1. Bel se postra, Nebo se agacha, sus ídolos se encontraban sobre las bestias, y sobre el ganado; vuestros carruajes -estaban- sobrecargados; -son- un lastre para la agotada -bestia-.
2. Se agachan, -y- se doblegan al tiempo; no pudieron entregar la carga, sino que ellos mismos han ido de cautiverio.
3. + Escuchadme, Oh casa de Jacob, y todo el remanente de la casa de Israel, los que sois llevados -por mí- desde el vientre, los que sois cargados desde la matriz,
4. Y -aún- hasta -vuestra- vejez yo -soy- él; y -aún- hasta las canas -os- cargaré; yo hice, y yo llevaré, yo aún cargaré y liberaré.
5. + ¿Con quien me compararéis, -me- igualaréis, y me relacionaréis para que podamos ser equiparados?
6. Prodigan oro de la bolsa, pesan la plata en la balanza, -y- contratan a un orfebre; hace un dios -de- este, -y- ellos -ante él- se postran, sí, -y lo- adoran.
7. Sobre el hombro lo soportan, lo cargan, y en su lugar lo colocan, y él se yergue. No se removerá de su lugar; no, -y alguien- le clamará, así no pueda responder, ni salvarlo de su problema.
8. Recordad esto, y daos a conocer hombres, traedlo de nuevo a -vuestra- mente, Oh transgresores.
9. Recordad las primeras cosas de antaño, porque yo -soy- Dios, y nadie más -lo es-; -yo soy- Dios, y no -hay- ninguno como yo,
10. Al declarar el fin desde el comienzo, y desde tiempos antiguos -las cosas- que -aún- no se han hecho, diciendo, Perdurará mi consejo, y todo lo que me complazca haré.
11. Llamando a un ave de rapiña del oriente, al hombre que ejecuta mi consejo de un país lejano; sí, -lo- he hablado, también lo haré pasar; -me lo- he propuesto, también lo haré.
12. + Escuchadme, vosotros testarudos alejados de la justicia,
13. Yo acerco mi justicia, lejos no estará, y mi salvación no se demorará, y mi salvación colocaré en Sion para Israel mi gloria.
Isaías 45
1. Así -le- dice el SEÑOR a su ungido, a Ciro, cuya mano derecha he sostenido para que subyugue naciones ante él, y desataré los lomos de los reyes, para abrir los dos portales con hojas delante de él, y los portales no se cerrarán;
2. Iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos, los portones de bronce despedazaré, y los barrotes de hierro en pedazos cortaré.
3. Y los tesoros de la oscuridad te daré, junto con las riquezas ocultas de los lugares secretos, para que puedas saber que yo, el SEÑOR, que -te- llama por tu nombre, -soy- el Dios de Israel.
4. Por causa de mi siervo Jacob y de Israel mi elegido, hasta te he llamado por tu nombre, -y- te he apellidado, sin tú haberme conocido.
5. + Yo -soy- el SEÑOR, y ninguno más -hay-, ningún Dios fuera de mí, yo te arropé sin tú siquiera conocerme,
6. Para que puedan conocer desde la salida del sol y desde el oeste, que ninguno -hay- fuera de mí. Yo -soy- el SEÑOR, y nadie más hay.
7. Yo formo la luz, y creo la oscuridad, yo hago la paz, y creo la maldad, yo el SEÑOR hago todas estas -cosas-.
8. Verted, cielos, de arriba, y que la bóveda celeste derrame justicia, que -se- abra la tierra, y ellos produzcan salvación, y que brote además la justicia. Yo el SEÑOR esto he creado.
9. ¡Ay del que briega con su hacedor! Que el tiesto -contienda- con los -otros- tiestos de la tierra. ¿Le dirá el barro al que lo modela, Qué haces? ¿O -te dirá- tu trabajo, Él no tiene manos?
10. ¡Ay del que -le- dice a -su- padre, ¿ Qué engendras? O a la mujer, ¿Qué has dado a luz?
11. Así dice el SEÑOR, el Santo de Israel, y su Hacedor, Peguntadme acerca de los asuntos por venir relacionados con mis hijos, y en cuanto a la obra de mis manos mandadme.
12. Yo hice la tierra y creé al hombre en ella; Yo, -sí-, mis manos han expandido los cielos, y a toda su hueste yo he mandado.
13. Con justicia lo he levantado, y dirigiré todos sus caminos, él construirá mi ciudad, y dejará ir a mis cautivos, no por precio ni recompensa, dice el SEÑOR de las huestes.
14. Así dice el SEÑOR, la labor de Egipto, la mercancía de Etiopía, y de los Sabeos, hombres de estatura, llegará a ti, ellos serán tuyos, -y- vendrán en tu búsqueda; encadenados llegarán, y se te postrarán, súplicas te harán -diciendo,- Con certeza Dios -está- en ti, y no -hay- nadie más, no -hay otro- Dios.
15. De verdad -eres- un Dios que te escondes, Oh Dios de Israel, el Salvador.
16. Se avergonzarán, y además se confundirán todos ellos, terminarán confundidos al tiempo los hacedores de ídolos.
17. -Pero- Israel se salvará en el SEÑOR con una salvación eterna, no os avergonzaréis ni os confundiréis, mundo sin fin.
