2 Corintios 13

1. Esta -es- la tercera -vez- que voy a venir a vosotros. Por boca de dos o tres testigos toda palabra se confirmará.
2. Os duje antes, y os predije, como si estuviera presente por segunda vez, y ahora estando ausente le escribo a los que hasta el presente han pecado, y a todos los demás, que si llego de nuevo, no me retendré.
3. Como buscáis una prueba de que Cristo habla en mí, la cual no sea débil para vosotros, sino poderosa en vosotros.
4. Ya que a pesar de ser crucificado a través de la debilidad, aún así vive por el poder de Dios. Porque también nosotros en él somos débiles, mas para vosotros por el poder de Dios viviremos con él.
5. Examinaos si estáis en la fe; probáos a vosotros. ¿No sabéis vosotros mismos cómo Jesucristo en vosotros está, a no ser que estéis reprobados?
6. Pero confío en que sabréis que nosotros no estamos reprobados.
7. Ahora pues le oro a Dios que no hagáis mal -alguno-; no para que aparezcamos nosotros aprobados, sino para que vosotros hagáis lo que es honesto, así seamos nosotros reprobados.
8. Pues nada podemos hacer contra de la verdad, sino por la verdad.
9. Ya que nos alegra estar débiles y que vosotros estéis fuertes, y nuestro deseo es también este, vuestra perfección.
10. Por tanto os escribo estas cosas estando ausente, no vaya a ser que estando presente deba usar agudeza, de acuerdo al poder que el Señor me ha dado para edificación, y no para destrucción.
11. Finalmente hermanos, que os vaya bien. Sed completos, de buen ánimo, de un -mismo- pensar, -y- vivid en paz; y el Dios de amor y paz con vosotros estará.
12. Saludaos unos a otros con un beso santo.
13. Todos los santos os saludan.
14. La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo -estén- con todos vosotros. Amén.

+La segunda epístola a los Cprintios fue escrita desde Filipo, ciudad de Macedonia, por Tito y Lucas.

1 Corintios 14

1. Seguid en pos de la caridad, y desead -los dones- espirituales, pero mejor que podáis profetizar.
2. Porque el que habla en una lengua -desconocida-, a los hombres no habla, sino a Dios, pues ningún hombre -lo- entiende, aunque en el espíritu hable misterios.
3. Pero el que profetiza, a los hombres habla -en- edificación, exhortación y consuelo.
4. El que habla en un idioma -desconocido- a sí mismo se edifica, mas el que profetiza edifica a la iglesia.
5. Quisiera que todos habláseis en lenguas, pero mejor que profeticéis, porque mayor -es- el que profetiza que el que habla en lenguas, a no ser que interprete, para que la iglesia pueda recibir edificación.
6. Ahora bien hermanos, si yo llego a vosotros hablando en lenguas, ¿de qué provecho seré, a no ser que os hable ya sea con revelación, conocimiento, profecía o doctrina?
7. E incluso las cosas sin vida que dan sonido, como la flauta o el arpa, a no ser que -haya- una distinción en los sonidos que dan, ¿cómo se conocerá lo que se toca en la flauta o en el arpa?
8. Pues si la trompeta da un sonido incierto, ¿para la batalla quién se preparará?
9. Igualmente también vosotros, a menos que con la lengua emitáis palabras fáciles de entender, ¿cómo se conocerá lo que se ha hablado? ya que al aire le hablaréis.
10. Puede haber muchísimas clases de voces en el mundo, y ninguna de ellas -se queda- sin significado.
11. Por tanto si no conozco el significado de la voz, un bárbaro seré para el que habla, y para mí un bárbaro el que habla -será-.
12. Así como estáis celosos por -obtener dones- espirituales, igualmente buscad poder sobresalir en la edificación de la congregación.
13. Por tanto que el que hable en una lengua -desconocida- ore para poder interpretar.
14. Pues si oro en una lengua -desconocida-, mi espíritu ora, así mi entendimiento sea infructuoso.
15. ¿Qué entonces? Oraré con el espíritu y además con el entendimiento; cantaré con el espíritu, y además con el entendimiento.
16. Si no cuando tú bendigas con el espíritu, ¿el que ocupa el lugar de los indoctos cómo va a decir Amén ante tu acción de gracias, viendo que no entiende lo que dices?
17. Pues en verdad bien das las gracias, mas el otro no se edifica.
18. A mi Dios doy gracias, -que- hablo en lenguas más que todos vosotros;
19. Aunque en la congregación prefiriría hablar con mi entendimiento cinco palabras, para poder enseñarle también a otros, que diez mil palabras en una lengua -desconocida-.
20. Hermanos, no seáis niños en entendimiento, sin embargo sed niños en malicia, pero hombres en entendimiento.
21. Está escrito en la ley, En otras lenguas y otros labios a este pueblo -le- hablaré, y aún con todo esto no me oirán, dice el Señor.
22. Por tanto las lenguas son como una señal, no para los que creen, sino para los que no creen; pero profetizar no -le sirve- a los que no creen, sino a los que creen.
23. Si por tanto la iglesia entera se congrega en un lugar, y todos hablan en lenguas, y allí entra -gente- indocta, o incrédula, ¿no van a decir que estáis locos?
24. Mas si todos profetizan, y entra alguien indocto o que no crea, de todo se convence, -y- es juzgado por todo.
25. Y así se hacen manifiestos todos los secretos de su corazón, y cayendo entonces sobre -su- rostro a Dios adorará, y reportará que de verdad Dios en vosotros está.
26. ¿Cómo es entonces, hermanos? Cuando os congregáis, cada uno tiene un salmo, una -porción de- doctrina, unas lenguas, una revelación, -y- una interpretación. Que todas las cosas se hagan para edificar.
27. Si algún hombre habla en una lengua -desconocida-, -que sea- por turnos de a dos, o al máximo tres, y que uno interprete.
28. Pero si no hay intérprete, que guarde silencio en la iglesia, y se lo hable para él y para Dios.
29. Que los profetas hablen dos o tres, y que otro juzgue.
30. Si alguna cosa es revelada a otro que al lado se sienta, que guarde silencio el primero.
31. Porque todos uno a uno podéis profetizar, para que todos puedan aprender, y todos se puedan confortar.
32. Y los espíritus de los profetas a los profetas se sujetan.
33. Porque Dios no es -autor- de confusión, sino de paz, como -sucede- en todas las congregaciones de los santos.
34. Que vuestras mujeres guarden silencio en las congregaciones, pues no se les permite hablar, sino que -se les manda que- estén bajo obediencia, como también -lo- dice la ley.
35. Y si quieren aprender alguna cosa, que pregunten a sus maridos en casa, pues es una vergüenza para las mujeres hablar en la congregación.
36. ¿Qué? ¿de vosotras vino la palabra de Dios? ¿o vino sólo para vosotras?
37. Si algún hombre piensa que es un profeta, o -que es- espiritual, que reconozca que las cosas que os escribo a vosotros son los mandamientos del Señor.
38. Pero si agún hombre es ignorante -de esto-, dejadlo ser ignorante.
39. Por tanto hermanos, codiciad el profetizar, y no prohibáis hablar en lenguas.
40. Que todas las cosas se hagan con decencia y orden.

