En ése día se cantará ésta canción en la tierra de Judá: Tenemos una ciudad fuerte, -Dios- le va asignar salvación -a sus- muros y baluartes.
2. Abrid vosotros los portones, para que la nación justa que guarda la verdad pueda entrar.
3. Tú guardarás en perfecta paz, -a quien su- mente -en tí- fija, porque en ti confía.
4. Confiad para siempre en el SEÑOR, porque en el SEÑOR YEJOVA -está la- fuerza eterna,
5. + Porque él abate a los que moran en lo alto, a la ciudad altiva la coloca abajo, -sí- la coloca abajo en el -mismo- piso; trayéndola hasta el -mismo- polvo.
6. El pie la pisará, los -mismos- pie del pobre, -y- los pasos del menesteroso.
7. El camino del justo -es- rectitud; tú, el correcto por excelencia, pesas la senda del justo.
8. Sí, -pasando- por el camino de tus juicios, Oh SEÑOR, hemos aguardado en ti; el deseo de -nuestra- alma -es- tu nombre, y tu recuerdo.
9. Con mi alma te deseé en la noche: sí, con mi espíritu en mis adentros, temprano te buscaré, porque cuando tus juicios -aparecen- en la tierra, los habitantes del mundo aprenden justicia.
10. Muéstresele favor al malvado, -que aún así- no va a aprender justicia, en la tierra de rectitud él va a tratar injustamente, y no va a mirar la majestad del SEÑOR.
11. SEÑOR, ellos no van a ver -cuando- tu mano se levante, -pero la- verán -caer,- y se avergonzarán de -su- envidia para con el pueblo; sí, -porque- el fuego de tus enemigos los devorará.
12. + SEÑOR, tú nos mandarás paz, ya que además has producido en nosotros todas nuestras obras.
13. Oh SEÑOR Dios nuestro, -otros- señores además de ti han ejercido dominio sobre nosotros, -pero- por -amor a- ti solo haremos mención de tu nombre.
14. -Están- muertos, -y- no vivirán, cesaron -de vivir, y- no se alzarán; por tanto los visitaste y destruiste, e hiciste perecer toda memoria de ellos.
15. Has incrementado la nación, Oh SEÑOR, has incrementado la nación, te has glorificado, -y la- has esparcido lejos -hasta- todos los confines de la tierra.
16. SEÑOR, en los problemas te visitaron, y derramaron una oración -cuando- tus castigos -se posaron- sobre ellos.
17. Como cuando una mujer preñada, -que- se acerca el momento de su alumbramiento, está con dolores, -y- grita en -medio de- sus punzadas, así hemos sido a tu vista, Oh SEÑOR.
18. Hemos estado preñados, -y- pasado por dolores, -y- hemos -sentido- como si se hubiera dado a luz viento; no hemos producido alumbramiento alguno en la tierra, -y- tampoco han caído los habitantes del mundo.
19. Tus muertos vivirán, -y- junto con mi cuerpo muerto se alzarán. Despertad y cantad, vosotros los que moráis en el polvo, pues tu rocío -es como- el rocío de la hierba, y la tierra expulsará a los muertos.
20. + Venid, pueblo mío, entra a tus recámaras, cierra las puertas tuyas a tu alrededor, -y- escóndete como si la indignación fuera -a ocurrir- por un momento, hasta que acabe de pasar.
21. Porque, he aquí -que- el SEÑOR sale de su lugar para castigar a los habitantes de la tierra por su iniquidad, -y- la tierra además va descubrir su sangre, y no va a cubrir -ya- más a sus muertos.
Isaías 25
Oh SEÑOR, tú -eres- mi Dios, voy a exaltarte -y- a alabar tu nombre, porque has hecho -cosas- maravillosas; tus consejos de antaño -están llenos de- fidelidad -y de- verdad.
2. Pues de una ciudad has hecho un -mero- montón, -y de- una urbe defendida -has hecho- ruinas. -A- un palacio de extranjeros -tú has hecho -que no sea ciudad, para nunca construirse -otra vez-.