18. Porque esto dice el SEÑOR que creó los cielos, el mismo Dios que formó la tierra y la hizo; él la estableció, -y- no la creó en vano, para que fuera habitada la formó: Yo -soy- el SEÑOR, y ninguno más -hay-.
19. No he hablado en secreto, no le dije a la simiente de Jacob en un lugar oculto de la tierra, En vano me buscáis; Yo el SEÑOR hablo justicia, yo declaro cosas correctas.
20. + Congregaos y venid, acercaos al tiempo, vosotros -los que habéis- escapado de las naciones; no tienen conocimiento los que erigen la madera de su imagen esculpida, y -le- oran a un dios -que- no puede salvar.
21. Contad y acercadlos, sí, que juntos tengan consejo; ¿Quién ha declarado esto desde tiempo antiguo? ¿-quién- lo ha dicho desde aquella ocasión? ¿No -he sido- yo el SEÑOR? Y no -hay- más Dios fuera de mí, un Dios y Salvador justo; nadie-hay- fuera de mi.
22. Miradme a mí, y sed salvos, todos los confines de la tierra, porque yo -soy- Dios, y ninguno más.
23. He jurado por mi cuenta, -en- justicia ha salido la palabra de mi boca, y no retornará, que ante mí toda rodilla se doblegará, toda lengua jurará,
24. Por seguro dirá, En el SEÑOR tengo justicia y fuerza; a él -los hombres- vendrán; y todos los que reciben incienso en contra de él, avergonzados serán.
25. Toda la simiente de Israel justificada será en el SEÑOR y se gloriará.
Isaías 44
1. Sin embargo oye ahora, Oh Jacob siervo mío, e Israel, a quien he escogido:
2. Esto dice el SEÑOR que te hizo, que desde el vientre te formó, -el cual- te ayudará: No temas, Oh Jacob, siervo mío, -ni- tú Jesurún a quien he escogido.
3. Porque derramaré aguas sobre el que está sediento, e inundaciones sobre el suelo seco; mi espíritu derramaré sobre tu simiente, y mi bendición sobre tus renuevos;
4. Y brotarán entre la hierba, como sauces al lado de los cursos de agua.
5. Uno dirá, Yo -soy- del SEÑOR, otro -se- llamará Jacob, y otro -le- escribirá -con- su mano al SEÑOR, apellidándose Israel.
6. Esto dice el SEÑOR, el Rey de Israel, y su redentor el SEÑOR de las huestes: Yo -soy- el primero, y yo -soy- el último, y fuera de mí no -hay- Dios.
7. ¿Y quién, como yo, llamará, lo declarará, y me lo colocará en orden, desde que asigné a las gentes de antaño? Y que se les de a conocer las cosas que vienen y están por venir.
8. No temáis, ni tengáis miedo, ¿No os lo he dicho y declarado desde aquel tiempo? Vosotros aún -sois- mis testigos. ¿Hay -algún- Dios fuera de mí? Sí -que- no -hay- Dios, a -ninguno- conozco.
9. Los que hacen imágenes esculpidas, todos ellos -son- vanidad, y sus cosas deleitables no aprovecharán; ellas-son- sus propios testigos, no ven, no conocen, para que se puedan avergonzar.
10. ¿Quién ha formado un dios, o fundido una imagen esculpida -que- para nada aprovecha?
11. Mirad que todos sus compañeros se van a avergonzar, y los trabajadores de los hombres, que a una se reúnan, que se paren, -sin embargo- temerán -y- a una se avergonzarán.
12. El herrero con las tenazas trabaja con los carbones, y además con los martillos la modela, con la fuerza de sus brazos la trabaja; sí, le da hambre, y su fuerza falla, desfallece si no bebe agua.
13. El carpintero estira -su- regla, con un cordel la marca, la encaja con planos, con el compás la marca, y la hace siguiendo la figura y la belleza de un hombre, para que pueda permanecer en la casa.
14. Tala cedros, toma el ciprés y el roble los que fortalece para él, de entre los árboles del bosque; planta un fresno, y la lluvia -lo- nutre.
15. Luego será para que lo queme un hombre, pues tomará de él para darse calor, sí, -lo- enciende, y hornea pan, sí, hace un dios y -lo- adora, lo vuelve una imagen esculpida, y se postra ante ella.
16. Parte de esta quema en el fuego, con parte de esta come carne, se hace un asado y se satisface, sí, -se- calienta, y dice, Ajá, estoy abrigado, vi fuego;
17. Y del residuo de esta hace un dios, su -misma- imagen tallada, postrándose ante ella y adorándola, orándole y diciéndole, Líbrame, porque tú -eres- mi dios.
18. No han sabido ni entendido, ya que él cerró sus ojos para que no pudieran ver, -y- sus corazones, para que no pudieran entender.
19. Y nadie considera en su corazón, ni -hay- conocimiento ni entendimiento para decir, Parte de esta quemé en el fuego, sí, también he horneado pan sobre los carbones de esta, he asado y comido carne; ¿Y convertiré el residuo de esta en una abominación? ¿Ante el tronco de un árbol me postraré?
