Apocalipsis 22

1. Y me dió a conocer un río puro de agua de vida, claro como el cristal, que procedía del trono de Dios y del Cordero.
2. En el medio de la calle de este, y a cada lado del río, -estaba allí- el árbol de la vida, el cual producía doce -clases de- frutos, -y- cada mes entregaba su fruto, y las hojas del árbol -eran- para la sanación de las naciones.
3. Y no habrá más maldición, sino que el trono de Dios y el Cordero estará en ella, y sus siervos lo servirán.
4. Y verán su rostro, y su nombre -estará escrito- en sus frentes.
5. Y allí no habrá noche; y no necesitarán de velas, ni tampoco de luz del sol, porque el Señor Dios les da luz, y por siempre jamás reinarán.
6. Y me dijo, Estos dichos -son- fieles y veraces, y el Señor Dios de los santos profetas envió a su ángel para darle a conocer a sus siervos las cosas que en un corto tiempo deben acontecer.
7. Mirad que yo vengo de repente; bendito el que guarda los dichos de la profecía de este libro.
8. Yo Juan vi estas cosas, y -las- oí. Y cuando -las- hube oído y visto me postré a adorar delante de los pies del ángel que me daba a conocer estas cosas.
9. Entonces él me dijo, Mira, no -lo hagas-; porque yo soy -otro- siervo compañero tuyo, y de tus hermanos los profetas, y de los que guarden los dichos de este libro; adora a Dios.
10. Y él me dice, No selles los dichos de la profecía de este libro, porque el tiempo está cercano.
11. El que sea injusto, dejadlo aún ser injusto, el que sea inmundo, dejadlo aún ser inmundo; el que sea justo, dejadlo aún ser justo, y el que sea santo, dejadlo aún ser santo.
12. Y mirad que vengo de repente, y conmigo -también- mi recompensa, para entregarle a cada hombre según vaya a ser su obra.
13. Yo soy el Alfa y la Omega, el comienzo y el final, el primero y el último.
14. Benditos los que practican sus mandamientos, para poder tener derecho al árbol de la vida, y poder entrar por entre los portones de la ciudad.
15. Porque afuera -están- los perros, los hechiceros, los proxenetas, los asesinos. Los idólatras, y quienquiera que ame y prepare mentiras.
16. Yo Jesús envié a mi ángel a testificaros estas cosas en las congregaciones. Yo soy la raíz y el retoño de David, -y- la estrella esplendorosa de la mañana.
17. Y el Espíritu y la novia dicen, Ven. El que oiga diga, Ven. Y el que esté sediento que venga. Y quienquiera tome libremente del agua de la vida.
18. Porque yo testifico a todo hombre que oye las palabras de la profecía de este libro, si algún hombre le añade a estas cosas, Dios le añadirá las plagas escritas en este libro;
19. Y si algún hombre le quita palabras al libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, de la santa ciudad, y -de- las cosas escritas en este libro.
20. El que testifica estas cosas dice, Os aseguro que vengo de repente. Amén. Así es, ven, Señor Jesús.
21. -Que- la gracia de nuestro Señor Jesucristo -esté- con vosotros todos. Amén.
FIN

