Una Canción de subidas -a Jerusalén- de David.
1. ¡Mirad, cuán bueno y agradable -es- para los hermanos morar juntos en unidad!
2. -Es- como el precioso ungüento en la cabeza, que corrió sobre la barba, la -misma- barba de Aarón, -y- que hasta el faldón de sus vestiduras descendió;
3. Como el rocío de Hermón, -y como el rocío- que descendió sobre las montañas de Sion, porque allí el SEÑOR mandó la bendición, -sí,- vida por la eternidad.