20. Con cenizas se alimenta, lo desvió un corazón engañado, para que no pueda librar su alma ni decir, ¿No -hay- una mentira en mi mano derecha?
21. + Recuerda estas, Oh Jacob e Israel, pues -eres- mi siervo: Yo te he formado, tú eres mi siervo, Oh Israel, por mí no serás olvidado.
22. Como un nubarrón tus transgresiones he borrado, y como una nube tus pecados; retorna a mí, porque yo te redimí.
23. Cantad, Oh cielos, porque el SEÑOR -lo- ha hecho, gritad, vosotras las partes bajas de la tierra, irrumpid en cantos vosotras las montañas, Oh bosques, y todo árbol vuestro, porque el SEÑOR a Jacob ha redimido, y se ha glorificado en Israel.
24. Esto dice el SEÑOR, tu redentor, y el que desde el vientre te formó, Yo -soy- el SEÑOR que -lo- hace todo, -el- que expande sólo los cielos, -el- que por cuenta propia extiende la tierra.
25. -El- que frustra las señales de los mentirosos, y enloquece a los adivinos, -el- que hace retractar a los sabios, y vuelve tonto su conocimiento.
26. -El- que confirma la palabra de su siervo, y realiza el consejo de sus mensajeros, que le dice a Jerusalén, Habitada serás, y a las ciudades de Judá, Seréis edificadas, y vuestros lugares decaídos levantaré.
27. -El- que -le- dice a las profundidades, Secaos, y tus ríos disecaré.
28. -El- que -le- dice a Ciro, -Él es- mi pastor, y realizará todo lo que me plazca, incluso diciéndole a Jerusalén, Serás construida, y al templo, Tu fundamento será puesto.
Isaías 43
1. Pero ahora el SEÑOR que te creó dice así, Oh Jacob, y que te formó, Oh Israel, No temas, porque yo te redimí, por tu nombre -te- llamé, mío -eres- tú.
2. Cuando pases a través de las aguas, yo -estaré- contigo, -cuando- atravieses los ríos, no te van a arrasar, cuando camines por entre el fuego no te vas a quemar, ni las llamas se encenderán en ti.
3. Pues yo -soy- el SEÑOR tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador; -para- rescatarte di a Egipto, a Etiopía y a Saba a cambio de ti.
4. Como fuiste preciosa a mi vista, fuiste honorable, y te amé, por eso daré hombres a cambio de ti, y personas a cambio de tu vida.
5. No temas, porque yo -estoy- contigo, del oriente traeré tu simiente , y te reuniré del occidente;
6. Le diré al norte, Entrega, y al sur, No retengas, trae a mis hijos desde lejos, y a mis hijas desde los confines de la tierra,
7. -Aún- a cada uno de los que se llaman por mi nombre, pues para mi gloria a él lo he creado, lo he formado, sí, -y- lo he hecho.
8. Traed al pueblo ciego que tiene ojos, y a los sordos que tienen oídos,
9. Que todas las naciones a una se reúnan, y las gentes se congreguen, ¿Quién entre ellos puede declarar esto, y dar a conocer las primeras cosas? Que traigan sus testigos, para poderse justificar, o que oigan, y digan, -Es- verdad.
10. Vosotros -sois- mis testigos, dice el SEÑOR, y mi siervo a quien escogí, para que sepáis de mí y creáis en mí, y entendáis que yo -soy- él; antes de mí no se formó Dios ni -lo- habrá después de mí.
11. Yo, -sí-, yo -soy- el SEÑOR, y fuera de mí no -hay- salvador.
12. He declarado, he salvado, y he demostrado cuando entre vosotros no -había dios- extraño, por ello sois-mis testigos, dice el SEÑOR, -de- que yo -soy- Dios.
13. Sí, antes del día yo -he sido- él, y nadie -hay- que de mis manos pueda librar, yo obraré, ¿y quién lo impedirá?
14. + Así dice el SEÑOR, tu redentor, el Santo de Israel, Por vuestra causa envié a Babilonia, y a todos sus nobles he abatido, y a los Caldeos, cuyo clamor en las naves -está-.
15. Yo -soy- el SEÑOR, vuestro Santo, el creador de Israel, vuestro Rey.
16. Esto dice el SEÑOR, el cual hace un camino en el mar, y un sendero en las fuertes aguas;
17. El cual trae el carruaje y el caballo, el ejército y el poder; a una yacerán, no se levantarán, se extinguen y se aplacan como estopa.
18. + No recordéis las cosas primeras, ni consideréis las cosas antiguas.
19. Mirad que algo nuevo haré, ahora -mismo- brotará; ¿no lo sabréis? Haré incluso un camino en el yermo, -y- ríos en el desierto.
20. La bestia del campo me honrará, los dragones y las lechuzas, porque aguas en el yermo doy, -y- ríos en el desierto, para dar bebida a mi pueblo, a mis escogidos.
21. Este pueblo he formado para mí, mi alabanza compartirá.
22. + Pero a mi no me has invocado, Oh Jacob, de mí te has cansado, Oh Israel.
23. No me has traído el ganado pequeño de tus ofrendas quemadas, ni con tus sacrificios me has honrado. No te hice servir con ofrendas, ni con inciensos te he cansado.