Apocalipsis 21

1. Y vi un cielo nuevo y una tierra nueva, pues el primer cielo y la primera tierra habían pasado, y no había más mar.
2. Y yo Juan vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, bajando de parte de Dios del cielo, preparada como una novia adornada para su esposo.
3. Y oí a una potente voz del cielo decir, Mirad el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos, y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos, -y será- su Dios.
4. Y Dios limpiará toda lágrima de sus ojos, y no habrá más muerte ni pena, ni llanto, ni habrá ya más dolor, porque las anteriores cosas pasaron.
5. Y el que se sentaba en el trono dijo, Mirad que yo hago todas las cosas nuevas. Y me dijo, Escribe, pues estas palabras son veraces y fieles.
6. Y me dijo, Está hecho. Yo soy el Alfa y la Omega, el comienzo y el fin. Al que tenga sed, gratuitamente le daré de la fuente del agua de vida.
7. El que venza heredará todas las cosas, yo seré su Dios, y él será mi hijo.
8. Pero los temerosos, los incrédulos, los abominables, los asesinos, los proxenetas, los hechiceros, los idólatras, y todo mentiroso tendrán su parte en el lago de fuego que arde con fuego y azufre, el cual es la segunda muerte.
9. Y hasta mí vino uno de los siete ángeles que tenían los siete frascos rebosantes de las siete plagas, y habló diciéndome, Ven hasta acá, te voy a mostrar a la novia, -a- la mujer del Cordero.
10. Y me llevó lejos en el espíritu hasta una montaña excelsa y magnífica, y me dió a conocer la ciudad admirable, la santa Jerusalén descendiendo del cielo de parte de Dios,
11. Teniendo la gloria de Dios, y su luz -era- como la de la piedra más preciosa, sí, como la de una piedra de jaspe, clara como el cristal,
12. Y tenía un muro excelso y magnífico, -y- doce portones, en los portones doce ángeles, y nombres escritos allí, los cuales son -los- de las doce tribus de los hijos de Israel:
13. Por el oriente tres portones, por el norte tres, por el sur tres, y por el occidente tres portones.
14. Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y en ellos -escritos- los nombres de los doce apóstoles del Cordero.
15. Y el que hablaba conmigo portaba una vara de oro para medir la ciudad, y los portones y la muralla de aquella.
16. Y la ciudad yace en cuadro; su longitud es igual a su anchura, y midió la ciudad con la vara, -dando- doce mil estadios. La longitud, la anchura y la altura de esta son iguales.
17. Y midió el muro de aquella, ciento cuarenta -y- cuatro codos, medida de hombre, es decir, del ángel -que medía-.
18. Y la construcción del muro de ella era de jaspe, y la ciudad -era de- oro puro, asemejado a un vidrio claro.
19. Y los cimientos del muro de la ciudad -estaban- embellecidos con toda clase de piedras preciosas. El primer cimiento -era- jaspe, el segundo zafiro, el tercero calcedonia, el cuarto esmeralda, el quinto sardonia, el sexto sardio, el séptimo crisólito, el octavo, berilo, el noveno topacio, el décimo crisopraso, el undécimo jacinto, el duodécimo amatista.
21. Y los doce portones -eran- doce perlas, cada portón era una perla, y la calle de la ciudad -era- de puro oro, como si fuera vidrio transparente.
22. Y allí no vi templos, porque el Señor Dios Todopodroso y el Cordero son el templo de ella.
23. Y la ciudad no tenía necesidad de que el sol, o la luna brillaran en ella, pues la gloria de Dios la alumbraba, y el Cordero -es- su luz.
24. Y las naciones de aquellos que se salvan andarán a la luz de ella, y los reyes de la tierra traen -y- entran su gloria y -su- honor a ella.
25. Y en el día sus portones de ningún modo se cerrarán, porque no habrá allí noche.
26. Y ellos traerán -y- entrarán en ella la gloria y el honor de las naciones.
27. Y de ninguna manera entrará en ella, cosa alguna que contamine, o produzca abominaciones, o -prepare- mentiras, sino aquellos que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.

