Juan 21

1. Después de estas cosas Jesús se manifestó de nuevo a su discípulos en el mar de Tiberías; y de esta manera se manifestó:
2. Estaban juntos Simón Pedro, Tomás llamado Dídimo, Natanael de Caná de Galilea, los -hijos- de Zebedeo, y otros dos de sus discípulos.
3. Simón Pedro les dice, Voy a pescar. Ellos le dicen, Vamos también contigo. Salieron y entraron de inmediato a una barca; y esa noche no cogieron nada.
4. Pero cuando hubo venido la mañana, Jesús se paró en la playa; aunque los discípulos no sabían que era Jesús.
5. Entonces Jesús les dice, Hijos, ¿Tenéis algo de comida? Ellos le respondieron, No.
6. Y él les dijo, Lanzad la red al otro lado del barco, y encontraréis. Ellos por tanto -la- lanzaron, y ya no fueron capaces de recogerla por la multitud de peces -en ella-.
7. Por tanto aquel discípulo a quien Jesús amó -le- dice a Pedro, Es el Señor. Ahora bien cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se ajustó -su- manto de pescador, (porque estaba desnudo,) y se lanzó al mar,
8. Y los otros discípulos llegaron en una pequeña barca, (porque no estaban lejos de tierra, sino a unos doscientos codos,) arrastrando la red con peces.
9. Tan pronto hubieron llegado a tierra, vieron brasas allí, peces puestos en ellas, y pan.
10. Jesús les dice, Traed de los peces que habéis ya cogido.
11. Simón Pedro subió, y acercó la red a tierra llena de grandes peces, y por todos eran ciento cincuenta y tres, así de tantos, sin embargo la red no se rompió.
12. Jesús les dice, Venid -y- comed. Y ninguno de los discípulos se atrevió a preguntarle, ¿Quién eres? sabiendo que era el Señor.
13. Jesús viene entonces, toma -el- pan, se los da, e igualmente -los- peces.
14. Esta es ya la tercera vez que Jesús se manifestó a sus discípulos, después de haberse levantado de los muertos.
15. + Asi que cuando hubieron comido, Jesús -le- dice a Simón Pedro, Simón. -hijo- de Jonás, ¿Me amas más que estos? Él le dice, Sí, Señor tú sabes que te amo. Él le dice, Alimenta mis corderos.
16. De nuevo le dice la segunda vez, Simón, -hijo- de Jonás, ¿me amas? Él le dice, Sí, Señor; tú sabes que te amo. Él le dice, Alimenta mis ovejas.
17. Le dice la tercera vez, Simón, -hijo- de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció porque le dijo la tercera vez, ¿me amas? Y le dijo, Señor, tú sabes todas las cosas; sabes que te amo. Jesús le dice, Alimenta mis ovejas.
18. En verdad y de veras te digo, Cuando eras joven, te ajustabas sólo y caminabas a donde querías; pero cuando seas viejo, extenderás tus manos, y otro te ajustará, y te llevará a donde no quieras.
19. Esto hablaba significando con qué muerte él iba a glorificar a Dios. Y cuando hubo hablado esto, le dice, Sígueme.
20. Entonces Pedro, volteándose, ve al discípulo a quien Jesús amaba siguiéndo-le-, quien se recostó también en su pecho en la cena, y -le- dijo, Señor, ¿cuál es el que te traiciona?
21. Pedro viéndolo -le- dice a Jesús, Señor, ¿y este hombre qué?
22. Jesús le dice, Si yo quiero que él se quede hasta que yo venga, ¿a tí qué? tú sígueme.
23. Este dicho entonces salió entre los hermanos, que aquel discípulo no iba a morir; sin embargo Jesús no le dijo, Él no va a morir; sino que Si yo quiero que él se quede hasta que yo venga, ¿a tí qué?
24. Este es el discípulo que atestigua de estas cosas, y -que- escribió estas cosas, y sabemos que su testimonio es veraz.
25. Y hay también muchas cosas que Jesús hizo, las cuales, si cada una -de ellas- se escribiera, supongo que aún el mismo mundo no podría contener los libros que se fueran a escribir. Amén.

Tomado de la SANTA BIBLIA King James
Vertida al Español (KJVE)
Por Héctor Darío Medina

