1. Y en aquel tiempo Miguel se levantará, el gran príncipe que se pone de pie por los hijos de tu pueblo, y habrá un tiempo de tribulación tal, cual nunca lo hubo desde que existió una nación -incluso- hasta ese mismo momento; y en ese momento tu pueblo será liberado, cada uno de los que se encuentren inscritos en el libro.
2. Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, algunos a la vida eterna, y otros a la vergüenza y humillación perpetuas.
3. Los sabios resplandecerán como el esplendor del firmamento, y los que convierten a muchos a la justicia como las estrellas por siempre jamás.
4. Pero tú, Oh Daniel, cierra las palabras, y sella el libro, hasta el -mismo- tiempo del fin; muchos -entonces- correrán de aquí para allá, y el conocimiento se incrementará.
5. + Entonces yo Daniel miré, y he aquí que otros dos se pararon, el uno a este lado, y el otro al otro lado de la rivera del río.
6. Y -uno- le dijo al hombre vestido de lino, que -estaba- sobre las aguas del río, ¿Cuánto tiempo -pasará hasta- el fin de estas maravillas?
7. Y oí al hombre vestido de lino, que -estaba- sobre las aguas del río, cuando sostuvo su mano derecha y su izquierda levantadas al cielo, jurando por el que vive para siempre, que -será- por un tiempo, tiempos, y una mitad -de tiempo-; y cuando él haya logrado esparcir el poder del pueblo santo, todas estas -cosas- se terminarán.
8. Y oí, pero no entendí, entonces dije, Oh señor mío, ¿Cuál -será- el fin de estas -cosas-?
9. Y él dijo, Sigue adelante, Daniel, pues las palabras -están- cerradas hasta el tiempo del fin.
10. Muchos serán purificados, emblanquecidos y probados; sin embargo los malvados procederán con crueldad, y ninguno de los malvados entenderá, aunque los sabios lo harán.
11. Y desde el momento -en el que- sea quitado el -sacrificio- diario, e instalada la abominación que asola, -habrá- mil doscientos noventa días.
12. Bendito el que aguarde, y llegue a los mil trescientos cinco mas treinta días.
13. Pero tú sigue adelante hasta el fin, pues descansarás, y te pararás en tu porción en el fin de los días.
Daniel 11
1. También yo, en el primer año de Darío el Meda, -sí,- yo, me quedé para confirmar-lo- y fortalecerlo.
2. Y ahora -pues- te haré saber la verdad. He aquí que se levantarán aún tres reyes -más- en Persia; y el cuarto será bastante más rico que todos -los anteriores-, y por medio de su fuerza con sus riquezas incitará a todos en contra del reino de Grecia.
3. Y -de Grecia- se levantará un rey poderoso, que gobernará con gran dominio, y hará según su voluntad.
4. Y cuando se alce, su reino será quebrantado, y dividido hacia los cuatro vientos del cielo, y no a su posteridad, ni de acuerdo al dominio con el que gobernó, pues su reino será arrancado, sí, -será- para otros fuera de -de su posteridad-.
5. + Y el rey del sur se fortalecerá, junto con -uno- de sus príncipes; y se fortalecerá por encima de él, y dominará; grande -será- su dominio.
6. Y al final de los años se unirán y aunarán, pues la hija del rey del sur vendrá hasta donde el rey del norte para hacer un acuerdo; mas ella no retendrá el poder de -su- ejército, tampoco él ni su ejército se levantarán, sino que ella será entregada, junto con aquellos que la llevaron, el que la engendró, y -también- el que la fortaleció en -esos- momentos.
7. Pero de una rama de las raíces de ella se levantará -uno- en su propiedad, el cual vendrá con un ejército, y entrará en la fortaleza del rey del norte, pactará en detrimento de ellos, y prevalecerá;
8. Y también llevará cautivos a los dioses de ellos a Egipto, junto con sus príncipes, -y- sus vasijas preciosas de plata y oro; y él continuará – gobernando por más- años que el rey del norte.
9. De manera que el rey del sur llegará a -su- reino, y volverá a su propia tierra.
10. Pero sus hijos serán incitados, y reunirán una multitud de grandes fuerzas, y con certeza vendrá -uno-, que arrasará, y atravesará, entonces se volverá, y será provocado, -para volver- a su fortaleza.
11. Y el rey del sur se moverá con cólera, y vendrá a pelear con él, -sí,- con el rey del norte; -quien-organizará un gran multitud, pero la multitud será puesta en -las- manos -del rey del sur-.
12. -Y- cuando se haya deshecho de la multitud, su corazón se enaltecerá, y derribará a -muchas- decenas de miles, pero -con ello- no se fortalecerá.
13. Porque el rey del norte retornará, y organizará una multitud mayor que la primera, y con certeza vendrá depués de ciertos años con un gran ejército y con muchas riquezas.
14. Y en aquellos tiempos se levantarán muchos en contra del rey del sur; también los ladrones de tu pueblo se exaltarán para establecer la visión, pero fallarán.
15. De manera que el rey del norte vendrá, sitiará y tomará las ciudades más amuralladas; y los ejércitos del sur no resistirán, tampoco su pueblo escogido, ni -habrá- fuerza -alguna- que resista.
16. Aunque el que viene en su contra realizará su voluntad, y ninguno se parará delante de él; y permanecerá en la tierra gloriosa, la cual será consumida por su mano.
17. También se propondrá entrar con la fuerza de todo su reino, y -de los- justos con él; de esta manera hará: y le dará a él la hija de -entre- las mujeres, corrompiéndola; sin embargo ella no permanecerá -a su lado-, ni estará a favor de él.
18. Después de esto volverá su rostro hacia las islas, y tomará muchas; pero un príncipe hará por cuenta propia que cese la humillación ofrecida por él; -estando- sin humillación él hará que esta se vuelva hacia él.
19. Luego volverá su rostro hacia el fuerte de su propia tierra, pero tropezará y caerá, y a él no lo encontrarán.
20. Entonces -en- la gloria del reino se levantará en su propiedad un creador de impuestos, pero en pocos días será destruido, sin furia y sin batalla.
21. Y en su propiedad se levantará una persona vil, a quien no entregarán el honor del reino, sin embargo pacíficamente vendrá, y con halagos el reino obtendrá.
22. Y delante de él serán arrasados por una inundación de ejércitos, y serán quebrantados; sí, también -él es- el príncipe del convenio.
23. Y después del vínculo -hecho- con él, obrará con engaños, pues subirá y con un pueblo pequeño fuerte se volverá.
24. Entrará pacíficamente, incluso a los lugares más ricos de la provincia, y hará lo que sus padres no han hecho, ni tampoco los padres de sus padres; distribuirá entre ellos el botín, los despojos y las riquezas, y urdirá sus artimañas contra las fortalezas todavía por un tiempo.
25. Y espoleará sus fuerzas y su coraje con un gran ejército en contra del rey del sur, y el rey del sur será incitado a batallar con un ejército muy grande y poderoso, pero no permanecerá, pues urdirán artimañas en su contra.
