¿-Acaso- no temes a Dios, viendo que estás en la misma condenación?
41. Y nosotros en verdad justamente, porque recibimos la debida recompensa por nuestras obras, pero este hombre no ha hecho nada impropio.
42. Y le dijo a Jesús, Señor, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino.
43. Y Jesús le dijo, De verdad te digo -que- Hoy estarás conmigo en el paraíso.
44. Era alrededor de la sexta hora, y hubo oscuridad por toda la tierra hasta la novena hora.
45. El sol se oscureció, y el velo del templo se rasgó en el medio.
46. + Y cuando Jesús hubo gritado a viva voz, dijo, Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu; y habiendo dicho esto, entregó el espíritu.
47. Ahora pues, cuando el centurión vio lo que se había hecho, glorificó a Dios diciendo, Ciertamente este era un hombre justo.
48. Y toda la gente que vino -y- se juntó a ver ese -suceso, mirando las cosas que se habían hecho, se golpearon el pecho- y retornaron.
49. Y todos los conocidos y las mujeres que lo seguían desde Galilea, se paraban a lo lejos, mirando -suceder- estas cosas.
50. + Y mirad que -había- un hombre llamado José, un consejero, un hombre bueno y justo;
51. (Este mismo no había consentido el consejo y las obras de aquellos;) De Arimatea, ciudad de los Judíos, él mismo, quien también aguardaba el reino de Dios,
52. Este fue a donde Pilato, y le rogó por el cuerpo de Jesús.
53. Y lo bajó, lo envolvió en lino, y lo colocó en un sepulcro que estaba tallado en piedra, donde nunca hombre -alguno- había -sido- puesto antes.
54. Y aquel día era -el de- la preparación, y el sabat se acercaba.
55. Y las mujeres también, las cuales llegaron con él desde Galilea, siguieron en pos, y miraron el sepulcro, y cómo era colocado su cuerpo.
56. Y retornaron, y prepararon especias y ungüentos; y descansaron el día sabat de acuerdo al mandamiento.
Lucas 21
1. Y miró hacia arriba, y vio a los hombres ricos echando sus regalos en el tesoro.
2. También vio a cierta pobre viuda echando allí dos blancas.
3. Y él dijo, De verdad os digo, que esta pobre viuda ha echado más que todos ellos;
4. Porque todos estos de su abundancia echaron a las ofrendas de Dios, pero ella de su penuria ha echado todo el sustento que tenía.
5. + Y en tanto algunos hablaban del templo, cuán adornado estaba de ricas piedras y dádivas, dijo,
6. -En cuanto a- estas cosas que miráis, vendrán los días, en los cuales no será dejada una piedra sobre otra, que no sea derribada.
7. Y ellos le preguntaron, diciendo, Maestro, ¿pero cuándo serán estas cosas? ¿y qué señal -habrá- cuando estas cosas lleguen a pasar?
8. Y él dijo, Cuidaos, de no ser engañados, porque muchos vendrán en mi nombre, diciendo, Yo soy -Cristo-; y el tiempo se acerca; no vayáis tras ellos.
9. Pero cuando oigáis de guerras y conmociones, no os aterroricéis, pues estas cosas deben suceder primero, mas el fin no está lejano.
10. Entonces les dijo, Nación contra nación se levantará, y reino contra reino.
11. Y grandes terremotos habrá en diversos lugares, hambrunas, pestilencias, atemorizantes vistas, y grandes señales habrá del cielo.
12. Mas antes de todas estas -cosas-, echarán mano de vosotros, y -os- perseguirán, entregándo-os- a las sinagogas, a prisión, siendo llevados ante reyes y gobernantes por causa de mi nombre.
13, Y se os volverá para testimonio.
14. Estableced-lo- en vuestros corazones no meditar antes de responder;
15. Porque os daré palabra y sabiduría que todos vuestros adversarios no serán capaces de rebatir ni resistir.
16. Y seréis traicionados, tanto por padres, como por hermanos, parientes y amigos; y harán que -algunos- de vosotros seáis llevados a la muerte.
17. Y seréis odiados por todos a causa de mi nombre.
18. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá.
19. Por vuestra paciencia poseéis vuestras almas.
20. Y cuando veáis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su desolación está cerca.
21. Entonces que los que estén en Judea huyan a las montañas, y que los que estén en medio de ella partan y salgan; y que los que estén en los campos no entren allá.
22. Pues estos serán los días de venganza, para que todas las cosas que están escritas se puedan cumplir.
23. ¡Pero ay de las que estén preñadas, y de las que en esos días amamanten! Porque habrá gran angustia en la tierra, e ira sobre este pueblo.
24. Y ellos caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por los Gentiles, hasta que los tiempos de los Gentiles se cumplan.
25. + Y habrá señales en el sol, en la luna, y en las estrellas; y en la tierra angustia de las naciones, con perplejidad; el mar y las olas rugiendo;
26. Los corazones de los hombres desfalleciendo por el temor, y por mirar aquellas cosas viniendo sobre la tierra, ya que las potestades de los cielos se estremecerán.
