La deuda de Babilonia, que Isaías el hijo de Amós vió:
2. Levantad una bandera sobre la alta montaña, aumentad -el volumen- de la voz para ellos, sacudid la mano para que puedan entrar por los portones de los nobles.
3. Mandé a mis santificados, también llamé a mis valientes para mi furia, a los que se regocijan en mi realeza.
4. El ruido de una multitud en las montañas, como el de un gran pueblo, ruido tumultuoso de los reinos de las naciones reunidos a una: el SEÑOR de las huestes junta al ejército de la batalla.
5. Ellos vienen de un país lejano, del extremo del cielo, -son- el SEÑOR, y las armas de su indignación, para destruir toda la tierra.
6 + Aullad vosotros, porque el día del SEÑOR está muy cerca, -y- vendrá como destrucción de parte del Altísimo.
7. Por tanto todas las manos desfallecerán, y el corazón de todo hombre se derritirá;
8. Y tendrán miedo, punzadas y dolores los sobrecogerán, tendrán dolores como los una mujer en parto, se asombrarán el uno del otro, -por- sus rostros -en- llamas.
9. He aquí, el día del SEÑOR viene, cruel con ira como con furia intensa, para dejar desolada la tierra, y él destruirá y eliminará a los pecadores de ella.
10. Porque las estrellas y las constelaciones del cielo no darán su luz, el sol se oscurecerá al nacer, y la luna no hará brillar su luz.
11. Castigaré al mundo por -sus- males, y a los malvados por sus iniquidades, haré cesar la arrogancia del altivo, y pondré en su lugar la altivez de -los hombres- temibles.
12. Haré -que- un hombre -sea- más precioso que el oro fino, aún un hombre -más- que cuña dorada de Ofir.
13. Por tanto voy a sacudir los cielos, y la tierra se removerá de su lugar en la ira del SEÑOR de las huestes, y en el día de su intensa furia.
14. Y será como con el corzo perseguido, y como oveja que ningún hombre atrapa: cada hombre retornará a su propio pueblo, y cada uno huirá a su propia tierra.
15. Todo aquel que sea hallado, será atravesado, y todo aquel que se una -a ellos- caerá a espada.
16. Sus hijos serán también lanzados y despedazados a la vista de ellos, y sus esposas violadas.
17. He aquí que yo incito a los Medos en su contra, a los cuales no les va a interesar la plata, y en el oro no se deleitarán.
18. -Sus- arcos también destrozarán a los jóvenes, y no tendrán compasion del fruto del vientre; sus ojos no salvarán a los niños.
19. + Y Babilonia, la gloria de los reinos, y la belleza de los Caldeos, será -igual a- como cuando Dios arrolló a Sodoma y a Gomorra.
20. Nunca -más- será habitada, ni será morada de generación en generación; tampoco el Árabe levantará carpa allí, ni los pastores organizarán allá su rebaño.
21. Sino que las bestias salvajes del desierto se acostarán allí, y sus casas se llenarán de creaturas lloronas: los búhos morarán allí, y los sátiros bailarán allí -mismo-.
22. Las bestias salvajes de las islas clamarán en sus desoladas casas, y dragones -al igual- en -sus- agradables palacios; el tiempo de ella está a punto de llegar, y sus dias no se prolongarán.