Esto dice el SEÑOR, Mantened el juicio, y aplicad justicia, porque mi salvación -está- a punto de venir, y mi equidad -a punto- de ser revelada.
2. Bendito -es- el hombre -que- hace esto, y el hijo del hombre -que- se aferra a esto, que se guarda de contaminar el día de descanso, y guarda su mano de hacer mal alguno.
3. + Tampoco dejes que el hijo del extranjero, que se ha unido al SEÑOR, hable diciendo, El SEÑOR me separó totalmente de su pueblo; tampoco dejes que el eunuco diga, Mira que -soy- un árbol seco.
4. Porque así -le- dice el SEÑOR a los eunucos que guardan mis días de descanso, y escogen -lo- que me place, aferrándose a mi convenio,
5. Incluso a ellos -les- daré en mi casa y dentro de mis muros un lugar y un nombre mejor que el de hijos e hijas; les daré un nombre eterno que no será suprimido.
6. También los hijos del extranjero, que se unan al SEÑOR para servirle, y amar el nombre del SEÑOR, como sus siervos, todo el que se guarde de malograr el día de reposo, y se aferre a mi convenio,
7. Incluso a ellos los traeré a mi montaña santa, y los haré -estar- gozosos en mi casa de oración; sus holocaustos y sacrificios -serán- aceptados en mi altar, pues a mi casa la llamarán casa de oración para todas las gentes.
8. El Señor DIOS que reúne a los desechados de Israel dice, Aún voy a reunirle -otros- a él, fuera de aquellos que se le han reunido.
9. + Todas vosotras bestias del campo, venid a devorar, -sí-, todas vosotras bestias del bosque.
10. Sus vigías -son- ciegos, todos ignorantes, -son- todos perros mudos, -que- no pueden ladrar, -se la pasan- durmiendo acostados, les encanta dormitar.
11. Si, -son- perros codiciosos -que- nunca pueden tener suficiente, pastores -que- no pueden entender, todos mirando a su propio camino, cada uno -buscando- la ganancia desde su lado.
12. Acercaos, -dicen ellos, que- yo iré por vino, y nos saciaremos de bebidas fuertes, y mañana será igual a hoy, -pero- mucho más abundante.
Isaías 55
Oíd, Todos los sedientos, acercaos a las aguas, y quienes no tengáis dinero, acercaos, comprad y comed, sí, acercaos -y- comprad vino y leche sin dinero y sin precio.
2. ¿Por qué gastáis dinero en -algo que- no -es- pan? ¿Y vuestra labor a cambio de -algo que- no satisface? Escuchadme diligentemente, y comed -lo- bueno dejando que vuestra alma se deleite en ricuras.
3. Inclinad vuestro oído, y venid a mí, oíd, y vuestra alma vivirá, y haré un convenio eterno con vosotros, -con- las misericordias seguras a David.
4. Mirad que lo he dado -como- un testigo para las gentes, -como- un líder y comandante para ellos.
5. Mira que llamarás a una nación -que- no conoces, y las naciones -que- no te conocían correrán hasta ti a causa del SEÑOR tu Dios, y por el Santo de Israel, ya que él te ha glorificado.
6. + Buscad al SEÑOR mientras se pueda encontrar, invocadlo mientras cerca está,
7. Que el malvado abandone su camino, y el hombre injusto sus pensamientos, y que retorne al SEÑOR, y él tendrá misericordia de él, y a nuestro Dios, porque él abundantemente perdonará.
8. + Pues mi pensamientos no -son- vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dice el SEÑOR.
9. Porque como los cielos están más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que los vuestros, y mis pensamientos que vuestros pensamientos.
10. Pues como la lluvia -que- al igual que la nieve cae del cielo, y no retorna allí, sino que riega la tierra, y la hace producir y retoñar, para que pueda dar semilla al sembrador, y pan al que -lo- consume,
11. Así será la palabra que sale de mi boca, -que- no retornará a mí vacía, sino que logrará lo que me place, y prosperará donde yo la envié.
