Marcos 12

1. Y comenzó a hablarles por medio de parábolas. Un hombre plantó un viñedo, estableció una cerca a -su- alrededor, cavó el lagar y construyó una torre, -se- la dejó a -unos- agricultores y se fue a un país lejano.
2. Y en la época envió un sirviente a los agricultores, para poder recibir de los labradores el fruto del viñedo.
3. Y -lo- agarraron, lo golpearon y -lo- despidieron -con las manos- vacías.
4. De nuevo les envió otro criado, y le lanzaron piedras, -lo- hirieron en la cabeza. y lo despidieron -habiéndolo- tratado vergonzosamente.
5. De nuevo envió otro, y lo mataron, y a muchos otros. golpeando a algunos, y matando a otros.
6. Teniendo por tanto todavía a un hijo, a su bienamado, por último se lo envió diciendo, A mi hijo van a reverenciar.
7. Pero aquellos agricultores entre ellos se dijeron, Este es el heredero, matémoslo, y nuestra será la herencia.
8. Y lo tomaron, -lo- mataron, y del viñedo -lo- expulsaron.
9. ¿Qué hará por tanto el señor del viñedo? Vendrá y a los agricultores destruirá, y a otros el viñedo dará.
10. ¿No habéis leído esta escritura, La piedra que rechazaron los constructores cabeza de esquina se volvió.
11. Esto fue obra del Señor, y a nuestros ojos maravilloso es?
12. Y buscaban echar mano de él, pero al pueblo temían, pues sabían que había hablado la parábola contra de ellos; y lo dejaron y se marcharon.
13. + Y le enviaron ciertos Fariseos y Herodianos, para atraparlo en -sus- palabras.
14. Y cuando habían llegado le dicen, Maestro, sabemos que eres veraz, y no te preocupa hombre -alguno-, pues no tomas en cuenta la persona de los hombre, sino que de verdad enseñas el camino de Dios: ¿Es legal darle tributo al César, o no?
15. ¿Debemos dar, o no dar? Pero él sabiendo de su hipocresía, les dijo, ¿Por qué me tentáis? Traedme un penique para poder verlo.
16. Se -lo- trajeron, y él les dice, ¿De quién -es- esta imagen e inscripción? Le dijeron, Del César.
17. Y Jesús respondiendo les dijo, Rendidle al César las cosas que del César son, y a Dios las cosas que de Dios son. Y se maravillaron de él.
18. + Llegan a él los Saduceos, los cuales dicen que no hay resurrección, y le preguntaron, diciendo,
19. Maestro, Moisés nos escribió, Si el hermano de un hombre muere y deja esposa sin hijos, que su hermano debe tomar su esposa, y a su hermano levantarle simiente.
20. Ahora bien, hubo siete hermanos, el primero tomó una esposa, y al morir no dejó simiente.
21. Y el segundo la tomó, y murió, sin dejar tampoco simiente alguna, igualmente el tercero.
22. Y los siete la tuvieron, sin dejar simiente; de último murió también la mujer.
23. Por tanto en la resurrección, cuando todos se levanten, ¿de cuál de ellos será esposa? Porque los siete la tomaron como esposa.
24. Y Jesús respondiendo les dijo, ¿No erráis debido a esto, por no conocer las escrituras y el poder de Dios?
25. Pues cuando se levanten de los muertos, no se casarán, ni se darán en matrimonio, sino que son como los ángeles que están en el cielo.
26. Y tocante a los muertos que se levantan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, cómo Dios le habló en el arbusto, diciendo, Yo el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob?
27. Él no es el Dios de los muertos, sino el Dios de los vivos; por eso erráis grandemente.
28. + Y vino uno de los escribas, y habiéndolos oído razonar juntos, y percibiendo que les había respondido bien, le preguntó, ¿Cuál es el primer mandamiento de todos?
23. Y Jesús le respondió. El primero de todos los mandamientos -es-, Oid, Oh Israel: El Señor nuestro Dios un Señor es;
30. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas; este es el primer mandamiento.
31. Y el segundo es similar a este, A tu vecino amarás como a ti mismo. No hay ningún otro mandamiento que supere estos.
32. Y el escriba le dijo, Bien, Maestro, has dicho la verdad, pues un Dios hay, y no hay ningún otro sino él.
33. Y amarlo a él con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma y con todas las fuerzas, y amar al vecino como a sí mismo es más que toda ofrenda y sacrificio quemados
34. Y al ver Jesús que él respondía discretamente, le dijo, No estás lejos del reino de Dios. Y ningún hombre después de aquello se atrevía a hacerle -pregunta alguna-.
35. + Y Jesús respondió y dijo mientras enseñaba en el templo, ¿Cómo dicen os escribas que Cristo es el Hijo de David?
36. Pues David mismo por el Espíritu Santo dijo, El SEÑOR dijo a my Señor, Siéntate a mi mano derecha hasta que yo haga de tus enemigos el banquillo de tus pies.
37. Por tanto David mismo lo llama Señor, ¿Y de dónde -entonces- él es su hijo? Y la gente común lo oía con alegría.
38. Y les dijo en la doctrina de él, Cuidaos de los escribas, a los cuales les encanta andar con ropas largas, y -aman- las salutaciones en los mercados,
39. Los principales asientos de las sinagogas, y los lugares más altos en las fiestas.
40. Quienes devoran las casas de las viudas, y como pretención hacen largas oraciones: estos recibirán mayor condenación.
41. Y Jesús se sentó al frente de la bóveda del tesoro, y observó cómo la gente echaba monedas a la bóveda; muchos de los que eran ricos echaban muchas.
42. Y llegó cierta viuda pobre, y echó dos blancas, las cuales hacen un cuarto.
43. Y llamó -a él- a sus discípulos, y les dice, De verdad os digo, Que esta pobre viuda ha echado más que todos los que en la bóveda han echado.
44. Porque de su abundancia todos echaron, mas ella de su escasez echó todo lo que tenía, incluso todo su sustento.