27. Y entonces verán al Hijo del hombre llegar en una nube con potestad y gran gloria.
28. Y cuando estas cosas comiencen a pasar, mirad entonces hacia arriba, y levantad vuestras cabezas, porque vuestra redención se acerca.
29. Y les habló una parábola: Mirad la higuera y todos los árboles;
30. Cuando ya dan brotes, veis y sabéis por vosotros mismos que el verano está ya cerca -y- a la mano.
31. Así de igual manera vosotros, cuando veáis ocurrir estas cosas, sabed que el reino de Dios está ya cerca -y- a la mano.
32. De verdad os digo: Esta generación no pasará, hasta que todo se cumpla.
33. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
34. Y tened cuidado vosotros, no sea que en cualquier momento vuestros corazones se sobrecarguen de abundancias, borracheras, o -de- los cuidados de esta vida, y ese día venga sobre vosotros sin daros cuenta.
35. Pues como lazo vendrá sobre cada uno de los que habitan -en- la faz de toda la tierra.
36. Por tanto vigilad y siempre orad, para que podáis ser contados dignos de escapar de todas estas cosas que sucederán, y estar de pie delante del Hijo del hombre.
37. En el día se encontraba enseñando en el templo, y en la noche salía y permanecía en el monte que se llama de los Olivos.
38. Y toda la gente llegaba temprano por la mañana a él en el templo, a oírlo.
Lucas 20
1. Y vino a suceder -que- uno de esos días, mientras enseñaba a la gente en el templo y predicaba el evangelio, el sumo sacerdote y los escribas llegaron a -él- con los mayores,
2. Y le hablaron, diciendo, Cuéntanos, ¿con qué autoridad haces tú estas cosas? o quién es el que te dio esta autoridad?
4. Y él respondió y les dijo, Yo también os preguntaré una cosa, y respondedme:
4. ¿El bautismo de Juan, era del cielo o de los hombres?
5. Y ellos razonaron entre ellos, diciendo, Si decimos, Del cielo, va a decir, ¿Por qué entonces no le creísteis?
6. Mas si decimos, De los hombres, toda la gente nos apedreará, ya que están persuadidos que Juan fue un profeta.
7. Y respondieron, que no podían decir de dónde -era-.
8, Y Jesús les dijo, Yo tampoco os digo con qué autoridad hago estas cosas.
9. Entonces comenzó a hablarle a la gente esta parábola, Cierto hombre plantó una viña, y se la dejó a -unos- labradores, y se fue a un país lejano por mucho tiempo.
10. Y en la temporada envió a un criado a los labradores, para que le dieran del fruto de la viña, pero los labradores lo golpearon, y vacío -lo- despidieron.
11. Envió de nuevo a otro siervo, y también lo golpearon, tratándo-lo- vergonzosamente, y vacío lo despidieron.
12. Otra vez envió un tercero, y también lo hirieron, y expulsaron.
13. Entonces dijo el señor de la viña, ¿Qué haré? A mi amado hijo enviaré; puede que -lo- reverencien cuando lo vean.
14. Mas cuando los labradores lo vieron, razonaron entre ellos, diciendo, Este es el heredero; venid, matémoslo, para que la herencia pueda ser nuestra.
15. Así que lo expulsaron de la viña, y -lo- mataron. Por tanto ¿qué les hará el señor de la viña?
16. Él vendrá y destruirá a estos labradores, y le dará su viña a otros. Y al oir -esto-, dijeron, No lo permita Dios.
17. Y los miró, y dijo, ¿Qué es esto entones que está escrito, La piedra que los constructores rechazaron, esta misma se ha convertido en la cabeza de la esquina?
18. Quienquiera que sobre esa piedra caiga quebrantado será, mas sobre quienquiera que ella caiga, molido a polvo será.
19. + Y los sumos sacerdotes y los escribas buscabann esa misma hora echar mano de él; y temían a la gente, porque percibían que había hablado esta parábola en contra de ellos.
20. Y -lo- observaban, y enviaron espías, los cuales debían fingir ser hombres justos, para atraparlo en sus palabras, y así poderlo entregar al poder y autoridad del gobernador.
21. Y le preguntaron, diciendo, Maestro, sabemos que correctamente hablas y enseñas, tampoco aceptas la persona -de nadie-, sino que enseñas en verdad el camino de Dios;
22. ¿Es o no legal que le demos tributo al César?
23. Pero él percibió su engaño. y les dijo, ¿Por qué me tentáis?
24. Dadme a conocer un penique, ¿Imagén e inscripción de quién tiene? Ellos respondieron y dijeron, Del César.
25. Y él les dijo, Entregadle por tanto al César las cosas que son del César, y a Dios las cosas que son de Dios.
26. Y no pudieron atraparlo en sus palabras delante de la gente, se maravillaron ante su respuesta, y guardaron silencio.
27. + Llegaron entonces a -él- ciertos Saduceos, los cuales niegan que haya alguna resurrección, y le preguntaron,
28. Diciendo, Maestro, Moisés nos escribió, Si el hermano de algún hombre muere, teniendo esposa, y muere sin hijos, que su hermano debe tomar a su esposa, y levantarle simiente a su hermano.