Lucas 22

1. Ahora bien, la fiesta de los panes sin levadura se acercaba, la cual se llama la Pascua.
2. Y el jefe de los sacerdotes y los escribas buscaban cómo poder matarlo, ya que le temían a la gente.
3. + Entonces entró Satanás en Judas, apodado Iscariote, siendo del número de los doce.
4. Y partió. y dialogó con los sumos sacerdotes y los capitanes -acerca de- cómo poder traicionarlo a favor de ellos.
5. Y se alegraron, y convinieron en darle dinero.
6. Y él -lo- prometió, y buscó la oportunidad de traicionarlo a favor de ellos en ausencia de la multitud.
7. + Llegó entonces el día de los panes sin levadura, cuando la pascua se debía matar.
8. Y él envió a Pedro y a Juan, diciendo, Id y preparadnos la pascua, para que la podamos comer.
9. Y ellos le dijeron, ¿Dónde quieres que -la- preparemos?
10. Y él les dijo, Mirad que cuando entréis a la ciudad, un hombre se encontrará con vosotros, cargando un cántaro de agua, seguidle hasta la casa donde entre.
11. Y le diréis al encargado de la casa, El Maestro te dice, ¿Dónde es la recámara de invitados donde voy a comer la pascua con mis discípulos?
12. Y él os indicará un gran salón de arriba -ya- preparado. Alistad-la- allí.
13. Y fueron, y hallaron tal como les había dicho; y alistaron la pascua.
14. Y cuando hubo venido la hora, se sentó, y los doce apóstoles con él.
15. Y les dijo, Con anhelo he deseado comer esta pascua con vosotros antes de sufrir;
16. Porque os digo que No comeré más de ella, hasta que se haya cumplido en el reino de Dios.
17. Y tomó la copa, dio gracias, y dijo, Tomad de esta, y dividid-la- entre vosotros;
18. Porque os digo que no beberé del fruto de la vid, hasta que venga el reino de Dios.
19. + Y tomó pan, dio gracias, -lo- partió y les dio, diciendo, Este es mi cuerpo, el cual es dado por vosotros; haced esto en remembranza mía.
20. De igual manera -tomó- también la copa después de la cena, diciendo, Esta copa -es- el nuevo testamento en mi sangre, la cual es derramada por vosotros.
21. + Pero, mirad que la mano del que me traiciona -se encuentra- conmigo en la mesa.
22. Y en verdad el Hijo del hombre va, tal como está determinado; ¡mas ay de aquel hombre por quien él es traicionado!
23. Y comenzaron a inquirir entre ellos, cuál de ellos era el que iba a hacer esta cosa.
24. + También había entre ellos una pelea -acerca de- cuál de ellos debía ser contado -como- el mayor.
25. Y él les dijo, Los reyes de los Gentiles ejercen señorío sobre ellos, y los que ejercen autoridad sobre ellos se llaman benefactores.
26. Mas vosotros no -seáis- así; sino que sea el mayor entre vosotros, como el más joven, y el que sea el jefe, como el que sirve.
27. Porque ¿quién es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿no -es- el que se sienta a comer? mas yo estoy entre vosotros como el que sirve.
28. Vosotros sois los que habéis continuado conmigo en mis tentaciones.
29. Y yo os asigno un reino, tal como mi Padre me lo ha asignado a mí:
30. Para que podáis comer y beber a mi mesa en mi reino, y sentaros en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.
31. + Y el Señor dijo, Simón, Simón, mira que Satanás te ha deseado -tener- para poder zarandear-te- como trigo.
32. Pero he orado por ti para que tu fe no falle, y cuando te conviertas, fortalezcas a tus hermanos.
33. Y él le dijo, Señor, estoy listo a ir contigo, tanto a prisión como a la muerte.
34. Y él dijo, Te digo, Pedro, que el gallo no cantará este día, antes que tu tres veces niegues que me conoces.
35. Y les dijo, Cuando os envié sin cartera, ni bolso, ni calzado, ¿alguna cosa os faltó? Y ellos dijeron, nada.
36. Les dijo entonces, Pero ahora, el que tenga una cartera, que -la- tome, y de igual manera -su- bolso; y el que no tenga espada, que venda su túnica, y compre una.