12. Pues saldréis con gozo, y seréis guiados con paz, las montañas y las colinas prorrumpirán en cantos delante de vosotros, y todos los árboles del campo aplaudirán -con sus- manos.
13. En lugar de espinas saldrá un árbol de higos, y en lugar de zarzas saldrá un árbol de mirto, esto será por nombre para el SEÑOR, como una señal eterna -que- no será suprimida.
Isaías 54
Canta, Oh estéril, -la que- no diste a luz, prorrumpe en cantos, y clama en voz alta, -la que- no pariste niños, porque más -son- los hijos de la desolada que los de la mujer casada, dice el SEÑOR.
2. Amplía el lugar de tu tienda, y que se estiren las telas de tus habitaciones, no escatimes, alarga tus cuerdas y fortalece tus estacas;
3. Porque irrumpirás por la derecha y por la izquierda, tu simiente heredará a los Gentiles, y hará habitar las ciudades desoladas.
4. No temas, que no te vas a avergonzar, ni a confundir, porque olvidarás la vergüenza de tu juventud, y no recordarás ya más la humillación de tu viudez.
5. Ya que tu Hacedor -es- tu esposo; el SEÑOR de las huestes -es- su nombre, y tu Redentor el Santo de Israel, -el cual- será llamado El Dios de toda la tierra.
6. Pues el SEÑOR te llamó estando desamparada y agobiada en -tu- espíritu, y siendo una esposa rehusada en la juventud, dice tu Dios.
7. Por un pequeño momento te abandoné, pero con grandes misericordias te reuniré.
8. En un pequeño -arranque de- ira te escondí mi rostro -por- un momento, pero con bondad eterna tendré misericordia de ti, dice el SEÑOR tu Redentor.
9. Pues para mí esto -es como- las aguas de Noé, ya que -como- juré que las aguas de Noé no iban a cubrir más la tierra, también he jurado que no quiero enfurecerme más contigo, ni reprenderte -ya más-.
10. Porque las montañas se alejarán, y las colinas se retirarán, pero mi bondad no se apartará de ti, ni el convenio de mi paz se removerá, dice el SEÑOR que tiene misericordia de ti.
11. + Oh tú afligida, zarandeada con la tempestad, -y- sin -lograr ser- consolada, mira que te colocaré piedras de hermosos colores y colocaré tus fundamentos de zafiro.
12. Y tus ventanales -los- haré de ágata, tus portones de carbunclo, y todas tus fronteras de piedras preciosas.
13. Y todos tus hijos -serán- enseñados por el SEÑOR, y grande será la paz de tus hijos.
14. Con justicia serás establecida, quedarás lejos de la opresión, ya que no vas a temer, y del terror, pues no se te va a acercar.
15. Mira que con seguridad ellos se van a reunir, pero -no- por mi causa; quienquiera que se reúna en tu contra, por causa tuya caerá.
16. Mira que yo creé al herrero que avienta las ascuas en el fuego, sacando un instrumento para su trabajo; también he creado al que malogra para destruir.
17. + Ningún arma que se forme en tu contra va a prosperar, y vas a condenar toda lengua -que- se levante en juicio contra ti. Ésta -es- la herencia de los siervos del SEÑOR, y su justicia -proviene- de mí, dice el SEÑOR.
Isaías 53
-Continuación del SIERVO DEL SEÑOR-
1. ¿Nuestro reporte, Quién lo creyó? ¿Y el brazo del SEÑOR, A quién se le reveló?
2. Pues delante de él crecerá como tierna planta, y como raíz que sale de suelo desecado; forma no tiene ni atractivo; y cuando lo veamos, no -habrá- belleza que vayamos a desear de él.
