1. Ahora pues, en el decimo cuarto año del rey Ezequías, sucedió -que- Senaquerib, el rey de Asiria vino y subió contra todas las ciudades defendidas de Judá, y las tomó.
2. Y el rey de Asiria envió a Rabsacés de Laquis a Jerusalén a -donde- el rey Ezequías con un gran ejército. Y permaneció al lado del conducto del estanque superior en la carretera del campo del lavador.
3. Vino entonces hasta él Eliaquím, hijo de Hilcías, encargado de la casa, Sebna el escriba, y Joás, hijo de Asaf, el registrador.
4. + Y Rabsacés les dijo, Decidle ahora a Ezequías, Así dice el gran rey, el rey de
Asiria, ¿Cuál -es- la confianza en la que te apoyas?
5. Yo digo, -aunque digas- (-que- sólo -son- vanas palabras) -Que yo tengo- consejo y fuerza para la guerra, ahora pues, ¿En quién confías, para rebelarte en mi contra?
6. He aquí que tú confías en el cayado de esta caña quebrada, de Egipto, en el que si un hombre se apoya, en su mano entrará, y la perforará; así -es- el Faraón rey de Egipto para todos los que en él confían.
7. Pero si me dices, Confiamos en el SEÑOR nuestro Dios, ¿No -es- él, cuyos lugares altos -de adoración- y cuyos altares Ezequías ha quitado, y dicho a Judá y a Jerusalén, ¿Delante de este altar adoraréis?
8. Ahora pues por tanto, comprométete, te ruego, con mi maestro el rey de Asiria, y dos mil caballos te daré, si eres capaz de tu parte de poner en ellos jinetes.
9. ¿Cómo entonces voltearás el rostro de un capitán de los menores de los criados de mi maestro, para poner tu confianza en Egipto en busca de carruajes y jinetes?
10. ¿Y -acaso- sin el SEÑOR he subido hasta acá contra esta tierra para destruirla? El SEÑOR me dijo, Ve y sube contra esta tierra y destrúyela.
11. + Entonces dijeron Eliaquín, Sebna y Joás a Rabsacés, Háblales, te ruego a tus siervos en el idioma Sirio, porque -lo- entendemos, y no nos hables en el idioma de los Judíos, a oídos de la gente que -está- en el muro.
12. + Pero Rabsacés dijo, ¿-Acaso- me envió mi maestro a ti y a tu maestro para hablar estas palabras? ¿No -me envió- a los hombres que se sientan en el muro, para que con vosotros coman su propio estiércol, y beban su propio orín?
13. Entonces Rabsacés se paró, gritando a toda voz en el idioma de los Judíos, -y- diciendo, Oíd vosotros las palabras del gran rey, el rey de Asiria.
14. Esto dice el rey, Que Ezequías no os engañe, porque no será capaz de libraros.
15. Ni dejéis que Ezequías os haga confiar en el SEÑOR, diciendo, El SEÑOR con seguridad nos librará, -pues- ésta ciudad no será entregada en las manos del rey de Asiria.
16. No escuchéis a Ezequías, porque así dice el rey de Asiria, Haced -un acuerdo- conmigo -a cambio de- un presente, y salid a mí, -para que- comáis cada uno de su viña, y cada uno de su higuera, y bebáis cada uno de las aguas de su propia cisterna;
17. Hasta que yo venga y os lleve lejos a una tierra como la vuestra, tierra de grano y vino, tierra de pan y viñedos.
18. -Cuidado- no sea que Ezequías os persuada, diciendo, El SEÑOR nos librará. ¿-Acaso- alguno de los dioses de las naciones ha librado a su tierra de las manos del rey de Asiria?
19. ¿Dónde -están- los dioses de Hamat y Arfad? ¿Dónde -están- los dioses de Sefarvaím? ¿Libraron a Samaria de mi mano?
20. ¿Quiénes -hay- entre todos los dioses de estas tierras, que haya librado a su tierra de mis manos, -para- que el SEÑOR deba librar de mi mano a Jerusalén?
21. Pero ellos guardaron silencio, y no le respondieron palabra alguna, porque el mandamiento del rey era, No le respondáis.
22. + Entonces vino Eliaquim, el hijo de Hilcías, que -estaba- a cargo de la casa, Sebna el escriba, y Joás el hijo de Asaf el registrador, a Ezequías con -sus- ropas rasgadas, y las palabras de Rabsacés le contaron.
