Escuchadme los que seguís la justicia, los que buscáis al SEÑOR, mirad a la roca -de donde- sois cortados, y al hueco del foso -de donde- sois excavados.
2. Mirad a Abraham vuestro padre, y a Sara -que- os dio a luz, pues yo lo llamé a solas, lo bendije, y lo multipliqué.
3. Porque el SEÑOR consolará a Sion, -sí-, consolará todas sus ruinas, y volverá su yermo como el Edén, y su desierto como el jardín del SEÑOR; allí se encontrarán gozo, alegría, acciones de gracias, y voces melodiosas.
4. + Escuchadme, pueblo mío, y prestadme oído, Oh nación mía, pues una ley procederá de mi, y haré posar mi juicio como una luz para el pueblo.
5. Mi justicia se acerca, ha salido mi salvación, y mis brazos juzgarán a las gentes, las islas me aguardarán, y en mi brazo confiarán.
6. Levantad vuestros ojos a los cielos, y mirad abajo a la tierra, porque los cielos como humo se desvanecerán, y la tierra como vestidura se envejecerá, y los que en ella moran de igual manera morirán, pero mi salvación para siempre será, y mi justicia no se abolirá.
7. Escuchadme vosotros que conocéis la justicia, el pueblo en cuyo corazón -está- mi ley, no temáis la humillación de los hombres, ni tengáis miedo de sus insultos.
8. Porque la polilla como a vestidura los devorará, y el gusano como a lana -se- los comerá, pero mi justicia para siempre será, al igual que mi salvación de generación en generación.
9. + Despierta, despierta, vístete de fuerza, Oh brazo del SEÑOR, despierta, como en los días de antaño, de las antiguas generaciones. ¿No -eres- tú el que cortó a Rahab -e- hirió al dragón?
10. ¿No -eres- tú el que secó el mar, -y- las aguas de las grandes profundidades, -y- que convirtió la profundidad del mar en un camino para que los rescatados pasaran por -él-?
11. Por eso los redimidos del SEÑOR retornarán, y vendrán hasta Sion cantando; y gozo eterno -habrá- sobre sus cabezas, obtendrán alegría y gozo, -y- la pena y el lamento huirán -de ellos-.
12. Yo, -sí,- yo -soy- el que os consuela, ¿Quién eres tú para que debas tenerle miedo a un hombre -que- muere, y al hijo del hombre -que- se va a volver -como- hierba;
13. Y te olvidas del SEÑOR tu hacedor, que ha estirado los cielos, y colocado los fundamentos de la tierra, y has temido de continuo cada día por causa de la furia del opresor, como si él estuviera listo para destruir-te? ¿Y dónde -está- la furia del opresor?
14. El cautivo -y- exiliado se apresura para poder ser librado, y no tener que morir en el foso, ni su pan tenga que faltar.
15. Pero yo -soy- el SEÑOR tu Dios, que dividió el mar con sus rugientes olas, el SEÑOR de las huestes -es- su nombre.
16. Y puse mis palabras en tu boca, cubriéndote bajo la sombra de mi mano, para poder plantar los cielos, y colocar los fundamento de la tierra, y decirle a Sion, Tú -eres- mi pueblo.
17. + Despierta, despierta, levántate, Oh Jerusalén, que bebiste de la mano del SEÑOR la copa de su furia; te bebiste -hasta escurrir los sedimentos de la copa de la agitación.
18. Nadie -hay- que la guíe de entre los hijos -que- dio a luz, ni la tome de la mano de todos los hijos -que- parió.
19. Estas dos te han venido, ¿Quién sentirá pena por ti? Desolación, destrucción, y hambruna y espada, ¿Por -medio- de quién te voy a consolar?
20. Tus hijos desfallecieron, -y- yacen en la cabecera de todas las calles, como toro salvaje -atrapado- en una red, están -recibiendo- al máximo la furia del SEÑOR, -y- la reprensión de tu Dios.
21. + Por tanto oye ahora esto, tú afligida, y embriagada, pero no de vino,
22. Así dice tu Señor el -mismo- SEÑOR, y tu Dios -el que- pleitea por la causa de su pueblo, Mira que he quitado de tu mano la copa de la agitación, -junto con- los sedimentos de la copa de mi furia; no la vas a volver a beber más.
23. Sino que la pondré en la mano de los que te afligen, que le dijeron a tu alma, Inclínate para que podamos andar por encima, y tú colocaste tu cuerpo como suelo y como calle, para que ellos andaran por encima.