Apocalipsis 20

1. Y vi bajar a un ángel del cielo, teniendo la llave del abismo sin fondo y una gran cadena en su mano.
2. Y echó mano del dragón, -de- esa vieja serpiente, la cual es el Diablo, y Satanás, y lo ató -por- mil años,
3. Y lo arrojó al abismo sin fondo, lo encerró, y colocó un sello sobre él, para que no fuera a engañar más a las naciones, hasta que se hubieran de cumplir los mil años, y después de eso debe soltarse una corta temporada.
4. Y vi tronos, y -a- los que se sentaron en ellos, y les fue otorgado -el- juicio, y -vi- a las almas de los que fueron decapitados por el testimonio de Jesús, y por la palabra de Dios , que no habían adorado a la bestia, ni a su imagen, ni habían recibido -la- marca en sus frentes, o en sus manos, y vivieron y reinaron con Cristo -por- mil años.
5. Pero el resto de los muertos no vivieron otra vez hasta que se terminaron los mil años. Esta -es- la primera resurrección.
6. Bendito y santo el que haga parte de la primera resurrección. Sobre estos no tiene poder la segunda muerte, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él por mil años.
7. Y cuando hayan expirado los mil años, Satanás será suelto de su prisión,
8. Y saldrá a engañar a las naciones que se encuentran en las cuatro regiones de la tierra, a Gog y a Magog, hasta reunirlos para la batalla, el número de aquellos -es- como la arena del mar.
9. Y subieron cubriendo la anchura de la tierra, rodeando completamente el campamento de los santos, y la ciudad amada, y fuego bajó de Dios -y- del cielo, y los devoró.
10. Y el diablo que los engañaba fue arrojado en el lago de fuego con azufre, en donde la bestia y el falso profeta -están-, y serán atormentados de día y de noche por siempre jamás.
11. Y vi un magnífico trono blanco, y al que se sentó en él, de cuyo rostro la tierra y el cielo salieron huyendo, sin encontrárseles lugar alguno.
12. Y vi a los muertos, pequeños y grandes, puestos en pie delante de Dios, y fueron abiertos los libros; además otro libro fue abierto, el cual es -el libro- de la vida, y los muertos fueron juzgados por esas cosas que estaban escritas en los libros, de acuerdo con sus obras.
13. Y el mar rindió los muertos que estaban en él, la muerte y el infierno liberaron los muertos que estaban en ellos, y cada hombre fue juzgado de acuerdo con sus obras.
14. Y la muerte y el infierno fueron arrojados en el lago de fuego, que es la segunda muerte.
15. Y quienquiera que no se encontrara inscrito en el libro de la vida era arrojado al lago de fuego.

Apocalipsis 19

1. Y después de estas cosas oí potentes voces de muchas gentes en el cielo, diciendo, Aleluya, la Salvación, la gloria, el honor y el poder -son- para el Señor nuestro Dios,
2. Porque sus juicios -son- veraces y justos, ya que ha juzgado a la gran ramera, que corrompió a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de manos de ella.
3. Y volvieron a decir, Aleluya. Y el humo de ella se levanta por siempre jamás.
4. Y los venticuatro hermanos mayores junto con las cuatro bestias se postraron y adoraron a Dios que se sentaba en el trono, diciendo, Amén; Aleluya.
5. Y salió una voz del trono que decía, alabad a nuestro Dios, todos vosotros sus siervos, y vosotros los que lo teméis, tanto grandes como pequeños.
6. Y oí como si fueran las voces de una gran multitud, como el sonido de muchas aguas, y como el sonido de potentes truenos, que decían, Aleluya, porque el Señor Dios Omnipotente reina.
7. Alegrémonos, regocijémonos, y démosle la gloria a él, porque el matrimonio del Cordero ha llegado, y su esposa se ha alistado.
8. Y a ella se le ha otorgado poder ataviarse con lino fino, puro y blanco, ya que el lino fino es la justicia de los santos.
9. Y me dijo, Escribe, Benditos -son- los que son llamados a la cena de la boda del Cordero. Y me dijo, Estos son dichos veraces de Dios.
10. Y caí a sus pies para adorarlo. Y me dijo, Mira, no; yo soy -un- siervo compañero tuyo y de tus hermanos que tienen el testimonio de Jesús; adora a Dios, porque el testimonio de Jesús es el espíritu de -la- profecía.
11. Y vi el cielo abierto, y he aquí un caballo blanco, y el que se sentaba en él -se- llamaba Fiel y Veraz, y con justicia juzga y hace guerra.
12. Sus ojos -eran- como llamas de fuego, y en su cabeza -había- muchas coronas, y tenía un nombre escrito, que ningún hombre sabía, sino sólo él.
13. Y -estaba- ataviado con una vestidura sumergida en sangre, y él tiene por nombre La Palabra de Dios.
14. Y los ejércitos -que estaban- en el cielo lo seguían -cabagando- en caballos blancos, -y- vestidos de lino fino, puro y blanco.
15. Y de su boca sale una espada filuda, con la que puede herir a las naciones, y las gobernará con una vara de hierro; él pisotea el lagar de la fiereza y de la ira del Dios Todopoderoso.
16. Y sobre -su- vestidura y sobre su muslo tiene escrito el nombre, EL REY DE -LOS- REYES, Y EL SEÑOR DE -LOS- SEÑORES.
17. Y vi a un ángel parado en el sol, que clamó a viva voz, diciéndole a todas las aves que vuelan en medio del cielo, Venid, reuníos y juntaos para la cena del gran Dios,
18. Para que podáis comer carne de rey, de capitán, y de hombre importante, carne de caballo, y del que se sienta en él, y de toda -clase de hombre, tanto- libre como esclavo, tanto pequeño como grande.
19. Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra, y a sus ejércitos aunados y juntos para hacer guerra contra el que se sentaba en el caballo, y contra su ejército.
20. Y la bestia fue atrapada, y con él el falso profeta que obraba milagros delante de él, con los que había engañado a los que habían recibido la marca de la bestia, y a los que adoraron a su imagen. Ambos fueron arrojados -y- metidos vivos en un lago de fuego que arde con azufre.
21. Y los que quedaban fueron muertos por la espada del que se sentaba en el caballo, la cual procedía de su boca, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.