3. Es despreciado y rechazado por los hombres, un hombre de penas, y experimentado en la tristeza, y como que de él escondimos -nuestros- rostros; fue despreciado, y no lo estimamos.
4. + Por seguro nuestras tristezas se ha llevado, y nuestras penas -ha- cargado, sin embargo lo estimamos por Dios golpeado, afligido y agobiado.
5. Aunque -fue- herido por nuestras transgresiones, magullado por nuestras iniquidades, el castigo por nuestra paz -fue- sobre él, y con sus azotes somos sanados.
6. Todos como ovejas nos hemos descarriado, cada uno ha virado hacia su propio camino, y el SEÑOR la iniquidad de todos nosotros sobre él ha colocado.
7. Fue oprimido y afligido, aún así no abrió su boca; como cordero es llevado a la matanza, y como oveja -que- enmudece ante sus trasquiladores, de igual manera no abre él su boca.
8. De la prisión y del juicio fue tomado, y ¿Y su generación quién -la- declarará? Pues de tajo fue cortado de la tierra de los vivos, por la transgresión de mi pueblo fue golpeado.
9. E hizo su sepulcro con los malvados, y con los ricos -estuvo- en su muerte, pues no había hecho violencia, ni engaño -alguno hubo- en su boca.
10. + Aún así le plació al SEÑOR magullarlo, -lo- puso en congoja; cuando de su alma hagas una ofrenda por el pecado, -su- simiente verá, prolongará -sus- días y el beneplácito del SEÑOR prosperará en su mano.
11. Él verá -el fruto- de la labor de su alma, -y- se satisfará; por su conocimiento mi siervo justo a muchos justificará, ya que cargará sus iniquidades.
12. Por eso le dividiré -una porción- con los grandes, y los despojos repartirá con los fuertes, por haber derramado su alma hasta la muerte, fue contado entre los transgresores; cargó además el pecado de muchos, e hizo intercesión por los transgresores.
Isaías 52
Despierta, despierta; ponte tu fuerza, Oh Sion, vístete tus hermosos vestidos, Oh Jerusalén, la ciudad santa, porque de aquí en adelante no entrarán más en ti los incircuncisos y los que no están limpios.
2. Sacúdete el polvo, levántate, -y- siéntate, Oh Jerusalén, desátate las bandas del cuello, Oh hija cautiva de Sion.
3. Porque así dice el SEÑOR, Os vendisteis a cambio de nada, y sin dinero seréis redimidos.
4. Porque así dice el Señor DIOS, Mi pueblo bajó de antaño hasta Egipto para residir allí, y el Asirio sin causa los oprimió.
5. Ahora pues, ¿Qué tengo aquí, dice el SEÑOR, que mi pueblo es desterrado a cambio de nada? Los que los gobiernan los hacen aullar, dice el SEÑOR, y mi nombre -es- blasfemado de continuo todos los días.
6. Por eso mi pueblo conocerá mi nombre, por eso -conocerán- en ese día que yo -soy- el que habla, mirad -que soy- yo.
7. + ¡Cuán hermosos son sobre las montañas los pies del que trae buenas nuevas, que publica paz, que trae nuevas de bien, que publica salvación, -y- que le dice a Sion, ¡Tu Dios reina!
8. Tus vigías levantarán la voz, -y- cantarán con sus voces a una, pues verán con sus ojos, cuando el SEÑOR traiga de nuevo a Sion.
9. + Prorrumpid en gozo, -y- cantad a una, vosotras ruinas de Jerusalén, porque el SEÑOR ha consolado a su pueblo, -y- redimido a Jerusalén.
10. El SEÑOR desnudó su santo brazo delante de los ojos de todas las naciones, y todos los confines de la tierra verán la salvación de nuestro Dios.
11. Apartaos, apartaos, salid de allí, -y- no toquéis lo que no está limpio, salid de en medio de ella, limpiaos los que lleváis las vasijas del SEÑOR.