Mateo 15

1. Vinieron entonces a Jesús -algunos- escribas y Fariseos, los cuales eran de Jerusalén, diciendo,
2. ¿Por qué tus discípulos transgreden la tradición de los mayores? Ya que no se lavn las manos cuando comen -el- pan.
3. Pero él respondió y les dijo, ¿Por qué también vosotros transgredís el mandamiento de Dios con vuestra tradición?
4. Ya que Dios mandó diciendo, Honra a tu padre y a -tu- madre, y, El que maldiga a padre o madre, que sufra la muerte.
5. Pero vosotros decís, Cualquiera que le diga a -su- padre o a -su- madre, Por lo que sea que te puedas beneficiar de mi, -considéralo- un presente;
6. Y no honra a su padre o a su madre, -quedará libre-. De esta manera habéis convertido el mandamiento de Dios sin efecto alguno con vuestra tradición.
7. -Vosotros. hipócritas, bien profetizó Isaías de vosotros, diciendo,
8. Este pueblo con su boca se acerca a mí, y con -sus- labios me honra, pero su corazón está lejos de mí.
9. Sin embargo en vano me adoran, enseñando -como- doctrina los mandamientos de los hombres.
10, + Y llamó a la multitud y les dijo, Oíd y entended:
11. No es aquello que entra a la boca lo que contamina a un hombre.
12. Llegaron entonces sus discípulos y le dijeron, ¿No sabes que los Fariseos se ofendieron tras oír este dicho?
13. Pero él respondió y dijo, Toda planta, la cual mi Padre celestial no haya plantado, será desarraigada.
14. Dejadlos solos: Son ciegos líderes de ciegos. Y si el ciego lidera al ciego, a la zanja ambos caerán.
15. Respondió entonces Pedro y le dijo, Revélanos esta parábola.
16. Y Jesús dijo, ¿Estáis también sin entendimiento?
17. ¿Aún no entendéis que lo que sea que entre por la boca se introduce al estómago, y es lanzado a los desechos?
18. Mas aquellas cosas que proceden de la boca salen del corazón, y ellas contaminan al hombre.
19. Porque del corazón proceden los malos pensamientos, los asesinatos, los adulterios, las fornicaciones, los robos, los falsos testimonios, -y- las blasfemias;
20. Estas son -las cosas- que contaminan a un hombre; pero al hombre no lo contamina comer sin lavarse las manos.
21. + Entonces Jesús se fue de allí, y partió hacia las costas de Tiro y de Sidón.
22. Y, mirad que una mujer de Canaán salió de las mismas costas, y le gritó, diciendo, ten misericordia de mí, Oh Señor, Hijo de David; mi hija está gravemente afligida por un diablo.
23. Pero él no le respondía palabra. Y sus discípulos vinieron y le suplicaron, diciendo, Despídela, pues grita detrás de nosotros.
24. Pero él respondió y dijo, No soy enviado sino para las ovejas perdidas de la casa de Israel.
25. Vino entonces ella y lo adoró, diciendo, Señor, ayúdame.
26. Pero él respondió y dijo, No es apropiado tomar el pan de los hijos, y lanzárselo a los perros.
27. Y ella dijo, Verdad, Señor, sin embargo los perros comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.
28. Entonces Jesús respondió y le dijo, Oh mujer, grande -es- tu fe; -que- aún así como tú quieres te sea. Y desde esa misma hora su hija se alivió.
29. Y Jesús partió de allí, y llegó cerca al mar de Galilea, y subió a una montaña, y se sentó allí.
30. Y grandes multitudes llegaban a él, trayendo con ellos -aquellos que estaban- cojos, ciegos, mudos, mutilados, y muchos otros, los arrojaban a los pies de Jesús, y él los sanaba,
31. De tal manera que la multitud se maravillaba al ver hablar a los mudos, los mutilados repuestos, los cojos andando, y los ciegos viendo, y ellos glorificaban al Dios de Israel.
32. + Entonces Jesús llamó a sus discípulos -hasta donde él-, y dijo, Me da compasión de la multitud, porque ya continúan conmigo por tres días, y no tienen nada para comer, y no los voy a despedir en ayunas, no vaya a ser que desfallezcan en el camino.
33. Y sus discípulos le dicen, De dónde podríamos tener tanto pan en el yermo, como para saciar a tan grande multitud?
34. Y Jesús les dice, ¿Cuántas porciones tenéis? Y ellos dijeron, Siete, y unos cuantos peces.
35. Y él -le- mandó a la multitud sentarse en el piso.
36. Y tomó las siete porciones y los peces, dio gracias, -los- partió y -los- dio a sus discípulos, y los discípulos a la multitud.
37. Y todos ellos comieron, y se saciaron, y tomaron de los pedazos de comida que quedaron siete canastas llenas.
38. Y los que comieron fueron cuatro mil hombres, fuera de mujeres y niños.
39. Y él despidió a la multitud, se embarcó, y llegó a las costas de Magdala.

