1. Esto dice el SEÑOR, Mantened el juicio, y haced justicia, porque mi salvación se acerca, y mi ecuanimidad viene a ser revelada.
2. Bendito -es- el hombre -que- hace esto, y el hijo del hombre -que- se aferra a esto, de guardarse de contaminar el sabat, y su mano guarda de hacer mal alguno.
3. + Ni dejes que el hijo del extranjero, que se ha unido al SEÑOR, hable diciendo, El SEÑOR me ha separado totalmente de su pueblo; ni dejes que el eunuco diga, Mira, -soy- un árbol seco.
4. Porque así -le- dice el SEÑOR a los eunucos que guardan mis días de descanso, y escogen -las cosas- que me placen, aferrándose a mi convenio,
5. Incluso a ellos -les- daré en mi casa y dentro de mis muros un lugar y un mejor nombre que el de hijos e hijas; un nombre eterno les daré que no será suprimido.
6. También los hijos del extranjero, que se unan al SEÑOR para servirle, amar el nombre del SEÑOR, y ser sus siervos, todo aquel que se guarde de contaminar el sabat, y se aferre a mi convenio,
7. Sí, a ellos los traeré a mi montaña santa, y los haré gozosos en mi casa de oración; sus holocaustos y sacrificios -serán- aceptados en mi altar, porque mi casa será llamada casa de oración para todas las gentes.
8. El Señor DIOS que reúne a los desechados de Israel dice, Aún voy a reunirle -otros- a él, fuera de aquellos que se le han reunido.
9. + Todas vosotras bestias del campo, venid a devorar, -sí-, todas vosotras bestias del bosque.
10. Sus vigías -son- ciegos, todos ignorantes, todos -son- perros mudos, -que- no pueden ladrar, -se la pasan- durmiendo acostados, les encanta dormitar.
11. Si, perros codiciosos, nunca pueden tener suficiente, pastores -que- no pueden entender, todos mirando por su propio camino, cada uno -buscando- su ganancia -y- la de su región.
12. Venid, -dicen ellos-, iré por vino, y de bebidas fuertes nos saciaremos, y como hoy mucho más abundante será mañana.
Isaías 55
1. ¡Ey! Todos los sedientos, acercaos a las aguas, y los que no tengáis dinero, acercaos, comprad y comed, sí, venid, sin dinero y sin precio comprad vino y leche.
2. ¿Por qué gastáis dinero en -lo que- no -es- pan? ¿Y entregáis vuestra labor por -algo que- no satisface? Escuchadme diligentemente, comed -lo que es- bueno y que vuestra alma en ricuras se deleite.
3. Inclinad vuestro oído, y venid a mí, oíd, y vivirá vuestra alma, y haré un convenio eterno con vosotros, -sí,- las misericordias aseguradas a David.
4. Mirad que lo he dado -por- testigo a las gentes, -por- líder y comandante para el pueblo.
5. Mira que llamarás a una nación -que- no conoces, y naciones -que- no te conocían correrán a ti por causa del SEÑOR tu Dios, y por el Santo de Israel, porque él te ha glorificado.
6. + Buscad al SEÑOR mientras se pueda encontrar, invocadlo mientras cerca está,
7. Que el malvado abandone su camino, y el hombre injusto sus pensamientos, y retorne al SEÑOR, y él tendrá misericordia de él, y a nuestro Dios, ya
que él abundantemente perdonará.
8. + Pues mis pensamientos no -son- vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dice el SEÑOR.
9. Porque como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que los vuestros, y mis pensamientos que vuestros pensamientos.
10. Pues como la lluvia -que- al igual que la nieve cae del cielo, y no retorna allí, sino que riega la tierra, y la hace retoñar y producir, para poder dar semilla al sembrador, y pan al consumidor,
11. Así será la palabra que sale de mi boca, no retornará a mí vacía, sino que logrará lo que me place, y prosperará donde yo la envié.
12. Porque con gozo saldréis, y con paz seréis guiados, las montañas y las colinas prorrumpirán delante de vosotros con cantos, y todos los árboles del campo darán palmadas de aplausos.
13. En lugar del espino saldrá la higuera, y en lugar de la zarza el mirto saldrá, esto será para el SEÑOR como un nombre, como una eterna señal -que- no será suprimida.