3. Por tanto las gentes fuertes te glorificarán, -y- la ciudad de las temibles naciones te temerá.
4. Pues tú has sido una fuerza para el pobre, -y- una fortaleza para el necesitado en su angustia, un refugio para la tormenta, -y- una sombra para el calor, en medio de las ráfagas de los temibles -que- cual tormenta -golpean- el muro.
5. Tú has reducido el ruido de los extranjeros, como calor en sequedal, calor -que se va- con la sombra de una nube, -y así- la rama de los temibles será traída abajo.
6. + Y en ésta montaña el SEÑOR de las huestes -le- hará a todas las gentes una fiesta de abundancias, una fiesta de vinos sobre poso, de abundancias llenas de tuétanos, -y- de vinos añejados en sedimento -y- bien refinados.
7. Y él destruirá en ésta montaña la faz de la cobija echada sobre todas las gentes, y el velo que está extendido sobre todas las naciones.
8. Él se engullirá a la muerte en victoria, y las lágrimas de todos los rostros el Señor DIOS limpiará, y la reprimenda de su pueblo será quitada de toda la tierra, porque el SEÑOR -lo- ha hablado.
9. + Y en ése día se dirá, Mirad que éste -es- nuestro Dios, a quien hemos aguardado, y que nos va a salvar, -sí,- éste -es- el SEÑOR, a quien hemos aguardado, y nos vamos a alegrar y a regocijar en su salvación.
10. Pues en ésta montaña descansará la mano del SEÑOR, y Moab será pisoteado debajo de él, así como la paja se pisotea para -ser llevada- al estercolero.
11. Y él esparcirá sus manos -por- en medio de ellos, como -cuando- el que nada -las- esparce para nadar, abatiendo su orgullo, junto con los despojos de manos de ellos.
12. Y la robustez del fortín alto de tus muros él la va a reducir, abatir, -y- traer al piso, -sí,- al -mismo- polvo.
Isaías 24
Contemplad -cómo- el SEÑOR vacía la tierra, la vuelve escombros, la voltea boca abajo, y esparce lejos a sus habitantes.
2. Y será para él, así como con el pueblo, también con el sacerdote; así como con el criado, también con su señor; así como con la criada, también con su señora; así como con el comprador, también con el vendedor; así como con el prestador, también con el prestatario; así como con el receptor de usura, también con el que la da.
3. La tierra será vaciada en su totalidad, y completamente despojada, porque el SEÑOR ha hablado éstas palabras.
4. La tierra se lamenta -y- se consume, el mundo languidece -y- se desdibuja, las gentes arrogantes de la tierra pierden vigor.
5. La tierra también es deshonrada por sus mismos habitantes, porque transgredieron las leyes, cambiaron las ordenanzas, y quebrantaron el convenio eterno.
6. Por eso la maldición devoró la tierra, y son desolados los que moran en ella, -y- por ello se queman los habitantes de la tierra, y pocos hombres quedan.
7. El vino nuevo se aflige, la viña languidece, y todos los de corazón festivo suspiran.
8. Cesa el jolgorio de los tamborines, termina el ruido de los que se regocijan, -y- para el gozo del arpa.
9. No beberán vino con canciones, -y- la bebida fuerte -se hará- más amarga para los que la beban.
10. Está destrozada la ciudad de la confusión. -y- toda casa está cerrada, para que ningún hombre pueda entrar.
11. -Hay- un clamor por vino en las calles, todo gozo se desvaneció, y el festín de la tierra se acabó.
12. La desolación se quedó en la ciudad, y la destrucción golpeó el portón.
13. Cuando así sea en medio de la tierra, y entre el pueblo, -ocurrirá- como -cuando- se sacude un árbol de olivo, -y- como -cuando- se espigan uvas al acabarse la vendimia.
14. Ellos levantarán su voz, -y- cantarán debido a la majestad del SEÑOR, clamando en voz alta desde el mar.
15. Por lo cual glorificad vosotros al SEÑOR en los incendios, al -mismo- nombre del SEÑOR Dios de Israel en las islas del mar.