24. Cálamo aromático no me compraste con monedas, ni con la grasa de tus sacrificios me has abarrotado, más bien me has hecho servirte con tus pecados, con tus iniquidades tú me has cansado.
25. Yo, -todavía soy- yo el que por causa mía borra tus transgresiones, y no recordaré tus pecados.
26. Ponme a recordar, juntos pleiteemos, declara para poderte justificar.
27. Tu primer padre pecó, y tus maestros contra mí han transgredido.
28. Por eso profané los príncipes del santuario, a Jacob a la maldición lo he entregado, y a Israel a la vergüenza.
Isaías 42
1. Contemplad a mi siervo, a quien yo sostengo, a mi electo, -en quien- se delita mi alma; mi espíritu he puesto sobre él, a los Gentiles llevará el juicio.
2. No gritará, ni levantará su voz haciéndola oír en la calle.
3. Una caña magullada no va a quebrar, ni al pábilo humeante sofocar, llevará el juicio con verdad.
4. No desfallecerá ni desanimará, hasta haber establecido el juicio en la tierra, y en su ley las islas aguardarán.
5. Esto dice Dios el SEÑOR, el que creó los cielos, y los expandió, el que extiende la tierra y aquello que de esta sale, el que da aliento a la gente en ella, y espíritu a los que en ella andan;
6. Yo el SEÑOR en justicia te he llamado, y tu mano sostendré, te guardaré, y como un convenio del pueblo, como luz de los Gentiles te daré,
7. Para abrir los ojos cegados, sacar a los prisioneros del encierro, -y- del presidio a los que se asientan en la oscuridad.
8. Yo -soy – el SEÑOR, ese -es- mi nombre, y a otro mi gloria no -le- daré, ni mi alabanza a imágenes esculpidas.
9. Mirad que las primeras cosas han llegado y acontecido, y nuevas cosas declaro yo; os las cuento antes de que broten.
10. Cantadle al SEÑOR una nueva canción, su alabanza desde los confines de la tierra, vosotros los que bajáis al mar, y todo lo que hay en él, las islas, con sus habitantes.
11. Que el yermo y sus ciudades -su voz- levanten, las aldeas -donde- Kedar habita, que canten los habitantes de la roca, que desde la cima de las montañas griten,
12. Que al SEÑOR le den la gloria, y su alabanza declaren en las islas.
13. Saldrá El SEÑOR como hombre fuerte, despertará celos como guerrero, gritará, sí, rugirá, contra sus enemigos prevalecerá.
14. Por largo tiempo he guardado silencio, me he refrenado -y- quieto he estado, -ahora- como mujer en parto gritaré, destruiré y de una devoraré.
15. Montañas y colinas haré escombros , y todas sus plantas disecaré; a los ríos los haré islas, y los estanques secaré.
16. Y a los ciegos llevaré por un camino -que- no sabían, los guiaré por senderos -que- no conocían, a la oscuridad la volveré luz delante de ellos, y las cosas torcidas correctas. Estas cosas les haré, y no los abandonaré.
17. + Vueltos atrás serán, en gran manera se avergonzarán los que confían en imágenes esculpidas, que a las imágenes derretidas les dicen, Nuestros dioses -sois-.
18. Oíd, vosotros sordos, y mirad vosotros ciegos, para que podáis ver.
19. ¿Quién -es- ciego, sino mi siervo? ¿O sordo como mi mensajero -al cual- envié? ¿Quién -es tan- ciego como perfecto, y ciego como el siervo del SEÑOR?
20. Ves muchas cosas, pero sin observar, abre él los oídos, pero no oye.
21. El SEÑOR se complace mucho por amor a su justicia, a la ley la engrandecerá, y honorable -la- hará.
22. Pero un pueblo robado y despojado -es- este; todos atrapados en huecos -están-, y en presidios escondidos, son como presas, y nadie libra; como despojos, y nadie dice, Restaurad.
23. ¿Quién entre vosotros va a prestarle oído a esto? ¿-Quién- para el tiempo venidero escuchará y oirá?
24. ¿Quién dio a Jacob a cambio de despojos, y a los ladrones a Israel? ¿No fue el SEÑOR, aquel contra quien hemos pecado? Pues no quisieron andar en sus caminos, ni fueron obedientes a su ley.
25. Por eso la furia de su enojo derramó sobre él, junto con la fuerza de la batalla, y lo incendió a su alrededor, y aún así no conoció, y lo quemó, mas sin embargo él no -lo- meditó.
Isaías 41
1. Guardad silencio ante de mí, Oh islas, y que las gentes renueven fuerzas, que se acerquen, que entonces hablen; acerquémonos -y- reunámonos para juicio.
2. ¿Quién alzó del oriente al -hombre- justo, lo llamó a -estar- en pie, puso las naciones delante de él, y sobre reyes -lo- hizo gobernar? Como polvo para la espada de él -Los- dio, -y- como rastrojo dirigido hasta su arco.
3. Los persiguió -y- con seguridad pasó, -aún- por el camino -por el que- no habían andado sus pies.
4. ¿Quién lo hizo y produjo de llamar a las generaciones desde el comienzo? Yo el SEÑOR, -desde- la primera y con la última, yo -soy- él.