EL LIBRO DE LOS SALMOS


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Proverbios 26

1. Como nieve en el verano, y como lluvia en la cosecha, de igual manera la honra no le conviene a un necio.
2. Como pájaro al viajar, como glondrina al volar, de igual manera la maldición sin causa no llegará.
3. Un latigazo para el caballo, un freno para el asno, y para la espalda del insensato una vara.
4. No respondas a un tonto de acuerdo con su necedad, no vaya a ser que también te hagas como él.
5. Respóndele a un tonto de acuerdo con su necedad, no vaya a ser que en su propia presunción se haga sabio.
6. El que envía un mensaje por mano de un desatinado, aparta de un tajo -sus- pies, -y- se hace daño.
7. Las piernas de un cojo no son parejas; tampoco lo -es- una parábola en la boca de los insensatos.
8. Como el que ata una piedra a una honda, así -es- el que le da honor a un necio.
9. Como un espino que sube y se mete en la mano de un borracho, igualmente lo es una parábola en la boca de los necios.
10. El gran -Dios- que formó todas las -cosas- recompensa tanto al insensato, como a los transgresores.
11. Como un perro retorna a su vómito, así un tonto retorna a su insensatez.
12. ¿Ves a un hombre sabio en su propia presunción? -hay- más esperanza en un necio que en él.
13. El -hombre- perezoso dice, -hay- un león en el camino, un león -está- en las calles.
14. -Como- la puerta da la vuelta sobre sus bisagras, también el perezoso -lo hace- sobre su cama.
15. El perezoso esconde su mano en -su- seno; le aflige llevarla de nuevo a su boca.
16. El lerdo -es- más sabio en su propia presunción que siete hombres que puedan dar razón.
17. El que pasa al lado, y se inmiscuye en peleas que no le -atañen, es igual a que- alguien agarre a un perro por las orejas.
18. Como un loco que arroja ascuas de fuego, flechas y muerte,
19, Así -es- el hombre -que- engaña a su vecino, y dice, ¿Acaso no es en juego?
20. Donde no hay madera, el fuego se va; también donde no -hay- chismoso cesa la pelea.
21. -Como- los carbones -son- para las brasas ardientes, y la madera para el fuego, así -es- un hombre contencioso para encender pelea.
22. Las palabras del chismoso -son- como heridas, y bajan a las partes más íntimas del vientre.
23. Los labios ardientes y un corazón malvado -son como- un pedazo de tiesto roto cubierto con escorias de plata.
24. El que odia disocia con sus labios, y atesora engaño denntro de sí.
25. Cuando él hable bonito, no le creas; pues siete abominaciones -oculta- en su corazón.
26. -Su- odio se cubre con engaño, su maldad se dará a conocer delante de -toda- la congregación.
27. Quien excava un pozo en él caerá, y el que ruede una piedra, sobre él retornará.
28. Una lengua mentirosa odia a -los- afligidos por ella, y una boca aduladora obra ruinas.

Proverbios 11

1. La balanza falsa -es- una abominación para el SEÑOR, pero el peso justo -es- su deleite.
2. -Cuando- llega el orgullo, llega entonces la vergüenza, pero con los humildes -está- la sabiduría.