Isaías


Diciembre 2024

Juan 20

1. El primer día de la semana llega María Magdalena temprano, siendo aún oscuro, al sepulcro, y ve la piedra retirada del sepulcro.
2. Entonces ella corre, y llega a donde Simón Pedro, y al otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dice, Han quitado al Señor del sepulcro, y no sabemos donde lo han colocado.
3. Pedro por tanto salió, y el otro discípulo, y llegaron al sepulcro.
4, Así que corrieron juntos; y el otro discípulo corrió más rápido que Pedro, y llegó primero al sepulcro.
5. Y se agachó, vio las telas de lino dejadas; sin embargo no entró.
6. Viene entonces Simón Pedro tras él, entró al sepulcro, y ve las telas de lino dejadas,
7. Y el paño pequeño, que envolvía su cabeza, no yacía con las telas de lino, sino doblado sólo en un lugar.
8. Entonces entró también aquel otro discípulo, que llegó primero al sepulcro, y vio y creyó.
9. Porque todavía no conocían la escritura de que de nuevo él se debía levantar de los muertos.
10. Entonces los discípulos se fueron de nuevo a su casa.
11. + Pero María se paró afuera del sepulcro llorando; y mientras lloraba, se agachaba, -y miraba- en el sepulcro,
12. Y ve a dos ángeles con -vestidos- blancos sentados, el uno a la cabeza, y el otro a los pies de donde el cuerpo de Jesús había yacido.
13. Y ellos le dicen, Mujer, ¿por qué lloras? Ella les dice, Porque han quitado a mi Señor, y no sé dónde lo han colocado.
14. Y cuando hubo dicho esto, se volvió a sus espaldas, y vio a Jesús parado, y no sabía que era Jesús.
15. Jesús le dice, Mujer, ¿por qué lloras? ¿a quién buscas? Ella, suponiendo que era el jardinero, le dice, Señor, si tú te lo has llevado de acá, dime dónde lo has colocado, y yo lo tomaré.
16. Jesús le dice, María. Ella se volvió, y le dice, Raboni, lo cual es para decir, Maestro.
17. Jesús le dice, No me toques, porque aún no he ascendido hasta mi Padre; pero ve a donde mis hermanos, y diles, Yo asciendo a donde mi Padre, y a vuestro Padre, y a mi DIos, y a vuestro Dios.
18. María Magdalena llegó y le contó a los discípulos que había visto al Señor, y -que- él le había hablado estas cosas a ella.
19. + Entonces ese mismo día al atardecer, siendo el primero de la semana, cuando estaban cerradas las puertas donde los discípulos estaban juntos por temor a los Judíos, llegó Jesús y se paró en el medio, y les dice, Paz para vosotros.
20. Y cuando hubo dicho esto, les dio a conocer -sus- manos y su costado. Los discípulos entonces se alegraron, cuando vieron al Señor.
21. Jesús entonces les dijo de nuevo, Paz para vosotros, como -mi- Padre me envió, así también yo os envío.
22. Y cuando hubo dicho esto, sopló sobre -ellos-, y les dijo, Recibid el Espíritu Santo;
23. A quienes les absolváis -sus- pecados, absueltos les serán; -y- a quienes les retengáis -sus pecados-, retenidos les serán.
24. + Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no se encontraba con ellos cuando llegó Jesús.
25. Los otros discípulos por tanto le dijeron, Hemos visto al Señor. Pero él les decía, A no ser que yo vea en sus manos la marca de los clavos, y dentro de la marca de los clavos ponga mi dedo, y en su costado meta mi mano, no creeré.
26. + Y después de ocho días estaban sus discípulos de nuevo adentro, y Tomás con ellos; -entonces- vino Jesús, las puertas estando cerradas, y se paró en el medio, y dijo, Paz para vosotros.
27. Le dijo entonces a Tomás, Alcanza acá tu dedo, y mira mis manos; y alcanza acá tu mano, y méte-la- aquí en el costado, y no seas falto de fe, sino crédulo.
28. Y Tomás respondió y le dijo, Mi Señor y mi Dios.
29. Jesús le dice, Tomás, por haberme visto has creído; benditos los que sin haber visto han creído.
30. + Y muchas otras señales en verdad hizo Jesús en la presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro;
31. Pero estas están escritas para que podáis creer que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, podáis tener vida a través de su nombre.