26. Sí, lo destruirán los que se alimentan de la porción de su comida, y su ejército arrasará, y muchos caerán muertos.
27. Los corazones de ambos reyes -querrán- hacer daño, y hablarán mentiras en una mesa, pero no prosperará, ya que aún el fin -está- para el momento señalado.
28. Con grandes riquezas retornará entonces a su tierra, y su corazón -estará- en contra del convenio santo; hará -hazañas- y a su propia tierra retornará.
29. En el momento señalado retornará y vendrá hacia el sur, pero no será como la anterior, o la posterior -llegada-.
30. + Porque los barcos de Quitím vendrán contra él, -y- por eso se contrariará, retornará, y tendrá indignación en contra del convenio santo, y así hará, incluso retornará y hará acuerdos con los que abandonen el convenio santo.
31. Y ejércitos se levantarán de su parte, y contaminarán el santuario de la fortaleza, retirarán el -sacrificio- diario, y colocarán la abominación asoladora.
32. Y a los que procedan con maldad en contra del convenio con sobornos corromperá, pero el pueblo que conoce a su Dios será fuerte, y -hazañas- hará.
33. Y los que de entre el pueblo entienden instruirán a muchos, mas sin embargo caerán ante la espada, en la llama, en cautiverio y en despojos -por muchos- días.
34. Ahora bien cuando caigan, serán socorridos con una pequeña ayuda, pero muchos con adulaciones se les adherirán.
35. Y -algunos- de aquellos con entendimiento caerán, para que se les trate, se les purgue, y se emblanquezcan incluso hasta el tiempo del fin, porque todavía -es- para un determinado tiempo.
36. Y el rey obrará a su voluntad, a sí mismo se exaltará y él se enaltecerá por encima de todo Dios, hablará ideas prodigiosas en contra del Dios de los dioses, y prosperará hasta que la indignación se complete, pues eso que está determinado se hará.
37. Tampoco mirará al Dios de sus padres, ni al deseo de las mujeres, ni mirará dios alguno, pues él mismo se enaltecerá por encima de todo.
38. Aunque en su propiedad él honrará al Dios de las fuerzas, y honrará a un dios a quien sus padres no conocieron, con oro, con plata, con piedras preciosas y con lindos objetos.
39. Esto hará él en la fortalezas mayores con un dios extraño, a quien él reconocerá -e- incrementará de gloria; hará que gobiernen sobre muchos, y como pago dividirá la tierra.
40. Y en la época final el rey del sur lo empujará, y el rey del norte vendrá en su contra cual remolino, con carruajes, con jinetes y con muchos barcos; entrará en los países, arrasará y pasará.
41. También entrará en la tierra gloriosa, y muchos -países- serán derribados, pero estos escaparán de su mano, -el mismo- Edom, Moab, y el jefe de los hijos de Amón .
42. También extenderá su mano sobre los -otros- países, y la tierra de Egipto no escapará.
43. Aunque tendrá el poder sobre los tesoros de oro, de plata, y sobre todas las cosas preciosas de Egipto; y los Libios y los Etíopes -le seguirán- sus pasos.
44. Pero nuevas del oriente y del norte lo atribularán, por ello saldrá con gran furia para destruir, y deshacerse por completo de muchos.
45. Y plantará los tabernáculos de su palacio entre los mares, en la montaña gloriosa y santa; sin embargo llegará a su fin, y nadie le ayudará.
Daniel 10
1. En el tercer año de Ciro el rey de Persia, a Daniel, cuyo nombre era Beltesasar se le reveló un asunto, un asunto cierto, pero el tiempo escogido se alargó, y él entendió el asunto, y comprendió la visión.
2. Yo Daniel en aquellos días estuve de luto durante tres semanas completas.
3. No comí panes apetitosos, ni pasó por mi boca carne o vino, tampoco me ungí en manera alguna, hasta que se cumplieron -las- tres semanas.
4. Y en el vigésimo cuarto día del primer mes, mientras estaba al lado del gran río Hidekel,
5. Levanté entonces mis ojos, y miré, y he aquí cierto hombre vestido de lino, y su cintura ajustada con oro fino de Ufaz;
6. Su cuerpo también -era- como de berilo, y su rostro se parecía a un rayo, sus ojos a lámparas ardiendo, sus brazos y sus pies parecidos al color de bronce brillado, la voz de sus palabras como la de una multitud.
7. Y sólo yo Daniel tuve la visión, porque los hombres que estaban conmigo no la vieron, sin embargo a ellos les sobrevino un gran temblor, tanto que huyeron hasta esconderse.
8. Por tanto quedé sólo, y vi esta magnífica visión, y me quedé sin fuerzas, ya que mi belleza se tornó en corrupción, y no retuve mis fuerzas.
9. Sin embargo oí la voz de sus palabras, entonces me postré y tuve un sueño profundo, con mi rostro en el suelo.
10. + Y he aquí que una mano al tocarme me puso sobre mis rodillas y -sobre- las palmas de mis manos.
11. Y, me dijo, Oh Daniel, hombre grandemente amado por Dios, entiende las palabras que te hablo, y párate erguido, ya que ahora he sido enviado hasta tí. Y cuando me hubo hablado estas palabras me paré temblando.
12. Entonces me dijo, No temas Daniel, pues desde el primer día en el que te propusiste entender en tu corazón, y en afligirte delante de Dios, se escucharon tus palabras, y por tus palabras he venido.
13. Pero el príncipe del reino de Persia se me opuso por veintiún días, sin embargo, he aquí que Miguel, uno de los mayores príncipes, llegó a ayudarme, y allí permanecí con los reyes de Persia.
14. Ahora he llegado para hacerte entender lo que le acontecerá a tu pueblo en los últimos días, porque todavía la visión -es- para -después de muchos- días.
15. Y cuando me hubo hablado tales palabras, puse mis rostros en el piso, y me volví mudo.
16. Y he aquí que -alguien- con los rasgos de un hijo del hombre me tocó los labios, entonces abrí mi boca, y hablé, y le dije al que se paraba delante mío, Oh señor mío, me he turbado por la visión, y no he -podido- retener las fuerzas,
17. ¿Pues, cómo puede el siervo de este señor mío hablar con este señor mío? Ya que en cuanto a mí, de inmediato me quedé sin fuerzas, y tampoco tengo aliento.
18. Entonces vino de nuevo y me tocó -alguien- como con la apariencia de un hombre, y me fortaleció.
19. Y dijo, Oh hombre grandemente amado por Dios, paz para ti, sé fuerte, sí, sé fuerte. Y cuando me hubo hablado, me fortalecí, y dije, Que hable mi señor, porque me fortaleciste.
20. Entonces él dijo, ¿Sabes por qué vengo hasta ti? Y ahora pues retornaré a pelear contra el príncipe de Persia, y cuando haya avanzado, he aquí que el príncipe de Grecia llegará.
