Salmo 150

Alabad al SEÑOR. A Dios en su santuario alabad-le-; en el firmamento de su poder alabadle.
2. Por sus poderosos hechos alabadle, de acuerdo con su excelente grandeza alabadle.
3. Alabadle al son de trompetas, con salterio y arpa alabadle.
4. Alabadle con tamborín y baile, con órganos e instrumentos de cuerda alabadle.
5. Alabadle con potentes címbalos, con címbalos estruendosos alabadle.
6. Que todo lo que tenga aliento al SEÑOR alabe. -Sí-, alabad al SEÑOR.

Salmo 149

1. Alabad al SEÑOR. Cantadle al SEÑOR una nueva canción, -y- su alabanza -esté- en la congregación de los santos.
2. Que Israel se regocije en el que lo hizo, -y- los hijos de Sion se gocen en su Rey.
3. Que alaben su nombre en el baile, -y- alabanzas con el tamboril y el arpa le canten.
4. Pues el SEÑOR se complace en su pueblo, -y- a los humildes embellecerá con la salvación.
5. Que los santos se gocen en -la- gloria, que en sus camas canten a toda voz.
6. -Que- las sublimes -alabanzas- de Dios -estén- en sus bocas, y en sus manos una espada de doble filo,
7. Para ejecutar venganza sobre los paganos, -y- sobre las gentes castigos.
8. Para atar a sus reyes con cadenas, y con grilletes de hierro a sus nobles,
9. Para sobre ellos ejecutar el juicio escrito, este honor -lo- tienen todos sus santos. Alabad al SEÑOR.

Salmo 147

1. Alabad al SEÑOR, pues -es- bueno cantarle alabanzas a nuestro Dios, ya que -es- agradable, -y- lindas son las alabanzas.
2. El SEÑOR a Jerusalén construye, a los desechados de Israel recoge.
3. Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas.
4. Él cuenta el número de estrellas, a todas las llama por nombre.
5. Nuestro SEÑOR es grande, y -posee- gran poder, su entendimiento -es- infinito.
6. El SEÑOR levanta a los humildes, -y- arroja al piso a los malvados.
7. Cantadle al SEÑOR acciones de gracias, cantad en el arpa alabanzas a nuestro Dios.
8. Que cubre el cielo con las nubes, que prepara la lluvia para la tierra, que hace crecer el pasto en las montañas.
9. Él le da su comida a las bestias, -y- a los jóvenes cuervos que claman.
10. Él no se deleita en la fuerza del caballo, ni en las piernas del hombre se complace.
11. El SEÑOR se complace en los que le temen, y en aquellos que esperan en su misericordia.
12. Alaba al SEÑOR, Oh Jerusalén, alaba a tu Dios, Oh Sion.
13. Porque fortaleció las barras de tus portones, a tus hijos bendijo en tu interior.
14. Él hace la paz -en- tus fronteras, -y- te colma del más fino trigo.
15. Él envía su mandamiento -a- la tierra, muy veloz corre su palabra.
16. Cual lana él da la nieve, -y- cual ceniza esparce la canosa escarcha.
17. Como en trocitos arroja su hielo, ¿-y- delante de su frío quién puede permanecer en pie?
18. Envía su palabra y los derrite, su viento hace soplar. -y- fluyen las aguas.
19. A Jacob le da a conocer su palabra, sus estatutos y sus juicios a Israel.
20. Con ninguna nación así ha tratado, -y en cuanto a sus- juicios ellos no los conocieron. Alabad al SEÑOR.