3. La integridad de los correctos los guiará, mas a los transgresores su perversidad los destruirá.
4. Las riquezas no aprovechan en el día de la ira, sin embargo la justicia libera de la muerte.
5. La justicia del perfecto dirigirá su camino, pero el malvado por su propia maldad caerá.
6. A los correctos su justicia los libra, sin embargo los transgresores serán atrapados en -su propia- picardia.
7. Cuando muera el hombre malvado, -sus- expectativas perecerán, y la esperanza de los injustos perece -con ellos-.
8. El justo se libra de los problemas, y el malvado llega en su lugar.
9. Un hipócrita con -su- boca destruye a su vecino, pero por medio del conocimiento el justo se librará.
10. La ciudad se regocija cuando anda bien con los justos, y cuando los malvados perecen -hay- gritos -de júbilo-.
11. La ciudad se exalta por la bendición de los correctos, pero se derriba por la boca de los malvados.
12. El falto de sabiduría desprecia a su vecino, mas el hombre con entendimiento guarda silencio.
13. El chismoso revela secretos; pero el que es de espíritu fiel esconde el asunto.
14. Donde no -existe- consejo, cae el pueblo, pero en la multitud de consejeros -hay- seguridad.
15. El que hace de fiador por un extraño va a sufrir, y el que detesta las fianzas está seguro.
16. La mujer clemente retiene el honor, y los -hombres- fuertes retienen las riquezas.
17. El hombre misericordioso le hace bien a su propia alma, pero -el que es- cruel a su propia carne atribula.
18. El malvado obra fraudes, mas una paga segura habrá para el que siembra justicia.
19. Así como la justicia -lleva- a la vida, también el que persigue el mal para su propia muerte -lo hace-.
20. -Una- abominación al SEÑOR -son- los de perverso corazón, mas su deleite -son- los correctos en -su- andar.
21. -Aunque estrechen- manos, los malvados no quedarán impunes, sin embargo la simiente de los justos será liberada.
22. -Cual- joya de oro en el hocico de un cerdo, -de igual manera lo es- una mujer hermosa sin discreción.
23. El deseo del justo -es- sólo el bien, pero la expectativa del malvado -es- la ira.
24. Hay quien esparce, y sin embargo -se le- multiplica, y -hay- quien retiene más de lo debido, mas -esto lo lleva- a la pobreza.
25. El alma generosa se fortalecerá y el que riega también será regado.
26. La gente maldecirá al que retenga la semilla, pero la bendición -se posará- sobre la cabeza del que -la- venda.
27. El que diligentemente busca el bien procura el favor, mas el que busca desgracias, a él le vendrán.
28. Caerá el que confía en sus riquezas, sin embargo como una rama el justo florecerá.
29. El que a su propia casa atribula el viento heredará, y el tonto -será- sirviente del sabio de corazón.
30. El fruto del justo -es- un árbol de vida, y el que gana a las almas -es- sabio.
31. Mirad que -si- los justos van a ser recompensados en la tierra, mucho más -lo serán- los malvados y los pecadores.