Juan 19

1. Pilato por tanto entonces tomó a Jesús, y -lo- azotó.
2, Y los soldados trenzaron una corona de espinas, -la- pusieron sobre su cabeza, y le colocaron una túnica púrpura,
3. Le decían, ¡Salve, rey de los Judíos! Y lo golpeaban con sus manos.
4. Pilato por tanto salió de nuevo, y les dice, Mirad, os lo traigo, para que sepáis que no hallo falta en él.
5. Vino entonces Jesús, llevando la corona de espinas, y con la túnica púrpura. Y -Pilato- les dice, ¡Mirad al hombre!
6. Cuando los sumos sacerdotes por tanto y los oficiales lo vieron, gritaron -y- dijeron, Crucifíca-lo-, crucifícal-lo-. Pilato les dice, Tomadlo vosotros, y crucificad-lo-, porque yo no encuentro falta en él.
7. Los Judíos le respondieron, Tenemos una ley, y por nuestra ley debe morir, porque se hizo el Hijo de Dios.
8. +Cuando Pilato por tanto oyó esas palabras, tuvo más miedo;
9. Y de nuevo entró a la sala del juicio, y le dice a Jesús, ¿De dónde eres? Pero Jesús no le dio respuesta.
10. Pilato entonces le dice, ¿No me hablas a mí? ¿no sabes que tengo poder para crucificarte, y -que- tengo poder para liberarte?
11. Jesús respondió, No podrías tener -ningún- poder en mi contra, a no ser que te hubiera sido dado de arriba. Por ello el que te entregó a mí tiene mayor pecado.
12. Y desde allí en adelante Pilato buscaba liberarlo, pero los Judíos gritaban diciendo, Si dejas ir a este hombre, no eres amigo del César; quienquiera que se haga a sí mismo rey, habla en contra del César.
13. Al escuchar por tanto Pilato esas palabras, trajo a Jesús, se sentó en la silla del juicio en un lugar que llaman El Pavimento, pero en Hebreo, Gábata.
14. Y era la preparación de la Pascua, alrededor de la sexta hora, y le dice a los Judíos, ¡Mirad a vuestro Rey!
15. Pero ellos gritaban, Fuera, fuera, crucifícale. Pilato les dice, ¿Voy a crucificar a vuestro Rey? Los sumos sacerdotes respondieron, Ningún rey tenemos, sólo al César.
16. Entonces se los entregó por tanto a ellos para que fuera crucificado. Y ellos lo tomaron, y se lo llevaron.
17. Y él, cargando su cruz se adentró a un lugar llamado, El Cráneo, el cual se llama en Hebreo Gólgota,
18. En donde lo crucificaron, y a otros dos con él, uno a cada lado, y Jesús en el medio.
19. + Y Pilato escribió un título, y -lo- puso en la cruz. Y el escrito era, JESÚS DE NAZARET EL REY DE LOS JUDÍOS.
20. Muchos de los Judíos entonces leyeron este título, porque el lugar donde Jesús fue crucificado se encontraba cerca a la ciudad, y estaba escrito en Hebreo, -en- Griego y -en- Latín.
21. Los sumos sacerdotes de los Judíos -le- dijeron entonces a Pilato, No escribas, El Rey de los Judíos. sino que Él dijo, Yo soy el Rey de los Judíos.
22. Pilato respondió, Lo que escribí, escribí.
23. + Entonces los soldados, cuando hubieron crucificado a Jesús, tomaron sus vestiduras, e hicieron cuatro repartos, a cada soldado un reparto; y también -su- manto; ahora bien, el manto estaba sin costura, tejido todo desde arriba.
24. Ellos por tanto dijeron entre sí, No lo rasguemos, sino que echemos suertes sobre él, -a ver- de quién será; para que se pudiera cumplir la escritura que dice, Repartieron mis vestiduras entre ellos, y por mi manto echaron suertes. Estas cosas por tanto hicieron los soldados.
25. + Ahora bien, -se hallaban- allí parados al lado de la cruz de Jesús su madre y la hermana de su madre, María la -esposa- de Cleofás, y María Magdalena.
26. Cuando Jesús por tanto vio a su madre, y al disípulo parado al lado, a quien él amaba, dice a su madre, ¡Mujer, mira a tu hijo!
27. Le dice entonces al discípulo, ¡Mira a tu madre! Y desde aquella hora aquel discípulo la llevó a su -hogar-.
28. + Después de esto, Jesús sabiendo que todas las cosas ya estaban cumplidas, y- para que la escritura se pudiera cumplir, dice, Tengo sed.
29. Ahora bien, se había arreglado una vasija llena de vinagre; llenaron una esponja de vinagre. -la- colocaron sobre hisopo -y- la pusieron en su boca.
30. Cuando Jesús por tanto hubo recibido el vinagre, dijo, Se teminó. inclinó su cabeza, y entregó el espíritu,
31. Los Judíos por tanto, debido a que era la preparación, para que los cuerpos no permanecieran en la cruz el día sabat, (ya que ese día sabat era un día solemne,) le rogaron a Pilato que sus piernas se pudieran quebrar, y los pudieran retirar.
32. Vinieron entonces los soldados, y quebraron las piernas del primero, y del otro que fue crucificado con él.
33. Pero cuando llegaron a Jesús, y vieron que ya estaba muerto, no quebraron sus piernas;
34. Mas uno de los soldados perforó su costado, y en el acto salió agua y sangre.
35. Y el que -lo- vio dio testimonio, y su testimonio es veraz; y él sabe que lo que dice es veraz, para que podáis creer.
36. Porque estas cosas fueron hechas, para que la escritura se cumpliera, Hueso -alguno- no se -le- quebrará.
37. + Y de nuevo otra escritura dice, mirarán al que perforaron.
38. + Después de esto José de Arimatea, siendo un discípulo de Jesús, pero en secreto por temor a los Judíos, le rogó a Pilato poder retirar el cuerpo de Jesús; y Pilato -le- dio permiso. Vino por tanto, y tomó el cuerpo de Jesús.
39. Vino también Nicodemo, el cual al comienzo llegó por la noche a donde Jesús, y trajo una mezcla de mirra y áloes, de alrededor de cien libras de -peso-.
40. Tomaron entonces el cuerpo de Jesús, y lo envolvió en telas de lino con especias, a la manera como los Judíos entierran.
41. Ahora bien, en el lugar donde fue crucificado había un jardín; y en el jardín un sepulcro nuevo en donde nunca yació hombre -alguno-.
42. Por tanto allí colocaron a Jesús a causa del -día de- la preparación; ya que el sepulcro se encontraba cerca -y- a la mano.