37. Porque yo os digo que esto que está escrito todavía se debe cumplir en mí, Y él fue contado entre los transgresores; porque las cosas concernientes a mí tienen un fin.
38. Y ellos dijeron, Señor, mira, aquí -hay- dos espadas. Y él les dijo, Suficiente.
39. + Y él salió, y se fue como era de costumbre, al monte de los Olivos, y sus discípulos lo siguieron.
40. Y cuando estuvo en el lugar. les dijo, Orad para que no entréis en la tentación.
41. Y se retiró de ellos como al tiro de una piedra, se arrodilló y oró,
42, Diciendo, Padre, si tú quieres, remueve esta copa de mí, no obstante, no se haga mi voluntad, sino la tuya.
43. Y se le apareció un ángel del cielo, fortaleciéndolo.
44. Y estando en agonía más ávidamente oraba, y su sudor era como si fueran grandes gotas de sangre cayendo al suelo.
45. Y cuando se levantó de la oración, y hubo llegado a sus discípulos, los encontró durmiendo de la pena,
46. Y les dijo, ¿Por qué dormís? levantaos y orad, no sea que entréis en la tentación.
47. + Y mientras aún hablaba, he aquí una multitud, y el que se llamaba Judas, uno de los doce, iba delante de ellos y se acercó a Jesús para besarlo.
48. Mas Jesús le dijo, Judas, ¿traicionas tú al Hijo del hombre con un beso?
49. Cuando los que estaban a su alrededor vieron lo que seguía, le dijeron, Señor, ¿herimos con la espada?
50. + Y uno de ellos hirió al siervo del sumo sacerdote, y cortó su oreja derecha.
51. Y Jesús respondió y dijo, Dejad así por ahora. Y tocó su oreja y lo curó.
52. Jesús entonces le dijo a los sumos sacerdotes, y a los capitanes del templo, y a los mayores, los cuales habían venido hasta él, ¿Salís, como contra un ladrón, con espadas y varas?
53. Cuando estaba diariamente con vosotros en el templo, no extendísteis -las- manos contra mí; mas esta es vuestra hora, y el poder de la oscuridad.
54. + Entonces lo tomaron, -lo- dirigieron y lo trajeron a la casa del sumo sacerdote. Y Pedro lo seguía de lejos.
55. Y cuando hubieron encendido un fuego en medio de la sala, y juntos se hubieron dispuesto, Pedro se sentó entre ellos.
56. Mas cierta damisela lo observó mientras se sentaba al lado del fuego, lo miró atentamente, y dijo, Este hombre también estaba con él.
57. Y él lo negó, diciendo, Mujer, no lo conozco.
58. Y después de otro rato otro lo vio, y dijo, Tú también eres de ellos. Y Pedro dijo, Hombre. no lo soy.
59. Y más o menos en el espacio de una hora después, otro confiadamente afirmó diciendo, De verdad que este -compañero- también estaba con él, porque él es Galileo.
60. Y Pedro dijo, Hombre, No sé de lo que hablas. E inmediatamente, mientras aún hablaba, cantó el gallo.
61. Y el Señor se volvió, y miró a Pedro, y Pedro recordó la palabra del Señor, -de- cómo le había dicho, Antes de que cante el gallo, me negarás tres veces.
62. Y Pedro salió, y lloró amargamente.
63. + Y los hombres que mantenían a Jesús se mofaban de él y -lo- golpeaban.
65. Y habiéndole tapado los ojos, le golpeaban en el rostro, y le preguntaban diciendo, Profetiza, ¿quién te golpeó?
65. Y hablaban con blasfemias muchas otras cosas en contra de él.
66. + Y tan pronto se hizo de día, los mayores del pueblo, los sumos sacerdotes y los escribas llegaron juntos, y lo dirigieron hasta el consejo, diciendo,
67. ¿Eres el Cristo? dinos, Y él les decía, Si os digo, no creeréis.
68. Y si -os- pregunto también, no me responderéis mi -me- dejaréis ir.
69. De aquí en adelante el Hijo del hombre se sentará a la mano derecha del poder de Dios.
70. Entonces dijeron todos, ¿Entonces eres el Hijo de Dios? Y él les dijo, Vosotros decís que yo soy.
71. Y ellos dijeron, ¿Qué necesidad -tenemos- de otro testigo? Porque nosotros mismos -lo- hemos oído de su propia boca.

