Romanos 16

1. Os encomiendo a nuestra hermana Febe, la cual es una sierva de la congregación que está en Cencrea;
2. Para que la recibáis en el Señor, como conviene a los santos, y que la asistáis en cualquier tarea en la que tenga necesidad de vosotros; pues ella ha sido auxiliadora de muchos, incluso de mí.
3. Saludad a Priscila y a Aquila mis ayudantes en Cristo Jesús,
4. Quienes han arriesgado sus propios cuellos por mi vida, a quienes no solamente -les- doy gracias, sino también todas las congregaciones de los Gentiles.
5. Saludad igualmente a la iglesia que está en casa de ellos. Saludad a mi bien amado Epeneto, quien es el primer fruto de Acaya para Cristo.
6. Saludad a María, quien hizo muchas labores por nosotros.
7. Saludad a Andrónico y a Junías, parientes míos y compañeros de prisión, quienes son de notar entre los apóstoles que también estaban en Cristo antes de mí.
8. Saludad a Amplias, mi amado en el Señor.
9. Saludad a Urbano, nuestro ayudante en Cristo, y a mi amado Estaquis.
10. Saludad a Apeles, aprobado en Cristo. Saludad a los que son de -la casa- de Aristóbulo.
11. Saludad a Herodión pariente mío. Saludad a los que son de -la casa- de Narciso, que están en el Señor.
12. Saludad a Trifena y a Trifosa, quienes laboran en el Señor. Saludad a la amada Pérsida, quien labora mucho en el Señor.
13. Saludad a Rufo, escogido en el Señor, a su madre y mía.
14. Saludad a Síncrito, a Flegonte, a Hermas a Patrobas, a Hermes, y a los amados que están con ellos.
15. Saludad a Filólogo, a Julia, a Nereo y a su hermana, y a Olimpas, y a todos los santos que están con ellos.
16. Saludaos los unos a los otros con un beso santo. Las congregaciones de Cristo os saludan.
17. Ahora pues, os imploro, hermanos, que señaléis a los que causen divisiones y ofensas contrarias a la doctrina que habéis aprendido, y los evitéis.
18. Porque los que son así no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a su propio vientre, y por medio de buenas palabras y lindas charlas engañan los corazones de los inocentes.
19. Ya que vuestra obediencia ha llegado lejos a todos -los hombres-. Me alegro por tanto de vuestra parte, mas sin embargo quisiera teneros sabios para con lo bueno, e inocentes en lo concerniente al mal.
20. Y el Dios de la paz en poco tiempo estrujará a Satanás debajo de vuestros pies. Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo se quede con vosotros. Amén.
21. Timoteo mi compañero de trabajo, Lucio, Jasón y Sosípater parientes míos os saludan.
22. Yo Tercio, quien escribió -esta- epístola os saluda en el Señor.
23. Gayo, anfitrión mío y de toda la congregación os saluda. Erasto el tesorero de la ciudad os saluda junto con el hermano Cuarto.
24. La gracia de nuestro Señor Jesucristo -se quede- con vosotros todos.Amén.
25. Ahora pues a aquel que es del poder para estableceros de acuerdo a mi evangelio y la prédica de Jesucristo, según la revelación del misterio que fue mantenido en secreto desde que comenzó el mundo,
26. Pero que ahora se ha hecho manifiesto, y por las escrituras de los profetas, de acuerdo al mandamiento del Dios eterno, dado a conocer a todas las naciones para la obediencia a la fe;
27. A Dios el único sabio, -sea- la gloria a través de Jesucristo por siempre. Amén.

+ Escrito a los Romanos desde Corinto, -y enviada- por medio de Febe sierva
de la congregación de Cencrea.

