De David, cuando Doeg el Edomita vino y le contó a Saúl que David había ido a la casa de Aquimelec.
1. ¿Por qué te jactas de la desgracia, Oh hombre poderoso? La bondad de Dios de continuo -perdura-.
2. Tu lengua planea estragos, trabajando con engaños cual navaja afilada.
3. Amas al mal más que al bien, -y- el mentir en vez de hablar la justicia. Selah.
4. Te encantan todas las palabras destructoras, Oh, lengua engañosa.
5. De igual manera para siempre te destruirá Dios, te quitará y te arrancará de -tu- habitación, y te desarraigará de la tierra de los vivos. Selah.
6. Los justos además -lo- verán y temerán, y de él se reirán.
7. Mirad, -este- es el hombre -que- no hizo de Dios su fuerza, sino que en la abundancia de sus riquezas confió, -y- en su maldad se fortaleció.
8. Sin embargo yo como un árbol de olivo verde en la casa de Dios –me quedo-; en la misericordia de Dios confío para siempre jamás.
9. Por siempre te alabaré, porque tú -lo- has hecho, y aguardaré en tu nombre, pues -es- bueno -hacerlo- delante de tus santos.