Juan 18

1. Cuando Jesús hubo hablado estas palabras, se fue con sus discípulos más allá del arroyo de Cedrón, donde había un jardín al cual él entraba junto con sus discípulos.
2. Y Judas, el cual lo traicionó, también conocía el lugar, porque Jesús con frecuencia recurría allá con sus discípulos.
3. Judas entonces, habiendo recibido una banda -de hombres- y oficiales de los sumos sacerdotes y Fariseos, llega allí con linternas, antorchas y armas.
4. Jesús por tanto, conociendo todas las cosas que debían sobrevenirle, se adelantó, y les dijo, ¿A quién buscáis?
5. Ellos le respondieron, A Jesús de Nazaret. Jesús les dice, Yo soy. Y Judas también, el cual lo traicionó, se paraba con ellos.
6. Tan pronto él les hubo dicho, Yo soy, se fueron para atrás. y cayeron al suelo.
7. De nuevo entonces les preguntó, ¿A quién buscáis? Y ellos dijeron, A Jesús de Nazaret.
8, Jesús respondió, Os he dicho que yo soy; si por tanto me buscáis, dejad marchar a estos;
9. Para que las palabras se pudieran cumplir, las cuales habló, De aquellos que tú me diste ninguno he perdido.
10. Entonces Simón Pedro teniendo una espada la sacó, hirió al sirviente del sumo sacerdote, y cortó su oreja derecha. El nombre del sirviente era Malco.
11. Entonces Jesús le dijo a Pedro, Pon tu espada en la vaina; ¿la copa que mi Padre me ha dado, no la beberé?
12. Entonces la banda, el capitán y los oficiales de los Judíos cogieron a Jesús, y lo ataron,
13. Y primero lo dirigieron a Anás porque era el suegro de Caifás, quien era el sumo sacerdote para ese año.
14. Ahora bien Caifás fue aquel que dio el consejo a los Judíos, de que era conveniente que un hombre muriera por el pueblo.
15. + Y Simón Pedro seguía a Jesús, e -igualmente- otro discípulo; aquel discípulo era conocido por el sumo sacerdote, y entró con Jesús al palacio del sumo sacerdote.
16. Pero Pedro se paró a la puerta de afuera. Salió entonces aquel otro discípulo, el cual era conocido por el sumo sacerdote, le habló a la que guardaba la puerta, y entró a Pedro.
17. Entonces la damisela que guardaba la puerta -le- dice a Pedro. ¿No eres tú también de los discípulos de este hombre? Él dice, No -lo- soy.
18. Y los criados y oficiales, los cuales habían hecho una fogata con brasas, porque hacía frío se pararon allí, y se calentaron; Pedro se paró con ellos a calentarse.
19. + El sumo sacerdote entonces le preguntó a Jesús -acerca- de sus discípulos y de su doctrina.
20. Jesús le respondió, Abiertamente hablé al mundo; siempre enseñé en la sinagoga y en el templo, a donde los Judíos siempre recurrían, y nada he dicho en lo secreto.
21. ¿Por qué me preguntas? Pregúntale a los que me oyeron lo que les he dicho; mira que ellos saben lo que yo dije.
22. Y cuando hubo hablado así, uno de los oficiales que se paraba al lado golpeó a Jesús con la palma de su mano, diciendo, ¿Así respondes al sumo sacerdote?
23. Jesús le respondió, Si he hablado mal, da testimonio del mal, ¿pero si -ha sido- bien, por qué me golpeas?
24. Ahora -emtonces- Anás lo había enviado atado a Caifás el sumo sacerdote.
25. Y Simón Pedro se paraba y se calentaba. Ellos por tanto le dijeron, ¿No eres tú también de sus discípulos?
26. Él -lo- negó, y dijo, No -lo- soy.
26. Uno de los sirvientes del sumo sacerdote, siendo pariente de aquel a quien Pedro había cortado la oreja, dice, ¿No te vi yo en el jardín con él?
27. Pedro entonces de nuevo -lo- negó, e inmediatamente el gallo cantó.
28. + Ellos entonces dirigieron a Jesús de Caifás a la sala del juicio; y era temprano; y no entraron a la sala del juicio, no fuera ser que se contaminaran; -y- más bien poder comer la pascua.
29. Pilato entonces salió donde ellos, y dijo, ¿Qué acusación traéis contra este hombre?
30. Ellos respondieron y le dijeron, Si no fuera un malefactor, no te lo hubiéramos entregado.
31. Pilato entonces les dijo, Tomadlo y juzgadlo de acuerdo a vuestra ley. Los Judíos por tanto le dijeron, No nos es legal llevar un hombre a la muerte.
32. Para que el dicho de Jesús se pudiera cumplir, el cual él habló, significando de qué muerte iba a morir.
33. Pilato entonces entró de nuevo a la sala del juicio, y llamó a Jesús, y le dijo, ¿Eres tú el Rey de los Judíos?
34. Jesús le respondió, ¿Dices esta idea de ti mismo. u otros ta la dicen de mí?
35. Pilato respondió, ¿Soy yo Judío? Tu propia nación y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?
36. Jesús respondió, Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis siervos entonces pelearían para que no fuera entregado a los Judíos; pero mi reino ahora no es de acá.
37. Pilato entonces le dijo, ¿Eres rey entonces? Jesús respondió, Tú dices que soy rey. Para este fin nací, y por esta causa vine al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo aquel que es de la verdad oye mi voz.
38. Pilato le dice, ¿Qué es la verdad? Y cuando hubo dicho esto, salió de nuevo donde los Judíos, y les dice, No encuentro falta en él.
39. Mas vosotros tenéis una costumbre, que os debo liberar uno en la pascua. ¿Queréis por tanto que os libere al Rey de los Judíos?
40. Entonces gritaron todos de nuevo, diciendo, No a este hombre, sino a Barrabás. Ahora bien, Barrabás era un ladrón.

Juan 17

1. Estas cosas habló Jesús, y levantó sus ojos al cielo, y dijo, Padre, ha llegado la hora, glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo también te pueda glorificar;
2. -Así- como le has dado poder sobre toda carne, para que dé vida eterna a cuantos le has dado.
3. Y esta es la vida eterna, que ellos puedan conocerte, al único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien has enviado.
4. Yo te he glorificado en la tierra, he terminado la obra que para hacer me diste.
5. Y ahora, Oh Padre, glorifícame con tu mismo ser, con la gloria que tuve contigo antes de que el mundo fuera.
6. He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste, eran tuyos, y me los diste, y han guardado tu palabra.
7. Ahora han conocido que todas y cada una de las cosas que me has dado hacen parte de tí.
8. Pues les he dado las palabras que tú me diste, y -las- han recibido, y han conocido ciertamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste.
9. Oro por ellos, no por el mundo, sino por aquellos que tú me has dado, porque son tuyos.
10. Todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío, y yo en ellos me glorifico.
11. Y ya no estoy más en el mundo, pero estos están en el mundo, y llego a ti. Padre Santo, mantén por medio de tu mismo nombre a aquellos que me has dado, para que puedan ser uno como -lo somos- nosotros.
12. Mientras estuve en el mundo con ellos, los guardé en tu nombre; he guardado a aquellos que me diste, y ninguno de ellos se ha perdido, salvo el hijo de perdición, para que se pudiera la escritura cumplir.
13. Y ahora vengo a ti, y estas cosas hablo en el mundo, para que puedan tener mi gozo completo en ellos mismos.
14. Les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
15. No oro para que los quites del mundo, sino para que los guardes del mal.
16. No son del mundo, así como yo no soy del mundo.
17. Santifícalos por medio de tu verdad; tu palabra es verdad.
18. Como me enviaste al mundo, así también los he enviado al mundo.
19. Y por su causa me santifico, para que por medio de la verdad ellos también se puedan santificar.
20. Tampoco oro sólo por estos, sino además por aquellos que creerán en mí a través de la palabra de ellos,
21. Para que todos puedan ser uno, como tú Padre -lo eres- en mí, y yo en ti, que ellos también puedan ser uno en nosotros, para que el mundo pueda creer que tú me has enviado
22. Y la gloria que me tú diste les he dado, para que puedan ser uno, así como nosotros somos uno.
23. Yo en ellos, y tú en mí, para que puedan hacerse perfectamente uno, y que el mundo pueda saber que tú me has enviado, y los has amado como tú me has amado.
24. Padre, quiero que ellos también, aquellos que me has dado, estén conmigo donde yo esté, para que puedan contemplar mi gloria, la cual me has dado, pues antes de la fundación del mundo tú me amaste.
25. Oh Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y estos han sabido que tú me enviaste.
26. Y a ellos les he declarado tu nombre, y -lo- declararé, para que el amor con el que me tú has amado pueda estar en ellos, y yo en ellos.

