Una Canción de subidas de David -a Jerusalén-.
1. Señor, mi corazón no anda arrogante, ni enaltecidos mis ojos, ni me ocupo de grandes asuntos, o de cosas muy importantes para mí.
2. Seguro que me he comportado y tranquilizado como un niño de su madre -recién- destetado; así como niño -recién- destetado mi alma -está-.
3. Que Israel espere en el SEÑOR de aquí en adelante y por la eternidad.