29. Había por tanto entonces siete hermanos; el primero tomó una esposa, y murió sin hijos.
30. Y el segundo la tomó por esposa, y murió sin hijos.
31. El tercero la tomó, y de igual manera los siete también, sin dejar hijos, y murieron.
32. Al final de todo la mujer también murió.
33. Por tanto en la resurrección ¿de cuál de ellos es esposa? pues -los- siete la tuvieron como esposa.
34. Y Jesús respondiendo les dijo, Los hijos de este mundo se casan, y se dan en matrimonio;
35. Pero los que sean contados dignos de obtener aquel mundo, junto con la resurrección de los muertos, ni se casan, ni en matrimonio se dan;
36. Ni pueden ya más morir, porque son iguales a los ángeles. son los hijos de Dios, al ser los hijos de la resurrección.
37. Ahora bien, que los muertos se levantan, hasta Moisés lo manifestó en el arbusto, cuando al Señor -lo- llamó el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob.
38. Porque él no es un Dios de los muertos, sino de los vivos, ya que todos viven para él.
39. + Entonces ciertos escribas respondiendo dijeron, Maestro, has dicho muy bien.
40. Y después de aquello no se atrevieron a preguntarle nada.
41. Y les dijo, ¿Cómo dicen que Cristo es el hijo de David?
42. Y el mismo David dice en el libro de los Salmos, El Señor le dijo a mi Señor, Siéntate a mi mano derecha,
43. Hasta que haga a tus enemigos el banquillo de tus pies.
44. David por tanto lo llama Señor, ¿cómo entonces él es el hijo?
45. + Entonces en la audiencia de todo el pueblo le dijo a sus discípulos,
46. Cuidaos de los escribas, que desean andar con largas túnicas, aman los saludos en los mercados, los sitios más altos de las sinagogas y los altos salones de las fiestas;
47. Los cuales devoran las casas de las viudas, y para darse a conocer hacen largas oraciones; estos mismos recibirán -una- mayor condenación.
Lucas 19
1. Y Jesús entró y pasó por en medio de Jericó.
2. Y mirad que -había- un hombre llamado Zaqueo, el cual era el principal entre los publicanos, y él era rico.
3. Y buscaba ver a Jesús, -ver- quién era él, y no podía debido al gentío, porque era de pequeña estatura.
4. Y corrió hacia adelante, y escaló un árbol sicómoro para verlo, ya que iba a pasar por ese -camino-.
5. Y al llegar Jesús al lugar, miró -hacia- arriba, lo vio, y le dijo, Zaqueo, apresúrate y baja, porque hoy he de quedarme en tu casa.
6. Y él se apresuró, bajó y gozosamente lo recibió.
7. Y cuando -lo- vieron, todos murmuraron, diciendo, Que él se había hecho invitar de un hombre que era un pecador.
8. Y Zaqueo se paró, y le dijo al Señor, Mira Señor, que la mitad de mis bienes se la doy a los pobres; y si alguna cosa le he quitado a algún hombre debido a una falsa acusación, cuatro veces -se- la restauraré.
9. Y Jesús le dijo, Este día la salvación ha llegado a esta casa, por tal cosa, pues también él es un hijo de Abraham.
10. Porque el Hijo del hombre ha venido para buscar y salvar aquello que estaba perdido.
11. Y al oír ellos estas cosas, él añadió y habló una parábola, pues estaba cerca a Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios de inmediato debía aparecer.
12. Por tanto djo, Cierto hombre noble se fue a un país lejano a recibir un reino para él, y para -luego- retornar.
13. Y llamó a sus diez sirvientes, les entregó diez libras y les dijo, Ocupaos hasta que yo venga.
14, Pero sus ciudadanos lo odiaban, y tras él enviaron un mensaje diciendo, No queremos tener a este hombre reinando sobre nosotros.
15. Y vino a pasar que cuando hubo retornado, habiendo recibido el reino, mandó entonces llamar a él a estos sirvientes, a quienes les había dado las monedas, para poder saber cuánto había ganado cada hombre al negociar -con ellas-.
16. Vino entonces el primero, diciendo, Señor, tu libra ha ganado diez libras.
17. Y él le dijo, Bien, buen siervo; porque en lo muy poco has sido fiel, tienes autoridad sobre diez ciudades.
18. Y vino el segundo, diciendo, Señor tu libra ha ganado cinco libras.
19. Y de igual manera le dijo, Hazte también cargo de cinco ciudades.
20. Y otro vino, diciendo, Señor, mira que -aquí está- tu libra, la cual he guardado atesorada en una servilleta;
21. Ya que te temí, porque eres un hombre severo; tú recoges lo que no entregaste, y cosechas lo que no sembraste,
22. Y él le dijo, Por tu propia boca te juzgaré, malvado siervo. Sabías que soy un hombre severo, que recojo lo que no entregué, y cosecho lo que no sembré;
23. ¿Por qué entonces no diste mi moneda al banco, para que a mi venida pudiera yo haber requerido lo mío con usura?
24. Y les dijo a los que a -su- lado se paraban, Tomad de él la libra, y dádse-la- al que tiene diez libras.
25. (Y le dijeron, Señor, tiene diez libras.)
