Y él escuchaba las palabras de los hijos de Labán diciendo, Jacob se ha llevado todo lo de nuestro padre; y de lo de nuestro padre él ha obtenido toda su gloria.
2. Y Jacob observó el rostro de Labán, y, he aquí que no -era- para con él como antes.
3. Y el SEÑOR -le- dijo a Jacob, Retorna a la tierra de tus padres, y a tu parentela; y yo estaré contigo.
4. Y Jacob envió por Raquel y Leah -que estaban- en el campo con su rebaño,
5. Y les dijo, Veo que el rostro de vuestro padre para conmigo ya no es como -era- antes; pero el Dios de mi padre ha estado conmigo.
6. Y vosotras sabéis que con todas mis fuerzas le he servido a vuestro padre.
7. Y vuestro padre me ha engañado, cambiándome el salario diez veces, pero Dios no le ha dejado hacerme daño.
8. Si él decía: Las pintadas serán tu salario, entonces todo el ganado daba a luz pintadas, y si él decía: las rayadas serán tu sueldo, entonces todo el ganado daba a luz rayadas.
9. Así Dios se llevó el ganado de vuestro padre, y -me lo- dio a mí.
10. Y sucedió que en el tiempo en que el ganado concebía, yo alcé mis ojos y ví en un sueño, y he aquí que los carneros que montaban al ganado -eran- rayados, pintados y negruzcos.
11. Y el angel de Dios me habló en un sueño -diciéndome-, Jacob: y yo -le- dije, Aquí -estoy-.
12. Y él me dijo, Levanta ahora tus ojos, y mira que todos los carneros que montan al ganado -son- rayados, pintados y negruzcos: porque he visto todo lo que Labán te hace.
13. Yo -soy- el Dios de Betel, donde ungiste el pilar, -y- donde me hiciste un voto: levántate ahora, vete de esta tierra, y retorna a la tierra de tu parentela.
14. Y Raquel y Leah respondieron y le dijeron, ¿-Queda- aún alguna porción o herencia para nosotras de la casa de nuestro padre?
15. ¿-Acaso- no nos considera extranjeras? Pues nos ha vendido, y además bastante se ha devorado nuestro dinero.
16. Porque todas las riquezas que Dios se ha tomado de nuestro padre, son nuestras y de nuestros hijos: ahora pues, haz lo que Dios te haya dicho.
17. + Entonces Jacob se levantó y organizó a sus hijos y a sus esposas en camellos;
18. Y se llevó todo su ganado, y todos los bienes que había conseguido, el ganado que adquirió en Padanaram, para ir a donde Isaac su padre en la tierra de Canaán.
19. Y Labán salió a trasquilar a sus ovejas, y Raquel había robado las imágenes que -eran- de su padre.
20. Y Jacob se escabulló a espaldas de Labán el Sirio, pues no le dijo que huía.
21. Así que huyó con todo lo que tenía; y se levantó, y atravesó el rio, y se dirigió al monte Gilead.
22. Y al tercer día se le contó a Labán que Jacob había huido.
23. Y él tomó a sus hermanos con él, y lo persiguió en un viaje de siete días; y lo alcanzaron en el monte Gilead.
24. Y Dios vino hasta -donde- Labán el Sirio en un sueño de noche, y le dijo, Cuídate de no hablarle a Jacob cosa buena ni mala.
25. + Entonces Labán alcanzó a Jacob. Ahora pues, Jacob había levantado su tienda en el monte, y Labán con sus hermanos acampaban en el monte Gilead.
26. Y Labán -le- dijo a Jacob, ¿Qué hiciste, al haberte escabullido a escondidas mías, llevándote a mis hijas, como cautivas -tomadas- a espada?
27. ¿Por qué huiste en secreto escabulléndote de mi sin decirmelo, para -así- haberte despedido con alegría y con canciones, con pandereta y con arpa?
28. ¿Y no me dejaste besar a mis hijos y a mis hijas? Ahora pues has hecho neciamente al obrar -así-.
29. En mis manos está el hacerte daño, pero el Dios de tu padre me habló anoche diciendo, Ten cuidado de no hablarle a Jacob cosa buena ni mala.
30. Y ahora pues, -aunque- por cierto desees irte porque extrañas sobremanera la casa de tu padre, ¿porqué te has robado mis dioses?