5. Las islas -lo- vieron y temieron; los confines de la tierra tuvieron miedo, se acercaron y vinieron.
6. Cada uno ayudó a su vecino, y le dijo a su hermano, Ánimo.
7. Entonces el carpintero animó al orfebre, -y- el que ablanda con el martillo le dijo al que golpea el yunque, Listo para la soldadura, y lo fijó con clavos, -para que- no pudiera moverse.
8. Pero tú, Israel, -eres- mi siervo, Jacob a quien escogí, la simiente de Abraham mi amigo.
9. -Tú- a quien tomé de los confines de la tierra, te llamé de -entre- sus jefes, y te dije, -Eres- mi siervo; yo te he escogido, y no te deseché.
10. + No temas, porque yo -estoy- contigo, no desmayes, porque yo -soy- tu Dios; yo te fortaleceré, sí, te ayudaré, sí, con la mano derecha de mi justicia te sostendré.
11. He aquí que los que se indignaron contra ti se van a avergonzar y a confundir, -y- se tornarán en nada; los que peleen contigo perecerán.
12. Los buscarás, y no los encontrarás, a los que contendieron contigo; los que te hacen la guerra en nada se tornarán, -y- desaparecerán.
13. Porque yo el SEÑOR tu Dios tu mano derecha sostendré, diciéndote, No temas, te ayudaré.
14. No temas tú gusano Jacob, -y- vosotros los hombres de Israel, yo te ayudaré, dice el SEÑOR, tu redentor, el Santo de Israel.
15. Mira que voy a hacer de ti una nueva y filuda trilladora con dientes; trillarás las montañas, a golpes las empequeñecerás, y a las colinas cual bagazo las volverás.
16. Las aventarás, y el viento se las llevará, el torbellino las esparcirá, y tú en el SEÑOR te regocijarás, -y- te gloriarás en el Santo de Israel.
17. -Cuando- los pobres y necesitados busquen agua, y -no hallen- nada, y- su lengua desfallezca de sed, yo el SEÑOR los oiré, -yo- el Dios de Israel no los desampararé.
18. Abriré ríos en lugares altos, y en medio de los valles fuentes, al yermo lo haré un estanque de agua, y a la tierra seca manantiales de agua.
19. Plantaré el cedro en el yermo, la espina de invierno, el mirto y el árbol de aceite; en el desierto colocaré al higo, al pino y al boje juntos,
20. Para que ellos puedan ver, saber, considerar y entender juntos que la mano del SEÑOR hizo esto, y -que- el Santo de Israel lo creó.
21. Producid vuestra causa, dice el SEÑOR; exponed vuestras fuertes -razones-, dice el Rey de Jacob.
22. Que salgan a la luz-, y nos den a conocer -lo- que va a pasar; que hagan saber los asuntos antiguos, lo que -fue-, para que los podamos considerar, y conocer el fin de ellos, o nos declaren los asuntos por venir.
23. Indicadnos las cosas que de ahora en adelante están por ocurrir, para que podamos saber que -sois- dioses; sí, haced el bien, o haced el mal, para que juntos nos podamos desmayar -al- contemplar.
24. Mirad que vosotros -sois- de nada, y vuestra obra es nada, una abominación -es el que- os escoge.
25. He levantado a -uno- del norte, y vendrá; desde la salida del sol invocará mi nombre, y sobre los príncipes llegará como mortero, y como alfarero que pisa barro.
26. ¿Quién ha declarado desde el comienzo, para que podamos saber? ¿y antes de tiempo, para que podamos decir, Justo -es Él-? Sí, nadie -hay- que indique, sí, nadie que declare, sí, nadie que oiga vuestras palabras.
27. El primero -le dirá- a Sion, Mira, obsérvalos, y a Jerusalén le daré uno que traiga buenas nuevas.
28. Pues observé, y no -hubo- hombre -alguno-; aún entre ellos, y no -hubo- consejero que cuando yo les preguntara, pudiera responder una palabra.
29. Mirad que todos vanidad -son-; sus obras nada -son-, sus imágenes derretidas viento y confusión.
Isaías 40
1. Consolaos, consolaos pueblo mío, dice vuestro Dios.
2. Habladle consoladoramente a Jerusalén, y gritadle que su batalla ha terminado, que su iniquidad perdonada está, porque ha recibido de la mano del SEÑOR el doble a cambio de todos sus pecados.
3. + La voz del que grita en el desierto, Preparad el camino del SEÑOR, haced en el desierto una carretera recta para nuestro Dios.
4. Todo valle será exaltado, toda montaña y colina será humillada, lo torcido será enderezado, y los lugares ásperos aplanados,
5. Y la gloria del SEÑOR será revelada, y toda carne a una -la- verá, porque la boca del SEÑOR -lo- ha hablado.
6. La voz dijo, Grita. Y él dijo, ¿Que voy a gritar? Toda carne -es- hierba, y toda su hermosura como la flor del campo;
7. La hierba se marchita, se esfuma la flor, porque el espíritu del SEÑOR sopla sobre ella; por cierto que la gente hierba -es-.