Isaías 35
1. El yermo y el lugar solitario se alegrarán por ellos, y el desierto se regocijará, y florecerá como la rosa.
2. Florecerá abundantemente, y hasta se regocijará con gozosos cantos, se le dará la gloria del Líbano, la excelencia del Carmelo y la de Sarón; verán la gloria del SEÑOR, -y- la excelencia de nuestro Dios.
3. + Fortaleced las manos débiles, y las rodillas endebles reafirmad.
4. Decidle a los -que son- de corazón temeroso, Sed fuertes, no temáis; mirad que vuestro Dios -con- venganza vendrá, -el mismo- Dios -con- pago; él vendrá y os salvará.
5. Entonces los ojos del ciego se abrirán, y los oídos del sordo se destaparán.
6. El cojo entonces como un ciervo saltará, y la lengua del mudo cantará, porque en el yermo aguas prorrumpirán y arroyos en el desierto -manarán-.
7. Y el suelo parchado se convertirá en estanque, en manantiales de agua la tierra sedienta, en habitación de dragones, donde todos -ellos- se tiendan, hierba con cañas y juncos -habrá-.
8. Y allí habrá una carretera, y un camino, y será llamado El camino de la santidad; los inmundos no pasarán por él, sino que -será- para aquellos hombres caminantes, -que- aunque tontos, no errarán -en él-.
9. No habrá allí león -alguno-, ni bestia voraz por él subirá, allí no se hallará; sino que los redimidos -en él- andarán.
10. Y los rescatados del SEÑOR volverán y llegarán a Sion con canciones -y – gozo eterno sobre sus cabezas, obtendrán gozo y alegría, y la pena y el suspiro huirán.
Isaías 34
1. Acercaos, vosotras naciones para oír, y vosotras gentes escuchad: que la tierra oiga, y todos los que en ella están, el mundo, y todas las cosas que salen de él.
2. Porque la indignación del SEÑOR sobre todas las naciones -está-, y -su- furia sobre todos sus ejércitos, a quienes por completo destruyó, a la matanza los entregó.
3. Sus muertos también serán expulsados, de sus cadáveres saldrá hedor, y las montañas con su sangre se derretirán.
4. Y toda la hueste del cielo se disolverá, y como un rollo -de pergamino- los cielos se enrollarán, y toda la hueste de ellos caerá, como cae la hoja de la vid, y como caen -los higos- de la higuera.
5. Porque mi espada en el cielo se bañará; he aquí que vendrá -y- bajará para juicio sobre Idumea, y el pueblo de mi maldición.
6. La espada del SEÑOR se llena de sangre, con gordura se engrosa, -y- con la sangre de corderos y cabras, con la grasa de los riñones de los carneros, porque el SEÑOR tiene un sacrificio en Bosra, y en la tierra de Idumea una gran matanza.
7. Y los unicornios caerán con ellos, y los bueyes con los toros; su tierra de sangre se empapará, y su polvo con gorduras se engrosará.
8. Pues -es- el día de la venganza del SEÑOR, -y- el año de las recompensas por la controversia de Sion.
9. Y sus arroyos brea se tornarán, y su polvo, azufre; su tierra en brea ardiente se convertirá.
10. Ni de día ni de noche se aplacará; su humo para siempre ascenderá, de generación en generación -como- desperdicios yacerá, y nunca más alguien por ella pasará.
11. + Pero el cormorán y el avetoro la poseerán; el búho y el cuervo en ella habitarán; y sobre ella extenderá las piedras del vacío y el cordel de la confusión.
12. A sus nobles al reino llamarán, aunque nadie allí -estará-, y todos los príncipes de ella nada serán.
13. Y espinos en los palacios de ella saldrán, ortigas y zarzas en sus fortalezas, y una habitación de dragones, -y- un campo para búhos será.
14. Las bestias salvajes del desierto con las bestias salvajes de la isla también se encontrarán, y el sátiro a su compañero le clamará; el búho chillón también allí descansará, y hallará un lugar de reposo para él.
15. Allí el gran búho su nido hará, pondrá -sus huevos-, e incubará y reunirá -polluelos- bajo su sombra; allí también los buitres cada uno con su pareja se reunirán.