16. Oímos canciones -entonadas- desde la parte más remota de la tierra -de- gloria para el justo. ¡Qué escasez la mía! ¡Qué escasez la mía! ¡Ay de mi! Los estafadores han estafado. Sí, los estafadores han estafado grandemente.
17. Sobre ti, Oh habitante de la tierra -se ciernen- temor, abismos, -y- trampas.
18. Y sucederá -que- el que huya del ruido del temor, caerá en el abismo, y el que salga de en medio del abismo, será tomado en una trampa, porque las ventanas de lo alto están abiertas, y los fundamentos de la tierra se sacuden.
19. La tierra está totalmente destrozada, la tierra está completamente disuelta, la tierra se ha removido en manera extrema.
20. La tierra se tambaleará cual borracho de un lado al otro, y se removerá como una cabaña; y la transgresión que en ella hay será -un gran- peso sobre ella, y caerá, y no se levantará.
21. Y sucederá en ése día -que- el SEÑOR castigará a la hueste de los altos en lo alto, y a los reyes de la tierra sobre la tierra.
22. Y serán reunidos juntos, -como- se reúne a los prisioneros en el abismo y serán encerrados en la prisión, y después de muchos días serán visitados.
23. Entonces la luna se confundirá, y el sol se avergonzará cuando el SEÑOR de las huestes reine en el monte de Sión, en Jerusalén, delante de sus mayores con gloria.
Isaías 23
La deuda de Tiro. Aullad, vosotras naves de Tarsis, porque -aquella- yace en escombros, tanto que no hay casas, ni entrada; de la tierra de Quitim les fue revelado.
2. Estad quietos, vosotros habitantes de la isla; tú, a quien los mercaderes de Sidón que pasan por el mar han rebosado -de riquezas-.
3. Y la semilla de Sijor, -que va- por grandes aguas, la cosecha del río -es- el ingreso de ella, ella es un mercado de naciones.
4. Averguénzate Oh Sidón, porque el mar habló, -hasta- la fuerza del mar dijo, Yo no laboro en parto, ni doy a luz hijos; tampoco alimento jovencitos, -ni- crío vírgenes.
5. Como ante el reporte acerca de Egipto, -también- se compungirán muchísimo ante el reporte de Tiro.
6. Pasad hasta Tarsis, -y- aullad vosotros habitantes de la isla.
7. ¿-Es- ésta vuestra -ciudad- gozosa, cuya antigüedad es de días atrás? Sus propios pies la llevarán de viaje muy lejos.
8. ¿Quién tuvo éste consejo contra Tiro, la ciudad de coronas, cuyos mercaderes son príncipes -y- cuyos comerciantes son los -personajes- honorables de la tierra?
9. El SEÑOR de las huestes se ha propuesto manchar el orgullo de toda gloria, -y- llevar a la humillación a todos los -personajes- honorables de la tierra.
10. Pasa por en medio de tu tierra como un río Oh hija de Tarsis, -que ya- no queda fuerza.
11. Él estiró su mano sobre el mar, -y- sacudió a los reinos, el SEÑOR dio un mandamiento contra la -ciudad- mercante, de destruir sus fortalezas.
12. Y dijo, No te vas a regocijar más; Oh tú virgen oprimida, hija de Sidón, álzate, y pasa hasta Quitim; allí tampoco tendrás descanso.
13. Mirad a la tierra de los Caldeos; éste pueblo no fue, -hasta- que los Asirios lo fundaron para los que moran en el desierto; allá colocaron las torres, allá alzaron los palacios, -y- él la trajo a la ruina.
14. Aullad, vosotras naves de Tarsis, porque vuestra fuerza yace en escombros.
15. Y sucederá en ése día que se olvidarán por setenta años de Tiro, de acuerdo a los días de un rey, -y- después de que terminen -los- setenta años, Tiro de nuevo cantará como una ramera.
16. Toma un arpa, -y- dale la vuelta a la ciudad tú ramera olvidada, produce dulces melodías, -y- canta muchas canciones para que te puedan recordar.