8. La hierba se marchita, se esfuma la flor, mas la palabra de nuestro Dios permanecerá para siempre.
9. + Oh Sion, que traes buenas nuevas, ve -y- sube a la alta montaña; Oh Jerusalén, que traes buenas nuevas, levanta con fuerza tu voz, levántala, no tengas miedo, dile a las ciudades de Judá, ¡Mirad a vuestro Dios!
10. Mirad, que el Señor DIOS con fuerte -mano- vendrá, y su brazo a favor de él gobernará; mirad que su recompensa con él -está-, y delante de él su obra.
11. Como un pastor alimentará a su rebaño, a los corderos reunirá con su brazo, y en su seno -los- cargará, -y- a las que están con crías con gentileza las guiará.
12 + ¿Quién ha medido las aguas en la cavidad de su mano, mensurado el cielo con su palmo, en una medida comprendido el polvo de la tierra, pesado en básculas las montañas y las colinas en una balanza?
13. ¿Quién ha dirigido el Espíritu del SEÑOR, o -como- consejero suyo le ha enseñado?
14. ¿Con quién hizo él consejo, -quién- lo instruyó y lo guió en la senda del juicio, le enseñó conocimiento, y le indicó el camino del entendimiento?
15. Mirad que las naciones-son- como una gota en un balde, y son contadas como el polvillo de la balanza; mirad que él recoge a las islas como una miniatura.
16. Y el Líbano no -da- a basto para quemar, ni -son- sus bestias suficientes para un holocausto.
17. Como nada -son- todas las naciones delante de él, y como menos que nada, –como- vanidad le son contadas.
18. + ¿Con quién entonces igualaréis a Dios? ¿O con qué apariencia lo compararéis?
19. El obrero suaviza una imagen tallada, sobre ella el orfebre esparce oro, y le arroja cadenas de plata.
20. El que -es- tan pobre que no tiene ofrenda -para dar- escoge un árbol -que- no se pudra, se busca un hábil trabajador que prepare una imagen tallada -que- no la muevan.
21. ¿No habéis sabido? ¿No habéis oído? ¿No se os ha dicho desde el comienzo? ¿No habéis entendido desde los fundamentos de la tierra?
22. Él -es el- que se sienta sobre el círculo de la tierra, y sus habitantes -ante él son- como saltamontes; -él es el- que expande los cielos como una cortina, y los esparce como una tienda para en -ella- morar,
23. -El- que convierte en nada a los príncipes, -y- a los jueces de la tierra vuelve vanidad.
24. Sí, que no los plantarán; sí, que no los sembrarán; sí, que su estirpe en la tierra no enraizará, además él sobre ellos soplará y se marchitarán, y el remolino lejos como a rastrojo se los llevará.
25. ¿A quién entonces me compararéis, o -a quién- seré igual? Dice el Santo.
26. Levantad vuestros ojos a lo alto, y contemplad al que estas -cosas- ha creado, que a la hueste de ellas saca por número, él a todas las llama por -su- nombre por la grandeza de su capacidad, porque -él es- fuerte en poder; ni una desfallece.
27. ¿Por qué dices tú, Oh Jacob, y hablas Oh Israel -diciendo-, Mi camino se escondió del SEÑOR, y mi juicio sobrepasó a mi Dios?
28. + ¿No has sabido? ¿No has oído, -que- el Dios eterno, el SEÑOR, el Creador de los confines de la tierra, no se cansa ni desfallece? -Y- su entendimiento -es- inexplorable.
29. A los desfallecidos da poder, e incrementa fuerza a los incapaces.
30. Las mismas juventudes se cansarán y desfallecerán, y los jóvenes por completo caerán,
31. Pero aquellos que aguardan al SEÑOR renovarán fuerzas, remontarán con alas como las águilas, correrán sin cansarse, y caminarán sin fatigarse.
Isaías 39
1. En aquel tiempo Merodac-baladán, el hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió cartas y un presente a Ezequías, porque había oído que había estado enfermo y se había recuperado.
2. Y Ezequías se alegró con ellos, y les mostró la casa con sus objetos preciosos, la plata, el oro, las especies, los valiosos ungüentos, toda la casa de sus armaduras, y todo lo que se hallaba en sus tesoros; no hubo nada de su casa, o de todo su dominio que Ezequías no les -hubiera- mostrado.
3. + Entonces vino Isaías el profeta hasta el rey Ezequías, y le dijo, ¿Qué dijeron estos hombres? ¿Y de dónde vinieron hasta ti? Y Ezequías dijo, han venido de un país lejano hasta mí, de la misma Babilonia.
4. Dijo entonces él, ¿Qué vieron en tu casa? Y Ezequías respondió, Todo lo que -está- en mi casa vieron. No hay nada de mis tesoros que no les haya mostrado.
5. Entonces dijo Isaías a Ezequías, Oye la palabra del SEÑOR de las huestes:
6. Mira que vienen los días en los que todo lo que -está- en tu casa, y -aquello- que tus padres han atesorado hasta el día de hoy, será llevado a Babilonia, -y- nada quedará, dice el SEÑOR.
7. Y a tus hijos que broten de ti, los que engendres, lejos los llevarán, y serán eunucos en el palacio del rey de Babilonia.