21. Pero te voy a dar a conocer aquello que está anotado en la escritura de la verdad; no -hay- nadie que se sostenga conmigo en estos asuntos, sino Miguel vuestro príncipe.
Daniel 9
1. En el primer año de Darío el hijo de Asuero, de la simiente de los Medas, el cual fue hecho rey del dominio de los Caldeos,
2. En el primer año de su reino yo Daniel entendí por los libros el número de los años, de donde palabra del SEÑOR le llegó a Jeremías el profeta, que él cumpliría setenta años de desolaciones en Jerusalén.
3. + Y fijé mi rostro en el Señor Dios, para buscarlo en oración y súplicas, con ayuno, tela de saco y cenizas;
4. Y le oré al SEÑOR mi Dios, le hice mi confesión, y le dije, Oh Señor, el grande y pavoroso Dios, que guardas el convenio y la misericordia con los que lo aman, y con los que guardan sus mandamientos;
5. Nosotros pecamos, y cometimos iniquidad, hemos obrado con maldad y nos hemos rebelado, incluso apartándonos de tus preceptos y de tus juicios;
6. Ni hemos escuchado a tus siervos los profetas, que le hablaron a nuestros reyes, príncipes y padres, y a toda la gente de la tierra en tu nombre.
7. Oh Señor, la justicia -es- para ti, pero para nosotros la confusión de rostro, como en este día, -al igual que- para los hombres de Judá, para los habitantes de Jerusalén, y para todo Israel, -que está- cerca, y -también- lejos, en medio de todos los países a donde los echaste debido a sus faltas con la que infringieron en tu contra.
8. Oh Señor, para nosotros -es- la confusión de rostro, para nuestros reyes, para nuestros príncipes, y para nuestros padres, por haber pecado contra ti.
9. Para el Señor nuestro Dios -son- las misericordias y el perdón, a pesar de habernos rebelado contra él.
10. Tampoco obedecimos a la voz del SEÑOR nuestro Dios, para andar en sus leyes, las cuales él fijó delante nuestro por sus siervos los profetas.
11. Sí, todo Israel ha trangredido tu ley, incluso apartándose, para así no obedecer tu voz; por tanto la maldición se ha derramado sobre nosotros, y el juramento que -está- escrito en la ley de Moisés el siervo de Dios, por haber nosotros pecado contra él.
12. Y él ha confirmado sus palabras, las cuales habló contra nosotros, y contra nuestros jueces que nos juzgaban, al traer un gran mal sobre nosotros, pues debajo de todo el cielo no se ha hecho lo que se ha obrado en Jerusalén.
13. 13.Como -está- escrito en la ley de Moisés, nos sobrevino todo este mal; sin embargo no hicimos nuestra oración delante del SEÑOR nuestro Dios, para poder volvernos de nuestras iniquidades, y entender tu verdad.
14. Por eso el SEÑOR supervisó el mal, y lo trajo sobre nosotros, pues el SEÑOR nuestro Dios -es- justo en todas las obras que realiza, ya que no obedecimos su voz,
15. Y ahora pues, Oh Señor Dios nuestro, que sacaste a tu pueblo de la tierra de Egipto con mano poderosa, y te has ganado renombre, como en este día; hemos pecado, hemos obrado con maldad.
16. Oh Señor, te suplico de acuerdo con toda tu justicia, que tu ira y furia se alejen de tu ciudad Jerusalén, tu montaña santa, porque por nuestros pecados y por las iniquidades de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo -son- una vergüenza para todos -los que están- en nuestros alrededores.
17. Ahora pues, Oh Dios nuestro, oye la oración de tu siervo, y sus súplicas, y haz brillar tu rostro sobre tu santuario que se encuentra asolado, por amor al Señor.
18. Oh Dios mío, inclina tu oído, y oye; abre tus ojos, y mira nuestras desolaciones y a la ciudad que es llamada por tu nombre. Porque no presentamos nuestras súplicas ante ti por nuestras justicias, sino por tus grandes misericordias.
19. Oh Señor, oye, Oh Señor,perdona, Oh Señor, escucha y actúa; no postergues -tu cumpliento-, por amor a ti mismo, Oh Dios mío, porque tu ciudad y tu pueblo son llamados por tu nombre.
20. + Y mientras -estaba- hablando, orando y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, presentando mi súplica delante del SEÑOR mi Dios por la montaña santa de mi Dios,
21. Sí, mientras yo -estaba- hablando en oración, el mismo hombre Gabriel, quien había visto al principio en la visión, -le- hicieron volar rápidamente, -y él- me tocó como a la hora de la oblación del atardecer.
22. -Me- informó, y habló conmigo, diciendo, Oh Daniel, he venido ahora para darte destreza y entendimiento.
23. Al comienzo de tus súplicas vino el mandamiento, y he llegado para darte a conocer -un asunto-; pues tú -eres- bien amado; por ello entiende el asunto, y considera la visión.
24. Setenta semanas se han determinado sobre tu pueblo y sobre tu ciudad santa, para terminar la transgresión, finalizar los pecados, reconciliar la iniquidad, traer la justicia eterna, sellar -y cumplir- la visión y la profecía, y ungir al Santísimo.
25. Conoce por tanto y entiende, -que- desde la salida del mandamiento para restaurar y construir a Jerusalén hasta el Mesías príncipe -habrá- siete semanas, más sesenta y dos semanas; se construirá de nuevo la calle, y el muro, aún en tiempos turbulentos.
26. Y después de sesenta y dos semanas el Mesías será retirado, pero no por causa de él; y el pueblo del príncipe que vendrá destruirá la ciudad y el santuario; su fin -será- por una inundación, y hasta el final de la guerra las desolaciones están determinadas -a pasar-.
Y confirmará el convenio con muchos por una semana; y a la mitad de la semana hará que cesen el sacrificio y la oblación, y asolará con la extensión de las abominaciones hasta la misma consumación, y aquello determinado se derramará sobre el asolador.
Daniel 8
1. En el tercer año del gobierno del rey Belsasar ante mí, Daniel, apareció una visión, después de aquella que primero -había- aparecido ante mí.
2. Y vi la visión; y sucedió que cuando -la- vi, yo -me encontraba- en el palacio de Susa, el cual -está- en la provincia de Elam; tuve la visión, y me encontraba al lado del río de Ulai.
3. Entonces levanté mis ojos, y vi, y he aquí que se paró delante del río un carnero que tenía -dos- cuernos, y los -dos- cuernos -eran- altos, pero uno -era- más alto que el otro, y el más alto salió de último.
4. Vi al carnero empujando hacia el occidente, hacia el norte, y hacia el sur, de forma que ninguna bestia podía pararse delante de él, ni -nadie había- que pudiera librar de su mano; sino que hacía conforme a su voluntad, y se volvió magnífico.
5. Y mientras estaba observando, he aquí que un macho cabrío llegó del occidente sobre la faz de toda la tierra, sin tocar el suelo, y el cabro -tenía- un cuerno notable entre sus ojos.