Isaías 54
1. Oh estéril, canta, -la que- no diste a luz, prorrumpe en cantos, y clama en voz alta, -la que- no pariste niños, porque más -son- los hijos de la desolada que los de la mujer casada, dice el SEÑOR.
2. Amplía el lugar de tu tienda, y que se expandan las telas de tus habitaciones, no escatimes, alarga tus cuerdas y fortalece tus estacas;
3. Porque a diestra y a siniestra irrumpirás, tu simiente a los Gentiles heredará, y hará que se habiten las ciudades desoladas.
4. No temas, porque no te avergonzarás, tampoco te confundirás, ya que apocada no serás, pues el bochorno de tu juventud olvidarás, y no recordarás ya más la humillación de tu viudez.
5. Porque tu Hacedor -es- tu esposo; el SEÑOR de las huestes -es- su nombre, y tu Redentor el Santo de Israel, El Dios de toda la tierra será llamado.
6. Pues el SEÑOR te llamó como a una mujer desamparada y agobiada en espíritu, y como a una esposa rehusada en su juventud, dice tu Dios.
7. Por un breve momento te abandoné, pero te reuniré con grandes misericordias.
8. Con poquita ira -y- por un momento escondí mi rostro de ti, pero con eterna bondad de vos tendré misericordia, dice el SEÑOR tu Redentor.
9. Pues esto -es como- las aguas de Noé para mi, ya que -como- juré que las aguas de Noé a la tierra no iban a rebasar más, así he jurado que no quiero contigo airarme, ni reprenderte -ya más-.
10. Porque las montañas se alejarán, y las colinas se retirarán, pero mi bondad no se apartará de ti, ni el convenio de mi paz se removerá, dice el SEÑOR que de ti tiene misericordia.
11. + Oh tú afligida, zarandeada por la tempestad, -y- sin consuelo, mira que tus piedras las colocaré de hermosos colores y tus fundamentos de zafiro los pondré.
12. Y haré tus ventanas de ágata, tus portones de carbunclo, y todos tus límites con piedras preciosas.
13. Y todos tus hijos por el SEÑOR -serán- enseñados, y grande -será- la paz de tus hijos.
14. En justicia serás establecida, estarás lejos de la opresión, pues no temerás, y del terror, porque no se te acercará.
15. Mira que con seguridad se reunirán, -pero- no por mi; cualquiera que se reúna en tu contra, a causa de ti caerá.
16. Mira que al herrero que avienta las ascuas en el fuego he creado, y que produce un instrumento para su trabajo; y yo he creado al asolador para destruir.
17. + Ningún arma formada en tu contra prosperará, y condenarás toda lengua -que- se levante contra ti en juicio. Esta -es- la herencia de los siervos del SEÑOR, y su justicia -proviene- de mí, el SEÑOR dice.
Isaías 53
1. ¿Quién a nuestro reporte creyó? ¿Y el brazo del SEÑOR, A quién se le reveló?
2. Pues delante de él crecerá como tierna planta, y como raíz que sale de suelo desecado; forma no tiene ni atractivo; y cuando lo veamos, no -habrá- belleza para desearlo.
3. Es despreciado y rechazado por los hombres, un hombre de penas, y en tristeza experimentado, y como que escondimos -nuestros- rostros de él; fue despreciado, y no lo estimamos.
4. + Por seguro nuestras tristezas se ha llevado, y nuestras penas -ha- cargado, sin embargo lo estimamos por Dios golpeado, afligido y agobiado.
5. Aunque -fue- herido por nuestras transgresiones, magullado por nuestras iniquidades, el castigo por nuestra paz -fue- sobre él, y con sus azotes somos sanamos
6. Todos como ovejas nos hemos descarriado, cada uno su propio camino ha tomado, y el SEÑOR la iniquidad de todos nosotros sobre él ha colocado.
7. Fue oprimido y afligido, aún así no abrió su boca; como cordero es llevado a la matanza, y como una oveja enmudece ante sus trasquiladores, él tampoco abre su boca.
8. De la prisión y del juicio fue llevado, ¿Y su generación quién -la- declarará? Pues de tajo fue cortado de la tierra de los vivos, por la transgresión de mi pueblo fue golpeado.
9. E hizo su sepulcro con los malvados, y con los ricos en su muerte -acompañado-, pues no había hecho violencia, ni engaño -alguno hubo- en su boca.