Juan 16

1. Estas cosas os he hablado para que no os ofendáis.
2. Os sacarán de las sinagogas, sí, el tiempo viene, en el que cualquiera que os mate pensará que está haciéndole un servicio a Dios.
3. Y estas cosas os harán, porque no han conocido al Padre, ni tampoco a mí.
4. Pero os he dicho estas cosas, para que cuando venga el momento, podáis recordar que os las dije. Y al comienzo no os dije estas cosas porque con vosotros estaba.
5. Pero ahora me marcho al que me envió, y ninguno me pregunta, ¿A dónde vas?
6. Sino que por haberos dicho estas cosas, la pena ha llenado vuestro corazón.
7. Sin embargo os digo la verdad, Os conviene que me vaya, pues si no me voy, el Consolador no vendrá a vosotros, pero si parto, os lo enviaré.
8. Y cuando él venga, reprenderá al mundo por el pecado, con justicia, y con juicio;
9. Por el pecado, por no creer en mí;
10. Con justicia, porque a mi Padre voy, y no me veréis más.
11. -Y- con juicio, porque -ya- está juzgado el príncipe de este mundo.
12. Aún tengo que deciros muchas cosas, pero ahora no las podéis sobrellevar.
13. Sin embargo cuando él, el Espíritu de verdad venga, os guiará a toda verdad, pues no hablará por su cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os dará a conocer cosas por venir.
14. Él me glorificará, pues de lo mío recibirá, y os -lo- dará a conocer.
15. Todas las cosas que el Padre tiene son mías, por eso dije que él tomará de lo mío y os -lo- dará a conocer.
16. Un poquito más, y no me veréis, y de nuevo un poquito más, y me veréis, porque al Padre voy.
17. -Algunos- de sus discípulos dijeron entonces entre ellos, ¿Qué es esto que nos dice, Un poquito más, y no me veréis, y de nuevo un poquito más, y me veréis; y, Porque al Padre voy?
18. Se decían por tanto, ¿Qué es esto que dice, Un poquito más? No podemos entender lo que dice.
19. Ahora bien, Jesús sabía que estaban deseosos de preguntarle, y les dijo, ¿Inquirís entre vosotros acerca de que dije, Un poquito más, y no me veréis, y de nuevo un poquito más, y me veréis?
20. De verdad -y- de veras os digo, que vosotros lloraréis y os lamentaréis, pero el mundo se regocijará, y os entristeceréis, pero vuestra pena se convertirá en gozo.
21. Cuando una mujer está en parto, tiene pesar porque ha llegado su hora, mas tan pronto da a luz al niño, no recuerda más la angustia, por el gozo de que un hombre haya nacido en el mundo.
22. Y por tanto vosotros ahora tenéis pesar, pero de nuevo os veré, y vuestro corazón se regocijará, y ningún hombre vuestro gozo os quita-rá-.
23. Y en ese día nada pediréis. De verdad, – y- de veras os digo, Lo que sea que pidáis al Padre en mi nombre, él os dará.
24. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre, pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo pueda ser total.
25. Estas cosas en proverbios os he hablado, mas llega el tiempo en el que en proverbios no os hablaré más, sino que claramente del Padre os daré a conocer.
26. En aquel día en mi nombre pediréis, y no os digo que por vosotros oraré al Padre,
27. Pues el mismo Padre a vosotros os ama, por vosotros haberme amado, y haber creído que yo salí de Dios.
28. Llegué del Padre, y al mundo he venido; de nuevo dejo el mundo, y al Padre voy.
29. Sus discípulos le dijeron, He aquí que ahora claramente hablas, y no hablas proverbios.
30. Ahora estamos seguros que tú conoces todas las cosas, y -que- no necesitas que ningún hombre te pregunte; por esto creemos que viniste de Dios.
31. Jesús les respondió, ¿Ahora creéis?
32. Mirad que viene la hora, sí, ha venido ya, en la que esparcidos seréis cada hombre por su cuenta, y me dejaréis sólo; aunque sólo no estoy, porque el Padre conmigo está.
33. Estas cosas os he hablado, para que podáis en mí tener paz. En el mundo tendréis tribulación, pero ánimo, -que- yo he vencido al mundo.