26. Porque os digo, Que a todo aquel que tenga se le dará, y al que no tenga, aún lo que tiene se le quitará.
27. Pero aquellos mis enemigos, los cuales no quiseron que reinara sobre ellos, traedlos acá, y matad-los- delante de mí.
28. + Y cuando hubo hablado esto, se fue adelante, ascendiendo hasta Jerusalén.
29. Y vino a suceder que cuando se había acercado a Betania, al monte llamado de los Olivos, envió a dos de sus discípulos,
30. Diciendo, Id al pueblo del frente, en el cual, al entrar encontraréis un potro atado, en el que ningún hombre aún se ha sentado; desatadlo y traed-lo acá-.
31. Y si algún hombre os pregunta, ¿Por qué -lo- desatáis? le diréis así, Porque el Señor tiene necesidad de él.
32. Y partieron aquellos que fueron enviados, y hallaron -las cosas- tal como él les había dicho.
33. Y cuando estaban desatando el potro, sus dueños les dijeron, ¿Por qué desatáis el potro?
34. Y ellos dijeron, El Señor tiene necesidad de él.
35. Y se lo trajeron a Jesús; echaron sus mantos sobre el potro y pusieron a Jesús sobre él.
36. Y mientras iban, esparcían sus ropas en el camino.
17. Y cuando se hubo acercado, ya en el mismo descenso del monte de los Olivos, la multitud entera de los discípulos comenzó a regicijarse y a alabar a Dios a viva voz por todas las poderosas obras que ellos habían visto;
38. Diciendo, Bendito el Rey que viene en el nombre del Señor; paz en el cielo, y gloria en las alturas.
39. Y algunos de los Fariseos de entre la multitud le dijeron, Maestro, reprende a tus discípulos.
40. Y él respondió y les dijo, Os digo que si estos guardaran silencio, las piedras inmediatamente gritarían.
41. + Y cuando se hubo acercado, contempló la ciudad, y lloró por ella,
42. Diciendo, ¡Si hubieras conocido, aún tú, al menos en este tu día, las cosas -concernientes- a tu paz! Pero ahora se esconden de tus ojos.
43. Porque los días vendrán sobre ti, -en los- que tus enemigos pondrán una trinchera a tu alrededor, te rodearán y te encerrarán por todo lado,
44. Sí, y en el suelo te pondrán y a tus hijos contigo. y en ti no dejarán una piedra sobre otra, debido a que no conociste el momento de tu visitación.
45. Y entró al templo, y comenzó a expulsar a los que allí vendían, y a los que compraban;
46. Diciéndoles, Escrito está, Mi casa es la casa de la oración, mas vosotros la habéis hecho una cueva de ladrones.
47. Y enseñaba diariamente en el templo. Pero los sumos sacerdotes y los escribas y los líderes del pueblo buscaban destruirlo,
48. Y no podían hallar qué hacer, porque toda la gente estaba muy atenta a oirlo.
Lucas 18
1. Y les habló una parábola, para que los hombres oren siempre, sin desmayar.
2. Diciendo, Había en una ciudad un juez, el cual no temía a Dios, ni le importaba el hombre;
3. Y había una viuda en esa ciudad, y vino a él, diciendo, Véngame de mi adversario.
4. Y él no quiso por un tiempo; pero después dijo dentro de él, Así no tema a Dios, ni me importe el hombre,
5. Sin embargo debido a que esta viuda me atribula, la vengaré, no sea que me agote de su continua venida.
6. Y el Señor dijo, Oíd lo que el juez injusto dice.
7. ¿Y no vengará Dios a sus propios electos, los cuales le claman día y noche, así por mucho tiempo los soporte?
8. Os digo que velozmente los vengará. ¿No obstante, cuando el Hijo del hombre venga, encontrará fe en la tierra?
9. Y a ciertas -personas- que confiaban en ellos mismos por ser justos, y despreciaban a otros, -les- habló esta parábola:
10. Dos hombres subieron al templo a orar; el uno un Fariseo, y el otro un publicano.
11. El Fariseo se paró y oró con él mismo así, Dios, te agradezco por no ser yo como los otros hombres, extorsionadores, injustos y adúlteros, ni siquiera como este publicano.
12. Ayuno dos veces a la semana, -y- doy el diezmo de todo lo que poseo.
13. Y el publicano, parado a lo lejos, como -que- no levantaba mucho -sus- ojos al cielo,, sino que se golpeaba el pecho, diciendo, Dios ten misericordia de mi -que soy- un pecador.
14. Os digo, este hombre bajó a su casa justificado -en vez- del otro; porque todo el que se exalte será abatido, y el que se humille, será exaltado.
15. Y también le traían infantes, para que los tocara, pero cuando -sus- discípulos -lo- vieron, los reprendieron.
16. Pero Jesús los llamó -hasta él-, y dijo, Dejad a los niñitos venir a mí, y no les prohibáis, porque de tales es el reino de Dios.