Apocalipsis 2

1. Al ángel de la congregación de Éfeso escríbe-le- -lo siguiente-: Estas cosas dice el que sostiene las siete estrellas en su mano derecha, quien anda en medio de los siete candelabros de oro,
2. Yo conozco tus obras, tu labor, y tu paciencia, cómo no puedes soportar a los que son malos; has probado a los que dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has encontrado mentirosos,
3. Y has soportado -dificultades-, y tienes paciencia, laborando por amor a mi nombre, y sin desfallecer.
4. Sin embargo tengo contra tí, que has dejado tu primer amor.
5. Acuérdate por tanto en dónde caiste, y arrepiéntete, -volviendo a- hacer las primeras obras, no sea que de pronto llegue a tí, y remueva tu candelabro de su lugar, a menos que te arrepientas.
6. Pero tú tienes lo siguiente, que odias las obras de los Nicolaítas, cosa que yo también hago.
7. El que preste oído oiga lo que el Espíritu le dice a las congregaciones: A aquel que venza -le- daré a comer del árbol de la vida, el cual está en la mitad del paraíso de Dios.
8. Y al ángel de la congregación de Esmirna escríbe-le- -lo siguiente-: Estas cosas dice el primero y el último, el cual estuvo muerto, y está vivo:
9. Yo conozco tus obras, y -tu- tribulación, y pobreza, (aunque eres rico) y la blasfemia de los que dicen ser Judíos, y no lo son, más bien -son- la sinagoga de Satanás.
10. No temas ninguna de aquellas cosas que vas a sufrir: mira que el diablo echará a -algunos- de vosotros a la prisión, para que podáis ser probados, y tendréis tribulación por diez días; sé fiel hasta la muerte, y una corona de vida te daré.
11. El que preste oído oiga lo que el Espíritu le dice las congregaciones: El que venza no será dañado por la segunda muerte.
12. Y al ángel de la congregación de Pérgamo escríbe-le- -lo siguiente-: Estas cosas dice aquel que tiene la filuda espada de doble filo:
13. Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde -está- el -mismo- asiento de Satanás; y tú te aferras con firmeza a mi nombre, sin haber negado mi fe, aún en aquellos días en los que Antipas -fue- mi fiel mártir, muerto entre vosotros, en donde mora Satanás.
14. Pero tengo unas cuantas cosas en tu contra, ya que tienes allí a los que sostienen la doctrina de Balaam, quien le enseñó a Balac a arrojar una piedra de tropiezo delante de los hijos de Israel, a comer cosas sacrificadas para los ídolos, y a cometer fornicación.
15. Así también tienes a los que sostienen la doctrina de los Nicolaítas, cosa que yo odio.
16. Arrepiéntete, o de otra forma llegaré a tí de repente, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca.
17. El que presste oído oiga lo que el Espíritu le dice a las congregaciones: Al que venza le daré a comer del maná escondido, y le otorgaré una piedra blanca, y en la piedra escrito un nuevo nombre, el cual ningún hombre conoce, salvo el que -lo- recibe.
18. Y al ángel de la congregación de Tiatira escríbe-le- -lo siguiente-: estas cosas dice el Hijo de Dios, quien tiene ojos como llamas de fuego, y sus pies -son- como bronce fino:
19. Yo conozco tus obras, tu amor verdadero, servicio, fe y paciencia, también tus acciones; y las últimas -que son- más -numerosas- que las primeras.
20. No obstante lo anterior tengo unas cuantas cosas en contra tuya, y es que dejas que esa mujer Jezabel, la cual se llama a sí misma profetiza, enseñe y seduzca a mis siervos a cometer fornicación, y a comer cosas sacrificadas para los ídolos.
21. Y le dí lugar a arrepentirse de su fornicación, y no se arrepintió.
22. Mira que la arrojaré a la cama, y a los que cometen adulterio con ella a una tribulación grande, a no ser que se arrepientan de sus hechos.
23. Y heriré de muerte a sus hijos, y todas las congregaciones sabrán que yo soy quien indaga los motivos y los corazones, y a cada uno le daré de acuerdo a sus obras.
24. Pero a vosotros os digo y al resto en Tiatira, de cuantos no tengan esta doctrina, ni hayan conocido las profundidades de Satanás, como dicen ellos, No pondré sobre vosotros ninguna otra carga.
25. Pero aferraos con firmeza a aquello que -ya- tenéis hasta que yo llegue.
26. Y al que venza, y guarde mis obras hasta el fin, a él le daré poder sobre las naciones,
27. Y las gobernará con vara de hierro, como vasijas de barro se quebrarán en pedacitos, así como -lo- recibí de mi Padre.
28. Y le daré la estrella matutina.
29. El que preste oído oiga lo que el Espíritu le dice a las congregaciones.