Romanos 15

1. Los que somos entonces fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles sin complacernos a nosotros.
2. Que cada uno de nosotros complazca a -su- vecino por -su- bien -y- edificación.
3. Porque Cristo mismo a sí mismo no se complació, sino que como está escrito, Los reproches de los que te afrentaban cayeron sobre mí.
4. Porque cualquiera de las cosas que de antaño fueron escritas, para nuestro aprendizaje lo fueron, para que por la paciencia y el consuelo de las escrituras pudiéramos tener esperanza.
5. Ahora pues, que el Dios de la paciencia y de la consolación os otorgue ser de mentes similares el uno hacia el otro, de acuerdo con Cristo Jesús;
6. Para que con una mente -y- una boca podáis glorificar a Dios, al mismo Padre de nuestro Señor Jesucristo.
7. Por tanto recibíos los unos a los otros, así como también Cristo nos recibió para la gloria de Dios.
8. Ahora pues yo digo que Jesucristo fue un servidor de la circuncisión por la verdad de Dios, para confirmar las promesas -hechas- a vuestros padres;
9. Y para que los Gentiles pudieran glorificar a Dios por -su- misericordia; así como está escrito, A causa de esto te confesaré entre los Gentiles, y cantaré a tu nombre.
10. Y de nuevo dice, Regocijaos vosotros los Gentiles con su pueblo.
11. Y otra vez, Alabad al Señor, todos vosotros los Gentiles, y laudadle vosotras gentes todas.
12. Y otra vez, Isaías dice, Habrá una raíz de Isaí, y se levantará para reinar sobre los Gentiles; los Gentiles en él confiarán.
13. Ahora pues, -que- el Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz al creer, para que podáis abundar en esperanza, por medio del poder del Espíritu Santo.
14. Y además yo mismo estoy persuadido de que vosotros mis hermanos estáis también llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, capaces además de amonestarlos los unos a los otros.
15. No obstante hermanos, a vosotros os he escrito de alguna manera más atrevidamente, como poniéndoos en -mi- mente, a causa de la gracia que por Dios me ha sido dada,
16. Que debo ser el servidor de Jesucristo para los Gentiles, sirviendo el evangelio de Dios, para que la ofrenda de los Gentiles pueda ser aceptable, al ser santificada por el Espíritu Santo.
17. Por tanto tengo de qué poderme gloriar por medio de Jesucristo en aquellas cosas pertenecientes a Dios.
18. Ya que no me atreveré a hablar de ninguna de las cosas que Cristo no haya forjado por -medio de- mi, para hacer a los Gentiles obedientes en palabra y obra.
19. Por medio de poderosas señales y maravillas por el poder del Espíritu de Dios, de forma que desde Jerusalén y alrededores hasta Ilírico, plenamente he predicado el evangelio de Cristo.
20. Sí, así me he esforzado en predicar el evangelio, no donde se nombrara a Cristo, para no ir a construir sobre el fundamento de otro hombre;
21. Sino como está escrito, A quienes no -se les- había hablaba de él, ellos verán, y los que no han oído entenderán.
22. Por cuya causa también he sido muy obstaculizado -en mi intento- de llegar a vosotros.
23. Mas ahora, al no tener más lugar en estas partes, y albergando estos muchos años un gran deseo de venir a vosotros;

24. Cuando sea que haga mi viaje a España, vendré a vosotros, pues confío en veros en mi viaje, y ser atraído por vosotros en mi camino hacia allá, si primeramente de alguna manera con vuesta -compañía- me pudiera llenar.
25. Mas ahora voy a Jerusalén a servirle a los santos.
26. Porque les complació a los de Macedonia y Acaya hacer cierta contribución para los santos pobres que están en Jerusalén.
27. De verdad que les complació, y son sus deudores. Pues si los Gentiles han sido hechos partícipes de sus cosas espirituales, el deber de ellos es también servirles a estos en las cosas carnales.
28. Cuando por tanto haya realizado esto, y haya sellado en ellos este fruto, pasaré por donde vosotros camino a España.
29. Y estoy seguro de que cuando venga a vosotros, llegaré en la plenitud de la bendición del evangelio de Cristo.
30. Ahora pues os ruego hermanos, por causa del Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que os esforcéis junto conmigo en -vuestras- oraciones a Dios por mí;
31. Para que en Judea yo pueda ser librado de los que no creen, y que el servicio que -tengo- para Jerusalén pueda ser aceptado por los santos.
32. Para que pueda llegar a vosotros con gozo por la voluntad de Dios, y pueda refrescarme con vosotros.
33. Ahora pues, que el Dios de la paz -esté- con vosotros todos. Amén.