17. De verdad os digo que quienquiera que no reciba el reino de Dios como niño pequeño, de ninguna manera entrará en él.
18. Y cierto gobernante le preguntó, diciendo, Maestro Bueno, ¿Qué haré para heredar la vida eterna?
19. Y Jesús le dijo, ¿Por qué me llamas bueno? nadie -es- bueno, salvo uno, -esto es-, Dios.
20. Tú conoces los mandamientos, No cometas adulterio, No mates, no des falsos testimonios, honra a tu padre y a tu madre,
21. Y él dijo, Todos estos los he guardado desde mi juventud.
22. Ahora bien cuando Jesús oyó estas cosas, le dijo, Aún así te falta una cosa, vende todo lo que tengas, distribúyelo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; y ven y sígueme.
23. Y cuando él oyó esto, se acongojó mucho, porque era muy rico.
24. Y cuando Jesús vió lo mucho que se acongojó, dijo, ¡Muy difícilmente los que tienen riquezas entrarán en el reino de Dios!
25. Pues es más fácil que un camello pase por entre el ojo de una aguja, que un hombre rico entre en el reino de Dios.
26. Y los que -lo- oyeron dijeron, ¿Quién entonces se puede salvar?
27. Y él dijo, Las cosas que son imposibles para los hombres son posibles para Dios.
28. Pedro entonces dijo, Mira que nosotros lo dejamos todo, y te -hemos- seguido.
29. Y les dijo a ellos, De verdad os digo, -que- no hay hombre que haya dejado casa, padres, hermanos, esposa, o hijos por amor al reino de Dios,
30. Que no vaya a recibir mucho más en este tiempo presente, y en el mundo por venir la vida eterna.
31. Tomó entonces a los doce, y les dijo, Mirad que subimos a Jerusalén, y todas las cosas que están escritas por los profetas acerca del Hijo del hombre se cumplirán.
32. Porque él será entregado a los Gentiles, y será burlado, tratado con desprecio y escupido.
33. Y -lo- azotarán, y lo enviarán a la muerte; y al tercer día de nuevo se levantará.
34. Y ellos ninguna de estas cosas entendían; estas palabras estaban escondidas para ellos, tampoco supieron las cosas que se les habló.
35. + Y vino a acontecer que al acercarse él a Jericó, cierto hombre ciego sentado al lado del camino -se encontraba- mendigando;
36. Y oyendo a la multitud pasar, preguntó de qué se trataba.
37. Y le contaron que Jesús de Nazaret pasaba.
38. Y él gritó, diciendo, Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí.
39. Y aquellos que iban delante lo reprendían, para que guardara silencio, pero él gritaba mucho más, Hijo de David, ten misericordia de mí.
40. Y Jesús se paró, y mandó que fuera traído a él, y al estar él cerca, le preguntó,
41. Diciendo, ¿Qué quieres que haga por ti? Y él dijo, Señor, que pueda recibir la vista.
42. Y Jesús le dijo, recibe la vista; tu fe te ha salvado.
43. E inmediatamente recibió la vista, y lo siguió, glorificando a Dios; y toda la gente, al verlo, le daba alabanzas a Dios.
Lucas 17
1. Entonces le dijo a sus discípulos, Es imposible que las ofensas no vayan a llegar, sin embargo ¡ay -de aquel- por quien vengan!
2. Sería mejor para él que una piedra de molino se le colgara a su cuello, y se lanzara al mar, a que ofendiera a uno de estos pequeñitos.
3. + Tened cuidado entre vosotros; si tu hermano transgrede contra ti, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo.
4. Y si transgrede contra ti siete veces en un día, y siete veces en un día se vuelve de nuevo a ti, diciendo, Me arrepiento, lo perdonarás.
5. Y los apóstoles le dijeron al Señor, Incrementa nuestra fe.
6. Y el Señor dijo, Si tuvierais fe como la semilla de un grano de mostaza, podríais decirle a este sicómoro, Desarráigate, y plántate en el mar; y os va a obedecer.
7. Pero ¿cuál de vosotros, teniendo un criado arando o alimentando el ganado, le va a decir más tarde, cuando venga del campo, Ve y siéntate a comer?
8. ¿Y no le dirá más bien, Alista con qué pueda yo cenar, y ajústate y sírveme, hasta que yo haya comido y bebido, y después comerás y beberás?
9. ¿Le agradece a aquel criado por hacer las cosas que se le mandó? Supongo que no.
10. De igual forma también vosotros, cuando hagáis hecho todas esas cosas que se os mandó, decid, Somos criados improductivos; hemos hecho aquello que era nuestro deber hacer.
11. + Y vino a suceder que mientras él iba a Jerusalén, pasó por en medio de Samaria y Galilea.
12. Y mientras entraba a cierto pueblo, lo encontraron diez hombres que eran leprosos, los cuales se paraban de lejos,
13. Y levantaban -sus- voces, diciendo, Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros.
14. Y cuando él -los- vio, les dijo, Id -y- daos a conocer a los sacerdotes. Y aconteció, que, mientras iban, fueron limpiados.