Apocalipsis 18

1. Y después de estas cosas vi a otro ángel bajar del cielo, tenía gran poder, y la tierra fue alumbrada con su gloria.
2. Y gritó con poder -y- con una voz muy fuerte diciendo, Babilonia la grande ha caído, ha caído, y se ha vuelto habitación de diablos, escondite de todo espíritu sucio, y jaula de toda ave impura y odiosa.
3. Porque todas las naciones han bebido del vino de la ira de su fornicación, y los reyes de la tierra han fornicado con ella, los comerciantes de la tierra se han vuelto ricos por la abundancia de sus manjares.
4. Y del cielo oí otra voz, que decía, Sal de ella pueblo mío, para que no te hagas partícipe de sus pecados, ni recibas sus plagas.
5. Porque sus pecados han alcanzado el cielo, y Dios se ha acordado de sus iniquidades.
6. Pagadle así como os pagó, y duplicadle, duplicadle de acuerdo a sus obras; la copa que ha llenado llenádsela el doble.
7. De la manera como se ha glorificado y ha vivido deliciosamente, otorgadle igual tormento y dolor, pues dice en su corazón, Estoy sentada como una reina, no soy viuda, y no voy a ver dolor.
8. Por eso sus plagas vendrán en un día, muerte, lamentos, y hambruna; y será totalmente consumida por el fuego, pues fuerte -es- el Señor Dios quien la juzga.
9. Y los reyes de la tierra, que han fornicado y vivido deliciosamente con ella, la llorarán y la lamentarán, al ver el humo de sus llamas,
10. Permaneciendo lejos por temor a su tormento, diciendo, ¡Ay, ay, de aquella gran ciudad de Babilonia, la magnífica ciudad! Porque en una hora llegó tu juicio.
11. Y los comerciantes de la tierra llorarán y lamentarán por ella, pues ningún hombre ya más compra sus mercancías,
12. Mercancías de oro y plata, -de- piedras preciosas, y de perlas, -de- lino fino, de -color- púrpura, de seda, de -color- escalata, y -de- toda madera fragante, toda clase de vasijas de marfil, toda clase de vasijas de madera finísima, de bronce, -de- hierro, y -de- mármol,
13. Canela, y perfumes, ungüentos, incienso, vino, aceite, harina fina, trigo, bestias, ovejas, caballos, carrozas, esclavos, y almas de hombres.
14. Y los frutos que tu alma ambicionaba se han apartado de tí, todas las cosas ricas y delicadas se te han alejado, y de ningún modo las volverás a hallar.
15. Los comerciantes de estas cosas, que por ella se hicieron ricos, permanecerán lejos por temor a su tormento, llorando y lamentando,
16. Y diciendo, ¡Ay, ay, aquella magnífica ciudad, que estaba vestida de lino fino, de -color- púrpura y escarlata, y -se- arreglaba con oro, piedras preciosas y perlas!
17. Porque en una hora tan magníficas riquezas desaparecieron. Y todo capitán de navío, y toda compañía de barcos, -de- navegantes, y de cuantos comercian por mar, permanecían de lejos,
18. Y gritaban al ver el humo de sus llamas, diciendo, ¡Qué -otra hay- como esta gran ciudad!
19. Y -se- echaban polvo sobre sus cabezas, llorando, sollozando, lamentando, y diciendo, ¡Ayy, ayy de la magnífica ciudad, donde se hicieron ricos todos los que tenían naves en el mar con sus altos precios! Pues en una hora la asolaron.
20. Regocíjate sobre ella, -tú- cielo, y -vosotros- santos apóstoles y profetas, pues -por- vosotros Dios se ha vengado de ella.
21. Y un poderoso ángel tomó una piedra parecida a una grande de molino, y -la- lanzó al mar, diciendo, Con igual violencia será arrojada Babilonia esa gran ciudad, y de ningún modo se hallará más.
22. Y el sonido de los arpistas, -de- los músicos, de los flautistas, y -de- los trompetistas, de ningún modo se va a oír más en tí ; tampoco ningún artesano de oficio alguno se hallará más en tí, y el sonido de la piedra de molino de ningún modo se oirá más en tí.
23. Y la luz de la vela de ninguna manera brillará más en tí, ni la voz del novio o de la novia se volverá a oír más en tí, porque tus comerciantes fueron los hombres importantes de la tierra, ya que por tus hechicerías todas las naciones fueron engañadas.
24. Y en ella se halló la sangre de los profetas, de los santos, y de todos los que fueron muertos en la tierra.