Romanos 14

1. Recibid al que es débil en la fe, -pero- no para dudosas disputas.
2. Porque uno cree que puede comer todas las cosas, otro que es débil, come verduras.
3. Que el que come no desprecie al que no come, y que el no come no juzgue al que come, porque Dios lo ha recibido.
4. ¿Quién eres tú que juzgas al criado de otro hombre? Ante su propio maestro está en pie o cae. Sí, sostenido será, porque Dios es capaz de hacerlo permanecer.
5. Un hombre estima un día como superior al otro, -y- otro, a cada día estima -por igual-. Que todo hombre esté completamente persuadido en su mente.
6. El que considera el día, por el Señor -lo- considera, y el que no considera el día, por el Señor no -lo- considera. El que come, come para el Señor, pues le da gracias a Dios, y el que no come, no come para el Señor, y da gracias a Dios.
7. Pues ninguno de nosotros vive para sí, y ningún hombre muere para sí.
8. Porque si vivimos, para el Señor vivimos, y si morimos, para el Señor morimos; Por tanto, ya sea que vivamos, o muramos, del Señor somos.
9. Pues con este fin Cristo murió, se levantó y revivió, para poder ser Señor tanto de los vivos como de los muertos.
10. Mas ¿por qué juzgas a tu hermano? ¿o por qué tienes en nada a tu hermano? ya que todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.
11. Porque está escrito, Vivo yo, dice el Señor, -que- toda rodilla ante mí se doblegará, y toda lengua ante Dios confesará.
12. Así entonces cada uno de nosotros le rendirá cuentas a Dios de sí mismo.
13. Por tanto no nos juzguemos más entre nosotros, sino juzguemos mejor esto, que ningún hombre ponga en el camino piedra de tropiezo, u ocasión de caer a -su- hermano.
14. Sé, y estoy persuadido por el Señor Jesús, que nada -es- inmundo en sí mismo, sino que para el que estima algo como inmundo, para él -es- inmundo.
15. Pero si tu hermano se acongoja con -tu- comida, caritativamente no andas ahora. Con tu comida no destruyas a quien por Cristo murió.
16. No dejéis entonces que se hable mal de vuestro bien.
17. Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, gozo y paz en el Espíritu Santo.
18. Pues el que sirve a Cristo en estos asuntos -es- aceptado por Dios, y aprobado por los hombres.
19. Sigamos por tanto las cosas que promuevan la paz, y con las que mutuamente nos podamos edificar.
20. No destruyáis la obra de Dios por -causa de- la comida. Todas las cosas en realidad -son- puras, pero -es- malo que el hombre ofenda al comer.
21. Bueno -es- no comer carne, ni beber vino, ni -nada- en lo que tu hermano tropiece, se ofenda, o se debilite.
22. ¿Tienes fe? Ten-la- para ti delante de Dios. Feliz el que no se condena en lo que -se- permite -hacer-.
23. Y el que duda se condena si come, porque no -come- con fe, ya que lo que no -se haga- con fe es pecado.

Romanos 13

1. Que toda alma se someta a los más altos poderes. Porque no hay poder que no sea de Dios; los poderes que están son ordenados por Dios.
2. Quienquiera por tanto que se resista al poder, se resiste a la ordenanza de Dios; y aquellos que se resisten recibirán para ellos condenación.
3. Porque los gobernantes no son terror para las buenas obras, sino para las malas. ¿No quieres entonces tener miedo del poder? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de aquel mismo;
4. Porque él es servidor de Dios para ti en cuanto a lo bueno. Pero si haces aquello que es malo, ten miedo, pues no en vano carga la espada, ya que el es servidor de Dios, vengador para -ejecutar- la ira sobre el que haga el mal.
5. Por tanto debéis por cierto estar sujetos -a él-, no sólo por razón de la ira, sino además por conciencia.
6. Pues a causa de esto también pagáis tributo, ya que son servidores de Dios, atendiendo continuamente este mismo asunto.
7. Entregad por tanto a todos lo que se les adeude, tributo al que -se le deba- tributo, impuesto a quien -se le adeude- impuesto, temor a quien -merezca- temor, -y- honra a quien -se le adeude- honor.
8. No debáis nada a hombre alguno, salvo el amaros los unos a los otros, pues el que ama al otro ha completado la ley.
9. Ya que lo siguiente, No cometerás adulterio, No matarás, No robarás, No atestiguarás falsamente, No codiciarás, y si -hay- algún otro mandamiento, brevemente se encierra en este refrán, a saber, A tu vecino amarás como a ti mismo.
10. El amor no le obra sufrimiento al vecino, por tanto el amor -es- la realización de la ley.
11. Y que conociendo el tiempo, que ahora -es- momento justo para despertarse del sueño, pues nuestra salvación hoy -está- más cerca que cuando creímos.
12. La noche está punto de acabar, -y- se acerca el día; por eso desechemos las obras de la oscuridad, y pongámonos la armadura de la luz.
13. Andemos honestamente, como en el día, no en disturbios y borracheras, ni andando en habitaciones y desenfrenos, o en envidias y peleas.
14. Sino más bien vestíos del Señor Jesucristo, y no hagáis provisiones con el fin de -satisfacer- las lujurias de la carne.