10. + Aún así le plació al SEÑOR magullarlo, -lo- puso en congoja; cuando de su alma hagas una ofrenda por el pecado, -su- simiente verá, prolongará -sus- días y el beneplácito del SEÑOR prosperará en su mano.
11. Verá -el fruto- de la labor de su alma, -y- quedará satizfecho; por su conocimiento mi siervo justo justificará a muchos, ya que cargará las iniquidades de ellos.
12. Por eso le dividiré -una porción- con los grandes, y con los fuertes repartirá los despojos, por haber derramado su alma hasta la muerte, y fue contado entre los transgresores; cargó además el pecado de muchos, e hizo intercesión por los pecadores.
Isaías 52
1. Despierta, despierta; vístete de fuerza, Oh Sion, ponte tus hermosos vestidos, Oh Jerusalén, la ciudad santa, porque de aquí en adelante los impuros y los incircuncisos no entrarán más en ti.
2. Sacúdete del polvo, levántate, -y- siéntate, Oh Jerusalén, desátate de las bandas del cuello, Oh hija cautiva de Sion.
3. Porque así dice el SEÑOR, Por nada os vendisteis, y sin dinero redimidos seréis.
4. Porque así dice el Señor DIOS, Mi pueblo de antaño bajó a Egipto a residir allí, y sin causa el Asirio los oprimió.
5. Por tanto ahora, ¿qué tengo acá, dice el SEÑOR, que mi pueblo es llevado a cambio de nada? Los que los gobiernan los hacen aullar, dice el SEÑOR, y mi nombre de continuo -es- blasfemado todos los días.
6. Por tanto mi pueblo conocerá mi nombre, por ello en ese día -conocerán- que el que habla -soy- yo, mirad que soy- yo.
7. + ¡Cuán hermosos sobre las montañas son los pies del que buenas nuevas lleva, que publica paz, que lleva buenas nuevas del bien, que publica salvación, que a Sion le dice, ¡Tu Dios reina!
8. Tus vigías levantarán la voz, con las voces a una cantarán, pues con sus ojos verán, cuando el SEÑOR traiga de nuevo a Sion.
9. + Prorrumpid en gozo, a una cantad, vosotras ruinas de Jerusalén, porque el SEÑOR a su pueblo ha confortado, ha redimido a Jerusalén.
10. El SEÑOR desnudó su santo brazo delante de los ojos de todas las naciones, y todos los confines de la tierra verán la salvación de nuestro Dios.
11. Apartaos, apartaos, salid de allí, -cosa- impura no toquéis, de en medio de ella salid, sed limpios los que cargáis las vasijas del SEÑOR.
12. Porque no saldréis con prisa, ni huyendo os iréis, ya que el SEÑOR irá delante de vosotros, y el Dios de Israel vuestra retaguardia -será-.
13. + Mirad que mi siervo prudentemente se comportará, lo exaltarán, lo ensalzarán, y mucho lo enaltecerán.
14. Como muchos ante ti se asombraron; muy estropeada fue su expresión, más que -la de- cualquier hombre, y su forma, más que -la de- los hijos de los hombres;
15. También salpicará a muchas naciones; los reyes cerrarán ante él su boca, pues -lo- que no les habían contado verán, y -lo- que no habían oído considerarán.
Isaías 51
1. Escuchadme vosotros los que seguís la justicia, vosotros los que buscáis al SEÑOR, mirad a la roca -de donde- os cortaron, y al hueco del foso -de donde- os excavaron.
2. Mirad a Abraham vuestro padre, también a Sara -quien- os dio a luz, pues yo lo llamé a solas, lo bendije, y lo multipliqué.
3. Porque el SEÑOR consolará a Sion, -sí-, comfortará todas sus ruinas, y volverá su yermo como el Edén, y su desierto como el jardín del SEÑOR; allí se encontrarán el gozo, la alegría, las voces melodiosas y la acción de gracias.
4. + Escuchadme, pueblo mío, y prestadme oído, Oh nación mía, pues la ley procederá de mi, y haré que mi juicio se pose como una luz para el pueblo.
5. Se acerca mi justicia, ha salido mi salvación, y mis brazos juzgarán a las gentes, las islas aguardarán en mí, y en mi brazo confiarán.