Salmo 146

1. Alabad al SEÑOR, Oh alma mía, alaba al SEÑOR.
2. Mientras viva alabaré al SEÑOR, -y- mientras tenga algún aliento cantaré alabanzas a mi Dios.
3. En príncipes no pongáis vuestra confianza, -ni- en el hijo de hombre, en quien auxilio -no hay-.
4. -Cuando- retorna a la tierra su aliento sale, y ese mismo día perecen sus pensamientos.
5. Feliz -aquel- que -tiene- como su auxilio al Dios de Jacob, cuya esperanza -está- en el SEÑOR su Dios,
6. El cual hizo el cielo, la tierra, el mar, y todo lo que en él -hay-, el que para siempre guarda la verdad;
7. El que ejerce juicio a favor de los oprimidos, el que da comida a los hambrientos. El SEÑOR desata a los prisioneros;
8. El SEÑOR abre -los ojos de- los ciegos, el SEÑOR levanta a los que abatidos están; a los justos el SEÑOR ama,
9. El SEÑOR preserva a los extranjeros, él alivia al huérfano y a la viuda, pero el camino de los malvados vuelve al revés.
10. El SEÑOR reinará para siempre, tu -mismo- Dios, Oh Sion por todas las generaciones. Alabad al SEÑOR.

Salmo 135

1. Alabad al SEÑOR. Alabad el nombre del SEÑOR; alabad-lo-, Oh vosotros siervos del SEÑOR.
2. Vosotros los que os quedáis en la casa del SEÑOR, en las cortes de la casa de nuestro Dios,
3. Alabad al SEÑOR, pues el SEÑOR -es- bueno; cantad alabanzas a su nombre, porque -es- un placer.
4. Pues el SEÑOR ha escogido a Jacob para él, -y- como su peculiar tesoro a Israel.
5. Porque sé que el SEÑOR -es- grande, y -que- por encima de todos los dioses nuestro SEÑOR -es-.
6. Lo que al SEÑOR le plació, -aquello- hizo en el cielo, y en la tierra, en los mares, y en los profundos lugares.
7. Él los vapores hace ascender de los confines de la tierra; él hace los rayos para la lluvia, él de sus bóvedas saca al viento.
8. -Él es- quien hirió a los primogénitos de Egipto, tanto del hombre como de la bestia.
9. -El que- puso muestras y maravillas en medio de ti, Oh Egipto, -enviándolas- sobre el Faraón, y sobre todos sus siervos.
10. -Él es- quien lastimó grandes naciones y a poderosos reyes mató,
11. A Sejón, rey de los Amorreos, a Og, rey de Basán, y a todos los reinos de Canaán,
12. Y entregó la tierra de ellos -por- herencia, -sí,- por herencia a Israel su pueblo.
13. Tu nombre, Oh SEÑOR -perdura- para siempre, -y- tu memoria, Oh SEÑOR, a través de todas las generaciones.
14. Pues el SEÑOR juzgará a su pueblo, y acerca de sus siervos se arrepentirá.
15. Los ídolos de los paganos plata y oro -son-, obra de manos de hombres.
16. Tienen bocas, mas no hablan, ojos tienen, mas no ven;
17. Tienen oídos, mas no oyen, ni tampoco hay aliento -alguno- en sus bocas.
18. Tal como ellos son los que los hacen, -al igual que- cada uno de los que confía en ellos.
19. Bendecid al SEÑOR, Oh, casa de Israel, bendecid al SEÑOR, Oh, casa de Aarón,
20. Bendecid al SEÑOR. Oh casa de Leví, vosotros los que teméis al SEÑOR, al SEÑOR bendecid.
21. Bendito desde Sion sea el SEÑOR, el cual mora en Jerusalén. Alabad al SEÑOR.

Salmo 113

1. Alabad al SEÑOR. Alabad, Oh siervos del SEÑOR, alabad el nombre del SEÑOR.
2. Bendito sea el nombre del SEÑOR desde este momento en adelante y por siempre jamás.
3. Desde el nacimiento del sol hasta donde este mismo se pone, el nombre del SEÑOR para alabarse -es-.
4. El SEÑOR, por encima de todas las naciones excelso -es-, -y- por encima de los cielos su gloria.
5. ¡Quién -es- como el SEÑOR nuestro Dios, que mora en lo alto,
6. El cual -se- humilla para contemplar -las cosas que están- en el cielo y en la tierra!
7. El, levanta del polvo al pobre, -y- al necesitado alza del estercolero
8. Para poder colocar-lo- con príncipes, -sí- con los príncipes de su pueblo.
9. El hace a la estéril un ama de casa, -y una- madre gozosa con hijos. Alabad al SEÑOR.