16. + Buscad vosotros en el libro del SEÑOR, y leed: ninguno de estos faltará, a ninguno su pareja falta le hará, porque mi boca lo ha mandado, y su espíritu, este los ha reunido.
17. Y él ha echado la suerte por ellos, y su mano por cordel se la ha dividido; para siempre la poseerán, de generación en generación allí morarán.
Isaías 33
1. ¡Ay de ti que despojas sin -haber sido- despojado, y que negocias fraudulentamente con quienes no te han estafado! Cuando ceses de despojar, serás despojado, -y- cuando dejes de mercadear con estafas, serás estafado.
2. Oh SEÑOR, sé clemente con nosotros, -que- te hemos aguardado, sé cada mañana el brazo de ellos, nuestra salvación también en tiempo de apuros.
3. Ante el ruido del tumulto la gente huyó, tan pronto te alzaste. las naciones se esparcieron.
4. Y vuestros despojos se reunirán-como se reúnen las orugas, -como- las langostas corren de aquí para allá, -así- hacia ellos él correrá.
5. Exaltado es El SEÑOR, porque mora en las alturas; ha llenado a Sion de juicio y justicia.
6. La sabiduría y el conocimiento serán la fuerza de salvación -y- la estabilidad de tus tiempos; el temor del SEÑOR -es- su tesoro.
7. Mirad que sus valientes gritarán en las afueras, -y- los embajadores de paz amargamente llorarán .
8. Las carreteras yacen en escombros, cesa el caminante, ha quebrado el convenio, despreciado las ciudades, el hombre no le importa.
9. La tierra languidece -y- se lamenta, Líbano se avergüenza y es talado, Sarón es como un yermo, y Basán y Carmelo sacuden -sus frutos-.
10. Ahora -pues- me levantaré, dice el SEÑOR, ahora exaltado seré, ahora -mismo- me alzaré.
11. Concebiréis tamo, rastrojo daréis a luz, vuestro aliento cual fuego os devorará.
12. Y el pueblo será -como- las quemas de la cal, -como- espinas cortadas se quemarán en el fuego.
13. + Oíd lo que he hecho, vosotros -los que estáis- lejos, -y- reconoced mi poder los -que estáis- cerca.
14. Los pecadores en Sion tienen miedo, el temor ha sorprendido a los hipócritas. ¿Quién entre nosotros morará con el devorador fuego? ¿Quién entre nosotros morará con -las- quemas eternas?
15. El que camina con justicia, y habla con rectitud, el que desprecia la ganancia de las opresiones, el que sacude sus manos evitando sostener sobornos, el que tapa sus oídos para no oír de sangre, y cierra sus ojos para no ver el mal;
16. Él morará en lo alto, su lugar de defensa -serán- las fortificaciones de las rocas; se le dará pan, sus aguas seguras -serán-.
17. Tus ojos mirarán al rey en su hermosura, contemplarán la tierra que está muy lejos.
18. Tu corazón -con- terror meditará: ¿Dónde -está- el escriba? ¿dónde el contador? ¿el que contaba las torres dónde -está-?
19. No verás un pueblo fiero, un pueblo con un habla más profunda de la que puedas percibir, con una lengua tartamuda -que- no -puedas- entender.
20. Mira a Sion, la ciudad de nuestras solemnidades, tus ojos verán a Jerusalén, una habitación tranquila, un tabernáculo -que- no será derribado, ni una de sus estacas alguna vez será removida, tampoco ninguna de sus cuerdas será rota.
21. Sino que allí el glorioso SEÑOR -será- para nosotros un lugar de anchos arroyos -y- ríos, en donde no andará galera -alguna- con remos, ni galantes naves pasarán por allí.
22. Porque el SEÑOR nuestro juez -es-, el SEÑOR -es- nuestro legislador, el SEÑOR nuestro rey -es-, él nos salvará.
23. Tus aparejos se soltaron, no pudieron fortalecer bien su mástil, no pudieron extender la vela; se divide entonces el botín de un gran despojo, los cojos el botín toman.
24. Y el habitante no dirá, Estoy enfermo, a la gente que more allí -su- iniquidad -se le- perdonará..
Isaías 32
1. He aquí que un rey en justicia reinará, y en juicio los príncipes gobernarán.
2. Y un hombre se hará como escondite del viento y cubierta para la tempestad, como ríos de agua en lugar seco, y como sombra de gran roca en agotada tierra.