17. + Y sucederá que después de que terminen -los- setenta años, el SEÑOR visitará a Tiro, y ella se volverá a su jornal y cometerá fornicación con todos los reinos del mundo sobre la faz de la tierra.
18. Y su mercadería y su paga serán santidad para el SEÑOR, no será atesorada ni reservada -para Tiro-, pues su mercadería será para los que moren delante del SEÑOR, para que coman lo suficiente, y -vistan- ropa que dure.
Isaías 22
La deuda del valle de la visión. ¿Qué te duele ahora, que te has subido por completo a las cimas de las casas?
2. Tú que estás llena de conmociones, ciudad tumultuosa; ciudad de gozos, los asesinados tuyos no -lo fueron- por la espada, ni -fueron- muertos en batalla.
3. Todos tus gobernantes huyeron juntos, -y- están unidos por los arqueros, todos los que se encuentran en tí, están juntos, -los que- han huido de lejanías.
4. Por eso dije, Mira lejos de mí, -que- voy a llorar amargamente, -y- no te esfuerces en consolarme, debido al despojo de la hija de mi pueblo.
5. Porque -es- un día de turbación, de pisoteos, de perplejidad -causado- por el Señor DIOS de las huestes en el valle de la visión, -de- derrumbamiento de los muros, y de clamor a las montañas.
6. Elam llevó la aljaba con carrozas de hombres -y- jinetes, y Kir descubrió el escudo.
7. Y sucederá -que- tus más preciados valles se llenarán de carrozas, y los jinetes se pondrán en formación al -lado del- portón.
8. + Él descubrió la cubierta de Judá, y en ése día miraste la armadura de la casa del bosque.
9. Vosotros también habéis visto las brechas de la casa de David, que son muchas, y reunisteis en un -lugar- las aguas del estanque bajo.
10. Numerasteis las casas de Jerusalén, y derrumbasteis las casas para fortalecer el muro.
11. Hicisteis también una zanja entre los dos muros para -poner allí- el agua del estanque viejo, pero no mirasteis a su hacedor, ni tuvisteis en cuenta al que lo formó hace ya tiempo.
12. Y en ése día el Señor DIOS de las huestes llamó a llorar, a lamentar, a rasurarse el cabello, y a vestirse con cilicio.
13. Y mirad que -sólo hubo- gozo, alegría, bueyes matados, ovejas muertas, festín de carne, y vino para beber, pues mañana moriremos, -decían-.
14. Y fue revelado a mis oídos por el Señor DIOS de las huestes, -así-, Por seguro que ésta iniquidad no será purgada de vosotros -sino- hasta que muráis, dice el Señor DIOS de las huestes.
15. + Así dice el Señor DIOS de las huestes, Ve -y- llega hasta donde éste tesorero, a Sebna, que -está-a cargo de la casa, -y- di,
16. ¿Qué tienes acá? ¿Y a quién tienes acá que te hayas esculpido aquí un sepulcro, -como- el que se esculpe un sepulcro en lo alto, -y- cincela su habitación en una roca?
17. He aquí que el SEÑOR te llevará lejos con una poderosa cautividad, y con seguridad te cubrirá.
18. Con certeza te volteará y te lanzará -como- una bola a un gran país; allí morirás, y allí las carrozas de tu gloria -serán- la vergüenza de la casa de tu señor.
19. Y te conduciré de tu estación, y él te bajará de tu estado.
20. + Y sucederá en ése día que llamaré a mi siervo Eliaquim, el hijo de Jilkía,
21. Y lo vestiré con tu túnica, lo fortaleceré con tu cinto, y encomendaré tu gobierno en sus manos; él será un padre para los habitantes de Jerusalén, y para la casa de Judá.
22. Y la llave de la casa de David colocaré sobre su hombro, para que abra y ninguno cierre, y cierre, y ninguno abra.
23. Lo fijaré -como- a clavo en lugar seguro. Y será como un trono glorioso para la casa de su padre.
24. Y colgarán sobre él toda la gloria de la casa de su padre, los retoños y los brotes, todas las vasijas de pequeñas cantidades, desde las vasijas de tazas, hasta las mismas vasijas de jarras.