6. Y llegó hasta donde el carnero que tenía -dos- cuernos, el cual yo había visto parado delante del río, y corrió con la furia de su poder hasta donde él.
7. Y lo vi acercarse hasta donde el carnero, y movido en cólera contra él, golpeó al carnero y le quebró sus dos cuernos; y no hubo poder en el carnero para pararse delante de él, sino que el -cabro- lo arrojó al piso, y lo pisoteó, lo aplastó, y no hubo nadie que pudiera librar al carnero de su mano.
8. Por eso el macho cabrío se engrandeció mucho, y cuando estaba fuerte, el gran cuerno se quebró, y a cambio de él salieron cuatro -cuernos- notables hacia los cuatro vientos del cielo.
9. Y de uno de ellos salió un cuerno pequeño, que se engrandeció sobremanera, -dirigiéndose- hacia el sur, hacia el oriente, y hacia la -tierra- preciosa.
10. Se engrandeció, hasta la -misma- hueste del cielo, y arrojó al piso -parte- del ejército y de las estrellas, aplastándolas.
11. Sí, -se- enalteció -igualándose- al mismo príncipe del ejército, y fue quitado por él el -sacrificio- diario, y derribó el lugar de sus santuario.
12. Y se -le- dio una hueste -para que actuara- en contra del -sacrificio- diario a causa de la transgresión, y arrojó al piso la verdad, y avanzó, y prosperó.
13. + Luego oi a un santo hablar, y otro santo le dijo a aquel que hablaba, ¿Cuánto tiempo -durará- la visión -del sacrificio- diario, y la transgresión de la desolación, con el fin de entregar para ser pisoteados tanto el santuario como el ejército?
14. Y él me dijo, Hasta dos mil trecientos días, -y- entonces se limpiará el santuario.
15. + Y aconteció que cuando yo, -sí,- yo Daniel acababa de ver la visión, e indagaba el significado, entonces, he aquí que se paró delante mío -alguien- parecido a un hombre.
16. Y oí la voz de un hombre entre las riberas del Ulai, que llamaba, y decía, Gabriel, haz que este -hombre- entienda la visión..
17. Así que él se acercó a donde yo -estaba- parado, y cuando vino, me dió miedo, y caí de frente, pero él me dijo, Entiende, oh hijo de hombre, porque la visión -ocurrirá- en el tiempo del fin.
18. Ahora pues, estando él hablando conmigo, me quedé en sueño profundo con el rostro en el piso, pero él me tocó, y me puso derecho.
19. Y dijo, Mira que te haré saber lo que ocurrirá al puro final de la indignación, porque el final -ocurrirá- en el momento señalado.
20. El carnero que viste que tenía -dos- cuernos -son- los reyes de Media y de Persia.
21. Y el cabro rudo -es- el rey de Grecia; el gran cuerno que -está- en medio de sus ojos -es- el primer rey.
22. Luego de que sea quebrado, así como cuatro -cuernos- se levantaron en su lugar, cuatro reinos saldrán y se levantarán de la nación, pero no con su poder.
23. Y en la postrera etapa del reino de ellos, cuando los transgresores se desborden, un rey con un semblante feroz y entendido en sentencias ocultas, se levantará.
24. Su poder será grandioso, aunque no suyo, destruirá inimaginablemente, prosperará, avanzará, y destrozará a los fuertes y al pueblo santo.
25. Por medio de sus políticas también hará que la astucia prospere en su mano; y -se- enaltecerá en su corazón, y con la paz destruirá a muchos. Se levantará además contra el Príncipe de los príncipes, pero será quebrantado -y- sin mano -alguna-.
26. Y la visión que se contó del atardecer y de la mañana -es- cierta, por eso encierra tú la visión, porque -será- para -de aquí a- muchos días.
27. Y yo Daniel desfallecí, y me enfermé -unos- días; después me levanté e hice los negocios del rey; y estaba atónito por la visión, pero nadie -lo- entendía.
Daniel 7
1. En el primer año de Belsasar rey de Babilonia Daniel tuvo un sueño y visiones en su cabeza -estando- en su cama; luego escribió el sueño, y contó el resumen de los asuntos.
2. Daniel habló y dijo, Veía en mi visión por la noche, y, he aquí que los cuatro vientos del cielo peleaban sobre el gran mar.
3. Y cuatro grandes bestias salieron del mar, diferentes entre ellas.
4. La primera -era- como un león, y tenía alas de águila; Contemplé hasta que sus alas fueron arrancadas, fue levantada de la tierra, como un hombre se paró sobre sus pies, y le fue dado corazón de hombre.
5. Y contemplé otra bestia, la segunda, parecida a un oso, que se levantaba sobre un lado, y -tenía- tres costillas en su boca entre los dientes; y le dijeron así, Levántate -a- devorar mucha carne.
6. Después de esto contemplé, y he aquí otra, parecida a un leopardo, la cual tenía a sus espaldas cuatro alas de ave; la bestia además tenía cuatro cabezas, y le fue dado dominio.
7. Depués de esto, veía en las visiones de la noche y he aquí una cuarta bestia, temible, pavorosa, y extraordinariamente fuerte, que tenía grandes dientes de hierro, devoraba, rompía, despedazaba y con sus pies estampillaba lo que quedaba; -era- diferente a todas las bestias anteriores a ella, y tenía diez cuernos.
8. Miraba los cuernos, y he aquí que de entre ellos salió otro cuerno -que era- pequeño, ante quien tres de los primeros cuernos fueron arrancados de raíz; y, mirad que en este cuerno -habían- ojos como los de un hombre, y una boca que hablaba cosas grandiosas.
9. Yo observé hasta que los tronos fueron traídos abajo, y el Anciano de días se sentó, cuyas vestiduras -eran- blancas como la nieve, y su cabello como -de- lana pura; su trono -era como- una fogosa llama, -y- sus ruedas -como- fuego ardiendo.
10. Un candente arroyo brotaba y salía de delante de él; millares y millares lo servían, y diezmillares de diezmillares permanecían delante de él; el juicio fue instaurado, y los libros abiertos.
11. Yo observé entonces a causa de la voz -y- de las grandiosas palabras que el cuerno hablaba; observé -aún- hasta que la bestia fue muerta, destruido su cuerpo, y entregado a las ardientes llamas.
12. En cuanto al resto de las bestias, su dominio les fue quitado; sin embargo sus vidas fueron prolongadas por una temporada y -un- tiempo.
13. Vi en las visiones por la noche, y he aquí que -uno- como el Hijo del hombre llegó con las nubes del cielo, y vino hasta donde el Anciano de días, y lo llevaron delante de él.
14. Y le fue dado dominio y gloria y un reino, para que todos los pueblos, naciones e idiomas lo pudieran servir, su dominio -será- un dominio eterno el cual no pasará, y su reino -uno- que no se destruirá.