12. Porque no saldréis con prisa, ni -os- iréis huyendo, ya que el SEÑOR irá delante de vosotros, y el Dios de Israel -será- vuestra retaguardia.
-EL SIERVO DEL SEÑOR-
13. + Mirad que mi siervo se comportará prudentemente, lo exaltarán, lo ensalzarán, y mucho lo enaltecerán.
14. Pues muchos se asombraron ante ti; su rostro se estropeó, más que -el de- cualquier -otro- hombre, y su forma, más que -la de- los hijos de los hombres;
15. De esa manera salpicará a muchas naciones; ante él los reyes cerrarán su boca, pues verán -aquello- que no se les había dicho , y -aquello- que no habían oído -lo- considerarán.
Isaías 51
Escuchadme los que seguís la justicia, los que buscáis al SEÑOR, mirad a la roca -de donde- sois cortados, y al hueco del foso -de donde- sois excavados.
2. Mirad a Abraham vuestro padre, y a Sara -que- os dio a luz, pues yo lo llamé a solas, lo bendije, y lo multipliqué.
3. Porque el SEÑOR consolará a Sion, -sí-, consolará todas sus ruinas, y volverá su yermo como el Edén, y su desierto como el jardín del SEÑOR; allí se encontrarán gozo, alegría, acciones de gracias, y voces melodiosas.
4. + Escuchadme, pueblo mío, y prestadme oído, Oh nación mía, pues una ley procederá de mi, y haré posar mi juicio como una luz para el pueblo.
5. Mi justicia se acerca, ha salido mi salvación, y mis brazos juzgarán a las gentes, las islas me aguardarán, y en mi brazo confiarán.
6. Levantad vuestros ojos a los cielos, y mirad abajo a la tierra, porque los cielos como humo se desvanecerán, y la tierra como vestidura se envejecerá, y los que en ella moran de igual manera morirán, pero mi salvación para siempre será, y mi justicia no se abolirá.
7. Escuchadme vosotros que conocéis la justicia, el pueblo en cuyo corazón -está- mi ley, no temáis la humillación de los hombres, ni tengáis miedo de sus insultos.
8. Porque la polilla como a vestidura los devorará, y el gusano como a lana -se- los comerá, pero mi justicia para siempre será, al igual que mi salvación de generación en generación.
9. + Despierta, despierta, vístete de fuerza, Oh brazo del SEÑOR, despierta, como en los días de antaño, de las antiguas generaciones. ¿No -eres- tú el que cortó a Rahab -e- hirió al dragón?
10. ¿No -eres- tú el que secó el mar, -y- las aguas de las grandes profundidades, -y- que convirtió la profundidad del mar en un camino para que los rescatados pasaran por -él-?
11. Por eso los redimidos del SEÑOR retornarán, y vendrán hasta Sion cantando; y gozo eterno -habrá- sobre sus cabezas, obtendrán alegría y gozo, -y- la pena y el lamento huirán -de ellos-.
12. Yo, -sí,- yo -soy- el que os consuela, ¿Quién eres tú para que debas tenerle miedo a un hombre -que- muere, y al hijo del hombre -que- se va a volver -como- hierba;
13. Y te olvidas del SEÑOR tu hacedor, que ha estirado los cielos, y colocado los fundamentos de la tierra, y has temido de continuo cada día por causa de la furia del opresor, como si él estuviera listo para destruir-te? ¿Y dónde -está- la furia del opresor?
14. El cautivo -y- exiliado se apresura para poder ser librado, y no tener que morir en el foso, ni su pan tenga que faltar.
15. Pero yo -soy- el SEÑOR tu Dios, que dividió el mar con sus rugientes olas, el SEÑOR de las huestes -es- su nombre.
16. Y puse mis palabras en tu boca, cubriéndote bajo la sombra de mi mano, para poder plantar los cielos, y colocar los fundamento de la tierra, y decirle a Sion, Tú -eres- mi pueblo.