3. Y no se empañarán los ojos de los que ven, y los oídos de los que oyen escucharán.
4. También el corazón del áspero entenderá conocimiento, y la lengua del tartamudo a hablar claramente se alistará.
5. A la persona vil no la llamarán más generosa, ni al malandro se le dirá dadivoso.
6. Porque la persona vil villanías hablará, y su corazón iniquidad trabajará para practicar hipocresía, y proferir erróneas -palabras- contra del SEÑOR, con el fin de vaciar el alma del hambriento, y la bebida del sediento hacer faltar.
7. También los instrumentos del malandro -son- el mal, urde malvadas artimañas para destruir a los pobres con palabras mentirosas, así el menesteroso hable recto.
8. Pero el generoso planea asuntos bondadosos y con ideas benévolas permanecerá.
9. + Levantaos, vosotras mujeres que en comodidades os halláis; oíd mi voz vosotras las hijas indiferentes, -y- prestad oído a mis palabras.
10. Muchos días y años seréis atribuladas, vosotras las indiferentes, porque faltará la vendimia, la recogida no vendrá.
11. Temblad vosotras mujeres que en comodidades os halláis, -y- atribulaos vosotras las indiferentes, despojaos y desnudaos, y -cilicio- a -vuestras- cinturas ajustad.
12. Lamentarán por los pezones, por los ricos campos, por la fructífera vid.
13. A la tierra de mi pueblo subirán zarzas -y- espinas; si, a todas las casas alegres -de- la gozosa ciudad.
14. Porque se abandonarán los palacios, no habrá multitudes en la ciudad, los fortines y las torres se volverán cuevas para siempre, el disfrute de los asnos salvajes, -y- pastizal de rebaños -serán-;
15. Hasta que sobre nosotros se derrame el espíritu de lo alto, y el yermo sea campo fructífero, y el campo fructífero sea contado como bosque.
16. El juicio entonces morará en el yermo, y la justicia en el campo fructífero permanecerá.
17. Y la obra de la justicia paz será, y el efecto de la justicia para siempre tranquilidad y seguridad.
18. Y en habitaciones pacíficas, en moradas seguras, y en tranquilos lugares de descanso mi pueblo morará.
19. Cuando granice, cayendo sobre el bosque, y abajo en un bajo lugar se halle la ciudad.
20. Benditos -sois- vosotros los que sembráis al lado de todas las aguas, que -hasta allí- los cascos del asno y del buey enviáis.
Isaías 31
1. ¡Ay de aquellos que bajan a Egipto en busca de ayuda, se apoyan en caballos, y confían en carruajes, por -ser- muchos, y en jinetes, porque son muy fuertes, mas no miran al Santo de Israel, ni buscan al SEÑOR!
2. Sin embargo él también -es- sabio, y el mal traerá, y no se retractará de sus palabras, sino que se alzará contra la casa de los que hacen males, y en contra de la ayuda de los que obran iniquidades.
3. Ahora pues, los Egipcios -son- hombres, y no Dios, y sus caballos carne, y no espíritu. Cuando el SEÑOR estire su mano, caerán tanto el que ayuda, como el ayudado, y juntos fracasarán.
4. Pues así me habló el SEÑOR: Como cuando el león, el león joven -se encuentra- rugiéndole a su presa, una multitud de pastores se llama contra él, no tendrá miedo de sus voces, ni ante el ruido de ellos se rebajará, así el SEÑOR de las huestes bajará a pelear por el monte de Sion, y su colina.
5. Como pájaros en vuelo, así el SEÑOR de las huestes defenderá a Jerusalén, defendiendo también -la- librará; -y- pasando por encima -la- preservará.
6. + Volveos a -aquel contra- quien los hijos de Israel encarnecidamente se han rebelado.
7. Porque en aquel día todos los hombres botarán sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, los cuales vuestras propias manos os han hecho -como- un pecado.
8. + Entonces el Asirio caerá a espada, no de un hombre fuerte, tampoco la espada de un hombre del común lo devorará, sino que ante -cualquier- espada huirá, y sus jóvenes se avergonzarán.
9. Y hasta su fortaleza pasará con temor, y de la insignia sus príncipes tendrán miedo, dice el SEÑOR, cuyo fuego está en Sion, y su horno en Jerusalén.
Isaías 30
1. ¡Ay de los hijos rebeldes dice el SEÑOR, que reciben consejo pero no de mí, y que -se- cubren con una cobija, pero no -la- de mi Espíritu, para poder añadirle pecado al pecado!