15. + -En cuanto a mí- Daniel, mi espíritu se afligió en medio de -mi- cuerpo, y la visiones de mi cabeza me atribularon.
16. Me acerqué a uno de ellos que se paraba a mi lado, y le pregunté -por- la verdad de todo esto. Él entonces me contó, y me hizo saber la interpretación del asunto.
17. Estas grandes bestias, que son cuatro, -son- cuatro reyes, -los cuales- se levantarán de la tierra.
18. Pero los santos del Altísimo tomarán el reino, y lo poseerán para siempre, incluso por siempre jamás.
19. Entonces quise saber la verdad sobre la cuarta bestia, la cual era diferente de todas las demás, pavorosa en extremo, cuyos dientes -eran- de hierro, y sus uñas de bronce, -y que- devoraba, despedazaba y con sus pies estampillaba lo que quedaba;
20. Y sobre los diez cuernos que -estaban- en su cabeza, -del- otro que subió, y delante del cual tres cayeron; incluso -acerca de- ese cuerno que tenía ojos, y una boca que hablaba cosas grandiosas, cuya apariencia -era- más corpulenta que -la de- sus compañeros.
21. Yo miré, y el mismo cuerno hizo guerra contra los santos, y prevaleció sobre ellos;
22. Hasta que el Anciano de dias llegó, le fue dado el juicio a los santos del Altísimo, y el tiempo llegó en el que los santos poseyeron el reino.
23. Él dijo así, La cuarta bestia será el cuarto reino sobre la tierra, el cual será diferente a todos los reinos, devorará la tierra entera, la pisoteará, y la despedazará.
24. Y los diez cuernos -que- salen de este reino -son- diez reyes -que- se levantarán, y otro se alzará tras ellos, será diferente a los primeros, y subyugará a tres reyes.
25. Hablará palabras -grandiosas- en contra del Altísimo, debilitará a los santos del Altísimo, y pensará en cambiar los tiempos y las leyes, y ellos serán entregados en su mano hasta un tiempo, tiempos y la división de tiempo.
26. Pero -quienes reciben- el juicio se sentarán, y ellos le quitarán su dominio, para consumir-lo- y destruir-lo- hasta el final.
27. Y el reino, el dominio y la grandeza del reino debajo del cielo entero, serán dados al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino -será- un reino eterno y todos los dominios lo servirán y lo obedecerán.
28. Hasta acá -llega- fin del asunto. En cuanto a mi Daniel, mis reflexiones me atribularon mucho, y el semblante se me cambió, pero guardé el asunto en mi corazón.
Daniel 6
1. A Darío le plació colocar sobre el reino a ciento veinte príncipes, los cuales debían estar super-visando- todo el reino;
2. Y sobre estos a tres presidentes, de los cule Daniel -era- el primero, para que los príncipes pudieran rendirle cuentas a aquellos, y el rey no fuera afectado.
3. Este Daniel fue preferido por encima de los presidentes y de los príncipes, debido al excelente espíritu que -había- en él; y el rey pensaba en ponerlo a cargo de todo el dominio.
4. + Entonces los presidentes y príncipes buscaron hallar una ocasión -para ir- en contra de Daniel acerca del reino; pero no podían encontrar ocasión o falta alguna en él.
5. De manera que estos hombres dijeron, No encontraremos ocasión contra este Daniel, a no ser que -la- encontremos acerca de la ley de su Dios.
6. Asi que estos príncipes y presidentes se reunieron y juntaron con el rey, y asi le dijeron, Rey Darío, vive por siempre.
7. Todos los presidentes del reino, los gobernadores y los príncipes, los consejeros y los capitanes, han consultado en unidad, para establecer un estatuto real, y hacer un firme decreto, que por treinta días quienquiera que le haga una petición a cualquier Dios u hombre, que no seas tú, Oh rey, sea lanzado dentro del foso de los leones.
8. Ahora pues, Oh rey, establece el decreto, y firma el escrito, para que no sea cambiado, siguiendo la ley de los Medos y los Persas, la cual no se altera.
9. Por ello el rey Darío firmó el escrito y el decreto.
10. + Ahora pues, cuando Daniel supo que le escrito se había firmado, entró a su casa, y estando las ventanas abiertas en su aposento con dirección a Jerusalén, se postró de rodillas tres veces al día, oró y dió gracias delante de su Dios, como lo hacía anteriormente.
11. Entonces se reunieron esto hombres, y encontraron a Daniel orando y haciéndole súplicas a su Dios.
12. De manera que se acercaron, y hablaron delante del rey sobre el decreto real; ¿No habéis firmado un decreto, de que todo hombre que haga -petición alguna- a cualquier Dios u hombre durante treinta días, salvo a ti, O rey, será lanzado dentro del foso de los leones? El rey resppondió y dijo, El asunto -es- cierto, siguiendo la ley de los Medos y de los Persas, la cual no se altera.
13. Así que ellos respondieron diciendo delante del rey, Que Daniel, el cual -es- de los hijos del cautiverio de Judá, no te toma en cuenta a ti Oh rey, ni al decreto que firmaste, sino que hace peticiones tres veces al día.
14. Entonces el rey, al oír -estas- palabras, se disgustó sobremanera con él mismo, y fijó -su- corazón en Daniel para -intentar- librarlo, trabajando hasta la puesta del sol para librarlo.
15. De forma que estos hombres reunidos -fueron- hasta el rey y le dijeron, Conoced Oh rey, que la ley de los Medos y de los Persas -dice- Que ningún decreto ni estatuto que el rey establezca puede cambiarse.
16. De manera que el rey mandó, y trajeron a Daniel, y -lo- lanzaron dentro del foso de los leones. -Ahor bien- el rey habló y le dijo a Daniel, Tu Dios, a quien continuamente sirves, él te librará.
17. Y se trajo y se puso una piedra sobre la boca del foso, y el rey la selló con su propio sello de anillo, y con el sello de anillo de sus señores, para que no se pudiera cambiar la resolución con respecto a Daniel.
18. + Entonces el rey se fue a su palacio, y pasó la noche ayunando; tampoco se trajeron delante de él instrumentos de música, y el sueño se fue de él.
19. Entonces el rey se levantó muy temprano en la mañana, y se fue de prisa hasta el foso de los leones.
20. Y cuando llego al foso, le gritó con voz de lamento a Daniel, -y- el rey habló diciéndole a Daniel, oh Daniel, siervo del Dios vivo, ¿es tu Dios a quien le sirves de continuo, capaz de liberarte de los leones?
21. Entonces Daniel le dijo al rey, Oh rey, vive por siempre.
22. Mi Dios envió su ángel, que cerró las bocas de los leones, de manera que no me han hecho daño; y así como se encontró inocencia en mi delante de él, también delante de ti, oh rey, no he hecho daños.
23. El rey entonces se alegró sobremanera por él, mandó sacar a Daniel del foso, y ninguna clase de daño se encontró en él, por creer en su Dios.