17. + Despierta, despierta, levántate, Oh Jerusalén, que bebiste de la mano del SEÑOR la copa de su furia; te bebiste -hasta escurrir los sedimentos de la copa de la agitación.
18. Nadie -hay- que la guíe de entre los hijos -que- dio a luz, ni la tome de la mano de todos los hijos -que- parió.
19. Estas dos te han venido, ¿Quién sentirá pena por ti? Desolación, destrucción, y hambruna y espada, ¿Por -medio- de quién te voy a consolar?
20. Tus hijos desfallecieron, -y- yacen en la cabecera de todas las calles, como toro salvaje -atrapado- en una red, están -recibiendo- al máximo la furia del SEÑOR, -y- la reprensión de tu Dios.
21. + Por tanto oye ahora esto, tú afligida, y embriagada, pero no de vino,
22. Así dice tu Señor el -mismo- SEÑOR, y tu Dios -el que- pleitea por la causa de su pueblo, Mira que he quitado de tu mano la copa de la agitación, -junto con- los sedimentos de la copa de mi furia; no la vas a volver a beber más.
23. Sino que la pondré en la mano de los que te afligen, que le dijeron a tu alma, Inclínate para que podamos andar por encima, y tú colocaste tu cuerpo como suelo y como calle, para que ellos andaran por encima.
Isaías 50
Así dice el SEÑOR, ¿Dónde -está- el anuncio del divorcio con vuestra madre, desechada por mí? ¿O a cuál de mis acreedores -es- a quien os he vendido? Mirad que por vuestras iniquidades vosotros mismos os habéis vendido, y por vuestras -mismas- transgresiones vuestra madre ha sido desechada.
2.¿Por qué cuando vine no -apareció -hombre -alguno-? ¿-y por qué- cuando llamé nadie respondió? ¿Se ha acortado mi mano en algún momento, para no poder redimir? ¿O -acaso- no tengo poder para librar? Mirad que ante mi reprensión el mar se seca, yo convierto los ríos en un yermo, -y- sus peces hieden a falta de agua, y mueren de sed.
3. Yo visto los cielos de oscuridad, y hago de cilicio su cubierta.
4. El Señor DIOS me ha dado el idioma del entendido, para saber darle al cansado una palabra en su momento; de mañana en mañana él despierta, -sí,- despierta mi oído para oír como el entendido.
5. + El Señor DIOS ha abierto mi oído, y no fui rebelde, ni me volví atrás.
6. Le di mi espalda a los que -me- golpeaban, y mis mejillas a lo que arrancaban el pelo; no escondí mi rostro de las vergüenzas y los escupitajos.
7. + Porque el Señor DIOS me ayudará, por eso no me confundiré, -y- por eso fijé mi rostro como un pedernal, y sé que no me avergonzaré.
8. Cerca -está- el que me justifica, ¿Quién contenderá conmigo? Parémonos juntos; ¿Quién -quiere ser- mi adversario? Que se me acerque.
9. Mirad que el Señor DIOS me ayudará, ¿Quién -es pues- el que- me va a condenar? He aquí que todos cual prenda se envejecerán, -y- la polilla los devorará.
10. + ¿Quién -hay- entre vosotros que tema al SEÑOR, -y- que obedezca a la voz de su siervo, -así- ande -en- oscuridad, y no tenga luz? Dejadlo confiar en el nombre del SEÑOR, y permanecer en su Dios.
11. -Mientras que- mirad todos vosotros los que encendéis la fogata, que os hacéis alrededor de las chispas, andad a la luz de vuestro fuego y de las chispas -que- habéis encendido. -Porque- esto tendréis de mi mano, con dolor yaceréis-en el piso-.
Isaías 49
Escuchadme, Oh islas y prestad oído, vosotras gentes de lejos, El SEÑOR me llamó desde el vientre, desde las entrañas de mi madre mencionó mi nombre.