Romanos 12

1. Os imploro por tanto, hermanos, por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos -como- un vivo sacrificio, santo, -y- aceptable a Dios, -este es- vuestro servicio razonable.
2. Y no os conforméis a este mundo, sino transformaos por la renovación de vuestra mente, para que podáis probar -lo- que es esa buena, aceptable, y perfecta voluntad de Dios.
3. Pues a través de la gracia que me ha sido dada, digo a todo hombre entre vosotros, que no -se- tenga en alta estima más de lo que conviene pensar, sino que -se- estime con sobriedad, de acuerdo la medida de fe que Dios -le- haya proporcionado a cada hombre.
4. Pues como en un cuerpo tenemos muchos miembros, y todos los miembros no tienen el mismo oficio,
5. También nosotros, -siendo- muchos, somos un cuerpo en Cristo, y cada uno de los miembros -se pertenece- entre sí.
6. Teniendo entonces regalos que difieren de acuerdo a la gracia dada a -cada uno de- nosotros, si -es- profecía, -que profeticemos- de acuerdo a la -respectiva- proporción de fe;
7. O servicio, -que atendamos nuestro- ministerio; o el que enseña, enseñando,
8. O el que exhorta, en exhortación, el que prodiga, -que lo haga- con sencillez, el que gobierna, -lo haga- con diligencia; -y- el que manifiesta misericordia, -lo haga- con jovialidad.
9. -Que- el amor sea sin fingimientos. Aborreced lo malo, adheríos a lo bueno.
10. -Sed- amablemente afectuosos entre vosotros prodigándoos amor fraternal; en honra prefiriéndoos los unos a los otros,
11. Sin pereza en los negocios, fervientes en espíritu, sirviendo al Señor;
12. Regocijándoos con esperanza, pacientes en la tribulación, continuamente prestos para orar,
13. Distribuyendo para las necesidades de los santos, dados a la hospitalidad,
14. Bendecid a los que os persigan, bendecid, y no maldigáis.
15. Regocijaos con los que se regocijan, y llorad con los que lloran.
16. Interesaos igualmente los unos por los otros, No os intereséis en altos asuntos, más bien condescended con hombres de baja condición. No seáis sabios en vuestras propias presunciones.
17. No paguéis a ningún hombre mal por mal. Proveed cosas -siendo- honestos a la vista de todos los hombres.
18. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, vivid pacíficamente con todos los hombres.
19. Queridos -y- amados, no os venguéis por cuenta vuestra, sino más bien dadle lugar a la ira -de Dios-; pues está escrito, La venganza es mía; el pago devolveré, dice el Señor.
20. Por eso si tu enemigo padece de hambre, dadle de comer; si tiene sed, dale de beber; porque al hacerlo así amontonarás brasas de fuego sobre su cabeza.
21. No seas vencido por el mal, más bien vence al mal con el bien.