Apocalipsis 1

1. La Revelación de Jesucristo, que Dios le dió, para darle a conocer a sus siervos las cosas que deben acontecer en corto tiempo, y -la- envió y -la- dió a entender por su ángel a su siervo Juan;
2. Quien deja registro de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que vió.
3. Bendito el que lea y los que oigan las palabras de esta profecía, y guarden aquellas cosas que están escritas acá, porque el tiempo se acerca.
4. Juan a las siete congregaciones que están en Asia; -Que- la Gracia -llegue- a vosotros, junto con la paz, de aquel que es, que era, y que está por venir, de los siete Espíritus que están delante de su trono;
5. Y de Jesucristo, el testigo fiel, el primer engendrado de los muertos, y el príncipe de los reyes de la tierra. A aquel que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados en su misma sangre,
6. Y nos ha hecho reyes y sacerdotes para Dios y su Padre; a él -sea- la gloria y el dominio por siempre jamás. Amén.
7. Mirad que viene con las nubes, y lo verá todo ojo, y -también- los que lo traspasaron, y todas las familias de la tierra se lamentarán a causa de él. Así será, Amén.
8. Yo soy el Alfa y la Omega, el comienzo y el fin, dice el Señor, el cual es, el cual era. Y el cual está por venir, el Todopoderoso.
9. Yo Juan, quien también soy vuestro hermano, y compañero en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por la palabra de Dios, y por el testimonio de Jesucristo.
10. Estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás mío una voz fuerte, como de trompeta,
11. Diciendo, Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último; y Lo que veas, escríbe-lo- en un libro, y envía-lo- a las siete congregaciones las cuales están en Asia; a Éfeso, a Esmirna, a Pérgamo, a Tiatira, a Sardis, a Filadelfia, y a Laodicea.
12. Y me volví para ver la voz que me hablaba, Y al voltearme, ví siete candelabros de oro;
13. Y en el medio de los siete candelabros -uno- como el Hijo del hombre, vestido con una prenda que bajaba hasta los pies, y ajustada a su pecho con un ceñidor dorado.
14. Su cabeza y -sus- cabellos blancos como la lana, -y- la nieve, sus ojos como llamas de fuego,
15. Sus pies parecidos a bronce fino, como quemados en horno, y su voz como -si fuera- el sonido de muchas aguas.
16. Y tenía en su mano derecha siete estrellas, de su boca salía una espada con doble filo, y su semblante como el sol -cuando- brilla en su fuerza.
17. Y cuando lo ví, caí como muerto a sus pies. Y él puso su mano derecha sobre mí, diciéndome, No temas, Yo soy el primero y el último;
18. Yo -Soy- el que vive, y estuvo muerto y mira que estoy vivo por la eternidad, Amén; y tengo las llaves del infierno y de la muerte.
19. Escribe las cosas que has visto, las cosas que son, y las cosas que serán de aquí en adelante;
20. El misterio de las siete estrellas que viste en mi mano derecha, y de los siete candeleros de oro -es éste-, Las siete estrellas son los ángeles de las siete congregaciones, y los siete candelabros que viste son las siete congregaciones.