2. E hizo mi boca como una espada aguda; en la sombra de su mano me escondió, y me convirtió en una flecha pulida, escondiéndome en su aljaba.
3. Y me dijo, Tú -eres- mi siervo, Oh Israel, en quien seré glorificado.
4. Entonces dije, He laborado en vano, -y- en vano he gastado mis fuerzas, -mas- con seguridad mi juicio -lo guarda- el SEÑOR, y mi trabajo -lo mira- mi Dios.
5. + Y ahora, -así- dice el SEÑOR que me formó desde el vientre -para ser- su siervo, -y- para traer de nuevo a Jacob hacia él, Aunque Israel no sea reunida, aún así a los ojos del SEÑOR seré glorioso, y mi Dios será mi fuerza.
6. Y él dijo, Es poca cosa que hayas de ser mi siervo para levantar las tribus de Jacob, y restaurar a los preservados de Israel; también te daré como luz para los Gentiles, para que puedas ser mi salvación hasta los confines de la tierra.
7. Así -le- dice el SEÑOR, el Redentor de Israel, -y- su Santo, a aquel a quien el hombre desprecia, a aquel a quien la nación aborrece, a un siervo de gobernantes, Los reyes verán y se levantarán, -y- los príncipes también adorarán, debido a que el SEÑOR que es fiel, el Santo de Israel te va a escoger.
8. Esto dice el SEÑOR, En el momento oportuno te oí, y en el día de la salvación te ayudé, y te preservaré, y te daré como convenio del pueblo, para establecer -de nuevo- la tierra, para hacer que hereden los legados desolados.
9. Para que -le- puedas decir a los prisioneros, Salid, -y- a los que -están- en oscuridad, Manifestaos. Ellos se alimentarán en los caminos, y sus pastos -estarán- en todos los lugares altos.
10. No van a tener hambre ni sed, ni el calor del sol los golpeará, porque el que tiene misericordia de ellos los va a dirigir, junto a los manantiales de agua los va a guiar.
11. Y haré de todas mis montañas un camino, y mis carreteras serán exaltadas.
12. He aquí, estos vendrán de lejos, y he aquí estos del norte y del occidente, y estos de la tierra de Siním.
13. + Cantad, Oh cielos, y gozaos Oh tierra, y prorrumpid en cantos, Oh montañas, porque el SEÑOR ha consolado a su pueblo, y tendrá misericordia de sus afligidos.
14. Pero Sion dijo, El SEÑOR me abandonó, y mi Señor se olvidó de mí.
15. ¿Se puede olvidar una mujer de su niño de brazos, -y- no ha de tener compasión del hijo de su vientre? Sí, ellas se pueden olvidar, pero yo no me olvidaré de ti.
16. Mira que te he esculpido en las palmas de -mis- manos, -y- tus muros continuamente -están- delante de mí.
17. Tus hijos se apresurarán -hasta ti-, -y- tus destructores y los que te hicieron escombros saldrán -muy lejos- de ti.
18. + Levanta los ojos a tu alrededor, y mira -cómo- todos estos se reúnen y se juntan, -para- venir hasta ti. Vivo yo, dice el SEÑOR, -que- con seguridad te arroparás con todos ellos, como -si fueran- un adorno, y como novia -te- envolverás con ellos.
19. En lugar de tus escombros, y de tus lugares desolados, la -misma- tierra de tu destrucción, será ahora muy estrecha a raíz de sus habitantes, y los que te devoraron estarán muy lejos.
20. Los hijos que tendrás, tras haber perdido los otros, de nuevo dirán a tus oídos, El lugar está muy estrecho para mí, dame -un lugar -donde- yo pueda morar.
21. Entonces dirás en tu corazón, ¿Quién me engendró estos, viendo que perdí mis hijos, y -que- soy una desolada cautiva que me mudo de un lugar a otro? ¿ Y quién -me- trajo estos? He aquí que me había quedado sola, ¿-y- estos, dónde -habían estado-?