8. Entonces le dijo Ezequías a Isaías, Buena -es- la palabra del SEÑOR que has hablado. Dijo además, Porque habrá paz y verdad en mis días.
Isaías 38
1. En aquellos días Ezequías se enfermó a punto de morir, e Isaías el profeta, el hijo de Amós vino a él, y le dijo, Esto dice el SEÑOR, pon tu casa en orden, pues vas a morir, y no vivirás.
2. Entonces Ezequías volvió su rostro hacia el muro, y le oró al SEÑOR,
3. Y dijo, Recuerda ahora, Oh SEÑOR, te imploro, cómo he andado delante de ti en verdad y con un corazón completo, y he hecho -lo- bueno a tu vista. Y Ezequías lloraba adolorido.
4. + Entonces vino la palabra del SEÑOR a Isaías, diciendo,
5. Ve, y dile a Ezequías, Esto dice el SEÑOR, el Dios de David tu padre, He oído tu oración, he visto tus lágrimas, mira que añadiré quince años a tus días.
6. Y te libraré a ti y a esta ciudad de la mano del rey de Asiria; y defenderé esta ciudad.
7. Y esta -será- una señal para ti del SEÑOR, que el hará esto que ha hablado,
8. Mira que traeré de nuevo la sombra de los grados que ha bajado en el reloj solar de Acaz, diez grados hacia atrás. Entonces el sol se devolvió diez grados, por los grados -que- había bajado.
9. + El escrito de Ezequías rey de Judá, cuando hubo enfermado, y se recuperó de su enfermedad:
10. Dije en la acortada de mis días, A los portones del sepulcro iré, del residuo de mis años me deprivan.
11. Dije, No veré al SEÑOR , -sí- al SEÑOR, en la tierra de los vivos, no contemplaré más al hombre con los habitantes del mundo.
12. Mi edad se apartó y como tienda de pastor de mí se retira, se me ha acortado como a un tejedor mi vida, él me truncará con una debilitadora enfermedad, del día a la noche terminarás conmigo.
13. Hasta la mañana hice cuentas, -que- como un león, así él quebrará todos mis huesos; del día a la noche terminarás conmigo.
14. Parloteé como cigüeña -o- golondrina, me lamenté como paloma, mis ojos desfallecen -de mirar- hacia arriba: Oh SEÑOR, estoy oprimido, soporta por mí.
15. ¿Qué diré? Él me ha hablado, como también él mismo -lo- ha hecho, Con suavidad andaré todos mis años en la amargura de mi alma.
16. Oh SEÑOR, por estas -cosas- viven -los hombres, y en todas estas -cosas está- la vida de mi espíritu: así que me recuperarás, y me harás vivir.
17. Mira que en lugar de paz tuve gran amargura, pero tú por amor a mi alma del pozo de la corrupción -la libraste-, ya que todos mis pecados detrás de tu espalda los echaste.
18. Pues el sepulcro no te puede alabar, -ni- la muerte te puede celebrar; los que bajan al pozo en tu verdad no pueden esperar.
19. El que vive, el que vive te alabará, como -lo hago- el día de hoy, el padre a los hijos les hará conocer tu verdad.
20. El SEÑOR -se alistó- a salvarme, por tanto todos los días de nuestra vida mis canciones cantaremos con instrumentos de diez cuerdas en la casa de SEÑOR.
21. Pues Isaías había dicho, Que tomen una masa de higos, y -la- coloquen como plasta sobre el forúnculo y se recuperará.
22. Ezequías también había dicho, ¿Cuál -es- la señal de que a la casa del SEÑOR voy a subir?
Isaías 37
1. Y vino a suceder que cuando el rey Ezequías -lo- oyó, se rasgó sus ropas, se cubrió con cilicio, -y- en la casa del SEÑOR entró.
2. Y envió a Eliaquím, que -estaba- a cargo de la casa, a Sebna el escriba y a los sacerdotes mayores cubiertos con cilicio a Isaías el profeta, el hijo de Amós.
3. Y le dijeron, Esto dice Ezequías, El día de hoy -es- un dia de apuros, de reprensiones y de blasfemias, pues los hijos han llegado al nacimiento, y no -hay- fuerza para dar a luz.
4. Pueda ser que el SEÑOR tu Dios oiga las palabras de Rabsacés a quien el rey de Asiria, su maestro envió para reprochar al Dios vivo, y repruebe las palabras que el SEÑOR tu Dios ha oído; por tanto levanta -tu- oración por el remanente que quedó.
5. De esta manera los siervos del rey Ezequías llegaron a Isaías.
6. + E Isaías les dijo, Así le diréis a vuestro maestro, Esto dice el SEÑOR, no tengas miedo de las palabras que has escuchado, con las que los siervos del rey de Asiria han blasfemado -contra- mí.
7. He aquí que le voy a enviar un fuerte soplido, y oirá un rumor, y a su propia tierra volverá; y haré que en su propia tierra caiga a espada.
8. + Rabsacés entonces volvió, y encontró al rey de Asiria guerreando contra Libna, pues había oído que había partido de Laquis.