15. Y uno de ellos, al ver que estaba sanado, se volvió, y en voz alta glorificaba a Dios.
16. Y se postró sobre -su- rostro ante sus pies, dándole las gracias; y era un Samaritano.
17. Y Jesús respondiendo dijo, ¿No eran diez los limpios? ¿Pero dónde -están- los nueve?
18. Los que volvieron a darle la gloria a Dios no están, salvo este extranjero.
19. Y le dijo, Levántate, emprende camino; tu fe te ha aliviado.
20. + Y cuando fue demandado por los Fariseos -preguntándosele- cuándo debía venir el reino de Dios, les respondió y dijo, El reino de Dios no viene con observación;
21. Tampoco dirán, ¡Helo acá! o ¡Helo allá! Porque mirad que el reino de Dios dentro de vosotros está.
22. Y a sus discípulos les dijo, Los días vendrán, cuando desearéis ver uno de los días del Hijo del hombre, y no -lo- veréis.
23. Y os dirán, Mira acá, o mira allá; no vayáis tras -ellos-, ni -los- sigáis.
24. Pues como el rayo, que sale alumbrando de una -parte- bajo el cielo, -y- resplandece hasta la otra -parte- bajo el cielo, así también será el Hijo del hombre en su día.
25. Mas primero él debe sufrir muchas cosas, y ser rechazado por esta generación.
26. Y como era en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del hombre.
27. Comían, bebían, se casaban con sus esposas -y- se daban en matrimonio, hasta el día en el que Noé entró en el arca, vino la inundación y a todos los destruyó.
28. De igual manera también como era en los días de Lot, -que- comían, bebían, compraban, vendían, plantaban -y- construían,
29. Mas el mismo día que Lot salió de Sodoma fuego y azufre llovió del cielo, y a todos -los- destruyó.
30. Aún así será en el día cuando sea revelado el Hijo del hombre.
31. En ese día, el que se encuentre en la azotea, y sus cosas en la casa, que no baje a llevárselas; y el que esté en el campo, que de igual manera no retorne.
32. Recordad a la esposa de Lot.
33. Quienquiera que busque salvar su vida la perderá; y cualquiera que pierda su vida la preservará.
34. Os digo, en esa noche habrá dos -hombres- en una cama; el uno será tomado, y el otro será dejado.
35. Dos -mujeres- estarán moliendo juntas; la una será tomada, y la otra dejada.
36. Dos -hombres- estarán en el campo; el uno será tomado, y el otro dejado.
37. Y ellos respondieron y le dijeron, ¿Dónde, Señor? Y él les dijo, Donde sea que -esté- el cuerpo, allí se reunirán y aunarán las águilas.
Lucas 16
1. Y le dijo también a sus discípulos, Hubo un cierto hombre rico, el cual tenía un administrador, y este mismo fue acusado ante él de haber desperdiciado sus bienes.
2. Y él lo llamó, y le dijo, ¿Cómo es que oigo esto de ti? Da cuenta de tu administración, pues puede que no seas más -mi- administrador.
3. El administrador entonces dijo para sí, ¿Qué haré? pues mi señor me quita la administración; no puedo cavar; me da vergüenza mendigar.
4. Estoy resuelto a qué hacer, para que cuando sea puesto fuera de la administración, ellos en sus casas me puedan recibir.
5. Así que llamó a cada uno de los deudores de su señor, y al primero le dijo, ¿Cuánto le debes a mi señor?
6. Y él dijo, cien medidas de aceite. Y él le dijo, Toma tu recibo, siéntate rápido, y escribe cincuenta.
7. Luego dijo al otro, ¿Y cuánto debes tú? Y él dijo, Cien medidas de trigo. Y él le dijo, Toma tu recibo, y escribe ochenta.
8. Y el Señor encomió al administrador injusto, por haber hecho sabiamente, porque los hijos de este mundo en su generación son más sabios que los hijos de la luz.
9. Y yo os digo, haceos amigos por medio del mamón de la injusticia, para que cuando fallezcáis, ellos os puedan recibir en -sus- habitaciones eternas.
10. El que en lo más pequeño es fiel, fiel también en lo mucho es, y el que en lo más pequeño es injusto, injusto también en lo mucho es.
11. Por tanto si no habéis sido fieles con el injusto mamón, ¿Quién encomendará bajo vuestra responsabilidad las verdaderas -riquezas-?
12. Y si no habéis sido fieles con aquello que es de otro hombre, ¿Quién os va a dar aquello que os corresponde?
13. + Ningún criado puede servir a dos maestros, pues u odiará al uno, y amará al otro, o se aferrará al uno, y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a mamón.
14. Y los Fariseos también, quienes eran avaros, oían todas estas cosas, y lo escarnecían.
15. Y les dijo, Vosotros sois -de- los que os justificáis delante de los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones, porque aquello que es de alta estima entre los hombres, es una abominación a la vista de Dios.
16. La ley y los profetas -fueron- hasta Juan; desde ese momento el reino de Dios se predica, y todo hombre se apresura a entrar en él.
17. Y es más fácil que el cielo y la tierra pasen, a que falle un ápice de la ley.
18. Cualquiera que deseche a su esposa, y se case con otra, comete adulterio; y cualquiera que se case con la que de -su- esposo es desechada comete adulterio.