Juan 15

1. Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador.
2. Toda rama que en mí no dé fruto, él -la- quita, y toda -rama- que dé fruto, la purga, para que más fruto pueda entregar.
3. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.
4. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como la rama no puede dar fruto por su cuenta, a no ser que permanezca en la vid, tampoco podéis -hacerlo- vosotros, a no ser que permanezcáis en mí.
5. Yo soy la vid, vosotros las ramas; el que permanece en mí, y yo en él, este mismo produce mucho fruto, pues nada podéis hacer sin mí.
6. Si algún hombre no permanece en mí, es echado como una rama, y se seca; y los hombres las recogen, -las- arrojan al fuego y se queman.
7. Si vosotros permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pediréis lo que queráis, y se os hará.
8. En esto se glorifica mi Padre, en que deis mucho fruto, -y- así seréis mis discípulos.
9. Como el Padre me ha amado, también os he amado, continuad en mi amor.
10. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.
11. Estas cosas os he hablado, para que mi gozo pueda en vosotros permanecer, y vuestro gozo total pueda ser.
12. Este es mi mandamiento, que os améis unos a otros, como yo os he amado.
13. Mayor amor que este no tiene hombre -alguno-: que por sus amigos un hombre su vida ponga.
14. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que sea que os mande.
15. De ahora en adelante sirvientes no os llamaré, porque el sirviente no sabe lo que su señor hace, sino que os llamo amigos, porque todas las cosas que he oído de mi Padre os las he hecho saber.
16. Vosotros no me elegísteis a mí, sino que yo a vosotros os elegí, y -os he- ordenado para que vayáis y produzcáis fruto, y vuestro fruto permanezca, para que lo que sea que pidáis al Padre en mi nombre, os lo pueda dar él.
17. Esto os mando, que os améis unos a otros.
18. Si el mundo os odia, sabed que antes de -odiar-os, me odió a mí.
19. Si fuerais del mundo, el mundo amaría a los suyos, pero porque no sois del mundo, sino que yo os escogí sacándoos del mundo, por tanto el mundo os odia.
20. Recordad la palabra que os dije, El sirviente no es más importante que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si guardaron mis dichos, también guardarán los vuestros.
21. Pero todas estas cosas os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió.
22. Si yo no hubiera venido ni les hubiera hablado, no hubieran tenido pecado, pero ahora no tienen pretexto por su pecado.
23. El que me odia, odia también a mi Padre.
24. Si yo no hubiera hecho entre ellos las obras que ningún otro hombre hizo, no hubieran tenido pecado, pero ahora han visto, y también odiado tanto a mí como a mi Padre.
25. Pero -esto sucede- para que se pueda cumplir la palabra que está escrita en su ley, Sin causa me odiaron.
26. Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, sí, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él testificará de mí.
27. Y vosotros también atestiguaréis, pues desde el comienzo habéis estado conmigo.

Juan 14

1. Que no se atribule vuestro corazón, creéis en Dios, creed también en mí.
2. En la casa de mi Padre muchas mansiones hay, si no -fuera así-, -ya- os lo hubiera dicho.
3. Y como voy a preparar un lugar para vosotros, vendré otra vez y hacia mí os recibiré, para que donde yo esté, podáis estar allí también.
4. Ya vosotros sabéis a dónde voy, y el camino conocéis.
5. Tomás le dice, Señor, no sabemos a dónde vas, ¿y cómo podemos saber el camino?
6. Jesús le dice, Yo soy el camino, la verdad, y la vida; ningún hombre llega al Padre, sino por mí.
7. Si me hubierais conocido, habríais conocido también a mi Padre; y de aquí en adelante lo conocéis, y lo habéis visto.
8. Felipe le dice, Señor, Danos a conocer al Padre, y nos es suficiente.
9. Jesús le dice, ¿Por tanto tiempo he estado con vosotros, y aún no me has conocido, Felipe? El que me ha visto ha visto al Padre; ¿y cómo dices entonces, Danos a conocer al Padre?
10. ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que os hablo, yo no hablo por mi cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.
11. Créeme que yo -estoy- en el Padre, y él en mí; o si no créeme por causa de las mismas obras.
12. De verdad, -y- de veras os digo, El que cree en mí las obras que yo hago también hará, y hará mayores -obras- que estas, porque voy a donde el Padre.
13. Y lo que sea que pidáis en mi nombre, eso haré, para que el Padre en el Hijo se pueda glorificar.
14. Si pedís alguna cosa en mi nombre, yo -la- haré.
15. Si me amáis, guardad mis mandamientos.
16. Y voy a orar al Padre, para que os dé otro Consolador, que pueda permanecer para siempre con vosotros.
17. Sí, el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no lo ve, ni lo conoce; pero vosotros lo conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.
18. Desconsolados no os dejaré, hasta donde vosotros vendré.
19. Aún un ratico, y el mundo no me ve más; pero vosotros me véis: porque yo vivo, vosotros también viviréis.
20. Ese día conoceréis que yo -estoy- en mi Padre, vosotros en mí, y yo en vosotros.
21. El que tiene mis mandamientos y los guarda es el que me ama, y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré, y me manifestaré a él.
22. Judas le dice, no el Iscariote, Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros y no al mundo?
23. Jesús respondió y le dijo, Si un hombre me ama, guardará mis palabras, y mi Padre lo amará, y vendremos a donde él, y nuestra morada haremos con él.
24. El que no me ama no guarda mis dichos, y la palabra que oís no es mía, sino del Padre que me envió.
25. Estas cosas os he hablado estando -aún- presente con vosotros.
26. Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y todas las cosas traerá a vuestra memoria, lo que sea que yo haya dicho.
27. La paz os dejo, mi paz os doy; como el mundo da no os doy. Que no se atribule vuestro corazón, que no tenga miedo.
28. Escuchasteis cómo os dije, me voy lejos, y a vosotros vengo -de nuevo-. Si me amarais os regocijaríais, ya que dije, A donde el Padre me voy, porque mi Padre es mayor que yo.
29. Y os lo he dicho ahora, antes de que acontezca, para que cuando haya acontecido podáis creer.
30. De aquí en adelante no voy a hablar mucho con vosotros, porque llega el príncipe de este mundo, y nada tiene en mí.
31. Pero para que el mundo pueda saber que amo al Padre y tal como el Padre me dió mandamiento, así también hago. Levantaos, -y- vámonos de acá.