Salmo 112

1. Alabad al SEÑOR. Bendito -es- el hombre -que- teme al SEÑOR, -que- se deleita sobremanera en sus mandamientos.
2. Su simiente tendrá poder sobre la tierra; la generación del correcto será bendita.
3. Abundancia y riquezas -habrá- en su casa, y su justicia perdura para siempre.
4. Para el correcto en la oscuridad la luz se levanta; -es- clemente, lleno de compasión y justo.
5. Un hombre bueno manifiesta favor y presta; sus asuntos va a guiar con discreción.
6. Para siempre no se moverá por seguro, eternamente el justo será remembrado.
7. De malas noticias no tendrá miedo; fijo está su corazón confiando en el SEÑOR.
8. Su corazón -está- arraigado, no tendrá miedo, hasta ver -lo que desea- sobre sus enemigos.
9. Ha dispersado, a los pobres ha dado, -y- su justicia perdura para siempre; con honor su cuerno será exaltado.
10. El malvado -lo- verá, y se acongojará, rechinará sus dientes y se derretirá, el deseo de los malvados perecerá.

Salmo 111

1. Alabad al SEÑOR, con todo el corazón lo alabaré -en- la congregación, y en la asamblea de los correctos.
2. Las obras del SEÑOR -son- grandiosas, -y- buscadas por todos aquellos que en ellas se complacen.
3. Honorable y gloriosa -es- su obra, y su justicia perdura para siempre.
4. Para recordar ha hecho sus maravillosas obras; clemente y lleno de compasión -es- el SEÑOR.
5. Le ha dado comida a los que le temen; su convenio para siempre tendrá en mente.
6. A su pueblo le ha dado a conocer el poder de sus obras, para poder darle la heredad de los paganos.
7. Veracidad y juicio -hay en- las obras de sus manos; seguros -son- todos sus mandamientos.
8. Por siempre jamás permanecen firmes, con verdad y rectitud -son- hechos.
9. A su pueblo envió redención, su convenio mandó para siempre, santo y reverenciado -es- su nombre.
10. El temor del SEÑOR -es- el comienzo de la sabiduría, todos los que practican -sus mandamientos- un buen entendimiento tienen; su alabanza perdura para siempre.