Lucas 2

1. Y aconteció en aquellos días, que salió un decreto de César Augusto, que todo el mundo debía tributar.
2. (-Y- este tributo primero fue hecho cuando Cirenio era gobernador de Siria.)
3. Y todos salieron a tributar, cada uno a su propia ciudad.
4. Y José también subió de Galilea, saliendo de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén. (porque él era de la casa y el linaje de David.)
5. Para tributar con María su mujer esposada, que se encontraba grandemente preñada.
6. Y así fue que, mientras estaban allí, se cumplieron los días en que debía alumbrar.
7. Y dio a luz a su primogénito, lo envolvió en pañales, y lo puso en un comedero, porque en el hospedaje no había lugar para ellos.
8. Y había pastores en el mismo país que permanecían en el campo, guardando vigilia en la noche por su rebaño.
9. Y he aquí que el ángel del Señor llegó a ellos, y la gloria del Señor resplandeció a su alrededor, y les dio mucho miedo.
10. Y el ángel les dijo, No temáis, porque mirad que os traigo buenas nuevas de gran gozo, el cual será para todas las gentes.
11. Porque este día a vosotros os nace en la ciudad de David un Salvador, el cual es Cristo el Señor.
12. Y esta -será- una señal para vosotros, Encontraréis al bebé envuelto en pañales, acostado en un comedero.
13. Y de repente junto con el ángel había una multitud de la hueste celestial alabando a Dios, y diciendo,
14. Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, a los hombres buena voluntad.
15. Y aconteció que mientras los ángeles se alejaban de ellos al cielo, los pastores se dijeron entre sí, Vayamos ya al mismo Belén, y veamos este suceso que está a punto de pasar, -y- que el Señor nos ha dado a conocer.
16. Y llegaron de prisa, y encontraron a María con José y el bebé acostado en un comedero.
17. Y cuando -lo- hubieron visto, dieron a conocer por todas partes las palabras que les fueron dichas acerca de este niño.
18. Y todos los que -las- oyeron se maravillaron ante aquellos sucesos que les fueron contados por los pastores.
19. Pero María guardaba todas estas cosas, y -las- meditaba en su corazón.
20. Y los pastores retornaron, glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían visto y oído, tal como se les había dicho.
21. Y al cumplirse ocho días para la circuncisión del niño, se le dio por nombre JESÚS, el cual fue llamado así por el ángel antes de que fuera concebido en el vientre.
22. Y al cumplirse los días de la purificación de ella de acuerdo con la ley de Moisés, lo trajeron a Jerusalén, para presentarlo al Señor.
23. (Como está escrito en la ley del Señor, Todo varón que abra el vientre será llamado santo para el Señor;)
24. Y para ofrecer un sacrificio de acuerdo a lo que está dicho en la ley del Señor, Un par de tórtolas, o dos pichones jóvenes.
25. Y mirad que había un hombre en Jerusalén, cuyo nombre era Simeón, y este mismo hombre -que era- justo y devoto, aguardaba la consolación de Israel, y el Espíritu Santo estaba sobre él.
26. Y le fue revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor.
27. Y entró por el Espíritu al templo, y al ver a los padres traer al niño Jesús, para hacer por él según la costumbre de la ley,
28. Lo tomó entonces en sus brazos, bendijo a Dios y dijo,
29. Señor, deja ahora entonces a tu siervo partir en paz, de acuerdo a tu palabra,
30. Porque mis ojos tu salvación han visto,
31. La cual has preparado ante el rostro de todo el pueblo;
32, Una luz que alumbre a los Gentiles, y la gloria de tu pueblo Israel.
33. Y José y su madre se maravillaron ante aquellas cosas que se hablaban de él.
34. Y Simeón los bendijo, y le dijo a María su madre, Mira que este -niño- está puesto para la caída y el levantamiento de nuevo de muchos en Israel, y como una señal en contra de la cual se hablará;
35. (Sí, una espada tu misma alma perforará,) para que los pensamientos de muchos corazones se puedan revelar.
36. Y había una Ana, profetiza, hija de Fanuel de la Tribu de Aser, era de gran edad, y había vivido con esposo por siete años desde su virginidad;
37. Y estuvo viuda alrededor de ochenta y cuatro años, de los cuales no se apartaba del templo, sino que servía -a Dios- con ayunos y oraciones día y noche.
38. Y ella entrando en ese instante le dio gracias de igual manera al Señor, y les hablaba de él a todos los que buscaban redención en Jerusalén.
39. Y cuando hubieron ellos realizado todas las cosas de acuerdo con la ley del Señor, retornaron a Galilea, a su propia ciudad de Nazaret.
40. Y el niño creció, y se fortaleció en el espíritu, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios sobre él estaba.
41. Ahora bien, sus padres iban cada año a Jerusalén a la fiesta de la pascua.
42. Y cuando él era de doce años de edad, subieron a Jerusalén según la costumbre de la fiesta.
43. Y al cumplir ellos los días, al retornar, el niño Jesús se demoró atrás en Jerusalén, y José y su madre no -lo- supieron.
44. Sino que suponiendo que se encontraba en la compañía, anduvieron un día de viaje, y lo buscaban entre -sus- parientes y conocidos.
45. Y al no encontrarlo, de nuevo se volvieron a Jerusalén, en busca de él.
46. Y aconteció que después de tres días lo encontraron en el templo, sentado en medio de los doctores, oyéndolos, como también haciéndoles preguntas.
47. Y todos los que lo oían quedaban atónitos ante su entendimiento y -sus- respuestas.
48. Y se asombraron al verlo, y su madre le dijo, Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo con pena te hemos buscado.
49. Y él les dijo, ¿Cómo es que me buscábais? ¿No sabéis que en el negocio de mi Padre debo estar?
50. Y no entendieron las palabras que les habló.
51. Y descendió con ellos, llegó a Nazaret, y estuvo sujeto a ellos; pero su madrre guardó todos estos dichos en su corazón.
52. Y Jesús creció en sabiduría, -en- estatura, y en favor de Dios y -del- hombre.

