Ahora pues sucedió en el decimo cuarto año del rey Ezequías, -que- Senaquerib, el rey de Asiria vino y subió contra todas las ciudades defendidas de Judá, y las tomó.
2. Y el rey de Asiria envió a Rabsaqués de Laquish a Jerusalén hasta -donde- el rey Ezequías con un gran ejército. Y permaneció al lado del conducto del estanque superior en la carretera del campo del lavador.
3. Vino entonces hasta él Eliaquín, hijo de Ilquías, encargado de la casa, Sebna el escriba, y Joás, hijo de Asaf, el registrador.
4. + Y Rabsaqués le dijo a ellos, Decidle ahora a Ezequías, Así dice el gran rey, el rey de
Asiria, ¿Cuál -es- la confianza en la que te apoyas?
5. Yo digo, -aunque digas- (-que- sólo -son- vanas palabras) -Que yo tengo- consejo y fuerza para la guerra, ahora pues, ¿En quién confías, que te rebelas en mi contra?
6. He aquí que tú confías en el cayado de esta caña quebrada, de Egipto, en el que si un hombre se apoya, entrará en su mano, y la perforará; así -es- el Faraón rey de Egipto para todos los que confían en él.
7. Pero si me dices, Confiamos en el SEÑOR nuestro Dios, ¿No -es- él, cuyos lugares altos -de adoración- y cuyos altares Ezequías ha quitado, y dicho a Judá y a Jerusalén, ¿Adoraréis delante de éste altar?
8. Ahora pues por tanto, da -tu- compromiso, te ruego, a mi maestro el rey de Asiria, y te daré dos mil caballos, si eres capaz de tu parte de colocar jinetes sobre ellos.
9. ¿Cómo entonces -podrás- voltear el rostro a un capitán de los menores de los siervos de mi maestro, para poner tu confianza en Egipto en busca de carrozas y de jinetes?
10. ¿Y -acaso- he subido hasta acá sin el SEÑOR contra esta tierra para destruirla? El SEÑOR me dijo, Ve y sube contra esta tierra para destruirla.
11. + Entonces dijeron Eliaquín, Sebna y Joás a Rabsaqués, Háblales, te ruego a tus siervos en el idioma Sirio, porque -lo- entendemos, y no nos hables en el idioma de los Judíos, a oídos de la gente que -está- en el muro.
12. + Pero Rabsaqués dijo, ¿-Acaso- me envió mi maestro a tu maestro y a ti para hablar estas palabras? ¿No -me envió- a los hombres que se sientan en el muro, para que coman su propio estiércol, y beban su propia orín -junto- con vosotros?
13. Entonces Rabsaqués se paró, gritando a toda voz en el idioma de los Judíos, -y- diciendo, Oíd vosotros las palabras del gran rey, el rey de Asiria.
14. Esto dice el rey, Que Ezequías no os engañe, porque no será capaz de libraros.
15. Ni dejéis que Ezequías os haga confiar en el SEÑOR, diciendo, El SEÑOR con seguridad nos librará, -pues- ésta ciudad no será entregada en las manos del rey de Asiria.
16. No escuchéis a Ezequías, porque así dice el rey de Asiria, Haced -un acuerdo- conmigo -a cambio de- un presente, y salid hasta mí, -para que- comáis cada uno de su viña, y cada uno de su higuera, y bebáis cada uno de las aguas de su propia cisterna;
17. Hasta que yo venga y os lleve lejos a una tierra como la vuestra, tierra de grano y vino, tierra de pan y viñedos.
18. -Cuidado- no sea que Ezequías os persuada, diciendo, El SEÑOR nos librará. ¿-Acaso- alguno de los dioses de las naciones ha librado a su tierra de las manos del rey de Asiria?
19. ¿Dónde -están- los dioses de Amat y Arfad? ¿Dónde -están- los dioses de Sefarvaín? ¿Libraron a Samaria de mi mano?
20. ¿Quiénes -hay- entre todos los dioses de éstas tierras, que haya librado a su tierra de mis manos, -para- que el SEÑOR deba librar -ésta vez- a Jerusalén de mis manos?
21. Pero ellos guardaron silencio, y no le respondieron palabra alguna, porque el mandamiento del rey era, No le respondáis.
22. + Entonces vino Eliaquín, el hijo de Ilquía, que -estaba- a cargo de la casa, Sebna el escriba, y Joás el hijo de Asaf el registrador, a Ezequías con -sus- ropas rasgadas, y le contaron las palabras de Rabsaqués.