24. + Y el rey mandó traer a aquellos hombres que habían acusado a Daniel, y -los- lanzaron dentro del foso de los leones, a ellos, a sus hijos, y a sus esposas, y los leones los dominaron, e hicieron pedazos todos sus huesos, antes de siquiera llegar el fondo del foso.
25. + Entonces el rey Dario escribio para todas las gentes, naciones e idiomas que vivían en toda la tierra: -Que- la paz se os multiplique.
26. Entrego -el siguiente- decreto, Que en todos los dominios de mi reino los hombres tiemblen y teman delante del Dios de Daniel, porque él -es- el Dios vivo y constante para siempre, y su reino -es uno- que no será destruido, -pues- su dominio -será- hasta el -mismo- fin.
26. Él libera y rescata, obra señales y maravillas en el cielo y en la tierra, -y es- quien ha liberado Daniel del poder de los leones.
27. De esta manera Daniel prosperó en el reino de Darío, y en el reino de Ciro el Persa.
Daniel 5
1. Belsasar el rey hizo una gran fiesta para mil señores suyos, y delante de los mil bebió vino.
2. Belsasar, mientras degustaba el vino, mandó traer las vasijas de oro y de plata, las cuales su padre Nabucodonosor había sacado del templo que -estaba- en Jerusalén, y el rey, sus príncipes, las esposas y concubinas de él, pudieran beber en ellas.
3. Entonces trajeron las vasijas de oro que -habían- sido sacadas del templo de la casa de Dios que -estaba- en Jerusalén, -para que- el rey, sus príncipes, las esposas y concubinas de él pudieran beber en ellas.
4. Bebieron vino, y alabaron a los dioses de oro, plata, bronce, hierro, madera y piedra.
5. + A esa misma hora llegaron los dedos de la mano de un hombre, y escribieron en frente del candelabro sobre el enlucido de la pared del palacio del rey, y el rey vió la parte de la mano que escribía.
6. Se cambió entonces el semblante del rey, y sus pensamientos lo atribularon de tal forma que las articulaciones de sus lomos se soltaron, y sus rodillas se golpeaban la una con la otra.
7. El rey -en seguida- clamó en alta voz que trajeran a los astrólogos, a los Caldeos y a los adivinos. -Al llegar ellos- el rey habló, diciéndoles a los sabios de Babilonia, Quienquiera que lea este escrito, y me haga saber su interpretación, será vestido de escarlata, -tendrá- una cadena de oro alededor de su cuello, y será el tercer gobernante en el reino.
8. Llegaron entonces todos los sabios del rey, pero no pudieron leer el escrito, ni hacerle saber al rey la interpretación de este.
9. Entonces el rey Belsasar se atribuló sobremanera, el semblante se le cambió , y sus señores quedaron atónitos.
10. + -En ese momento,- la reina llegó a la casa del banquete por causa de las palabras del rey y de sus señores; -y- habló y dijo, Oh rey, vive para siempre; no dejes que te atribulen tus pensamientos, ni cambie tu semblante,
11. Hay un hombre en tu reino, en quien el espíritu de los santos dioses -está-, y en él se halló luz, entendimiento y sabiduría como la de los dioses en los días de tu padre, a quien el rey Nabucodonosor tu padre, el -mismo- rey tu padre, -lo- hizo maestro de los magos, astrólogos, Caldeos, -y- adivinos;
12. Y así como tan excelente espíritu, conocimiento, entendimiento, interpretación de sueños, descubrimiento de duras sententencias, y disolución de dudas se encontraron en -este- mismo Daniel, a quien el rey llamó Beltesasar; ahora pues, deja que se llame a Daniel, y él dará a conocer la interpretación.
13. Entonces fue traído Daniel delante del rey. -Y- el rey habló y le dijo, -¿Eres- tú aquel Daniel, de los hijos del cautiverio de Judá, a quien el rey mi padre trajo del Judaísmo?
14. He escuchado de ti, que el espíritu de los dioses -está- en ti, y -que- se te ha encontrado luz, entendimiento y una excelente sabiduría.
15. Y hoy los sabios, -y- astrólogos han sido traídos ante mi para poder leer este escrito, y darme a conocer su interpretación, pero no -han- podido descubrir la interpretación del asunto;
16. Y he oido de ti, que tú puedes hacer interpretaciones, y disolver dudas; ahora pues, si puedes leer el escrito y darme a conocer su interpretación, se te vestirá de escarlata, -tendrás- un cadena de oro alrededor de tu cuello, y serás el tercer gobernante en el reino.
17. + Entonces Daniel respondió y dijo delante del rey, Que tus regalos sean para ti, y dale tus recompensas a otro; sin embargo leeré el escrito para rey, haciéndole saber la interpretación.
18. Tú, oh rey, a tu padre Nabucodonosor el Dios altísimo le dió un reino, además de majestad, gloria y honor;
19. Y debido a la majestad que le dió, todas las gentes, naciones e idiomas temblaban y temían delante de él; a quien quería, mataba, y a quien quería guardaba con vida, a quien quería erigía, y quien quería quitaba.
20. Pero cuando su corazón se enalteció, y su mente por orgullo se endureció, de su trono real fue depuesto, y le quitaron su gloria;
21. Y fue retirado de los hijos de los hombres, su corazón se hizo como el de las bestias, y con los asnos salvajes -fue- su morada; como a buey lo alimentaban con hierba, y con el rocío del cielo se mojaba su cuerpo, hasta que supo que el Dios altísimo gobernaba el reino de los hombres, y sobre este asigna a quien él quiera.
22. Y tú su hijo, Oh Belsasar, tu corazón no has humillado, aún sabiendo todo esto;
23. Más bien te has enaltecido contra el Señor del cielo, han traído las vasijas de su casa delante de ti, y tú junto con tus señores, tu esposas y tus concubinas, has bebido en ellas, y has alabado a los dioses de plata, y de oro, de bronce, de hierro, de madera y de piedra, que no ven, no oyen ni conocen, y al Dios en cuya mano -está- tu aliento, y en quien -están- todos tus caminos, -a él- no lo has glorificado;
24. Entonces la parte de la mano fue enviada de él, y la inscripción escrita.
25. + y esta -es- la inscripción escrita, MENE, MENE, TEKEL, UFARSIN.
26. La siguiente -es- la interpretación del asunto: MENE: Dios ha numerado -los días de- tu reino, y lo ha acabado.
27. TEKEL: Tú has sido pesado en la balanza, y se te ha encontrado falto.
28. PERES: Tu reino ha -sido- dividido, y dado a los Medos y a los Persas.
29. Entonces Belsasar mandó, y vistieron a Daniel de escarlata, -fue puesta- una cadena de oro alrededor de su cuello, y sobre él hicieron una proclama, de que iba a ser el tercer gobernante del reino.
30. + Esa misma noche Belsasar el rey de los Caldeos fue muerto.
31. Y Darío el Meda tomó el reino, a la edad de treinta y ocho años.
Daniel 4
1. Nabucodonosor el rey, a todos -los- pueblo-s- naciones y lenguas, que moran en toda la tierra; –Que la- paz se os multiplique.
