Ahora pues, cuando Jacob vió que había grano en Egipto, Jacob -le- dijo a sus hijos, ¿Por qué os miráis entre vosotros?
2. Y -les- dijo, He aquí que he escuchado que hay grano en Egipto, bajad hasta allá y compradnos de allá para que podamos vivir, y no morir.
3. + Y los diez hermanos de José bajaron a comprar grano en Egipto.
4. Pero a Benjamín, el hermano de José, Jacob no lo envió con sus hermanos, pues dijo, No sea que por ventura una desgracia le acontezca.
5. Y los hijos de Israel llegaron a comprar entre aquellos que venían, pues había hambruna en la tierra de Canaán.
6. Y José el gobernador de la tierra -le- vendía a toda la gente de la tierra: y los hermanos de José vinieron y se inclinaron delante de él rostro en tierra.
7. Y José vió a sus hermanos y los reconoció, pero se hizo el extraño ante ellos, y les habló rudamente, diciéndoles, De dónde venis? Y ellos -le- dijeron, De la tierra de Canaán para comprar comida.
8. Y José reconoció a sus hermanos, mas ellos no.
9. Y José recordó los sueños que tuvo con ellos, y le dijo, Sois espías; para ver lo descubierto de la tierra habéis venido.
10. Y ellos le dijeron, No, mi señor, sólo a comprar comida han venido tus siervos.
11. -Somos- todos hijos de un hombre; -somos hombres- honestos, tus siervos no son espías.
12. Y les dijo, No, sólo para ver la descubierto de la tierra habéis venido.
13. Y ellos -le- dijeron, Tus siervos -somos- doce hermanos, los hijos de un hombre en la tierra de Canaán, y, he aquí que el más joven -está- hoy con nuestro padre, y uno no -está-.
14. Y José le dijo a ellos, Por eso es que os dije que -sois- espías:
15. Por esto seréis probados: Por la vida del Faraón no saldréis de aquí, a menos que vuestro hermano menor venga hasta aquí.
16. Enviad uno de vosotros, y que él traiga a vuestro hermano, y seréis puestos en prisión para que vuestras palabras puedan ser probadas, si es que -hay- verdad en vosotros: de otra manera, por la vida del Faraón por seguro que -sois- espías.
17. Y los puso a todos juntos en la cárcel por tres días.
18. Y al tercer día José les dijo, Haced lo siguiente y viviréis, -pues- yo temo a Dios:
19. Si sois -hombres- honrados, que uno de vuestros hermanos se quede en prisión: id, llevad el grano para la hambruna de vuestras casas,
20. Pero traedme a vuestro hermano menor, para que vuestras palabras sean verificadas y no muráis. Y así lo hicieron.
21. + Y se dijeron entre sí, -Somos- bien culpables por lo de nuestro hermano, porque vimos la angustia de su alma, cuando nos rogaba y no lo escuchamos; es por esto que esta angustia nos ha sobrevenido.
22. Y Rubén les respondió diciendo, ¿No os hablé yo diciendo, No pequéis contra el niño, y no quisísteis escuchar? Por tanto he aquí que su sangre también se solicita.
23. Y ellos no sabían que José entendía; pues les hablaba por un intérprete.
24. Y el se volteó -retirándose- de ellos, y lloró; y volvió de nuevo a ellos, charló con ellos, tomó de ellos a Simeón y lo apresó ante sus ojos.
25.+ Entonces José mandó que llenaran sus sacos de grano, y que pusieran de vuelta las monedas de cada hombre en sus saco, junto con provisiones para el camino; y así les hizo a ellos.
26. Y cargaron sus asnos con el grano y partieron de allí.
27. Y cuando uno de ellos abrió su saco para darle de comer a su asno en el hostal, vió sus monedas, pues he aquí que estaban en la boca del saco.
28. Y le dijo a sus hermanos, Me devolvieron las monedas; y mirad, -están- incluso en mi saco: y sus corazones desfallecieron, y tuvieron miedo diciéndose entre sí, ¿Qué nos -está- haciendo Dios?
29. + Y llegaron a donde Jacob su padre a la tierra de Canaán, y le contaron todo lo que les había acontecido, diciendo,
30. El hombre, el señor de la tierra, nos habló rudamente, y nos tomó por espías en el país.
31. Y nosotros le dijimos, -somos hombres- honestos, y no espias;
32. -somos- doce hermanos, hijos de nuestro padre; uno no -está-, y el menor -está- hoy día con nuestro padre en la tierra de Canaán.
33. Y el hombre, el señor de país, nos dijo, Por esto sabré que -sois- honestos: dejad uno de vuestros hermanos conmigo, y tomad -comida para- la hambruna de vuestras casas, e idos.
34. Y traedme a vuestro hermano menor: entonces sabré que no -sois- espías, sino -hombres-honestos, os entregaré a vuestro hermano, y traficaréis en la tierra.
35. + Y sucedió que mientras vaciaban sus sacos, he aquí el paquete de monedas de cada hombre -estaba- en su saco: y cuando tanto ellos como su padre vieron los paquetes de monedas, tuvieron miedo.
36. Y Jacob su padre les dijo a ellos, Me habéis privado -de mis hijos-: José no -está-, Simeón no -está- y os llevaréis a Benjamín: todo esto está en mi contra.
37. Y Rubén -le- habló a su padre diciendo, Mata a mis dos hijos, si no te lo traigo a ti: entrégamelo en mis manos y yo te lo traré de nuevo.
38. Y él dijo, Mi hijo no bajará con vosotros, porque su hermano está muerto, y él se ha quedado solo: y si en el camino que toméis le sobreviene una desgracia, con dolor entonces llevaréis mis canas al sepulcro.