Lucas 1

1. Debido a que muchos han puesto su mano para establecer en order una declaración de aquellas cosas que entre nosotros son creídas con plena seguridad,
2. Tal como nos las entregaron, los que desde el principio fueron testigos presenciales y ministros de la palabra;
3. También a mí me pareció bien, habiendo tenido un perfecto entendimiento de todas las cosas desde el mismo principio, escribírtelas en orden, excelentísimo Teófilo,
4. Para que pudieras conocer la certidumbre de aquellos sucesos, en los cuales has sido instruído.
5. + Hubo en los días de Herodes, el rey de Judea, cierto sacerdote llamado Zacarías, del curso de Abías; su esposa -era- de las hijas de Aarón, y su nombre era Elisabet.
6. Y ambos eran justos ante Dios, andando irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor.
7. Y no tenían hijos porque Elisabet era estéril, y ambos eran bien entrados en años.
8. Y aconteció que mientras él ejecutaba el oficio de sacerdote ante Dios según el orden de su curso,
9. De acuerdo a la costumbre del oficio del sacerdote, su parte era quemar incienso al entrar en el templo del Señor.
10. Y toda la multitud del pueblo se encontraba orando en las afueras en el momento del incienso.
11. Y un ángel del Señor se le apareció parándose al lado derecho del altar del incienso.
12. Y cuando Zacarías -lo- vio, se atribuló y le dio temor.
13. Pero el ángel le dijo, No temas, Zacarías, porque tu oración ha sido oída, y tu esposa Elisabet te dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Juan.
14. Y gozo y alegría tendrás, y muchos con su nacimiento se regocijarán.
15. Pues grande será a los ojos del Señor, y ni vino ni bebidas fuertes beberá, y desde el mismo vientre de su madre del Espíritu Santo lleno será.
16. Y volverá muchos de los hijos de Israel al Señor Dios de ellos.
17. E irá delante de él en el espíritu y el poder de Elías, para volver los corazones de los padres a los hijos, a los desobedientes a la sabiduría de los justos, para alistar un pueblo preparado para el Señor.
18. Y Zacarías -le- dijo al ángel, ¿Cómo lo sabré? Porque soy un hombre viejo, y mi esposa bien entrada en años.
19. Y el ángel respondiendo le dijo, Yo soy Gabriel, -el- que permanece en la presencia de Dios, y soy enviado a hablarte, y a darte a conocer las buenas nuevas.
20. Y mira que quedarás mudo, y sin poder hablar, hasta el día en el que se realicen estas cosas, porque no crees en mis palabras, las cuales en su momento se cumplirán.
21. Y el pueblo aguardaba a Zacarías, y se maravillaba de que tardara tanto tiempo en el templo.
22. Y al salir no les pudo hablar y percibieron que había tenido una visión en el templo, ya que les hizo señas, y permanecó sin habla.
23. Y sucedió que, tan pronto se cumplieron los días de su servicio, partió a su misma casa.
24. Y después de aquellos días concibió su esposa Elisabet, y se escondió por cinco meses diciendo,
25. Así me trató el Señor en los días que -me- miró, para quitar mi reproche de entre los hombres.
26. Y al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,
27. A una virgen desposada con un hombre cuyo nombre era José, de la casa de David, y el nombre de la virgen era María.
28. Y el ángel se acercó a ella, y -le- dijo, Salve, -tú- altamente favorecida, el Señor -está- contigo; bendita -eres- entre las mujeres.
29. Y cuando -lo- vio, se atribuló ante sus palabras, y se preguntaba qué clase de salutación podría ser esta.
30. Y el ángel le dijo, No temas, María, poque has hallado favor ante Dios.
31. Y he aquí que en tu vientre concebirás, y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre JESÚS.
32. Grande será él, y será llamado el Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de su padre David;
33. Y para siempre reinará a la casa de Jacob, y para su reino no habrá final.
34. Entonces María le dijo al ángel, ¿Cómo será esto, viendo que no conozco hombre alguno?
35. Y el ángel respondió y le dijo, El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por tanto el santo ser que nacerá de ti se llamará el Hijo de Dios.
36. Y he aquí que tu prima Elisabet, también ha concebido un hijo en su vejez, y este es el sexto mes de aquella que llamaban estéril.