Romanos 11

1. Entonces digo, ¿Ha desechado Dios a su pueblo? No lo permita Dios. Porque yo también soy Israelita, de la simiente de Abraham, -de- la tribu de Benjamín.
2. Dios no ha desechado a su pueblo el cual él de antemano conoció. ¿No sabéis lo que de Elías dice la escritura? Cuánto le hace intercesión a Dios en contra de Israel, diciendo,
3. Señor, han matado a tus profetas y sepultado tus altares; sólo quedo yo y buscan mi vida.
4. ¿Pero cuál es la respuesta de Dios para él? He reservado para mí siete mil hombres, que no -le- han doblegado la rodilla a -la imagen de- Baal.
5. Así también entonces en este tiempo presente también hay un remanente de acuerdo a la elección por la gracia.
6. Y si -es- por gracia, entonces no -es ya- más por obras -de la ley-; o si no la gracia -ya- no más es gracia. Mas si -es- por obras, entonces no es -ya- más gracia, o si no la obra -ya- no más es obra -de la ley-.
7. ¿Entonces qué? Israel no obtuvo lo que buscaba, pero la elección la ha obtenido, y el resto fueron cegados.
8. (De acuerdo a lo que está escrito, Les ha dado Dios espíritu de modorra, ojos para que no vean, y oídos para que no oigan;) hasta este día.
9. Y David dice, Que su mesa se vuelva un cebo, una trampa, una piedra de tropiezo y una paga para ellos.
10. Que se entenebrezcan sus ojos, para que no puedan ver y dobleguen siempre su espalda.
11. Digo entonces, ¿Han tropezado porque deben caer? Dios no lo permita, sino que -más bien- por su caída la salvación -ha llegado- a los Gentiles, para provocarlos a celos.
12. Ahora si la caída de ellos -es- la riqueza del mundo, y la disminución de ellos la riqueza de los Gentiles, ¿cuánto más su plenitud?
13. Ya que os hablo a vosotros Gentiles, en tanto sea apóstol de los Gentiles, magnifico mi oficio;
14. Si por algún medio pueda yo provocar la emulación de -los que son de- mi carne, y a algunos de ellos pudiera salvar.
15. Porque si el desecho de ellos -es- la reconciliación del mundo, ¿la recepción -de ellos-qué -va a ser-, sino la vida -salida- de los muertos?
16. Porque si el primer fruto -es- santo, el emplaste también -es santo-, y si la raíz -es- santa, también -lo son- las ramas.
17. Y si algunas de las ramas están quebradas, y tú, siendo un árbol silvestre de olivos, eres injertado entre ellas, y con ellas participas de la raíz y la robustez del árbol de olivos;
19. No alardees en contra de las ramas. Mas si alardeas, tú no cargas la raíz, sino la raíz a ti.
20. Vas a decir entonces, Las ramas fueron quebradas, para que yo pudiera ser injertado.
20. Bueno, debido a -su- incredulidad fueron quebradas, y tú por la fe te yergues. No te enaltezcas, más bien teme;
21. Porque si Dios no guardó a las ramas naturales, -presta atención- no sea que tampoco a ti te guarde.
22. Contemplad por tanto la bondad y la severidad de Dios: severidad -para con los que cayeron, pero hacia ti, bondad, si en -su- bondad continúas; de otra manera cortado de un tajo tu también serás.
23. Y ellos también si dejan de permanecer en la incredulidad, injertados serán, porque Dios es capaz de injertarlos de nuevo.
24. Ya que si tú fueras cortado del árbol de olivo el cual es silvestre por naturaleza, y fueras injertado contrario a la naturaleza dentro de un buen árbol de olivo, cuánto mucho más estos, que son -ramas- naturales, serán injertados dentro de su propio árbol de olivos?
25. Porque no quiero hermanos que seáis ignorantes de este misterio, no sea que os hagáis sabios en vuestros propia presunción; que a Israel le ha ocurrido ceguera en parte hasta que haya venido la plenitud de los Gentiles.
26. Y así todo Israel será salvo; como está escrito, De Sion vendrá el Libertador, y quitará la impiedad de Jacob;
27. Porque este -es- mi convenio para con ellos, cuando quite sus pecados.
28. En lo concerniente al evangelio -son- enemigos por causa vuestra, pero en lo tocante a la elección, -son- bienamados a causa de los padres.
29. Ya que los regalos y el llamamiento de Dios sin revocatoria -son-.
30. Pues así como vosotros en tiempos pasados no habíais creído en Dios, -y- sin embargo ahora habéis obtenido misericordia por medio de su incredulidad,
31. Así también estos ahora no han creído, para que a través de vuestra misericordia puedan ellos también obtener misericordia.
32. Ya que Dios a todos ellos -los- ha encerrado en -la- incredulidad, para poder tener misericordia de todos.
33. ¡Oh la profundidad de las riquezas tanto de la sabiduría como del conocimiento de Dios! ¡Cuán inexplorables -son- sus juicios e inaccesibles sus caminos!
34. Porque ¿Quién ha conocido la mente del Señor? ¿O quién ha sido su consejero?
35. ¿O quién le ha dado primeramente a él, para serle de nuevo recompensado?
36. Ya que de él, por medio de él, y para él -son- todas las cosas, para quien -sea- la gloria por siempre. Amén.

Romanos 10

1. Hermanos, el deseo de mi corazón y -mi- oración a Dios por Israel es, que puedan ser salvos.
2. Porque doy testimonio de que tienen celo por Dios, mas no de acuerdo al conocimiento.
3. Pues ellos haciéndose ignorantes de la justicia de Dios, y ocupándose en establecer su propia justicia, a la justicia de Dios no se han sometido.
4. Ya que Cristo -es- el final de la ley para -dar- justicia a todo aquel que crea.
5. Porque Moisés describe la justicia que es de la ley, -y dice- Que el hombre que haga aquellas cosas por ellas vivirá.
6. Mas la justicia que es por la fe al respecto habla, No digas en tu corazón, ‘¿Quién ascénderá al cielo? (esto es, para bajar a Cristo;)
7. O, ¿Quién descenderá a lo profundo? (esto es, para de nuevo traer a Cristo de los muertos.)
8. ¿Pero qué dice? Cerca de ti está la palabra, -aún- en tu boca y en tu corazón; esto es, la palabra de la fe, la cual predicamos;
9. Que si confiesas con tu boca al Señor Jesús, y crees en tu corazón que Dios lo ha levantado de los muertos, serás salvo.
10. Pues con el corazón el hombre cree para -obtener- justicia, y con la boca se hace confesión para -obtener- salvación.
11. Porque la escritura dice, Quienquiera que en él crea no será avergonzado.
12. Ya que no hay diferencia entre el Judío y el Griego, pues el mismo Señor -que está- sobre todos es rico para con todos los que lo invocan.
13. Pues quienquiera que invoque el nombre del Señor será salvo.
14. ¿Cómo entonces van a invocar a -alguien- en quien no han creído? ¿y cómo van a creer en alguien de quien no han oído? ¿y cómo van a oír si -no hay- un predicador?
15. ¿Y cómo van a predicar, a menos que se les envíe? Así como está escrito, ¡Cuán hermosos son los pies de los que predican el evangelio de paz, y traen alegres nuevas de cosas buenas!
16. Mas no todos han obedecido el evangelio. Porque Isaías dice, ¿Señor, quién ha creído nuestro reporte?
17. Así que entonces la fe -viene- por oír, y oír la palabra de Dios.
18. Mas yo digo, ¿No han oído? De verdad -que- sí, el sonido de ellos entró por toda la tierra, y sus palabras a los confines del mundo.
19. Mas yo digo, ¿No conoce Israel? Primeramente Moisés dice, Os provocaré a celos con -aquellos que- no -son- un pueblo, y os enojaré con una nación tonta.
20. Pero Isaías es muy atrevido y dice, Fui hallado por los que no me buscaron; fui hecho manifiesto a los que por mi no preguntaban.
21. Mas a Israel le dice, He extendido mis manos todo el día a un pueblo contradictor y desobediente.