19. + Hubo cierto hombre rico, el cual se vestía con púrpura y lino fino, y le iba suntuosamente cada día.
20. Y había cierto mendigo llamado Lázaro, el cual yacía a su portón, lleno de llagas,
21. Y deseaba alimentarse con las migajas que caían de la mesa del hombre rico; es más, los perros venían y lamían sus llagas.
22. Y vino a acontecer que el mendigo murió, y fue cargado por los ángeles al seno de Abraham; el rico también murió y fue enterrado;
23. Y en el infierno levanta sus ojos, estando en los tormentos, y ve a Abraham bien lejos, y a Lázaro en su seno.
24. Y clamó y dijo, Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que pueda mojar la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua, pues me atormenta esta llama.
25. Pero Abraham dijo, Hijo, recuerda que tú en tu tiempo de vida recibiste tus cosas buenas, e igualmente Lázaro cosas malas; mas ahora él es comfortado, y tú eres atormentado.
26. Y además de todo esto, se ha fijado una gran brecha entre nosotros y vosotros, para que aquellos que de aquí hasta vosotros quieran pasar no puedan; ni tampoco aquellos que de allá hasta nosotros -quieran- pasar -lo- puedan.
27. Él dijo entonces, te ruego por tanto, padre, que lo envíes a la casa de mi padre;
28. Porque tengo cinco hermanos, para que les pueda atestiguar, no sea que también lleguen a este lugar de tormento.
29. Abraham le dice, Tienen a Moisés y a los profetas; que los oigan.
30. Y él dijo, No, padre Abraham; pero si uno de los muertos fuera a ellos, se van a arrepentir.
31. Y él le dijo, Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco serán persuadidos, así uno se levante de los muertos.
Lucas 15
1. Se le acercaron entonces todos los publicanos y pecadores para oírle.
2. Y los Fariseos y escribas murmuraban, diciendo, Este hombre recibe a los pecadores, y come con ellos.
3. + Y él les habló esta parábola, diciendo,
4. ¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el yermo, y va tras la que está perdida, hasta que la encuentra?
5. Y cuando llega a casa, llama -y- reúne a -sus- amigos y vecinos, diciéndoles, Regocijaos conmigo, porque encontré mi oveja que estaba perdida.
7. Os digo, que igual gozo habrá en el cielo por un pecador que se arrepiente, más que por noventa y nueve personas justas, que no necesitan de arrepentimiento.
8 + ¿O qué mujer teniendo diez piezas de plata, si pierde una pieza, no alumbra con una lámpara, barre la casa, y busca diligentemente hasta encontrar-la-?
9. Y cuando -la- haya encontrado llama a -sus- amigos y vecinos, -los- reúne, diciendo, Regocijaos conmigo, porque he encontrado la pieza que había perdido.
10. De igual manera, os digo -que- hay gozo en la presencia de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.
11. + Y dijo, Cierto hombre tenía dos hijos;
12. Y el más joven de ellos dijo a -su- padre, Padre, dame la porción de bienes que recae -sobre mí-.
13. Y no muchos días después el hijo joven reunió y aunó todo, y formó viaje a un país lejano; allí agotó sus pertenencias viviendo desordenadamente.
14. Y cuando hubo gastado todo, se levantó una poderosa hambruna en esa tierra, y comenzó a tener escacez.
15. Y fue y se unió a un ciudadano de aquel país, y él lo envió a sus campos para que alimentara a los cerdos.
16. Y de buena gana deseaba haber llenado su vientre de las cáscaras que los cerdos comían; y ningún hombre le daba.
17. Y cuando vino en sí, dijo, ¿Cuántos sirvientes asalariados de mi padre tienen suficiente pan y de sobra, y yo perezco de hambre?
18. Me levantaré e iré a mi padre, y le diré, Padre, ha pecado contra el cielo y delante de ti.
19. Y no soy más digno de ser llamado tu hijo; hazme como uno de tus sirvientes asalariados.
20. Y se levantó, y vino a -donde- su padre. Mas cuando aún estaba muy lejos, su padre lo vio, y tuvo compasión, y corrió, y cayó sobre su cuello, y lo besó.
21. Y el hijo le dijo, Padre, he pecado contra el cielo, y a tu vista, y no soy más digno de ser llamado hijo tuyo.
22. Pero el padre -le- dijo a sus criados, Traed la mejor túnica, y ponédse-la; y colocad un anillo en su mano, y calzado en -sus- pies;
23. Y traed acá al ternero más robusto, y matad-lo-; y comamos y celebremos
24. Porque este hijo mío estaba muerto y vivo está de nuevo, y estaba perdido y es encontrado. Y comenzaron a celebrar.
25. Ahora bien su hermano mayor se encontraba en el campo, y al venir y acercarse a la casa, oyó música y bailes.
26. Y llamó a uno de los siervos, y preguntó qué significaban estas cosas.
27. Y él le dijo, Tu hermano ha llegado, y tu padre ha matado al ternero más robusto, pues lo ha recibido sano y salvo.
28. Y se enojó, y no quería entrar; por tanto salió su padre, y le rogaba.
29. Y él respondiendo le dijo a -su- padre, Mira que estos muchos años yo te sirvo, no he transgredido en ningún momento tu mandamiento, y sin embargo nunca me diste un cabrito, para poder alegrarme con mis amigos;
30. Pero tan pronto como tu hijo hubo llegado, el cual ha devorado tu sustento con rameras, tú el ternero más robusto le has matado.
