Salmo 130

Una Canción de subidas -a Jerusalén-.

1. Desde las profundidades te he clamado, Oh SEÑOR,
2. SEÑOR Oye mi voz, que a la voz de mis súplicas tus oídos atentos estén.
3. Si tú SEÑOR, las iniquidades has de señalar, ¿En pie, Oh Señor, quién quedará?
4. Pero contigo -hay- perdón para que se te pueda reverenciar.
5. Al SEÑOR aguardo, -lo- aguarda mi alma, y espero en su palabra.
6. Mi alma al SEÑOR -aguarda- más que los vigilantes a la mañana, -más que- los vigilantes a la mañana, -digo yo-.
7. Que Israel en el SEÑOR espere, pues con el SEÑOR -hay- misericordia, y copiosa redención con él.
8. Y redimirá a Israel de todas sus iniquidades.

Salmo 129

Una Canción de subidas -a Jerusalén-.

1. Ahora pues Israel puede decir: Muchas -son- las veces que me han afligido desde mi juventud,
2. Muchas las veces que me han afligido desde mi juventud, mas no han prevalecido en mi contra.
3. Araron los aradores sobre mis espaldas, largos sus surcos hicieron.
4. El SEÑOR -es- justo, las cuerdas de los malvados cortó en dos.
5. Que se confundan y retrocedan los que odian a Sion.
6. Como la hierba -de- los techos sean, la cual se marchita antes de crecer,
7. Con la cual los cortadores no llenen sus manos, ni el que ate las gavillas su brazada.
8. Tampoco los que pasen a su lado digan, La bendición del SEÑOR -descanse- sobre ti, te bendecimos en el nombre del SEÑOR.

Salmo 128

Una Canción de subidas -a Jerusalén-.

1. Bendito todo el que teme al SEÑOR, y que anda en sus caminos.
2. Pues comerás la labor de tus manos, -serás- feliz y bien -te irá-.
3. Tu esposa -será- como una fructífera vid al lado de tu casa, -y- tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa.
4. Mirad que así será bendecido el hombre que teme al SEÑOR.
5. Te bendecirá el SEÑOR desde Sion, y verás el bien de Jerusalén todos los días de tu vida.
6. Sí, a los hijos de tus hijos verás, -y también- paz para Israel.

Salmo 127

Una Canción de subidas -a Jerusalén- para Salomón

1. A no ser que el SEÑOR construya la casa, laboran en vano los que la edifican; a no ser que el SEÑOR guarde la ciudad, el vigía se despierta en vano.
2. Vano -es- que os levantéis temprano, os sentéis tarde, y comáis pan de congojas, -pues- de igual manera él les da sueño a sus amados.
3. Mirad que los niños, del SEÑOR -son- una herencia, -y- el fruto del vientre -es su- recompensa.
4. Como flechas en la mano de un guerrero, así -son-los hijos de la juventud.
5. Feliz el hombre que tiene su aljaba llena de ellos; no se van a avergonzar, sino que hablarán con los enemigos en el portal.

Salmo 126

Una Canción de subidas -a Jerusalén-.

1. Cuando el SEÑOR retornó -a los de- la cautividad de Sion, fuimos como los que sueñan.
2. Nuestra boca entonces se llenó de risas, y nuestra lengua de cantos; entonces dijeron entre los paganos, Grandes cosas les ha hecho el SEÑOR.
3. Grandes cosas nos ha hecho el SEÑOR, -por eso- nos alegramos.
4. Retorna nuestro cautiverio, Oh SEÑOR, como los arroyos del sur.
5. Los que siembran con lágrimas con gozo segarán.
6. El que llorando sale portando preciosa semilla, sin duda con regocijo trayendo sus gavillas otra vez vendrá.

Salmo 125

Una Canción de subidas -a Jerusalén-.

1. Los que confían en el SEÑOR -son- como el monte de Sion, -que- no puede removerse, -sino que- permanece para siempre.
2. -Como- las montañas rodean a Jerusalén, así el SEÑOR rodea a su pueblo desde ahora -y- aún para siempre.
3. Pues la vara de los malvados no descansará sobre la porción de los justos, no vaya a ser que los justos extiendan sus manos a la iniquidad.
4. Haz-les- el bien, Oh, SEÑOR, a -los que son- buenos, y a -los- correctos de corazón.
5. En cuanto a los que se desvían tras sus caminos torcidos, el SEÑOR los guiará junto con los que obran iniquidad; -pero- la paz sobre Israel -será-.

Salmo 124

Una Canción de subidas -a Jerusalén- de David.

1. Ahora pues Israel puede decir: Si no -hubiera sido por- el SEÑOR que estaba de nuestro lado,
2. Si no -hubiera sido por- el SEÑOR que estaba de nuestro lado, cuando se levantaron hombres en contra nuestra,
3. Rápido entonces nos hubieran tragado, al encenderse su ira contra nosotros,
4. Las aguas nos hubieran entonces arrasado, el arroyo nuestra alma hubiera cubierto,
5. Las altivas aguas nuestra alma entonces hubieran inundado.
6. Bendito -sea- el SEÑOR que no nos entregó -como- presa para sus dientes.
7. Nuestra alma escapó cual pájaro de la trampa de los cazadores; se rompió la trampa, y escapamos.
8. Nuestro auxilio -está- en el nombre del SEÑOR, que hizo el cielo y la tierra.

Salmo 123

Una Canción de subidas -a Jerusalén-.

1. A ti levanto mis ojos, Oh, tú que moras en los cielos.
2. Mira que como los ojos de los criados -se dirigen- a la mano de sus maestros, -y- como los ojos de una criada a la mano de su señora, así nuestros ojos -aguardan- al SEÑOR nuestro Dios, hasta que tenga misericordia de nosotros.
3. Ten misericordia de nosotros, Oh SEÑOR, ten misericordia de nosotros, porque estamos hasta el tope de desprecios.
4. Nuestra alma está hasta el tope de las burlas de los acomodados, -y- del desprecio de los altivos.

Salmo 122

Una Canción de subidas -a Jerusalén- de David.

1. Me alegré cuando me dijeron, Entremos a la casa del SEÑOR.
2. Nuestros pies se quedarán dentro de tus portones, Oh Jerusalén.
3. Jerusalén está construida como una ciudad compacta -y- unida,
4. Donde las tribus suben, las tribus del SEÑOR, al testimonio de Israel, para dar gracias al nombre del SEÑOR.
5. Porque allí están establecidos tronos de juicio, los tronos de la casa de David.
6. Orad por la paz de Jerusalén, -pues- prosperarán los que te aman.
7. Que haya paz dentro de tus muros, -y- prosperidad dentro de tus palacios.
8. Por amor a mis hermanos y a mis compañeros, diré, Que -haya- paz dentro de ti.
9. Por causa de la casa del SEÑOR nuestro Dios, buscaré tu bien.

Salmo 121

Una Canción de subidas -a Jerusalén-.

1. A las colinas levantaré mis ojos, de donde viene mi auxilio,
2. Del SEÑOR que hizo el cielo y la tierra mi auxilio -viene-.
3. No dejará a tu pie trastabillar, el que te guarda no se adormilará.
4. Mira que ni dormirá ni se amodorrará el que guarda a Israel.
5. El SEÑOR -es- tu guardián, el SEÑOR -es- tu sombra a tu derecha.
6. El sol no te lastimará en el día, ni la luna en la noche.
7. El SEÑOR de todo mal te preservará, preservará tu alma.
8. El SEÑOR preservará tu salida y tu llegada de ahora en adelante, y por la eternidad.