6. Levantad vuestros ojos a los cielos, y mirad abajo a la tierra, porque los cielos como humo se desvanecerán, y la tierra como vestidura se envejecerá, y los que en ella moran de igual manera morirán, pero mi salvación para siempre estará, y mi justicia abolida no será.
7. + Escuchadme vosotros los que conocéis la justicia, el pueblo en cuyo corazón mi ley -está-, no temáis la humillación de los hombres, ni de sus insultos tengáis miedo.
8. Porque la polilla como a una vestidura los devorará, y el gusano como a lana -se- los comerá, pero mi justicia para siempre estará, y mi salvación de generación en generación.
9. + Despierta, despierta, vístete de fuerza, Oh brazo del SEÑOR, despierta, como en los días de antaño, de las antiguas generaciones. ¿No -eres- tú el que cortó a Rahab -e- hirió al dragón?
10. ¿No -eres- tú el que secó el mar, -y- las aguas de las grandes profundidades, que has hecho de la profundidad del mar un camino para que los rescatados por -él- pasen?
11. Por tanto los redimidos del SEÑOR retornarán, y cantando llegarán a Sion; y gozo eterno sobre sus cabezas -habrá-, alegría y gozo obtendrán, -y- huirán el luto y el pesar.
12. Yo, -todavía- el que os conforta yo -soy-, ¿quién eres tú para tenerle miedo a un hombre -que- muere, y al hijo del hombre -que como- hierba se vuelve;
13. Y te olvidas del SEÑOR tu hacedor, que ha expandido los cielos, y puesto los fundamentos de la tierra, y has temido continuamente cada día por la furia del opresor, como si se alistara para destruir? ¿Y dónde -está- la furia del opresor?
14. El cautivo -en- exilio se apresura para poder librarse, y no morir en el foso, ni que su pan falte.
15. Pero yo -soy- el SEÑOR tu Dios, que dividió al mar cuyas olas rugían, el SEÑOR de las huestes -es- su nombre.
16. Y he puesto mis palabras en tu boca, te he cubierto con la sombra de mi mano, para poder plantar los cielos, y poner los fundamentos de la tierra, y decirle a Sion, Mi pueblo -eres-.
17. + Despierta, despierta, levántate, Oh Jerusalén, que has bebido de la mano del SEÑOR la copa de su furia; te has bebido los sedimentos escurridos de la copa del tremor.
18. Nadie -hay- que la guíe de entre los hijos -que- dio a luz, ni que la tome de la mano de todos los hijos -que- parió.
19. Estas dos -cosas- te han sobrevenido, ¿Quién sentirá por ti pena? Desolación, destrucción, hambruna y espada, ¿Por -medio- de quién te he de confortar?
20. Desfallecieron tus hijos, yacen en la cabecera de toda calle, como toro salvaje en una red, inundados de la furia del SEÑOR, -de- la reprensión de tu Dios.
21. + Por tanto oye esto ahora, tú afligida, y embriagada, mas no de vino,
22. Así dice tu Señor el -mismo- SEÑOR, y tu Dios -el que- pleitea por la causa de su pueblo, Mira que he quitado de tu mano la copa del tremor, los -mismos- sedimentos de la copa de mi furia; de nuevo no la beberás.
23. Sino que en la mano de los que te afligen la pondré, los que a tu alma le han dicho, Inclínate para por encima poder andar, y pusiste tu cuerpo como suelo y como calle, para los que sobre él pasaran.
Isaías 50
1. Así dice el SEÑOR, ¿Dónde -está- el anuncio del divorcio con vuestra madre, desechada por mí? ¿O a cuál de mis acreedores -es- a quien os he vendido? Mirad que por vuestras iniquidades vosotros mismos os habéis vendido, y por vuestras -mismas- transgresiones vuestra madre ha sido desechada.
2.¿Por qué cuando vine no -apareció -hombre -alguno-? ¿-y por qué- cuando llamé nadie respondió? ¿Se ha acortado mi mano en algún momento, para no poder redimir? ¿O -acaso- no tengo poder para librar? Mirad que ante mi reprensión el mar se seca, yo convierto los ríos en un yermo, -y- sus peces hieden a falta de agua, y mueren de sed.