37. Pues nada será imposible para Dios.
38. Y María dijo, he aquí la criada del Señor, que se haga conmigo de acuerdo a tu palabra. Y el ángel se apartó de ella.
39. Y María se levantó en aquellos días y de prisa se adentró al país de las colinas, a una ciudad de Judá;
40. Y entró a la casa de Zacarías, y saludó a Elisabet.
41. Y aconteció que cuando Elisabet oyó la salutación de María, saltó el bebé en su vientre, y Elisabet fue llena del Espíritu Santo,
42. Y con fuerte voz habló, diciendo, Bendita -eres- entre las mujeres, y bendito -es- el fruto de tu vientre.
43. ¿Y de dónde esto conmigo que la madre de mi Señor deba venir a mí?
44. Porque mira que tan pronto la voz de tu salutación resonó a mis oídos, en mi vientre el bebé saltó de alegría.
45. Y bendita -sea- la que creyó, porque se realizarán aquellas cosas que le fueron dichas -de parte- del Señor.
46. Y María dijo, Engrandece mi alma al Señor,
47. Y mi espíritu se ha regocijado en Dios mi Salvador.
48. Por haber tomado en cuenta el humilde estado de su criada; ya que mirad que de aquí en adelante me llamarán bendita todas las generaciones.
49. Pues el que es poderoso grandes cosas ha hecho en mí, y su nombre -es- santo.
50. Y su misericordia sobre los que lo temen de generación en generación.
51. Fuerza con su brazo él ha dado a conocer; a los orgullosos los ha esparcido en la imaginación de sus corazones,
52. De -sus- asientos a los poderosos ha tumbado, y exaltado a los de humilde condición.
53. A los hambrientos de cosas buenas ha llenado, y a los ricos vacíos los despidió.
54. A su siervo Israel ha auxiliado, remembrando -su- misericordia;
55. Tal como le habló a nuestros padres, a Abraham, y a su simiente para siempre.
56. Y María habitó con ella cerca de tres meses, y a su propia casa retornó.
57. Ahora pues llegó el cumplimiento del tiempo de Elisabet en el que debía alumbrar, y a un hijo dio a luz.
58. Y oyeron sus vecinos y primos cuán gran misericordia había manifestado el Señor hacia ella, y junto a ella se regocijaron.
59. Y aconteció que al octavo día vinieron a circuncidar al niño, y lo llamaron Zacarías, según el nombre de su padre.
60. Y su madre respondió y dijo, -Así- no, sino que se llamará Juan.
61. Y le dijeron, Nadie de tu familia hay que se llame por ese nombre.
62. Y a su padre le hicieron señas de cómo lo iba a hacer llamar.
63. Él pidió una tableta de escritura, y escribió, diciendo, Su nombre es Juan, Y todos se maravillaron.
64. E inmediatamente se abrió su boca, su lengua -se soltó-, y él habló y alabó a Dios.
65. Y a todos los que moraban alrededor de ellos temor les llegó, y todas estas palabras lejos se rumoraron por todo el país de las colinas de Judea.
66. Y todos los que -las- oían, -las- ponían en sus corazones, diciendo, ¡Qué clase de niño será este! Y la mano del Señor estaba con él.
67. Y su padre Zacarías fue lleno del Espíritu Santo, y profetizó, diciendo,
68. Bendito -sea- el Señor Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.
69. Y un cuerno de salvación en la casa de su siervo David nos levantó.
70. Tal como habló por la boca de sus santos profetas, los cuales ha habido desde que comenzó el mundo.
71. Para salvarnos de nuestros enemigos, y de la mano de todos los que nos odian;
72. Para realizar la misericordia -prometida- a nuesttros padres, y para recordar su convenio santo;
73. El juramento que él le hizo a nuestro padre Abraham,
74. Que nos otorgaría ser liberados de la mano de nuestros enemigos para poder servirle sin temor,
75. En santidad y justicia ante él todos los días de nuestra vida.
76. Y tú, niño, serás llamado el profeta del Altísimo, ya que irás delante del rostro del Señor a preparar sus caminos;
77. Para darle el conocimiento de la salvación a su pueblo por la remisión de sus pecados,
78. Por la tierna misericordia de nuestro Dios, por lo cual la fuente de la mañana de lo alto nos ha visitado,
79. Para dar luz a los que en la oscuridad y -en- la sombra de la muerte se sientan, para guiar nuestros pies por el camino de la paz.
80. Y el niño crecía, y se fortalecía en espíritu, y estuvo en los desiertos hasta el día de su manifestación a Israel.