2. Me pareció bien dar a conocer las señales y maravillas que el Dios excelso ha forjado para mi.
3. ¡Qué grandes -son- sus señales! ¡Y qué poderosas sus maravillas! Su reino -es- uno eterno, y su dominio -uno que continúa- de generación en generación.
4. +Yo Nabucodonosor estaba descansando en mi casa, y relajándo-me- en mi palacio;
5. Vi -en- un sueño -algo- que me amedrentó, y los pensamientos en mi cama y las visiones en mi cabeza me atribularon.
6. Por ello decreté traer a todos los -hombres- sabios de Babilonia delante mío, para que pudieran hacerme saber la interpretación del sueño.
7. Entonces llegaron los magos, los astrólogos, los Caldeos y los adivinos, y conté el sueño delante de ellos, pero no me hicieron saber la interpretación de este.
8. Sin embargo Daniel vino ante mi, cuyo nombre es Beltesasar, de acuerdo al nombre de mi dios, y en quien -habita- el espíritu de los santos dioses, y le conté el sueño, -diciendo-,
9. Oh Beltesasar, maestro de los magos, como sé que el espíritu de los santos dioses -está- en ti, y -que- ningún secreto te atribula, cuéntame -acerca de- las visiones que he visto en mi sueño, y de su interpretación.
10. Estas -fueron- las visiones en mi cabeza: Ví, y he aquí un árbol en medio de la tierra, y su altura -era- magnífica.
11. El árbol creció, y se volvió fuerte, su altura alcanzó los cielos, y su vista los confines de la tierra entera;
12. Sus hojas -eran- hermosas, y mucho -era- su fruto, y -había- comida para todos; las bestias del campo tenían sombra debajo de él, las aves del cielo moraban en sus grandes ramas, y todo -ser de- carne se alimentaba de él.
13. Veía las visiones en mi cabeza -estando- en la cama, y he aquí que un vigilante, un santo llegó del cielo,
14. -Y- clamó a plena voz, diciendo lo siguiente, Talen el árbol, corten sus ramas, sacudan sus hojas, esparzan su fruto; que las bestias se retiren de su abrigo, y las aves de sus ramas;
15. No obstante dejen el tocón de sus raíces en la tierra, incluso -atado- a una banda de hierro y de bronce, en el tierno pasto del campo, que se moje con el rocío del cielo, y su parte -esté- con las bestias, en el pasto de la tierra;
16. Que se le cambie su corazón de hombre, se le de un corazón de bestia, y siete tiempos pasen sobre él.
17. Este asunto -está resuelto- por decreto de los vigilantes, y la demanda -traida- por palabra de los santos, con la intención de que los -seres- vivos puedan saber que el Altísimo gobierna en el reino de los hombres, lo da a quien él quiere, y sobre él coloca a lo más bajo de los hombres.
18. Este sueño lo -tuve- yo el rey Nabucodonosor. Ahora pues, o Beltesasar, declara su interpretación, ya que todos los sabios de mi reino no son capaces de hacérmela saber; pero tú puedes -hacerlo-, porque el espíritu de los santos dioses -está- en ti.
19. + Entonces Daniel, cuyo nombre -era- Beltesasar, se quedó atónito durante una hora, atribulado por sus pensamientos. El rey habló, y dijo, Beltesasar, que no te atribulen el sueño o su interpretación. Beltesasar respondió diciendo, Mi señor, -que- el sueño -sea- para los que te odien, y su interpretación para tus enemigos.
20. El árbol que viste, el cual creció, se hizo fuerte, su altura alcanzó al cielo, y su vista toda la tierra;
21. Sus hojas -eran- hermosas, mucho -era- su fruto, y en él -había- comida para todos; debajo de él moraban las bestias del campo, y en sus ramas las aves del cielo hacían su habitación;
22. Este -eres- tú oh rey, quien has crecido y te has vuelto fuerte, porque tu grandeza ha aumentado, y alcanzado al cielo, y tu dominio -ha llegado- hasta el confín de la tierra.
23. Y así como el rey vió a un vigilante y santo bajar del cielo, y decir, Talen el árbol y destrúyanlo; sin embargo dejen el tocón y sus raíces en la tierra, incluso con una banda de hierro y -de- bronce, en el tierno pasto del campo, y que se moje con el rocío del cielo, y que su parte -sea- con las bestias del campo, hasta que siete tiempos pasen sobre él;
24. Esta -es- la interpretación, oh rey, y este -es- el decreto del Altísimo, que ha llegado sobre mi señor el rey:
25. Que te retiren de los hombres, y tu morada sea con las bestias del campo, y te hagan comer pasto como los bueyes, te mojen con el rocío del cielo, y siete tiempos pasen sobre ti, hasta que sepas que el Altísimo gobierna en el reino de los hombres, y se lo da a quien él quiere.
26. Y así como mandaron dejar el tocón de las raíces del árbol, tu reino te será asegurado, después de que hayas sabido que los cielos gobiernan.
27. Por tanto, oh rey, que mi consejo te sea aceptable, despréndete de tus pecados por medio de la justicia, y -también- de tus iniquidades manifestándole misericordia a los pobres, si -es que- hay extensión para tu tranquilidad.
28. + Todo esto vino sobre el rey Nabucodonosor.
29. Al finalizar doce meses él caminaba por el palacio del reino de Babilonia.
30. -De pronto- el rey habló, y dijo, ¿No es esta la gran Babilonia, que he construido como la casa del reino por la grandeza de mi poder, y para el honor de mi majestad?
31. Mientras la palabra -todavía estaba- en la boca del rey, sobrevino una voz del cielo, -que dijo-, Oh rey Nabucodonosor, a ti se te habla: El reino es apartado de ti.
32. Te retirarán de los hombres, y tu morada -estará- con las bestias del campo; te harán comer hierba como los bueyes, y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que sepas que el Altísimo gobierna en el reino de los hombres, y se lo da a quien él quiere.
33. -Aquella- misma hora se cumplió el asunto sobre Nabucodonosor, fue retirado de los hombres, comió hierba como los bueyes, y su cuerpo se mojó con el rocío del cielo, hasta que sus cabellos crecieron como -plumas- de águila, y sus uñas como -garras- de pájaro.
34. Y al final de los días -predichos- yo Nabucodonosor levanté mis ojos al cielo, y el entendimiento me -fue- devuelto, bendije al Altisimo, lo alabé y honré al que vive para siempre, cuyo dominio -es- uno perdurable, y su reino -uno que continúa- de generación en generación;
35. Todos los habitantes de la tierra -delante de él son- reputados como nada, y el hace conforme a su voluntad en el ejército del cielo, y -entre- los habitantes de la tierra; y nadie puede detener su mano, o decirle, ¿Qué -es lo que- haces?