Romanos 9

1. La verdad digo en Cristo, no miento, mi conciencia también atestiguándome en el Espíritu Santo,
2. Que tengo una gran pesadumbre y una pena continua en mi corazón.
3. Pues yo podría desear ser maldecido -y separado- de Cristo por mis hermanos, mis parientes de acuerdo a la carne;
4. Los que son Israelitas, a quienes -les pertenece- la adopción y la gloria, los convenios, la entrega de la ley, el servicio -a Dios- y las promesas;
5. De quienes -son- los padres, y a quienes en lo concerniente a la carne -vino- Cristo, el cual está sobre todos, Dios bendito por siempre. Amén.
6. No como si la palabra de Dios hubiera tenido efecto nulo. Porque no todos los que son de Israel -son- Israel;
7. Tampoco por ser la simiente de Abraham, -son ellos- todos hijos, sino que, Tu simiente será llamada en Isaac.
8. Esto es, No todos los que son hijos en la carne son hijos de Dios, sino -sólo- los hijos de la promesa son los que se cuentan como simiente.
9. Ya que esta -es- la palabra de la promesa, En este tiempo vendré, y Sara tendrá un hijo.
10. Y no sólo -esto-, sino que cuando Rebeca también había concebido por uno, por nuestro -mismo- padre Isaac,
11. (Porque -los niños- aún no habían nacido, ni habían hecho mal o bien alguno, para que el propósito de Dios de acuerdo a la elección pudiera permanecer, no -a causa- de las obras, sino del que llama;)
12. A ella se le dijo, El mayor al menor servirá.
13. Así como está escrito, A Jacob he amado, mas a Esaú he aborrecido.
14. ¿Entonces qué vamos a decir? -Hay- injusticia en Dios? No lo permita Dios.
15. Porque a Moisés le dice, Tendré misericordia de quien quiera tener misericordia, tendré compasión de quien quiera tener compasión.
16. Así que entonces no -depende- del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que manifiesta misericordia.
17. Porque la escritura del Faraón dice, Hasta para este propósito te he levantado, para que pudiera manifestar mi poder en ti, y para que mi nombre pudiera declararse por toda la tierra.
18. Por tanto él tiene misericordia de quien él quiera, y a quien él quiera endurece.
19. Entonces me vas a decir, ¿Por qué él aún halla faltas? ¿Pues quién ha resistido a su voluntad?
20. No, Oh hombre, pero ¿quién eres tú para replicar en contra de Dios? ¿Le va a decir el objeto formado al que -lo- formó, Por qué me has hecho así?
21. ¿No tiene el alfarero poder sobre el barro, para hacer del mismo terrón una vasija honrosa y otra deshonrosa?
22. ¿-Y qué- si Dios, queriendo manifestar -su- ira, y dar a conocer su poder, con mucha benignidad soportó a las vasijas adecuadas para -la- destrucción;
23. Y para poder dar a conocer las riquezas de su gloria sobre las vasijas de misericordia, las cuales para -la- gloria, él hubo preparado de antaño,
24. Aún a nosotros, a quienes llamó, no sólo de los Judíos, sino también de los Gentiles?
25. Así como también dice en Oseas, Llamaré pueblo a los que no eran mi pueblo, y su amada a la que no era amada.
26. Y acontecerá -que- en el lugar en donde se les decía, Vosotros no -sois- mi pueblo, allá ellos serán llamados los hijos del Dios vivo.
27. Isaías también clama concerniente a Israel, Así fuera el número de los hijos de Israel como la arena del mar, un remamente será salvo;
28. Porque él terminará la obra, y acortará en justicia, porque una corta obra hará el Señor sobre la tierra.
29. Y así como Isaías dijo antes, A menos que el Señor de los ejércitos nos hubiera dejado una simiente, como Sodoma hubiéramos sido, y nos hubiéramos asemejado a Gomorra.
30. ¿Qué vamos a decir entonces? Que los Gentiles que no seguían la justicia, obtuvieron justicia, sí, la justicia que es por la fe.
31. Mas Israel, que seguía la ley de la justicia, la ley de la justicia no obtuvo.
32. ¿Por qué? Porque no -la buscaron- por fe, sino como si fuera por las obras de la ley. Ya que tropezaron con aquella piedra de tropiezo;
33. Así como está escrito, Mirad que pongo una piedra de tropiezo en Sión y una roca de ofensa; y quienquiera que crea en él no será avergonzado.