25. En ése día, dice el SEÑOR de las huestes, el clavo fijado en lugar seguro, será removido y cortado, y caerá, y la carga que -colgaba- sobre éste será arrancada de tajo, porque el SEÑOR -lo- habló.
Isaías 21
La deuda del desierto del mar. Como pasan los torbellinos del sur, -también él- viene del desierto, de una tierra temible.
2. Una cruel visión se me revela; el negociante traidor lo hace con engaño, y el aprovechador despoja. Sube, Oh Elam, -y- sitia, Oh Media; he hecho que cesen todos los suspiros de allí.
3. Por tanto mi cintura se llena de dolor, me han sobrevenido punzadas, como las de una mujer que labora en parto ; me doblegué al oírlo -y- al verlo me desmayé.
4. Mi corazón tembló, -un- gran temor me asustó, mi noche de placer él me la tornó en temor.
5. Preparad la mesa, vigilad en la torre del vigía, comed -y- bebed, alzaos vosotros príncipes, -y- ungid el escudo.
6. Porque así me dijo el SEÑOR, Ve y fija un vigía, que declare lo que ve.
7. Y él vio una carroza -con- un par de jinetes, una carroza de asnos, -y- una de camellos, y escuchó con diligencia y mucha atención,
8. Y clamó, ¡Un león! Mi señor, yo me paro de continuo en la torre del vigía durante el día, y me fijo en guardia noches enteras,
9. He aquí que aquí viene una carroza de hombres, -con- un par de hombres. Y respondió diciendo, ¡Cayó Babilonia! ¡Cayó! Y él quebró contra el piso todas las imágenes talladas de los dioses de ella.
10. ¡Oh mi trillo, y el grano de mi era! Eso que oí del SEÑOR de las huestes, del Dios de Israel, os lo he revelado.
11. + La deuda de Duma. Él me llamó de Seir, Vigía, ¿Qué de la noche? Vigía, ¿Qué de la noche?
12. El vigía dijo, -Ya- viene la mañana, y también la noche; si queréis inquirir, inquirid, retornad -y- venid.
13. + La carga sobre Arabia. En el bosque en Arabia os alojaréis, o vosotros caravanas de Dedanim.
14. Los habitantes de la tierra de Tema le trajeron agua al que estaba sediento, se adelantaron con su pan a aquel que huía.
15. Pues huían de las espadas, de las espada desenvainada, del arco entesado, y de la crueldad de la guerra.
16. Porque así ha dicho el SEÑOR, Dentro de un año, de acuerdo con los años de un asalariado, la gloria de Kedar faltará,
17. Y el residuo del número de arqueros, -de- los guerreros de Kedar se disminuirá, porque el SEÑOR Dios de Israel lo ha hablado.
Isaías 20
En el año en que Tartán vino a Ashdod, (cuando Sargón el rey de asiria lo envió,) peleó contra Ashdod y la tomó;
2. Al mismo tiempo el SEÑOR habló por -medio de- Isaías el hijo de Amós, diciendo, Ve y desata el cilicio de tus lomos, y el calzado de tu pie. Y así lo hizo, andando desnudo y descalzo.
3. Y el SEÑOR dijo, Así como mi siervo Isaías caminó desnudo y descalzo por tres años -para- señal y admiración ante Egipto y ante Etiopía,
4. De igual manera el rey de Asiria se llevará a los Egipcios prisioneros, y a los Etíopes cautivos, jóvenes y viejos, desnudos y descalzos, hasta con -sus- nalgas descubiertas para vergüenza de Egipto.
5. Y tendrán miedo y vergüenza de Etiopía -la que era- su esperanza, y de Egipto -lo que era- su gloria.
6. Y los habitantes de ésta isla dirán en ése día, Mirad a ésta nuestra esperanza, ¿A dónde huiremos en busca de ayuda para librarnos del rey de Asiria, y cómo vamos a escapar?
Isaías 19
La deuda de Egipto. Mirad que el SEÑOR cabalga sobre sobre una nube veloz, y vendrá a Egipto, los ídolos de Egipto se -con-moverán ante su presencia, y el corazón de Egipto se derretirá en medio de él.