Apocalipsis 17

1. Y llegó uno de los siete ángeles que tenían los siete frascos, y habló y me dijo, Ven aquí; te daré a conocer el juicio a la gran ramera que se sienta sobre muchas aguas,
2. Con quien los reyes de la tierra han fornicado, y los habitantes de ella se han embriagado con el vino de su fornicación.
3. Entonces me llevó lejos en el espíritu hasta donde el yermo, y vi a una mujer sentada sobre una bestia de color escarlata, atestada de nombres de blasfemias, que tenía siete cabezas y diez cuernos.
4. Y la mujer estaba ataviada de color púrpura y escarlata, y arreglada con oro, perlas y piedras preciosas, -y- tenía una copa de oro en su mano, rebosante de abominaciones y de las inmundicias de su fornicación,
5. Y en su frente -estaba- escrito un nombre, EL MISTERIO DE BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.
6. Y vi a la mujer embriagada con la sangre de los santos, y con la sangre de los mártires de Jesús, y al verla me sorprendí e impresioné grandemente.
7. Y el ángel me dijo, ¿Por qué te sorprendes? Te contaré del misterio de la mujer, y de la bestia que la lleva, que tiene siete cabezas y diez cuernos.
8. La bestia que viste fue, no es, ascenderá del abismo sin fondo, y va a la perdición, y los que moran en la tierra se maravillarán, -aquellos- cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida desde la fundación del mundo, cuando contemplen a la bestia que fue, -que- no es, y sin embargo es.
9. Y aquí -se verá- la mente que tiene sabiduría: Las siete cabezas son siete montañas, sobre las cuales se sienta la mujer.
10. Y hay siete reyes, cinco han caído, uno es, -y- el otro aún no ha llegado, y cuando llegue, debe continuar -ahí- por un corto espacio -de tiempo-.
11. Y la bestia que era, y no es, aún es la octava, y es de las siete, y va a la perdición.
12. Y los diez cuernos que viste son diez reyes, que aún no han recibido el reino, pero que recibirán poder como reyes -por- una hora con la bestia.
13. Estos harán la guerra con el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de -los- señores, y Rey de -los- reyes, y los que están con él -son- llamados, escogidos, y fieles.
14. Y el me dijo, Las aguas que viste, donde la ramera se sienta, son gentes, multitudes, naciones y lenguas.
16. Y los diez cuernos que viste sobre la bestia, estos odiarán a la ramera, la asolarán, la desnudarán, comerán su carne, y con fuego la quemarán.
17. Porque Dios ha puesto en sus corazones el cumplir la voluntad de él, y el ponerse de acuerdo para entregarle su reino a la bestia, hasta que la palabras de Dios se cumplan.
18. Y la mujer que viste es esa gran ciudad, que reina sobre los reyes de la tierra.