Romanos 8

1. Por tanto ahora -no hay- condenación para aquellos que están en Cristo Jesús, aquellos que no andan en pos de la carne, sino del Espíritu.
2. Pues la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha hecho libre de la ley del pecado y de -la- muerte.
3. Porque -lo- que la ley no pudo hacer en cuanto a que era débil por la carne, Dios enviando a su propio Hijo con aspecto de carne pecaminosa, y por el pecado, al pecado condenó en la carne,
4. Para que la justicia de la ley pudiera cumplirse en nosotros, quienes no andamos en pos de la carne, sino en pos del Espíritu.
5. Ya que a los que están tras la carne les importan las cosas de la carne, pero a los que están tras el Espíritu las cosas del Espíritu.
6. Pues darle importancia a la carne -es- muerte, pero darle importancia al espíritu -es- vida y paz.
7. Porque la mente carnal -está en- enemistad contra Dios, ya que no está sujeta a la ley de Dios, ni en realidad puede estarlo.
8. Así pues aquellos que están en la carne no pueden agradar a Dios.
9. Pero vosotros no estáis en la carne, sino en el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Ahora bien si algún hombre no tiene el Espíritu de Cristo, de los suyos no es él.
10. Y si Cristo -está- en vosotros, el cuerpo -está- muerto a causa del pecado, pero el Espíritu -es- vida a causa de la justicia.
11. Pero si el Espíritu del que levantó a Jesús de los muertos en vosotros mora, el que levantó a Cristo de los muertos también vivificará vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.
12. Por eso, hermanos, somos deudores, -y- no de la carne, para vivir en pos de la carne.
13. Porque si vivís en pos de la carne, moriréis; pero si por medio del Espíritu dais muerte a las acciones del cuerpo, viviréis.
14. Ya que cuantos son dirigidos por el Espíritu de Dios, ellos son los hijos de Dios.
15. Pues no habéis recibido el espíritu de cautiverio otra vez para temer, sino que habéis recibido el Espíritu de adopción, por el cual clamamos, Abba, Padre.
16. El mismo Espíritu atestigua con nuestro espíritu, de que somos los hijos de Dios;
17. Y si hijos, entonces herederos, herederos de Dios, y coherederos con Cristo; si es que sufrimos con -él-, para poder también juntos ser glorificados.
18. Concluyo pues que los sufrimientos del tiempo actual no -son- dignos de -comparar- con la gloria que en nosotros se revelará.
19. Ya que la fervorosa expectativa de la criatura aguarda la manifestación de los hijos de Dios.
20. Pues la criatura fue sujetada a vanidad, no de forma voluntaria, sino por razón de aquel que con esperanza -la- ha sujetado,
21. Porque la criatura misma también será liberada del cautiverio de la corrupción -y- entregada a la gloriosa libertad de los hijos de Dios.
22. Ya que sabemos que la creación entera gime y labora en parto a una con dolor hasta hoy.
23. Y no solamente -ellos-, sino también nosotros, los que tenemos los primeros frutos del Espíritu, hasta nosotros mismos gemimos en nuestros adentros, aguardando la adopción, -esto es-, la redención de nuestro cuerpo.
24. Porque estamos salvados por la esperanza, pero esperanza que se vea no es esperanza, Ya que ¿por qué esperar todavía el hombre lo que ve?
25. Mas si esperamos lo que no vemos, -emtonces- con paciencia -lo- aguardamos.
26. Igualmente el Espíritu también auxilia nuestras flaquezas, pues nosotros no sabemos por qué -cosas- hemos de orar como debemos, pero el Espíritu mismo hace intercesión por nosotros con gemidos inexpresables.
27. Y el que indaga los corazones conoce cuál -es- el propósito del Espíritu, porque él hace intercesión por los santos de acuerdo a -la voluntad de- Dios.
28. Y sabemos que todas las cosas obran a una para bien de los que aman a Dios, de los que son los llamados de acuerdo a -su- propósito.
29. Porque a quienes de antemano conoció, también predestinó -a que fueran- conformados a la imagen de su Hijo, para que él pudiera ser el primogénito de entre muchos hermanos.
30. Es más a quienes predestinó, a ellos también llamó, y a quienes llamó además justificó, y a quienes justificó también glorificó.
31. ¿Qué diremos pues ante estas cosas? Si Dios -es- por nosotros, ¿quién contra nosotros?
32. El que -ni- a su mismo Hijo guardó, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿Cómo no nos dará además gratuitamente con él todas las cosas?
33. ¿Quién presentará algún cargo contra de los elegidos de Dios? -Es- Dios el que justifica.
34. ¿Quién -es- el que condena? -Es- Cristo el que murió, sí mejor, el que de nuevo se levantó, quien incluso está a la mano derecha de Dios, quien además hace intercesión por nosotros.
35. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿-Acaso- tribulación, estrés, persecución, hambruna, desnudez, peligro, o espada?
36. Así como está escrito, Por tu causa nos matan todo el día, somos contados como ovejas para la matanza.
37. No, en todas estas cosas más que conquistadores somos por medio de aquel que nos amó.
38. Pues estoy persuadido, que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni principados, ni potestades, ni asuntos presentes, ni eventos por venir,
39. Ni altura, ni profundidad, ni ninguna otra criatura serán capaces de separarnos del amor de Dios, el cual se encuentra en Cristo Jesús nuestro Señor.