22. Así dice el Señor DIOS, Mira que levantaré mi mano a los Gentiles, y colocaré mi estandarte para los pueblos, y traerán tus hijos en brazos, y tus hijas serán cargadas en hombros.
23. Y los reyes y sus reinas serán tus amamantadores, se inclinarán hacia ti con rostro en tierra, lamiendo el polvo de tus pies, y sabrás que yo -soy- el SEÑOR, pues no se avergonzarán los que me aguardan.
24. + ¿Le será la presa arrebatada al fuerte, o -será- liberado el cautivo -preso- por la ley?
25. Pero esto dice el SEÑOR, Los mismos cautivos serán arrebatados de los fuertes, y la presa será liberada del temible, porque yo contenderé con el que contienda contigo, y salvaré a tus hijos.
26. Y alimentaré a los que te oprimen con su misma carne; se embriagarán de su misma sangre, como -si fuera- vino dulce, y todo -ser de- carne sabrá que yo el SEÑOR -soy- tu Salvador y tu Redentor, el Fuerte de Jacob.
Isaías 48
Oíd esto vosotros, Oh casa de Jacob, que se os llama por el nombre de Israel, y -que- habéis salido de las aguas de Judá, que juráis por el nombre del SEÑOR, y hacéis mención del Dios de Israel, -pero- no en realidad, ni con justicia.
2. Porque se llaman por la ciudad santa, y -sin embargo- permanecen sobre el Dios de Israel; el SEÑOR de las huestes -es- su nombre.
3. He declarado las cosas antiguas desde el comienzo, salieron de mi boca, y las mostré; en un momento -las- hice -pasar-, y sucedieron.
4. Porque sabía que -eres- obstinado, -que- tu cuello -es- nervio de hierro, y tu frente bronce;
5. Aún desde el comienzo te -lo- declaré, -y- antes de que sucediera te -lo- mostré, no fuera que fueras a decir, Mi ídolo lo ha hecho, y mi imagen esculpida lo ha mandado.
6. Tú oíste, tú miras todo esto, ¿Y no -lo- declararás? Te he mostrado cosas nuevas desde esta vez, hasta cosas escondidas, y tú no las conociste.
7. Ahora son creadas, y no desde el comienzo, aún antes del día en el que no las oíste, no fuera que fueras a decir, Mira que yo lo sabía.
8. Sí, tú no oíste, sí, tú no supiste, sí, desde esa vez -en que- tu oído no se abrió, pues sabía que tú negociarías muy traicioneramente, y -que- desde el vientre se te llamó transgresor.
9. + Por amor a mi nombre diferiré mi enojo, y por mi alabanza me refrenaré contigo, para no apartarte de un tajo.
10. Mira que te he refinado, pero no con plata, en el horno de la aflicción te he escogido.
11. Por causa mía, -sólo- por mi causa -lo- haré, pues ¿Cuánto -más- ha de ser ensuciada -mi causa-? Y a otro mi gloria no -le- daré.
12. + Escúchame, Oh Jacob e Israel, mi llamado, Yo -soy- él, -soy-el primero, -y- también -soy- el último.
13. Mi mano además colocó los fundamentos de la tierra, y mi mano derecha abarcó los cielos; -cuando- los llamo, se levantan juntos.
14. Todos vosotros, congregaos, y oíd; ¿Quién entre ellos ha declarado estas cosas? El SEÑOR lo amó, él hará lo que le place con Babilonia, y su brazo -estará con- los Caldeos.
15. Yo, yo -mismo- he hablado; sí, lo he llamado a él, lo he traído, y va a prosperar en su camino.
16. + Venid -y- acercaos, oíd esto, desde el comienzo no he hablado en secreto, desde el momento en el que fue, allí -estoy- yo, y ahora el Señor DIOS junto con su Espíritu me ha enviado.