3. Yo visto los cielos de oscuridad, y de cilicio hago su cubierta.
4. El Señor DIOS me ha dado el idioma del entendido, para saber darle al cansado una palabra en su momento; de mañana en mañana él despierta, -sí,- despierta mi oído para oír como el entendido.
5. + El Señor DIOS ha abierto mi oído, y no fui rebelde, ni me volví atrás.
6. Le di mi espalda a los que -me- golpeaban, y mis mejillas a lo que arrancaban el pelo; no escondí mi rostro de la vergüenza y los escupitajos.
7. + Porque el Señor DIOS me ayudará, por tanto no me confundiré, -y- por eso mi rostro fijé como un pedernal, y sé que no seré avergonado.
8. El que me justifica -está- cerca, ¿Quién contenderá conmigo? Parémonos a una; ¿Quién -es- mi adversario? Que se me acerque.
9. He aquí que el Señor DIOS me ayudará, ¿Quién -es- el que- me va a condenar? He aquí que todos cual prenda se envejecerán, la polilla los devorará.
10. + ¿Quién -hay- entre vosotros que tema al SEÑOR, que obedezca a la voz de su siervo, -así- ande -en- oscuridad, y no tenga luz? Que confíe en el nombre del SEÑOR, y se quede en su Dios.
11. Mirad todos vosotros los que encendéis la fogata, que -os- hacéis alrededor de las chispas, andad a la luz de vuestro fuego y de las chispas -que- habéis encendido. De mi mano tendréis esto, con pesar os acostaréis.
Isaías 49
1. Escuchadme, Oh islas y prestad oído vosotras gentes de lejos, El SEÑOR me llamó desde el vientre, desde las entrañas de mi madre mencionó mi nombre.
2. E hizo mi boca como una espada aguda; en la sombra de su mano me escondió, y en una flecha pulida me convirtió, escondiéndome en su aljaba.
3. Y me dijo, Tú -eres- mi siervo, Oh Israel, en quien me glorificaré.
4. Entonces dije, Por nada he laborado, en vano mis fuerzas he gastado, -aunque- con seguridad mi juicio -está- con el SEÑOR, y mi trabajo -se queda- con mi Dios.
5. + Y ahora, -así- dice el SEÑOR que me formó desde el vientre -para ser- su siervo, -y- para traer a Jacob de nuevo a él, Aunque Israel no sea reunida, aún así glorioso seré a los ojos del SEÑOR, y mi fuerza será mi Dios.
6. Y él dijo, Poca cosa es que seas mi siervo para levantar las tribus de Jacob, y restaurar a los preservados de Israel; también te daré como luz para los Gentiles, para que puedas ser mi salvación hasta los confines de la tierra.
7. Así -le- dice el SEÑOR, el Redentor de Israel, -y- su Santo, a aquel a quien el hombre desprecia, a aquel a quien la nación aborrece, a un siervo de gobernantes, Los reyes verán y se levantarán, los príncipes también adorarán, porque el SEÑOR que es fiel, el Santo de Israel te va a escoger.
8. Esto dice el SEÑOR, En el tiempo aceptable te oí, y en el día de la salvación te ayudé, y te preservaré, y te daré como convenio del pueblo, para establecer la tierra, para hacer que hereden las desoladas herencias.
9. Para que a los prisioneros -les- puedas decir, Salid, a los que -se encuentran- en la oscuridad, Manifestaos. En los caminos se alimentarán, y sus pastos -estarán- en todos los lugares altos.
10. No tendrán hambre ni sed, ni el calor del sol los golpeará, porque el que tiene misericordia de ellos los va a dirigir, sí, junto a los manantiales de agua los va a guiar.
11. Y haré un camino de todas mis montañas, y mis carreteras exaltadas serán.
12. He aquí, estos vendrán de lejos, y mirad a estos del norte y del occidente, y a estos de la tierra de Sinim.
13. + Cantad, Oh cielos, y gozaos Oh tierra, y Oh montañas prorrumpid en cantos, porque el SEÑOR a su pueblo ha confortado, y tendrá misericordia de sus afligidos.
14. Pero Sion dijo, El SEÑOR me ha abandonado, y mi Señor de mí se ha olvidado.
15. ¿Se puede olvidar una mujer de su niño de pecho, que no haya de tener compasión del hijo de su vientre? Sí, ellas se pueden olvidar, aún así yo no te olvidaré.
