¡Ay de la tierra que da sombra con -sus- alas, la cual -está- más allá de los rios de Etiopía!
2. -La- que envía embajadores por el mar, aún en barcas de juncos sobre las aguas, -diciendo-, ¡Id, veloces mensajeros, a una nación esparcida y pelada, a un pueblo temible hasta el día de hoy, -a- una nación repartida y pisoteada, cuya tierra ha sido despojada por los ríos!
3. Todos vosotros los habitantes del mundo, y moradores de la tierra, mirad, cuando él levante una insignia en las montañas, y oíd cuando toque una trompeta.
4. Porque el SEÑOR me dijo así, Descansaré y observaré en mi morada, -al que será- como un limpio calor sobre la hierba, -y- como una nube de rocío en el calor de la cosecha.
5. Pues antes de la cosecha, cuando el brote esté completo, y la uva agria esté madurando en la flor, él cortará las espigas con hoces, y además quitará y cortará las ramas.
6. -Y- serán dejadas arrumadas para las aves de las montañas, y para las bestias de la tierra; las aves veranearán en ellas, y todas las bestias de la tierra invernarán en ellas.
7. + En aquel tiempo el presente será traído al SEÑOR de las huestes, por un pueblo esparcido y pelado, y por un pueblo temible desde su comienzo hasta el día de hoy, -por- una nación repartida y pisoteada, cuya tierra ha sido despojada por los ríos, hasta el lugar del nombre del SEÑOR de las huestes, al monte de Sión.