Marcos 12

1. Y comenzó a hablarles por medio de parábolas. Un hombre plantó un viñedo, estableció una cerca a -su- alrededor, cavó el lagar y construyó una torre, -se- la dejó a -unos- agricultores y se fue a un país lejano.
2. Y en la época envió un sirviente a los agricultores, para poder recibir de los labradores el fruto del viñedo.
3. Y -lo- agarraron, lo golpearon y -lo- despidieron -con las manos- vacías.
4. De nuevo les envió otro criado, y le lanzaron piedras, -lo- hirieron en la cabeza. y lo despidieron -habiéndolo- tratado vergonzosamente.
5. De nuevo envió otro, y lo mataron, y a muchos otros. golpeando a algunos, y matando a otros.
6. Teniendo por tanto todavía a un hijo, a su bienamado, por último se lo envió diciendo, A mi hijo van a reverenciar.
7. Pero aquellos agricultores entre ellos se dijeron, Este es el heredero, matémoslo, y nuestra será la herencia.
8. Y lo tomaron, -lo- mataron, y del viñedo -lo- expulsaron.
9. ¿Qué hará por tanto el señor del viñedo? Vendrá y a los agricultores destruirá, y a otros el viñedo dará.
10. ¿No habéis leído esta escritura, La piedra que rechazaron los constructores cabeza de esquina se volvió.
11. Esto fue obra del Señor, y a nuestros ojos maravilloso es?
12. Y buscaban echar mano de él, pero al pueblo temían, pues sabían que había hablado la parábola contra ellos; y lo dejaron y se marcharon.
13. + Y le enviaron ciertos Fariseos y Herodianos, para atraparlo en -sus- palabras.
14. Y cuando habían llegado le dicen, Maestro, sabemos que eres veraz, y no te preocupa hombre -alguno-, pues no tomas en cuenta la persona de los hombre, sino que de verdad enseñas el camino de Dios: ¿Es legal darle tributo al César, o no?
15. ¿Debemos dar, o no dar? Pero él sabiendo de su hipocresía, les dijo, ¿Por qué me tentáis? Traedme un penique para poder verlo.
16. Se -lo- trajeron, y él les dice, ¿De quién -es- esta imagen e inscripción? Le dijeron, Del César.
17. Y Jesús respondiendo les dijo, Rendidle al César las cosas que del César son, y a Dios las cosas que de Dios son. Y se maravillaron de él.
18. + Llegan a él los Saduceos, los cuales dicen que no hay resurrección, y le preguntaron, diciendo,
19. Maestro, Moisés nos escribió, Si el hermano de un hombre muere y deja esposa sin hijos, que su hermano debe tomar su esposa, y a su hermano levantarle simiente.
20. Ahora bien, hubo siete hermanos, el primero tomó una esposa, y al morir no dejó simiente.
21. Y el segundo la tomó, y murió, sin dejar tampoco simiente alguna, igualmente el tercero.
22. Y los siete la tuvieron, sin dejar simiente; de último murió también la mujer.
23. Por tanto en la resurrección, cuando todos se levanten, ¿de cuál de ellos será esposa? Porque los siete la tomaron como esposa.
24. Y Jesús respondiendo les dijo, ¿No erráis debido a esto, al no conocer las escrituras y el poder de Dios?
25. Pues cuando se levanten de los muertos, no se casarán, ni se darán en matrimonio, sino que son como los ángeles que están en el cielo.
26. Y tocante a los muertos que se levantan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, cómo Dios le habló en el arbusto, diciendo, Yo el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob?
27. Él no es el Dios de los muertos, sino el Dios de los vivos; por eso erráis grandemente.
28. + Y vino uno de los escribas, y habiéndolos oído razonar juntos, y percibiendo que les había respondido bien, le preguntó, ¿Cuál es el primer mandamiento de todos?
23. Y Jesús le respondió. El primero de todos los mandamientos -es-, Oid, Oh Israel: El Señor nuestro Dios un Señor es;
30. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas; este es el primer mandamiento.
31. Y el segundo es similar a este, A tu vecino amarás como a ti mismo. No hay ningún otro mandamiento que supere estos.
32. Y el escriba le dijo, Bien, Maestro, has dicho la verdad, pues un Dios hay, y no hay ningún otro sino él.
33. Y amarlo a él con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma y con todas las fuerzas, y amar al vecino como a sí mismo es más que toda ofrenda y sacrificio quemados
34. Y al ver Jesús que él respondía discretamente, le dijo, No estás lejos del reino de Dios. Y ningún hombre después de aquello se atrevía a hacerle -pregunta alguna-.
35. + Y Jesús respondió y dijo mientras enseñaba en el templo, ¿Cómo dicen los escribas que Cristo es el Hijo de David?
36. Pues David mismo por el Espíritu Santo dijo, El SEÑOR dijo a my Señor, Siéntate a mi mano derecha hasta que yo haga de tus enemigos el banquillo de tus pies.
37. Por tanto David mismo lo llama Señor, ¿Y de dónde -entonces- él es su hijo? Y la gente común lo oía con alegría.
38. Y les dijo en la doctrina de él, Cuidaos de los escribas, a los cuales les encanta andar con ropas largas, y -aman- las salutaciones en los mercados,
39. Los principales asientos de las sinagogas, y los lugares más altos en las fiestas.
40. Quienes devoran las casas de las viudas, y como pretención hacen largas oraciones: estos recibirán mayor condenación.
41. Y Jesús se sentó al frente de la bóveda del tesoro, y observó cómo la gente echaba monedas a la bóveda; muchos de los que eran ricos echaban muchas.
42. Y llegó cierta viuda pobre, y echó dos blancas, las cuales hacen un cuarto.
43. Y llamó -a él- a sus discípulos, y les dice, De verdad os digo, Que esta pobre viuda ha echado más que todos los que en la bóveda han echado.
44. Porque de su abundancia todos echaron, mas ella de su escasez echó todo lo que tenía, incluso todo su sustento.