2. Que bajan a Egipto caminando, y a mi boca no le han preguntado, para fortalecerse en la fuerza del Faraón, y para en la sombra de Egipto confiar!
3. Por tanto la fuerza del Faraón será vuestra vergüenza, y la confianza en la sombra de Egipto, -vuestra- confusión.
4. Pues sus príncipes en Zoán estuvieron, y sus embajadores llegaron a Hanes.
5. Todos se avergonzaron de un pueblo -que- no pudo lucrarles, ni ser de ayuda, tampoco de provecho, sino de vergüenza y además de afrenta.
6. La carga de las bestias del Sur hacia la tierra de tribulación y angustia, de donde -provienen- el león viejo y el joven, la víbora y la serpiente candente y voladora, sus riquezas llevarán sobre los hombros de los jóvenes asnos, y sus tesoros sobre las jorobas de los camellos, a un pueblo -que- ganancia no -les- dará
7. Porque en vano y sin propósito ayudarán los Egipcios, por tanto sobre esto yo he clamado, Sentarse quietos -es- su fuerza..
8. + Ahora ve, -y- escríbelo ante ellos en una tabla, y en un libro anótalo, para que en el tiempo por venir se pueda hallar por siempre jamás;
9. Que este -es- un pueblo rebelde, hijos mentirosos, hijos -que- no van a oír la ley del SEÑOR,
10. Los cuales a los videntes le dicen, No veáis, y a los profetas, No nos profeticéis las cosas correctas, habladnos cosas suaves, engaños profetizad,
11. Salid del camino, a un lado del sendero salid, haced que el Santo de Israel delante de nosotros cese de -andar-.
12. Por lo cual así dice el Santo de Israel, Debido a que estas palabras despreciáis, y confiáis en la opresión y en la perversidad, y en ellas os quedáis,
13. Por tanto esta iniquidad será como una brecha lista para caeros a vosotros, abultándose en un muro alto, cuyo rompimiento llega en un instante -y- de repente.
14. Y él lo quebrará como el quebrantamiento de la vasija del alfarero, la cual se despedaza, -nada- él guardará, tanto que en el estallido de este no se hallará un casquete para coger fuego del hogar, ni para -con él- sacar agua del pozo,
15. Porque así dice el Señor DIOS, el Santo de Israel, En el retorno y en el descanso seréis salvos, en la tranquilidad y en la confianza estará vuestra fuerza, y no quisisteis.
16. Sino que dijisteis, No, porque huiremos en caballos; por tanto vosotros huiréis; y En los veloces montaremos; por tanto los que os persigan veloces serán.
17. Ante la reprimenda de uno mil -huirán-, ante la reprimenda de cinco vosotros huiréis, hasta que séais dejados como una señal en la cima de la montaña, y como una insignia en la colina.
18. + Y por eso el SEÑOR aguardará, para poder ser clemente con vosotros, y por lo tanto exaltado será, para poder tener misericordia de vosotros, porque el SEÑOR es un Dios de Juicio. Benditos -son- todos los que lo aguardan.
19. Porque el pueblo morará en Sion de Jerusalén, no llorarás más, muy clemente contigo a la voz de tu clamor él será; al oírte, te responderá.
20. Y -aunque- el SEÑOR os dé pan de adversidad, y agua de aflicción, aún así tus maestros a una esquina no se removerán ya más, sino que tus ojos a tus enseñadores verán.
21.Y tus oídos oirán palabras detrás de ti, diciéndo-te,- El camino -es- por aquí, andad en él, cuando voltiéis a la derecha, y cuando voltiéis a la izquierda.
22. También profanaréis la cubierta de las imágenes esculpidas de plata, y el adorno de tus imágenes derretidas de oro; como a trapo de menstruación lejos las lanzarás, a esta le dirás, Vete de acá.
23. Entonces la lluvia de tu semilla él te dará para que con ella el suelo vayas a sembrar; y del producido de la tierra pan, y rico y copioso será; en ese día el ganado en grandes pastos se alimentará.
24. De igual manera los bueyes y los asnos jóvenes que el suelo labran, forraje limpio que haya sido aventado con pala y fuelle comerán.
25. Y en toda montaña alta y toda colina elevada, ríos -y- arroyos de aguas, el día de la gran matanza cuando caigan las torres.