9. Y oyó decir de Tirhaca rey de Etiopía: Ha venido a hacer guerra contigo. Y al oírlo, envió mensajeros a Ezequías diciendo,
10. Así hablaréis a Ezequías rey de Judá, diciendo, Que tu Dios en quien confías no te engañe, diciendo, Jerusalén no será entregada en las manos del rey de Asiria.
11. Mira que has oído lo que los reyes de Asiria le han hecho a todas las tierras destruyéndolas por completo ¿Y vas a ser tú librado?
12. ¿-Acaso- los dioses de las naciones libraron a los que mis padres destruyeron, como Gozán, Harán, Resef, y los hijos de Edén que -estaban- en Telasar?
13. ¿Dónde -está- el rey de Hamat, el rey de Arfad, el rey de la ciudad de Sefarvaim, Hena e Iva?
14. + Y Ezequías recibió la carta de mano de los mensajeros, la leyó, y subió hasta la casa del SEÑOR, y la extendió delante del SEÑOR.
15. Y Ezequías oró al SEÑOR, diciendo,
16. Oh SEÑOR de las huestes, Dios de Israel, que moras -entre- los querubines, tú -eres- el Dios, -sí- sólo tú, de todos los reinos de la tierra; tú hiciste el cielo y la tierra.
17. Inclina tu oído, Oh SEÑOR, y oye; abre tus ojos, Oh SEÑOR, mira y oye todas las palabras que Senaquerib ha enviado para reprochar al Dios vivo.
18. Es verdad, SEÑOR, -que- los reyes de Asiria han puesto en escombros a todas las naciones, con sus países.
19. Y han lanzado sus dioses al fuego, porque no -eran- dioses, sino la obra de manos de hombre, -en- madera y piedra; por eso los destruyeron.
20. Ahora pues por tanto, Oh SEÑOR Dios nuestro, sálvanos de su mano, -para- que todos los reinos de la tierra puedan conocer que tú -eres- el SEÑOR, -y- tú sólo.
21. + Entonces Isaías el hijo de Amós envió hasta donde Ezequías, diciendo, Esto dice el SEÑOR Dios de Israel, Mientras me orabas en contra de Senaquerib el rey de Asiria,
22. Esta -es- la palabra que el SEÑOR ha hablado acerca de él: La virgen, la hija de Sion, te ha despreciado, -y- se -ha- reído de ti hasta la burla; la hija de Jerusalén con la cabeza te ha negado.
23. ¿a quién has reprochado y -contra quién has- blasfemado? Y contra quién has exaltado -tu- voz, y a lo alto levantado tus ojos? Contra el -mismo- Santo de Israel.
24. Con tus siervos has reprochado al Señor, y has dicho, Con la multitud de mis carruajes he subido a la cima de las montañas, a los lados del Líbano, y talaré sus altos cedros, entraré a la cima de su frontera, -y- al bosque de su Carmelo.
25. He cavado, y bebido agua, y con la planta de mis pies he secado todos los ríos de los lugares asediados.
26. ¿No has oído desde hace tiempos, -que- yo lo hice, -y- desde tiempos antiguos que yo lo formé? ahora lo he hecho pasar, que debías poner en escombros -y en- montones de ruinas a las ciudades defendidas.
27. Por tanto sus habitantes con poco poder, se desmayaron y se confundieron; fueron -como- el pasto del campo, y -como- la verde hierba, -como- la hierba de los techos, -como el grano- arruinado antes de madurar.
28. Pero yo conozco tu habitación, tu salida, tu entrada, y tu rabia para conmigo.
29. Como tu tumulto y tu rabia para conmigo han llegado a mis oídos, por ello pondré mi gancho en tu nariz, mis bridas en tus labios, y por el camino por el que viniste te devolveré.
30. Y esta -será- una señal para ti, -Este- año comeréis lo que crece de sí mismo; el segundo año lo que brota de él mismo, y el tercer año sembraréis, cosecharéis, plantaréis viñedos, y comeréis de su fruto.
31. Y el remanente escapado de la casa de Judá de nuevo echará raíz hacia abajo, y hacia arriba llevará fruto;
32. Porque de Jerusalén saldrá un remanente, y aquellos que escapen del monte de Sion; el celo del SEÑOR de las huestes lo hará.
33. Por tanto esto dice el SEÑOR acerca del rey de Asiria, No entrará en esta ciudad, ni disparará allí flecha -alguna-; no vendrá ante esta con escudos, ni sobre esta echará terraplén.
34. Por el camino que vino, por el mismo volverá, y en esta ciudad no entrará, dice el SEÑOR.
35. Porque yo defenderé esta ciudad para salvarla por causa mía y por causa de mi siervo David.
36. Entonces el ángel del SEÑOR salió, e hirió a ciento ochenta y cinco mil del campamento de los Asirios, y cuando se levantaron temprano en la mañana, mirad que todos -eran- cuerpos muertos.
37. + Entonces Senaquerib el rey de Asiria partió, fue y retornó, y moró en Nínive.
38. Y vino a suceder que, mientras se encontraba adorando en la casa de su dios Nisroc, Adramelec y Sareser sus hijos lo hirieron a espada, y escaparon a la tierra de Armenia, y su hijo Esarhadón reinó en su lugar.