2. Y pondré a los Egipcios contra los Egipcios, peleando cada uno contra su hermano, y cada uno contra su vecino, ciudad contra ciudad -y- reino contra reino.
3. Y el espíritu de Egipto desfallecerá en medio de él, y destruiré el consejo de éste; buscarán a los ídolos, a los encantadores, a los que tienen espíritus familiares, y a los magos.
4. Y a los Egipcios los entregaré en las manos de un señor cruel; un rey feroz regirá sobre ellos, dice el SEÑOR de las huestes.
5. Faltarán las aguas del mar, y el río se perderá y se secará.
6. Alejarán mucho a los ríos; los canales estarán vacíos y secos; los juncos y las espadañas se secarán.
7. Los papiros al lado de los arroyos, al lado de la desembocadura de los arroyos, y todo lo sembrado al lado de los arroyos se marchitará, se retirará, y -dejará de- ser.
8. Los pescadores también harán luto, todos los que lanzan anzuelo a los arroyos se lamentarán, y los que esparcen redes sobre las aguas languidecerán.
9. Es más, los que trabajan con lino fino, y los que tejen en telares estarán confundidos.
10. Además serán quebrantados en sus propósitos, todos los que hacen diques -y- estanques para peces.
11. + Por cierto que los príncipes de Zoan -son- tontos, -y- el consejo de los sabios asesores del Faraón se volvió bruto; ¿Cómo le decís vosotros al Faraón, Yo soy el hijo de los sabios, el hijo de los antiguos reyes?
12. ¿Dónde -están- ellos? ¿Dónde -están- tus sabios? Deja que te cuenten ahora, y déjales saber lo que el SEÑOR de las huestes se ha propuesto con Egipto.
13. Los príncipes de Zoan se volvieron tontos, los príncipes de Nof son engañados; -y- también sedujeron a Egipto, -aún a los que son- el soporte de las mismas tribus.
14. El SEÑOR metió un espíritu perverso en medio de éstos, que hizo a Egipto errar en todas sus obras, cual borracho que da tumbos en su vómito.
15. Tampoco habrá trabajo -alguno- que Egipto, -ya sea en su- cabeza, cola, rama o junco pueda hacer.
16. En ese día Egipto será como las mujeres, que tendrá miedo y va a temer debido a la sacudida de mano que el SEÑOR de las huestes haga sobre él.
17. Y la tierra de Judá será un terror para Egipto, -y- todo el que haga mención de ella -lo hará- con miedo, debido al consejo determinado por el SEÑOR de las huestes en contra de él.
18. + En ése día cinco ciudades en la tierra de Egipto hablarán el idioma de Canaán, y tomarán juramento al SEÑOR de las huestes; y- una de ellas será llamada, La ciudad de la destrucción.
19. En ese día habrá un altar para el SEÑOR en medio de la tierra de Egipto, y un pilar para el SEÑOR en su frontera.
20. Que será por señal y testimonio para el SEÑOR de las huestes en la tierra de Egipto, ya que clamarán al SEÑOR a causa de los opresores, y él les enviará un salvador, un gran -salvador-, que los libere.
21. Y el SEÑOR será conocido en Egipto, y los Egipcios conocerán al SEÑOR en ése día, y harán sacrificios y oblaciones; sí, le harán una promesa al SEÑOR, y -la- cumplirán.
22. Y el SEÑOR herirá a Egipto, -lo- herirá y -lo- sanará, y ellos retornarán al SEÑOR, y el será solicitado por ellos, y los sanará.
23. + En ése día saldrá una carretera de Egipto a Asiria, los Asirios vendrán a Egipto, y los Egipcios a Asiria, y los Egipcios con los Asirios se servirán.
24. En ese día Israel será el tercero con Egipto y con Asiria, -de ser- una bendición en medio de la tierra;
25. A quienes el SEÑOR bendecirá, diciendo, Benditos -sean- Egipto mi pueblo, Asiria la obra de mis manos, e Israel mi herencia.