26. Además la luz de la luna como la luz del sol será, y la luz del sol será siete veces mayor, como la luz de siete días, el día que el SEÑOR vende la brecha de su pueblo, y sane el golpe de la herida de ellos.
27. + He aquí que el Nombre del SEÑOR de lejos viene, ardiendo -de- enojo, y su peso -es- abrumador; sus labios están llenos de indignación, y su lengua cual fuego devorador.
28. Su aliento cual arroyo arrasador hasta la mitad del cuello llegará, para colar a las naciones con el tamiz de la vanidad, y un freno -habrá- en las quijadas de las gentes haciéndo-las- errar.
29. Una canción tendrés, como -cuando- se guarda una solemnidad santa en la noche con alegría de corazón, como cuando alguien llega con flautas a la montaña del SEÑOR, al Poderoso de Israel.
30. Y el SEÑOR hará oír su gloriosa voz, y dará a conocer la luminosidad bajando de su brazo, con la indignación de -su- enojo, y -con- la llama de un devorador incendio desparramándose, -con- piedras de granizo y tempestad.
31. Pues por la voz del SEÑOR el Asirio será golpeado, -aquel que- con vara golpeó.
32. Y -en- todo lugar por donde pase el cayado asestado, que el SEÑOR sobre él va a descargar, con panderos y arpas será, y en las estremecedoras batallas con este va a pelear.
3. Pues el Tófet de antaño -está- ordenado; sí, para el rey está preparado, profundo -y- grande -lo- ha hecho él; su pila -es- fuego y mucha leña, cual arroyo de azufre lo enciende el aliento del SEÑOR.
Isaías 29
1. ¡Ay de Ariel, de Ariel la ciudad -donde- moró David; añadid año tras año, que maten sacrificios.
2. Aun así angustiaré a Ariel, y habrá pesadumbre y congoja, y será -tanto- para Ariel como para mí.
3. Y acamparé a tus alrededores contra ti, y con un monte pondré sitio contra ti, y fortines contra ti levantaré.
4. Serás abatida, -y- desde el suelo hablarás, y en voz baja desde el polvo tus palabras saldrán; tu voz será como la de alguien que tiene un espíritu familiar, -que- del suelo sale, y susurrando del polvo tus palabras saldrán.
5. Es más, la multitud de tus extraños como polvillo será, y la multitud de los temibles como bagazo que pasa, sí, en un instante, -y- de repente será.
6. Serás visitada por el SEÑOR de las huestes con truenos y terremoto, con grandes ruidos, con tormenta y tempestad, y con la llama de -un- fuego devorador.
7. + Y la multitud de todas las naciones que peleen contra Ariel, sí, todas las que contra ella y su muro de defensa peleen y la angustien, como el sueño de una visión en la noche serán.
8. Será aún como cuando un -hombre- con hambre sueña y he aquí que come, pero se despierta, y su alma está vacía, o cuando sueña un hombre con sed y he aquí que bebe, pero se despierta, y mira que desfallece, y su alma se halla con apetito; así será la multitud de todas las naciones que contra el monte de Sion peleen.
9. Deteneos y maravillaos, clamad y gritad, -pues- están borrachos pero no de vino, tambalean, mas no por bebidas fuertes.
10. Pues el SEÑOR sobre vosotros el espíritu de sueño profundo derramó, y vuestros ojos cerró, a los profetas, a vuestros gobernantes, a los videntes él cubrió.
11. Y la visión de todos para vosotros se ha vuelto, -como- las palabras de un libro sellado, las cuales -los hombres- entregan a alguien entendido, diciendo, Lee esto, te lo ruego, y él dice, no puedo, pues -está- sellado.
12. Y el libro se entrega al no entendido, diciéndole, Lee esto, te lo ruego, y él dice, No soy entendido.
13. Por lo cual el Señor dijo, Así como este pueblo se -me- acerca con su boca, y con sus labios me honra, mas su corazón lo ha retirado lejos de mí, y su temor hacia mí -sólo- como precepto de hombres se enseña,
14. También por tanto he aquí que procederé entre esta gente a hacer una maravillosa obra, -sí,- una maravillosa obra y un portento: porque la sabiduría de sus sabios perecerá, y el entendimiento de sus prudentes se ocultará.