31. Y Jacob respondió y -le- dijo a Labán, Porque temí y dije, Por ventura -vas a- querer coger de mi por la fuerza a tus hijas,
32. A quien le encuentres tus dioses, que no viva: delante de nuestros hermanos busca lo tuyo de entre lo mío, y llévatelo. Pues Jacob no sabía que Raquel los había robado.
33. Y Labán entró a la tienda de Jacob y a la de Leah, y a las tiendas de las dos criadas, pero no -las- encontró. Después de que salió de la tienda de Leah entró a la tienda de Raquel.
34. Ahora pues, Raquel había tomado las imágenes, y las había puesto en la silla del camello, sentándose sobre ellos. Y Labán buscó por toda la tienda pero no -las- encontró.
35. Y le dijo a su padre, No se disguste mi señor que no pueda levantarme en tu presencia, pues me llegó la costumbre de las mujeres. Y él buscó, pero no encontró las imágenes.
36. + Y Jacob se encolerizó y regañó a Labán, y respondió diciendo-le- a Labán, ¿Cuál es mi falta? ¿Cuál es mi pecado para que me hayas perseguido tan encarnecidamente?
37. Como ya buscaste entre todos mis enseres, ¿qué encontraste en todas mis pertenencias? Colócalas aquí delante de los hermanos tuyos y míos, para que puedan juzgarnos a los dos.
38. Estos veinte años -he estado- contigo; tus ovejas y cabras no han perdido sus crías, ni -tampoco- me he comido los carneros de tu rebaño.
39. Lo desgarrado -por las bestias- no te lo traía; yo me hacía cargo de lo que se perdía; de mis manos lo requerías, -ya fuera- que los robaran de día o de noche.
40. Así estaba yo: en el día la sequía me consumía, y en la noche la escarcha, y el sueño se me iba.
41. Por veinte años así estuve en tu casa; catorce años te serví por tus dos hijas, y seis años por tu ganado, y diez veces me has cambiado el salario.
42. Si no fuera porque el Dios de mi padre, el Dios de Abraham y el temor de Isaac no hubieran estado conmigo, por seguro que ahora me hubieras despedido -con las manos- vacías. Dios vio mi aflicción y la labor de mis manos, y -él mismo te- reprendió anoche.
43. + Y Labán respondió y -le- dijo a Jacob, -Éstas- hijas -son- mis hijas, y éstos hijos -son- mis hijos, y -éste- rebaño -es- mi rebaño, y todo lo que ves es mío, y qué puedo hacerle hoy a éstas mis hijas o a sus niños que ellas han dado a luz?
44. Ahora pues, por tanto ven y hagamos un convenio tú yo: y que se vuelva un testimonio, entre tu y yo.
45. Y Jacob tomó una piedra, y la colocó como pilar.
46. Y Jacob -le- dijo a sus hermanos, Reúnan piedras; y tomaron piedras e hicieron un montón, y comieron allí sobre el montón.
47. Y Labán lo llamó Jegarsajaduta, pero Jacob lo llamó Galid.
48. Y Mizpa, porque dijo: El SEÑOR mira entre tú y yo, -aún- cuando estemos ausentes el uno del otro.
50. Si tu afliges a mis hijas, o si tomas esposas fuera de de mis hijas, no -hay- hombre con nosotros; -pero- mira que Dios -es- testigo entre tú y yo.
51. Y Labán -le- dijo a Jacob, Mira éste montón, y mira -este- pilar que he echado entre tú y yo.
52. Que este montón -sea- testigo, y -este- pilar sea testigo de que yo no sobrepasaré este montón hasta donde ti, -y- de que tú no sobrepasarás este montón y esta pila hasta donde mí para hacerme daño.
53. El Dios de Abraham, y el Dios de Najor, el Dios del padre de ellos juzgue entre nosotros. Y Jacob juró por el temor de su padre Isaac.
54. Entonces Jacob ofreció sacrificio en el monte, e invitó a sus hermanos a comer pan, y comieron pan, y tardaron toda la noche en el monte.
55. Y temprano en la mañana Labán se levantó, besó a sus hijos y a sus hijas y los bendijo; y Labán partió y retornó a su lugar.