Romanos 7

1. ¿No sabéis hermanos, (pues les hablo a los que conocen la ley,) que la ley tiene dominio sobre un hombre en tanto él viva?
2. Ya que la mujer que tenga marido por la ley está atada a -su- esposo en tanto él viva, pero si el esposo está muerto, ella está zafa de la ley de -su- marido.
3. Así que entonces si mientras -su- esposo vive, ella se casa con otro hombre, se llamará adúltera; pero si su esposo es muerto, queda libre de la ley; de manera que ya no es adúltera, así esté casada con otro hombre.
4. Por lo cual, hermanos míos, vosotros también habéis muerto a la ley por el cuerpo de Cristo, para que os desposéis con otro, -sí-, con aquel que se levantó de los muertos, para que le llevemos fruto a Dios.
5. Porque cuando estábamos en la carne, los movimientos de los pecados que eran por la ley, obraron en nuestros miembros -haciéndonos- llevar fruto para la muerte.
6. Pero ahora de la ley estamos liberados, para que estando muertos en donde estábamos retenidos, podamos servir en novedad de espíritu, y no -en- la antigüedad de la letra.
7. ¿Qué vamos entonces a decir? ¿-Es- pecado la ley? Dios no lo permita. No, yo no hubiera conocido el pecado, salvo por la ley; pues no hubiera conocido la ambición, a menos que la ley hubiera dicho, No codiciarás.
8. Pero el pecado, aprovechando la ocasión del mandamiento, forjó en mí toda clase de concupiscencia. Ya que sin la ley el pecado -estaba- muerto.
9. Pues una vez vivo estuve sin la ley, mas cuando llegó el mandamiento, el pecado revivió y yo morí.
10. Y el mandamiento que -era ordenado- para vida, -lo- encontré -ser- para la muerte.
11. Porque el pecado, aprovechando la ocasión del mandamiento, me engañó, y por esto -me- mató.
12. Por tanto la ley -es- santa, y el mandamiento santo, justo y bueno.
13. ¿Fue entonces lo bueno lo que a mí me produjo la muerte? Dios no lo permita. Sino que el pecado, para poder mostrarse pecado, obró la muerte en mí por -medio- de lo bueno, para que por -medio- del mandamiento el pecado pudiera volverse extremadamente pecaminoso.
14. Ya que sabemos que la ley es espiritual, pero yo soy carnal, vendido al pecado.
15. Porque hago aquello que no permito; porque lo que yo quisiera, eso no -lo- hago, sino que -lo- que detesto, eso -es lo- que hago.
16. Si entonces hago lo que no quiero, ante la ley yo consiento que -esta es- buena.
17. Ahora entonces ya no soy yo el que lo hace, sino el pecado que mora en mí.
18. Porque yo sé que en mí (es decir, en mi carne,) cosa buena no mora , ya que el querer -hacer lo bueno- está presente en mí, pero no hallo cómo realizarlo.
19. Pues no hago lo bueno que deseo, sino que lo malo que no quiero, es -eso- lo que hago.
20. Ahora pues, si hago lo que no quiero, no soy yo más el que lo hace, sino el pecado que mora en mí.
21. Hallo entonces una ley, que, cuando quiero hacer el bien, el mal está presente en mí.
22. Porque me deleito en la ley de Dios siguiendo al hombre interior;
23. Pero otra ley veo en mis miembros, guerreando en contra de la ley de mi mente, y llevándome cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.
24. ¡Oh qué desdichado soy! ¿Quién me librará del cuerpo de esta muerte?
25. A Dios gracias doy a través de Jesucristo nuestro Señor. Así entonces con la mente yo le sirvo a la ley de Dios, pero con la carne a la ley del pecado.