Isaías 18
¡Ay de la tierra que da sombra con -sus- alas, la cual -está- más allá de los rios de Etiopía!
2. -La- que envía embajadores por el mar, aún en barcas de juncos sobre las aguas, -diciendo-, ¡Id, veloces mensajeros, a una nación esparcida y pelada, a un pueblo temible hasta el día de hoy, -a- una nación repartida y pisoteada, cuya tierra ha sido despojada por los ríos!
3. Todos vosotros los habitantes del mundo, y moradores de la tierra, mirad, cuando él levante una insignia en las montañas, y oíd cuando toque una trompeta.
4. Porque el SEÑOR me dijo así, Descansaré y observaré en mi morada, -al que será- como un limpio calor sobre la hierba, -y- como una nube de rocío en el calor de la cosecha.
5. Pues antes de la cosecha, cuando el brote esté completo, y la uva agria esté madurando en la flor, él cortará las espigas con hoces, y además quitará y cortará las ramas.
6. -Y- serán dejadas arrumadas para las aves de las montañas, y para las bestias de la tierra; las aves veranearán en ellas, y todas las bestias de la tierra invernarán en ellas.
7. + En aquel tiempo el presente será traído al SEÑOR de las huestes, por un pueblo esparcido y pelado, y por un pueblo temible desde su comienzo hasta el día de hoy, -por- una nación repartida y pisoteada, cuya tierra ha sido despojada por los ríos, hasta el lugar del nombre del SEÑOR de las huestes, al monte de Sión.
Isaías 17
La deuda de Damasco. He aquí que Damasco es quitada de -ser- ciudad, y será un montón de ruinas.
2. Las ciudades de Aroer -están- abandonadas; serán para rebaños que se acostarán -en ellas- y nadie -los- asustará.
3. La fortaleza también cesará de -ser en- Efraín, y el reino de Damasco, y el remanente de Siria, ellos tendrán la gloria -o semblante- de los hijos de Israel, dice el SEÑOR de las huestes.
4. Y en ese día sucederá -que- la gloria -o semblante- de Jacob se adelgazará, y la robustez de su carne se aflacará.
5. Y será como cuando el segador reúne el grano, y siega las espigas con su brazo; y será como el que reúne espigas en el valle de Refaím.
6. + -Pues- sin embargo quedarán en ella uvas para espigar, como cuando se sacude un árbol de olivos, -quedan- dos -o- tres bayas en la punta de la rama principal más alta, -o- cuatro -o- cinco en las mismas grandes ramas de afuera, dice el SEÑOR Dios de Israel.
7. En ése día un hombre mirará a su Hacedor, y sus ojos tendrán en cuenta al Santo de Israel.
8. Y no mirará a los altares, -a- las obras de sus manos, ni le dará importancia a lo que sus dedos hicieron, ni a las arboledas, o a las imágenes -en ellas-.
9. En ese día las ciudades fuertes de él serán como una gran rama abandonada, -como- una rama superior que dejaron ellos por causa de los hijos de Israel; y habrá desolación.
10. Porque has olvidado al Dios de tu salvación, y no has tenido en cuenta a la roca de tu fuerza, por tanto plantarás plantas preciosas, y la organizarás con palos extraños,
11. Harás crecer tu planta en el día, y en la mañana a tu semilla la harás florecer, -pero- la cosecha -será dejada- apilada en el día de la pesadumbre y del dolor desgarrador.
12. + ¡Ay de la multitud de muchas gentes, -que- hacen ruido como el ruido de los mares! ¡Y -Ay- del afán de las naciones, -que- se abalanzan, como oleadas de poderosas aguas!
13. Las naciones se abalanzarán como se precipitan muchas aguas, pero -Dios- las reprenderá, y ellas lejos huirán, y se ahuyentarán como el tamo de las montañas ante el viento, y como objeto volteado por el torbellino.
14. Y contemplad los problemas al anochecer, -que- antes de la mañana él -ya- no -va a estar-. Ésta es la porción de los que nos despojan, y la suerte de los que nos roban.