15. ¡Ay de aquellos que buscan esconder en lo profundo su consejo del SEÑOR, y sus obras son -hechas- en la oscuridad, y dicen, ¿Quién nos ve y quién nos conoce -acá-?
16. Por seguro que vuestra volteada de cosas al revés, como barro de alfarero estimada será, ¿Pues dirá la obra del que la hizo, Él no me hizo? ¿O dirán las cosas formadas de aquel que las formó, No tuvo entendimiento?
17. ¿No -queda- aún un poquito de tiempo y en campo fructífero el Líbano se tornará, y como bosque el campo fructífero se estimará?
18. + Y en ese día los sordos las palabras del libro oirán, y los ojos del ciego de la oscuridad y las tinieblas viendo saldrán.
19. Los sencillos también su gozo en el SEÑOR incrementarán, y los pobres de entre los hombres en el Santo de Israel se regocijarán.
20. Porque el temible es llevado a la nada, el burlador se acaba, y todos los que la iniquidad buscan de un tajo se apartan,
21. Los que por una palabra hacen culpable a un hombre, le ponen trampa al que reprueba en el portón, y por cualquier nimiedad hacen a un lado al justo.
22. Por tanto así dice el SEÑOR que redimió a Abraham, sobre la casa de Jacob: Ahora Jacob no se avergonzará, ni su rostro palidecerá.-
23. Sino que cuando vea a sus hijos, la obra de mis manos, en medio de él, mi Nombre santificarán, al Santo de Jacob santificarán, y temerán al Dios de Israel.
24. También los que erraron en espíritu llegarán al entendimiento, y los que murmuraban, aprenderán doctrina.
Isaías 28
1. ¡Ay de la corona del orgullo, de los borrachos de Efraín, cuya gloriosa belleza -es- una flor que se desvanece, los cuales -están- en la cabecera de los valles ricos de los que son vencidos por el vino!
2. Mirad que el Señor tiene a un fuerte y poderoso, -que- cual tempestad de granizo -y- tormenta destructora, cual arrasadora inundación de poderosas aguas, a tierra derribará con la mano.
3. La corona del orgullo, los borrachos de Efraín serán pisoteados, pies encima -les pasarán-.
4. Y la belleza gloriosa que -está- en la cabecera del valle rico, será una flor que se desvanece, -y- como fruto apresurado que antecede el verano, al cual -cuando- el que lo mira, ve -que- estando aún en su mano, se lo engulle.
5. + En aquel día el SEÑOR de las huestes para el residuo de su pueblo se volverá una corona de gloria, y una diadema de belleza,
6. Y un espíritu de juicio para el que se sienta en juicio, y fuerza para los que hasta el portón llevan la batalla.
7. + Pero erraron también por medio del vino, y por la bebida fuerte se salen del camino; el sacerdote y el profeta por la bebida fuerte erraron, se inundaron de vino, por la bebida fuerte salen del camino, yerran en la visión, -y- tropiezan -en- el juicio.
8. Pues llenas de vómito -y- suciedad todas las mesas están, -tanto que- no -hay- lugar -limpio-.
9. + ¿A quién le enseñará él conocimiento? ¿Y a quién le hará entender doctrina? -A los- destetados alejados de la leche, -y- de los pechos.
10. Pues -se debe poner- precepto sobre precepto, precepto sobre precepto, línea sobre línea, línea sobre línea, aquí un poco, -y- allá un poco.
11. Pues con labios tartamudos y -con- otra lengua a su pueblo le hablará.
12. A quienes les dijo, Este -es- el descanso -con el- que podéis al fatigado hacer descansar, y este -es- el refresco, sin embargo oír no quisieron.
13. Pero la palabra del SEÑOR para ellos fue, precepto sobre precepto, precepto sobre precepto, línea sobre línea, línea sobre línea, aquí un poco, -y- allá un poco, para que pudieran andar y caer hacia atrás, y fueran quebrantados, atrapados, y tomados.
14. Por lo cual, oíd la palabra del SEÑOR, vosotros hombres escarnecedores, que gobernáis a este pueblo que -está- en Jerusalén.
15. Porque dijisteis, Con la muerte hicimos un convenio, y con el infierno tenemos un acuerdo, cuando el azote desbordado pase, a nosotros no nos vendrá, pues a las mentiras hicimos nuestro refugio, y debajo de la falsedad nos escondimos.