Juan 13

1. Ahora bien, antes de la fiesta de la pascua, cuando Jesús supo que su hora había venido en la que debía partir de este mundo hacia donde el Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.
2. Y habiendo finalizado la cena, el diablo habiendo ahora puesto en el corazón de Judas Iscariote, -el hijo- de Simón, que lo traicionara,
3. Jesús sabiendo que el Padre le había entregado todas las cosas en sus manos, y que había venido de Dios y a Dios iba,
4. Se levantó de la cena, puso a un lado sus vestiduras, tomó una toalla, y se ajustó.
5. Después de derramar agua en una vasija, comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a secar-los- con la toalla con la que estaba ceñido.
6. Entonces llega él a Simón Pedro, y Pedro le dice, ¿Señor, lavas tú mis pies?
7. Jesús respondió y le dijo, Tú no sabes lo que ahora hago, pero más adelante lo sabrás.
8. Pedro le dice, Nunca lavarás mis pies. Jesús le respondió, Si no te lavo, no tienes parte conmigo.
9. Simón Pedro le dice, Señor, no sólo mis pies, sino también -mis- manos y -mi- cabeza.
10. Jesús le dice, El que se ha lavado, no necesita sino lavarse -los- pies, sin embargo está limpio por completo, y vosotros estáis limpios, pero no todos.
11. Porque él sabía quién lo iba a traicionar; por tanto dijo, No todos estáis limpios.
12. Así que después de haber lavado los pies de ellos, y haberse puesto sus vestiduras, de nuevo se acomodó, -y- les dijo, ¿Sabéis lo que he hecho con vosotros?
13. Vosotros me llamáis Maestro y Señor, y decís bien, porque -lo- soy.
14. Si yo entonces, -vuestro- Señor y Maestro, he lavado vuestros pies, también debéis lavaros entre vosotros los piés.
15. Pues os he dado ejemplo, para que hagáis como yo os he hecho.
16. De verdad y de veras os digo, El sirviente no es mayor que su señor, ni el que es enviado mayor que el que lo envió.
17. Si sabéis estas cosas, felices sois si las hacéis.
18. + De todos vosotros no hablo; yo sé a quien he escogido; pero para que la escritura se pueda cumplir, El que come pan conmigo, ha levantado su talón contra mí.
19. Ahora os digo antes de que llegue, para que cuando llegue a acontecer, podáis cree que yo soy -él-.
20. De verdad, -y- de veras os digo, El que recibe a quien yo envío me recibe a mí, y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.
21. Cuando Jesús hubo dicho esto, se atribuló en espíritu, y atestiguó y dijo, De verdad y de veras os digo, que uno de vosotros me traicionará.
22. Entonces los discípulos se miraron el uno al otro, dudando de quién hablaba.
23. Ahora bien, en el seno de Jesús se estaba reclinando uno de sus discípulos a quien Jesús amaba.
24. Simón Pedro por tanto le hizo señas, para que le preguntara quién era de quien hablaba.
25. Él entonces, reclinándose en el pecho de Jesús le dice, ¿Señor, quién es?
26. Jesús respondió, Es él a quien le de un remojo, cuando haya mojado -el pan-. Y cuando hubo mojado -el pan-, -se lo- dio a Judas Iscariote, -el hijo- de Simón.
27. Y después del remojo, Satanás entró en él. Jesús le dijo entonces, Lo que hagas, hazlo rápido.
28. Ahora bien, ningún hombre en la mesa supo para qué propósito le hablaba esto a él.
29. Ya que algunos -de ellos- pensaron, como Judas tenía la bolsa, que Jesús le había dicho, Compra -aquellas cosas- de las que tenemos necesidad para cuando venga la fiesta; o, que le debía dar algo a los pobres.
30. El entonces habiendo recibido el remojo salió inmediatamente; y era de noche.
31. + Por tanto, cuando hubo salido, Jesús dijo, Ahora el Hijo del hombre se glorifica, y Dios es glorificado en él.
32. Si Dios es glorificado en él, también Dios en él mismo lo glorificará, y lo glorificará de inmediato.
33. Hijitos, Un poquito más estoy con vosotros. Me buscaréis, y como dije a los Judíos, A donde voy no podéis venir; así que ahora os digo,
34. Un nuevo mandamiento os doy, Que os améis unos a otros. Tal como os he amado, que también unos a otros os améis.
35. Por esto todos -los hombres- sabrán que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos con los otros.
36. Simón Pedro le dijo, Señor, ¿A dónde vas? Jesús le respondió, A donde voy no puedes seguirme ahora; pero me seguirás después.
37. Pedro le dijo, ¿Señor, por qué no te puedo seguir ahora? Mi vida pondré por tu causa.
38. Jesús le respondió, ¿Tu vida pondrás por mi causa? De verdad y de veras te digo, El gallo no cantará hasta que me hayas negado tres veces.