Apocalipsis 16

1. Y oí una fuerte voz salir del templo que le decía a los siete ángeles, Tomad vuestro rumbo, y derramad los frascos de la ira de Dios sobre la tierra.
2. Y el primero salió, y derramó su frasco sobre la tierra, y cayó una llaga fétida y dolorosa sobre los hombres que tenían la marca de la bestia, y -sobre- los que adoraban su imagen.
3. Y el segundo ángel derramó su copa sobre el mar, y este se convirtió como en la sangre de un muerto, y murió toda alma viva -que se encontraba- en el mar.
4. Y el tercer ángel derramó su frasco sobre los ríos y fuentes de las aguas, y estos se convirtieron en sangre.
5. Y -le- oí decir al ángel de las aguas, Eres justo, Oh Señor, quien eres, fuiste, y serás, por haber juzgado así.
6. Ya que ellos derramaron la sangre de los santos y -de los- profetas, y tú sangre les diste a beber, pues se lo merecen.
7. Y oí a otro decir desde el altar, Que así sea, Señor Dios Todopoderoso, ciertos y justos -son- tus juicios.
8. Y el cuarto ángel derramó su frasco sobre el sol, y a este se le dió poder para chamuscar a los hombres con -su- fuego.
9. Y los hombres fueron abrasados por un gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios, quien tenía el poder sobre esas plagas, y no se arrepintieron para darle la gloria a él.
10. Y el quinto ángel derramó su frasco sobre el trono de la bestia, y su reino se llenó de oscuridad, y mordieron sus lenguas del dolor,
11. Y blasfemaron al Dios de los cielos a causa de sus dolores y de sus llagas, y no se arrepintieron de sus obras.
12. Y el sexto ángel derramó su frasco sobre el gran río Éufrates, y el agua de este se secó, para poderle preparar el camino a los reyes del oriente.
13. Y vi a tres espíritus immundos semejantes a las ranas -salir- de la boca del dragón, de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta.
14. Pues son los espíritus de diablos, obradores de milagros, -que- van hasta los reyes de la tierra y del mundo entero, para reunirlos para la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso.
15. Mirad que como ladrón yo llego. Bendito el que vigile, y mantenga sus vestiduras, no sea que -se encuentre- andando desnudo, y vean su vergüenza.
16. Y los reunió -y- los juntó en un lugar llamado en Hebreo Armagedón.
17. Y el séptimo ángel derramó su frasco en el aire, y del templo del cielo salió una fuerte voz desde el trono, que decía, Ya está.
18. Y hubo sonidos, rayos y truenos, y ocurrió un gran terremoto, tal cual no había habido desde que los hombres existieron en la tierra, un terremoto muy fuerte -y- poderoso.
19. Y la gran ciudad fue dividida en tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron, y la Gran Babilonia vino a la remembranza delante de Dios, para darle la copa del vino de la fiereza de su ira.
20. Y se desaparecieron todas las islas, y no se encontró montaña -alguna-.
21. Y del cielo cayó sobre los hombres un granizo gigante, -cada piedra- pesando alrededor de un talento, y los hombres blasfemaron a Dios a causa de la plaga del granizo, porque esta fué exageradamente intensa.

