Una Canción de subidas -a Jerusalén-.
1. A ti levanto mis ojos, Oh, tú que moras en los cielos.
2. Mira que como los ojos de los criados -se dirigen- a la mano de sus maestros, -y- como los ojos de una criada a la mano de su señora, así nuestros ojos -aguardan- al SEÑOR nuestro Dios, hasta que tenga misericordia de nosotros.
3. Ten misericordia de nosotros, Oh SEÑOR, ten misericordia de nosotros, porque estamos hasta el tope de desprecios.
4. Nuestra alma está hasta el tope de las burlas de los acomodados, -y- del desprecio de los altivos.