Salmo 71

1. En ti, Oh SEÑOR, pongo mi confianza, nunca me dejes quedar confundido.
2. En tu justicia libérame y hazme escapar; hacia mí inclina tu oído, y sálvame.
3. Sé tú mi fuerte habitación a donde pueda recurrir continuamente; has dado el mandamiento de salvarme, porque tú -eres- mi roca y mi fortaleza.
4. Líbrame, Oh Dios mío de la mano del malvado, de la mano del hombre injusto y cruel.
5. Pues tú -eres- mi esperanza, Oh Señor DIOS, confianza mía desde mi juventud.
6. Desde el vientre he sido sostenido por ti, eres el que de las entrañas de mi madre me sacó; mi alabanza de continuo para ti -será-.
7. Para muchos soy como una prueba, pero mi fuerte refugio eres tú.
8. Que -de- tu honra -y de- tu alabanza se llene mi boca todo el día.
9. No me deseches en el tiempo de -mi- vejez; no me abandones cuando me falte la fuerza.
10. Pues mis enemigos hablan contra mí, y los que yacen a la espera de mi alma juntos toman consejo,
11. Diciendo, Dios lo abandonó, perseguidlo y tomadlo, ya que no -hay- nadie para librar-lo-.
12. Oh Dios, no te alejes de mí, Oh Dios mío apresúrate en mi auxilio.
13. Que los que sean adversarios de mi alma se confundan -y- se consuman, que los que buscan mi daño se cubran -de- humillación y deshonra.
14. Pero yo de continuo esperaré, y todavía más y más te alabaré.
15. Mi boca tu justicia -y- tu salvación proclamará todo el día, porque son innumerables para mí.
16. Andaré en la fuerza del Señor DIOS, haré mención de tu justicia, -sí,- de la tuya sola.
17. Oh Dios, tú me has enseñado desde mi juventud, y hasta ahora he declarado tus maravillosas obras.
18. Ahora pues también estando viejo y con canas, Oh Dios, no me abandones, hasta que haya dado a conocer a -esta- generación tu fuerza, -y- tu poder a todo -el que- está por venir.
19. Tu justicia -es- también muy alta, Oh Dios, quien has hecho grandes cosas, ¡Quién como tú, Oh Dios!
20. -Tú- el que me has dado a conocer grandes y dolorosos apuros, de nuevo me vivificarás, y de las profundidades de la tierra otra vez me sacarás.
21. Incrementarás mi grandeza y me consolarás por todas partes.
22. También te alabaré con el salterio, -sí,- a tu verdad, Oh Dios mío, con el arpa a ti cantaré, Oh tú, Santo de Israel.
23. Mis labios se regocijarán grandemente cuando yo a ti cante, junto con mi alma, la cual redimiste.
24. Mi lengua también hablará el día entero de tu justicia, pues fueron confundidos y avergonzados los que mi daño buscaron.