17. Esto dice el SEÑOR, tu Redentor, el Santo de Israel: -Soy- el SEÑOR tu Dios -el- que te enseña para tu provecho, -el- que te guía por el camino -que- debes andar.
18. ¡Oh, si hubieras escuchado mis mandamientos! Tu paz entonces hubiera sido como un río, y tu justicia como las olas del mar;
19. Tu simiente además hubiera sido como la arena, y los retoños de tus entrañas como la misma grava; su nombre no hubiera sido apartado de un tajo ni destruido delante de mí.
20. + Salid vosotros de Babilonia, huid de los Caldeos, -y- con voz de canto declarad, -y- decid esto, publicadlo hasta los -mismos- confines de la tierra; decid, El SEÑOR ha redimido a su siervo Jacob.
21. Y no tuvieron sed -cuando- los guió por entre los desiertos, él hizo que las aguas les fluyeran de las rocas, además rajó la roca y las aguas borbotearon.
22. No -hay- paz, dice el SEÑOR, para los malvados.
Isaías 47
Bájate y siéntate en el polvo, Oh virgen hija de Babilonia, siéntate en el suelo sin trono, Oh hija de los Caldeos, pues no te llamarán más tierna y delicada.
2. Toma las piedras de molino, y muele alimentos, descubre tus escudos, desnuda la pierna, deja ver el muslo, -y- pasa sobre los ríos.
3. Tu desnudez será descubierta, sí, -y- tu vergüenza será vista, -pues- me vengaré, y -como- hombre -contigo- no me reuniré.
4. -En cuanto a- Nuestro redentor, el SEÑOR de las huestes -es- su nombre, el Santo de Israel.
5. Siéntate en silencio, y ponte en la oscuridad, Oh hija de los Caldeos, pues no serás más llamada, La dama de los reinos.
6. + Me airé con mi pueblo, polucioné mi herencia poniéndola en tus manos; tú no les manifestaste misericordia, sobre el anciano colocaste muy pesadamente tu yugo.
7. + Y dijiste, Seré una dama para siempre, -y- no pusiste estas -cosas- en tu corazón, ni recordaste el final de ello.
8. Por tanto oye ahora esto, -tú- dada a los placeres, que moras con descuido, diciendo en tu corazón, -Aquí estoy-, y fuera de mí nadie más. No me quedaré viuda, ni conoceré -lo que es- perder hijos;
9. Sin embargo estas dos vendrán a ti en un momento y en un día: la pérdida de hijos, y la viudez; vendrán hasta ti a la perfección, debido a la multitud de tus hechicerías, -y- a la gran abundancia de tus encantamientos.
10. + Pues confiaste en tu maldad, -y- dijiste, Nadie me ve. Tu sabiduría y tu conocimiento te pervirtieron, y dijiste en tu corazón, -Aquí estoy-, y fuera de mí nadie más.
11. + Por ello el mal te sobrevendrá, no sabrás de donde se levanta; y la desgracia caerá sobre ti, no podrás apartarla; y la desolación de repente te sobrevendrá, -y- no lo sabrás.
12. Párate ahora con tus encantamientos, y con la multitud de tus hechicerías donde has laborado desde tu juventud, si es que así eres capaz de aprovecharte, si es que así puedes prevalecer.
13. Te agotaste con la multitud de tus consejos. Deja que ahora los astrólogos, los que miran las estrellas, -y- los pronosticadores mensuales se paren y te salven de -lo- que te va a sobrevenir.
14. Mira que serán como rastrojo, -y- el fuego los consumirá; no se librarán del poder de las llamas, -aunque- no -habrá- carbón para calentarse, -ni- fuego para sentarse ante él.
15. Así serán para ti aquellos con quienes has laborado desde tu juventud, -hasta- tus mercaderes: cada uno deambulará hasta su región, -y- ninguno te salvará.