16. Mira que te he esculpido en las palmas de -mis- manos, de continuo tus muros delante de mí -están-.
17. Tus hijos se apresurarán, tus destructores y los que te hicieron escombros, de ti se irán.
18. + Levanta los ojos a tu alrededor, y mira todos estos que a una se reúnen, -y- vienen a ti. Vivo yo, dice el SEÑOR, -que- con seguridad te vestirás con todos ellos, como con un adorno, y como una novia -te- los atarás.
19. Porque tus escombros, tus lugares desolados, y la tierra de tu destrucción, aún ahora se harán muy estrechos a raíz de sus habitantes, y los que te devoraron estarán muy lejos.
20. Los hijos que tendrás, tras haber perdido los otros, te dirán de nuevo a los oídos, El lugar me -es- muy estrecho, dame -un- lugar -donde- pueda morar.
21. Entonces en tu corazón dirás, ¿Quién me engendró estos, viendo -que- a mis hijos he perdido, y estoy desolada, cautiva y mudándome de un lugar a otro? ¿ Y quién ha traído estos? Mira, me habían dejado sola, ¿dónde -habían estado- estos?
22. Así dice el Señor DIOS, Mira que levantaré mi mano a los Gentiles, y para las gentes colocaré mi estandarte, y a tus hijos traerán en brazos, y tus hijas serán cargadas en hombros.
23. Y reyes serán tus padres amamantadores, y sus reinas tus amamantadoras madres; a ti se inclinarán con rostro a tierra, y lamerán el polvo de tus pies, y sabrás que yo -soy- el SEÑOR, porque no se avergonzarán los que me aguardan.
24. + ¿Se le quitará la presa al fuerte, o -se- liberará el cautivo -preso- por la ley?
25. Pero esto dice el SEÑOR, Sí, los cautivos a los fuertes se les quitará, y la presa del temible se liberará, porque yo contenderé con el que contienda contigo, y salvaré a tus hijos.
26. Y con su propia carne alimentaré a los que te opriman, y se embriagarán de su propia sangre, como con dulce vino, y toda carne sabrá que yo el SEÑOR -soy- tu Salvador y tu Redentor, el Fuerte de Jacob.
Isaías 48
1. Oíd esto vosotros, Oh casa de Jacob, que se os llama por el nombre de Israel, y -que- habéis salido de las aguas de Judá, que juráis por el nombre del SEÑOR, y hacéis mención del Dios de Israel, -pero- no ni en justicia ni en verdad.
2. Porque se llaman de la ciudad santa, y -de los que- permanecen en el Dios de Israel; el SEÑOR de las huestes -es- su nombre.
3. He declarado las primeras cosas desde el comienzo, de mi boca salieron, y las manifesté; -las- hice de repente, y llegaron a suceder.
4. Porque sabía que -eres- obstinado, y tu cuello -es- un nervio de hierro, y tu frente bronce;
5. Aún desde el comienzo te -lo- declaré, antes de que sucediera te -lo- indiqué, no fuera que dijeras, Los hizo mi ídolo, y mi imagen esculpida, mi imagen fundida los ha mandado.
6. Has oído, mira todo esto, ¿Y no -lo- declararás? Desde esta vez nuevas cosas te he compartido, incluso cosas ocultas, y tú no las sabías.
7. Ya están creadas, y no -fue- desde el comienzo, aún antes del día en el que no oías de ellas, no fuera que dijeras, Mira que yo lo sabía.
8. Sí -que- no -lo- oíste, ni -lo- supiste, sí, desde -que- tu oído no se había habierto -a ello-, pues sabía que te portarías muy traicioneramente, y fuiste llamado transgresor desde el vientre.
9. + Por amor a mi nombre diferiré mi enojo, y por mi alabanza me refrenaré contigo, para no apartarte de un tajo.
10. Mira que te he refinado, pero no con plata, en el horno de la aflicción te he escogido.
11. Por causa mía, -sólo- por mi causa -lo- haré, pues ¿Cuánto -más- ha de ser ensuciada -mi causa-? Y a otro mi gloria no -le- daré.
12. + Escucha, Oh Jacob e Israel, mi llamado, Yo -soy- él, -soy-el primero, -y- también el último.
13. Mi mano también ha colocado los fundamentos de la tierra, y mi mano derecha ha medido los cielos; -cuando- los llamo, a una se yerguen.