Apocalipsis 15

1. Y vi otra señal grande y maravillosa en el cielo, a siete ángeles portando las últimas siete plagas, pues en ellas se completa la ira de Dios.
2. Y vi como si fuera un mar de cristal aleado con fuego, y a los que habían obtenido la victoria sobre la bestia, y sobre su imagen, sobre su marca, -y- sobre el número de su nombre, parados en el mar de cristal, con las arpas de Dios.
3. Y cantan la canción de Moisés el siervo de Dios, y la canción del Cordero, que dice, Grande y maravillosas -son- tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y ciertos -son- tus caminos, -Oh- tú Rey de los santos.
4. ¿Quién no te va a temer, Oh Señor, y a glorificar tu nombre? Pues -tú- sólo eres santo; ya que todas las naciones vendrán ante tí y adorarán, porque tus juicios se han hecho conocer.
5. Y después de eso miré, y, he aquí, el templo del tabernáculo del testimonio en el cielo estaba abierto,
6. Y los siete ángeles salieron del templo, portando las siete plagas, vestidos de lino blanquísimo, y sus pechos ceñidos con cintos de oro.
8. Y una de las cuatro bestias le dió a los siete ángeles siete frascos de oro llenos de la ira de Dios, quien vive para siempre jamás.
9. Y el templo se llenó del humo de la gloria de Dios, y de su poder, y ningún hombre fué capaz de entrar en el templo, -sino- hasta que las siete plagas de los siete ángeles se cumplieran.

Apocalipsis 14

1. Y miré, y, observé a un Cordero parado en el monte de Sion, y con él ciento cuarenta -y- cuatro mil, que tenían el nombre del Padre del Cordero escrito en la frente de ellos.
2. Y oí un sonido en el cielo, como de muchas aguas, y como de un trueno fuerte, y oí -también- el sonido de arpistas tocando sus arpas,
3. Y cantaban como si fuera una canción nueva delante del trono, y delante de las cuatro bestias, y de los hermanos mayores, y ningún hombre podía aprender aquella canción sino los ciento cuarenta -y- cuatro mil, que fueron redimidos de la tierra.
4. Estos son los que no se deshonraron entre las mujeres, pues son -como mujeres- vírgenes. Son los que siguen al Cordero donde sea que vaya. Estos fueron redimidos de entre los hombres, -siendo- los primeros frutos para Dios y para el Cordero.
5. Y en sus bocas no se encontró engaño, porque aparecen sin falta delante del trono de Dios.
6. Y vi volar a otro ángel en medio del cielo, que tenía el evangelio eterno para predicar-lo- a los que moran en la tierra, y a toda nación, familia, lengua y pueblo.
7. Diciendo a gran voz, Temed a Dios, y dadle la gloria, pues ha llegado la hora de su juicio, y adorad al que hizo el cielo, la tierra, el mar, y las fuentes de las aguas.
8. Y le siguió otro ángel, que decía, Ha caído Babilonia, ha caído, aquella gran ciudad, por -haber- hecho beber a todas las naciones del vino de la ira de su fornicación.
9. Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz, Si algún hombre adora a la bestia y a su imagen, y recibe -su- marca en la frente, o en la mano,
10. Él mismo beberá del vino de la ira de Dios, el cual se derrama puro en la copa de su indignación, y será atormentado con fuego y azufre en presencia de los santos ángeles, y del Cordero,
11. Y el humo de su tormento asciende por siempre jamás, y no tienen descanso -ni de- día ni de noche, quienes adoren a la bestia y a su imagen, ni quienquiera que reciba la marca de su nombre.
12. Aquí está la paciencia de los santos, y aquellos que guardan los mandamientos de Dios, y la fe de Jesús.
13. Y oí del cielo una voz que me decía, Escribe, Benditos de aqui en adelante los que mueran en el Señor, Sí, dice el Espíritu, para que así puedan descansar de sus labores, también sus obras le siguen.
14. Y miré, y he aquí una nube blanca, y sobre la nube -estaba- sentado -uno- parecido al Hijo del hombre, portando en su cabeza una corona de oro, y en su mano una hoz afilada.
15. Y otro ángel salió del templo, gritando a toda voz al que estaba sentado en la nube, Mete la hoz y siega, porque ha llegado la hora de que siegues, ya que la cosecha de la tierra está madura.
16. Y el que -estaba- sentado en la nube metió su hoz en la tierra, y la tierra fue segada.
17. Y otro ángel salió del templo que está en el cielo, portando también una hoz afilada.
18. Y otro ángel que tenía poder sobre el fuego salió del altar, y le gritó con gran voz a quien tenía la hoz afilada, diciéndo-le-, Mete tu hoz afilada, y reúne los racimos de la vid de la tierra, porque sus uvas están completamente maduras.
19. Y el ángel metió su hoz en la tierra, reunió la vid, y -la- lanzó al gran lagar de la ira de Dios.
20. Y el lagar fué pisado fuera de la ciudad, y salió sangre del lagar, aún hasta los frenos de los caballos, en un radio de mil seicientos estadios.