36. Al mismo tiempo la razón me -fue- devuelta, y el honor y la claridad me -fueron- devueltos para la gloria de mi reino; mis consejeros y señores me buscaron, fui establecido en mi reino, y una excelsa majestad me fue añadida.
37. Ahora pues yo Nabucodonosor alabo, exalto y honro al Rey del cielo, cuyas obras todas -son- verdad, sus caminos -son- juicio, y él es capaz de abatir a aquellos que anden con orgullo.
Daniel 3
Nabucodonosor el rey hizo una imagen de oro, con una altura de sesenta codos, -y- una anchura de seis codos, -y- la colocó en la planicie de Dura, en la provincia de Babilonia.
2. Nabucodonosor el rey envió entonces a reunir a los príncipes, a los gobernadores, a los capitanes, a los jueces, a los tesoreros, a los consejeros, a los alguaciles, y a todos los regentes de las provincias, para que vinieran a la dedicación de la imagen que Nabucodonosor el rey había erigido.
3. Entonces los príncipes, los gobernadores, los capitanes, los jueces, los tesoreros, los consejeros, los alguaciles, y todos os regentes de las provincias fueron reunidos para la dedicación de la imagen que Nabucodonosor el rey había erigido, y se pararon delante de la imagen que Nabcodonosor había erigido.
4. Entonces un heraldo clamó en voz alta, A vosotros se os ordena, oh gentes, naciones y lenguas,
5. -Que- en el momento que oigáis el sonido de la trompeta, de la flauta, del arpa, del sacabuche, del salterio, -y- del dulcémele, junto con toda clase de música, os postréis a adorar a la imagen de oro que Nabucodonosor el rey ha erigido.
6. Y quien no se postre a adorarla, en esa misma hora será lanzado -y dejado- en medio de un fogoso y ardiente horno.
7. Por eso en el momento que toda las gente oyó el sonido de la corneta, de la flauta, del arpa, del sacabuche, -y- del salterio, junto con toda clase de música, todos -ellos de diferentes- naciones, e idiomas, se postraron -y- adoraron a la imagen de oro que Nabucodonosor el rey había erigido.
8. +Por ello -mismo- en ese momento ciertos Caldeos se acercaron y acusaron a los Judíos.
9. Hablaron y le dijeron al rey Nabucodonosor, Oh, larga vida al rey.
10. Tú, oh rey, habéis hecho un decreto, de que todo hombre que oiga el sonido de la corneta, la flauta, el arpa, el sacabuche, el salterio, -y- el dulcémele, junto con toda clase de música, se postrará y adorará a la imagen de oro;
11. Y quien no se postre a adorarla, -aquel- debe ser lanzado -y dejado- en medio de un fogoso y ardiente horno.
12. Ciertos Judíos hay a quienes has colocado a cargo de los asuntos de la provincia de Babilonia, Sadrac, Mesac y Abednego; estos hombres, oh rey, no se han interesado en ti; ellos no le sirven a tus dioses, ni adoran a la imagen de oro que has puesto.
13. +Nabucodonosor entonces en -su- ira y furor mandó traer a a Sadrac, Mesac y Abednego. Ellos entonces trajeron estos hombres delante del rey.
14. Nabucodonosor habló y les dijo, ¿-Es- verdad oh Sadrac, Mesac y Abednego, que no les servís a mis dioses, ni adoráis a la imagen de oro que he puesto?
15. Ahora pues, si estáis listos para que en el momento en el que oigáis el sonido de la corneta, la flauta, el arpa, el sacabuche, el salterio, -y- el dulcémele, junto con toda clase de música, -y- os postraís y adoráis la imagen que he hecho, -muy bien-; pero si no -la- adoráis, seréis lanzados esa misma hora -y dejados- en medio de un fogoso y ardiente horno; ¿y quién -es- ese Dios que os librará de mi mano?
16. Sadrac, Mesac y Abednego respondieron y dijeron al rey, Oh Nabucodonosor, no nos preocupa responderte acerca de este asunto.
17. Si -así- sucede nuestro Dios a quien servimos es capaz de librarnos del fogoso y ardiente horno, y de tu mano -nos- librará, oh rey.
18. Y si no, -que- sea conocido por ti, oh rey, que no le serviremos a tus dioses, ni adoraremos a la imagen de oro que tú has erigido.
19. +Entonces Nabucodonosor se llenó de furia, y la forma de su expresión se cambió en contra de Sadrac, Mesac y Abednego, por tanto habló, y mandó que debían calentar aquel horno siete veces más de lo que estaba acostumbrado a calentarse.
20. Y mandó a los hombres más fuertes de su ejército que ataran a Sadrac, Mesac y Abednego, -y los- lanzaran dentro del fogoso y ardiente horno.
21. Fueron entonces estos hombres atados con sus abrigos, medias, sombreros y -demás- prendas, y lanzados -y dejados- en medio del fogoso y ardiente horno.
22. Por ello, debido a que la orden del rey era urgente, y el horno exageradamente caliente, las llamas del fuego mataron a aquellos hombres que llevaron a Sadrac, Mesac y Abednego.
23. Y estos tres hombres, Sadrac, Mesac y Abednego, cayeron atados en medio del fogoso y ardiente horno.
24. Entonces Nabucodonosor el rey se quedó atónito, se levantó de prisa, habló y le dijo a sus consejeros, ¿No lanzamos a tres hombres amarrados a la mitad del fuego? Ellos respondieron y le dijeron al rey, -Es- cierto, oh rey.
25. Él respondió y dijo, Mirad que veo a cuatro hombres libres, caminando en medio del fuego, sin daño -alguno-, y la forma del cuarto es como -la- del Hijo de Dios.
26. +Entonces Nabucodonosor se acercó a la boca del fogoso y ardiente horno, -y- habló y dijo, Sadrac, Mesac y Abednego, vosotros siervos del Dios altísimo, salid, y venid -acá-. Entonces Sadrac, Mesac y Abednego salieron de en medio del fuego.
27. Y los príncipes, los gobernadores, los capitanes y los consejeros del rey habiéndose reunido juntos, vieron a estos hombres sobre cuyos cuerpos el fuego no -había- tenido poder, ni un cabello de sus cabezas estaba chamuscado, tampoco -ninguno- de sus abrigos había cambiado, ni el olor a fuego había pasado sobre ellos.
28. -Entonces- Nabucodonosor habló, y dijo, Bendito -sea- el Dios de Sadrac, Mesac y Abednego, quien ha enviado a su ángel, y librado a sus siervos que confiaron en él, y han cambiado la palabra del rey, y sometido sus cuerpos, para no servir ni adorar a ningún dios, excepto al Dios suyo.
29. Por tanto hago un decreto, que cualquier gente, nación y lengua que hablen alguna cosa mala en contra del Dios de Sadrac, Mesac y Abednego, serán cortados en pedazos, y sus casas serán convertidas en pilas de desechos, porque no hay otro Dios que pueda librar de esta manera.
30. Entonces el rey promovió a Sadrac, mesac y Abednego, en la provincia de Babilonia.