Juan 12

1. Jesús entonces seis días antes de la pascua llegó a Betania, donde Lázaro estaba, el cual había estado muerto, a quien él levantó de los muertos.
2. Allí le hicieron una cena; y Marta servía, aunque Lázaro era uno de los que se sentaban a la mesa con él.
3. María entonces tomó una libra de ungüento de nardo, muy costoso, ungió los pies de Jesús, y limpió sus pies con su cabello; y la casa se llenó del olor del ungüento.
4. Dijo entonces uno de sus discípulos, Judas Iscariote, -hijo- de Simón, el cual lo traicionó,
5. ¿Por qué no se vendió este ungüento por trescientos peniques y -se le- dio a los pobres?
6. Esto dijo, no porque le importaran los pobres, sino porque era ladrón, y tenía la bolsa, y cargaba lo que en ella se ponía.
7. Jesús dijo entonces, Dejadla sola; para cuando venga el día de mi entierro ella ha guardado esto.
8. Porque vosotros tenéis siempre a los pobres con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis.
9. Por esto mucha gente de los Judíos supo que él estaba allí, y no solamente vinieron por causa de Jesús, sino también para poder ver a Lázaro, a quien él había levantado de los muertos.
10- + Mas los sumos sacerdotes consultaban para poder también llevar a Lázaro a la muerte.
11. Porque a causa de él muchos de los Judíos se alejaron y creyeron en Jesús.
12. + Al día siguiente mucha gente que había venido a la fiesta, cuando oyeron que Jesús estaba viniendo a Jerusalén,
13. Cogieron ramas de palmeras, y bajaron a encontrarlo, y gritaban, Hosana, Bendito es el Rey de Israel que viene en el nombre del Señor.
14. Y Jesús, cuando hubo encontrado un joven asno, se sentó en él, como está escrito,
15. No temas, hija de Sión, mirad que vuestro Rey viene, sentado en un borrico.
16. Sus discípulos no entendieron estas cosas al principio, mas cuando Jesús fue glorificado, recordaron entonces que estas cosas se habían escrito de él, y -que- estas cosas a él le habían hecho.

17. Por tanto la gente que estaba con él daba testimonio de cuando él llamó -y- sacó a Lázaro de su sepulcro, y lo levantó de los muertos.
18. Por causa de esto la gente también -salió a- su encuentro, por lo que -habían- oído de este milagro que él había hecho.
19. Por eso los Fariseos se decían entre sí, ¿Percibís cómo en nada prevalecéis? mirad que el mundo se ha ido en pos de él.
20. + Y había ciertos Griegos de entre ellos que -habían- subido a adorar en la fiesta.
21. Estos mismos vinieron por ello donde Felipe. el cual estaba en Betsaida de Galilea, y le solicitaron, diciéndo, Señor, quisiéramos ver a Jesús.
22. Felipe viene y le cuenta a Andrés, y Andrés y Felipe de nuevo le cuentan a Jesús.
23. + Y Jesús les respondió, diciendo, La hora ha venido en la que el Hijo del hombre debe ser glorificado.
24. De verdad y de veras os digo, A menos que el grano de trigo caiga dentro del suelo y muera, solo se queda; pero si muere, mucho fruto lleva.
25. El que ame su vida la perderá, y el que aborrezca su vida en este mundo, para la vida eterna la guardará.
26. Si algún hombre me sirve, que me siga, y donde yo estoy, allí también mi siervo estará; si algún hombre me sirve, a él -mi- Padre lo honrará.
27. Ya mi alma se atribula, ¿y qué diré? Padre sálvame de esta hora; pero por esta causa vine yo a esta hora.
28. Padre, glorifica tu nombre. Llegó entonces una voz del cielo, -diciendo-, -Lo- he glorificado, e igualmente de nuevo -lo- glorificaré.
29. Por tanto la gente que -estaba- paraba al lado, y oyó, decía que -había- tronado; otras decían, Un ángel le habló a él.
30. Jesús respondió y dijo, Esta voz no vino a causa de mí, sino a causa de vosotros.
31. Ya es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será expulsado.
32. Y yo, si de la tierra soy levantado, a todos atraeré hacia mí.
33. Esto dijo, significando de qué muerte iba a morir.
34. La gente le respondió, Hemos oído de la ley que Cristo permanece para siempre, ¿y cómo dices tú, El Hijo del hombre debe ser levantdo? ¿quién es este Hijo del hombre?
35. Jesús entonces les dice, Aún un poquito más la luz está con vosotros. Andad mientras tenéis la luz, no sea que la oscuridad venga sobre vosotros; porque el que anda en la oscuridad no sabe a dónde va.
36. Creed en la luz en tanto tengáis la luz, para que podáis ser los hijos de la luz. Estas cosas habló Jesús y se apartó y se escondió de ellos.
37. + Pero a pesar de haber hecho tantos milagros delante de ellos, aún no creían en él.
38. Para que el dicho de Isaías el profeta se pudiera cumplir, el cual habló, ¿Señor, quién ha creído a nuestro reporte? ¿y a quién el brazo del Señor se -le- ha revelado?
39. Por tanto no pudieron creer, porque Isaías dijo eso de nuevo,
40. Él ha cegado sus ojos, y endurecido su corazón, para que no vean con -sus- ojos, ni entiendan con -su- corazón, se conviertan, y yo los sane.
41. Estas cosas dijo Isaías, cuando vio su gloria, y habló de Él.
42. + No obstante entre los principales gobernantes muchos también creyeron en él; pero a causa de los Fariseos, no -lo- confesaron, no fuera que fueran sacados de la sinagoga.
43. Porque amaban la alabanza de los hombres más que la alabanza de Dios.
44. + Jesús clamó y dijo, El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió.
45. Y el que me ve, ve al que me envió.
46. -Como- una luz he venido al mundo, para que cualquiera que crea en mí no permanezca en la oscuridad.
47. Y si algún hombre oye mis palabras, y no las cree, yo no lo juzgo, porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvarlo.
48. El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene a alguien que lo juzga; la palabra que he hablado, esta misma lo juzgará en el último día.
49. Porque yo no he hablado por mi cuenta, sino que el Padre que me envió, él me dio el mandamiento, -acerca de- qué debo decir, y qué debo hablar.
50. Y yo se que su mandamiento es vida eterna; por tanto lo que sea que hable, tal como el Padre me dijo, así -lo- hablo.