Mateo 15

1. Vinieron entonces a Jesús -algunos- escribas y Fariseos, los cuales eran de Jerusalén, diciendo,
2. ¿Por qué tus discípulos transgreden la tradición de los mayores? Ya que no se lavan las manos cuando comen pan.
3. Pero él respondió y les dijo, ¿Por qué también vosotros transgredís el mandamiento de Dios con vuestra tradición?
4. Ya que Dios mandó diciendo, Honra a tu padre y a -tu- madre, y, El que maldiga a padre o madre, que sufra la muerte.
5. Pero vosotros decís, Cualquiera que le diga a -su- padre o a -su- madre, Por lo que sea que te puedas beneficiar de mi, -considéralo- un presente;
6. Y no honra a su padre o a su madre, -quedará libre-. De esta manera habéis convertido el mandamiento de Dios sin efecto alguno con vuestra tradición.
7. -Vosotros, hipócritas, bien profetizó Isaías de vosotros, diciendo,
8. Este pueblo con su boca se acerca a mí, y con -sus- labios me honra, pero su corazón está lejos de mí.
9. Sin embargo en vano me adoran, enseñando -como- doctrina los mandamientos de los hombres.
10, + Y llamó a la multitud y les dijo, Oíd y entended:
11. No es aquello que entra a la boca lo que contamina a un hombre.
12. Llegaron entonces sus discípulos y le dijeron, ¿No sabes que los Fariseos se ofendieron tras oír este dicho?
13. Pero él respondió y dijo, Toda planta, la cual mi Padre celestial no haya plantado, será desarraigada.
14. Dejadlos solos: Son ciegos líderes de ciegos. Y si el ciego lidera al ciego, a la zanja ambos caerán.
15. Respondió entonces Pedro y le dijo, Revélanos esta parábola.
16. Y Jesús dijo, ¿Estáis también sin entendimiento?
17. ¿Aún no entendéis que lo que sea que entre por la boca se introduce al estómago, y es lanzado a los desechos?
18. Mas aquellas cosas que proceden de la boca salen del corazón, y ellas contaminan al hombre.
19. Porque del corazón proceden los malos pensamientos, los asesinatos, los adulterios, las fornicaciones, los robos, los falsos testimonios, -y- las blasfemias;
20. Estas son -las cosas- que contaminan a un hombre; pero al hombre no lo contamina comer sin lavarse las manos.
21. + Entonces Jesús se fue de allí, y partió hacia las costas de Tiro y de Sidón.
22. Y, mirad que una mujer de Canaán salió de las mismas costas, y le gritó, diciendo, Ten misericordia de mí, Oh Señor, Hijo de David; mi hija está gravemente afligida por un diablo.
23. Pero él no le respondía palabra. Y sus discípulos vinieron y le suplicaron, diciendo, Despídela, pues grita detrás de nosotros.
24. Pero él respondió y dijo, No soy enviado sino para las ovejas perdidas de la casa de Israel.
25. Vino entonces ella y lo adoró, diciendo, Señor, ayúdame.
26. Pero él respondió y dijo, No es apropiado tomar el pan de los hijos, y lanzárselo a los perros.
27. Y ella dijo, Verdad, Señor, sin embargo los perros comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.
28. Entonces Jesús respondió y le dijo, Oh mujer, grande -es- tu fe; -que- aún así como tú quieres te sea. Y desde esa misma hora su hija se alivió.
29. Y Jesús partió de allí, y llegó cerca al mar de Galilea, y subió a una montaña, y se sentó allí.
30. Y grandes multitudes llegaban a él, trayendo con ellos -aquellos que estaban- cojos, ciegos, mudos, mutilados, y muchos otros, los arrojaban a los pies de Jesús, y él los sanaba,
31. De tal manera que la multitud se maravillaba al ver hablar a los mudos, los mutilados repuestos, los cojos andando, y los ciegos viendo, y ellos glorificaban al Dios de Israel.
32. + Entonces Jesús llamó a sus discípulos -hasta donde él-, y dijo, Me da compasión de la multitud, porque ya continúan conmigo por tres días, y no tienen nada para comer, y no los voy a despedir en ayunas, no vaya a ser que desfallezcan en el camino.
33. Y sus discípulos le dicen, De dónde podríamos tener tanto pan en el yermo, como para saciar a tan grande multitud?
34. Y Jesús les dice, ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos dijeron, Siete, y unos cuantos peces.
35. Y él -le- mandó a la multitud sentarse en el piso.
36. Y tomó los siete panes y los peces, dio gracias, -los- partió y -los- dio a sus discípulos, y los discípulos a la multitud.
37. Y todos ellos comieron, y se saciaron, y tomaron de los pedazos de comida que quedaron siete canastas llenas.
38. Y los que comieron fueron cuatro mil hombres, fuera de mujeres y niños.
39. Y él despidió a la multitud, se embarcó, y llegó a las costas de Magdala.

EL LIBRO DE LOS SALMOS


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Proverbios 26

1. Como nieve al verano, y lluvia a la cosecha, igualmente la honra no le conviene al necio.
2. Tal cual pájaro al vagar, cual glondrina al volar, igual la maldición sin causa no llegará.
3. El latigazo para el caballo, el freno para el asno, y la vara para la espalda del insensato.
4. No respondas al tonto de acuerdo a su necedad, no sea que te vuelvas también así como él.
5. Respóndele a un tonto de acuerdo a su necedad, no sea que se haga sabio en su propia presunción.
6. El que envía mensaje por mano de un desatinado, se corta los pies, -y- bebe daño.
7. Las piernas de un cojo no son parejas; tampoco lo -es- la parábola en la boca de los insensatos.
8. Como el que ata una piedra a una honda, así -es- el que le da honor a un necio.
9. Como el espino que sube y se mete en la mano del borracho, igualmente lo es la parábola en la boca de los necios.
10. El gran -Dios- que formó todas las -cosas- recompensa tanto a los transgresores, como al insensato.
11. Como un perro retorna a su vómito, así un tonto retorna a su insensatez.
12. ¿Ves a un hombre sabio en su propia presunción? -hay- más esperanza del tonto que de él.
13. El -hombre- perezoso dice, -hay- un león en el camino, un león -está- en las calles.
14. -Como- la puerta da la vuelta en sus bisagras, también el perezoso -hace esto- en su cama.
15. El perezoso esconde la mano en -su- seno; a su boca le aflige llevarla otra vez.
16. Más sabio en su propia presunción es el perezoso que siete hombres que puedan dar razón.
17. Quien al pasar, se inmiscuye en peleas que no le -atañen-, es como si- alguien cogiera a un perro por las orejas.
18. Como un loco que arroja ascuas de fuego, flechas y muerte,
19, Así -es- el hombre -que- engaña a su vecino, y dice, ¿Acaso no es en juego?
20. El fuego se apaga donde no hay madera; igualmente donde no -hay- chismoso cesa la pelea.
21. -Como- carbones para las brasas, y para el fuego la madera, así -está- el pendencioso para encender la pelea.
22. Las palabras del chismoso como heridas -vienen-, y bajan a las partes más íntimas del vientre.
23. Los labios ardientes y un corazón malvado -son como- un pedazo de tiesto roto cubierto con escorias de plata.
24. El que odia con sus labios disocia, y atesora engaño en su interior.
25. Cuando hable bonito, no le creas; porque siete abominaciones -hay- en su corazón.
26. -Su- odio se encubre con engaño, su maldad se hará conocer ante -toda- la congregación.
27. Quien excava un pozo en él caerá, y el que ruede una piedra, sobre él retornará.
28. La lengua mentirosa odia a -los- afligidos por ella, y la boca aduladora produce ruinas.