Apocalipsis 13

1. Y me paré en la arena del mar, y vi a una bestia levantarse del mar, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cuernos diez coronas, y en sus cabezas el nombre de la blasfemia.
2. Y la bestia que vi era parecida a un leopardo, sus pies eran como de oso, y su boca como la de un león, y el dragón le otorgó su poder, y su silla, y una gran autoridad.
3. Y vi una de sus cabezas como si fuera herida hasta la muerte, y su herida mortífera fue sanada, y todo el mundo se maravilló -y siguió- tras la bestia.
4. Y ellos adoraron al dragón que le dio el poder a la bestia, también adoraron a la bestia, diciendo, ¿Quién como la bestia? ¿quién es capaz de hacer guerra contra él?
5. Y le fue otorgada una boca que hablaba ideas grandes y blasfemias, y le fue dado poder para continuar por cuarenta -y- dos meses.
6. Y abría su boca con blasfemias contra Dios, blasfemando contra su nombre, contra su tabernáculo, y contra los que moran en el cielo.
7. Y le fue otorgado hacer guerra contra los santos, y vencerles, también se le otorgó poder sobre todas las familias, las lenguas y las naciones.
8. Y todos los que moran en la tierra lo adorarán, -aquellos- cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida del Cordero ejecutado desde la fundación del mundo.
9. Si algún hombre presta oído, que escuche.
10. El que conduce a cautiverio, entrará en cautiverio, el que a espada mata a espada debe morir. Aquí está la paciencia y la fe de los santos.
11. Y observé otra bestia que salía de la tierra, y tenía dos cuernos como un cordero, y hablaba como un dragón.
12. Y ejerce todo el poder de la primera bestia delante de este, y hace que la tierra y los que moran en ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortífera fue sanada.
13. Y realiza grandes maravillas, tanto así que hace bajar fuego del cielo sobre la tierra ante la vista de los hombres,
14. Y engaña a los que moran en la tierra con esos milagros que tiene poder de realizar a la vista de la bestia, diciéndole a los que moran en la tierra, que deben hacerle una imagen a la bestia, que tuvo la herida de espada y vivió.
15. Y él tenía el poder para darle vida a la imagen de la bestia, para que esta pudiera tanto hablar, como hacer que cuantos no quisieran adorarla tuvieran que ser muertos.
16. Y él hace que todos, tanto grandes como pequeños, ricos y pobres, libres y esclavos, reciban una marca en su mano derecha, o en su frente,
17. Y que ningún hombre pudiera comprar o vender, salvo el que tuviera la marca, el nombre de la bestia, o el número de su nombre.
18. Aquí hay sabiduría. Que el que tenga entendimiento cuente el número de la bestia, ya que es el número de un hombre, y su número -es- Seiscientos sesenta -y- seis.