14. Congregaos todos vosoros, y oíd; ¿Quién entre ellos ha declarado estas cosas? El SEÑOR lo amó, él hará lo que le place con Babilonia, y su brazo -con- los Caldeos -estará-.
15. Yo, yo -mismo- he hablado; sí, lo he llamado a él, lo he traído, y va a prosperar en su camino.
16. + Venid -y- acercaos, oíd esto, No he hablado en secreto desde el comienzo , desde el momento en el que lo fue, allí -estoy- yo, y ahora el Señor DIOS junto con su Espíritu me ha enviado.
17. Esto dice el SEÑOR, tu Redentor, el Santo de Israel: -Soy- el SEÑOR tu Dios -el- que te enseña para tu provecho, -el- que te guía por el camino -que- debes andar.
18. ¡Oh, si hubieras escuchado mis mandamientos! Tu paz entonces hubiera sido como un río, y tu justicia como las olas del mar;
19. Tu simiente además hubiera sido como la arena, y los retoños de tus entrañas como la misma grava; su nombre no hubiera sido apartado de un tajo ni destruido delante de mí.
20. + Salid vosotros de Babilonia, huid de los Caldeos, con el sonido de canciones declarad, esto decid, hasta los -mismos- confines de la tierra hacedlo oir; decid, El SEÑOR ha redimido a su siervo Jacob.
21. Y no tuvieron sed -cuando- los guió por entre los desiertos, él hizo que las aguas les fluyeran de las rocas, además rajó la roca y las aguas borbotearon.
22. No -hay- paz, dice el SEÑOR, para los malvados.
Isaías 47
1. Baja y siéntate en el polvo, Oh virgen hija de Babilonia, siéntate sin trono en el suelo , Oh hija de los Caldeos, pues no te llamarán más tierna y delicada.
2. Toma las piedras de molino, y muele alimento, descubre tus cabellos, desnuda la pierna, descubre el muslo, atraviesa los ríos.
3. Se descubrirá tu desnudez, sí, se verá tu vergüenza, -pues- me vengaré, y -como- hombre -contigo- no me encontraré.
4. -En cuanto a- nuestro redentor, el SEÑOR de las huestes -es- su nombre, el Santo de Israel.
5. Siéntate en silencio, y éntrate en la oscuridad, Oh hija de los Caldeos, pues no serás más llamada La dama de los reinos.
6. + Me airé con mi pueblo, polucioné mi herencia y te los di en tus manos; tú no les manifestaste misericordia, tu yugo colocaste muy pesadamente sobre el anciano.
7. + Y dijiste, Para siempre seré una dama, de forma que no meditaste en estas -cosas-, ni recordaste su mismo final.
8. Por tanto oye esto ahora, -tú- dada a los placeres, que moras con descuido, diciendo en tu corazón, Yo, y fuera de mí nadie más. Como viuda no me sentaré, ni la pérdida de hijos conoceré;
9. Sin embargo estas dos te vendrán en un momento, en un día: la pérdida de hijos, y la viudez; te vendrán a la perfección, por la multitud de tus hechicerías, -y- por la gran abundancia de tus encantamientos.
10. + Porque has confiado en tu maldad, has dicho, Nadie me ve. Tu sabiduría y tu conocimiento, este te ha pervertido, y has dicho en tu corazón, Yo, y nadie más fuera de mí.
11. + Por ello el mal te sobrevendrá, no sabrás de donde se levanta; y la desgracia sobre ti caerá, no podrás apartarla; y la desolación de repente te sobrevendrá, sin saberlo tú.
12. Párate ahora con tus encantamientos, y con la multitud de tus hechicerías en las que has laborado desde tu juventud, si así es podrás ganar, si así es prevalecer podrás.
13. Estás cansada de la multitud de tus consejos. Deja que ahora los astrólogos, los astrónomos, -y- los pronosticadores de cada mes se paren y te salven de -lo- que te sobrevendrá.
14. Mira que serán como rastrojo, el fuego los quemará; del poder de las llamas no se librarán, carbón para calentarse no -habrá, ni- fuego para sentarse ante él.
15. Así serán para ti aquellos con quienes has laborado, -aún- los mercaderes de tu juventud: vagará cada uno a su región, ninguno te salvará.