Salmo 106

1. Alabad al SEÑOR. Oh, dadle gracias al SEÑOR, por -ser- bueno, -y- porque su misericordia -perdura- para siempre.
2. ¿Quién puede publicar los poderosos hechos del SEÑOR?, -¿Quién- puede proclamar toda su alabanza?
3. Benditos -son- los que guardan juicio, -y- el que hace justicia a todo momento.
4. Acuérdate de mí, Oh SEÑOR, con el favor -que llevas para- tu pueblo; Oh, visítame con tu salvación,
5. Para poder ver el bien de tus escogidos, para poderme regocijar en la alegría de tu nación, para poderme gloriar con tu heredad.
6. Hemos pecado con nuestros padres, hemos cometido iniquidad, hemos obrado malvadamente.
7. Nuestros padres no entendieron tus maravillas en Egipto, no se acordaron de la multitud de tus misericordias, sino que -lo- provocaron en el mar, en el -mismo- Mar Rojo.
8. Sin embargo él los salvó por causa de su nombre, para así dar a conocer su gran poderío.
9. Reprendió además al Mar Rojo, y se secó, y así los guio por entre las profundidades, como por entre el desierto.
10. Los salvó de la mano del que -los- odiaba, y los redimió de la mano del contrincante.
11. Y las aguas cubrieron a sus enemigos, no quedó ninguno de ellos.
12. Entonces creyeron sus palabras, -y- le cantaron alabanza.
13. Pronto olvidaron las obras de él, no aguardaron a su consejo.
14. Sino que excesivamente se encapricharon en el yermo, y tentaron a Dios en el desierto.
15. Y él les dio su petición, pero escasez le envió a su alma.
16. Envidiaron también a Moisés en el campamento, -y- a Aarón el santo del SEÑOR.
17. La tierra se abrió, se tragó a Datan, y cubrió a la compañía de Abiram.
18. Y un fuego se encendió en su compañía, la llama consumió a los malvados.
19. Hicieron un becerro en Horeb, y a la imagen fundida adoraron.
20. Así cambiaron la gloria de ellos por la similitud de un buey que come hierba.
21. Se olvidaron de Dios su salvador, el cual había hecho grandes cosas en Egipto,
22. Obras maravillosas en la tierra de Cam, -y- cosas temibles al lado del Mar Rojo.
23. Por ello dijo que los iba a destruir, si Moisés su escogido no se hubiera parado delante de él en la brecha, para alejar su ira, no fuera a ser que -los- destruyera.
24. Sí, despreciaron la preciosa tierra, su palabra no creyeron,
25. Sino que murmuraron en sus tiendas, -y- a la voz del SEÑOR no atendieron.
26. Por eso levantó su mano contra ellos, para derribarlos en el yermo.
27. Para derribar además su simiente de entre las naciones, y esparcirlos en las tierras.
28. Se unieron además a Baal-peor, comiéndose los sacrificios de los muertos.
29. Así -lo- provocaron a enojo con sus invenciones, y los invadió la plaga.
30. Luego se levantó Fineas, ejecutó juicio, y -así- la plaga se detuvo.
31. Y le fue acreditado a él como justicia, para todas las generaciones por la eternidad.
32. También -lo- enojaron en las aguas de la contienda, de forma que a Moisés le fue mal por causa de ellos.
33. Porque provocaron su espíritu, de manera que con sus labios imprudentemente habló.
34. No destruyeron a las naciones sobre las que el SEÑOR les mandó.
35. Sino que se mezclaron entre los paganos, y aprendieron de sus obras.
36. Sirvieron a sus ídolos, los cuales se hicieron una trampa para ellos.
37. Sí, sacrificaron a sus hijos y a sus hijas a los diablos,
38. Y derramaron sangre inocente, la -misma- sangre de sus hijos y de sus hijas, a quienes sacrificaron a los ídolos de Canaán, y la tierra se polucionó con sangre.
39. Así se contaminaron con sus propias obras, y con sus propias invenciones se fueron prostituyendo.
40. Por eso se encendió la ira del SEÑOR contra su pueblo, de tal manera que aborreció su propia herencia.
41. Los entregó a manos de los paganos, y aquellos que los odiaban los rigieron.
42. Sus enemigos también los oprimieron, y fueron traídos a sujeción bajo su mano.
43. Los libró en muchas ocasiones, pero ellos con su consejo -lo- provocaron, y por su iniquidad cayeron bajo.
44. Sin embargo al oír su llanto él tomó en cuenta su aflicción,
45. Se acordó de su convenio a favor de ellos, y de acuerdo a la multitud de sus misericordias se arrepintió.
46. También hizo que todos aquellos que los llevaban cautivos se apiadaran de ellos.
47. Sálvanos, Oh SEÑOR Dios nuestro, y reúnenos de entre los paganos, para darle gracias a tu nombre santo, -y- triunfar en tu alabanza.
48. Bendito -sea- el SEÑOR Dios de Israel desde la eternidad y hasta la eternidad, y que todas las gentes digan, amén. Alabad vosotros al SEÑOR.