16. + Por tanto así dice el Señor DIOS, Mirad que yo coloco como fundamento una piedra en Sion, una piedra tratada, una preciosa esquina, una fundación segura: el que cree no se va a apresurar.
17. También le pondré a la cuerda juicio, y a la plomada justicia, y el granizo barrerá el refugio de las mentiras, y las aguas el escondite desbordarán.
18. + Y tu convenio con la muerte se anulará, y tu acuerdo con el infierno no permanecerá; cuando pase el azote desbordado, pisoteados entonces por él seréis.
19. Desde el momento de su salida os tomará, pues pasará mañana tras mañana, en el día y en la noche, y una vejación será, sólo -para- el reporte haceros- entender.
20. Porque la cama está corta, para poderse estirar, y estrecha la cobija, para poderse envolver.
21. Porque el SEÑOR se alzará como -en- el monte Perazim, se airará como -en- el valle de Gabaón, para poder realizar su obra, su extraña obra, y su acto llevar a cabo, su extraño acto.
22. Ahora pues, por tanto no seáis burladores, no sea que se fortalezcan vuestras ataduras, porque he oído del Señor DIOS de las huestes -acerca de- un agotamiento, el cual está determinado sobre toda la tierra.
23. + Prestad oído, y atended a mi voz, oíd y mis palabras escuchad.
24. ¿Ara el labrador todo el día abriendo y rompiendo los terrones de su suelo para sembrar?
25. Tras haber allanado su superficie, ¿No riega las neguillas, esparce el comino, y siembra el trigo principal, la cebada escogida, y el centeno en su lugar?
26. Porque su Dios lo instruye -y- lo enseña a la discreción.
27. Que las neguillas con trillo no se trillan, ni la rueda de carreta sobre el comino se rueda, sino que las neguillas con un palo se sacuden, y el comino con una vara.
28. -El grano del pan se magulla, ya que nunca lo trillará, -con- la rueda de su carreta no -lo- romperá, ni con sus jinetes lo aplastará.
29. Esto también viene del SEÑOR de las huestes, -el cual- maravilloso en consejo es, -y- excelente en -su- actuar.
Isaías 27
1. En aquel día el SEÑOR con su severa grande y fuerte espada, castigará al leviatán, a la serpiente perforadora, -al mismo- leviatán, esa torcida serpiente, y matará al dragón que -está- en el mar.
2. Cantadle en aquel día, al viñedo de vinos rojos.
3. Yo el SEÑOR lo guardo, a todo momento lo regaré, no sea que -alguno- le haga daño; día y noche lo guardaré.
4. No -hay- furia en mi; ¿Quién organizaría a las zarzas -y- a las espinas para batallar en mi contra? A una las atravesaría -y- las quemaría.
5. Más bien que se agarre de mi fuerza, -para que- pueda hacer las paces conmigo, -y- las paces conmigo hará.
6. Él hará que se arraiguen los que de Jacob vengan; Israel florecerá y retoñará, y llenará con fruto la faz del mundo.
7. + ¿Lo ha golpeado así como hizo con los que lo golpearon? -o- ha -sido- muerto de acuerdo a las matanzas que cometió con los que él mató?
8. Con medida, cuando dé brotes, con este debatirás; en el día del viento del oriente su feroz viento él detiene.
9. Por tanto por esto la iniquidad de Jacob será purgada y este -es- todo el fruto -requerido- para quitar su pecado: cuando haga todas las piedras del altar piedras caliza depedazadas, las arboledas y las imágenes no estarán en pie.
10. Sin embargo asolada -será- la ciudad defendida, abandonada -su- habitación, y como yermo dejada; el becerro se alimentará, se acostará, y consumirá allí sus ramas.
11. Cuando se marchiten sus grandes ramas, quebradas serán, las mujeres vienen -y- las encienden, pues -es- un pueblo sin entendimiento; por tanto el que los hizo misericordia no tendrá de ellos, y el que los formó favor no les manifestará.
12. + Y en aquel día sucederá -que- el SEÑOR sacudirá desde el canal del río hasta el arroyo de Egipto, y vosotros seréis reunidos uno a uno, Oh hijos de Israel.
13. Y aquel día sucederá, -que- se tocará la gran trompeta, y vendrán los que estaban a punto de perecer en la tierra de Asiria, y los desechados de la tierra de Egipto, y adorarán al SEÑOR en el monte santo de Jerusalén.