31. Y él le dijo, Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo que tengo es tuyo.
32. Era conveniente que celebráramos y nos alegráramos, porque este hermano tuyo estaba muerto y vivo está de nuevo, y estaba perdido y es encontrado.
Lucas 14
1. Y vino a acontecer que mientras entraba en la casa de uno de los Fariseos jefes a comer pan en el día sabat, que ellos lo observaban.
2. Y mirad que había cierto hombre delante de él que tenía un edema.
3. Y Jesús respondiendo le habló a los doctores de la ley y a los Fariseos, diciendo, ¿Es legal sanar en el día sabat?
4. Y ellos guardaron silencio. Él -lo- tomó, lo sanó, y lo dejó ir;
5. Y les respondió, diciendo, ¿Cuál de vosotros que tenga un asno o un buey caído en un pozo, no lo sacará al momento en el día sabat?
6. Y de nuevo no pudieron responderle estas cosas.
7. + Y él expuso una parábola a aquellos que estaban convidados, al señalar cómo escogían los principales lugares, diciéndoles,
8. Cuando alguien te convide a una boda, no te sientes en el lugar más alto, no sea que un hombre más honorable que tú por él sea invitado;
9. Y el que los invitó venga y te diga, Dale el lugar a este hombre, y con vergüenza comiences a tomar el lugar más bajo.
10. Mas cuando te conviden, ve y siéntate en el sitio más bajo, para que cuando el que te invitó, venga -y- te pueda decir, Amigo, sube más alto; entonces tendrás recononcimiento en presencia de aquellos que se sienten a comer contigo.
11. Porque cualquiera que se exalte será abatido, y el que se humille será exaltado.
12. + Le dijo entonces al que lo había convidado, Cuando hagas una comida o una cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus familiares, o vecinos ricos, no sea que de nuevo te conviden, y se te de una recompensa.
13. Pero cuando hagas una fiesta, llama a los pobres, los mancos, los cojos, y los ciegos;
14. Y serás bendecido, porque no te pueden recompensar, pues te será recompensado en la resurrección de los justos.
15. + Y cuando uno de ellos que se sentó a comer con él oía estas cosas, le dijo, Bendito el que coma pan en el reino de Dios,
16. Entonces le dijo a él, Cierto hombre hizo una gran cena, y a muchos convidó;
17. Y envió a su siervo a la hora de la cena a decirles a los que estaban convidados, Ven, porque todas las cosas ya están listas.
18. Y todos ellos a una comenzaron a dar excusas. El primero le dijo, He comprado un lote de tierra, y debo por cierto ir y verla; te ruego que me excuses.
19. Otro dijo, He comprado cinco yugos de buey, y me voy a probarlos. Te ruego que me excuses.
20. Y otro dijo, Me he casado con una esposa, y por tanto no puedo llegar.
21. Así que el criado llegó y le dio a conocer estas cosas. Entonces el maestro de la casa enojándose le dijo a su siervo, Sal rápidamente a las calles y pasajes de la ciudad, y trae acá a los pobres, a los mancos, a los cojos y a los ciegos.
22. Y el sirviente dijo, Señor, como has mandado se ha hecho, y aún hay lugar.
23. Y el Señor le dijo al criado. Sal a los caminos principales, y a los setos, y oblíga-los- a entrar, para que mi casa se pueda llenar.
24. Porque os digo, Que ninguno de aquellos hombres que fueron convidados mi cena probarán.
25. + Y con él iban grandes multitudes; y se volvió, y les dijo,
26. Si alguno viene a mí, y no odia a padre, madre, esposa, hijos, hermanos y hermanas, sí, y también a su propia vida, mi discípulo no puede ser.
27. Y cualquiera que no cargue su cruz y venga después de mí, mi discípulo no puede ser.
28. ¿Porque cuál de vosotros, proponiéndose construir una torre, no se sienta primero, y cuenta el costo, si tiene -suficiente- para terminar-la-?
29. No sea que de pronto, tras haber puesto la fundación, no sea capaz de terminar-la-, -y- todos los que -la- miren comiencen a burlarse de él,
30. Diciendo, Este hombre comenzó a construir, y no fue capaz de terminar.
31. O qué rey, yendo a hacer guerra contra otro rey, no se sienta primero, y consulta si es capaz con diez mil de salir al encuentro del que viene contra él con veinte mil?
32. De otra manera, mientras el otro aún se encuentra bien lejos, envía una embajada, y desea condiciones de paz.
33. Igualmente así, cualquiera de vosotros que no abandone todo lo que tenga, mi discípulo no puede ser.
34. + Buena -es- la sal; pero si la sal ha perdido su sabor, ¿con qué esta se sazonará?
35. Ni para la tierra es apta, ni siquiera para el estercolero; -sino que-los hombres la echan fuera. El que tiene oídos para oír, que oiga.